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N° 1 en Alemania NOFICCION 12 Insomnio, depresién, adiccion y consecuencias fisicas Las consecuencias perjudiciales de la di tro mundo no afectan solamente de modo miiltiple a nuestra men- te sino también a nuestro cuerpo. ¥ como nuestra mente habita en nuestro cuerpo, los efectos negativos en el cuerpo repercuten adicionalmente en nuestra mente. Si se investiga mas de cerca cada una de las repercusiones, se demuestra cada vez la relacién exis- tente entre cuerpo y mente. En conjunto, los efectos negativos en el cuerpo y sus consecuencias para la mente representan un argu- mento muy potente para la tesis de mi libro: los medios digitales de comunicacién perjudican enormemente a nuestra mente a lar- go phzo. SUENO, Las personas nos podemos pasar un mes sin comer nada, pero en cambio no podemos pasarnos un mes sin dormir. Uno se vuel- ico. la fuerza si se le priva del suefio, tal como se afirma es, pero en algiin momento est tan cansado que se que- da literalmente dormido en pie 0 simplemente ya no puede que- darse despierto. Sucede lo que con la respiracién. Uno no puede matarse dejando de respirar. Lo mas tardar al perder la concien- 259 — cia, el cuerpo volverd a tomar aire. Y en cuanto uno pierde la con- ciencia por falta de suefio, el cuerpo habra comenzado ya a bus- carse lo que necesita. Nadie pone en cuestién que las personas necesitemos dormir; sin embargo, durante mucho tiempo no se supo por qué. «Bueno, pues para descansar», pensarn muchos ahora, «jeso salta a la >. Sin embargo, esta no ¢s una respuesta ala pregunta, que ser mente se enuncia del siguiente modo: :Por qué tiene que des cansar el cuerpo y, sobre todo, por qué de esta curiosa manera? La investigacién del suefio ha despejado muchas ideas err reas acerca del suefio y ha sustituido planteamientos falsos por correctos. La teoria del suefio en torno al «cansancio-descanso» también qued6 liquidada cuando se hizo evidente que el suefio es un estado provocado activamente por el cerebro, un estado que ciertamente «asalta» nuestra experiencia vital pero de ninguna ma nera lo hace pasivamente en el cerebro y menos atin provoca una reduccién de la actividad cerebral. Nuestro cerebro no descansa, ni siquiera durante el suefio. Y, por consiguiente, fue quedando cada vez. més claro que nuestro cuerpo podria pasarse quizé sin suefio, jpero nuestro cerebro, no! ‘Todas las personas tenemos durante el dia multitud de expe riencias; conocemos a nuevas personas, nuevos objetos y experi ‘mentamos situaciones nuevas. Para que estas experiencias perma nezean en la memoria a largo plazo, tienen que ser amarradas. Y esto es lo que sucede durante el suefio. Tal como sabemos desde hace mas de medio siglo, el suefio no es tampoco ese estado u forme que nos parece a nosotros. La activacién del cerebro pas. por cambios cada noche en unos cuatro 0 cinco ciclos, desde ¢ suefio ligero al sue profundo que posteriormente vuelve a set ligero. Después, el cerebro, tras una actividad deducible por sus cargas eléctricas, parece estar despiertos sin embargo, el durn teestd todavia més relajado y resulta mas dificil de despertar suefio profundo. Este estado, es denominado también swerto p rad6jico, porque el cerebro se encuentra activo como en el de vigilia, pero al mismo tiempo se aisla del mundo exter recibe ningdin impulso (el umbral de vigilia mas elevado)n tampoco ninguno (misculos fléccidos). Como durante esta fase los ojos efectiian vivos movimientos y los suetios son especial- mente frecuentes ¢ intensos, se habla también de la fase MOR del suefio (movimientos oculares répidos, o REM en inglés) 0 suerio de los suenos. Después de haber pasado entre diez.y quince minutos en este estado, empieza todo desde el principio: de nuevo un suefio lige 10, luego un suciio profundo, un suefio més ligero'y una segunda fase MOR. ¥ asi se sucede hasta la mafiana unas cinco veces sien- do llamativo el hecho de que el porcentaje de sueiio profundo de- crece y aumenta el de la fase de suefio MOR. Estamos muy lejos de haber entendido todos los detalles, pero la imagen que la cien- cia dibuja del suefio tiene cada vez con mayor claridad aproxima- damente este aspecto: en el suefio se integran los nuevos conteni- dos de memoria dentro de los conocimientos ya existentes.' En este sentido son activados primeramente en una fase de suefio pro- fundo bajo la direccién del hipocampo en la corteza cerebral y a continuacién son enlazados en la fase de los suefios con emocio- nes y contenidos de memoria més antiguos y son analizados de nuevo; asf pues, nuestro cerebro reflexiona intensamente. No es esta la ttima raz6n por la que en ocasiones nos despertamos con Ja solucién a un problema sobre el que habfamos meditado la vis- pera hasta la desesperacién sin llegar a ningiin resultado. Entretanto, muchos estudios realizados en animales y en se- res humanos han demostrado univocamente la importancia del suefio para el funcionamiento de nuestra memoria? Quien esta aprendiendo mucho, necesita més sueiio, y quien se pasa las no- ches en blanco para aprender tiene la culpa él mismo de que no funcione, porque asi se impide al cerebro recapitular por la noche una vez mas, y fijar lo que se aprendié durante la vigilia. Pode- mos imaginarnos gréficamente la funci6n del sueiio de la siguien- te manera: se vacia un buz6n Hleno de cartas (memoria temporal s cartas clasificadas son depositadas en una car- peta (corteza cerebral), y a continuacién se suceden el procesa- miento y la respuesta a las cartas (fase MOR del suefio). Noes necesario recurrr alas fiestas LAN, que hasta hace unos 1pocos afos tenian lugar desde los viernes por la noche hasta el hu- nes por la mafiana en escuelas equipadas con nuevas tecnologias de la informacién, para demostrar que los medios digitales roban literalmente el suefio a muchas personas. En esas fiestas (que en tretanto han sido prohibidas), los escolares conectan en red los ordenadores de a escuela para pasarse el fin de semana jugandoa vvideojuegos en equipo, la mayoria de ellos videojuegos de dispa aren primera persona” Toda madre, todo padre y todo maestro sabe lo cansados que suclen estar los jévenes hoy en dia porque se pasan las noches navegando en la red, jugando y participands en las redes sociales. Hay que mencionar que un alumno cansado absorbe bien poco en una clase. Y este es un problema que se pre- ssenta cada dia en millones de casos en las escuelas alemanas. La falta de suefio es uno de los efectos més frecuentes ¢ inde seados de la utilizacién de medios digitales. Un estudio sueco put- blicado recientemente tomé como muestraa 1.127 j6venes en ed des comprendidas entre los 19 y 25 afios, y demostré que son muy frecuentes los trastornos de suefio, tanto en hombres como mujeres. En otros 4.163 experimentantes de entre 20 y 25 afivns volvieron a examinarse y profundizarse estos resultados.‘ La uti lizacién de los medios digitales realizada especialmente por che, el chateo sobre todo en las mujeres, el correo electrér los juegos en ambos sexos y también la permanente accesibi através del telefono mévil, iban acompafiados de la aparicién mul tiplicada de trastornos en el suefio. q Quien se roba horas de suefio con los medios digitales no ests cometiendo para nada un delito venial sino uno muy grave ¢ tra su propio cuerpo. Es un error creer que la falta de sue desencadena un cansancio a corto plazo. A la larga la falta d fio conduce a una reduecién de las defensas inmunolégicas y ello a la aparicién mas frecuente de enfermedades infeccios cancerigenas, y se eleva enormemente el riesgo de desarrol fermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes. El estudio més largo efectuado hasta la fecha sobre de la falta crénica de sueiio fue realizado con vei sanos que pasaron seis oes emanas en un con y atenuada, y sin los estimulos externos que se muestran a la luz del dia. Al cabo de una semana larga de aclimatacién se prolon- g6.a 28 horas su ritmo dia-noche durante un periodo de tres se ‘manas, y al mismo tiempo se redujo su suefio nocturno a 5,6 ho- ras. A continuacién siguieron nueve dias de descanso, Asi pues, durante las tres semanas no solo se redujo claramente el sueiio nocturno los pacientes, sino que ademés se dislocé por comple to su reloj interno como ocurre eon una mala higiene de sitefo, tal como se denomina el trato (sano) con el propio sueiio. Por tanto, pudo probarse por primera vez también en perso- nas que la falta de suefio conduce a un perjuicio en la funcién del pancreas que normalmente vierte insulina después de la ingesta de alimentos para que la energia de los alimentos sea absorbida también por las células. Este vertido de insulina después de una comida queda trastornada con la falta crénica de suefio, lo cual conlleva una elevacién de los niveles de glucosa en la sangre. Asi pues, la falta de suefio opera cambios en el metabolismo condu- centes ala diabetes. Ademds, se observé un descenso del nivel de descanso en un ocho por ciento, es decir, un menor consumo de energia en conjunto. Un puro calculo matematico da como resul- tado un aumento de peso de unos cinco kilos por afio. Se sabe ya ssde hace tiempo que la falta cr6nica de suefio va unida a una ele- vada tasa de mortalidad.* Recién comenzamos a entender las causas del sobrepeso pa~ Jksgico que aumenta a modo de epidemia en nifios y adolescen- tes (véase capitulo 6). Sobre todo estan en peligro los chicos si pa- san mucho tiempo con los medios digitales. DEPRESION ¢Se ha dado cuenta usted alguna ver.de que raras veces pone ‘cara feliz la persona que est ante una pantalla? Después de paseo, después de la lectura de un buen libro o de la visita de igo, uno se siente bien, con ganas de hacer cosas y acome- suis tareas con buen humor: Al cabo de dos horas de television, 263 — o de estar disparando virtualmente no ocurre nada de todo esto; uno no tiene ganas de nada més. En los adolescentes esto reper- cute sobre todo en Ia escuela, pero la desafeccién escolar condi- cionada por las nuevas tecnologias tiene ademés claras repercu- siones fuera del horario regular de la clases, como por ejemplo cuando se trata de participar en actividades extraescolares. El por centaje de escolares que estan dispuestos a realizarlas desciende desde el 43 por ciento en los alumnos de once y doce afios, al nue ve por ciento en los de diecisiete y dieciocho afios.” Una tenden cia similar se observa en las actividades en asociaciones y grupos (una o més veces por semana). En llas disminuye la participacién de los alumnos de once a dieciocho afios desde el 83 por ciento al 62 por ciento, desemperiando en ello el consumo de medios de comunicacién un papel decisivo. Cuanto mas medios se utlizan, menor es la participacién en actividades colectivas en asociacio- nes y grupos. El porcentaje més elevado de aquellos que no participan en ninguna ocupaci6n organizada durante el tiempo libre se da en- tre los usuarios empedernidos de los medios. La menor partici- pacién en actividades de grupo dependiendo del grado de utiliza ibn diaria de los medios se hace especialmente manifiesta en lox alumnos de trece a dieciséis aiios.' Como todo el mundo sabe, los atios entre los trece y los dieciséis son muy eriticos y especialmen te formadores para los jévenes. En ellos necesican realizar expe riencias de confirmacién y, sobre todo, el contacto con personas _ de su edad para encontrar su sitio en la comunidad. Para ello se requicren contactos reales, no el encuentro con monstruos ile otros planctas a los que hay que disparar en el espacio virtual. ‘Aeesto se aftade que las actividades organizadas en grupo uunidas por regla general a una actividad fisica (94 por ciento). Al evitar esta de un modo ereciente puede constatarse con el paso de los aiios (de los once los dieciocho afios) una falta progresiva de actividad fisica. Los medios fomentan claramente esta caren ‘Quien pasa mucho tiempo con los medios digitales se mucv: nos, con todo lo que eso conlleva para la sahud fisica y men ‘Asi pues, no debe extraviarnos que el estudio sueco ya pr 94d tado demuestre una relacién evidente entre la utilizacién de me- dios digitales, por un lado, y la apariciGn de estrés y depresiones por otro lado, especialmente entre las mujeres jévenes. El estrés cr6nico debido a una falta de control sobre la propia vida no solo desencadena una falta de resistencia inmunol6gica, trastornos hormonales y daiios en la digesti6n, la musculatura, el eoraz6n y la circulacién sanguinea, sino también la muerte de eélulas ner- viosas en el cerebro. En el hipacampo siguen creciendo neuronas nuevas continuamente, incluso en los adultos, tal como hemos te- nido ocasién de ver ya. Sin embargo, el estrés provoca que cre7- can menos neuronas en el hipocampo.’ Por consiguiente, predo- mina la atrofia Ilegindose a perjudicar la concentracién y la memoria. La falta crénica de suefio conduce también a depresiones que perjudican a su vez el suefio. Se produce, por tanto, un cfrculo vi- cioso compuesto por el suefio cambiado, el mal humor y la sen- saci6n de cansancio y apatia. Los adolescentes con sobrepeso su- fren ademds con su cuerpo, son estigmatizados, resultan excluidos socialmente y caen con facilidad también en una depresién que es el tramo final de los cambios en el cuerpo y en la mente provoca~ dos por los medios digitales. Incluso el problema de la adiccién que vamos a debatir en el siguiente apartado figura en una relacién reciproca con los tras- tornos depresivos. Varios estudios han confirmado que las depre- siones aparecen con mucha mayor frecuencia en los adictos al or- denador y a internet que en las personas con una conducta de utilizacién normal.” ‘También quedé demostradalla relacién entre lau syerada de internet y la psicopatologfa depresiva."' Asi, por ejem- plo, unos cientificos briténicos encuestaron a 1.319 adolescentes y adultos jévenes acerca de sus habitos en la utilizacién de inter- niet y destacaron al mismo tiempo sintomas depresivos por me- «lig de baremos estandarizados, En todo el grupo se demostré una én manifiesta entre la utilizacién de internet y la tendencia diccién a internet por un lado, y a existencia de sintomas de- cesivos por otro lado. Los hombres resultaban mas afectados 265 — que las mujeres, y sobre todo resultaron significativamente més afectados los experimentantes més jévenes, en un grado mayor que los mas mayores. Un pequefio grupo de dieciocho experi- mentantes (el 1,2 por ciento) reunia los criterios de la adiccién a internet; estos experimentantes mostraban sintomas depresivos entre un grado medio y grave, y utilizaban interner, sobre todo, para los juegos y la pornografia. ‘Los datos destacados en los cuestionarios son importantes pero pueden criticarse de entrada alegando que las mediciones reales de la conducta real son mas exactas y fiables. De ahi que tenga una especial importancia un estudio realizado en febrero de 2011 a216 estudiantes de y Tecnologia de la Universidad de Missouri, en el que se midié la utilizacién de internet discre- tamente y al mismo tiempo contemplando este uso en la esfera privada. En ese estudio quedaron demostradas las relaciones sig- nificativas entre varios parametros de la utilizacién de internet y la existencia de sintomas depresivos.” ADICCION Entretanto existen una serie de estudios sobre la capacidad de Jos ordenadores e internet para provocar adiccién, Estos estudios van desde la sencilla estadistica del fendmeno (epidemiologia) has ta los mecanismos de accién (investigacién del cerebro). Por tan to no solo sabemos que los medios digitales crean adiccién si también por qué esto es asi Diferenciamos la utilizacién patol6gica de internet de laa cién a los juegos de ordenador, a pesar de que los datos siguen s curso y de que los buenos estudios —es deci, aquellos que in cluyen al mayor mimero posible de personas y que se lleva cabo comparativamente en largos periodos de tiempo— siemp van forzosamente por detrés de la realidad. Del afio 1997 al 2010, en Alemania la utilizacion en linea del grupo de edad de los venes de catorce a diecinueve afios aumenté del 6,3 al 100 ciento. 966 — Un grupo de cientificos de las universidades de Litbeck y de Greifswald, con la colaboracién de algunos colegas holandeses de ‘Nimega y Rotterdam, presentaron un informe al Ministerio Fe- deral de Sanidad en mayo del 2011 con datos sobre la ciberadic- cidn. Como representativa muestra al azar se consulté teleféni- camente a un total de 15.024 alemanes en edades comprendidas entre los 14 y los 64 afios. En total resulté una frecuencia de ci- beradiccién en el 1,5 por eiento de los consultados (en mujeres, ef 1,3 por ciento; en hombres, el 1,7 por ciento). Se trata de per sonas que pasan cada semana un promedio de 29,2 horas en in- ternet. En el grupo de personas de edades comprendidas entre Jos catorce y los veinticuatro afios, el porcentaje de personas con ciberadiccién asciende al 2,4 por ciento; entre los jévenes de catorce a dieciséis afios Llega a ser incluso del 4 por ciento. Aqui aventajan las chicas con el 4,9 por ciento a los chicos (3,1 por ciento), lo cual hay que atribuir sobre todo a la utilizacién de las redes sociales (el 77,1 por ciento de las chicas adictas a in- ternet); en cambio los chicos utilizan la red principalmente para jugar. ‘Algunas actividades quedaron demostradas como muy fre~ cuentes entre los ciberadictos: la compra en internet," consumo excesivo de video," la utilizaci6n intensa de redes sociales en li- nea,” chats" y juegos en linea," asf como una intensa utilizacion nocturna de internet? No podemos reprimir apenas laimpresign dle que los estudiantes que se mueven sobre todo en la red redu- cen sus actividades en el mundo real y por consiguiente estan cada vez mis aislados. El circulo vicioso de retiro, miedo ante los en- cuentros reales y mas retiro, que se conoce bien en el tratamien- de los trastornos de ansiedad, se refuerza significativamente or las posibilidades que ofrece internet, De ahi que toda una se~ : de estudios demuestren una relacién evidente entre la soledad y lautilizaci6n de internet.” Para darle a usted como lector la oportunidad de valorar su pio nivel de exposicién al peligro (o el de una persona cercana ted), figuran en la siguiente tabla” las preguntas estandariza- ss que pueden responderse con (0) nunca, (1) en raras ocasiones, —267 (2) veces, (3) frecuentemente o (4) con mucha frecuencia. En las 14 preguntas se alcanzan como méximo 56 puntos (14 x 4 =). [A partir de la mitad de todos los valores —es decir, a partir de los 28 puntos— se puede valorar como claro indicio de la existenc! de una ciberadiccién. Preguntas para la apreciacién de la existencia de una cibera ién® di 1. gCon qué frecuencia percibe como dificil terminar su uti acién de internet cuando esta usted en linea? 2, ¢Con qué frecuencia prosigue usted su utilizacién de in- ternet aunque en verdad deseaba terminar? 3.

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