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LA MUJER TLUSTRADA. ror Pruscia re inviemo, como de costumbre, Madrid despierta del sopor del vermio sediento de reereosy distracciones,—~esclimé mi amigo Ricardo sentindote junto @ chimenes, cuyos letos hisporroteahan slegremente eoronados de fontAsticas Harnas, —Loe catts, trotos y tertulias distroen la vila madsilefia de Tas penas enofidinnas, do las rnisorias profundas, do los grades teibulaciones que, por lo regular, se ccultan Lajo la supefi= cie bullicioss ae una poblncion de eerea de madio millon do alin. En ello corre lo vida tan de prisa que no sabemos enando detenernos, Ricardo, —contesté,—una mujer ilustrada ha dicho: «Bu vane podireis Ia felicidad al torrente de la disipacion; sus Aelicadas flores se marchitan en el torbellino do loe placeres que alejan del alma la coustaneia y ln sonsibilided. > Vina mujer ilugtreda!—repitio mi interlocutor ridndose.—jSabe usted lo que para mi signifiearon esas palabras en wn tiempo? Raton de Hbrerta, pedaggogo cou faldas, bachillore necia ¢ insuftible, Ofvsoado par Tas preocupaciones do la 188 LAs MCIBIES BerasoLAs Espatia enti, Megos & profesar horror § las hijas de Eva que simpatizaban eon ‘Lespiritn de progreso de la Espana modema, Fiel 6 mis teorias, elegi novia bonita y Limitada... Nareisa no me hablabe do libros sino do modus y paseos. Nunca temi que me salpicese de tinta ni que me bramase eon citas indigestas, Trivial y vata, fostiditbame eon su frvolidad poro no enn intempestivas eradiciones. Ta vor de Ia ignorancia me parecia preferible al tone doctoral de Io pedswteria, Cierta noche detertniné asistir & una soir, con visos de literavia, que daba ‘una ica seflors de Madrid. Al ponotrar en la sala principal, vi en su centro reu- aida & Ia mayor parts do la eonourrencia —4Do qué se trate’’—pregunté 4 mi sxnigo Flavio, —De que improvise Beatriz, neva Corina 4 quien solo falta el Copitolio para ane respondié entre sti y festivo,—Ven chico, von & conseguir eternos laurels, cirle, Hs myer tustona ‘Viendome emensiado por ol funtasma de mis prevenciones,—prosiguid Bi- cardo,—quise huir, pero Mlavio me arrashé ieia la segunda Corina, onyos gj, lejos do ovitar timidamente las miradus agenss, recorrian con impavides el efreulo formado & su alrededor. Beatriz disorlabo aecrea do los dostinos de su sexo, protendiendo que jévenos 4 vis treien ls 'igje por pla, a vstinn de hombre coo Jonge Band (wunque careeiesen do su varonil talent) y vagasen por las calles com Ta lira en la mano, resucitando los siglos de Safo y de Lastonio. Sx inspimeion, mas que de 1a fuente Castalia, brotaba de Jos turhios arroyos de la Isla de San Balendran iCémo encuentras el discurso de Beatsiz?—preguntome Flavio. Ridicule, extravagante, de pésimo gusto, —eepliqué franeament nidad de esa Covina, como Ta do Brostrato, cemeteria los mayeres desatines por salir de su insiguificancia, Beatriz incendiarfa de buena gana el templo de las, ‘irludes femeniles con tol de ligar su nombre & on acontecimiento inalvidables 1 de Ia transformacion de un singel de amor en petulante maritoaeho, Privada en realidad de inteligencia, (si tuviera slguna no havia del progreso un destructor sino un mejorador do las eualidedes mjeriles,)expera oeultar eu insuficieneie oon cl ruido de retumbante palabrenfa. Las mujeres que disparatando eonfian en pax sar por lustradas, son Ia réuore de Jas deus mnjeres. St, pues telnerosis de caer en semejantes desvaris, no se otreven & seguir adelantando, —La naturaleca co equivocé al formar & Bentrz,—murnnurs Flavio eonte- AMERICANAS Y LUSITANAS 189 nniendo une careajala, Segun le maledicencia, las anchas cintas que nacen en cu tocado, descienden por sus mgjillas y se anudan en eaprickso lazo bojo la baba, eneubren dos patillas earater —Es docir que la supuesta Corina poses Tas asporeans mascalinas sin posecr 1 robusto entondimiento quo las diseulpa. Compadezco al poseedor de tama won tebilidad. jEsth aqul ese pobre marido? Fs aquel martir que eveuche 4 la bachillera fingieado admiracion. Oye ‘oyos va tambien & tomar Ta palabra, —Incero de ciencia, permiteme wna breve observacion, —2ijo ol babioca 4 su exposn —El Pirro de un solo diente & quien maté la vieja de Argos fu posterior al Pirro, hijo de Aquiles, que ajecuté on Troya birbures vengunzas, que inslita~ yo la danza guorrera lama pitriea, y que... Yo no me equivoco, sefiar Aristarco,—oxcleimé Beatriz con siredo acento, —Avergiincose usted de haberme interrumpido y cdllse. in efecto, Corina de mi alma; tt no puodes equivocarte jamis. Sin duda se hhabra equivocalo Plutareo al referie que Pirro, el del Jancecillo de Argos, vino al mondo despues que Piero ol do laa eangriontas hecatoutes de Troya, —gOitra ver, Zoilo? ;Vuelves & toner la osadia de interceptar mis ideas con el farrago de las tuyas? Florio oo divertia eon aquella escona, signié diciendo Ricardo, yo Ta presen eas. ciaba con disggusto. 1a improvisadora oontinué dando procbas de presuncion y de igiorancia, —Allgunos escritores contemporineds,—observ6 uno do sus oyentes,—consi- eran 4 Homoro un mit, Todo lo positive, lo exacto, Io opuesto a lo Sabuloso, metafirico y alegerico, es un mito indudablomente,—proaunei6 Beatriz cou éafasis, Levauldse un mumollo epénas reprimido por In urbanidad, iM abi una Lustenia que no sabe griego!—indieé Flavio volviendo 4 Ho abf una mujer ilustrada seguu las ereencias del vulgo,—murmmuré em prendiendo la fuga persegido por los nomlies de Sterates y de Tio Livie, de ‘Tacito y de Sénoea mezclados en deplorable eon! tea la superfcilidad dispuesta 4 celchrar Ta chatlatonoria, dojéme caer en mn sof sin reparar en que ya lo ceupabo una dara, —Seitor, jse ha puesto usted malo?—me pregants una voe auave, Aloé los jon, Atunlido, indignade con 190 tas MEIERES neDAKOLAS Pirpaddos y distingui 6 mi lado wn rostro simpétioo é flumainado por dos ojos esos de dulce serenidsd. =-Me ha trastornade, senora, une tnarmota dis ‘ustrade tal com> en Espatia solennos suponerlas uns criatura simbolo de proten- siones estrombéticas y de Ia inmolacion de tiemnos y sogrados deberes& usuxpadas znd de musa; una tjer y profaas aureolss, Cree usted acaso, cabailero, que la mujer nevesita ser estGpide pare ser bane? Creo, seftora, que necesita ser sensata para no concebir aspiraciones supe- vioros 4 su destino y 4 sus fnoultades. Croo, como Nejaleon J, que la de mayor rézito e¢ Ia mejor madre de familia iY quidn desompoie tan bien eso importante mision, seior mio, como la amnjer ilusteada vordadoramento? Ela comienea por ssegurar & sus bijos un po- dro caritro, aficionondo su eompatiero al hoge> domésti duraderas felioidades. ,Cémo impedir que florecida la luna de wiel regobre eu ‘vuolo al amor alado y algje del domicilio conyugal ol eorason del exposo? Canti= ‘vindole con lazos fan preciosos y dulees que mo sean indispensables los eacrificios do In obligacion para inspirarle constanein, Yo he cido decir 4 uaa petimetra: ‘«Cnido tanto de mi adorao porque me he propaesto couservar mii imporio sobre sn marido...» jAh! Galas y afoitos no logran dotener la marcha del tiewpo, ni hnacer de In primavera una estacion permauente. Condeolo la mujer pensadre y cultiva eu eépisitu, dol oust trota la magia eterna. Hea mujer atrae & ei espoco ‘al terreno de la union moral, en donde, aprecidndose ¥ ostrochtndose mittuamen- te, se adhioren tno al ot con el afecto indestructible que en Ia juventud ad- quiore un aspecto apasionado y en la vejez una fisonom{a roepetatile, consoladora. Hay tantas jovenes hermosis on el mundo, que quien funda su prestigio en atrac- fivos fugaees, sulre demotas & cada momento. Miré eon eutiosidad & la oradora, euyo lenguaje me ageadabs y soeprendie, — Enhorabucue,—murmuré, modifleando mis opiniones.—Convengo en que no se reducen Tos merecimientas de Fva 4 Tos encantas de la elegoncia y Ia hemmosura, centro de intimas y pro niogo ls utilidad de proporcfonar al s6r nacido para el sentimiento In profun- Gidad de la cieneia. —Pues yo, coballers,—objets mi espiritnal vecina,—opino que nos eomviene estudiar y aprender, Apsrtémonos del derecho que tiene foda eriatum Jumone & ejoritar las facultades eum que Dios la ha favorocido y que wutorizan 4 la mujer domenicanas ¥ 11 de talento & tomar porte activa en Iv propaganda ‘otelectual; separéniones igual mente de los casos ea que hasta caresiendo de gran inieligensia busca la mujer, instruyéadoee, modo de conseguir independencin honreda, yo cuando su destino no ha sido ol del matrimonto, ya cuando lo desgracia lu ha suanide om desosipa— soda oxfandod 6 trstisima viudez. Ocupémonos del tipo preferido por ustedes los hombres: el do carinose madre do familia, ;Cusnto goa la que diguamente pre~ on tan enviddiahle, puede instruir& sas hijos hasta que vienen & eomplazarla otros maostroa! Ella comunies al ala de sus edueandos la elasided de la suya; ella comprende sus obligaciones como no es posible que las compton dan In iguorancia y le frivolided; ella focundize do tal maera 6] corazon por me- dio de la zazo0, que el Athol maternal fructiice glotiosemente, prodaciendo eit dadanos sapiontes y virtue parada por mi ‘Volvt & coutemplar & mi vecina com sorpresa. Parectéme una sirena que can- taba como un éngel pare sedacirme.—y Tenge ol hozor de hublar eon una seiora 6 con una sefcritat—mannuré receloso. Habla usted con una espora que ha intentado coloearee & nivel de su espo= to para bien de ambos,—replied tai interocutora sonriéndose con dulzura,—eon tuna made que priveda por novesos do fortune do reoursie para. sumiuistrar & sux nies profesoresacreditados, trabajo asiduamente, destando haesrsedigna de edt carlas por si propia. Mis flores han nacido belles y delicadas, Mi aribicion se pro- pone que cus virludes y talontos superem & sus ventajas exteriores. {Dios ausilia- 74 mis esfuersos! Uns ligris de emocion temblé en los ojos de In interesante joven; Ihgrima ‘que aumento el brllo do aquellas astae sozonos y quo hubiers deseado reeoger de redillas este arzepentido poeador. Entonees so adelanté mi amigo Flavio y dijo estrechando mi mano oual si bur Diera leido en mi pensawiento vida, 6 mi querida Modesta, {Hires casado?—exclamné confundide.—;¥ yo que te cinsiderabn soltaro! Como nuestro trato se ha redtueido i relaciones de salon de café, uunee se me courrié indagar tn situicion, Como ti tainpoco me indicaste tu estado conyu~ gel ‘oy & presentarte & la amahle ecmpariera de mi {A qué mostrar mt loon al enemigo do In mojeritustrada?—contests Fla- interrompiéndome—zA qué exponer ami paloma 4 los a7oBsa0s del guvilan? Dove aifos hi que Modesta aumenta mis felicidades y dismiouye mis amarguras, 192 148 MCSERRS EsPASOLAS A pesar de su atpocto timido sabe mas que veinte flésefos, La vendodemu instruc- cion ensolia la mnodestia y aparta do jeotancias necias y repulsivas. Nada asusta tunto 4 ai Eyerie como que puedan calficasla de prosuntuose, Si te ha revelade smn valor ha sido poryne informada do tus rancias preocupaciones ansiaba destruir- Tas, jAh! Mi Eygeria ao promuncia polabras intompostivas y supérfuas. Prudonte ¥ retervads guarda sus conocintientos para las ceasiones oportunes. Nuestrus hie Js, formadas por sus Lecvioues, son modelos de sumision, do inocencia de sen- satez precoa. Modesta, djos de arruinar sn casa como otras desgraciadas, la colma westimubles, Dios ha hendevido e hora en que la amé y me aeepts, onotrada honradamente de los deberes que contrasa. Flavio se exprosabu con entusiasio; Modesta so sonrojabe soneilannon ‘iz o0 desgatitabe gritando: —Nosotras hemos nacido para yencer y dominar eomo Cleopatra los hombres Fars darnos dinero quo gastar y morir A nuestros pigs como Marco-Antonio. ALi estt la mujer dustraa de lus antiguas preseupaciones eapatiolas; aqui Ta mujer calta del progreso nacional, euyo mérito reconocen y aplewden jueses ‘competentes, —observé inclinémdome ante Modesta con ademan respetuoss.—Ella ‘no portenoée al ramet de clas minjeres que matan,» aunque st podria perteneeer al de elas mujeres que rotan.» Ella no vacrificasia 6 peligroaos idesles los santos ceserapatos do au soxo ni hart jams del amor libre, & pesar de Ja elocueneia de ‘Mr. de Giruriin, 61 camino de la matemidad sublime que debe la espose eristiae nna al amor consagrado ¥ protegido contre In humana fragilidad por las leyes 20- ciales, por los preceptos religiosos. ‘Mi novia Narcisa vino 4 interrampirnos dieiendo: Estoy furioss contra Bestriz. Oyéndolaeitar at poota Lacrosio se me oon v6 pregunterle i ora hermano de Lmerecin Borgia Ie de ia épera, y la insclente rue lan} al rostro uoa earcajada de burla. Livtada con su desproeio, qaise probar ‘que no lo merecia, asegurando que no me cansaba de leer los versos del poota ro- sano Praxiteles, ni los de su rival on glotin el bardo Fidiss. Ni ln hora de mi merle perdouaré 4 Bestriz In pooa castéad eon que, por tel de } éxclamé:—eSemiores, jvean ustedes uns prueba del culpable desouide de les padres ratrdgradoe. Esta soforita ha convertido el usirmol griega en pengansinos latinos _¥ dos escultores fumisos en. desconocidos versifleadores!> Despuos Nareiea s6 consols de nn pereance ocupdndose de las galas de Fula nifa, de Ios amantes de Zntanito, y de los afeites de Ciclanita. Yo mo fastidiabu; de benefcios Ben costa mia, AMRRICANAS Y LISITANAS 198 Yostecaba, miraba oon envidia @ Flavio atrudo por su compaiera & peasamientos nobles, elovados y generosos. Aquella noche eambis mis idees mostrindome le anger realmente tlustrada jena & las torpezas de la Sguorancia y 4 Ja petulancia de lanccodad, Aquella ter- tulia me manifests pricticamente gue hay en Esyafia maisabidillas euyas ridi« cealeces justifiean las antipatias que despierton, y doctoras como Santa Teresa, coya instruccion realzade por Ja modectia fomonil estimula la propaganda em prendida por Loubros eminentes contra ls eostumbres que sirven de cadana t lat anujeres estudiosoa, Esclavo de mi pulabro,—afiadié Ricardo suspirando,—me ¢as6 af poco tiempo Narcisa. Espesaba entetarla y modifeasla, ;Pubre de ml, cutnto me equivos gust Arbol que craee toredo, ete, eto. Nadie jgnora en Madrid Tas desevenen~ cias de mi matrimonio. Puedo, de consiguiente, eoufeser que me llevo msl con Nowwiso & eouss de cus pocos aleances, de sus muchas sandeces; y de sa ostina- ion on halagar todos Ios caprichos de noestms hijos. Aunque por distinto estilo, re juago tan infeliz como ol marido de Ja Corina patillude. ;Dichoso Flavio que Jha encoutrado en sm Modesta las ovalidades ptim Batre a. Ahora toma la palabra, amable lectors, Is amiga toya que rma estos ren- plones. Al cir Is nurrucion de Ricardo me acordé de la simpatios Modosta (4 quien ‘tengo el gusto de tratar), y 4 los pooos dios fui & vistadla, Hizo el acaso, que & Ja ver que yo, entrasen en Ta sala de Ja menciomada sefiora, Deatrix con sas snarevillsos, Narcisa con 1 martir Ticardo y los vistages de su infiusta union, Goneralizada la conversacion, nos alruné Beatri eta, Je que carvcon Narvisa y con su erodicion 4 Ya vio~ ~ —Otras Jenguas veria yo picar eon maycr placer que la de Ciceron,—prooun- cio Narcisa interrumpiéndola lena de tédio, Mudando Inego de asoato, sin prem bulos, agregé:—jEsté usted suscrita, Modesta, ol Paris Gharmant, Yindtsimo pe- riGdico de modas que se publien en Paris? Soy suseritora de ese periddico, tanto eomo por sos bonitos Bggurines por los inferesantes articulos que amenizan sns paginas, —Leunios enento propenda & ensanchar el entendimients,—ajo doetonslmen- 4e Beatris,—le lector... Yo profiero ir al teutso Real, & deleitarme con la bnllantee del espestteulo, —olseryé, Nareisa velviendo 4 intermumpitla.—gQué habeis s0to, diablillos?— 194 1A MUERES neRAROLAS atadio dirigiendose & sus dos hijos que allorotaben en ease agen como en Ia propia —Une Minerva de poreelima que acababan do comprar mi Bion y mi Teseri- foy—resyondid la Corina exanperaia con el Hacto de sos chieuelos—Venid acd, cisnes buedlicas. Recitad versos clisieos en lugur de jagar eon muchachos esti pidos. Los cimes de usted son gonsos, seiora,—oxelamé Nazeisa oyendo & ‘Tederito teeitar mondtonaimente conceptas de la fantasia raaternsl, —Modérate, Narcisa,—dijo Ricardo, —Aouerdeso usted de Menelao, eabsllero, y contengo & su Elena eon la brida conyugel,—replics Beatriz cou insoleneia, —Ea prosoncia de usted, sefioma mia, tnicaments me acuerdo de ls terrible Gongoma que se Hamaé Medusa, —murmurd Ricardo entre dientes. Lax gritos do los nitoe de Narcise, quo se mondian y pallizeaban, impidieron cir la répliea de Beatriz. Su mam los autenuzé, les tiré las ores y on seguida los cubrié do besos, repitiendo:—jPobrecites! ;Pobrecitos! Mientras yo viva ha- reis Io que querais. istima es que no quieran artojarse de la roca ‘Tarpeyal—aijo Bion. 10 dar el salto de Safp deede un promontorio mas alto quo el de Loucados! —agrogs Toserito, —iPedantuclos! jLoros babiogas!—balbuees Narcisa furivea, Tengo qe partioipar & nited una buena noticia, amiga mia,—dijo Modes- 4a apseiguindola.—Ha legado de Paris una ereina ¢ Io Diana de Poitiers que co- smunioa al citi la fresoure de la rasa. —Diana de Poitiers, hermosa 4oe cineuenta afoa... —iHin ido usted, Modesto, al coliseo de Apolo 4 escuchar los sullimes eon ceptos que nuestro excelente poeta don Mirvos Zapata ha sembrado on ax recien= 4e ptoduccion Ta Abadia del Roserio>—progunté la incorregible Narcisa cor ‘ando la palabre nnevamento & Is incorregiblo Boat —Pievso lovar mis nitias & ecnover esa pieza basada en pensamientos de bu= muanidad y justicia altaueute loablos,—respondis animéndoce Ia intligente jo~ ‘ven.~Quiero neostuanbrar 4 mis hijos desde temprano A detestar las erueldades y aibusos que en tiempos de oscnsidad, de vergonzosas explotaciones, de tirantas hor sibles y de preoeupasiones tan absurdas como perversas, eausaban Jp desgracia do ‘nfinidad de hombres eastigados como bestias por el color de eu piel. Quiero que AMERIGASAS T LUSITANAS 195 bran su alm 6 la voz elocuente y lihertadora de exeritores como ef autor do ela Abadia del Rosario.» Despnes Modesta, ruborizada de haherse dead elovar por el entusinsmo 6 cn ‘ouo vibrante como el clarin do Ta Libertad, bajé Ia vor suavemento; tats de po~ net la convermeion en ua pié de ermonia y de concordia geueral; eondujo & enda ‘eal al terreno de su agreda; y ee exloos & nivel de Ta mayor 6 menor inteligen cia de cada uno, eon ol tacto, la diseresion y ol sano juicio que lejos de chocar y fhstidiae como Je insulser 6 la pedanterta, revisten de seduccion irresistible, en ‘spotia y en todas pastes, el talento de la mujorsTustrada on realidad

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