Você está na página 1de 2

Unas cuantas hojas

-Vamos baja de ah-, dice la voz afligida de mi madre.


-No puedo estar ms abajo-, le digo y no tengo fuerzas para subir, ni siquiera
para avanzar y caer gracias a otras fuerzas ajenas.
Este es el dilogo de una pelcula que pillo sin querer en el cable... la narracin en
primera persona es slo por cuestin de esttica y el que la hija haga de hablante
es porque me pareci que ella era la protagonista.
Algo tiene esta escena que me hace pensar.
Es triste ver a una madre convenciendo a su hija de no suicidarse. Quiz qu
motivos tendra. No he visto el principio de la pelcula y prefiero cambiar a algo
ms alegre.
Y sigo dndole vueltas, se habr lanzado la chica?
Vuelvo al mismo canal y veo que la joven est viva, an sin calmarse pero
conversa con su madre. Qu cambio. Me imagino que por amor a quienes la
querran la joven desisti y cuntas cosas puede ella hacer ahora.
Las hojas siempre crujirn en otoo y bueno, en la pelcula no lo muestran, pero
que agradable es pensar que Nina, la joven, podr disfrutarlo alguna vez. O quiz
no le gusta. Quin sabe. Mejor me pongo a pensar en lo que me gusta, no quiero
acabar escuchando los ruegos de alguien para que siga con mi vida.
Hubiera sido interesante decirle a Nina que pensara en lo que ms le gusta. Algo
debe haber. Mientras dan los crditos de la pelcula me paro a buscar chocolate.
Qu delicia, ninguno puede vivir sin el otro, pienso. As como la msica, que por
cierto, no se hallaba en la escena ms trgica protagonizada por Nina y su madre.
Eso le faltaba, olvidarse un poco de que los sentidos son slo herramientas y
dedicarse a escuchar.

En fin, que bueno es sacar partido de una escena poco alentadora. Me voy a
escuchar mi CD favorito mientras saboreo un poco de chocolate negro.
Quiz maana camine sobre unas cuantas hojas.

Você também pode gostar