jugaban y piaban todo el da. El rbol concoca muy bien a todos y los quera, los quera tanto... Cuando haca fro los pichones se acurrucaban entre sus hojas y si el sol estaba tibiecito, el rbol, moviendo sus ramas, les haca dar saltitos invitndolos a jugar. Pero un da, entre saltito y saltito, los pichones subieron la rama ms alta del rbol y vieron un azul hermoso y un bosque lleno de otros rboles que no conocan. Se dieron cuenta entonces que sus alitas haban crecido lo suficiente como para intentar volar. Un aleteo...y otro ms...y por fin el cielo no pareci tan lejano. Uno a uno, los pichones se fueron volando. El rbol los mir partir con orgullo, porque entre sus ramas los haba cuidado durante mucho tiempo. l saba que en una tarde de lluvia los volvera a ver acurrucndose entre sus ramas, los recordara siempre a cada uno de sus pichones. Esa noche el rbol qued slo y vaco. A la maana siguiente no slo el roco mojaba sus hojas....nadie se haba dado cuenta que haba llorado *Nos despedimos... algo concluye, porque logramos lo que nos habamos propuesto para esta etapa. HEMOS CRECIDO! Nos llevamos la experiencia que construimos juntos y la certeza de haber compartido un aprendizaje que nos ayudara a avanzar en la etapa que viene. SUERTE Y XITO EN SUS NUEVOS DESAFIOS. TIA CAROLINA
Hacia La Exigibilidad de Los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Estandares Internacuionales y Criterios Aplicación Ante Los Tribunales Locales. Christian Courtis