Medios de comunicaci6n
globales, neoliberalismo
e imperialismo
Robert W. McChesney
n el discurso convencional, la presente época histérica suele carac-
terizarse como una era de globalizacion, revolucion tecnologica y
democratizacion. En los tres ambitos, las comunicaciones y los medios
de comunicacion juegan un papel central, quizds hasta definitorio. Podria
decirse que la globalizacion economica y cultural seria imposible sin un
sistema global de medios de comunicacién que propicie unos mercados
globales y promocione los valores del consumo. El drastico desarrollo de
las comunicaciones digitales y de la informatica constituye la esencia misma
de la revolucion tecnologica. El argumento de que los terribles viejos tiem-
pos de estados policiales y regimenes autoritarios es poco probable que
vuelvan parte de la premisa de que las nuevas tecnologias de la comuni-
cacion, junto con los mercados globales, socavan, o incluso suprimen, la
capacidad de los «lideres supremos» para gobernar con impunidad.
Para aquellos que alientan el capitalismo, como Thomas Friedman, del
The New York Times, todo ello sugiere que la raza humana esta entrando en
una nueva Edad de Oro. Todo lo que la gente tiene que hacer es sentarse,
cerrar la boca y comprar, y dejar que los mercadbs y las tecnologias pongan
en practica sus poderes magicos. Para los socialistas y para las personas com-
* Articulo publicado en MR, vol. 52, n° 10, marzo de 2001, pp. 1-19. Traduccién de Joan
Quesada. Una versién de este trabajo fue presentada en la conferencia de la UNESCO sobre el
futuro de los medios de comunicacién globales en Santiago de Compostela, noviembre de
2000. Las notas al pie pueden obtenerse enviando un e-mail al autor a rwmeches@uiuc.edu110 ¢ CAPITULO 6
prometidas con un cambio social radical, todas esas afirmaciones hay que
contemplarlas con el maximo escepticismo. En mi opinién, la nocién de
globalizacion, tal y como se la suele utilizar para describir una especie de
fuerza sobrenatural e inexorable, algo asi como el fin mismo del capitalis-
mo, es engajiosa y esta cargada de ideologia. Un término superior seria el
de «neoliberalismo». Este hace referencia al conjunto de politicas naciona-
les e internacionales que reivindican que la empresa sea la que domine todas
las cuestiones sociales y que las fuerzas compensatorias sean las minimas.
Los gobiernos deben seguir siendo fuertes para servir mejor a los intereses
corporativos, pero deben minimizar las actuaciones susceptibles de socavar
la autoridad de las empresas y las personas pudientes. El neoliberalismo
suele entremezclarse casi siempre con una profunda creencia en la capacidad
de los mercados para utilizar las nuevas tecnologias a fin de resolver los pro-
blemas sociales mucho mejor que cualquier altenativa concebible. La pie-
dra angular de las politicas neoliberales es invariablemente la exigencia de
desregulacién de los medios de comunicacioén comerciales y del mercado
de las comunicaciones. En la practica, lo que eso significa es la «re-regula-
cién» de éstos para servir a los intereses corporativos.
Si se la entiende mas como la era del neoliberalismo que la de la globa-
lizacién, la presente época parece menos la consecuencia de unas fuerzas
naturales incontrolables y se presenta mas como el tiltimo estadio en la lucha
de clases dentro del capitalismo. Las implicaciones antidemocraticas, en
lugar de resultar barridas y quedar ocultas bajo la alfombra, como ocurre
en el discurso convencional, pasan a primer plano y cobran una importan-
cia central. Me propongo trazar aqui los principales desarrollos, y el perfil,
del sistema mediatico global que esta surgiendo, asi como sus implicacio-
nes politicas y econémicas. En mi opinion, si se examina de cerca la eco-
nomia politica de los medios y de las industrias de la comunicacién globales
contemporaneos, es posible eliminar gran parte de la mitologia y de la moda
que envuelve a nuestra época y llegar a los fundamentos de una comprensién
mucho mis exacta de lo que esta sucediendo, asi como de lo que deben
hacer los socialistas para organizarse de manera efectiva en aras de la justi-
cia social y de los valores democraticos.
El sistema mediatico global
Antes de las décadas de 1980 y 1990, el tipico sistema de medios de comu-
nicacién nacional lo conformaban unas industrias radiofénica, televisiva y
de prensa de propiedad doméstica. Existia un importante mercado para la
importacin de peliculas, programas de television, musica y libros, que ten-ROBERT W. MCCHESNEY e111
dia a estar dominado por empresas afincadas en los Estados Unidos. Pero
lo que predominaba en el sistema de medios de comunicaci6n eran los inte-
reses comerciales locales, combinados en ocasiones con un servicio de radio-
television de filiacién publica. Todo eso esta cambiando, y rapidamente.
Mientras que los sistemas mediaticos previos eran primordialmente nacionales,
en los ultimos pocos afios ha aparecido un mercado global de medios de
comunicacién comerciales. Para comprender los medios de comunicacién
actuales y del futuro, debemos empezar por comprender el sistema global,
para introducir después las diferencias en los niveles nacional y local. «A lo
que estamos asistiendo», dice Christopher Dixon, analista mediatico de la
firma de inversiones PaineWebber, «es a la creacion de un oligopolio glo-
bal. Ya les paso a las industrias petrolera y automovilistica anteriormente en
este siglo; ahora le esta sucediendo a la industria del entretenimiento».
Ese oligopolio global presenta dos facetas distintas, aunque relaciona-
das. En primer lugar, significa que las empresas dominantes —casi todas
con base en los Estados Unidos— se estan extendiendo por todo el planeta
aun ritmo vertiginoso. La cuestién es capitalizar el potencial de crecimien-
to en el exterior sin verse desbancados por los competidores, dado que el
mercado estadounidense esta ya bien desarrollado y sélo permite una expan-
sion discreta. Como ha dicho Sumner Redstone, director ejecutivo de Viacom,
«las empresas se estan concentrando en los mercados que prometen mayo-
res ingresos, lo que quiere decir que estan centrando sus esfuerzos en el
exterior». Frank Biondi, antiguo consejero de los estudios Universal, pro-
piedad de Vivendi, afirma que «el 99% del éxito a largo plazo de estas com-
pafiias va a pasar por una ejecutoria satisfactoria en el exterior».
Cada vez mas, las empresas dominantes en el sector mediatico se ven a
s{ mismas como entidades globales. El director ejecutivo de Bertelsmann,
Thomas Middelhoff, mont6 en célera cuando alguien dijo en 1998 que era
impropio que una empresa alemana controlara el 15% de los mercados edi-
torial y musical de los Estados Unidos. «No somos extranjeros. Somos inter-
nacionales», dijo Middelhoff. «Yo soy un norteamericano con pasaporte
aleman.» En el afio 2000, Middelhoff declaraba que Bertelsmann ya no era
una empresa alemana. «Somos en realidad la empresa mediatica mas glo-
bal.» Igualmente, Gerald Levin, de AOL-Time Warner, afirmaba: «No que-
remos que se nos vea como una empresa norteamericana. Nosotros pensamos
en términos globales.»
En segundo lugar, la convergencia y la consolidacion estan a la orden del
dia. Las empresas especificas de medios de comunicacion se estén concen-
trando cada vez mas, y los que dominan el juego en cada una de las indus-
trias mediaticas son cada vez mas empresas subsidiarias de gigantescosW12¢ CAPITULO 6
conglomerados de medios de comunicacion. Por poner un pequefio ejemplo,
el mercado estadounidense de publicaciones educativas esta controlado en la
actualidad por cuatro empresas, mientras que hace tan poco como en 1980
habia dos docenas de competidores viables. El nivel de fusiones y adquisi-
ciones es escalofriante. En la primera mitad del afio 2000, el volumen de acuer-
dos de fusion en el ambito de los medios de comunicacion globales, internet
y las telecomunicaciones sum6 un total de 300.000 millones de dolares, el
triple que en los seis primeros meses de 1999 y exponencialmente mayor que
la cifra de hace 10 afios. La logica que guia a las empresas mediaticas en todo
esto esta clara: o te haces muy grande en muy poco tiempo 0 resultarés comi-
do por alguien. Es una tendencia similar a la que se esta dando en otras indus-
trias. «Al final del juego quedardén menos de un putiado de ganadores»,
anunciaba el director ejecutivo de Chase Manhattan en septiembre de 2000.
«Nosotros queremos quedar ganadores cuando el juego finalice.»
Pero en pocas industrias el nivel de concentracion ha sido tan sorpren-
dente como en los medios de comunicacién. En muy poco tiempo, el mercado
mediatico global se ha visto dominado por siete corporaciones multi-
nacionales: Disney, AOL-Time Warner, Sony, News Corporation, Viacom,
Vivendi y Bertelsmann. Ninguna de esas empresas existia en su forma pre-
sente como compafifa mediatica hace tan poco como quince atios. Hoy en dia,
casi todas ellas figuraran entre las 300 mayores empresas no financieras del
mundo en 2001. De las siete, sdlo tres son empresas verdaderamente esta-
dounidenses, aunque todas ellas realizan alli sus operaciones centrales. Entre
las siete son propietarias de los principales estudios cinematograficos y de
todas las cadenas de televisién estadounidenses excepto una; del pufiado
de compafiias que controlan el 80-85% del mercado musical global; de la
mayor parte de la radiotelevision por satélite de alcance mundial; de un por-
centaje significativo de la publicacién de libros y revistas comerciales; de la
totalidad o la mayor parte de los canales de television por cable de los Estados
Unidos y del mundo; de una porcién significativa de television terrestre
europea (la television tradicional por ondas aéreas); y asi sucesivamente.
De acuerdo con una mayoria de informaciones, el nivel de concentra-
cion sélo es previsible que aumente en el futuro proximo. «Estoy conven-
cido de que nos dirigimos hacia un mundo de companias verticalmente
integradas donde sélo los grandes sobreviviran», decia Gordon Crawford,
ejecutivo de Capital Research & Management, fondo mutuo que es uno de
los mayores accionistas de muchas de las siete compariias que acabamos de
mencionar. Para que sobrevivan las empresas, observa Business Week, la velo-
cidad es lo esencial: «el tiempo vuela». «En un mundo que avanza hacia la
existencia de cinco, seis, siete compariias de medios de comunicacién, unoROBERT W. MCCHESNEY °113
no quiere encontrarse en una posicion en la que haya de depender de los
demas», afirma Peter Chernin, presidente de News Corporation. «Hace falta
ser lo suficientemente dominante en el mercado como para que la gente se
vea forzada a negociar contigo.» Explica Chernin: «Hay grandes polémicas
sobre si lo que manda es el contenido o la distribucion. Al final, lo que
manda es la escala. Si puedes distribuir los costes entre una gran base, pue-
des desbancar a tus competidores por la programacion y otros activos que de-
sees adquirir.» Para el afio 2000, estaban ganando prominencia los grandes
acuerdos interfronterizos, como la fusion de las operaciones televisivas de
Pearson con CLT (Compagnie Luxemburgeoise de Teélédiffusion) y
Bertelsmann, o la compra de Universal por parte de Vivendi
La empresa de Chernin, la News Corporation de Rupert Murdoch, es
posible que sea la mas agresiva entre las empresas pioneras a nivel global,
aunque también podria argumentarse a favor de Sony, Bertelsmann 0 AOL-
Time Warner. Murdoch posee servicios de television por satélite que van
desde Asia hasta Europa y Latinoamérica. Su Star TV es la que predomina
en Asia, con treinta canales en siete lenguas. El servidor de television de
News Corporation en China, Phoenix TV, de la que posee un 45%, llega en
la actualidad a 45 millones de hogares en ese pais, y el afio pasado aumen-
t6 sus beneficios por publicidad en un 80%. Y eso apenas si alcanza para
empezar a describir la totalidad de la cartera de activos de News Corporation:
las peliculas de Twentieth Century Fox, la cadena de television Fox TV, la
editorial HarperCollins, emisoras de television, canales de television por
cable, revistas, mas de 130 diarios y equipos deportivos profesionales.
{Por qué ha sucedido todo esto? La explicacion convencional es que se
debe a la tecnologia, es decir: las radicales mejoras en la tecnologia de las
comunicaciones hicieron que los imperios mediaticos globales fueran facti-
bles y lucrativos de un modo que resultaba impensable en el pasado. Es algo
asi como la explicacion tecnologica de la globalizacion con letras maytiscu-
las. Pero, en el mejor de los casos, se trata tan solo de una explicacion par-
cial. La verdadera fuerza motriz ha sido la incesante busqueda de beneficios
que caracteriza al capitalismo, que ha ejercido su presion para que se diera
un cambio hacia la desregulacién neoliberal. Para los medios de comunica-
cion, eso significa la relajacion o la supresion de las barreras a la explota-
ci6n comercial de medios de comunicacion y a la concentracion de la
propiedad de dichos medios. No hay nada inherente a la tecnologia que
exija el neoliberalismo. Las nuevas comunicaciones digitales se podrian haber
utilizado, por ejemplo, para mejorar simplemente los medios de comuni-
cacion de servicio publico, si asi lo hubiera elegido la sociedad. Con unos
valores neoliberales, no obstante, la television, que habia sido un coto no1146 CAPITULO 6
comercial en muchos paises, de repente paso a estar sujeta al desarrollo
comercial transnacional y ha estado presente en el centro mismo de la apa-
ricién de un sistema global de medios de comunicaci6n.
Una vez iniciada la desregulacion de los medios de comunicacion en las
grandes naciones, como los Estados Unidos y Gran Bretafia, siguieron a ésta
medidas globales tales como el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio
(NAFTA) y la creacion de la Organizacién Mundial del Comercio (OMC),
todas ellas disefiadas para eliminar las trabas a la inversion y a las ventas de
las corporaciones multinacionales en los mercados regionales y globales.
Eso ha sentado los cimientos para la creacion de un sistema global de medios
de comunicacién dominado por los conglomerados a los que nos referia-
mos antes. Ahora que ya esta en su sitio, el sistema sigue su propia logica. Las
empresas se ven obligadas a ser cada vez mayores y mas diversificadas para
reducir riesgos y mejorar las oportunidades de obtener beneficios, y a esta~
blecerse por todo el planeta para no verse nunca desbordadas por sus com-
petidores. Se trata de un mercado que algunos prevén que produzca billones
de dolares de ingresos dentro de una década. Si eso es asi, las compafiias
que ocupen los primeros lugares puede que algtin dia se encuentren situa-
das entre las dos o tres docenas de empresas mas grandes del mundo.
El desarrollo de un sistema global de medios de comunicacién no care-
ce de oposicion. Mientras que los conglomerados mediaticos presionan para
lograr politicas que favorezcan su dominio de los mercados a lo largo y ancho
del planeta, siguen persistiendo unas fuertes tradiciones de proteccion de
los medios de comunicacién y las industrias culturales de caracter doméstico.
Todo un abanico de naciones que va desde Noruega, Dinamarca y Espatia
hasta México, Sudafrica y Corea del Sur mantienen vivas sus pequefias indus-
trias domésticas de produccion cinematografica por medio de subsidios
gubernamentales. En el verano de 1998, los ministros de cultura de veinte
naciones, incluidas Brasil, México, Suecia, Italia y Costa de Marfil, se reu-
nieron en Ottawa para discutir la manera de «crear algunas reglas funda-
mentales» para proteger su tasa de produccion cultural del «monstruo
devorador de Hollywood». La recomendacién principal fue mantener la cul-
tura fuera del control de la OMC. Una cumbre similar en 1998, patrocina-
da por las Naciones Unidas en Estocolmo, recomendaba conceder a la cultura
una exencion especial de los acuerdos comerciales globales.
Los proponentes del neoliberalismo de todos los paises argumentan que
las barreras al comercio cultural y la regulacion perjudican a los consumi-
dores, y que las subvenciones inhiben la capacidad de las naciones para de-
sarrollar sus propias empresas mediaticas competitivas. A menudo existen
potentes lobbies de los medios de comunicacién comerciales dentro de algu-ROBERT W. MCCHESNEY 2115
nas naciones que sienten que tienen mas que ganar si abren las fronteras
que si mantienen las barreras comerciales. En 1998, por ejemplo, cuando
el gobierno britanico propuso una tasa voluntaria aplicable a los beneficios
de las salas de cine (que exhiben en su mayoria peliculas de Hollywood)
para beneficiar a la industria comercial cinematografica britanica, las empre-
sas de radiotelevision del pais, que no querian oponerse a las empresas que
las abastecian de programas, presionaron en contra de la medida hasta que
ésta desaparecié
Si la OMC es una organizacion explicitamente pro-comercial, el Sindicato
Internacional de Telecomunicaciones (ITU), el organismo global regulador
de las telecomunicaciones, sdlo ha llegado a convertirse en una organiza-
cion pro-comercial después de alejarse sustancialmente de su tradicional
compromiso con los valores del servicio publico. También la Comision
Europea (CE), brazo ejecutivo de la Union Europea (UE), se encuentra siem-
pre en medio de cualquier controversia que pueda existir con respecto a las
politicas de medios de comunicaci6n, y su poder es considerablemente
mayor que el del ITU. Por un lado, la CE se esfuerza por crear unos gigan-
tes mediaticos paneuropeos capaces de batirse en igualdad de condiciones con
los gigantes con base en los Estados Unidos. Por el otro, se esfuerza en man-
tener una cierta apariencia de mercados competitivos, por lo que de vez en
cuando rechaza las fusiones de medios que se le proponen por resultar anti-
competitivas. No obstante, como institucién cuasi-democratica, la UE se
encuentra sujeta a una cierta presion popular que poco simpatiza con los
intereses comerciales. Cuando Suecia asumié la presidencia rotativa de la
UE en 2001, los suecos empezaron a presionar para que su prohibicion
doméstica de publicidad infantil televisiva se convirtiera en ley para todas
las naciones de la UE. Si eso ocurriera, seria el intento mas radical hasta la
fecha de limitar las prerrogativas de los gigantes corporativos mediaticos
que dominan la television comercial infantil.
Quizas la mejor forma de entender la estrecha vinculacion del sistema
global comercial de medios de comunicacion con la economia capitalista glo-
bal neoliberal sea atender al papel que juega la publicidad. La publicidad es
un gasto comercial que efecttian las mayores empresas de la economia. El
sistema de medios de comunicacién comerciales es la correa de transmision
necesaria para que las empresas comercialicen sus articulos por todo el mundo.
De hecho, la globalizacién tal y como la conocemos no podria existir sin
aquél. Una proporcion tan enorme como tres cuartos del gasto global en
publicidad acaba en los bolsillos de una mera veintena de empresas media-
ticas. El gasto publicitario ha aumentado a pasos agigantados a lo largo de la
pasada década, a medida que la television se iba abriendo a la explotacién116 CAPITULO 6
comercial, y esta aumentando a mas del doble de la tasa de crecimiento del
PIB. El gasto publicitario en Latinoamérica, por ejemplo, se espera que aumen-
te casi un 8% tanto en el afio 2000 como en el 2001. Las que coordinan esta
industria de 350.000 millones dolares son cinco 0 seis empresas propieta-
rias de las superagencias de publicidad que aparecieron en la pasada década
para dominar completamente el comercio global. La consolidacién es tan
pronunciada en la industria publicitaria global como en los medios de comu-
nicaci6n globales, y ambas estén relacionadas. «Las mega-agencias estan en una
fantastica posicién para ocuparse de los negocios de los mega-clientes» sefia-
la un ejecutivo publicitario. Es «absolutamente necesario [...] que las agen-
cias se consoliden. El lema aqui es ser grande. De forma que estan obligadas
a ser grandes», sostenta otro ejecutivo.
Aun quedan algunas otras cuestiones que exponer para enfocar desde la
perspectiva adecuada el sistema global de medios de comunicacion. El mer-
cado mediatico global se acaba de redondear con la presencia de una segun-
da categoria de seis o siete docenas de empresas que funcionan como si de
plantas de energia nacionales o regionales se tratara, 0 que controlan hue-
cos especificos del mercado como son las publicaciones comerciales 0 empre-
sariales. Entre un tercio y la mitad de esas empresas de segundo rango
proceden de Norteamérica, la mayor parte de las demas son de la Europa
occidental y de Japon. Muchos conglomerados nacionales y regionales se
han creado a remolque de imperios editoriales 0 televisivos. Todas estas
empresas de segundo rango son gigantes por derecho propio y suelen figu-
rar entre las mil mayores empresas del mundo, con un volumen anual de
negocio que supera los 1.000 millones de dolares. La lista de empresas de
segundo orden en Norteamérica incluye a Tribune Company, Dow Jones,
Gannett, Knight-Ridder, Hearst y Advance Publications; entre las europeas
figuran el Kirch Group, Mediaset, Prisa, Pearson, Reuters y Reed Elsevier.
Las empresas japonesas, aparte de Sony, siguen siendo productoras casi
exclusivamente domésticas.
Esta segunda categoria también ha cristalizado con bastante rapidez. En
todo el planeta ha habido una sacudida en los mercados medi
nales y regionales, y las empresas pequefias se han visto engullidas por las
medianas, y las medianas por las grandes. En comparaci6n con hace diez o
veinte amos, un ntiimero mucho menor de empresas mucho mas grandes
domina ahora los medios de comunicacién de nivel nacional y regional. En
Gran Bretafa, por ejemplo, una de las pocas editoriales independientes dedi-
cada a la publicacion de libros que atin quedaban, Fourth Estate, fue vendida
en el afio 2000 a HarperCollins, de Murdoch. Una oleada de fusiones ha
dejado a la television alemana —el segundo mayor mercado del mundo—
cos nacio-ROBERT W. MCCHESNEY 0117
como el reino privado de Bertelsmann y Kirch. En realidad, las diversas
fusiones han provocado que la television terrestre europea quedara domi-
nada por cinco empresas, tres de las cuales figuran en la primera categoria
en el nivel global. La situacién mas desoladora puede que sea la de Nueva
Zelanda, donde la industria de la prensa es mayormente el feudo del aus-
traliano-americano Rupert Murdoch y del irlandés Tony O'Reilly, quien tam-
bién domina la radio comercial neozelandesa y posee una enorme
participacion en la publicacion de revistas. Murdoch controla también la
television de pago. En pocas palabras, los que gobiernan el sistema de medios
de comunicacion de Nueva Zelanda cabrian juntos en un armario.
Las corporaciones de la segunda categorfa, igual que las de la primera, tie-
nen necesidad de salir de sus fronteras nacionales. «Las fronteras han de-
saparecido. Tenemos que crecer», afirmaba el director de CanWest Global
Communication en el atio 2000. «No tenemos intencion de convertirnos en
uno de los cadaveres que yacen en las cunetas de la autopista de la infor-
macion [...] Hemos de convertirnos algin dia en Columbia o Warner Bros.»
El director ejecutivo de Bonnier, el mayor conglomerado mediatico de Suecia,
dice que, para sobrevivir, «queremos ser la empresa de comunicacion lider
de la Europa del norte». Los magnates australianos de las comunicaciones,
siguiendo la estela de Murdoch, tienen como lema «expandirse 0 morir».
Tal y como expresa uno de ellos, «realmente no se puede seguir creciendo
como empresa proveedora australiana en Australia». Mediaset, el coloso ita-
liano propiedad de Berlusconi, esta encarando su expansion al resto de
Europa y Latinoamérica. Quizés el ejemplo mas sorprendente de globaliza-
cién en esta segunda categoria sea Hicks, Muse, Tate y Furst, el coloso esta-
dounidense de la radio/publicacion/television/vallas anunciadores/salas de
cine creado casi de la noche a la mafana. Entre 1998 y 2000 gast6 casi 2.000
millones de dolares en busqueda de activos de comunicacion en México,
Argentina, Brasil y Venezuela.
Dificilmente se puede considerar a las empresas mediaticas de segundo
rango como “opositoras” al sistema global. Lo mismo es cierto de los paises
en vias de desarrollo. Televisa en México, Globo en Brasil, Clarin en Argentina
y el Grupo Cisneros en Venezuela, por ejemplo, figuran entre las sesenta 0
setenta mayores corporaciones mediaticas del mundo. Todas esas empresas
tienden a dominar sus propios mercados nacionales y regionales, que tam-
bién han experimentado una rapida consolidacion. Generan gran parte de sus
ingresos a partir de la publicidad corporativa de orden multinacional. Ademas,
mantienen gran cantidad de vinculos y de empresas conjuntas (joint ventu-
res) con las mayores multinacionales de la comunicacion, asi como con los
bancos de inversiones de Wall Street. En Latinoamérica, por ejemplo, las118 ¢ CAPITULO 6
empresas de segundo rango trabajan estrechamente con los gigantes esta-
dounidenses que se estan repartiendo entre si el pastel de los medios de
comunicacion comerciales. Lo que Televisa o Globo pueden ofrecerle a News
Corporation, por ejemplo, es su dominio de los politicos locales y la apa-
riencia de un control local de sus empresas conjuntas. Y, al igual que las
empresas de segundo rango de todas partes, también estan desarrollando
operaciones globales, sobre todo en naciones que hablan la misma lengua.
Como consecuencia, las empresas mediaticas de segundo rango de las nacio-
nes en vias de desarrollo tienden a tener agendas politicas pro-comerciales
y a apoyar la expansion del mercado mediatico global, lo que las enfrenta
con grandes segmentos de la poblacion de sus propios paises
Juntos, los setenta u ochenta colosos de primer y segundo orden con-
trolan gran parte de los medios de comunicacién del mundo: publicacion
de libros, revistas y periddicos; grabacién musical; produccién televisiva;
cadenas de television y canales por cable; sistemas de television por satélite;
produccién cinematografica, y salas de cine. Pero el sistema todavia esta evo-
lucionando mucho. EI resultado final de toda esa actividad entre las empre-
sas mediaticas de segundo orden es probable que sea la creacién de uno o dos
colosos mas, y es casi seguro que eso significa que el numero de competi-
dores viables dentro del sistema seguira cayendo en picado. Estan apare-
ciendo algunas nuevas empresas de segundo rango, sobre todo en los
lucrativos mercados asiaticos, y es probable que haya més turbulencia entre
las filas de los gigantes mediaticos de primer rango. Y las corporaciones tam-
poco obtienen garantias de triunfo por el mero hecho de volverse globales
La cuestion es que, en eso, no tienen eleccion. Algunas, quizés muchas, vaci-
laran al adquirir deudas excesivas o al entrar en empresas conjuntas poco
rentables, o al enfrentarse a una mayor competencia. Pero lo mas probable
es que estemos mas cerca del final del proceso de creacion de un mercado glo-
bal estable de medios de comunicacion que del principio. Y, seguin éste va
tomando forma, hay una clara probabilidad de que las principales empre-
sas de medios de comunicacién mundiales se encontraran en una posicion
muy provechosa, Eso es lo que buscan asegurarse a toda velocidad.
EI sistema global de medios de comunicaci6n es competitivo sélo parcial-
mente, en cualquier sentido econdmicamente significativo que se le quiera
dar al término. Muchas de las mayores empresas mediaticas comparten los
mismos accionistas principales, son propietarias las unas de las otras, 0 sus
juntas directivas se entrecruzan. Cuando Variety confeccion6 su lista de las
cincuenta mayores compafifas mediaticas globales de 1997, observaba que la
“fusionmanta” y la propiedad entrecruzada habian creado una compleja red
de interrelaciones capaz de «marear a cualquiera». El mercado global propiciaROBERT W. MCCHESNEY 0119
con fuerza que las corporaciones establezcan sociedades conjuntas en térmi-
nos de paridad, en los que dos o més gigantes de los medios de comunica-
cién comparten la propiedad de una empresa. De este modo, las compafifas
reducen la competencia y el riesgo y aumentan la probabilidad de obtener
rentabilidad. Como expresaba en Variety el director ejecutivo de Sogecable, la
mayor empresa de medios de comunicacién de Esparia y una de las doce
mayores empresas privadas de medios de comunicacién de Europa, la estra-
tegia «no es competir con las comparifas internacionales, sino unirse a ellas».
En algunos respectos, el mercado mediatico global se parece més a un cartel que
al mercado competitivo que aparece en los libros de texto de economia.
Es imposible insistir demasiado en este punto. En los mercados compe-
titivos, en teoria, existen numerosos productores que se dejan la piel sin pre-
ocuparse demasiado el uno del otro mientras venden lo que producen al
precio del mercado, sobre el cual no tienen ningun control. En un cierto
nivel, es cierto que esas compafifas compiten con fuerza de una forma oli-
gopolista. Pero todas luchan por minimizar los efectos de la competencia.
Las empresas de medios de comunicacién de hoy en dia son lo que Joseph
Schumpeter denomin6 competidores «correspectivos», tipicos de situacio-
nes con altos niveles de monopolizacion, mas que competidores clasicos en
un mundo anénimo de todos contra todos tal y como se presupone en gran
parte de la literatura economica. Los principales directores ejecutivos se lla-
man por el nombre de pila y conversan regularmente. Incluso los que no
estén en buenos términos, como Murdoch y Ted Turner, de AOL-Time Warner,
entienden que tienen que trabajar juntos «por el bien de todos». «A veces
hay que apretar los dientes y tratar a tu enemigo como a un amigo», conce-
de Frank Biondi, antiguo presidente de Universal. Como el director del enor-
me grupo Cisneros de Venezuela, que esta en pleno combate con News
Corporation por la television por satélite en Latinoamérica, explica de Murdoch:
«Somos amigos. Siempre estamos hablando.» Ademas, todas las empresas
de comunicacién de la primera y la segunda categoria estan conectadas a tra-
vés de su dependencia de unos pocos bancos de inversiones como Morgan
Stanley y Goldman Sachs, que respaldan la mayoria de las enormes fusiones
de medios de comunicacién. Esos dos bancos solos sumaron cincuenta y dos
acuerdos de fusién de medios de comunicacién y telecomunicaciones valo-
rados en 450.000 millones de délares en el primer cuarto del afio 2000, y
138 acuerdos por valor de 433.000 millones de délares en todo 1999.
Esta coordinaci6n consciente no afecta simplemente al comportamiento
economico. Convierte a los gigantes mediaticos en lobbies politicos particu-
larmente efectivos en los niveles nacional, regional y global. El sistema glo-
bal de medios de comunicacion no es consecuencia de unos «mercados120¢ CAPITULO 6
libres» ni de la ley natural. Es el resultado de importantes politicas de Estado
puestas en prdctica para crear el sistema. Los gigantes mediaticos han teni-
do un gran peso a la hora de diseriar esas leyes y regulaciones, y el publico
tiende a tener poca o ninguna informacion al respecto. En los Estados Unidos,
los lobbies de las corporaciones de medios de comunicacion son notables
por su capacidad para lograr lo que desean de los politicos, sobre todo si su
adversario no es también otro sector corporativo con gran poder, sino que se
trata de esa entidad amorfa llamada «interés publico». En el afio 2000, por
ejemplo, los gigantes corporativos mediaticos guiaron sus esfuerzos como
lobby hacia la apertura del comercio con China y lucharon contra quienes
planteaban dudas respecto a la libertad de expresion y de prensa. Es lo mismo
en todo el mundo, y las corporaciones mediaticas tienen la ventaja adicional
de controlar los medios informativos mismos, que serian el lugar en el que
los ciudadanos esperarian encontrar la critica y la discusin de la politica
de las comunicaciones en una sociedad libre. La experiencia es que las cor-
poraciones mediaticas utilizan su dominio de los medios informativos en
servicio propio, con lo que contribuyen a su propio peso politico
Finalmente, cabria decir algo acerca de internet, el peso pesado de los
medios de comunicacién y las comunicaciones globales. Internet se esta
convirtiendo cada vez mas en parte de nuestros sistemas mediaticos y de
telecomunicaciones, y esta experimentando una verdadera convergencia tec-
nol6gica. En correspondencia, ha habido una oleada de fusiones entre medios
de comunicaci6n tradicionales y firmas de telecomunicaciones, y entre éstas
y empresas de internet e informaticas. Compafiias como Microsoft, AOL,
AT&T y Telefonica se han convertido ya en competidores por derecho pro-
pio en el sector de los medios de comunicacién. Es posible que el sistema
medidtico global se halle en proceso de convergencia con las industrias de las
telecomunicaciones y la informatica para formar un sistema global integra-
do de comunicaciones en el que, en todas partes, entre seis y doce super-
empresas seran las amas del corral. La idea de que internet nos «liberaria» y
permitiria que cualquiera pudiera comunicarse efectivamente, por lo que
socavaria el poder monopolista de los gigantes corporativos mediaticos, no
se ha hecho realidad. Aunque internet promete grandes cosas en muchos
aspectos, por si sola es incapaz de acabar con el poder de los gigantes media-
ticos. En realidad, no se ha lanzado ningun sitio de contenido mediatico
que sea comercialmente viable, y seria dificil encontrar un inversor con ganas
de financiar més intentos. En la medida en que internet se ha convertido en
parte del sistema de medios de comunicacién comercialmente viable, pare-
ce estar bajo el control de los sospechosos corporativos habitualesROBERT W. MCCHESNEY °121
Medios de comunicacién globales y democracia neoliberal
En la introduccion, aludia a la importancia del sistema global de medios de
comunicacion para la formacion y la expansion de mercados globales y regio-
nales de bienes y servicios, a menudo vendidos por las corporaciones mul-
tinacionales mas grandes. El sistema global de medios de comunicacién que
esta surgiendo también tiene significativas implicaciones culturales y polf-
ticas, especificamente por lo que respecta a la democracia politica, al impe-
rialismo y a la naturaleza de la resistencia socialista en los afos venideros.
En el balance de este repaso, esbozaré algunos comentarios sobre estas cues-
tiones.
En el area de la democracia, la aparicién de un sistema mediatico tan
altamente concentrado en manos de enormes intereses privados viola de
forma fundamental cualquier nocién de libertad de prensa de la teoria demo-
cratica. Los problemas que comporta que unos acaudalados propietarios
privados dominen el periodismo y los medios de comunicacion de una socie-
dad se han entendido bien desde el principio: el periodismo en particular, que
es el oxigeno necesario para que sea viable el autogobierno, estara controlado
por quienes se benefician de las desigualdades existentes y de la preserva-
cion del statu quo.
Los dos recursos tradicionales para proteger los valores democraticos en
los medios de comunicacion —ninguno de los cuales es en modo alguno la
«respuesta»— han dejado de ser pertinentes. En primer lugar, la compe-
tencia en el mercado es del tipo oligopolista e, incluso dentro de su clase,
es bastante débil en términos comparativos 0 histéricos. Es casi impensable
para un ciudadano, ni siquiera para un capitalista con dinero, lanzar una
empresa comercialmente viable que pueda competir de ti a ta con los gigan-
tes de los medios de comunicacion. El mercado esta efectivamente cerrado
a los extrafios. E incluso un mercado mas competitivo tiene claras limita-
ciones para generar unos medios de comunicacion democraticos. En segun-
do lugar, el medio aportado por el sistema comercial de medios de
comunicacion para compensar la falta de competencia ha sido tradicional-
mente la idea de que su periodismo esta sujeto al control de unos periodis-
tas profesionales formados que serian neutrales y no partidistas. Tal idea fue
siempre un constructo defectuoso, porque el poder sigue estando en manos
de los propietarios y porque, por poca que fuera la prerrogativa profesional
que existia para ir en contra de los intereses politicos y comerciales de los
propietarios, ésta ha disminuido en la ultima década*
* El proceso se documentaba en MR, en su edicién en inglés, en la «Review of the Month» (o
“Comentario del mes") del numero de noviembre de 2000 [E.]122¢ CAPITULO 6
El ataque que ha tenido lugar contra la autonomia profesional del perio-
dismo forma parte simplemente de la transformacién neoliberal mas gene-
ral de los medios de comunicacion y de las comunicaciones. Todos los valores
y las instituciones de servicio publico que interfieren con la maximizacion del
beneficio estan siendo triturados. En los medios de comunicacion, ello se
ha puesto dramaticamente de manifiesto con la caida en desgracia de la
radiotelevisi6n como servicio publico en gran parte del mundo. Dichos ser-
vicios sobreviven tnicamente gracias a la tremenda fuerza de voluntad que
han acumulado a lo largo de los attos, ya que van directamente en contra
de la logica neoliberal de que lo que debe mandar son los beneficios del
Estado alli donde sea posible generarlos. La UE ha adoptado la postura de
condenar algunos de los tradicionales subsidios a las empresas de radiodi-
fusion como servicio publico por tratarse de medidas «no competitivas»,
dado que ahora se presupone que la radiodifusion es ante todo ambito de
los capitalistas. La radiotelevisin de servicio publico, que antes habia sido
la pieza central de la socialdemocracia europea, se encuentra ahora a la defen-
siva y esta quedando reducida cada vez mas a ocupar un hueco semico-
mercial en el sistema global. El patético y desdentado sistema publico de
radiotelevision de los Estados Unidos —una operacién casi comercial de
bajo presupuesto dirigida a una pequena franja de la clase media-alta— es
el modelo de radiotelevisién publica bajo los auspicios del neoliberalismo:
No obstante, el neoliberalismo es mas que una teoria econdmica. Es tam-
bién una teoria politica. Postula que el dominio de la sociedad por parte de
las empresas funciona de forma mas efectiva cuando existe una democracia
tepresentativa, pero solo si se trata de un sistema politico débil e inefectivo
caracterizado por altos niveles de despolitizacion, sobre todo entre los pobres
y la clase trabajadora. Es aqui donde es posible darse cuenta de por qué el
sistema existente de medios de comunicacién comerciales es tan importan-
te para el proyecto neoliberal: porque es singularmente brillante a la hora
de generar el tipo preciso de falsa cultura politica que permite que el domi-
nio de las empresas funcione sin recurtir a un estado policial y sin enfrentarse
a una resistencia popular efectiva.
Este argumento puede parecer que contradice la opinion bastante comin
de quienes afirman que los conglomerados globales pueden tener en oca-
siones un impacto positivo en la cultura, sobre todo cuando se introducen
en naciones que han estado estrechamente controladas por unos sistemas
mediaticos dirigidos por un circulo de amigos corruptos (como ha sucedi-
do en gran parte de Latinoamérica) 0 que imponian una fuerte censura
estatal a los medios de comunicacion (como en partes de Asia). De hecho,
el sistema global de medios de comunicacién comerciales es radicalmenteROBERT W. MCCHESNEY 2123
burgués en el hecho de que no respeta, como término medio, ninguna tra-
dicién ni costumbre si ésta se interpone en el camino de los beneficios.
Pero, en ultima instancia, una vez que las relaciones capitalistas pasan a ser
dominantes, el sistema global de medios de comunicacién comerciales es
politicamente conservador, dado que los gigantes mediaticos son impor-
tantes beneficiarios de la estructura social actual en todo el mundo y cual-
quier agitacion en las relaciones sociales o de propiedad —en la medida,
principalmente, en que reduce el poder de las empresas— es contraria a
sus intereses.
Algunas veces la parcialidad es explicita, y los soberanos corporativos
como Rupert Murdoch sencillamente imponen sus posturas neoliberales a sus
subordinados. Sin embargo, es mas frecuente que la parcialidad sea sutil y se
deba puramente a intereses comerciales. Con la concentraci6n llega la hiper-
comercialidad, con la que las empresas de comunicaci6n tienen mas capa-
cidad para sacar provecho de sus actividades. Eso genera una parcialidad
politica implicita en el contenido de los medios de comunicacion. El con-
sumismo, la desigualdad de clases y el llamado «individualismo» tienden a
asumirse como cosas naturales e incluso benignas, mientras que la activi-
dad politica, los valores civicos y las actividades contrarias al mercado que-
dan marginadas. El mejor periodismo se inclina por la clase empresarial y
se adapta a sus necesidades y prejuicios. Con ciertas notables excepciones,
el periodismo reservado a las masas tiende a conformarlo el tipo de tonterias
que administran los gigantes mediaticos en sus emisoras de television esta-
dounidenses. En la India, por ejemplo, influidas por los gigantes mediati-
cos globales, «los medios informativos renovados [...] ahora se concentran
mis en los diseiadores de modas y las reinas de la belleza que en la oscura
realidad de un pais pobre y violento». Ese tipo de parcialidad suele ser bas-
tante sutil. De hecho, la virtud del sistema comercial de medios de comu-
nicacion es la falta general de censura abierta. Como senialaba George Orwell
en su introduccion inédita a Rebelion en la granja, la censura en las socieda-
des libres es infinitamente mas sofisticada y exhaustiva que en las dictadu-
ras, porque «las ideas impopulares pueden silenciarse y los hechos
inconvenientes pueden mantenerse en la oscuridad sin necesidad de prohi-
bicién oficial.»
Sin manifestar necesariamente una intencién conspiratoria y actuando
segtin sus propios intereses fundamentales, los conglomerados de medios
de comunicacién van suprimiendo gradualmente de la esfera publica las
cuestiones sustanciales, a favor de los entretenimientos ligeros. En palabras
de la ultima época de Emilio Azcérraga, el multimillonario fundador del
grupo mexicano Televisa: «México es un pais con una clase modesta muy1246 CAPITULO 6
jodida que nunca dejara de estar jodida. La television tiene la obligacion de
llevar diversion a esa gente y alejarla de su triste realidad y su dificil futu-
ro.» La combinacion del neoliberalismo con la cultura mediatica corporati-
va tiende a propiciar una profunda despolitizacion. Solo hace falta mirar a los
Estados Unidos para ver cual es el final logico de esa tendencia
Medios de comunicacién globales e imperialismo
La relacion entre el sistema global de medios de comunicacion y la cues-
tion del imperialismo es compleja. En la década de 1970, gran parte del
Tercer Mundo se movilizo a través de la UNESCO para luchar contra el
imperialismo cultural de las potencias occidentales. Las naciones del Tercer
Mundo desarrollaron planes para un Nuevo Orden Mundial de la
Informacién y la Comunicacion (NWICO, en sus siglas inglesas), a fin de
tratar de su preocupacion por que el dominio occidental del periodismo y
de la cultura hiciera casi imposible que las naciones recientemente inde-
pendientes escaparan al estatus colonial. Por toda Europa se escuchaban
preocupaciones similares por el dominio estadounidense de los medios de
comunicacién. La camparia del NWICO formaba parte de la lucha mas
general en ese momento de las naciones del Tercer Mundo por enfrentarse
formalmente a la cuestion de la desigualdad econémica global, que se con-
sideraba un legado del imperialismo. Ambos movimientos fueron ensarta-
dos por la espada del neoliberalismo esgrimida por los Estados Unidos y
Gran Bretafia.
El periodismo global esta dominado por los servicios informativos occi-
dentales, que contemplan el capitalismo existente, los Estados Unidos, sus
aliados y sus motivaciones de la forma mas condescendiente que sea posible
imaginar. Por lo que respecta a la cultura, el «monstruo devorador de
Hollywood» y el espectro del dominio cultural estadounidense siguen sien-
do la preocupacién central de muchos paises, por razones evidentes. Las
exportaciones de peliculas y programas de television norteamericanos aumen-
16 un 22% en 1999, y la lista de las 125 peliculas mas taquilleras de 1999 se
compone casi exclusivamente de material de Hollywood. Si miramos nacién
por nacion, incluso en un pais «culturalmente nacionalista» como Francia,
nueve de las diez peliculas de mayor recaudacion en 1999 fueron produci-
das por los gigantes de Hollywood. «Muchos intelectuales de izquierdas de
Paris desprecian las peliculas norteamericanas, pero los franceses las devo-
ran», sefialaba un productor de Hollywood. Igualmente, en Italia, la susti-
tucion de las salas de pantalla unica por «multicines» ha contribuido a un
dramatico descenso de las peliculas locales en taquilla. La moraleja paraROBERT W. MCCHESNEY 2125
muchos cineastas europeos es que es necesario trabajar en inglés y utilizar las
convenciones cinematograficas de Hollywood para tener éxito. En
Latinoamérica, la television por cable esta desbordada de canales de los
gigantes mediaticos y la capital de facto de la region es Miami.
Pero, con la economia politica global en proceso de cambio, seria pro-
blematico dejar aqui la discusién. La idea de que las corporaciones media-
ticas son simples proveedoras de cultura estadounidense es cada vez menos
plausible, seguin el sistema de medios de comunicacion se va volviendo pro-
gresivamente mas concentrado, comercializado y globalizaco. Como he sefta-
lado antes, los gigantes mediaticos globales son las empresas mas
genuinamente multinacionales, cuyos accionistas, cuyas sedes y cuyas ope-
raciones estan diseminados por todo el planeta. El sistema mediatico global
se entiende mejor como un sistema que pone en primer lugar los intereses
y los valores corporativos y comerciales y denigra 0 ignora todo aquello que
no pueda incorporarse a su mision. No existe ninguna diferencia discernible
entre los contenidos de las diferentes compafiias, tanto si sus propietarios
son accionistas japoneses 0 franceses como si su sede esta en Nueva York,
Alemania o Sydney. En este sentido, la linea divisoria fundamental no es
entre naciones-estados, sino entre ricos y pobres, y atraviesa las fronteras
nacionales.
Seguin van extendiendo sus tentaculos los conglomerados de medios de
comunicacién, existen razones para creer que propiciaran que los gustos
populares se vuelvan mas uniformes, al menos en algunos tipos de medios.
de comunicacion. Baséndose en conversaciones con ejecutivos de Hollywood,
el editor de Variety, Peter Bart, concluia que «el publico cinematografico que
asiste a las salas se esta homogeneizando con rapidez». Mientras que antes
las peliculas de accién eran las tnicas producciones que acertaban con segu-
ridad en el ambito global —y las comedias eran considerablemente mas difi-
ciles de exportar—, a finales de la década de 1990 comedias como La boda
de mi mejor amigo y The Full Monty generaban entre 160 y 200 millones de
dolares en taquilla fuera de los Estados Unidos.
Cuando los publicos parecen preferir las producciones locales, las cor-
poraciones mediaticas globales, en lugar de huir desesperadas, globalizan
su produccién. Sony ha sido pionera en eso, y ha producido peliculas con
empresas locales en China, Francia, India y México, por nombrar tan sélo
unos cuantos paises. La aclamada industria doméstica india —«Bollywood»—
también esta desarrollando estrechos vinculos con los gigantes globales de los
medios de comunicacién. El proceso resulta atin mas visible en la industrial
musical. De entre todos los medios de comunicacion electronicos, la musi-
ca siempre ha sido el medio menos intensivo en capital y, por lo tanto, el126° CAPITULO 6
mas abierto a la experimentacién y a las nuevas ideas. En 1993, los artistas
que grabaron en los Estados Unidos generaron el 60% de sus ventas fuera del
pais. Para 1998, la cifra habia descendido al 40%. Sin embargo, en lugar de
plegar velas, las cuatro multinacionales que dominan el mercado de la musi-
ca grabada estén ocupadas en establecer empresas locales subsidiarias en
lugares como Brasil, donde «la gente esta totalmente entregada a la musica
local», en palabras del redactor de una publicacion empresarial. Nuevamente,
Sony ha liderado la iniciativa a la hora de firmar acuerdos de distribucién
con sellos musicales independientes de todo el mundo
Pero serfa un error dejarse convencer por la idea de que el sistema glo-
bal de medios de comunicacion hace que las fronteras de las naciones-esta-
do y el imperio geopolitico sean irrelevantes. Gran parte de la actividad
capitalista contemporanea, y claramente la mayoria de la inversion y del
empleo, opera principalmente dentro de unos limites nacionales, y su esta-
do-nacién desempenia un papel clave a la hora de representar sus intereses
El régimen global en su totalidad es el resultado de las estrategias politicas
neoliberales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos. Y, atin mas
importante, no muy lejos de la superficie se encuentra el papel del ejército
estadounidense como policia global del capitalismo, con las corporaciones
y los inversores afincados en los Estados Unidos al asiento del conductor.
Recuérdense las palabras de aprobacién de Thomas Friedman: «La mano
oculta del mercado nunca funcionarA sin un putio oculto. McDonald’s no
puede florecer sin McDonnell Douglas, el disefiador de los F-15. Y el pufio
oculto que hace que el mundo siga siendo un lugar seguro para las tecnologias
de Silicon Valley lleva por nombre Fjército, Aviacion, Marina y Cuerpos de
Marines de los Estados Unidos». En pocas palabras, es necesario desarrollar
uma comprension de la globalizaci6n neoliberal articulada con el militarismo
estadounidense —y las terribles implicaciones que ello sugiere—, mas que
una explicacion opuesta a aquélla.
Esa relacion clave entre el ejército estadounidense y el proyecto global
neoliberal, una de las cuestiones politicas centrales de nuestro tiempo, tam-
bién le resulta casi desconocida al periodismo de la CNN, propiedad de
AOL-Time Warner, y de los demas gigantes corporativos de los medios de
comunicacién, que cada vez mas son quienes proporcionan las noticias sus-
tantivas de la politica internacional. La nocién misma de imperialismo ha
sido rechazada como arma histérica 0 como tactica retérica de oportunis-
tas desesperados y débiles mentales. A la vista de la interdependencia de las
corporaciones mediaticas y el régimen global neoliberal, cualquier otro de-
sarrollo hubiera resultado chocante.ROBERT W. MCCHESNEY °127
Las perspectivas
Seria demasiado facil, dadas las condiciones que acabamos de exponer,
sucumbir a la desesperacion o, simplemente, condescender con unos cam-
bios ante los que no parece existir modo alguno de escape. Desde el punto
de vista democratico, la situacién puede que parezca deprimente, y puede que
resulte dificil albergar grandes esperanzas de que la cosa cambie. Como sefia~
laba un periodista sueco en 1997: «Desdichadamente, la tendencia esta muy
clara, y avanza en la direccién equivocada en casi todos los ambitos; hay,
ademas, una desesperante falta de debate publico sobre las implicaciones a
largo plazo de los desarrollos actuales para la democracia y para la transpa-
rencia de los gobiernos.» Pero el sistema global es altamente inestable. Por
muy lucrativo que haya resultado el neoliberalismo para los ricos, ha sido
un desastre para los pobres y las clases trabajadoras del mundo.
Latinoamérica, lider en reformas del mercado desde la década de 1980, ha
asistido a lo que un alto cargo del Banco Mundial califica de «un gran aumen-
to de la desigualdad». El numero de personas en todo el mundo que viven
con menos de | dolar al dia ha pasado de 1.200 millones en 1987 a 1.500
en el afio 2000, y parece que seguira aumentando en los proximos afios. La
ética del «yo el primero, y que se jodan los demas» que promueve el neoli-
beralismo ha contribuido a extender la corrupcién de los gobiernos, dado
que la idea del servicio publico basado en unos principios resulta dificil de
mantener. La estabilidad de la economia global en conjunto parece cada vez
més fragil. Aunque el dominio de los medios de comunicacion comerciales
hace que la resistencia resulte mas dificil, ha empezado a surgir una oposi-
cin bien extendida a todas esas tendencias en forma de grandes manifes-
taciones por todo el planeta, incluidos los Estados Unidos. Parece que la
despolitizacion que favorecen el neoliberalismo y los medios de comunica-
cion comerciales esta chocando con la cruda realidad de la explotacion,
la desigualdad y la bancarrota de la politica y la cultura capitalista que expe-
rimentan partes significativas de la poblacion. Igual que parecia que toda
resistencia organizada al capitalismo habia sido abatida, ahora amenaza con
levantarse de nuevo desde el suelo mismo.
Eso me lleva al tiltimo de los puntos que deseo expresar. Lo que resulta
sorprendente es que los movimientos politicos anti-neoliberales de todo el
mundo estan incluyendo cada vez més la cuestién de los medios de comu-
nicacion en sus plataformas politicas. Desde Suecia, Francia y la India hasta
Australia, Nueva Zelanda y Canada, los partidos politicos de la izquierda
democratica estan otorgando a la reforma estructural de los medios de comu-
nicacion —por ejemplo, la particion de las grandes compatias, la revitali-1286 CAPITULO 6
zacion de la radiotelevision no comercial y sin animo de obtener beneficio,
la creacion de un sector de medios de comunicacién independientes y sin
animo de lucro sometido al control popular— un papel més importante en
sus plataformas. Estan descubriendo que es una cuestién que tiene éxito
entre la poblacion en general. Otros activistas estan insistiendo considera-
blemente en el desarrollo de medios de comunicacion independientes, Ila-
mados «piratas», para contrarrestar el sistema corporativo. En el otro lado del
tablero, entre la izquierda anti-neoliberal y socialista, hay un reconocimiento
de que la cuestion de los medios de comunicacion ha aumentado formida-
blemente en importancia y de que ningtin movimiento social que vaya a
triunfar puede darle de lado como algo que ya se abordara «después de la
revolucién». La organizacién en defensa de unos medios de comunicacién
democraticos debe formar parte de la lucha presente si queremos tener algu-
na oportunidad viable de triunfo.