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Medios de comunicaci6n globales, neoliberalismo e imperialismo Robert W. McChesney n el discurso convencional, la presente época histérica suele carac- terizarse como una era de globalizacion, revolucion tecnologica y democratizacion. En los tres ambitos, las comunicaciones y los medios de comunicacion juegan un papel central, quizds hasta definitorio. Podria decirse que la globalizacion economica y cultural seria imposible sin un sistema global de medios de comunicacién que propicie unos mercados globales y promocione los valores del consumo. El drastico desarrollo de las comunicaciones digitales y de la informatica constituye la esencia misma de la revolucion tecnologica. El argumento de que los terribles viejos tiem- pos de estados policiales y regimenes autoritarios es poco probable que vuelvan parte de la premisa de que las nuevas tecnologias de la comuni- cacion, junto con los mercados globales, socavan, o incluso suprimen, la capacidad de los «lideres supremos» para gobernar con impunidad. Para aquellos que alientan el capitalismo, como Thomas Friedman, del The New York Times, todo ello sugiere que la raza humana esta entrando en una nueva Edad de Oro. Todo lo que la gente tiene que hacer es sentarse, cerrar la boca y comprar, y dejar que los mercadbs y las tecnologias pongan en practica sus poderes magicos. Para los socialistas y para las personas com- * Articulo publicado en MR, vol. 52, n° 10, marzo de 2001, pp. 1-19. Traduccién de Joan Quesada. Una versién de este trabajo fue presentada en la conferencia de la UNESCO sobre el futuro de los medios de comunicacién globales en Santiago de Compostela, noviembre de 2000. Las notas al pie pueden obtenerse enviando un e-mail al autor a rwmeches@uiuc.edu 110 ¢ CAPITULO 6 prometidas con un cambio social radical, todas esas afirmaciones hay que contemplarlas con el maximo escepticismo. En mi opinién, la nocién de globalizacion, tal y como se la suele utilizar para describir una especie de fuerza sobrenatural e inexorable, algo asi como el fin mismo del capitalis- mo, es engajiosa y esta cargada de ideologia. Un término superior seria el de «neoliberalismo». Este hace referencia al conjunto de politicas naciona- les e internacionales que reivindican que la empresa sea la que domine todas las cuestiones sociales y que las fuerzas compensatorias sean las minimas. Los gobiernos deben seguir siendo fuertes para servir mejor a los intereses corporativos, pero deben minimizar las actuaciones susceptibles de socavar la autoridad de las empresas y las personas pudientes. El neoliberalismo suele entremezclarse casi siempre con una profunda creencia en la capacidad de los mercados para utilizar las nuevas tecnologias a fin de resolver los pro- blemas sociales mucho mejor que cualquier altenativa concebible. La pie- dra angular de las politicas neoliberales es invariablemente la exigencia de desregulacién de los medios de comunicacioén comerciales y del mercado de las comunicaciones. En la practica, lo que eso significa es la «re-regula- cién» de éstos para servir a los intereses corporativos. Si se la entiende mas como la era del neoliberalismo que la de la globa- lizacién, la presente época parece menos la consecuencia de unas fuerzas naturales incontrolables y se presenta mas como el tiltimo estadio en la lucha de clases dentro del capitalismo. Las implicaciones antidemocraticas, en lugar de resultar barridas y quedar ocultas bajo la alfombra, como ocurre en el discurso convencional, pasan a primer plano y cobran una importan- cia central. Me propongo trazar aqui los principales desarrollos, y el perfil, del sistema mediatico global que esta surgiendo, asi como sus implicacio- nes politicas y econémicas. En mi opinion, si se examina de cerca la eco- nomia politica de los medios y de las industrias de la comunicacién globales contemporaneos, es posible eliminar gran parte de la mitologia y de la moda que envuelve a nuestra época y llegar a los fundamentos de una comprensién mucho mis exacta de lo que esta sucediendo, asi como de lo que deben hacer los socialistas para organizarse de manera efectiva en aras de la justi- cia social y de los valores democraticos. El sistema mediatico global Antes de las décadas de 1980 y 1990, el tipico sistema de medios de comu- nicacién nacional lo conformaban unas industrias radiofénica, televisiva y de prensa de propiedad doméstica. Existia un importante mercado para la importacin de peliculas, programas de television, musica y libros, que ten- ROBERT W. MCCHESNEY e111 dia a estar dominado por empresas afincadas en los Estados Unidos. Pero lo que predominaba en el sistema de medios de comunicaci6n eran los inte- reses comerciales locales, combinados en ocasiones con un servicio de radio- television de filiacién publica. Todo eso esta cambiando, y rapidamente. Mientras que los sistemas mediaticos previos eran primordialmente nacionales, en los ultimos pocos afios ha aparecido un mercado global de medios de comunicacién comerciales. Para comprender los medios de comunicacién actuales y del futuro, debemos empezar por comprender el sistema global, para introducir después las diferencias en los niveles nacional y local. «A lo que estamos asistiendo», dice Christopher Dixon, analista mediatico de la firma de inversiones PaineWebber, «es a la creacion de un oligopolio glo- bal. Ya les paso a las industrias petrolera y automovilistica anteriormente en este siglo; ahora le esta sucediendo a la industria del entretenimiento». Ese oligopolio global presenta dos facetas distintas, aunque relaciona- das. En primer lugar, significa que las empresas dominantes —casi todas con base en los Estados Unidos— se estan extendiendo por todo el planeta aun ritmo vertiginoso. La cuestién es capitalizar el potencial de crecimien- to en el exterior sin verse desbancados por los competidores, dado que el mercado estadounidense esta ya bien desarrollado y sélo permite una expan- sion discreta. Como ha dicho Sumner Redstone, director ejecutivo de Viacom, «las empresas se estan concentrando en los mercados que prometen mayo- res ingresos, lo que quiere decir que estan centrando sus esfuerzos en el exterior». Frank Biondi, antiguo consejero de los estudios Universal, pro- piedad de Vivendi, afirma que «el 99% del éxito a largo plazo de estas com- pafiias va a pasar por una ejecutoria satisfactoria en el exterior». Cada vez mas, las empresas dominantes en el sector mediatico se ven a s{ mismas como entidades globales. El director ejecutivo de Bertelsmann, Thomas Middelhoff, mont6 en célera cuando alguien dijo en 1998 que era impropio que una empresa alemana controlara el 15% de los mercados edi- torial y musical de los Estados Unidos. «No somos extranjeros. Somos inter- nacionales», dijo Middelhoff. «Yo soy un norteamericano con pasaporte aleman.» En el afio 2000, Middelhoff declaraba que Bertelsmann ya no era una empresa alemana. «Somos en realidad la empresa mediatica mas glo- bal.» Igualmente, Gerald Levin, de AOL-Time Warner, afirmaba: «No que- remos que se nos vea como una empresa norteamericana. Nosotros pensamos en términos globales.» En segundo lugar, la convergencia y la consolidacion estan a la orden del dia. Las empresas especificas de medios de comunicacion se estén concen- trando cada vez mas, y los que dominan el juego en cada una de las indus- trias mediaticas son cada vez mas empresas subsidiarias de gigantescos W12¢ CAPITULO 6 conglomerados de medios de comunicacion. Por poner un pequefio ejemplo, el mercado estadounidense de publicaciones educativas esta controlado en la actualidad por cuatro empresas, mientras que hace tan poco como en 1980 habia dos docenas de competidores viables. El nivel de fusiones y adquisi- ciones es escalofriante. En la primera mitad del afio 2000, el volumen de acuer- dos de fusion en el ambito de los medios de comunicacion globales, internet y las telecomunicaciones sum6 un total de 300.000 millones de dolares, el triple que en los seis primeros meses de 1999 y exponencialmente mayor que la cifra de hace 10 afios. La logica que guia a las empresas mediaticas en todo esto esta clara: o te haces muy grande en muy poco tiempo 0 resultarés comi- do por alguien. Es una tendencia similar a la que se esta dando en otras indus- trias. «Al final del juego quedardén menos de un putiado de ganadores», anunciaba el director ejecutivo de Chase Manhattan en septiembre de 2000. «Nosotros queremos quedar ganadores cuando el juego finalice.» Pero en pocas industrias el nivel de concentracion ha sido tan sorpren- dente como en los medios de comunicacién. En muy poco tiempo, el mercado mediatico global se ha visto dominado por siete corporaciones multi- nacionales: Disney, AOL-Time Warner, Sony, News Corporation, Viacom, Vivendi y Bertelsmann. Ninguna de esas empresas existia en su forma pre- sente como compafifa mediatica hace tan poco como quince atios. Hoy en dia, casi todas ellas figuraran entre las 300 mayores empresas no financieras del mundo en 2001. De las siete, sdlo tres son empresas verdaderamente esta- dounidenses, aunque todas ellas realizan alli sus operaciones centrales. Entre las siete son propietarias de los principales estudios cinematograficos y de todas las cadenas de televisién estadounidenses excepto una; del pufiado de compafiias que controlan el 80-85% del mercado musical global; de la mayor parte de la radiotelevision por satélite de alcance mundial; de un por- centaje significativo de la publicacién de libros y revistas comerciales; de la totalidad o la mayor parte de los canales de television por cable de los Estados Unidos y del mundo; de una porcién significativa de television terrestre europea (la television tradicional por ondas aéreas); y asi sucesivamente. De acuerdo con una mayoria de informaciones, el nivel de concentra- cion sélo es previsible que aumente en el futuro proximo. «Estoy conven- cido de que nos dirigimos hacia un mundo de companias verticalmente integradas donde sélo los grandes sobreviviran», decia Gordon Crawford, ejecutivo de Capital Research & Management, fondo mutuo que es uno de los mayores accionistas de muchas de las siete compariias que acabamos de mencionar. Para que sobrevivan las empresas, observa Business Week, la velo- cidad es lo esencial: «el tiempo vuela». «En un mundo que avanza hacia la existencia de cinco, seis, siete compariias de medios de comunicacién, uno ROBERT W. MCCHESNEY °113 no quiere encontrarse en una posicion en la que haya de depender de los demas», afirma Peter Chernin, presidente de News Corporation. «Hace falta ser lo suficientemente dominante en el mercado como para que la gente se vea forzada a negociar contigo.» Explica Chernin: «Hay grandes polémicas sobre si lo que manda es el contenido o la distribucion. Al final, lo que manda es la escala. Si puedes distribuir los costes entre una gran base, pue- des desbancar a tus competidores por la programacion y otros activos que de- sees adquirir.» Para el afio 2000, estaban ganando prominencia los grandes acuerdos interfronterizos, como la fusion de las operaciones televisivas de Pearson con CLT (Compagnie Luxemburgeoise de Teélédiffusion) y Bertelsmann, o la compra de Universal por parte de Vivendi La empresa de Chernin, la News Corporation de Rupert Murdoch, es posible que sea la mas agresiva entre las empresas pioneras a nivel global, aunque también podria argumentarse a favor de Sony, Bertelsmann 0 AOL- Time Warner. Murdoch posee servicios de television por satélite que van desde Asia hasta Europa y Latinoamérica. Su Star TV es la que predomina en Asia, con treinta canales en siete lenguas. El servidor de television de News Corporation en China, Phoenix TV, de la que posee un 45%, llega en la actualidad a 45 millones de hogares en ese pais, y el afio pasado aumen- t6 sus beneficios por publicidad en un 80%. Y eso apenas si alcanza para empezar a describir la totalidad de la cartera de activos de News Corporation: las peliculas de Twentieth Century Fox, la cadena de television Fox TV, la editorial HarperCollins, emisoras de television, canales de television por cable, revistas, mas de 130 diarios y equipos deportivos profesionales. {Por qué ha sucedido todo esto? La explicacion convencional es que se debe a la tecnologia, es decir: las radicales mejoras en la tecnologia de las comunicaciones hicieron que los imperios mediaticos globales fueran facti- bles y lucrativos de un modo que resultaba impensable en el pasado. Es algo asi como la explicacion tecnologica de la globalizacion con letras maytiscu- las. Pero, en el mejor de los casos, se trata tan solo de una explicacion par- cial. La verdadera fuerza motriz ha sido la incesante busqueda de beneficios que caracteriza al capitalismo, que ha ejercido su presion para que se diera un cambio hacia la desregulacién neoliberal. Para los medios de comunica- cion, eso significa la relajacion o la supresion de las barreras a la explota- ci6n comercial de medios de comunicacion y a la concentracion de la propiedad de dichos medios. No hay nada inherente a la tecnologia que exija el neoliberalismo. Las nuevas comunicaciones digitales se podrian haber utilizado, por ejemplo, para mejorar simplemente los medios de comuni- cacion de servicio publico, si asi lo hubiera elegido la sociedad. Con unos valores neoliberales, no obstante, la television, que habia sido un coto no 1146 CAPITULO 6 comercial en muchos paises, de repente paso a estar sujeta al desarrollo comercial transnacional y ha estado presente en el centro mismo de la apa- ricién de un sistema global de medios de comunicaci6n. Una vez iniciada la desregulacion de los medios de comunicacion en las grandes naciones, como los Estados Unidos y Gran Bretafia, siguieron a ésta medidas globales tales como el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA) y la creacion de la Organizacién Mundial del Comercio (OMC), todas ellas disefiadas para eliminar las trabas a la inversion y a las ventas de las corporaciones multinacionales en los mercados regionales y globales. Eso ha sentado los cimientos para la creacion de un sistema global de medios de comunicacién dominado por los conglomerados a los que nos referia- mos antes. Ahora que ya esta en su sitio, el sistema sigue su propia logica. Las empresas se ven obligadas a ser cada vez mayores y mas diversificadas para reducir riesgos y mejorar las oportunidades de obtener beneficios, y a esta~ blecerse por todo el planeta para no verse nunca desbordadas por sus com- petidores. Se trata de un mercado que algunos prevén que produzca billones de dolares de ingresos dentro de una década. Si eso es asi, las compafiias que ocupen los primeros lugares puede que algtin dia se encuentren situa- das entre las dos o tres docenas de empresas mas grandes del mundo. El desarrollo de un sistema global de medios de comunicacién no care- ce de oposicion. Mientras que los conglomerados mediaticos presionan para lograr politicas que favorezcan su dominio de los mercados a lo largo y ancho del planeta, siguen persistiendo unas fuertes tradiciones de proteccion de los medios de comunicacién y las industrias culturales de caracter doméstico. Todo un abanico de naciones que va desde Noruega, Dinamarca y Espatia hasta México, Sudafrica y Corea del Sur mantienen vivas sus pequefias indus- trias domésticas de produccion cinematografica por medio de subsidios gubernamentales. En el verano de 1998, los ministros de cultura de veinte naciones, incluidas Brasil, México, Suecia, Italia y Costa de Marfil, se reu- nieron en Ottawa para discutir la manera de «crear algunas reglas funda- mentales» para proteger su tasa de produccion cultural del «monstruo devorador de Hollywood». La recomendacién principal fue mantener la cul- tura fuera del control de la OMC. Una cumbre similar en 1998, patrocina- da por las Naciones Unidas en Estocolmo, recomendaba conceder a la cultura una exencion especial de los acuerdos comerciales globales. Los proponentes del neoliberalismo de todos los paises argumentan que las barreras al comercio cultural y la regulacion perjudican a los consumi- dores, y que las subvenciones inhiben la capacidad de las naciones para de- sarrollar sus propias empresas mediaticas competitivas. A menudo existen potentes lobbies de los medios de comunicacién comerciales dentro de algu- ROBERT W. MCCHESNEY 2115 nas naciones que sienten que tienen mas que ganar si abren las fronteras que si mantienen las barreras comerciales. En 1998, por ejemplo, cuando el gobierno britanico propuso una tasa voluntaria aplicable a los beneficios de las salas de cine (que exhiben en su mayoria peliculas de Hollywood) para beneficiar a la industria comercial cinematografica britanica, las empre- sas de radiotelevision del pais, que no querian oponerse a las empresas que las abastecian de programas, presionaron en contra de la medida hasta que ésta desaparecié Si la OMC es una organizacion explicitamente pro-comercial, el Sindicato Internacional de Telecomunicaciones (ITU), el organismo global regulador de las telecomunicaciones, sdlo ha llegado a convertirse en una organiza- cion pro-comercial después de alejarse sustancialmente de su tradicional compromiso con los valores del servicio publico. También la Comision Europea (CE), brazo ejecutivo de la Union Europea (UE), se encuentra siem- pre en medio de cualquier controversia que pueda existir con respecto a las politicas de medios de comunicaci6n, y su poder es considerablemente mayor que el del ITU. Por un lado, la CE se esfuerza por crear unos gigan- tes mediaticos paneuropeos capaces de batirse en igualdad de condiciones con los gigantes con base en los Estados Unidos. Por el otro, se esfuerza en man- tener una cierta apariencia de mercados competitivos, por lo que de vez en cuando rechaza las fusiones de medios que se le proponen por resultar anti- competitivas. No obstante, como institucién cuasi-democratica, la UE se encuentra sujeta a una cierta presion popular que poco simpatiza con los intereses comerciales. Cuando Suecia asumié la presidencia rotativa de la UE en 2001, los suecos empezaron a presionar para que su prohibicion doméstica de publicidad infantil televisiva se convirtiera en ley para todas las naciones de la UE. Si eso ocurriera, seria el intento mas radical hasta la fecha de limitar las prerrogativas de los gigantes corporativos mediaticos que dominan la television comercial infantil. Quizas la mejor forma de entender la estrecha vinculacion del sistema global comercial de medios de comunicacion con la economia capitalista glo- bal neoliberal sea atender al papel que juega la publicidad. La publicidad es un gasto comercial que efecttian las mayores empresas de la economia. El sistema de medios de comunicacién comerciales es la correa de transmision necesaria para que las empresas comercialicen sus articulos por todo el mundo. De hecho, la globalizacién tal y como la conocemos no podria existir sin aquél. Una proporcion tan enorme como tres cuartos del gasto global en publicidad acaba en los bolsillos de una mera veintena de empresas media- ticas. El gasto publicitario ha aumentado a pasos agigantados a lo largo de la pasada década, a medida que la television se iba abriendo a la explotacién 116 CAPITULO 6 comercial, y esta aumentando a mas del doble de la tasa de crecimiento del PIB. El gasto publicitario en Latinoamérica, por ejemplo, se espera que aumen- te casi un 8% tanto en el afio 2000 como en el 2001. Las que coordinan esta industria de 350.000 millones dolares son cinco 0 seis empresas propieta- rias de las superagencias de publicidad que aparecieron en la pasada década para dominar completamente el comercio global. La consolidacién es tan pronunciada en la industria publicitaria global como en los medios de comu- nicaci6n globales, y ambas estén relacionadas. «Las mega-agencias estan en una fantastica posicién para ocuparse de los negocios de los mega-clientes» sefia- la un ejecutivo publicitario. Es «absolutamente necesario [...] que las agen- cias se consoliden. El lema aqui es ser grande. De forma que estan obligadas a ser grandes», sostenta otro ejecutivo. Aun quedan algunas otras cuestiones que exponer para enfocar desde la perspectiva adecuada el sistema global de medios de comunicacion. El mer- cado mediatico global se acaba de redondear con la presencia de una segun- da categoria de seis o siete docenas de empresas que funcionan como si de plantas de energia nacionales o regionales se tratara, 0 que controlan hue- cos especificos del mercado como son las publicaciones comerciales 0 empre- sariales. Entre un tercio y la mitad de esas empresas de segundo rango proceden de Norteamérica, la mayor parte de las demas son de la Europa occidental y de Japon. Muchos conglomerados nacionales y regionales se han creado a remolque de imperios editoriales 0 televisivos. Todas estas empresas de segundo rango son gigantes por derecho propio y suelen figu- rar entre las mil mayores empresas del mundo, con un volumen anual de negocio que supera los 1.000 millones de dolares. La lista de empresas de segundo orden en Norteamérica incluye a Tribune Company, Dow Jones, Gannett, Knight-Ridder, Hearst y Advance Publications; entre las europeas figuran el Kirch Group, Mediaset, Prisa, Pearson, Reuters y Reed Elsevier. Las empresas japonesas, aparte de Sony, siguen siendo productoras casi exclusivamente domésticas. Esta segunda categoria también ha cristalizado con bastante rapidez. En todo el planeta ha habido una sacudida en los mercados medi nales y regionales, y las empresas pequefias se han visto engullidas por las medianas, y las medianas por las grandes. En comparaci6n con hace diez o veinte amos, un ntiimero mucho menor de empresas mucho mas grandes domina ahora los medios de comunicacién de nivel nacional y regional. En Gran Bretafa, por ejemplo, una de las pocas editoriales independientes dedi- cada a la publicacion de libros que atin quedaban, Fourth Estate, fue vendida en el afio 2000 a HarperCollins, de Murdoch. Una oleada de fusiones ha dejado a la television alemana —el segundo mayor mercado del mundo— cos nacio- ROBERT W. MCCHESNEY 0117 como el reino privado de Bertelsmann y Kirch. En realidad, las diversas fusiones han provocado que la television terrestre europea quedara domi- nada por cinco empresas, tres de las cuales figuran en la primera categoria en el nivel global. La situacién mas desoladora puede que sea la de Nueva Zelanda, donde la industria de la prensa es mayormente el feudo del aus- traliano-americano Rupert Murdoch y del irlandés Tony O'Reilly, quien tam- bién domina la radio comercial neozelandesa y posee una enorme participacion en la publicacion de revistas. Murdoch controla también la television de pago. En pocas palabras, los que gobiernan el sistema de medios de comunicacion de Nueva Zelanda cabrian juntos en un armario. Las corporaciones de la segunda categorfa, igual que las de la primera, tie- nen necesidad de salir de sus fronteras nacionales. «Las fronteras han de- saparecido. Tenemos que crecer», afirmaba el director de CanWest Global Communication en el atio 2000. «No tenemos intencion de convertirnos en uno de los cadaveres que yacen en las cunetas de la autopista de la infor- macion [...] Hemos de convertirnos algin dia en Columbia o Warner Bros.» El director ejecutivo de Bonnier, el mayor conglomerado mediatico de Suecia, dice que, para sobrevivir, «queremos ser la empresa de comunicacion lider de la Europa del norte». Los magnates australianos de las comunicaciones, siguiendo la estela de Murdoch, tienen como lema «expandirse 0 morir». Tal y como expresa uno de ellos, «realmente no se puede seguir creciendo como empresa proveedora australiana en Australia». Mediaset, el coloso ita- liano propiedad de Berlusconi, esta encarando su expansion al resto de Europa y Latinoamérica. Quizés el ejemplo mas sorprendente de globaliza- cién en esta segunda categoria sea Hicks, Muse, Tate y Furst, el coloso esta- dounidense de la radio/publicacion/television/vallas anunciadores/salas de cine creado casi de la noche a la mafana. Entre 1998 y 2000 gast6 casi 2.000 millones de dolares en busqueda de activos de comunicacion en México, Argentina, Brasil y Venezuela. Dificilmente se puede considerar a las empresas mediaticas de segundo rango como “opositoras” al sistema global. Lo mismo es cierto de los paises en vias de desarrollo. Televisa en México, Globo en Brasil, Clarin en Argentina y el Grupo Cisneros en Venezuela, por ejemplo, figuran entre las sesenta 0 setenta mayores corporaciones mediaticas del mundo. Todas esas empresas tienden a dominar sus propios mercados nacionales y regionales, que tam- bién han experimentado una rapida consolidacion. Generan gran parte de sus ingresos a partir de la publicidad corporativa de orden multinacional. Ademas, mantienen gran cantidad de vinculos y de empresas conjuntas (joint ventu- res) con las mayores multinacionales de la comunicacion, asi como con los bancos de inversiones de Wall Street. En Latinoamérica, por ejemplo, las 118 ¢ CAPITULO 6 empresas de segundo rango trabajan estrechamente con los gigantes esta- dounidenses que se estan repartiendo entre si el pastel de los medios de comunicacion comerciales. Lo que Televisa o Globo pueden ofrecerle a News Corporation, por ejemplo, es su dominio de los politicos locales y la apa- riencia de un control local de sus empresas conjuntas. Y, al igual que las empresas de segundo rango de todas partes, también estan desarrollando operaciones globales, sobre todo en naciones que hablan la misma lengua. Como consecuencia, las empresas mediaticas de segundo rango de las nacio- nes en vias de desarrollo tienden a tener agendas politicas pro-comerciales y a apoyar la expansion del mercado mediatico global, lo que las enfrenta con grandes segmentos de la poblacion de sus propios paises Juntos, los setenta u ochenta colosos de primer y segundo orden con- trolan gran parte de los medios de comunicacién del mundo: publicacion de libros, revistas y periddicos; grabacién musical; produccién televisiva; cadenas de television y canales por cable; sistemas de television por satélite; produccién cinematografica, y salas de cine. Pero el sistema todavia esta evo- lucionando mucho. EI resultado final de toda esa actividad entre las empre- sas mediaticas de segundo orden es probable que sea la creacién de uno o dos colosos mas, y es casi seguro que eso significa que el numero de competi- dores viables dentro del sistema seguira cayendo en picado. Estan apare- ciendo algunas nuevas empresas de segundo rango, sobre todo en los lucrativos mercados asiaticos, y es probable que haya més turbulencia entre las filas de los gigantes mediaticos de primer rango. Y las corporaciones tam- poco obtienen garantias de triunfo por el mero hecho de volverse globales La cuestion es que, en eso, no tienen eleccion. Algunas, quizés muchas, vaci- laran al adquirir deudas excesivas o al entrar en empresas conjuntas poco rentables, o al enfrentarse a una mayor competencia. Pero lo mas probable es que estemos mas cerca del final del proceso de creacion de un mercado glo- bal estable de medios de comunicacion que del principio. Y, seguin éste va tomando forma, hay una clara probabilidad de que las principales empre- sas de medios de comunicacién mundiales se encontraran en una posicion muy provechosa, Eso es lo que buscan asegurarse a toda velocidad. EI sistema global de medios de comunicaci6n es competitivo sélo parcial- mente, en cualquier sentido econdmicamente significativo que se le quiera dar al término. Muchas de las mayores empresas mediaticas comparten los mismos accionistas principales, son propietarias las unas de las otras, 0 sus juntas directivas se entrecruzan. Cuando Variety confeccion6 su lista de las cincuenta mayores compafifas mediaticas globales de 1997, observaba que la “fusionmanta” y la propiedad entrecruzada habian creado una compleja red de interrelaciones capaz de «marear a cualquiera». El mercado global propicia ROBERT W. MCCHESNEY 0119 con fuerza que las corporaciones establezcan sociedades conjuntas en térmi- nos de paridad, en los que dos o més gigantes de los medios de comunica- cién comparten la propiedad de una empresa. De este modo, las compafifas reducen la competencia y el riesgo y aumentan la probabilidad de obtener rentabilidad. Como expresaba en Variety el director ejecutivo de Sogecable, la mayor empresa de medios de comunicacién de Esparia y una de las doce mayores empresas privadas de medios de comunicacién de Europa, la estra- tegia «no es competir con las comparifas internacionales, sino unirse a ellas». En algunos respectos, el mercado mediatico global se parece més a un cartel que al mercado competitivo que aparece en los libros de texto de economia. Es imposible insistir demasiado en este punto. En los mercados compe- titivos, en teoria, existen numerosos productores que se dejan la piel sin pre- ocuparse demasiado el uno del otro mientras venden lo que producen al precio del mercado, sobre el cual no tienen ningun control. En un cierto nivel, es cierto que esas compafifas compiten con fuerza de una forma oli- gopolista. Pero todas luchan por minimizar los efectos de la competencia. Las empresas de medios de comunicacién de hoy en dia son lo que Joseph Schumpeter denomin6 competidores «correspectivos», tipicos de situacio- nes con altos niveles de monopolizacion, mas que competidores clasicos en un mundo anénimo de todos contra todos tal y como se presupone en gran parte de la literatura economica. Los principales directores ejecutivos se lla- man por el nombre de pila y conversan regularmente. Incluso los que no estén en buenos términos, como Murdoch y Ted Turner, de AOL-Time Warner, entienden que tienen que trabajar juntos «por el bien de todos». «A veces hay que apretar los dientes y tratar a tu enemigo como a un amigo», conce- de Frank Biondi, antiguo presidente de Universal. Como el director del enor- me grupo Cisneros de Venezuela, que esta en pleno combate con News Corporation por la television por satélite en Latinoamérica, explica de Murdoch: «Somos amigos. Siempre estamos hablando.» Ademas, todas las empresas de comunicacién de la primera y la segunda categoria estan conectadas a tra- vés de su dependencia de unos pocos bancos de inversiones como Morgan Stanley y Goldman Sachs, que respaldan la mayoria de las enormes fusiones de medios de comunicacién. Esos dos bancos solos sumaron cincuenta y dos acuerdos de fusién de medios de comunicacién y telecomunicaciones valo- rados en 450.000 millones de délares en el primer cuarto del afio 2000, y 138 acuerdos por valor de 433.000 millones de délares en todo 1999. Esta coordinaci6n consciente no afecta simplemente al comportamiento economico. Convierte a los gigantes mediaticos en lobbies politicos particu- larmente efectivos en los niveles nacional, regional y global. El sistema glo- bal de medios de comunicacion no es consecuencia de unos «mercados 120¢ CAPITULO 6 libres» ni de la ley natural. Es el resultado de importantes politicas de Estado puestas en prdctica para crear el sistema. Los gigantes mediaticos han teni- do un gran peso a la hora de diseriar esas leyes y regulaciones, y el publico tiende a tener poca o ninguna informacion al respecto. En los Estados Unidos, los lobbies de las corporaciones de medios de comunicacion son notables por su capacidad para lograr lo que desean de los politicos, sobre todo si su adversario no es también otro sector corporativo con gran poder, sino que se trata de esa entidad amorfa llamada «interés publico». En el afio 2000, por ejemplo, los gigantes corporativos mediaticos guiaron sus esfuerzos como lobby hacia la apertura del comercio con China y lucharon contra quienes planteaban dudas respecto a la libertad de expresion y de prensa. Es lo mismo en todo el mundo, y las corporaciones mediaticas tienen la ventaja adicional de controlar los medios informativos mismos, que serian el lugar en el que los ciudadanos esperarian encontrar la critica y la discusin de la politica de las comunicaciones en una sociedad libre. La experiencia es que las cor- poraciones mediaticas utilizan su dominio de los medios informativos en servicio propio, con lo que contribuyen a su propio peso politico Finalmente, cabria decir algo acerca de internet, el peso pesado de los medios de comunicacién y las comunicaciones globales. Internet se esta convirtiendo cada vez mas en parte de nuestros sistemas mediaticos y de telecomunicaciones, y esta experimentando una verdadera convergencia tec- nol6gica. En correspondencia, ha habido una oleada de fusiones entre medios de comunicaci6n tradicionales y firmas de telecomunicaciones, y entre éstas y empresas de internet e informaticas. Compafiias como Microsoft, AOL, AT&T y Telefonica se han convertido ya en competidores por derecho pro- pio en el sector de los medios de comunicacién. Es posible que el sistema medidtico global se halle en proceso de convergencia con las industrias de las telecomunicaciones y la informatica para formar un sistema global integra- do de comunicaciones en el que, en todas partes, entre seis y doce super- empresas seran las amas del corral. La idea de que internet nos «liberaria» y permitiria que cualquiera pudiera comunicarse efectivamente, por lo que socavaria el poder monopolista de los gigantes corporativos mediaticos, no se ha hecho realidad. Aunque internet promete grandes cosas en muchos aspectos, por si sola es incapaz de acabar con el poder de los gigantes media- ticos. En realidad, no se ha lanzado ningun sitio de contenido mediatico que sea comercialmente viable, y seria dificil encontrar un inversor con ganas de financiar més intentos. En la medida en que internet se ha convertido en parte del sistema de medios de comunicacién comercialmente viable, pare- ce estar bajo el control de los sospechosos corporativos habituales ROBERT W. MCCHESNEY °121 Medios de comunicacién globales y democracia neoliberal En la introduccion, aludia a la importancia del sistema global de medios de comunicacion para la formacion y la expansion de mercados globales y regio- nales de bienes y servicios, a menudo vendidos por las corporaciones mul- tinacionales mas grandes. El sistema global de medios de comunicacién que esta surgiendo también tiene significativas implicaciones culturales y polf- ticas, especificamente por lo que respecta a la democracia politica, al impe- rialismo y a la naturaleza de la resistencia socialista en los afos venideros. En el balance de este repaso, esbozaré algunos comentarios sobre estas cues- tiones. En el area de la democracia, la aparicién de un sistema mediatico tan altamente concentrado en manos de enormes intereses privados viola de forma fundamental cualquier nocién de libertad de prensa de la teoria demo- cratica. Los problemas que comporta que unos acaudalados propietarios privados dominen el periodismo y los medios de comunicacion de una socie- dad se han entendido bien desde el principio: el periodismo en particular, que es el oxigeno necesario para que sea viable el autogobierno, estara controlado por quienes se benefician de las desigualdades existentes y de la preserva- cion del statu quo. Los dos recursos tradicionales para proteger los valores democraticos en los medios de comunicacion —ninguno de los cuales es en modo alguno la «respuesta»— han dejado de ser pertinentes. En primer lugar, la compe- tencia en el mercado es del tipo oligopolista e, incluso dentro de su clase, es bastante débil en términos comparativos 0 histéricos. Es casi impensable para un ciudadano, ni siquiera para un capitalista con dinero, lanzar una empresa comercialmente viable que pueda competir de ti a ta con los gigan- tes de los medios de comunicacion. El mercado esta efectivamente cerrado a los extrafios. E incluso un mercado mas competitivo tiene claras limita- ciones para generar unos medios de comunicacion democraticos. En segun- do lugar, el medio aportado por el sistema comercial de medios de comunicacion para compensar la falta de competencia ha sido tradicional- mente la idea de que su periodismo esta sujeto al control de unos periodis- tas profesionales formados que serian neutrales y no partidistas. Tal idea fue siempre un constructo defectuoso, porque el poder sigue estando en manos de los propietarios y porque, por poca que fuera la prerrogativa profesional que existia para ir en contra de los intereses politicos y comerciales de los propietarios, ésta ha disminuido en la ultima década* * El proceso se documentaba en MR, en su edicién en inglés, en la «Review of the Month» (o “Comentario del mes") del numero de noviembre de 2000 [E.] 122¢ CAPITULO 6 El ataque que ha tenido lugar contra la autonomia profesional del perio- dismo forma parte simplemente de la transformacién neoliberal mas gene- ral de los medios de comunicacion y de las comunicaciones. Todos los valores y las instituciones de servicio publico que interfieren con la maximizacion del beneficio estan siendo triturados. En los medios de comunicacion, ello se ha puesto dramaticamente de manifiesto con la caida en desgracia de la radiotelevisi6n como servicio publico en gran parte del mundo. Dichos ser- vicios sobreviven tnicamente gracias a la tremenda fuerza de voluntad que han acumulado a lo largo de los attos, ya que van directamente en contra de la logica neoliberal de que lo que debe mandar son los beneficios del Estado alli donde sea posible generarlos. La UE ha adoptado la postura de condenar algunos de los tradicionales subsidios a las empresas de radiodi- fusion como servicio publico por tratarse de medidas «no competitivas», dado que ahora se presupone que la radiodifusion es ante todo ambito de los capitalistas. La radiotelevisin de servicio publico, que antes habia sido la pieza central de la socialdemocracia europea, se encuentra ahora a la defen- siva y esta quedando reducida cada vez mas a ocupar un hueco semico- mercial en el sistema global. El patético y desdentado sistema publico de radiotelevision de los Estados Unidos —una operacién casi comercial de bajo presupuesto dirigida a una pequena franja de la clase media-alta— es el modelo de radiotelevisién publica bajo los auspicios del neoliberalismo: No obstante, el neoliberalismo es mas que una teoria econdmica. Es tam- bién una teoria politica. Postula que el dominio de la sociedad por parte de las empresas funciona de forma mas efectiva cuando existe una democracia tepresentativa, pero solo si se trata de un sistema politico débil e inefectivo caracterizado por altos niveles de despolitizacion, sobre todo entre los pobres y la clase trabajadora. Es aqui donde es posible darse cuenta de por qué el sistema existente de medios de comunicacién comerciales es tan importan- te para el proyecto neoliberal: porque es singularmente brillante a la hora de generar el tipo preciso de falsa cultura politica que permite que el domi- nio de las empresas funcione sin recurtir a un estado policial y sin enfrentarse a una resistencia popular efectiva. Este argumento puede parecer que contradice la opinion bastante comin de quienes afirman que los conglomerados globales pueden tener en oca- siones un impacto positivo en la cultura, sobre todo cuando se introducen en naciones que han estado estrechamente controladas por unos sistemas mediaticos dirigidos por un circulo de amigos corruptos (como ha sucedi- do en gran parte de Latinoamérica) 0 que imponian una fuerte censura estatal a los medios de comunicacion (como en partes de Asia). De hecho, el sistema global de medios de comunicacién comerciales es radicalmente ROBERT W. MCCHESNEY 2123 burgués en el hecho de que no respeta, como término medio, ninguna tra- dicién ni costumbre si ésta se interpone en el camino de los beneficios. Pero, en ultima instancia, una vez que las relaciones capitalistas pasan a ser dominantes, el sistema global de medios de comunicacién comerciales es politicamente conservador, dado que los gigantes mediaticos son impor- tantes beneficiarios de la estructura social actual en todo el mundo y cual- quier agitacion en las relaciones sociales o de propiedad —en la medida, principalmente, en que reduce el poder de las empresas— es contraria a sus intereses. Algunas veces la parcialidad es explicita, y los soberanos corporativos como Rupert Murdoch sencillamente imponen sus posturas neoliberales a sus subordinados. Sin embargo, es mas frecuente que la parcialidad sea sutil y se deba puramente a intereses comerciales. Con la concentraci6n llega la hiper- comercialidad, con la que las empresas de comunicaci6n tienen mas capa- cidad para sacar provecho de sus actividades. Eso genera una parcialidad politica implicita en el contenido de los medios de comunicacion. El con- sumismo, la desigualdad de clases y el llamado «individualismo» tienden a asumirse como cosas naturales e incluso benignas, mientras que la activi- dad politica, los valores civicos y las actividades contrarias al mercado que- dan marginadas. El mejor periodismo se inclina por la clase empresarial y se adapta a sus necesidades y prejuicios. Con ciertas notables excepciones, el periodismo reservado a las masas tiende a conformarlo el tipo de tonterias que administran los gigantes mediaticos en sus emisoras de television esta- dounidenses. En la India, por ejemplo, influidas por los gigantes mediati- cos globales, «los medios informativos renovados [...] ahora se concentran mis en los diseiadores de modas y las reinas de la belleza que en la oscura realidad de un pais pobre y violento». Ese tipo de parcialidad suele ser bas- tante sutil. De hecho, la virtud del sistema comercial de medios de comu- nicacion es la falta general de censura abierta. Como senialaba George Orwell en su introduccion inédita a Rebelion en la granja, la censura en las socieda- des libres es infinitamente mas sofisticada y exhaustiva que en las dictadu- ras, porque «las ideas impopulares pueden silenciarse y los hechos inconvenientes pueden mantenerse en la oscuridad sin necesidad de prohi- bicién oficial.» Sin manifestar necesariamente una intencién conspiratoria y actuando segtin sus propios intereses fundamentales, los conglomerados de medios de comunicacién van suprimiendo gradualmente de la esfera publica las cuestiones sustanciales, a favor de los entretenimientos ligeros. En palabras de la ultima época de Emilio Azcérraga, el multimillonario fundador del grupo mexicano Televisa: «México es un pais con una clase modesta muy 1246 CAPITULO 6 jodida que nunca dejara de estar jodida. La television tiene la obligacion de llevar diversion a esa gente y alejarla de su triste realidad y su dificil futu- ro.» La combinacion del neoliberalismo con la cultura mediatica corporati- va tiende a propiciar una profunda despolitizacion. Solo hace falta mirar a los Estados Unidos para ver cual es el final logico de esa tendencia Medios de comunicacién globales e imperialismo La relacion entre el sistema global de medios de comunicacion y la cues- tion del imperialismo es compleja. En la década de 1970, gran parte del Tercer Mundo se movilizo a través de la UNESCO para luchar contra el imperialismo cultural de las potencias occidentales. Las naciones del Tercer Mundo desarrollaron planes para un Nuevo Orden Mundial de la Informacién y la Comunicacion (NWICO, en sus siglas inglesas), a fin de tratar de su preocupacion por que el dominio occidental del periodismo y de la cultura hiciera casi imposible que las naciones recientemente inde- pendientes escaparan al estatus colonial. Por toda Europa se escuchaban preocupaciones similares por el dominio estadounidense de los medios de comunicacién. La camparia del NWICO formaba parte de la lucha mas general en ese momento de las naciones del Tercer Mundo por enfrentarse formalmente a la cuestion de la desigualdad econémica global, que se con- sideraba un legado del imperialismo. Ambos movimientos fueron ensarta- dos por la espada del neoliberalismo esgrimida por los Estados Unidos y Gran Bretafia. El periodismo global esta dominado por los servicios informativos occi- dentales, que contemplan el capitalismo existente, los Estados Unidos, sus aliados y sus motivaciones de la forma mas condescendiente que sea posible imaginar. Por lo que respecta a la cultura, el «monstruo devorador de Hollywood» y el espectro del dominio cultural estadounidense siguen sien- do la preocupacién central de muchos paises, por razones evidentes. Las exportaciones de peliculas y programas de television norteamericanos aumen- 16 un 22% en 1999, y la lista de las 125 peliculas mas taquilleras de 1999 se compone casi exclusivamente de material de Hollywood. Si miramos nacién por nacion, incluso en un pais «culturalmente nacionalista» como Francia, nueve de las diez peliculas de mayor recaudacion en 1999 fueron produci- das por los gigantes de Hollywood. «Muchos intelectuales de izquierdas de Paris desprecian las peliculas norteamericanas, pero los franceses las devo- ran», sefialaba un productor de Hollywood. Igualmente, en Italia, la susti- tucion de las salas de pantalla unica por «multicines» ha contribuido a un dramatico descenso de las peliculas locales en taquilla. La moraleja para ROBERT W. MCCHESNEY 2125 muchos cineastas europeos es que es necesario trabajar en inglés y utilizar las convenciones cinematograficas de Hollywood para tener éxito. En Latinoamérica, la television por cable esta desbordada de canales de los gigantes mediaticos y la capital de facto de la region es Miami. Pero, con la economia politica global en proceso de cambio, seria pro- blematico dejar aqui la discusién. La idea de que las corporaciones media- ticas son simples proveedoras de cultura estadounidense es cada vez menos plausible, seguin el sistema de medios de comunicacion se va volviendo pro- gresivamente mas concentrado, comercializado y globalizaco. Como he sefta- lado antes, los gigantes mediaticos globales son las empresas mas genuinamente multinacionales, cuyos accionistas, cuyas sedes y cuyas ope- raciones estan diseminados por todo el planeta. El sistema mediatico global se entiende mejor como un sistema que pone en primer lugar los intereses y los valores corporativos y comerciales y denigra 0 ignora todo aquello que no pueda incorporarse a su mision. No existe ninguna diferencia discernible entre los contenidos de las diferentes compafiias, tanto si sus propietarios son accionistas japoneses 0 franceses como si su sede esta en Nueva York, Alemania o Sydney. En este sentido, la linea divisoria fundamental no es entre naciones-estados, sino entre ricos y pobres, y atraviesa las fronteras nacionales. Seguin van extendiendo sus tentaculos los conglomerados de medios de comunicacién, existen razones para creer que propiciaran que los gustos populares se vuelvan mas uniformes, al menos en algunos tipos de medios. de comunicacion. Baséndose en conversaciones con ejecutivos de Hollywood, el editor de Variety, Peter Bart, concluia que «el publico cinematografico que asiste a las salas se esta homogeneizando con rapidez». Mientras que antes las peliculas de accién eran las tnicas producciones que acertaban con segu- ridad en el ambito global —y las comedias eran considerablemente mas difi- ciles de exportar—, a finales de la década de 1990 comedias como La boda de mi mejor amigo y The Full Monty generaban entre 160 y 200 millones de dolares en taquilla fuera de los Estados Unidos. Cuando los publicos parecen preferir las producciones locales, las cor- poraciones mediaticas globales, en lugar de huir desesperadas, globalizan su produccién. Sony ha sido pionera en eso, y ha producido peliculas con empresas locales en China, Francia, India y México, por nombrar tan sélo unos cuantos paises. La aclamada industria doméstica india —«Bollywood»— también esta desarrollando estrechos vinculos con los gigantes globales de los medios de comunicacién. El proceso resulta atin mas visible en la industrial musical. De entre todos los medios de comunicacion electronicos, la musi- ca siempre ha sido el medio menos intensivo en capital y, por lo tanto, el 126° CAPITULO 6 mas abierto a la experimentacién y a las nuevas ideas. En 1993, los artistas que grabaron en los Estados Unidos generaron el 60% de sus ventas fuera del pais. Para 1998, la cifra habia descendido al 40%. Sin embargo, en lugar de plegar velas, las cuatro multinacionales que dominan el mercado de la musi- ca grabada estén ocupadas en establecer empresas locales subsidiarias en lugares como Brasil, donde «la gente esta totalmente entregada a la musica local», en palabras del redactor de una publicacion empresarial. Nuevamente, Sony ha liderado la iniciativa a la hora de firmar acuerdos de distribucién con sellos musicales independientes de todo el mundo Pero serfa un error dejarse convencer por la idea de que el sistema glo- bal de medios de comunicacion hace que las fronteras de las naciones-esta- do y el imperio geopolitico sean irrelevantes. Gran parte de la actividad capitalista contemporanea, y claramente la mayoria de la inversion y del empleo, opera principalmente dentro de unos limites nacionales, y su esta- do-nacién desempenia un papel clave a la hora de representar sus intereses El régimen global en su totalidad es el resultado de las estrategias politicas neoliberales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos. Y, atin mas importante, no muy lejos de la superficie se encuentra el papel del ejército estadounidense como policia global del capitalismo, con las corporaciones y los inversores afincados en los Estados Unidos al asiento del conductor. Recuérdense las palabras de aprobacién de Thomas Friedman: «La mano oculta del mercado nunca funcionarA sin un putio oculto. McDonald’s no puede florecer sin McDonnell Douglas, el disefiador de los F-15. Y el pufio oculto que hace que el mundo siga siendo un lugar seguro para las tecnologias de Silicon Valley lleva por nombre Fjército, Aviacion, Marina y Cuerpos de Marines de los Estados Unidos». En pocas palabras, es necesario desarrollar uma comprension de la globalizaci6n neoliberal articulada con el militarismo estadounidense —y las terribles implicaciones que ello sugiere—, mas que una explicacion opuesta a aquélla. Esa relacion clave entre el ejército estadounidense y el proyecto global neoliberal, una de las cuestiones politicas centrales de nuestro tiempo, tam- bién le resulta casi desconocida al periodismo de la CNN, propiedad de AOL-Time Warner, y de los demas gigantes corporativos de los medios de comunicacién, que cada vez mas son quienes proporcionan las noticias sus- tantivas de la politica internacional. La nocién misma de imperialismo ha sido rechazada como arma histérica 0 como tactica retérica de oportunis- tas desesperados y débiles mentales. A la vista de la interdependencia de las corporaciones mediaticas y el régimen global neoliberal, cualquier otro de- sarrollo hubiera resultado chocante. ROBERT W. MCCHESNEY °127 Las perspectivas Seria demasiado facil, dadas las condiciones que acabamos de exponer, sucumbir a la desesperacion o, simplemente, condescender con unos cam- bios ante los que no parece existir modo alguno de escape. Desde el punto de vista democratico, la situacién puede que parezca deprimente, y puede que resulte dificil albergar grandes esperanzas de que la cosa cambie. Como sefia~ laba un periodista sueco en 1997: «Desdichadamente, la tendencia esta muy clara, y avanza en la direccién equivocada en casi todos los ambitos; hay, ademas, una desesperante falta de debate publico sobre las implicaciones a largo plazo de los desarrollos actuales para la democracia y para la transpa- rencia de los gobiernos.» Pero el sistema global es altamente inestable. Por muy lucrativo que haya resultado el neoliberalismo para los ricos, ha sido un desastre para los pobres y las clases trabajadoras del mundo. Latinoamérica, lider en reformas del mercado desde la década de 1980, ha asistido a lo que un alto cargo del Banco Mundial califica de «un gran aumen- to de la desigualdad». El numero de personas en todo el mundo que viven con menos de | dolar al dia ha pasado de 1.200 millones en 1987 a 1.500 en el afio 2000, y parece que seguira aumentando en los proximos afios. La ética del «yo el primero, y que se jodan los demas» que promueve el neoli- beralismo ha contribuido a extender la corrupcién de los gobiernos, dado que la idea del servicio publico basado en unos principios resulta dificil de mantener. La estabilidad de la economia global en conjunto parece cada vez més fragil. Aunque el dominio de los medios de comunicacion comerciales hace que la resistencia resulte mas dificil, ha empezado a surgir una oposi- cin bien extendida a todas esas tendencias en forma de grandes manifes- taciones por todo el planeta, incluidos los Estados Unidos. Parece que la despolitizacion que favorecen el neoliberalismo y los medios de comunica- cion comerciales esta chocando con la cruda realidad de la explotacion, la desigualdad y la bancarrota de la politica y la cultura capitalista que expe- rimentan partes significativas de la poblacion. Igual que parecia que toda resistencia organizada al capitalismo habia sido abatida, ahora amenaza con levantarse de nuevo desde el suelo mismo. Eso me lleva al tiltimo de los puntos que deseo expresar. Lo que resulta sorprendente es que los movimientos politicos anti-neoliberales de todo el mundo estan incluyendo cada vez més la cuestién de los medios de comu- nicacion en sus plataformas politicas. Desde Suecia, Francia y la India hasta Australia, Nueva Zelanda y Canada, los partidos politicos de la izquierda democratica estan otorgando a la reforma estructural de los medios de comu- nicacion —por ejemplo, la particion de las grandes compatias, la revitali- 1286 CAPITULO 6 zacion de la radiotelevision no comercial y sin animo de obtener beneficio, la creacion de un sector de medios de comunicacién independientes y sin animo de lucro sometido al control popular— un papel més importante en sus plataformas. Estan descubriendo que es una cuestién que tiene éxito entre la poblacion en general. Otros activistas estan insistiendo considera- blemente en el desarrollo de medios de comunicacion independientes, Ila- mados «piratas», para contrarrestar el sistema corporativo. En el otro lado del tablero, entre la izquierda anti-neoliberal y socialista, hay un reconocimiento de que la cuestion de los medios de comunicacion ha aumentado formida- blemente en importancia y de que ningtin movimiento social que vaya a triunfar puede darle de lado como algo que ya se abordara «después de la revolucién». La organizacién en defensa de unos medios de comunicacién democraticos debe formar parte de la lucha presente si queremos tener algu- na oportunidad viable de triunfo.

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