Instituto Superior de Formacin Docente N 82 Profesorado de Historia 2 Ao
Comisin B Alumnos: Juarez Karina. Oros Christian. Sanchez Gabriela. Tevez
Alejandra. Villaba Romina-
La concepcin del discurso de la Primera Cruzada, sugiere grandes
variedades de interpretaciones para los diferentes autores. Para Rene Grouset en el texto las Cruzadas, el discurso pronunciado por Urbano II fue el ms importante ya que adquiri un carcter religioso, dejo de ser una guerra regional o de estado para ser una cuestin internacional. Ante el llamado de los musulmanes a la Chihad, tambin conocida como guerra santa, la cruzada fue tomada como una contra chihad. Esta ideologa, establece dos concepciones bien marcadas, en primer lugar los pueblos que contaban con un sentimiento religioso se embarcan en una lucha contra los infieles. En segundo lugar los nobles o prncipes que ven en la cruzada la oportunidad de enriquecerse y agrandar sus dominios El cruzado se har conquistador para l que todos los procedimientos sern buenos violencia, perjuicio, hasta asesinatos (Balduino I en Edesa)- con tal que agranden sus lotes. Para conseguirlos, Balduino I y Boemundo no vacilaran en abandonar la cruzada mucho antes de la liberacin de Jerusaln. Rene Grouset. las Cruzadas cap II Pg. 24. En la concepcin de Le Goff, J. , el discurso dado por el papado, es tomado como la oportunidad de cambio social y econmico; tomando en cuenta que en la Europa del siglo XI la miseria, la hambruna y las pestes , generaban una visin desoladora para el futuro Europeo. El surgimiento de la espiritualidad fue la clave que movilizo a estos grupos dndole esperanzas de una vida nueva. Tambin algunos sectores pobres obtenan rdito de saqueos y vandalismo. A los ricos los moviliz la oportunidad de conseguir nuevos territorios, sus arcas y ocupar los lugares privilegiados de una sociedad en decadencia. Quiz los aventureros que componan en su mayor parte las bandas de la primera cruzada no dieran la imagen ms halagea de la cristiandad occidental. Sin embargo, los jefes de esta cristiandad vean en ellos a la selecta flor de occidente. Pero es preciso reconocer que el occidente cristiano, en la segunda mitad del siglo XI no es mas que la extremidad todava mal desvastada de la rea civilizada que se extiende desde el mar de Japn a las columnas de Hrcules.Jacques Le Goff. La baja edad media parte I pag 11.