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DE LAS
ORGANIZACIONES
Dpto. de Sociología
Organizaciones y Mercados
Herbert A. Simon
Tomado de Journal of Economic Perspectives, Volumen 5 Número 2, Primavera 1991, Página 25-44. Traduccion de Guilllermo
Ramírez Hernández
En la teoría económica clásica y neoclásica, los mercados están al centro del escenario; y los
actores en estos mercados son los trabajadores, los consumidores (en algunas ocasiones,
combinados dentro de las familias), las empresas, los propietarios de recursos, los gobiernos y
quizá algunos otros. En los libros de texto neoclásicos, en el mundo de la economía en un
mundo de transacciones, y estas transacciones comúnmente involucran el intercambio de
bienes, servicios, y/o dinero, en las que ambas partes de la negociación encuentran ventaja al
alcanzar estos objetivos. Se considera que junto con el consumo, el trabajo y el tiempo libre
son importantes componentes de las funciones de utilidad de las familias. Por su parte, las
utilidades, se supone, son el objetivo fundamental de las empresas y de sus propietarios.
La definición de las partes que participan en estas transacciones requiere de una descripción
mínima. Sin embargo, tan pronto como las empresas son concebidas para ser mas que un
simple engranaje en la red de transacciones al convertirse en productoras (transformadoras de
“factores” en productos), surgen dificultades y preguntas importantes para la teoría. Así, una
gran parte del comportamiento del sistema tiene lugar dentro de la propia empresa y no
consiste solamente en intercambios comerciales; ya que salvo contados casos, la mayoría de
los “actores” en las economías modernas son los empleados, los cuales no utilizan su tiempo
comerciando si lo hacen (por ejemplo, si son agentes vendedores o compradores) se da por a
sentado que comercian como agentes de una empresa en lugar de que lo hagan para sus
propios intereses, lo cual sería muy diferente.
Aquí surge las preguntas: ¿porqué existen las empresas?; ¿porqué todos los actores no se
manejan como contratistas independientes?; ¿porqué la mayoría de ellos participan con
contratos laborales, vendiendo su trabajo por un salario?. ¿Qué determina la toma o compra de
decisiones de las empresas, y establece los límites entre ellas y los mercados?. ¿Cuando
correspondería que dos actividades dominantes dependieran de una sola empresa y cuando se
manejarían por contratos separados?.
Un segundo grupo de interrogantes, cuestiona: ¿como son motivados los trabajadores de las
empresas para que trabajen por la maximización de las utilidades de la empresa? ¿qué ventaja
obtiene con esto? ¿como se concilian sus funciones de utilidad con las de la empresa?. En la
función de utilidad del empleado, usualmente se asume que el trabajo pasa de tener utilidad
negativa y ocio (incluyendo la pereza y la indiferencia al trabajo) a tener utilidad positiva
¿porque los empleados, frecuentemente, trabajan duro?.
La respuesta (neoclásica) simple a la cuestión motivacional se deriva del contrato laboral, bajo
el cual los empleados maximizan sus utilidades aceptando la autoridad de la empresa; esto es,
estando de acuerdo en aceptar las ordenes provenientes de aquellos encargados de maximizar
las utilidades. Pero esta respuesta induce a una
nueva pregunta de, como el contrato laboral es reforzado por el empresario; en particular, en lo
que se refiere a ¿cómo se induce a los empleados a trabajar más que el mínimo, y quizá hasta
con iniciativa y entusiasmo? ¿Porqué los empleados deberían intentar maximizar las utilidades
de sus respectivas empresas cuando toman las decisiones que le son delegadas?.
La idea, detrás de estas ideas, es que una explicación adecuada de un fenómeno económico
se reduciría a, la maximización de el comportamiento de las partes que están comprometidas
en el contrato, dadas las circunstancias que rodean a la transacción. Los términos del contrato
estarían influenciados por el acceso de las partes a la información por los costos de
negociación, y por las posibles oportunidades de hacer trampa. El acceso a la información, los
costos de negociación y las oportunidades de trampa son a menudo tratadas como variables
exógenas que por sí solas no necesitan ser explicadas. Se ha observado que hasta los
neoclásicos introducen una clase de racionalidad limitada dentro de el comportamiento, con la
exogeneidad de los límites de la racionalidad permitiendo que la teoría permanezca dentro de
el mágico dominio de la maximización de los beneficios y las utilidades.
En general, la nueva economía institucional, en gran parte, no han derivado, del trabajo
empírico de las organizaciones y de la toma de decisiones, la formulación de sus supuestos
auxiliares; (para introducirse en esta lectura ver March y Simon, 1958; Cyert y March, 1963;
Kornai, 1971; Simon, 1979). No obstante, esto es propiamente subversivo de la teoría
neoclásica en cuanto a que sugiere un programa completo de microeconomía empírica que
debe ser desarrollado para estimar los parámetros exógenos y probar la teoría empíricamente.
Hasta que esa investigación se lleve a cabo (y se tomen en cuenta la existencia de la literatura
de organizaciones y toma de decisiones), la nueva economía institucional y sus concernientes
aproximaciones son actos de fe o tal vez de devoción.
Por supuesto, si el vehículo sobrevolara el África Central o regiones más rurales de China e
India, las áreas verdes serían mucho más pequeñas, y habría grandes espacios ocupados por
pequeños puntos negros que nosotros conocemos como familias y villas. En este caso también
las líneas rojas serían más débiles y más espaciadas porque los puntos negros serían núcleos
autosuficientes que sólo parcialmente están inmersos en los mercados. Pero por lo pronto,
limitemos nuestra atención al paisaje de las economías desarrolladas.
Cuando nuestro visitante tuviera conocimiento de que las masas verdes eran organizaciones y
las líneas rojas conectadas a ellas eran transacciones comerciales, él se sorprendería al
escuchar que a esta estructura se le llama economía de mercado. Probablemente preguntaría
que sí “¿no sería un término más apropiado el de economía organizacional?”. La selección del
nombre puede ser de gran importancia. El nombre influye en la categoría en la cual nosotros
describimos a sus instituciones y la categoría de dicha descripción puede afectar a la teoría.
Particularmente, esto puede afectar seriamente nuestra selección de las variables que son los
suficientemente importantes para ser incluidas en primer lugar en la teoría del fenómeno.
En primer término, la mayor parte de los productores son empleados de las empresas y no sus
dueños. Visto como un punto ventajoso para la teoría clásicos, ellos no tienen razón para
maximizar las utilidades de las empresas excepto hasta el límite en que puedan ser
controlados por los dueños. Más aún las empresas que producen utilidades, las organizaciones
no lucrativas y las organizaciones burocráticas, tienen exactamente el mismo problema para
persuadir a sus empleados a trabajar hacia el logro de los objetivos organizacionales a priori no
existe ninguna razón del porque sería más fácil o más difícil generar esta motivación en
organizaciones dirigidas a maximar utilidades, que en organizaciones con diferentes objetivos.
Si es cierto, que en una economía organizacional las organizaciones motivadas en producir
utilidades serían más eficientes que otras organizaciones, entonces sería necesario introducir
postulados adicionales para reponer a esto.
En segundo lugar, el sistema está cerca de un equilibrio neutral entre el uso de las
transacciones comerciales y las relaciones de autoridad para manejar cualquier asunto en
particular; es decir, pequeños cambios en la situación pueden inclinar a el equilibrio hacia un
lado o hacia el otro. Es difícil explicar los grados de integración de las actividades económicas.
En muchas instancias no es aplicable el análisis del costo de operación de las transacciones, y
aún donde si se puede, existe frecuentemente la permanencia de considerables brechas para
los diferentes grados de integración. Por ejemplo, ¿porque las comercializadoras de
automóviles no son
parte de las compañías manufactureras automotrices, en vez de tener relaciones contractuales
con ellas? ¿Porqué la General Motors que ha manejado sus propias herramientas de diseño
por muchos años, recientemente decide contratar la mayor parte por fuera?. Bajo constantes
rendimientos a escala y mercados razonablemente competitivos, lo cual caracteriza a muchas
de las situaciones industriales, la toma o compra de decisiones se convierte en ambigua. La
posibilidad de utilizar internamente hojas de balance división por división y de establecer
precios internos en la negociación entre los componentes de una organización, confunde más
los límites entre las organizaciones y los mercados.
En resumen, la economía organizaciones plantea las preguntas del porqué gran parte de los
negocios de las economías modernas se realizan por medio de las organizaciones; qué papel
juegan los mercados en conectar estas organizaciones entre ellas; y qué papel juegan los
mercados en conectar a las organizaciones con los consumidores. Más aún, el límite entre los
mercados y las organizaciones varía ampliamente entre una sociedad y otra, y de un tiempo a
otro; entonces, ¿qué mecanismos mantienen un equilibrio altamente fluido entre ellos?. Hasta
que estas preguntas sean contestadas, existirán dificultades para esquematizar las
conclusiones acerca de las relativas eficiencias de las diferentes formas de propiedad y control
de las organizaciones, o de la relativa eficiencia de los mercados versos la planeación central.
Existen tres diferentes preguntas sobre la organización social que frecuentemente son
confundidas, pero que es necesario que sean consideradas por separado. La primera, es la
pregunta acerca de la eficiencia relativa de los mercados y las organizaciones. La segunda, es
la pregunta acerca de las consecuencias de tener organizaciones comunitarias bajo la
propiedad de organizaciones que producen utilidades, de organismos no lucrativos, o de
organizaciones públicas respectivamente. La tercera, es la pregunta acerca de las
consecuencias de la utilización de una planeación central de mercados que regulen las
relaciones entre organizaciones. En este momento nuestro interés es solamente con la primera
pregunta; ¿qué hace que las organizaciones funcionen tan bien o tan mal?.
En particular, ¿para quién, la utilidad es el motivo? Adolfo Berle y Gardiner Means plantean el
problema muy acuciosamente en su famoso libro, La Corporación Moderna y la Propiedad
Privada (1933) mostrando que aún a altos niveles ejecutivos, existen en las corporaciones
modernas una gran brecha entre la propiedad y el control, y correspondientemente una gran
posibilidad de discrepancia entre los objetivos de los dueños (utilidades) y los objetivos de los
administradores (estatus profesional, bienestar, una vida tranquila, etc.).
Demsetz y Lehn (1985) han respondido al argumento de Berle y Means sobre la base de que
aún las grandes corporaciones muestran una considerable concentración de la propiedad.
Característicamente, media docena de propietarios (o menos) poseen el 10 o 20 por ciento de
las acciones, lo suficiente para conservar el poder del control. Frecuentemente estos
propietarios también son los altos ejecutivos en activo, pero esta contra argumentación no es
válida. Si la empresa tiene un programa de bonos al ejecutivo y si el porcentaje en bonos de
gratificación de un ejecutivo es mayor que su porcentaje de participación de dividendos,
entonces convendrá al ejecutivo desviar ganancias de los dividendos hacia los bonos. La
mayoría de las compañías tienen sistemas de gratificación a ejecutivos que hacen a este
conflicto de interés, real. Los paracaídas dorados y las compras apalancadas son otros
ejemplos significativos de transacciones en donde los intereses de los accionistas y ejecutivos
pueden diferir fuertemente .
Si, aún a alto nivel ejecutivo pueden existir conflictos en sus motivaciones, el problema todavía
es mayor para los empleados quienes no son propietarios, o que participan solo
insignificativamente. La teoría de director-agente, en la que a menudo se apoyan los nuevos
economistas institucionales, asume los agentes dentro de las empresas podrían evadir sus
responsabilidades, a menos que éstas contribuyan directamente a sus propios intereses
económicos. Es solo mediante el monitoreo combinado con contratos que interesen a sus
naturales egoísmos, que dicha evasión de responsabilidades pueden ser disminuida. Pero el
supuesto de que los ejecutivos (y quizá otros empleados) podrán escoger la alternativa de
desarrollarse profesionalmente, y de mejorar su bienestar y su consumo, en vez de perseguir
los objetivos organizacionales como el de la maximización de utilidades, no está prescrito por la
teoría
Porqué no se asume que maximizar las utilidades de las empresas es precisamente lo que
maximiza las utilidades de los ejecutivos y otros trabajadores? . En una sociedad de robots un
dueño no se establecería por menos. Pero la mayoría de nosotros pensaríamos que este es un
supuesto no realístico dentro de una sociedad humana. Una teoría organizacional sin la
especificación de la función de utilidad no es una teoría en absoluto. Y una con funciones de
utilidad no realísticas no proporciona la base para entender a las organizaciones reales. En vez
de esto, nosotros comenzaremos con postulados empíricos válidos acerca de qué motiva a la
gente real en organizaciones reales yo voy a plantear que tales postulados pueden ser
derivados de cuatro fenómenos organizacionales cuyos papeles son ampliamente
documentados en la literatura de las organizaciones: autoridad, gratificaciones, identificación y
coordinación.
Un contrato laboral contiene toda clase de limitaciones implícitas (y explícitas), que establecen
los límites a los rangos de acciones que el empleado será orientado a desempeñar. Estos
límites definen la “zona de aceptación” dentro de la cual se espera que el empleado obedezca
ordenes, la zona de aceptación es algunas veces llamada “zona de indiferencia”, y sirve para
seleccionar entre comportamientos alternativos, ya que lo que es muy importante para el
empresario, puede ser poco o de ningún interés para el empleado. Por ejemplo una secretaria
usualmente tiene poca o ninguna preferencia por escribir una carta a un cliente de la empresa
o a otro, y muy poco interés en el contenido de la carta, En igual forma un gerente de
producción aceptará, dentro de amplios
límites, mezclar cualquier producto que le sea ordenado producir en un mes dado.
Por lo que se refiere a la combinación de incertidumbre, por parte del empresario, de lo que
será necesario hacer en el futuro, y por parte del empleado, su amplia aceptación, de lo que a
él o ella le será ordenado hacer, hace necesario que el contrato laboral sea un convenio
atractivo para ambas partes. Cabe mencionar, que la nueva economía institucional encuentra
que el empleo logra grandes ahorros en los costos de operación, es decir, en los costos de
negociar contratos separados para cada acción.
Pero esta teoría del contrato laboral debe ser estudiada. La autoridad en las organizaciones no
se utiliza exclusivamente o principalmente para dirigir acciones específicas. Muy
frecuentemente las ordenes toman la forma de un resultado que debe ser producto (“reparar
esta bisagra”), o de un principio que debe ser aplicado (“todas las compras deben ser
realizadas a través del departamento de compras”), o definiciones de objetivos (“manufacturar
lo más barato posible con calidad consiste”). Solamente la meta final ha sido dada por la orden
y no el método para alcanzarla. El mecánico debe aplicar toda clase de conocimientos y
habilidades para reparar la bisagra; el jefe de sección debe iniciar la compra de toda clase de
repuestos necesarios para que trabaje esa sección, sin embargo, los procedimientos
estándares de la empresa deben ser considerados como las reglas básicas para la forma en la
que se hacen las compras; y el gerente de producción debe controlar los costos de producción
y la calidad.
Especialmente pero no exclusivamente, los empleados a nivel ejecutivo y gerencial son los
responsables, no solo de evaluar las diferentes alternativas y escoger entre ellas, sino también
de reconocer las necesidades de las decisiones colocándolas dentro de el programa y
observando la generación de posibles acciones derivadas de dichas decisiones.
Realizar bien el trabajo no es sólo cuestión de responder a las ordenes, sino que, más bien
tiene que ver con el tomar la iniciativa para tratar de alcanzar los objetivos organizacionales.
Generalmente las ordenes, no especifican acciones concretas, en vez de esto, definen algunas
premisas que van a ser utilizadas por los empleados en la toma de decisiones de las cuales
ellos son responsables (Simon, 1947). De ahí que, el vigilar que esas ordenes sean obedecidas
no es simplemente cuestión de observar el comportamiento, sino su influencia en el proceso de
reflexión y las premisas de decisión de los empleados. Más aún usualmente es difícil ó casi
imposible descubrir cual de estas premisas de decisión se han establecido sin la revisión de la
decisión global, causando así una pérdida casi completa del ahorro que se buscaba mediante
la delegación.
La orden que un empresario podría emitir es: “¡decidir siempre, en forma tal, que se maximizen
las utilidades de la empresa!”. Pero esto sería simplemente reintroducir la pregunta de, cómo
puede ser observado el alcance de la obediencia a las ordenes, sin perder el beneficio de la
delegación. Aún si los empleados fueran robots, cuya lealtad podría ser garantizada, el
problema no estaría resuelto; aunque, el otorgar a cada robot completo albedrío daría como
resultado grandes eficiencias, generalmente, atribuibles a la especialización en la función de la
toma de
decisiones. Necesitamos delegar dentro de lineamientos sin recentralizar lo que ya ha sido
delegado.
Si la autoridad es utilizada para transmitir premisas para la toma de decisiones en vez de,
ordenes para comportamientos específicos, entonces, diferentes expertos pueden contribuir
con su conocimiento para una sola decisión, la información y las reglas de políticas pueden fluir
por toda la organización a través de canales, sirviendo como retroalimentación -las premisas de
decisión- para muchos comportamientos organizacionales.
Nosotros no deberíamos suponer, sin la evidencia, que las organizaciones trabajan bien; pero
el término “bien” es relativo. En la mayoría de las organizaciones los empleados contribuyen
mucho más al logro de los objetivos que el mínimo que podría ser obtenido de ellos mediante el
reforzamiento de la supervisoría en los vagos términos del contrato de empleo. ¿Porqué los
empleados no substituyen ocio por trabajo, más consistentemente de lo que lo hacen? ¿porqué
a menudo trabajan tan vigorosamente para el bienestar de la organización?.
Una respuesta obvia a la cuestión motivacional, es que los empleados puedan ser motivados a
aceptar la autoridad mediante el otorgamiento de gratificaciones, promocionales y
reconocimientos por avanzar en las metas de la organización ya definidas por la
administración. Ciertamente tales gratificaciones proporcionan motivación, pero solamente
operan satisfactoriamente bajo ciertas condiciones. La condición más importante es que, la
contribución de los empleados a las metas organizacionales debe ser cuantificable con
razonable precisión. Por ejemplo, los vendedores son frecuentemente compensados (al menos
parcialmente) en base a comisión. Los obreros textiles algunas veces son compensados en
base a destajo,
aunque en un número continuamente decreciente de casos.
Los ejecutivos y algunos otros empleados reciben bonos que se supone están relacionados a
sus contribuciones a las utilidades pero tales sistemas de gratificación son efectivos sólo al
grado de que los resultados puedan ser atribuidos en forma precisa a los comportamientos
individuales. Si el índice utilizado para medir los resultados es inapropiados, ya sea porque no
mide las variables correctas o, porque estas no identifican correctamente las contribuciones
individuales; entonces, los sistemas de gratificaciones pueden ser drásticamente ineficientes o
aún contraproducentes. Cuando las cantidades de producción son medidas sin la adecuada
atención a la calidad, la respuesta a las gratificaciones provocará que crezcan las cantidades a
costa de la baja calidad. Cuando el cumplimiento de las políticas de la empresa que restringen
la acción no es medido, dichas restricciones serán ignoradas y violadas. Por ejemplo, el
vendedor puede falsificar el producto, los obreros pueden ignorar las reglas de seguridad, o los
administradores pueden poner dificultades a otros departamentos.
En general una mayor independencia entre los diversos miembros de la organización, hace
más difícil el medir sus contribuciones en forma individual para el logro de los objetivos
organizacionales. Sin embargo, esta estrecha interdependencia es, precisamente, lo que hace
ventajoso el organizar a la población en vez de depender totalmente del mercado de
transacciones. Las dificultades en la cuantificación asociadas con ligar gratificaciones a
contribuciones, no es superficial, sino que surge de manera natural y racional en la
organización.
Grandes corporaciones de los Estados Unidos intentaron responder a este problema en los
años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, dividiendo a sus organizaciones en
componentes que eran relativamente autosuficientes. Entonces, se podía mantener la
separación de balances para cada división, y estas hojas de balance podrían utilizarse para
evaluar los resultados y calcular las gratificaciones.
Por supuesto, la divisionalización puede ser exitosa solamente hasta el punto en que las
divisiones sean, de hecho, autosuficientes. Si una división opera, principalmente, como
suministradora de partes a otras divisiones, se deben establecer políticas para la fijación de
precios a los artículos “vendidos” de una división a otra y para la determinación de las
condiciones bajo las cuales una división puede salir fuera de la empresa para adquirir partes o
artículos a más bajo precio. Por éstas y por otras razones similares la divisionalización
solamente puede traer consigo una pequeña diferencia bajo la estructura de una corporación
típica, resuelve el problema de atribuir los resultados individuales solamente a altos niveles.
Aunque las gratificaciones económicas juegan un papel importante para asegurar el apego a
los objetivos organizacionales y al régimen de autoridad, éstas están limitadas en su
efectividad .
Las organizaciones serían sistemas mucho menos efectivos de lo que actualmente son sí tales
gratificaciones fueran los únicos instrumentos o los principales instrumentos disponibles para
motivar. De hecho, la observación del comportamiento en las organizaciones muestra otras
motivaciones poderosas que inducen a los empleados a aceptar los objetivos organizacionales
y a la autoridad como base de sus acciones. Nosotros nos enfocaremos hacía el más
importante de estos mecanismos: la identificación organizacional.
Por supuesto, el libre albedrío puede ser observado en las organizaciones. La eliminación del
libre albedrío es generalmente considerada como la principal razón de éxito de las reformas
agrícolas en China después de 1980, cuando la responsabilidad y gratificación por la
producción agrícola fue transferida de la comunidad a la familia. La pregunta no es si existe o
no el albedrío (son mucho menos los empleados cuyo esfuerzo es menor que su máximo) sino,
¿porqué existe “algo” que va de la mano del libre albedrío?. ¿Porqué muchos empleados, tal
vez la mayoría se esfuerzan más que el mínimo del esfuerzo exigido?. ¿Porqué los empleados
se identifican plenamente con los objetivos organizacionales?.
La teoría evolucionaría contemporánea nos ha prevenido en contra de postular que los motivos
de la gente sean altruísticos. En los modelos de selección natural, los tipos buenos
generalmente no encajan; y no se multiplican tan rápidamente como la mayoría de sus
egoístas hermanos. El argumento de la selección natural ha sido utilizado frecuentemente,
explícita o implícitamente, para satisfacer la función de utilidad con los egoístas objetivos
personales. Pero los modelos de selección natural, no proporcionan un fuerte sustento a la idea
de que las personas solamente persiguen sus egoístas y personales objetivos económicos. De
hecho, tales modelos de ninguna manera excluyen la posibilidad de que las personas estarán
fuertemente motivadas por la lealtad organizacional, aún sin esperar ninguna recompensa
“egoísta” de esta lealtad (Simon, 1983; 1990.)
En primer lugar debería hacerse hincapié en determinar cual selección natural incrementa su
adaptabilidad; esto es, el número de progenie de un competidor exitoso. Pero en la sociedad
moderna, la obtención del bienestar o de otras recompensas egoístas no se encuentra
directamente conectada al número de progenie. De hecho las sociedades del primer mundo
generalmente muestran una correlación negativa entre el nivel de ingreso y el tamaño de la
familia. Pero renunciemos a este punto que nos distrae de nuestro principal argumento, y
supongamos que la obtención de los objetivos que usualmente se describen como egoístas
(especialmente objetivos económicos personales) contribuyen a la adaptabilidad evolucionaría.
Continuemos con el segundo punto: cada ser humano depende para su supervivencia de su
amplio e inmediato entorno social. Los seres humanos no son los mónadas independientes
leibnitzianos, algunas veces, evocados por la teoría libertaria. La sociedad no se impone sobre
los humanos; en vez de ello, ella proporciona el modelo en donde nosotros sobrevivimos,
maduramos y actuamos en el medio ambiente; las familias y el resto de la sociedad
proporcionan alimentación, refugio y seguridad durante la niñez y juventud, y posteriormente
los conocimientos y habilidades para su desempeño como adulto,. mas aún, la sociedad puede
reaccionar ante las actividades de cada persona en cada período de su vida, ya sea
facilitándolas o impidiéndolas severamente. La sociedad tiene enormes poderes, permanentes
durante la vida de una persona, para mejorar o reducir su adaptabilidad evolucionaría.
Considerando que estos desarrollos son casi nuevos, se cuenta con muy poca información
acerca de ellos; sin embargo, un ejemplo donde se encuentra información disponible es el de la
inversión conjunta entre la Toyota y la General Motors en el norte de California (Krafcik y
Womack, 1987). Aquí la Toyota se hizo cargo de una planta de la General Motors ya
establecida, equipándola con maquinaria standard, recontratando empleados principalmente de
la anterior equipo de trabajo y aceptando el mismo sindicato. Ellos han sido capaces de
producir automóviles con alrededor de 45% menos de horas de trabajo comparado con la
totalidad de la planta de G.M. que utiliza gerentes y métodos administrativos americanos, y
cerca del 30% menos de horas de trabajo que la planta de G.M., que tiene el equipo más
moderno y más adecuado y, solamente alrededor del 15% “más” de horas de trabajo que una
planta de Toyota, con iguales características, en el Japón.
Las causas de estas grandes diferencias en la eficiencia tienen muy poco que ver con la
clásica función de producción; también parece que tienen poco que ver con las diferencias
culturales a nivel obrero . Asimismo, parece que no tienen que ver con las estructuras de las
gratificaciones materiales, las cuales no son significativamente diferentes en las diversas
plantas.
Entonces estas deben ser atribuidas en gran parte a las diferencias en las prácticas
administrativas (por ejemplo, las prácticas de control de calidad, y las políticas de inventario) tal
vez reforzadas por las diferencias en las posturas administrativas y de motivación.
Coordinación
Pero para entender las ventajas relativas de las organizaciones y los mercados y las
circunstancias bajo las cuales una podría operar más efectivamente que otra, debe ser
agregado un componente adicional a nuestra descripción de las organizaciones. Las
organizaciones a través del mecanismo de autoridad proporciona un medio para “coordinar” las
actividades de grupos de individuos en formas que no son siempre fácilmente logradas por los
mercados.
En un libro acerca de la planeación central durante la Segunda Guerra Mundial, Ely Devons
(1950) formuló la pregunta del porqué los precios son suplantados por los planes
gubernamentales, expresados como objetivos cuantitativos de producción y distribución como
mecanismos de coordinación durante los tiempo de guerra. El argumento usual para los
mercados, en el reconocido trabajo de Van Hayeck 1945, es que ellos simplifican el proceso de
decisión reduciendo la necesidad, de cada actor, de conocer que es lo que otros actores
realizan o a que situaciones se enfrentan. Entonces nosotros podríamos esperar que, en el
grado en que los mercados y los precios desempeñen esta función de simplificación, estos
podrán substituir a las decisiones centralizadas cuando la situación se vuelva más compleja por
ejemplo durante los rápidos cambios que tienen lugar cuando se pasa de una economía en
tiempo de paz a una economía en tiempos de guerra. Sin embargo, como Devons señala, es
sólo en esos tiempo cuando la planeación central tiende a aumentar. ¿Es esto irracionalidad, o
existen razones validas para el cambio?
Tal vez la respuesta es obvia. Los precios desempeñan su función informativa cuando son
conocidos o razonablemente predecibles. En un sistema, los precios inciertos producidos por
cambios impredecibles reducen la habilidad de los actores para responder racionalmente. Este
señalamiento es frecuentemente hecho por los economistas en la argumentación de los costos
de la inflación inesperada, pero sus implicaciones para escoger entre organizaciones y
mercados, es señalada menos frecuentemente. A menudo tampoco se señala que muchas
clases de incertidumbres, diferentes a las incertidumbres en los precios, pueden ser
coordinadas a través de ventajosos procedimientos organizacionales.
La dificultad que la economía ha tenido en dar buena cuenta sobre las organizaciones y su
predominio es, para gran fascinación de los economistas, atribuible a los sistemas en equilibrio.
El análisis bajo los supuestos de un perfecto conocimiento y de expectativas ciertas, tiene poca
relevancia para los aspectos de la organización económica tales como, la explicación de cómo
una economía es estructurada entre organizaciones y mercados. Los precios proporcionan
solamente uno de los mecanismos para la coordinación del comportamiento, tanto, entre las
organizaciones como dentro de ellas. La coordinación mediante el ajuste de cantidades está
muy lejos de ser uno de los mecanismos más importantes desde el punto de vista cotidiano, y
en muchas circunstancias sería más útil la distribución, que la coordinación mediante los
precios. Por ejemplo, el sistema de control de inventarios registra las cantidades de insumos
para las actividades de la organización y emite ordenes cuando estas cantidades caen por
debajo de los niveles especificados. Las ordenes, registradas por el sistema de control de
proveedores, inician la programación de la nueva producción y son utilizadas también para
ajustar los niveles de la producción agregada.
Por lo tanto, la aseveración de que los mercados permiten a cada empresa hacer sus negocios
con poco conocimiento de sus compañeros, es mera ficción. En la industria de la construcción,
en la industria pesada, en la industria manufacturera que involucran alta tecnología y en otras
áreas, el contratar socios trae consigo un nivel de comunicación comparable a los niveles
observados entre los departamentos de la empresa, cuando los productos son manufacturados
con especificaciones, debe fluir una gran cantidad de información entre los diversos grupos
involucrados en la manufactura. Pero el amplio uso de la subcontratación en la industria
automotriz y de la construcción, solamente por mencionar dos, demuestra de que es frecuente
y completamente factible el trasladar esta información a través de los límites organizacionales,
de tal forma que la integración vertical es innecesaria. Desde esta perspectiva la diferencia
entre la comunicación del mercado y la comunicación interna y el criterio para escoger entre
estas dos concertaciones alternativas, se vuelve vago.
La selección entre precios y cantidades para coordinar los niveles de actividad de las diferentes
organizaciones o partes de la organización, no dicta por si misma los respectivos papeles de
las organizaciones y los mercados. Los precios pueden ser utilizados para coordinar las
actividades de las diferentes partes de una organización, proporcionados de alguna forma en
que puedan determinar los precios del mercado que deberían ser; y, los ajustes cuantitativos
pueden realizarse entre las diferentes organizaciones así como también dentro de ellas.
En todos estos años, una gran proporción de toda la actividad económica se ha concentrado
dentro de las paredes de grandes y constantemente crecientes corporaciones. Las áreas
verdes observadas por nuestro marciano han crecido constantemente. Ijiri y yo hemos sugerido
que el crecimiento de las organizaciones tienen poco que ver con la eficiencia (especialmente
si se considera que en la mayoría de las empresas a gran escala, las economías y las
deseconomías de escala son bastante pequeñas) pero puede ser producida esencialmente por
simples mecanismos de crecimiento estocástico (Ijiri y Simon 1977).
Conclusiones
La teoría presentada aquí es simple y coherente, descansa sólo sobre algunos mecanismos
que son casualmente vinculados. Mejor aun, ésta coincide con las observaciones empíricas del
fenómeno organizacional. Las grandes organizaciones especialmente las gubernamentales,
son frecuentemente caricaturizadas como “burocracias”, pero a menudo son sistemas
altamente efectivos a pesar del hecho de que el motivo de utilidad pueda penetrar a estas
vastas estructuras sólo por medios indirectos. Esta teoría de las organizaciones requiere
reexaminar algunas de las cuestiones clásicas de política económica. La primacía de las
utilidades, como elemento fortalecedor de la eficiencia organizacional se reemplaza por los
objetivos organizacionales y con las gratificaciones materiales y la supervisión, todo esto
motiva a los empleados a trabajar para la consecución de estos objetivos. Este esquema hace
necesario el retomar las preguntas de, cuando se espera que las organizaciones rentables, no
rentables y gubernamentales trabajen bien, y cuando la competencia de los mercados es
necesaria para disciplinar a las organizaciones para que se desempeñen eficientemente.
La reapertura de estas preguntas es importante tanto para las economías capitalistas como
para las socialistas. Por un lado, las economías capitalistas son de hecho economías mixtas,
que se enfrentan a una gran cantidad de problemas de regulación, y de desregulación, y de
privatización, de socialización. Por otro lado, muchas de las economías socialistas han tenido
un éxito mediocre en mantener la eficiencia de sus organizaciones, y están experimentando
con la reintroducción de los mercados, al mismo tiempo que tratan de evitar la privatización
extensiva. Las respuestas adecuadas a las preguntas de política a que se enfrentan todas las
sociedades industrializadas dependen de contar con teorías empíricamente firmes acerca del
comportamiento de las grandes organizaciones. Tales teorías no pueden ser desarrolladas
desde el escritorio. Estas requieren de la recopilación de hechos que lleve a los investigadores
a profundizar dentro de las áreas verdes (las organizaciones) que dominan el terreno de
nuestros sistemas económicos.
Referencias
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Tomado de http://www.eumed.net/cursecon/textos/.
25 de abril de 2002
Sin embargo, la realidad nos muestra otra cara. Por más que tengamos las
organizaciones a nuestro alcance, formemos parte de ellas, respiremos en sus
espacios y dependamos tan fuertemente de ellas, y aunque muchas veces creemos
saber de que se tratan, muy pocos pueden precisar con certeza y seguridad qué
podría andar bien o mal en su estado de salud.
Por tales razones, el objetivo central de este trabajo es reconocer con honestidad
tal omisión y desconocimiento (por lo menos el mío propio), pero a la vez intentar
la propuesta de alguna forma coherente y renovada de concebir las organizaciones
en el estado actual del arte y cosmovisión imperantes en nuestra época.
Sin embargo, debo advertir al lector, que a través de estas líneas hallarán algunos
tópicos que seguramente podrían ocasionarles más de algún desconcierto, puesto
que a primera vista parecerán que muy poco tienen que que ver con el tema que
nos ocupa. Sin embargo les aseguro que son necesarios para una cabal
comprensión de lo que viene más adelante.
Este trabajo consta de varios capítulos, de los cuales este es sólo el primero de
ellos, por lo tanto pido al lector su paciencia, ya que al final del trabajo le garantizo
que tendrá la compensación de una visión renovada de lo que es una organización,
junto con colocar a su disposición algunas herramientas que podrá utilizar en la
ansiada búsqueda del posicionamiento estratégico sostenible. El presente capítulo
sirve como introducción.
También nos resulta trivial pensar que para coordinar y controlar adecuadamente
las diferentes especificidades funcionales de las personas, en relación al esfuerzo
requerido para lograr los objetivos, es necesario disponer de una adecuada división
del trabajo donde el poder queda distribuido en distintos puestos desde los cuales
las personas ejecutan sus variados roles especializados, y todo esto sustentado por
un sistema de comunicaciones que canaliza y regula las interacciones posibles.
Es así que para nadie resulta ajeno el hecho de que el crecimiento de las
organizaciones siempre ha estado muy de la mano con el desarrollo de las
tecnologías. El enorme poder transformacional que han probado las tecnologías ha
influido dramáticamente en las formas que adquieren los entornos sociales y
culturales donde transcurre la vida de las personas. Y las organizaciones, como
fenómeno social, lejos de constituir una excepción, son las entidades que por
excelencia se han constituido en los adoptadores tempranos de las nuevas
tecnologías emergentes.
Mirando hacia mediados del siglo pasado, desde la aparición del primer computador
de uso general en 1944, hasta la consolidación de la industria de la
microcomputación en el año 1983, y los desarrollos sucedidos posteriormente,
hemos sido espectadores y también actores partícipes del fenómeno de surgimiento
de una nueva y poderosa tecnología caracterizada por impulsar profundos cambios
en las formas de trabajo y comunicaciones sociales.
De esta forma, hoy podemos apreciar cómo las organizaciones que perviven en
ambientes dinámicos de alta competitividad, encandiladas por las promesas de
estas nuevas dimensiones buscan afanosamente enrutarse en las nuevas
direcciones marcadas por las tecnologías emergentes y generar los cambios
estructurales que les permitan obtener los niveles de adaptación exigidos por los
cambios del entorno, mediante una rápida internalización y asimilación de las
modernas herramientas informáticas y de comunicaciones, y las prácticas de
negocios asociadas.
La conexión del lenguaje con el mundo y la mente llevó a muchos filósofos a pensar
que la estructura del lenguaje no es otra cosa que un espejamiento de la estructura
de la realidad misma, por lo cual, ellos apostaron a que podríamos llegar a conocer
indirectamente el mundo mediante el estudio del lenguaje con que nos referimos a
las cosas del mundo.
El filósofo Wittgenstein, en algún momento propuso que las palabras de una oración
están ahí por las cosas del mundo y las relaciones entre las palabras representan
las relaciones entre esas cosas.
Asimismo, se observó que una buena parte de los problemas tanto filosóficos como
cotidianos no eran otra cosa que confusiones del lenguaje producto de un mal uso o
una inadecuada interpretación de los términos, y que por lo tanto dichos problemas
podían ser resueltos (más bien disueltos) mediante un cuidadoso análisis
lingüístico.
Este modo de proceder se conoció como análisis terapéutico, una especie de terapia
filosófica basada en el lenguaje cuya estrategia consistía en el ascenso semántico:
si uno cae en perplejidades al hablar sobre las cosas, suele servir de ayuda
desplazar el foco y hablar sobre cómo hablar sobre aquellas cosas, sobre lo que uno
diría o debería decir coherentemente de algo bajo ciertas circunstancias.
Por otro lado, con el lenguaje no sólo nos referimos a los objetos del mundo físico
sino también a nuestros estados y procesos mentales. Se dice que con el lenguaje
expresamos el contenido intencional de nuestros estados mentales. Bajo este
enfoque se establece una distinción básica entre un enunciado u oración y una
proposición. Las oraciones o enunciados se refieren a la forma lingüística con la que
expresamos un determinado contenido de pensamiento y la proposición representa
el contenido mental o pensamiento propiamente tal.
El rasgo más elocuente de esta teoría consiste en que, a diferencia del tradicional
enfoque referencial y semántico del lenguaje, coloca el acento en la función activa
del lenguaje. Para precisar esta distinción, se introdujo una diferencia entre los
diversos tipos de acciones que puede cumplir el lenguaje, estableciéndose los
siguientes actos de habla básicos o acciones que podrían realizarse al hacer una
emisión:
Muchas veces la emisión resutante poco o nada tiene que ver con lo que la persona
deseaba comunicar. Por lo tanto, no es suficiente con tener buenas ideas, sino que
además es necesario poseer las competencias para construir las oraciones
adecuadas con que las sacamos de nuestras cabezas.
Las acciones mediante los cuales estructuramos las expresiones que expelemos al
exterior y con las cuales comunicamos nuestras ideas y pensamientos, no siempre
arrojan buenos resultados, y son fuente común de ambigüedades y malos
entendidos a la hora en que necesitamos que los demás comprendan lo que
deseamos que se lleve a cabo.
Como ilustración de lo confuso que puede resultar la mala expresión de una idea,
mostraremos como ejemplo una paradoja donde el defecto está en la falta de una
puntuación adecuada (no es poco usual que los correos electrónicos padezcan de
estos defectos, sin embargo la mayoría de estas confusiones son solucionables
apelando al sentido común).
Sin embargo, en esta oración, dependiendo donde el receptor del mensaje coloque
la puntuación, dará origen a interpretaciones muy diferentes del texto, que puede
variar radicalmente no sólo su sentido conceptual sino además su efecto comercial.
Analicemos dos posibles casos:
(i) Primera puntuación: “La promoción por la compra del computador es siempre
una funda si cancela un valor adicional, lleva además una impresora”. Bajo esta
puntuación la promoción se interpreta como: el cliente lleva la funda sólo si cancela
un valor adicional, y la impresora gratis.
(ii) Segunda puntuación: “La promoción por la compra del computador es siempre
una funda, si cancela un valor adicional lleva además una impresora”. Con esta otra
puntuación, la promoción adquiere este otro significado: el cliente lleva la funda
gratis, y la impresora sólo si cancela un valor adicional.
¿No le parece que estos casos confusos son más comunes de lo que podría
esperarse?
Por ejemplo, las emisiones “sugiero que vayamos al seminario” e “insisto en que
vayamos al seminario” tienen en común el mismo objeto ilocucionario pero difieren
en su intensidad.
Del mismo modo, no es lo mismo decir, “sería ideal que tengas el informe de
resultados para mañana”, que decir “el informe de resultados tienes que tenerlo
mañana”. Aún cuando en ambos casos el propósito ilocucionario es el mismo, la
petición de un informe, la fuerza ilocucionaria es diferente, puesto que la ejecución
de estas peticiones conllevan distintos grados de intensidad y compromiso. Si el
jefe que pide el informe con la fuerza ilocucionaria de la primer expresión, estaría
produciendo una confusión si al otro día exigiera al empleado la entrega inmediata
del mentado informe. Una gran parte de los malos entendidos tiene su origen en
peticiones ejecutadas con fuerzas ilocucionarias inadecuadas.
Para aclarar aun más el concepto de fuerza ilocucionaria, resultará útil establecer
un símil con los conceptos de comunicación analógica-digital empleada tanto en
máquinas y computadores, como en personas. Cuando nos comunicamos a través
de oraciones o expresiones lingüísticas, se dice que estamos realizando una
comunicación de tipo digital, en el sentido que hay de por medio una codificación o
sintaxis preestablecida arbitrariamente para denotar objetos y conceptos.
Por ejemplo, la palabra “silla” denota inequívocamente una silla y no otro objeto,
aun cuando en esa palabra no hay nada parecido que pueda asemejarse ni
remotamente a una silla. Pero cuando emitimos una palabra, ya sea en forma
aislada o formando parte de una oración, todos entendemos que en su lugar hay
una referencia a un determinado objeto. Esta estipulación es completamente
arbitraria como la codificación binaria que se usa en los computadores para
almacenar los datos.
Por ejemplo, en vez de emitir la palabra “mesa” puedo dibujar una mesa, y si el
dibujo guarda, aunque sea mínimamente los rasgos relevantes de una mesa, por
analogía entendemos que se trata de una mesa y no de otro objeto.
Lo anterior sugiere que podemos estudiar las condiciones que deben verificarse
para que un acto de habla tenga el sentido (locucionario), la fuerza (ilocucionaria) y
el efecto (perlocucionario) que necesitamos que tenga para lograr un cometido
deseado.
Por ejemplo, algunos teóricos de los actos del habla (Searle) han propuesto que,
para que una persona solicite a otra que ejecute alguna acción, la segunda persona
debe tener la capacidad para efectuar tal tarea, y el peticionario tiene que querer
que la acción se lleve a cabo, creer que su emisión cumplirá tal fin y tener razones
para que se realice.
Otros teóricos (Grice) se han focalizado en otros rasgos de las acciones efectuadas
al usar el lenguaje, tales como el trabajo cooperativo entre las personas que
participan en las conversaciones, postulando al respecto cuatro reglas
fundamentales:
Conclusiones
JL Peaucelle
GREGEOI
Résumé : Fayol s’est opposé à Taylor, explicitement dans Administration
Industrielle et Générale. Les organisateurs français ont gommé leurs différences en
limitant le champ d’application de leurs théories respectives. Dans sa jeunesse,
Fayol a eu des actions tout à fait similaires aux interventions de Taylor. L’analyse
des similarités et des différences conduit à avancer l’hypothèse que les idées de
chacun viennent de la spécificité des conditions des industries dans lesquelles ils
ont fait leur apprentissage industriel.
Tout semble avoir été dit sur l’opposition de leurs pensées. Taylor meurt en 1915.
Un an après, Fayol l’attaque. Mais, en 1925, avant de mourir, il accepte une
conciliation de leurs pensées, sous l’égide des organisateurs français et européens.
Taylor pour l’atelier. Fayol pour la direction générale, Dans ce débat ancien, cet
article veut montrer la similarité de leurs démarches et expliquer les différences de
leurs doctrines par les spécificités des industries dont ils avaient l’expérience. Il
s’appuie principalement sur un article de jeunesse de Fayol.
Ce document [7] est un article de 1882, publié dans les Comptes rendus mensuels
de la Société de l’Industrie Minérale. Fayol réorganise le travail dans la houillère de
Commentry. Et il explique ses décisions. On voit, sur cet exemple, comment il
aborde les questions d’organisation. Dans la mine, après avoir retiré le charbon, il
faut le remplacer par des cailloux pour éviter les éboulements et les affaissements
de terrain. Le remblayage était fait de nuit pendant que l’exploitation du charbon
était faite de jour. Fayol organise le remblayage de jour, exécuté par les ouvriers
d’exploitation eux-mêmes. Il accroît donc la polyvalence. C’est une démarche
contradictoire avec la division du travail. Il justifie cette solution par le coût global
et la souplesse dans le travail. Sa solution est d’ailleurs adoptée ensuite dans
toutes les mines du centre de la France.
Donc, Fayol ingénieur se préoccupe des mêmes problèmes que Taylor. On le voit
dans un autre article de Fayol [5] où il cherche le matériau optimal pour étayer les
galeries. Face au même problème d’optimisation technique, ils ont eu la même
attitude, l’expérimentation scientifique. Alors les différences de leurs pensées sont
probablement dues aux terrains où ils ont agi. Ils sont ingénieurs, engagés dans le
concret de leur métier. Ils construisent leurs idées à partir d’une pratique. Ces
idées sont différentes parce que ces problèmes qu’ils ont rencontrés sont différents.
Les houillères et les usines métallurgiques sont des terrains spécifiques. Leurs
doctrines d’organisation sont adaptées à chaque cas. Ils ont apporté des réponses
contingentes. Ensuite, ils ont, l’un comme l’autre, postulé que ce terrain était
représentatif de tous les problèmes industriels. La théorie générale qu’ils ont édifiée
était parfaitement pertinente pour ces industries. Le succès de la pensée de Taylor
vient du fait que les industries en forte croissance, au 20° siècle, ont été celles qui
avaient les caractéristiques des industries métallurgiques.
Le présent article ne propose pas de gommer les différences entre Fayol et Taylor.
Il veut expliquer leurs oppositions par les circonstances industrielles où sont nées
ces pensées. Il conduit ainsi à mieux comprendre les raisons du succès pratique de
chacune. Il commence en présentant Fayol comme un expérimentateur pour
trouver une solution optimale. Ensuite, il le dévoile comme organisateur du travail
sur le front de taille.
Taylor est d’abord l’homme des 26 années d’étude de la taille des métaux. Il y
acquiert tous les réflexes de l’étude scientifique appliquée. Il réutilisera ensuite
toutes ces connaissances pour l’étude de l’organisation du travail. Fayol a suivi le
même chemin, au départ. Il a mené une étude technique selon les principes de la
recherche scientifique. Il a trouvé la meilleure solution. Il l’a fait appliquer
uniformément dans sa mine.
Voici le problème dont il s’agit : après avoir creusé une galerie, on étaye la partie
supérieure, avec des poutres. Divers matériaux, bois et fer, sont utilisés. Quel est
le meilleur ? Voilà une question fort analogue à celle de la taille des métaux. Fayol y
applique la même méthode, de 1867 à 1874, l’expérimentation en laboratoire et
l’expérimentation sur le terrain.
Diverses essences de bois sont disponibles sur le marché. On peut leur faire subir
plusieurs traitements préventifs. Ces traitements diffèrent par le produit chimique
utilisé, la durée, la concentration. Fayol construit les épreuves pour tester le
pourrissement : sous 15 cm de terre durant 3 ans, en position dans une galerie mal
aérée, pendant une durée de 2 à 7 ans. Au résultat, le bois est plus ou moins
pourri. Fayol se construit une échelle à quatre degrés pour caractériser l’état de
pourrissement du bois.
Parallèlement, il avait focalisé ses expériences sur le sulfate de fer et le goudron qui
sont assez comparables en coût et en efficacité. Fayol fait varier la durée
d’imprégnation et limite ses expériences au sapin et au chêne. Les effets sont
d’autant meilleurs que la dissolution est plus concentrée et que l’immersion est plus
longue. Mais, en pratique, une immersion de 24 heures est parfaitement suffisante.
Le résultat fait plus que tripler la durée des étais en bois. Dès lors, les vieux rails ne
peuvent plus être économiques, et comme ils sont d’un emploi moins commode que
le bois, nous n’en étendons pas l’usage. Le coût du sulfatage revient à 0,05F par
mètre d’étai.
Taylor (1856-1915) étudie la coupe des métaux à partir de 1880. Il travaille alors à
la Midvale Steel Company. Son propriétaire, William Seller, est le patron qui lui
avait fait faire son apprentissage depuis 1874. Il fabrique des machines outils. C’est
pour son compte qu’il passe à la Bethlehem Steel Co en 1896 et qu’il y découvre
avec White l’acier rapide. L’entreprise de machines outils finance ses recherches et
profite directement de ses découvertes sur la taille des métaux [1].
Cette comparaison montre une grande similitude entre Fayol et Taylor sur l’attitude
intellectuelle de recherche de l’optimisation technique, par l’expérimentation des
diverses solutions. Les contemporains parlaient de leur personnalité à peu près
dans les mêmes termes. Voici deux citations de témoins rapprochés. Thompson,
son propagandiste en France dit que Taylor était « à la fois conservateur et radical.
Il appartenait incontestablement au type des positivistes » [13, p 39]. Maurice de
Longevialle parle du patron de la société Commentry Fourchambault [9, p 175].
« Ce non-conformisme, cette indépendance d’esprit, cette espèce de foncière
irrévérence jointe à un grand respect de l’autorité et des valeurs établies, est un
des traits les plus marquants du caractère de Henri Fayol. »
Il y avait aussi une spécialisation pour le remblayage, c’est à dire la pose de roches
à la place du charbon enlevé, avec récupération partielle des bois de soutènement.
A Commentry, le remblayage était fait de nuit alors que l’exploitation était faite de
jour. Fayol expérimente une autre méthode, le remblayage par les piqueurs eux-
mêmes, durant la journée. Cela occupe 10% de leur temps de travail. Leur salaire
est modifié en conséquence. Les remblais sont descendus au retour des wagonnets
qui ont remonté le charbon. Globalement, on réduit de 20% à 30% le nombre des
chevaux nécessaires. L’économie porte aussi sur le coût de la surveillance. Il fallait
un contremaître de nuit pour surveiller peu d’ouvriers. L’économie est de 0,05 F à
0,20 F par tonne de charbon.
Deux avantages qualitatifs s’y ajoutent. Les conditions de travail des mineurs : La
suppression du poste de nuit est un bienfait, parce que dans les modestes logis
exposés à tous les bruits du dehors et du ménage, il leur est difficile de trouver
pendant la journée un sommeil réparateur. Surtout, les piqueurs remblayent quand
le besoin s’en fait sentir, quand le chantier a trop avancé et que la sécurité n’est
plus assurée, quand ils ne peuvent plus écouler la houille par les wagonnets.
Henri Fayol se félicite d’avoir ainsi pu atteindre plusieurs objectifs à la fois. Une
mesure qui permet à la fois d’améliorer le sort des ouvriers, d’obtenir un travail
plus parfait et de diminuer le prix de revient, constitue bien […] un véritable
progrès. On voit ici le rôle de l’ingénieur ou celui du chef d’industrie selon la
doctrine de Henri Fayol. Essayer diverses solutions d’organisation du travail,
adopter celle qui conduit au meilleur prix, en comptant tout, la main d’œuvre
directe et la main d’œuvre indirecte, la surveillance et le transport. Si, en plus, la
sécurité est accrue et les conditions de travail améliorées, il a bien fait son travail
de chef.
Cette spécificité du travail dans la mine est remarquée par ceux qui tentent d’y
introduire le taylorisme. Un texte officiel fait de telles recommandations. Après
1918, la France est confrontée à un manque de main d’œuvre. Des commissions
enquêtent pour trouver des solutions. Celle du bassin du Tarn préconise une
division du travail [4]. Quatre méthodes d’exploitation, à Carmaux et à Albi, sont
étudiées précisément. Les diverses tâches des piqueurs ont été chronométrées.
L’abattage et le boisage ensemble forment de 43% à 54% de leur temps de travail.
Le remblayage, le chargement et le roulage en constituent de 57% à 46%. Face à
la pénurie de piqueurs, la commission préconise de spécialiser les ouvriers actuels
sur les tâches d’abatage et de boisage. D’autres ouvriers, ayant besoin de moins de
compétence, seront utilisés aux tâches complémentaires. On revient donc à la
spécialisation.
Cependant, la commission comprend qu’il s’agit d’un retour en arrière. Elle note :
Nous rejetons la solution des remblayeurs indépendants du chantier et travaillant
au poste de l’après-midi : pratiquée autrefois à Albi, a donné des résultats
déplorables au point de vue de la sécurité. On retrouve ici une des raisons de la
polyvalence, la sécurité du chantier.
Les aléas du travail du mineur empêchent la mise au point d’un mode de production
unique optimal. La structure sociale gêne aussi le taylorisme. Voici comment
l’ingénieur voit ses mineurs : « c’est une petite société très égalitaire où
l’association est du mode horizontal, la hiérarchie toute morale, et où […] doivent
régner la bonne entente et l’harmonie. » Sur les chantiers, éloignés les uns des
autres, « la surveillance y est plus difficile et plus diluée. » L’autonomie des
personnes se nourrit de la difficulté de surveiller et elle génère des relations
humaines fortes dans les équipes.
Appliquer le taylorisme dans les mines présente bien des embûches. « La hiérarchie
fonctionnelle est aussi à écarter. Dans la houillère, où les questions de sécurité et
de responsabilité ont une importance primordiale, une telle organisation
fonctionnelle n’est pas possible. […] La solution est de leur donner des adjoints ou
aides spécialisés. »
Tout empêche les ingénieurs des mines d’appliquer le taylorisme. Mais c’est un
courant à la mode. Alors l’article le soutient, paradoxalement. « Plus encore que les
procédés de Taylor, [l’ingénieur] devra pratiquer l’esprit de Taylor ». « Le
taylorisme […] peut trouver dans la houillère un champ d’action extrêmement
étendu et varié. Par contre les conditions spéciales à l’exploitation souterraine […]
rendent extrêmement difficile l’emploi de quelques-uns des procédés qui
concrétisent habituellement le taylorisme. »
Même avec la bonne volonté, les spécialistes des mines ne pensent pas pouvoir
appliquer les préceptes de Taylor. Quelles en sont les causes ? Ce sont des causes
techniques et des causes sociales.
- - Causes techniques : imprévisibilité des conditions concrètes du travail
(d’où une incertitude sur les rythmes de production), irrégularités des
tâches à faire à chaque moment (d’où une polyvalence), exigences de
sécurité très fortes (d’où l’unité de commandement).
- - Causes sociales : force des syndicats, solidarité humaine des équipes
de piqueurs, habitudes du salaire proportionnel à la quantité produite par
l’équipe (« système de l’entreprise »).
Ces conditions de travail dans les mines rendent inopérante la science taylorienne
du travail. Fayol y avait acquis sa formation. Il ne pouvait pas accepter le
taylorisme en tant que principe universel d’organisation scientifique du travail. Pour
lui, ce n’était pas la solution aux situations qu’il connaissait.
Les industries minières n’ont été taylorisées que tardivement, même aux Etats-
Unis. Nelson y retrace l’adoption du taylorisme [10, p 55]. « A ses débuts [avant
1914], le taylorisme a pénétré partout, à l’exception des mines » Après la guerre,
le succès de Taylor est général. Les mines ne peuvent rester à l’écart de cette
mode [10, p 63]. « Le meilleur exemple du succès de l’OST est son introduction
dans les mines de charbon restées à l’écart du mouvement de rationalisation avant
la guerre. Afin de réduire leurs coûts et d’éviter le déclin, les compagnies
charbonnières introduisirent la parcellisation des tâches, accrurent le contrôle
ouvrier et essayèrent de substituer des ouvriers « spécialisés » aux « généralistes »
alors en place. L’OST fut introduite dans quelques mines de façon concomitante à
des innovations d’ordre technique. Celles-ci permirent d’imposer des changements
sociaux que le taylorisme n’avait fait qu’encourager. »
5) Conclusion
Les organisateurs français des années 20 sont placés devant les contradictions
entre Fayol et Taylor. Ils ont cherché à réduire ces antagonistes, d’une part en
abandonnant la notion taylorienne de chef fonctionnel d’autre part en distinguant
deux domaines, l’un pour chaque auteur. Le CNOF (Centre National de
l’Organisation Française) s’est créé en 1925 avec cet esprit de conciliation. Jean
Chevalier exprime très bien ce compromis [3, p.23]. « La doctrine de Fayol et celle
de Taylor ne s’opposent pas mais se complètent. » Leurs champs d’application sont
disjoints. « L’une au sommet pour la direction, l’autre à la base, pour le travail. »
Cette vision permet de supprimer leurs oppositions.
Or, sur bien des points, ils se sont exprimés tous les deux. Ils sont souvent
d’accord : sur les hauts salaires, sur la sélection, sur la formation, contre les
syndicats. Ils s’opposent sur la direction fonctionnelle. Ils s’opposent aussi sur les
critères de gestion. Taylor privilégie la productivité directe. Pour cela, il
chronomètre. Fayol calcule toujours le prix de revient. Enfin l’expérimentation
détaillée des gestes opératoires n’appartient pas aux préoccupations de Fayol. Dans
la mine, il serait impossible de les imposer strictement.
Les préceptes que Fayol et Taylor ont exprimés n’ont pas le degré de généralité
qu’ils croyaient. Ils sont fortement dépendants des conditions dans lesquelles leur
formation industrielle s’est faite. Leur opposition est riche pour revenir sur
l’hypothèse d’universalité de leurs théories. Selon les conditions dans lesquelles un
travail se réalise, il existe différentes manières de l’améliorer. Ces deux théories
normatives s’appliquent à une classe de problèmes, mais pas à toutes les situations
de travail. Il existe beaucoup de situations de travail où les préceptes de l’une
comme de l’autre sont inopérants. Ce sont les champs des recherches ultérieures
sur le travail humain : les services en contact avec le client, les projets, la
navigation et le pilotage, les services d’urgence et de veille, le travail en équipe, et
la liste n’est pas exhaustive.
6) Bibliographie
No one who studies the history of the socialist movement in Germany can fail to be
greatly struck by the stability of the group of persons leading the party. In 1870–71, in
the year of the foundation of the German Empire, we see two great personalities,
those of Wilhelm Liebknecat and August Bebel, emerge from the little group of the
faithful to the new socialist religion to acquire leadership of the infant movement by
their energy and their intelligence. Thirty years later, at the dawn of the new century,
we find them still occupying the position of the most prominent leaders of the German
workers. This stability in the party leadership in Germany is very striking to the
historian when he compares it with what has happened in the working-class parties
elsewhere in Europe. The Italian socialist party, indeed, for the same reasons as in
Germany, has exhibited a similar stability. Elsewhere, however, among the members
of the Old International, a few individuals only of minor importance have retained their
faith in socialism intact into the new century. In Germany, it may be said that the
socialist leaders live in the party, grow old and die in its service.
The author has examined the lists of those present at the congresses held in 1893 by
three of the international socialist parties, namely, the German social democrats, the
Parti Ouvrier (Guesdistes) in France, and the Italian socialist party, in order to
ascertain the names of those who in the year 1910 were still in the first rank of the
fighters on behalf of socialism in their respective countries. The results of this inquiry,
which cannot claim absolute scientific precision, but which have none the less
considerable practical value, are as follows. Of the 200 delegates to the Congress of
Cologne, 60 were still fighting in the breach in 1910; of the 93 delegates of the
Congress of Paris, 12; and of the 311 delegates to the Congress of Reggio Emilia, 102.
This shows a very high percentage of survivals, above all for the proletarian parties of
Italy and Germany, but to a less extent for the Parti Ouvrier. The bourgeois parties of
the left on the Continent will hardly find it possible to boast of a similiar continuity in
the personnel of their leaders great and small. In the working-class parties we find that
the personnel of the officials is even more stable than that of the leaders in general.
The causes of this stability, as will be shown in the sequel, depend upon a complex of
numerous phenomena.
Long tenure of office involves dangers for democracy. For this reason those
organizations which are anxious to retain their democratic essence make it a rule that
all the offices at their disposal shall be conferred for brief periods only. If we take into
account the number of offices to be filled by universal suffrage and the frequency of
elections, the American citizen is the one who enjoys the largest measure of
democracy. In the United States, not only the legislative bodies, but all the higher
administrative and judicial officials are elected by popular vote. It has been calculated
that every American citizen must on an average exercise his function as a voter
twenty-two times a year.81 The members of the socialist parties in the various
countries must today exercise similarly extensive electoral activities: nomination of
candidates for parliament, county councils, and municipalities; nomination of delegates
to local and national party congresses; election of committees; re-election of the
same; and so on, da capo. In almost all the socialist parties and trade unions the
officers are elected for a brief term, and must be reelected at least every two years.
The longer the tenure of office, the greater becomes the influence of the leader over
the masses and the greater therefore his independence. Consequently a frequent
repetition of election is an elementary precaution on the part of democracy against the
virus of oligarchy.
Since in the democratic parties the leaders owe their position to election by the mass,
and are exposed to the chance of being dispossessed at no distant date, when forced
to seek re-election, it would seem at first sight as if the democratic working of these
parties were indeed secured. A persevering and logical application of democratic
principles should in fact get rid of all personal considerations and of all attachment to
tradition. Just as in the political life of constitutional states the ministry must consist of
members of that party which possesses a parliamentary majority, so also in the
socialist party the principal offices ought always to be filled by the partisans of those
tendencies which have prevailed at the congresses. Thus the old party dignitaries
ought always to yield before youthful forces, before those who have acquired that
numerical preponderance which is represented by at least half of the membership plus
one. It must, moreover, be a natural endeavor not to leave the same comrades too
long in occupation of important offices, lest the holders of these should stick in their
grooves, and should come to regard themselves as God-given leaders.
But in those parties which are solidly organized, the actual state of affairs is far from
corresponding to this theory. The sentiment of tradition, in cooperation with an
instinctive need for stability, has as its result that the leadership represents always the
past rather than the present. Leadership is indefinitely retained, not because it is the
tangible expression of the relationships between the forces existing in the party at any
given moment, but simply because it is already constituted. It is through gregarious
idleness, or, if we may employ the euphemism, it is in virtue of the law of inertia, that
the leaders are so often confirmed in their office as long as they like.
These tendencies are particularly evident in the German social democracy, where the
leaders are practically irremovable. The practice of choosing an entirely new set of
leaders every two years ought long ago to have become general in the socialist party,
as prototype of all democratic parties. Yet, as far as the German socialists are
concerned, not merely does no such practice exist, but any attempt to introduce it
provokes great discontent among the rank and file. It is true that one of the
fundamental rules of the party, voted at the Mainz congress in 1900, lays down that at
every annual congress the party must “renew,” by ballot and by absolute majority, the
whole of the executive committee, consisting of seven persons (two presidents, two
vice-presidents, two secretaries, and a treasurer). This would be the true application of
the democratic principle, but so little is it commonly observed in practice, that at every
congress there are distributed to the delegates who are about to elect their new
leaders printed ballot papers bearing the names of all the members of the retiring
committee. This proves, not merely that the reelection of these leaders is taken as a
matter of course, but even that a certain pressure is exercised in order to secure their
reelection. It is true that in theory every elector is free to erase the printed names and
to write in others, and that this is all the easier since the vote is secret. None the less,
the printed ballot paper remains an effective expedient. There is a French phrase,
corriger la fortune; this method enables the leaders to corriger la democratie.82 A
change in the list of names, although this is simply the exercise of an electoral right
established by the rules, is even regarded as a nuisance by most of the delegates, and
is censured by them should it occur. This was characteristically shown at the Dresden
congress in 1903. When the report spread through the congress that the revolutionary
socialists of Berlin intended to remove from among the names on the ballot paper the
name of Ignaz Auer, of whom they disapproved on account of his revisionist tendencies
(an accusation which they subsequently repelled with indignation), the widespread
anger aroused by the proposed sacrilege sufficed to overthrow the scheme.
It is in this manner that the leaders of an eminently democratic party, nominated by
indirect suffrage, prolong throughout their lives the powers with which they have once
been invested. The reelection demanded by the rules becomes a pure formality.
The temporary commission becomes a permanent one, and the tenure of office an
established right. The democratic leaders are more firmly established in their seats
than were ever the leaders of an aristocratic body. Their term of office comes greatly
to exceed the mean duration of ministerial life in monarchical states. It has been
calculated that in the German Empire the average official life of a minister of state is
four years and three months. In the leadership, that is to say in the ministry, of the
socialist party we see the same persons occupying the same posts for forty years in
succession. Naumann writes of the democratic parties: “Here changes in the leading
offices occur less rapidly than in those of the secretaries of state of the ministers. The
democratic method of election has its own peculiar loyalty. As far as individual details
are concerned it is incalculable, and yet on general lines we can count upon its activity
with more certainty than upon the policy of princes. Through all democracy there runs
a current of slow-moving tradition, for the ideas of the masses change only step by
step and by gentle gradations. While in the monarchical organism there is an
abundance of ancient forms, we find no less in the democratic organism that the
longer it exists the more does it become dominated by tenaciously established
phrases, programs and customs. It is not until new ideas have been in progress up and
down the country for a considerable time that these ideas can penetrate the
constituted parties through the activity of particular groups that have adopted them, or
as an outcome of a spontaneous change of opinion among the rank and file. This
natural tenacity of parliaments which are the outcome of popular election is
indisputable, be it advantageous or disadvantageous to the community.”83 In
democratically constituted bodies elsewhere than in Germany a simliar phenomenon is
manifest. In proof of this, reference may be made to a paragraph in the rules drawn up
on February 3, 1910, by the Italian General Confederation of Labor as to the
proclamation of the general strike. The rule begins by declaring, in perfect conformity
with democratic principles, that the declaration of a general strike must always be
preceded by a referendum to the branches. To the terms of this referendum were to be
appended the minutes of the session at which the Confederation of Labor had decided
to submit the question. But the rule adds that if there should be disagreement between
the executive council of the Federation and the results of the reference to the
branches, if, for instance, the council had rejected the general strike while the
referendum showed that the rank and file favored it, this difference must not be taken
to imply a vote of censure on the leaders.84 This shows that in the working-class
organizations of Italy ministerial responsibility is not so strongly established as in the
Italian state, where the ministry feels that it must resign if, when it has brought
forward a bill, this bill is rejected by the majority of the Chamber. As far as concerns
England, we learn from the Webbs that the stability of the officials in the labor
organizations is superior to that of the employees in the civil service. In the
Amalgamated Association of Operative Cotton-Spinners we actually find that there is a
rule to the effect that the officials shall remain in office indefinitely, as long as the
members are satisfied with them.85 An explanation of this phenomenon is doubtless to
be found m the force of tradition, whose influence assimilates, in this respect, the
revolutionary masses to the conservatives. A contributory cause is one to which we
have already referred, the noble human sentiment of gratitude. The failure to reeled a
comrade who has assisted in the birth of the party, who has suffered with it many
adversities, and has rendered it a thousand services, would be regarded as a cruelty
and as an action to be condemned. Yet it is not so much the deserving comrade as one
who is tried and expert whom the collectivity approves above all others, and whose
collaboration must on no account be renounced. Certain individuals, simply for the
reason that they have been invested with determinate functions, become irremovable,
or at least difficult to replace. Every democratic organization rests, by its very nature,
upon a division of labor. But wherever division of labor prevails, there is necessarily
specialization, and the specialists become indispensable. This is especially true of such
states as Germany, where the Prussian spirit rules, where, in order that the party may
be safely steered through all the shoals and breakers that result from police and other
official interference and from the threats of the penal laws, the party can be assured of
a certain continuity only when a high degree of stability characterizes the leadership.
But this advantage is more than compensated by the exploitive methods of ephemeral
leaders, with all their disastrous consequences. On the other hand, one of the great
advantages of monarchy is that the hereditary prince, having an eye to the interests of
his children and his successors, possesses an objective and permanent interest in his
position, and almost always abstains from a policy which would hopelessly impair the
vital energies of his country, just as the landed proprietor usually rejects methods of
cultivation which, while providing large immediate returns, would sterilize the soil to
the detriment of his heirs.
Thus, no less in time of peace than in time of war, the relationships between different
organizations demand a certain degree of personal and tactical continuity, for without
such continuity the political authority of the organization would be impaired. This is
just as true of political parties as it is true of states. In international European politics,
England has always been regarded as an untrustworthy ally, for her history shows that
no other country has ever been able to confide in agreements concluded with England.
The reason is to be found in this, that the foreign policy of the United Kingdom is
largely dependent upon the party in power, and party changes occur with considerable
rapidity. Similarly, the party that changes its leaders too often runs the risk of finding
itself unable to contract useful alliances at an opportune moment. The two gravest
defects of genuine democracy, its lack of stability (perpetuum mobile democraticum)
and its difficulty of mobilization, are dependent on the recognized right of the
sovereign masses to take part in the management of their own affairs.
In order to bind the leader to the will of the mass and to reduce him to the level of a
simple executive organ of the mass, certain primitive democracies have at all times
sought to apply, in addition to the means previously enumerated, measures of moral
coercion. In Spain, the patriotic revolutionary Junta of 1808 insisted that thirty
proletarians should accompany the general who was to negotiate with the French, and
these compelled him, in opposition to his own convictions, to reject all Napoleon's
proposals. In modern democratic parties, there still prevails the practice, more or less
general according to the degree of development these parties have attained, that the
rank and file send to the congresses delegates who are fettered by definite
instructions, the aim of this being to prevent the delegate from giving upon any
decisive question a vote adverse to the opinion of the majority of those whom he
represents. This precaution may be efficacious in certain cases, where the questions
concerned are simple and clear. But the delegate, since he has no freedom of choice, is
reduced to the part of puppet, and cannot allow himself to be influenced by the
arguments he hears at the congress or by new matters of fact which are brought to
light in the course of the debate. But the result is, that not only is all discussion
rendered superfluous in advance, but also that the vote itself is often falsified, since it
does not correspond to the real opinions of the delegates. Of late fixed instructions
have less often been given to the delegate, for it has become manifest that this
practice impairs the cohesion so urgently necessary to every party, and provokes
perturbations and uncertainties in its leadership.
In proportion as the chiefs become detached from the mass they show themselves
more and more inclined, when gaps in their own ranks have to be filled, to effect this,
not by way of popular election, but by cooptation, and also to increase their own
effectives wherever possible, by creating new posts upon their own initiative. There
surround themselves, as it were, with a wall, within which they will admit those only
who are of their own way of thinking. Instead of allowing their successors to be
appointed by the choice of the rank and file, the leaders do all in their power to choose
these successors for themselves, and to fill up gaps in their own ranks directly or
indirectly by the exercise of their own volition.
This is what we see going on today in all the working-class organizations which are
upon a solid foundation. In a report presented to the seventh congress of Italian labor
organizations, held at Modena in 1908, we find it stated that the leaders must
recognize capable men, must choose them, and must in general exercise the functions
of a government.86 In England these desiderata have already received a practical
application, for in certain cases the new employees of the organization are directly
chosen by the old officials.87 The same thing happens in Germany, where about
onefifth of the trade-union employees are appointed by the central power. Moreover,
since the trade-union congresses are composed almost exclusively of employees, the
only means of which the individual organized workers can avail themselves for the
expression of their personal opinions is to be found in contributions to the labor
press.88 In the French labor movement, which claims to be the most revolutionary of
all, the secretary of the Confederation Generale du Travail possesses the right of
nomination when there is a question of electing new representatives to the executive
committee of the federation. He exercises this right by sending to those Bourses du
Travail which are not represented on the executive, a list of the comrades whom he
considers suitable for this position, recommending the election of these.89 In the
German Socialist Party, the individual Landesvorstande, or provincial committees, and
the central executive claim the right of veto over the selection of candidates. But this
right of veto gives them a privilege of an essentially oligarchical character, elevating
the committees to the rank of a true government, and depriving the individual
branches of one of the fundamental rights of all democracy, the right of individual
liberty of action. In Holland, again, the socialist candidatures for parliament must be
approved by the party executive, and this executive is as irremovable as that of the
German party. It rarely happens that an old member of the executive whose term of
office has expired fails to obtain reelection should he desire it. It is in Holland also that
we see such conspicuous pluralism among the party officials.
Las Infocomunicaciones
y la nueva cultura
organizativa
La importancia de la persona
y del trabajo en equipo
La Escuela clásica
tuye, al decir de Dale (8), la otra cara de La burocracia se ha mostrado tanto como ne, todos ellos norteamericanos ,el fran-
la moneda de la Escuela Clásica. un impresionante instrumento de poder, cés O. Gélinier y el británico J. W. Hum-
como un potente medio para defender al ble.
Su gran error o su gran ingenuidad, fue trabajador frente al abuso del propieta-
considerar el comportamiento humano rio, del directivo o del político. El neoclasicismo recoge y pone al día las
en el ámbito de toda la sociedad y no en ideas clásicas, a las que añade los resul-
el de la empresa. En sus versiones más puras, las burocra- tados de la Escuela Burocrático/ Estruc-
cias solo se han mostrado eficientes turalista, de la de las Relaciones Huma-
En esta época se realiza el vuelo de cuando tienen que conseguir objetivos nas e, incluso, de la Teoría de Sistemas y
Lindbergth, entre las dos orillas del muy simples o cuando se permite el fun- de la Investigación Operativa. Su pro-
Atlántico, aparece el primer lavaplatos, cionamiento de su organización infor- puesta más conocida es la llamada
se desarrolla el microscopio electrónico, mal, que desarrollan en la inmensa Dirección por Objetivos (DPO), descrita
se patenta el Nylon, se inventa el bolí- mayoría de los casos. por P. Drucker, en 1954 , fruto de sus
grafo, se experimenta el primer reactor trabajos en la General Electric.
nuclear y la televisión en color, se N. Parkinson (11) y A. Thompson (12),
emplea el radar, y se construye en Esta- pusieron de manifiesto, con un carácter La DPO ha sufrido importantes modifica-
dos Unidos el ordenador MARKS con constructivo y destructivo a la vez, los ciones. El antiguo modelo ha ido siendo
relés electromecánicos. defectos de las organizaciones cuyo paulatinamente abandonado porque
grado de burocracia no se correspondía daba lugar a un exceso de reglamenta-
con sus objetivos. Así el primero señala- ciones y papeles, porque era autocrático
La Escuela Burocrática/ rá que, en una burocracia, «todo trabajo y, sobre todo, porque acababa por des-
Estructuralista se prolonga de manera que toma todo el truir el tejido social de la empresa en la
tiempo disponible para llevarlo a cabo» o que se establecía. La moderna DPO, ha
Tiene raíces muy antiguas. La organiza- que «un comité es una planta que echa tratado de eliminar los defectos anterio-
ción burocrática se practicó en el anti- raíces, crece, florece se marchita y res y, con mucha frecuencia, su implan-
guo Egipto y en el Imperio Chino. En el muere, esperando sus semillas que harán tación es acompañada por el éxito.
siglo XX ,el inicio de esta Escuela suele florecer otros comités».
situarse en 1925, fecha de publicación Las aportaciones de Koontz al análisis
del mas importante tratado del alemán Se denomina «hombre organizacional» al del proceso administrativo; las de
Max Weber. Autores posteriores, de hombre de la burocracia y el estructura-
Chandler a la interrelación entre estruc-
relieve, son A. Entzioni, R. Merton, N. lismo. Podría denominarse también, «
tura organizativa y entorno; las de Sloan
Parkinson y A. Thompson, alguno neta- hombre abeja» u «hombre hormiga». Solo
sobre la organización divisional; y los
mente estructuralista. puede obrar dentro de una estructura
trabajos pioneros sobre estrategia de
que mediatiza todos sus actos. La buro-
La burocracia, en Weber (9), es una cracia vive para si misma. Se comunica Ansoff, son hoy capítulos de estudio
manera de ejercer el poder, es el modo mal con la sociedad en la que está obligado para cualquiera que se interese
más perfecto de dominación. La organi- implantada. por la Ciencia de la Administración.
zación que de ella se deriva tiene este
objetivo. Se establece en base al cálculo El modelo burocrático es el que adopta- El neoclasicismo evoluciona y se perfec-
racional y a las normas. Todos las accio- ron los países con planificación central. ciona en las últimas cinco décadas del
70 siglo XX.. Una buena descripción de su
nes del empleado están regidas por la Vive en nuestros días, en muchas Admi-
obligatoriedad de ceñirse al reglamento. nistraciones Públicas, y muchas grandes modelo de persona humana es la que,
Solo quien posee la potestad de «impe- empresas. Su evolución hacia otras for- de manera inintencionada, hace P. Druc-
rio» puede cambiar lo prescrito. mas de organización es uno de los gran- ker en una de sus obras más recientes
des temas de nuestro tiempo. Decimos (13). Dice que los tres autores que más
El estructuralismo analiza las estructuras evolución porque de lo que se trata es han influido en los últimos tiempos son
de las organizaciones como conjunto de de mejorar sobre la ya existente. Darwin, Taylor y Freud. El primero, por
relaciones que permanecen. La sociedad proponer que los organismos están
está compuesta por organizaciones, a las sometidos a cambio, el segundo por
que la persona pertenece, cuya vida La Escuela Neoclásica establecer las bases del trabajo eficiente,
mediatizan. Su ámbito de análisis se el tercero por el análisis profundo de las
extiende mucho más allá de la empresa, Aparece hacia 1935, fecha en la que motivaciones humanas. La persona de
esta es una de sus aportaciones mas empiezan a ver la luz las obras de uno los neoclásicos vive dentro de estructu-
importantes, y en alguna de sus clasifica- de los autores más prolíficos del siglo ras, cuyos principios de diseño se
ciones (10) distingue entre grados de XX: Peter Drucker, nacido en Viena, encuentran en H.Fayol, pero que son
burocracia o entre burocracia total y pero afincado en los Estados Unidos. mucho mas elásticas y adaptables en
organizaciones implícitamente estructura- Pertenecen a esta corriente nombres tan razón de los nuevos conocimientos
das, incorporando tesis de la Escuela de conocidos como E. Dale, H. Koontz, A. sobre motivación e influencia del entor-
Relaciones Humanas. Chandler, A. Sloan, I. Anssoff, G. Odior- no que la Escuela incorpora.
La Escuela Conductista
CUADRO 2
LAS DIMENSIONES DE LA CULTURA ORGANIZATIVA
M. Silva Dimensiones del
G. Hofstede García Echevarría J. M. Viedma K. Ishikawa R. Lickert
Vázquez Modelo EFQM
1. I d e n t i d a d 1. Autorresponsabili- Superprincipios estratégicos 1. Estructura 1. Primero la 1. Orientación 1. Modo en el que se
de los miem- dad del colabora- Clientes: El exterior: Fuente principal calidad hacia los re- motiva al personal.
bros dor de negocio - Competidores: Construir sultados. Identificación con los
sobre bases preexistentes - Propia objetivos de la organi-
empresa: potenciar sus capacidades. zación y responsabili-
dad en su consecución.
2. Énfasis en 2. Trabajo en equipo 2. Liderazgo - Orientado a las perso- 2. Liderazgo 2. Orientación 2. Orientación 2. Comunicación, perfec-
el grupo nas - Aceptado - Visible y accesible hacia el con- al cliente ción de la comunica-
- Visión de futuro - Conocedor de sumidor ción multidireccional.
las sendas que conducen al éxito.
3. Enfoque en 3. Participación del 3. Superprincipios culturales: 3. Normas 3. Unos grupos 3. Liderazgo y 3. Interacción - Exten-
las personas colaborador en los 3.1. Integrar y motivar: - Personal de trabajo constancia sión del trabajo coo-
procesos de deci- altamente integrado - Toma son «clientes» en los objeti- perativo en equipo.
sión de decisión interna. de otros vos
3.2. Fomentar un espíritu empren-
dedor - Autonomía e iniciativa
- Enfasis en la acción - Estruc-
turas sencillas.
4. Integración 4. Información sobre 4. Riesgo 4. Utilizar mé- 4. Gestión por 4. Decisiones - Grado de
de unidades los procesos de todos estadís- procesos y empleo de los conoci-
decisión ticos hechos mientos técnicos y de
la participación.
5. Control (índi- 5. Autorrealización en 5. Control 5. A d m i n i s t r a - 5. Desarrollo e 5. Control - Modo en el
ces, burocrá- el trabajo ción parti- implicación que se realiza y
tico, ético) cipativa de las perso- aceptación por los
nas. empleados.
6. Tolerancia 6. Libertad en la confi- 6. Resultados 6. Respecto a la 6. Aprendiza- 6. Resultados - Producti-
a riesgos guración de los con- humanidad je, innova- vidad y Calidad.
tenidos del trabajo ción y mejo-
ra continuas
7. Criterios de 7. Humanización de la 7. Recompensas 7. Administración 7. D e s a r r o l l o
recompensa vida en el trabajo interfuncional de alianzas
8. Tolerancia 8. Organización del 8. Apoyo 8. Mutua confian- 8. Responsabi-
a conflictos trabajo za y coo- lidad Social
peración con
los proveedores
9. Orientación 9. Flexibilidad en los 9. Confianza 9. Se empieza
a medios- tiempos de trabajo con educación
fines y se termina
con educación
10. Enfoque de 10. Participación del 10. Impulso 10. Aprovechar lo
sistemas trabajador en los mejor de cada
abiertos resultados de la persona.
72 empresa.
11. Conflictos 11. Hacer desa-
parecer la fal-
sedad de la
empresa.
12. Obstáculos 12. Lo ideal es eli-
minar la ins-
pección
13. Responsabi- 13. Trabajo en
lidad. equipo
14. Identidad- 14. L i d e r a z g o
Lealtad superior
15. Satisfacción 15. Claridad de
responsabilida-
des autoridad
16. Comunica- 16. El que esté en
ción primera línea
es quien mejor
conoce los
hechos.
17. Lo ideal es que
no haya ins-
pección
FUENTE: Autores citados y elaboración propia.
Las leyes de Moore y de Meltcafe vie- Adam Smith (34) se preocupó por cono- En esencia, R.H. Coase, descubrió la exis-
nen a significar que en cualquier punto cer, hace más de doscientos años, que tencia de los denominados costes de tran-
de la red la capacidad de proceso se era lo que hacía que la demanda de los sacción. El funcionamiento perfecto de
duplica cada 18 meses, siendo posible consumidores coincidiera con la oferta los mercados, la labor de la «mano ocul-
recibir el doble de datos, tomar contac- de los productores. Se preguntó como ta», necesitaba de una absoluta transpa-
to con el doble de fuentes y procesar era posible que cada mañana cada ama rencia y flexibilidad en los mismos. Evi-
toda la información que de ello se deri- de casa encontrase lo que deseaba si dentemente, esto no era lo que ocurría,
ve en la mitad de tiempo. Ambas tienen nadie había planificado sus compras, ni ya que, cuando se deseaba adquirir algún
un efecto similar a aquel que produce la producción de sus suministradores. A. bien, había que emplear esfuerzo y traba-
la conversión de una ciudad en nudo Smith explicó este hecho diciendo que jo en informarse de todos los que existían
ferroviario, marítimo o de transporte. todo ocurría como si existiese una «mano que podían satisfacer la misma necesidad,
Sus posibilidades de comercio se acre- oculta» que efectuaba tan compleja plani- en negociar su adquisición, en pactar su
cientan y ello porque la posibilidad de ficación. Era ella la que estaba detrás del contrato de compra- venta, en mantener
transporte ha mejorado de modo impor- funcionamiento del mercado. su garantía de buen funcionamiento.
La «mano oculta», propuso R.H. Coase, se tabilidad y Finanzas, qué dos secciones
encuentra limitada a la hora de planificar de fabricación lo hagan con el Departa-
por estas rigideces, por esta falta de mento de Ingeniería.
lubricación, por estas asperezas en el
funcionamiento del mercado. La empresa A medida que la complicación y la diver-
nace para llegar allí donde la «mano sidad tecnológica crecen el entendimien-
oculta» no puede, para planificar aquello to puede hacerse mucho más difícil. Así,
que se le escapa. La empresa es «una isla hay empresas que designan personas
de poder consciente» dentro del oceano cuya misión es coordinar, hacer que se
del mercado. El tamaño de la empresa, entiendan Departamentos con cometidos
las actividades que quedan bajo ellas alejados. Parece obvio afirmar que una
vienen determinadas por los costes de cultura que induzca a las personas a
transacción. Aquellos productos o servi- colaborar y a trabajar en equipo facilita
cios que el mercado «fabrica» a menor el entendimiento, facilita que disminuyan
coste que la empresa deberán ser adqui- los costes de transacción y hace a la
ridos y, al revés, cuando la empresa los organización más eficiente.
consiga más baratos deberán realizarse
dentro de ella. Cuando estas mismas consideraciones se
aplican a las empresas en red parece
La consecuencia es que unos costes de que esta cultura de cooperación debe
transacción altos llevaran a empresas extenderse a todas las organizaciones
muy grandes y unos costes de transac- conectadas, convirtiéndose en una cultu-
ción bajos llevaran a una disminución está muy cerca de la hipótesis de «la ra «social» que contribuye a la disminu-
del tamaño de las empresas. mano oculta» y, en cualquier caso, hace ción de los costes de transacción. No se
inútil la necesidad de cualquier planifica- desea entrar en el problema de si el
Las Infocomunicaciones, la red, ha pro- ción adicional. En nuestros días un pro- valor de una cultura es expresable o no
vocado una formidable disminución de yecto de ingeniería puede hacerse por mediante números, pero lo que si se
los costes de transacción. El mercado es profesionales situados en distintos pun- pretende decir es que entre una situa-
capaz de hacer muchas más cosas por si tos de la red que trabajen en equipo. ción en la que no se aceptan valores de
mismo. La situación ha permitido com- Cumplido el objetivo estos mismos pro- solidaridad y libertad y otra en la que si,
probar sobradamente la hipótesis de fesionales pueden dedicarse a otro pro- suele haber diferencias de eficiencia y
R.H. Coase y, además, está dando lugar yecto. que estas permitirán una cuantificación
a que algunos autores empiezan a enun- económica del efecto de la aceptación
ciar la denominada «ley de minimización La multitud de nudos en la red y la posi- de uno u otro tipo de cultura.
del tamaño de las empresas», que postu- bilidad de información sobre lo que cada
la su tendencia a hacerse cada vez mas uno ofrece da lugar a que puedan con- Permite, también mostrar la razonable
pequeñas. Hasta donde disminuirán es cebirse multitud de negocios combinan- relación existente entre aquellas socieda-
difícil de predecir pero lo que si es cier- do las diferentes ofertas, a que puedan des en las que se practican los valores
to es que las Infocomunicaciones están surgir y desaparecer multitud de empre- éticos esenciales y la existencia en las
76 actuando como elemento acelerador de sas que responden a un idea de negocio mismas de empresas con culturas de
los ya citados, párrafos mas arriba, de rentable durante un tiempo, y a la posi- colaboración, de cooperación. El «hom-
adecuación de la empresa a la satisfac- bilidad de probar cualquier idea con bre complejo» parece el propio de una
ción de los empleados, de disminución gran rapidez. La especie de «fiebre del sociedad con gran respeto a los princi-
del riesgo, de mejora de las comunica- oro» que, en nuestros días, rodea a pios éticos esenciales ,el de una socie-
ciones. INTERNET, parece basarse en lo que dad con un alto desarrollo tecnológico,
acabamos de afirmar. el de la sociedad de la información.
La empresa va perdiendo cada vez más
su carácter de espacio físico, donde un Los costes de transacción permiten dar Estas afirmaciones parecen correspon-
conjunto de personas trabajan, para con- una explicación sencilla a la relación derse bien al menos con dos hechos:
vertirse en un espacio virtual que, ade- entre cultura organizativa y eficiencia.
más, puede existir durante un tiempo Los expertos en organización saben que 1.° Las propuestas que sobre la cultura
limitado. Nada impide imaginar que, en uno de los hechos a tener en cuenta al de las organizaciones recogen los Mode-
un futuro no muy lejano, cada compra- diseñar una estructura es la diversidad los de Excelencia en la gestión empresa-
dor pueda programar una fábrica de de tareas entre los diferentes departa- rial propuestos por entidades de gran
automóviles totalmente robotizada para mentos. Es más fácil que dos juristas se prestigio en los denominados, por
que fabrique el vehículo que desea y entiendan entre sí que qué se entiendan Ohmae, países de la Triada, principal-
que los mismo robots pongan a su dis- un ingeniero y un jurista. Suele ser más mente, Japón ,Estados Unidos y la
posición el coche en el punto que le difícil que el Departamento de Fabrica- Unión Europea,al que se ha unido el
solicite. Un funcionamiento de este tipo ción se comunique bien con el de Con- propuesto, en el año 2000, por la Fun-
modo de concebir el papel y las posibili- (17) «Las nuevas estructuras empresariales
dades de actuación de la persona en la como respuesta a una economía eficiente y
empresa. Las Escuelas han pasado desde competitiva» S. García Echevarría en «Política
el «hombre económico», que se entiende Económica y las Reformas Estructurales de la
economías española» Edit. Círculo de Empre-
motivado por incentivos puramente eco- sarios/Argentaria Madrid 1993.
nómicos, hasta el «hombre complejo», en (18) «La excelencia empresarial» J.M. Viedma
el que el individuo aparece como conte- Edit. McGrawHill (1992).
nedor de un conjunto de valores que (19) Idem 15.
mediatizan y explican su proceder. (20) «Qué es el Control total de Calidad?» K.
Ishikawa. Edit. Norma Colombia (1985).
Los distintos modos de concebir a la per- (21) «Modelo EFQM de Excelencia 1999»
sona se relacionan con el desarrollo de EFQM/Club Gestión de Calidad Madrid 1999.
la tecnología, mostrándose que el avance (22) «The Human Organization» R. Lickert
Edit. McGrawHill USA (1967).
de ésta se encuentra relacionada con la (23) «Etica y empresa: Una visión multidisci-
definición de «modelos de hombre», cada plinar» D. Cortina y otros. Fundación Argenta-
vez más amplios y completos. Los mode- ria Madrid (1997).
los coexisten, no obstante, en el tiempo. (24) «Sobre ética y economía» Amartya Sen.
Edit. Alianza Universidad Madrid 1989.
Los últimos años han alumbrado el con- (25) «Desarrollo y libertad», Amartya Sen.
cepto de cultura organizativa, nuevo y Edit. Planeta. Barcelona 2000.
viejo a la vez, como personalidad de la (26) «El estilo IBM» B. Rodgers Edit. Planeta
organización, como conjunto de valores de Agostini/ Deusto Barcelona 1994.
(27) «Al éxito por la cooperación. Un enfo-
que mediatizan el comportamiento (4) «The evolution of management thought» que humano de la estrategia empresarial» R.
colectivo. Se recogen los atributos que D.A. Wren Edit. Ronald Press Co. New York Mohn Edit. Plaza & Janes Barcelona 1982.
distintos autores han identificado para la 1972. (28) «New forms of work organizations? Can
cultura organizativa. Esos atributos pare- (5) «Frederick Winslow Taylor; Mytheand Europa realise its potential?» European Foun-
cen converger hacia ciertos valores éti- Reality» Ch. D. Wrege/ R. J. Greenwoord. dation for the Improvement of Living and
cos fundamentales. Edit. Irwin, Homewod Illinois 1991. working conditions (1998).
(6) «Introducción a la teoría General de la (29) «La era de la información. Economía,
Administración» I. Chiavenato Edit. McGraw- Sociedad y Cultura» M. Castells, volumen I.
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G. Sanders. Rev. »Administrative Sciencie
Quaterly Junio 1990.
Resum: Els estudis Hawthorne van iniciar en el primer quart del segle XX una línea
d’investigació centrada en l’anàlisi de les relacions informals com a font d’influència en
entorns organitzatius. L’anàlisi de xarxes socials ens permet actualment aproximar-nos
a l’estructura de relacions d’una organització d’una varietat de formes. Aquesta
estructura pot assimilar-se a grans trets a l’organigrama informal. D’aquesta forma és
possible realitzar una anàlisi no-metafòrica de les estructures informals de relacions.
Introducción
Los estudios Hawthorne realizados en la Western Electric entre 1927 y 1932 pusieron
de manifiesto la importancia de los factores sociales para la comprensión de la
conducta organizativa1. La organización científica del trabajo taylorista basaba el
aumento de la productividad en el diseño racional de la producción y en el
establecimiento de un adecuado sistema de incentivos. Sin embargo, Elton Mayo y sus
colaboradores, mostraron que el aumento de la productividad dependía sólo en parte
de factores retributivos, ambientales y técnicos. Sus investigaciones de los factores
psicosociales de la motivación y la productividad dieron inicio a la llamada Escuela de
las Relaciones Humanas.
Nos proponemos en este artículo presentar una panorámica de los diferentes métodos
existentes en la actualidad para el establecimiento de la red de relaciones en el seno
de una organización. Esta red de relaciones se asimila al “organigrama informal”, al
asumir que los fenómenos de influencia se relacionan directamente con la estructura
de relaciones existente2.
1 BONAZZI, Giuseppe (1994). Història del pensament organitzatiu [Storia del pensiero
organizzativo]. Vic,
2 BRASS, Daniel J.(1984). "Being in the Right Place: A Structural Analysis of Individual
Influence in a Organization", Administrative Science Quartely, 29, 518-539; BRASS, Daniel J., y
Organigrama y organigrama informal
Dirección
General
Staff
Staff
Sección
Sección Sección Sección
especial
De hecho, esta concepción del organigrama, así como las mismas organizaciones
burocráticas se corresponden con un nivel determinado de desarrollo de las
tecnologías de la información. Efectivamente, los diferentes niveles de la organización
burocrática se justifican no sólo por sus funciones de control (incorporada en el
organigrama a través de unidades especiales para la supervisión) sino por su función
de coordinación de actividades, necesaria por la especialización en unidades para
aumentar su productividad y eficacia. Las salas, secciones y divisiones son, en este
caso, los dispositivos que coordinan el trabajo de miles de empleados.
Desde el punto de vista del análisis de redes, el organigrama formal define las
relaciones que deben llevarse a cabo en el seno de la organización: quién debe hablar
o comunicarse con quién. En el ejemplo estudiado hace un momento las personas de
una sección no tienen porqué relacionarse con las personas de otra sección o división:
esta relación no está prevista en el diseño y, de entrada, no añade valor al trabajo de
la organización. De hecho, el nivel jerárquico determina en gran parte la cantidad y
calidad (en el sentido de poder) de las relaciones. Herminia Ibarra8 ha mostrado que el
grado de correspondencia entre el organigrama formal y el informal es muy alto. De
hecho, una estructura no puede ser entendida sin la otra y las estrategias de poder de
los actores dependen del grado de alineamiento entre las dos estructuras.
Aunque el organigrama formal raramente está actualizado, pues constituye uno de las
principales modos de intervención de la Dirección, nos permite establecer una primera
aproximación al mapa del poder de la organización. Ahora bien, ¿cómo podemos
dibujar un organigrama informal?
7 LÓPEZ CAMPS, Jordi y Albert GADEA (1995). Servir al ciudadano. Barcelona: Edicions
2000; OSBORNE, David y Ted GAEBLER (1994). La Reinvención del Gobierno. Barcelona:
Paidós,
8 Para una discusión de la correspondencia entre el organigrama formal e informal ver
IBARRA, Herminia (1992). "Structural Alignments, Individual Strategies, and Managerial Action:
Elements Toward a Network Theory of Getting Things done" en NOHRIA y ECCLES, eds., op.
cit. 143-164.
privadas se han recogido informaciones sobre las redes de trabajo, amistad y ocio
(relaciones fuera de la organización). Cada una de estas informaciones configura
como se verá a continuación una red de relaciones diferente. Teóricamente, la suma
de las tres redes debería constituir la red de relaciones de la organización –el
organigrama informal9.
1. Observación directa.
2. Muestreo.
3. Informantes.
4. Cuestionario de relaciones.
Observación directa
En el análisis de las interacciones de una sola persona durante dos días, los
rresultados fueron los siguientes:
9 MOLINA, José Luis (1995). "Análisis de redes y cultura organizativa: una propuesta
metodológica", REIS 71-72, Julio-Diciembre, 249-263.
establecieron relaciones en esos dos días (¡7.425 o más!) para poder disponer de una
visión de conjunto de la red.
Muestreo
Estos ejemplos son interesantes porque utilizan informantes para ilustrar segmentos o
partes de la red total. En el siguiente apartado estudiaremos en profundidad el uso de
informantes que en principio pueden informarnos sobre la totalidad de la red objeto de
estudio.
Informantes
Killworth y Bernard iniciaron en 1976 una serie de artículos que investigaban el grado
de precisión de los informantes sobre los datos de su red social13. El objetivo de estos
trabajos era elucidar los mapas mentales que los informantes construían y usaban
para orientarse en su red social. En la literatura generada a partir de esta línea de
investigación14 se establecieron importantes principios como por ejemplo que (i) la
precisión del conocimiento de un informante sobre las relaciones existentes en una red
social están directamente relacionadas con su grado de interacción y que, (ii) a pesar
que solemos equivocarnos en el corto plazo al explicar quién se relaciona con quién,
somos bastantes buenos en reflejar inmediatamente las pautas de relación en el largo
plazo.
Uno de los descubrimientos más importantes del análisis de redes sociales es que la
percepción que las personas tienen de su red social está relacionada con la posición
ocupada en dicha red. Es decir, que dos personas trabajando en un mismo
Departamento de una organización durante años pueden dar cuenta de redes
diferentes. En un estudio llevado a cabo en 1996 en la factoría de HP en Sant Cugat
(Barcelona), la visión de la red de los dos informantes con los que trabajamos era
totalmente diferente. De cada uno de ellos solicitamos que agrupasen en un tablero las
etiquetas que contenían los nombres y apellidos de las 144 personas que formaban el
departamento de I+D en ese momento. Una vez agruparon las etiquetas por grupos se
les pidió en cada caso que dibujasen líneas que uniesen las etiquetas en función de
Esta discrepancia es mucho más acusada en el caso de las relaciones de ocio. Hay
que decir en este punto que la factoría de HP en Sant Cugat dispone de unas
completas instalaciones deportivas y que estas actividades son promocionadas por la
organización y permiten disponer de una amplia fuente de contactos sociales. La
misma María se encargaba de organizar muchas de estas actividades.
Red de ocio según María Red de ocio según Bill
Sin embargo, a pesar de las grandes discrepancias en las dos redes anteriores, las
relaciones de trabajo señaladas por los dos informantes eran bastante similares en
cuanto a su volumen.
¿A qué se debe esta situación? No olvidemos que los datos recogidos corresponden a
un entorno organizativo, por lo que las relaciones existentes están en buena medida
determinadas por el organigrama formal. Por consiguiente, tanto María como Bill
informaron de la existencia de una red compuesta por su propia información y por los
supuestos organizativos. Es decir, que las relaciones no conocidas se han sustituido
por las relaciones que deberían tener las personas en función de su lugar en el
sistema clasificatorio de la organización. Si dos personas forman parte del mismo
equipo de trabajo se asume que deben tener relación, al igual que supondríamos en el
caso de dos profesores que pertenecen al mismo Departamento universitario o de dos
alumnos de una clase. Esta tendencia a “completar los vacíos” (fill-in-the-blanks), fue
señalada por Linton Freeman15 y puede aplicarse en general a la visión que los
informantes tienen de sus redes personales. Naturalmente, la realidad es mucho más
compleja y solamente los informantes que tienen un conocimiento profundo de la
naturaleza de las relaciones existentes aciertan a reproducir una red próxima a la
realidad.
Esto puede verse mejor en el caso de Bill, donde los grupos perceptibles en el
sociograma se corresponden con los diferentes equipos de proyecto en
funcionamiento en ese momento.
A este efecto hay que añadir otro: la tendencia a vernos como más centrales de lo que
realmente somos en las relaciones que tenemos con los demás. Ronald Burt16 ha
señalado que cuando informamos de las relaciones entre varias personas entre las
cuales nos encontramos, tendemos a sobrevalorar nuestra capacidad para
conectarlas, es decir, nuestra calidad de “puente” entre ellas. De nuevo, la realidad es
bastante más compleja y esas personas acostumbran a tener o bien relaciones
directas entre ellas o bien alternativas de conexión diferente de la nuestra. La siguiente
ilustración puede apreciarse este efecto:
15 FREEMAN, Linton C. (1992). "Filling in the blanks: a theory of cognitive categories and the
structure of social affilitation", Social Psychology Quarterly, 55 (2), 118-127.
16 Burt, Ronald S. (1992). "The Social Structure of Competition" en NOHRIA y ECCLES, op. cit.
Ilustración 5. La realidad suele ser más próxima a la imagen de la derecha
...
Por último señalar en este punto que el grado de conocimiento de una red está
directamente relacionado con la posición jerárquica. Es decir, que las personas con un
nivel jerárquico mayor no sólo tienen más relaciones sino un conocimiento más
profundo de las estructuras de relaciones existentes. Krackhardt17 ha demostrado que
el nivel de calidad de la percepción de una persona de la red de una organización se
corresponde claramente con su nivel jerárquico y que, además, este conocimiento es
una de las bases de su poder.
17 KRACKHARDT, David (1990). "Assesing the Political Landscape: Structure, Cognition, and
Power in organizations", Administrative Science Quarterly, 35, 342-69.
18 MOLINA, José Luis, op. cit.
Cuestionario de relaciones
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
CarIsaM¦JMarRogLunXavDolEulJulJuaMarµngMarConAlfMonCarAznManTit
-- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
1 Carles 0 9 7 0 8 0 10 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Isabel 0 0 10 0 0 7 8 0 9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
3 MaJosé 0 7 0 0 0 0 10 9 6 0 0 0 0 0 8 0 0 0 0 0 0
4 Mart¡ 9 8 7 0 10 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
5 Roger 8 9 10 6 0 0 0 0 0 0 0 0 7 0 0 0 0 0 0 0 0
6 Luna 0 10 4 0 0 0 5 2 1 0 8 9 0 6 3 0 0 0 7 0 0
7 Xavier 2 6 10 0 0 8 0 7 5 0 0 0 0 0 9 4 3 1 0 0 0
8 Dolors 0 7 8 0 0 5 9 0 6 0 0 0 0 0 10 0 0 0 0 0 0
9 Eul…lia 0 7 10 0 0 5 8 6 0 0 0 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0
10 Julio 0 10 9 0 0 8 4 5 7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6
11 JuanM 0 8 0 0 0 10 0 0 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0 0 0 0
12 Mariano 0 8 0 0 0 10 0 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
13 Àngel 4 10 9 2 5 7 8 6 1 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0
14 Marc 8 10 6 0 7 9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
15 Manel 8 10 0 6 7 0 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Una vez extraídos los nodos en cuestión se obtuvo la siguiente matriz cuadrada:
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
CarIsaM¦JMarRogLunXavDolEulJulJuaMarµngMarMan
-- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
1 Carles 0 9 7 0 8 0 10 0 0 0 0 0 0 0 0
2 Isabel 0 0 10 0 0 7 8 0 9 0 0 0 0 0 0
3 MaJosé 0 7 0 0 0 0 10 9 6 0 0 0 0 0 0
4 Martí 9 8 7 0 10 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
5 Roger 8 9 10 6 0 0 0 0 0 0 0 0 7 0 0
6 Luna 0 10 4 0 0 0 5 2 1 0 8 9 0 6 0
7 Xavier 2 6 10 0 0 8 0 7 5 0 0 0 0 0 0
8 Dolors 0 7 8 0 0 5 9 0 6 0 0 0 0 0 0
9 Eulàlia 0 7 10 0 0 5 8 6 0 0 0 0 0 0 0
10 Julio 0 10 9 0 0 8 4 5 7 0 0 0 0 0 0
11 JuanM 0 8 0 0 0 10 0 0 0 0 0 9 0 0 0
12 Mariano 0 8 0 0 0 10 0 0 0 0 9 0 0 0 0
13 Àngel 4 10 9 2 5 7 8 6 1 0 0 0 0 3 0
14 Marc 8 10 6 0 7 9 0 0 0 0 0 0 0 0 0
15 Manel 8 10 0 6 7 0 0 0 0 9 0 0 0 0 0
Ilustración 8. Matriz cuadrada asimétrica de relaciones de trabajo en una ONGD
Ilustración 9. Red de relaciones de una ONGD
Gerente
1 5 10 4 15 13 14 11 12 6 2 9 3 7 8
Ca Ro Ju Ma Ma Án Ma Ju Ma Lu Is Eu Mª Xa Do
+----------------------------------------------------+
1 Carles ¦ 8 ¦ ¦ 9 ¦ 7 10 ¦
5 Roger ¦ 8 6 7 ¦ ¦ 9 ¦ 10 ¦
10 Julio ¦ ¦ ¦ 8 10 ¦ 7 9 4 5 ¦
4 Martí ¦ 9 10 ¦ ¦ 8 ¦ 7 ¦
15 Manel ¦ 8 7 9 6 ¦ ¦ 10 ¦ ¦
13 Ángel ¦ 4 5 2 ¦ 3 ¦ 7 10 ¦ 1 9 8 6 ¦
+-------------------+----------+-------+-------------¦
14 Marc ¦ 8 7 ¦ ¦ 9 10 ¦ 6 ¦
11 JuanM ¦ ¦ 9 ¦ 10 8 ¦ ¦
12 Mariano ¦ ¦ 9 ¦ 10 8 ¦ ¦
+-------------------+----------+-------+-------------¦
6 Luna ¦ ¦ 6 8 9 ¦ 10 ¦ 1 4 5 2 ¦
2 Isabel ¦ ¦ ¦ 7 ¦ 9 10 8 ¦
+-------------------+----------+-------+-------------¦
9 Eulàlia ¦ ¦ ¦ 5 7 ¦ 10 8 6 ¦
3 MªJosé ¦ ¦ ¦ 7 ¦ 6 10 9 ¦
7 Xavier ¦ 2 ¦ ¦ 8 6 ¦ 5 10 7 ¦
8 Dolors ¦ ¦ ¦ 5 7 ¦ 6 8 9 ¦
+----------------------------------------------------+
Ilustración 12. CONCOR con cuatro particiones
Como puede apreciarse, Luna e Isabel para la estrcutura profesional y Mariano y Juan
M. para la estructura no profesional forman grupos separados que pueden apreciarse
en el sociograma. Estas personas realizan o dan soporte a tareas de sensibilización y
de comunicación de las actividades de la ONGD. Por otra parte, la densidad de
relaciones entre Gerencia, Proyectos y Administración indica las prioridades de la
estructura formal de la organización en la gestión de proyectos de cooperación:
elaboración de proyectos de cooperación susceptibles de ser financiados, compra de
equipos, soporte a los cooperantes, envio de suministros ... El Departamento de
Farmacia sólo existe en el papel como una entidad separada. El resto de personas
(objetores) realizan funciones de apoyo al resto de la organización.
Los análisis podrían multiplicarse. Sin embargo, creemos haber demostrado que es
posible aproximarse al organigrama informal de una organización utilizando los
métodos y técnicas del análisis de redes sociales. De esta forma disponemos de una
herramienta adicional para el análisis social de las organizaciones.
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El Centro Escolar como organización y sistema social
peculiares. El Centro Escolar como comunidad
El Centro Escolar es una organización
Sin duda, todas estas palabras aportan ideas válidas para acercarnos al concepto
de Centro Escolar. Pero quizá, entre ellas, sea la de organización la que resulte
más adecuada y operativa en la perspectiva que interesa a un directivo. Ahora bien,
¿qué es una organización y, por tanto, un Centro Escolar en cuanto se conforma
como tal? Glosando a Mayntz (1982: 47), podemos destacar como rasgos
distintivos de una organización los siguientes:
- Ser un grupo humano o formación social.
- Tener unos fines y objetivos hacia los que se orienta, de forma
consciente, ese grupo humano. Estos fines y objetivos se explicitan en los
Planes Institucionales y son el primer gran elemento de toda organización.
- Tener una configuración racional, expresada en forma de funciones,
órganos, recursos y relaciones y adecuada a la consecución de los fines y
objetivos. Es decir, tener una Estructura, que representa un segundo gran
elemento.
- Formar una totalidad articulada, lo que supone la existencia de relaciones
internas, tanto de carácter formal como de carácter personal e informal.
Ambos aspectos representan el mundo relacional, que en el primer caso
pertenece al ámbito de la estructura y en el segundo constituye el Sistema
Relacional, o tercer gran elemento de la organización.
Sin tener en cuenta este necesario equilibrio interno es muy posible que el
sistema no funcione, por lo que cobra especial importancia el rol de mediación,
tanto entre los diversos componentes del sistema como entre los fines de la
organización y los de las personas. Sin duda, esta tarea de mediación podrá ser
realizada por el Equipo Directivo, como pone suficientemente de manifiesto el caso
analizado al comienzo de esta unidad temática. Entonces pone en juego lo que
podríamos llamar principio de equilibrio.
Los sistemas sociales son dinámicos
Hasta ahora hemos tratado de definir los Centros Escolares como organizaciones
en la perspectiva de la teoría de sistemas. Con ello intentamos aprovechar algo de
las investigaciones, de los planteamientos y del sustrato técnico que la teoría de la
organización nos aporta para su comprensión y mejor funcionamiento. Permanecer
de espaldas a esta riqueza sería un error que el Servicio Público de la Educación no
puede permitirse y constituiría un handicap importante para el propio desarrollo de
las tareas directivas.
No obstante, no se defiende aquí un traslado mimético del modelo de otras
organizaciones, en especial las económicas, a las escolares. De hecho rechazamos
como inapropiada la palabra "empresa" para su definición. Tampoco queremos
perder de vista la percepción real y cotidiana que de la organización escolar tienen
sus componentes y, especialmente, sus Equipos Directivos. Ellos son conscientes de
que lo dicho hasta ahora queda desdibujado en la vida de los Centros Educativos y
lo perciben como algo que tiene que ver más con el "deber ser" que con el "ser
real" de las cosas. Quizá inconscientemente se están haciendo eco de las corrientes
críticas de la teoría de la organización aplicada a la Escuela, dos de cuyos
representantes son el "enfoque interpretativo-simbólico" y el "enfoque
micropolítico", en expresión de S. J. Ball (1989)1.
Las características más importantes que hacen del Centro Escolar una
organización peculiar son las siguientes:
- Su estructura burocratizada.
- Su débil cohesión.
- Ser una comunidad.
La Escuela es una organización burocrática
Como se verá en la Unidad III, tanto los estudios actuales sobre las Escuelas
como nuestras propias experiencias diarias ponen de manifiesto que la Escuela, a
pesar de la rígida estructura impuesta que acabamos de describir, padece una
fuerte desestructuración. Las finalidades, excesivamente difusas; los resultados,
muy ambiguos y difíciles de cuantificar; el fenómeno de inversión de poder que se
produce en ellas, la escasa discrecionalidad de poder de que goza la Dirección, la
supeditación que muchas veces tiene la autoridad formal (el Director o Directora,
por ejemplo) a la autoridad del experto (el profesor de materia), el difuminado
límite que separa a los órganos staff o de apoyo de los de la "línea", etc.,
contribuyen a esa desestructuración, son otras tantas causas que inciden en el
"desacoplamiento" o incoherencia interna que se constata en los Centros Escolares.
Por esta razón cobran mayor interés las aportaciones que hacen a la reflexión
sobre el Centro Escolar las teorías interpretativas y micropolíticas a las que
anteriormente nos referíamos. Así, entender que la organización es más que (o
además de) una estructura racional, observable y previa a los sujetos que la
componen, una "construcción interna, reflejada en formas propias de entender,
interpretar y actuar" (perspectiva interpretativa), o bien que "la organización no es
más que el resultado de la coalición posible entre sus miembros" (perspectiva
micropolítica), puede ayudarnos a comprender la realidad escolar y, desde luego, la
función directiva como "rol", según trataremos en el capítulo 7.
La organización escolar está compuesta por "trabajadores cerebrales"
El Sistema Escolar, por último, es una organización formada en su mayoría por
trabajadores titulados superiores (profesorado) y por alumnos y alumnas que
son sujetos de aprendizaje. Esta característica la aleja de las organizaciones
económicas, acercándola a aquel tipo organizativo que, en expresión de Drucker,
todos sus componentes son "trabajadores cerebrales", equiparables a directivos. En
ellos la dimensión ideográfica pesa mucho más y la organización sólo podrá
conseguir sus propios fines en la medida en que los fines personales adquieran
relevancia dentro de los de la organización. Esta circunstancia implica una serie de
fenómenos a tener en cuenta como:
- La "inversión de poder" (las decisiones últimas se toman en los niveles más
bajos de la organización, en las aulas) propia de este tipo de organizaciones.
- Los márgenes de autonomía y de autoorganización son, de hecho, mucho
mayores, pero deben ser reconocidos para poder ser regulados y coordinados.
Más allá del referente legal, esta tendencia hacia la solidaridad natural viene
exigida, como se desarrollará más ampliamente en la Unidad IV, por las siguientes
realidades:
1. La formación y el aprendizaje (que no adiestramiento) de la persona exige
una "cuasi" solidaridad natural entre alumno o alumna y profesor o profesora
a la hora de:
- Definir los fines y objetivos a conseguir.
- Plantear las estrategias de aprendizaje.
- Establecer la metodología y planes de acción.
- Realizar una evaluación formativa de los resultados.
Todo lo dicho hasta ahora exige, en nuestros Centros Escolares, una cultura de
la participación que "supera los planteamientos meramente técnicos y estructurales
de la misma..." y que "no deja de suponer un auténtico choque cultural, en el
sentido más profundo de la palabra, que exige un cambio que afecta a los
estamentos más profundos de la persona y de los grupos..." (R. Pascual, 1988:
41).
Pero esta cultura se ve obstaculizada por una serie de problemas que hacen de
la participación escolar y, por tanto de la organización comunitaria, algo
enormemente complejo. Entre otras cuestiones queremos destacar tres aspectos:
CAPITULO V
LA OBEDIENCIA
1. El primer grado de humildad es una obediencia sin demora. 2. Esta es la que conviene
a aquellos que nada estiman tanto como a Cristo. 3. Ya sea en razón del santo servicio
que han profesado, o por el temor del infierno, o por la gloria de la vida eterna, 4. en
cuanto el superior les manda algo, sin admitir dilación alguna, lo realizan como si Dios
se lo mandara. 5. El Señor dice de éstos: "En cuanto me oyó, me obedeció". 6. Y dice
también a los que enseñan: "El que a ustedes oye, a mí me oye". 7. Estos tales, dejan al
momento sus cosas, abandonan la propia voluntad, 8. desocupan sus manos y dejan sin
terminar lo que estaban haciendo, y obedeciendo a pie juntillas, ponen por obra la voz
del que manda. 9. Y así, en un instante, con la celeridad que da el temor de Dios, se
realizan como juntamente y con prontitud ambas cosas: el mandato del maestro y la
ejecución del discípulo. 10. Es que el amor los incita a avanzar hacia la vida eterna. 11.
Por eso toman el camino estrecho del que habla el Señor cuando dice: "Angosto es el
camino que conduce a la vida". 12. Y así, no viven a su capricho ni obedecen a sus
propios deseos y gustos, sino que andan bajo el juicio e imperio de otro, viven en los
monasterios, y desean que los gobierne un abad. 13. Sin duda estos tales practican
aquella sentencia del Señor que dice: "No vine a hacer mi voluntad, sino la de Aquel
que me envió".
14. Pero esta misma obediencia será entonces agradable a Dios y dulce a los hombres, si
la orden se ejecuta sin vacilación, sin tardanza, sin tibieza, sin murmuración o sin
negarse a obedecer, 15. porque la obediencia que se rinde a los mayores, a Dios se
rinde. Él efectivamente dijo: "El que a ustedes oye, a mí me oye". 16. Y los discípulos
deben prestarla de buen grado porque "Dios ama al que da con alegría". 17. Pero si el
discípulo obedece con disgusto y murmura, no solamente con la boca sino también con
el corazón, 18. aunque cumpla lo mandado, su obediencia no será ya agradable a Dios
que ve el corazón del que murmura. 19. Obrando así no consigue gracia alguna, sino
que incurre en la pena de los murmuradores, si no satisface y se enmienda.
CAPITULO VI
EL SILENCIO
1. Hagamos lo que dice el Profeta: "Yo dije: guardaré mis caminos para no pecar con mi
lengua; puse un freno a mi boca, enmudecí, me humillé y me abstuve de hablar aun
cosas buenas". 2. El Profeta nos muestra aquí que si a veces se deben omitir hasta
conversaciones buenas por amor al silencio, con cuanta mayor razón se deben evitar las
palabras malas por la pena del pecado.
3. Por tanto, dada la importancia del silencio, rara vez se dé permiso a los discípulos
perfectos para hablar aun de cosas buenas, santas y edificantes, 4. porque está escrito:
"Si hablas mucho no evitarás el pecado", 5. y en otra parte: "La muerte y la vida están
en poder de la lengua". 6. Pues hablar y enseñar le corresponde al maestro, pero callar y
escuchar le toca al discípulo.
7. Por eso, cuando haya que pedir algo al superior, pídase con toda humildad y
respetuosa sumisión. 8. En cuanto a las bromas, las palabras ociosas y todo lo que haga
reír, lo condenamos a una eterna clausura en todo lugar, y no permitimos que el
discípulo abra su boca para tales expresiones.
CAPITULO VII
LA HUMILDAD
10. Así, pues, el primer grado de humildad consiste en que uno tenga siempre delante de
los ojos el temor de Dios, y nunca lo olvide. 11. Recuerde, pues, continuamente todo lo
que Dios ha mandado, y medite sin cesar en su alma cómo el infierno abrasa, a causa de
sus pecados, a aquellos que desprecian a Dios, y cómo la vida eterna está preparada para
los que temen a Dios. 12. Guárdese a toda hora de pecados y vicios, esto es, los de los
pensamientos, de la lengua, de las manos, de los pies y de la voluntad propia, y
apresúrese a cortar los deseos de la carne. 13. Piense el hombre que Dios lo mira
siempre desde el cielo, y que en todo lugar, la mirada de la divinidad ve sus obras, y que
a toda hora los ángeles se las anuncian.
14. Esto es lo que nos muestra el Profeta cuando declara que Dios está siempre presente
a nuestros pensamientos diciendo: "Dios escudriña los corazones y los riñones". 15. Y
también: "El Señor conoce los pensamientos de los hombres",16. y dice de nuevo:
"Conociste de lejos mis pensamientos". 17. Y: "El pensamiento del hombre te será
manifiesto". 18. Y para que el hermano virtuoso esté en guardia contra sus
pensamientos perversos, diga siempre en su corazón: "Solamente seré puro en tu
presencia si me mantuviere alerta contra mi iniquidad".
19. En cuanto a la voluntad propia, la Escritura nos prohíbe hacerla cuando dice:
"Apártate de tus voluntades". 20. Además pedimos a Dios en la Oración que se haga en
nosotros su voluntad. 21. Justamente, pues, se nos enseña a no hacer nuestra voluntad
cuidándonos de lo que la Escritura nos advierte: "Hay caminos que parecen rectos a los
hombres, pero su término se hunde en lo profundo del infierno", 22. y temiendo
también, lo que se dice de los negligentes: "Se han corrompido y se han hecho
abominables en sus deseos".
23. En cuanto a los deseos de la carne, creamos que Dios está siempre presente, pues el
Profeta dice al Señor: "Ante ti están todos mis deseos".
24. Debemos, pues, cuidarnos del mal deseo, porque la muerte está apostada a la entrada
del deleite. 25. Por eso la Escritura nos da este precepto: "No vayas en pos de tus
concupiscencias".
26. Luego, si "los ojos del Señor vigilan a buenos y malos", 27. y "el Señor mira
siempre desde el cielo a los hijos de los hombres, para ver si hay alguno inteligente y
que busque a Dios", 28. y si los ángeles que nos están asignados, anuncian día y noche
nuestras obras al Señor, 29. hay que estar atentos, hermanos, en todo tiempo, como dice
el Profeta en el salmo, no sea que Dios nos mire en algún momento y vea que nos
hemos inclinado al mal y nos hemos hecho inútiles, 30. y perdonándonos en esta vida,
porque es piadoso y espera que nos convirtamos, nos diga en la vida futura: "Esto
hiciste y callé".
31. El segundo grado de humildad consiste en que uno no ame su propia voluntad, ni se
complazca en hacer sus gustos, 32. sino que imite con hechos al Señor que dice: "No
vine a hacer mi voluntad sino la de Aquel que me envió". 33. Dice también la Escritura:
"La voluntad tiene su pena, y la necesidad engendra la corona." 34. El tercer grado de
humildad consiste en que uno, por amor de Dios, se someta al superior en cualquier
obediencia, imitando al Señor de quien dice el Apóstol: "Se hizo obediente hasta la
muerte".
44. El quinto grado de humildad consiste en que uno no le oculte a su abad todos los
malos pensamientos que llegan a su corazón y las malas acciones cometidas en secreto,
sino que los confiese humildemente. 45. La Escritura nos exhorta a hacer esto diciendo:
"Revela al Señor tu camino y espera en Él". 46. Y también dice: "Confiesen al Señor
porque es bueno, porque es eterna su misericordia". 47. Y otra vez el Profeta: "Te
manifesté mi delito y no oculté mi injusticia. 48. Dije: confesaré mis culpas al Señor
contra mí mismo, y Tú perdonaste la impiedad de mi corazón".
49. El sexto grado de humildad consiste en que el monje esté contento con todo lo que
es vil y despreciable, y que juzgándose obrero malo e indigno para todo lo que se le
mande, 50. se diga a sí mismo con el Profeta: "Fui reducido a la nada y nada supe; yo
era como un jumento en tu presencia, pero siempre estaré contigo".
51. El séptimo grado de humildad consiste en que uno no sólo diga con la lengua que es
el inferior y el más vil de todos, sino que también lo crea con el más profundo
sentimiento del corazón, 52. humillándose y diciendo con el Profeta: "Soy un gusano y
no un hombre, oprobio de los hombres y desecho de la plebe. 53. He sido ensalzado y
luego humillado y confundido". 54. Y también: "Es bueno para mí que me hayas
humillado, para que aprenda tus mandamientos".
55. El octavo grado de humildad consiste en que el monje no haga nada sino lo que la
Regla del monasterio o el ejemplo de los mayores le indica que debe hacer.
56. El noveno grado de humildad consiste en que el monje no permita a su lengua que
hable. Guarde, pues, silencio y no hable hasta ser preguntado, 57. porque la Escritura
enseña que "en el mucho hablar no se evita el pecado". 58. y que "el hombre que mucho
habla no anda rectamente en la tierra".
59. El décimo grado de humildad consiste en que uno no se ría fácil y prontamente,
porque está escrito: "El necio en la risa levanta su voz".
60. El undécimo grado de humildad consiste en que el monje, cuando hable, lo haga con
dulzura y sin reír, con humildad y con gravedad, diciendo pocas y juiciosas palabras, y
sin levantar la voz, 61. pues está escrito: "Se reconoce al sabio por sus pocas palabras".
62. El duodécimo grado de humildad consiste en que el monje no sólo tenga humildad
en su corazón, sino que la demuestre siempre a cuantos lo vean aun con su propio
cuerpo, 63. es decir, que en la Obra de Dios, en el oratorio, en el monasterio, en el
huerto, en el camino, en el campo, o en cualquier lugar, ya esté sentado o andando o
parado, esté siempre con la cabeza inclinada y la mirada fija en tierra, 64. y creyéndose
en todo momento reo por sus pecados, se vea ya en el tremendo juicio. 65. Y diga
siempre en su corazón lo que decía aquel publicano del Evangelio con los ojos fijos en
la tierra: "Señor, no soy digno yo, pecador, de levantar mis ojos al cielo". 66. Y también
con el Profeta: "He sido profundamente encorvado y humillado".
67. Cuando el monje haya subido estos grados de humildad, llegará pronto a aquel amor
de Dios que "siendo perfecto excluye todo temor", 68. en virtud del cual lo que antes
observaba no sin temor, empezará a cumplirlo como naturalmente, como por costumbre,
69. y no ya por temor del infierno sino por amor a Cristo, por el mismo hábito bueno y
por el atractivo de las virtudes. 70. Todo lo cual el Señor se dignará manifestar por el
Espíritu Santo en su obrero, cuando ya esté limpio de vicios y pecados.
CAPITULO XLVIII
1 La ociosidad es enemiga del alma. Por eso los hermanos deben ocuparse en ciertos
tiempos en el trabajo manual, y a ciertas horas en la lectura espritual. 2 Creemos, por lo
tanto, que ambas ocupaciones pueden ordenarse de la manera siguiente:
3 Desde Pascua hasta el catorce de septiembre, desde la mañana, al salir de Prima, hasta
aproximadamente la hora cuarta, trabajen en lo que sea necesario. 4 Desde la hora
cuarta hasta aproximadamente la hora de sexta, dedíquense a la lectura. 5 Después de
Sexta, cuando se hayan levantado de la mesa, descansen en sus camas con sumo
silencio, y si tal vez alguno quiera leer, lea para sí, de modo que no moleste a nadie. 6
Nona dígase más temprano, mediada la octava hora, y luego vuelvan a trabajar en lo que
haga falta hasta Vísperas.
7 Si las condiciones del lugar o la pobreza les obligan a recoger la cosecha por sí
mismos, no se entristezcan, 8 porque entonces son verdaderamente monjes si viven del
trabajo de sus manos, como nuestros Padres y los Apóstoles. 9 Sin embargo, dispóngase
todo con mesura, por deferencia para con los débiles.
14 En los días de Cuaresma, desde la mañana hasta el fin de la hora tercera, ocúpense en
sus lecturas, y luego trabajen en lo que se les mande, hasta la hora décima.
15 En estos días de Cuaresma, reciban todos un libro de la biblioteca que deberán leer
ordenada e íntegramente. 16 Estos libros se han de distribuir al principio de Cuaresma.
17 Ante todo desígnense uno o dos ancianos, para que recorran el monasterio durante
las horas en que los hermanos se dedican a la lectura. 18 Vean si acaso no hay algún
hermano perezoso que se entrega al ocio y a la charla, que no atiende a la lectura, y que
no sólo no saca ningún provecho para sí, sino que aun distrae a los demás. 19 Si se halla
a alguien así, lo que ojalá no suceda, repréndaselo una y otra vez, 20 y si no se
enmienda, aplíquesele el castigo de la Regla, de modo que los demás teman.
24 A los hermanos enfermos o débiles encárgueseles un trabajo o una labor tal que, ni
estén ociosos, ni se sientan agobiados por el peso del trabajo o se vean obligados a
abandonarlo. 25 El abad debe considerar la debilidad de éstos.
CAPITULO LV
1 Dése a los hermanos la ropa que necesiten según el tipo de las regiones en que viven o
el clima de ellas, 2 pues en las regiones frías se necesita más, y en las cálidas menos. 3
Esta apreciación le corresponde al abad.
4 Por nuestra parte, sin embargo, creemos que en lugares templados a cada monje le
basta tener cogulla y túnica 5 (la cogulla velluda en invierno, y ligera y usada en
verano), 6 un escapulario para el trabajo, y medias y zapatos para los pies. 7 No se
quejen los monjes del color o de la tosquedad de estas prendas, sino acéptenlas tales
cuales se puedan conseguir en la provincia donde vivan, o que puedan comprarse más
baratas. 8 Preocúpese el abad de la medida de estos mismos vestidos, para que no les
queden cortos a los que los usan, sino a su medida.
9 Cuando reciban vestidos nuevos, devuelvan siempre al mismo tiempo los viejos, que
han de guardarse en la ropería para los pobres. 10 Pues al monje le bastan dos túnicas y
dos cogullas, para poder cambiarse de noche y para lavarlas; 11 tener más que esto es
superfluo y debe suprimirse. 12 Devuelvan también las medias y todo lo viejo, cuando
reciban lo nuevo.
13 Los que salen de viaje, reciban ropa interior de la ropería, y al volver devuélvanla
lavada. 14 Haya también cogullas y túnicas un poco mejores que las de diario;
recíbanlas de la ropería los que salen de viaje, y devuélvanlas al regresar.
15 Como ropa de cama es suficiente una estera, una manta, un cobertor y una almohada.
16 El abad ha de revisar frecuentemente las camas, para evitar que se guarde allí algo en
propiedad. 17 Y si se descubre que alguien tiene alguna cosa que el abad no le haya
concedido, sométaselo a gravísimo castigo.
18 Para cortar de raíz este vicio de la propiedad, provea el abad todas las cosas que son
necesarias, 19 esto es: cogulla, túnica, medias, zapatos, cinturón, cuchillo, pluma, aguja,
pañuelo y tablillas para escribir, para eliminar así todo pretexto de necesidad.
20 Sin embargo, tenga siempre presente el abad aquella sentencia de los Hechos de los
Apóstoles: "Se daba a cada uno lo que necesitaba". 21 Así, pues, atienda el abad a las
flaquezas de los necesitados y no a la mala voluntad de los envidiosos. 22 Y en todas
sus decisiones piense en la retribución de Dios.
Pàgina d'Inici
VICENÇ NAVARRO
El escaso desarrollo del Estado del Bienestar aparece en todas las cuatro
dimensiones del Estado del Bienestar citadas en la introducción. Así, en pensiones,
capítulo importantísimo del Estado del bienestar, nos gastamos sólo un 8,7% del
PIB cuando el promedio de la UE es un 11%; la estructura demográfica en España
no es tan diferente de la europea para poder explicar la diferencia de más de dos
puntos entre España y la UE. En realidad, la pensión promedio en España es mucho
más baja que la pensión promedio de la UE (tomando el salario medio como punto
de referencia) (Social Protection in Europe 2000. EUROSTAT).
En otro capítulo importante del Estado del bienestar, la sanidad, el déficit de gasto
público versus el resto de la UE, es incluso mayor. España se gasta un 5,8% del PIB
en sanidad pública, muy por debajo de la media europea en la UE (7,3%).
Nunca ha sido tan cierta aquella frase "ir a ver al médico". No hay tiempo para
hacer nada más. Es cierto que en los nuevos Centros de Atención Primaria el
tiempo medio de visita es más largo, 6 minutos. Pero, así y todo, el promedio de
tiempo de visita de todos los centros de atención primaria es de los más bajos de la
UE, resultado en gran parte de la escasez de recursos y del elevado número de
pacientes por médico en la atención primaria. No es de extrañar que España sea
uno de los países de la UE en el que un mayor porcentaje de población (el 76%
comparado con el 59% de la UE) se queja de la falta de tiempo de visita del
médico. Es también uno de los países de la UE que tiene un porcentaje más bajo
(30%) de población que manifiesta satisfacción con el Sistema Sanitario (Key Data
on Health 2000. EUROSTAT). Estos datos muestran que la sanidad española no va
bien.
Ahora bien, donde las insuficiencias del Estado del Bienestar español son mayores
es en los servicios de ayuda a la familia, que incluyen guarderías, servicios
domiciliarios para personas de la tercera edad y personas con discapacidades y
otros servicios para estos grupos vulnerables de nuestra población, tal como
residencias o centros de día. En estos servicios, las deficiencias son enormes. Un
dato muestra esta deficiencia con toda claridad. El porcentaje de población de la
tercera edad (por encima de los 65 años) que tiene algún tipo de servicios
domiciliarios es en nuestro país, España, sólo del 1,4%. En cambio, el porcentaje
de personas de la tercera edad atendida por algún tipo de servicios domiciliarios en
países de tradición socialdemócrata, como Suecia, Dinamarca y Finlandia, es del
30%, 20% y 24%, respectivamente. Ni más ni menos que diecisiete veces más.
Incluso en los países del centro de Europa donde la socialdemocracia ha sido menos
influyente, el porcentaje de gente de la tercera edad dependiente que recibe
atención domiciliaria es mucho más alto que en España: en Francia es un 7%, en
Holanda, un 8% y en el Reino Unido es de un 9% (Care of the Elderly. OCDE.
1998). Esta situación es preocupante.
Podemos ver que la mujer española está sobrecargada. No debería de ser así. En
otros países de tradición laica y de tradición socialdemócrata, la mujer tiene una
red que le permite compaginar el trabajo familiar con el profesional. Me explicaré.
Cuando en 1962 hube de huir de España debido a mi participación en la lucha
antifranquista, fui a Suecia, país socialdemócrata que ayudó mucho a las fuerzas
democráticas españolas.
Allí conocí a la persona que ha sido mi compañera y esposa durante casi cuarenta
años. Mi esposa es sueca y, por tanto, mi suegra también lo es. Hace diez años,
cuando mi suegra tenía 86, se cayó y se rompió el fémur (una condición que pasa a
menudo entre los ancianos) y pude comprobar cómo la sociedad sueca cuidaba de
ella. Casi la misma semana, mi madre, de 94 años, que vivía en la Sagrera, un
barrio obrero de Barcelona, se cayó y también se rompió el fémur, y pude ver como
dos sociedades la sueca y la española cuidaban a los ancianos y ayudaban a sus
familias. Bien, en Suecia, mi suegra tenía derecho, por ser sueca, de tener cinco
visitas de los servicios domiciliarios al día. Una, por la mañana, la ayudaba a
levantarse, la lavaba y le preparaba y le daba el desayuno; otra iba y le hacía la
comida a mediodía; otra iba por la tarde para hacerle compañía y le llevaba libros;
otra, por la noche, le preparaba la cena y la ayudaba a acostarse, y otra la llevaba
al lavabo a las dos de la madrugada.
Cuando iba a comer con el Ministro de Sanidad y Asuntos Sociales del gobierno
sueco, al que conozco bien (yo viví en Suecia y me conocen bien en aquel país), me
decía: "Vicenç, estos servicios los financiamos y proveemos (en realidad los
financian y gestionan los municipios con ayuda de los gobiernos central y
autónomo) por tres razones. Una, porque son muy populares, otra, porque es más
económico tener a tu suegra en su casa que en una institución, y en tercer lugar,
porque creamos trabajo". En Suecia, como resultado de esta política de estimular la
creación de puestos de trabajo, un 18% de la población adulta trabaja en los
servicios del Estado del bienestar, sanidad, servicios de ayuda a las familias y en
educación. Verá el lector que las razones que daba mi amigo Ministro eran razones
lógicas, casi, diría yo, de sentido común.
La mujer española no se puede independizar hasta mucho más tarde que la mujer
sueca. En realidad, el promedio de edad en el que la mujer española deja la casa
paterna es a los 28 años, mucho más tarde que en Suecia, que es a los 19 años.
Este retraso en dejar la casa paterna que pasa en España, tanto entre los jóvenes
como entre las jóvenes, no sólo es malo para las madres, que van sobrecargadas,
sino que también es malo para los jóvenes porque esta dependencia de la familia
hasta una edad tan avanzada inhibe el desarrollo psicológico y emotivo de los
jóvenes, frenando el gran potencial que tienen.
Me permitirán que explique una anécdota que refleja lo que quiero decir. Cada año
doy clases a estudiantes de licenciatura que tienen entre 20 y 22 años, tanto en la
universidad de Estados Unidos, The Johns Hopkins University (donde he impartido
clases durante más de treinta y cinco años), como en la Universidad Pompeu Fabra,
aquí, en Barcelona. Cada año pregunto a los estudiantes cuántos de ellos (se lo
pregunto únicamente a los chicos) saben cocinar un plato de espaguetis que sea
comestible. Aquí, en la UPF, un 30% levantan la mano. Yo descuento alguno porque
sé que están intentando impresionar a las chicas y me quedo con un 20%. En
Estados Unidos, el 100% levanta la mano, y les creo. En aquel país, la juventud
deja a sus padres a los 17 años y ha de saber cómo cuidar de sí mismos. Aquí no.
Aquí viven en casa donde la madre cocina para ellos, les lava la ropa y los cuida
hasta que dejan la casa, a los 28 años. Esta dependencia no es buena. Mis
estudiantes de Estados Unidos tienen más capacidad de iniciativa y son más
autónomos que mis estudiantes de la UPF. No estoy haciendo, por cierto, una
crítica a los jóvenes sino a la sociedad que no ofrece becas y otros medios que les
permita independizarse. En los países de tradición socialdemócrata los estudiantes
reciben un salario como estudiantes que les permite independizarse. En los países
liberales como Estados Unidos (que da gran importancia a la educación como
elemento integrador en una sociedad de inmigrantes), el Estado garantiza unos
intereses bajos para los préstamos que los estudiantes piden para poderse financiar
los estudios, además de proveer becas. En España, en cambio, los servicios de
becas y otras ayudas al estudiante son de los más bajos de la UE. No pueden, por
tanto, independizarse hasta mucho más tarde que en otros países.
En definitiva, podemos ver cómo las grandes insuficiencias del Estado del Bienestar
están sobrecargando a las familias e inhiben el potencial que todos sus miembros
tienen, tanto las madres y padres como los hijos. Hemos de garantizar un derecho
todavía inexistente en nuestro país, es decir, el derecho de acceso a los servicios de
ayuda a la familia y que indican el acceso a guarderías de 0 a 3 años, servicios
domiciliarios y otros tipos de servicios para personas con discapacidades y personas
de la tercera edad. En nuestro país, la silla del Estado del Bienestar sólo tiene tres
patas, una, la que garantiza el derecho a la sanidad, otra, que garantiza el derecho
a la educación, y una tercera, el derecho a la pensión (derecho, por cierto, todavía
incompleto).
Pero nos falta una cuarta pata, sin la cual la silla del Estado del Bienestar no está
competa ni es estable. Esta pata es la garantía de que todas las familias tengan
acceso a los servicios de ayuda a la familia, un derecho universal, como derecho de
ciudadanía y/o residencia, que han de tener tanto las familias de Nou Barris y la
Sagrera como las familias de Sarrià y Gràcia, y tanto las familias del Pirineo de
Lleida como las familias de Barcelona. No puede limitarse a un sector de las
familias que tengan menos recursos. De ser así, los servicios serían asistenciales,
como ahora, y eso no es bueno ni para los servicios ni para la calidad y legitimidad
del Estado del bienestar. Y es aquí donde es importante añadir una nota política. El
Estado del Bienestar es el resultado del pacto de la clase trabajadora con las clases
medias, a través del cual los servicios son de alta calidad porque las clases medias
se encuentran cómodas. Este pacto no se ha realizado en nuestro país, donde el
Estado del Bienestar se caracteriza por su clasismo. Es decir, existe una
polarización y falta de cohesión social en nuestro Estado del Bienestar en el que las
clases medias de renta alta utilizan los servicios privados tanto la sanidad como la
escuela y la clase trabajadora y clases populares utilizan los públicos. Esta situación
en la que la gente con recursos va a la privada es la válvula de escape que explica
la pobreza del sector público. Las clases de rentas altas (que tienen gran influencia
mediática y política) se lavan las manos y se despreocupan del sector público.
Por eso, la falta de cohesión social tampoco es eficiente. Se necesita un Estado del
Bienestar único, de alta calidad, que atienda las necesidades de todas las clases
sociales, mostrando que, en contra de lo que dicen los neoliberales, la cohesión
social y la equidad son inseparables de la eficiencia económica. Por desgracia, el
gobierno conservador español está yendo en sentido contrario.
Resultado de la obsesión que el señor Aznar tiene en anular el déficit
presupuestario, se está reduciendo el gasto social público como porcentaje del PIB,
proponiendo a la vez que este déficit social se haga a base de aumentar el gasto
privado. Hace sólo un mes que la ministra de Educación, señora Pilar del Castillo,
decía que el déficit tan grande que tenemos en el gasto público en educación
secundaria (donde nos gastamos el 40% del promedio de la UE) lo habríamos de
cubrir con la iniciativa privada. Encuentro sorprendente esta afirmación. Asume que
nosotros podremos cubrir el otro 60% con financiación privada.
Ni tan solo en Estados Unidos, de nuevo punto de referencia para los neoliberales,
el gasto privado en educación llega a estos porcentajes. En realidad, el gasto
público en enseñanza en Estados Unidos es mucho más alto que el gasto público en
enseñanza en nuestro país. Lo mismo pasa, por cierto, en sanidad. Estados Unidos
se gasta sólo en la sanidad pública de los ancianos un porcentaje (7,4% del PIB)
más alto que el gasto público sanitario español para todos los ciudadanos (5,8%).
Como pueden ver, tenemos un problema grave. Estas voces privatizadoras no
entienden que los fondos privados pueden complementar los públicos pero nunca
pueden substituir lo público.
Aquí quisiera hacer una aclaración y es que muchas veces el discurso económico
dominante esconde una realidad política que favorece la inmovilidad y el status
quo.
El punto clave que explica el porqué unos Estados expanden o reducen un Estado
del Bienestar es la relación de fuerzas en un país y cómo ésta se reproduce en sus
Estados. Países que tienen las izquierdas fuerte y las derechas débiles tienen un
Estado del Bienestar fuerte. Los países que tienen las derechas fuertes y las
izquierdas débiles y divididas como es el caso de España tienen un Estado del
Bienestar débil. Parte de la fortaleza de las izquierdas se debe a las alianzas de las
clases trabajadoras con las clases medias, resultado de un compromiso de la
universalización del Estado del bienestar, en el que los beneficios sociales son
considerados derechos de ciudadanía. Es cierto que países gobernados por
tradiciones demócratacristianas como Alemania y Holanda, por ejemplo tienen
también Estados del Bienestar universalizados. Pero esta universalización ha sido
resultado de la presión de los movimientos y partidos socialdemócratas y de otras
izquierdas.
En España, en cambio, el Estado del Bienestar todavía tiene características clasistas
resultado de que la transición política, en contra de lo que se ha dicho, no fue
modélica. La derecha fue mucho más poderosa que las izquierdas, lo que explica
muchos hechos, incluyendo la gran moderación de las culturas políticas y
mediáticas, y que se refiere al tema de cómo financiar la expansión del Estado del
bienestar.
Otra propuesta podría ser aumentar los impuestos sobre el tabaco, unas cien
pesetas por cajetilla, lo que, considerando que en España se fuma un trillón de
paquetes, podría crear uno de los fondos públicos más importantes, después de la
Seguridad Social, impuestos que se podrían gastar en crear guarderías el impuesto
se podría llamar "el impuesto del niño". A la vez, con estos impuestos se podría
ayudar a reducir la epidemia de tabaquismo entre la gente joven sobre todo entre
las chicas jóvenes, que es muy preocupante. Esta política se ha llevado a cabo en
Estados Unidos, donde varios Estados han aprobado por referéndum aumentar un
dólar (doscientas pesetas) cada paquete de tabaco a condición de que los fondos
que se establezcan financien actividades altamente populares como son servicios
domiciliarios para personas con discapacidades o de la tercera edad o guarderías.
Incluso los fumadores han aprobado estas medidas. Lo mismo se podría hacer en
nuestro país.
Estos son ejemplos de cómo con valentía política y creatividad fiscal se podrían
conseguir fondos para cubrir la muy necesaria expansión del Estado del Bienestar,
además de otras propuestas como crear impuestos, directos o indirectos, finalistas
para cubrir los gastos de este tipo de servicios. Ahora bien, esta realidad no
ocurrirá a menos que exista una presión popular que fuerce al establishment
político y mediático del país a ver que la existencia de estos servicios es tanto o
más importante que establecer el AVE entre Madrid y Barcelona o construir el
cuarto cinturón de Barcelona o Madrid. A menos que exista esta presión popular no
habrá un cambio de políticas. En este sentido, se ha de entender que la política no
es sólo lo que hacen los políticos. Estos son solamente la punta del iceberg. El
cuerpo político nuestros representantes no actuarán a no ser que exista una presión
popular facilitada (cuando no estimulada) por los medios de información, que
informen más objetivamente de lo que lo hacen ahora, de la realidad de nuestro
país, rompiendo con este ambiente complaciente y triunfalista de que España va
bien. Los datos no lo muestran así. La España real y social no va bien.
I. LA SOCIEDAD CIVIL EN UNA PERSPECTIVA
COMPARATIVA 1
Introducción
Los últimos años han sido testigos del enorme interés suscitado
en todo el mundo en torno al amplio abanico de instituciones so-
ciales que actúan fuera de los límites del mercado y del Estado.
Conocido de diversas formas: sector no lucrativo, sector del volunta-
riado, sociedad civil, tercer sector o sector independiente, en este con-
junto de instituciones se incluye, a veces, una apabullante relación
de hospitales, universidades, clubes sociales, organizaciones profe-
sionales, grupos medioambientales, organismos de asesoramiento
familiar, clubes deportivos, centros de formación profesional, orga-
nizaciones de derechos humanos y otras muchas entidades. No
obstante, a pesar de su diversidad, estas organizaciones también
comparten algunos rasgos comunes 2. En particular son:
3 Lester Salamon, «The Rise of the Nonprofit Sector» [El surgimiento del sector
no lucrativo], Foreign Affairs, vol. 74, núm. 3 (julio/agosto de 1994).
La sociedad civil en una perspectiva comparativa 21
CUADRO I.1
Cobertura de países de la Fase II del proyecto de
estudio comparativo del sector no lucrativo de la
Universidad Johns Hopkins
Europa Occidental Europa Central y Oriental
5 Para un resumen de los resultados de la primera fase del proyecto, véase Lester M.
Salamon y Helmut K. Anheier, The Emerging Sector: An Overview [El Sector Emergente:
Una Visión General], Baltimore, Johns Hopkins Institute for Policy Studies, 1994; reedi-
tado como The Emerging Nonprofit Sector, vol.1 en la colección de libros Johns Hop-
kins Nonprofit Sector Series, Manchester, Manchester University Press, 1996. Pueden
obtenerse resultados más detallados en dicha colección. Para una relación completa
de los productos del estudio comparativo del sector no lucrativo de la Universidad
Johns Hopkins, puede dirigirse por correo, fax o correo electrónico al Center for Ci-
vil Society Studies en la dirección indicada en la página de créditos de este volumen.
6 En este volumen se incluyen capítulos sobre todos los países excepto uno, Aus-
tria. Además, una vez enviado este ejemplar a la imprenta, se pudo disponer de da-
tos preliminares sobre otro país centroeuropeo, Polonia, al que se le ha dedicado
un capítulo en este trabajo. No obstante, los datos sobre este país no se han inclui-
do en los cuadros comparativos (anexo B).
24 La sociedad civil global: Las dimensiones del sector no lucrativo
CUADRO I.2
Ámbitos de las actividades no lucrativas cubiertos
por la Fase II del proyecto de estudio comparativo
del sector no lucrativo de la Universidad Johns
Hopkins
1. Cultura 7. Derechos civiles y asesoramiento
2. Educación e investigación legal
3. Salud 8. Actividades filantrópicas
4. Servicios sociales 9. Ayuda internacional
5. Medio ambiente 10. Confesiones religiosas
6. Desarrollo 11. Asociaciones empresariales y pro-
fesionales, sindicatos
12. Otros
Principales hallazgos
Más concretamente:
· Un sector de 1,1 billones de dólares. Incluso excluyendo las con-
gregaciones religiosas, el sector no lucrativo de los 22 países
que hemos examinado es un sector que mueve 1,1 billones
de dólares y que emplea aproximadamente el equivalente de
19 millones de trabajadores a jornada completa. En conse-
cuencia, los gastos del sector no lucrativo de dichos países al-
canzan un promedio del 4,6% del producto interior bruto 7, y
el empleo en este sector es casi el 5% de todo el empleo no
agrario, el 10% de todo el empleo del sector servicios y el
27% de todo el empleo del sector público (véase el cuadro
I.3).
CUADRO I.3
El sector no lucrativo en 22 países, 1995
1,1 billones de dólares en gastos
— 4,6% del PIB
19,0 millones de empleados remunerados
— 5% del empleo total no agrario
— 10% del empleo total del sector servicios
— 27% del empleo público
Fuente:Proyecto de estudio comparativo del sector no lucrativo de la Universidad Johns Hopkins.
CUADRO I.4
Si el sector no lucrativo fuese un país...
PIB
País
(en billones USD)
FIGURA I.1
Empleo en el sector no lucrativo comparado con las
mayores empresas (22 países)
Sector no lucrativo
19 millones
3,3 millones
FIGURA I.2
Empleo en el sector no lucrativo en comparación con
otros sectores, 1995
25
22,5
20 19.0
Empleados remunerados (millones)
15
10
5,5
4,3 4,6
5
3,4
0
ivo
ico
s
or icas
s
sg l
ico
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xt
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ím
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se
an
Se
m
rd
ia
to
tr
c
s
Se
du
In
FIGURA I.3
El sector no lucrativo con y sin voluntarios, 1995,
como porcentaje de...
4,6%
PIB 5,7%
4,8%
Empleo
6,9%
total*
Empleados remunerados
Voluntarios
Empleo en el
10,0% 13,9%
sector servicios
Empleo en el
27,6% 40,8%
sector público
* Empleo no agrario
FIGURA I.4
Porcentaje del empleo del sector no lucrativo por
región con y sin voluntarios, 1995
12%
10,3%
10%
9,4%
8%
% de empleo no agrario
Voluntarios
Empleados remunerados
6%
4%
7,0% 6,9% 3,0%
2% 1,7%
2,2%
1,1%
0%
Europa Otros países Latinoamérica Europa
Occidental desarrollados Central
FIGURA I.5
Porcentaje del sector no lucrativo del empleo
remunerado total por país, 1995
Países Bajos 12,6%
Irlanda 11,5%
Bélgica 10,5%
Israel 9,2%
Estados Unidos 7,8%
Australia 7,2%
Reino Unido 6,2%
Francia 4,9%
Alemania 4,9%
Promedio de los 22 países 4,8%
España 4,5%
Austria 4,5%
Argentina 3,7%
Japón 3,5%
Finlandia 3,0%
Perú 2,4%
Colombia 2,4%
Brasil 2.2%
República Checa 1,7%
Hungría 1,3%
Eslovaquia 0,9%
Rumania 0,6%
México 0,4%
0% 5% 10% 15%
CUADRO I.5
Relación entre el gasto público en bienestar social y
el tamaño del sector no lucrativo
Porcentaje del empleo
Gasto Público en el sector no lucrativo
en Bienestar Social
Reducido Amplio
Alto 5* 6
Bajo 8 3*
* Resultado previsto.
Fuente:Proyecto de estudio comparativo del sector no lucrativo de la Universidad Johns Hopkins.
11 Para un análisis más detallado de los factores que conforman el sector no lucra-
tivo en diferentes marcos y los modelos resultantes que se manifiestan, véase Les-
ter M. Salamon y Helmut K. Anheier, «Social Origins of Civil Society: Explaining the
Nonprofit Sector Cross-Nationally» [Origen social de la Sociedad Civil: Explicación
del sector no lucrativo a partir de varios países], Voluntas, vol. 9, núm. 3 (septiembre
de 1998), págs. 213-248.
La sociedad civil en una perspectiva comparativa 35
FIGURA I.6
Porcentaje de empleo del sector no lucrativo en
áreas escogidas, con y sin voluntarios, 1995 (media de
los 22 países)
68%
Servicios de
bienestar social
60%
Con voluntarios
Sin voluntarios
23%
Esparcimiento y
organizaciones cívicas
30%
FIGURA I.7
Perfil del empleo en el sector no lucrativo por región,
1995
1%
4%
Otros 2%
2%
3%
Medio ambiente/ 6%
organizaciones cívicas 1%
2%
6%
6%
Desarrollo 7% Europa Occidental
5%
Europa Central
3%
Latinoamérica
Asociaciones profesionales 11% Otros países desarrollados
12%
4%
10%
Cultura y esparcimiento 35%
11%
8%
27%
12%
Servicios sociales 10%
15%
22%
8%
Sanidad 12%
35%
28%
18%
Educación 44%
29%
CUADRO I.6
Modelos de estructura no lucrativa, por país
Modelo * País
FIGURA I.8
Empleo en el sector no lucrativo, con y sin la
inclusión de las actividades relacionadas con el culto
de las congregaciones religiosas, 16 países
2,2%
Otros
2,5%
3,9%
Desarrollo
4,1%
Con el culto religioso
Asociaciones profesionales 4,5% Sin el culto religioso
4,9%
19,3%
Servicios sociales
20,1%
20,9%
Sanidad
22,1%
26,2%
Educación
27,9%
FIGURA I.9
Fuentes de ingresos del sector no lucrativo, 1995
(promedio de 22 países)
Cuotas, pagos
por servicios
49%
Filantropía
11%
Sector público
40%
FIGURA I.10
Fuentes de ingresos del sector no lucrativo por
países, 1995 (22 países)
FIGURA I.11
Fuentes de ingresos del sector no lucrativo,
por áreas, 1995
Donaciones privadas
Internacional 27% 35% 38%
FIGURA I.12
Fuentes de ingresos del sector no lucrativo con
voluntarios, 1995 (22 países)
Cuotas, pagos
por servicios
41%
Filantropía
27%
Sector público
32%
FIGURA I.13
Crecimiento del empleo en el sector no lucrativo
frente al empleo total, 1990-1995 (8 países)
30%
25% 24,4%
Porcentaje de variación en el empleo
20%
15%
10%
8,1%
5%
0%
Sector Economía
no lucrativo global
FIGURA I.14
Áreas de crecimiento de empleo en el sector no
lucrativo por subsector, 1990-1995
Cultura y
esparcimiento 3%
Desarrollo
5%
Otros
6%
Educación Sanidad
14% 40%
Servicios
sociales
32%
FIGURA I.15
Crecimiento de fuentes de ingresos del sector no
lucrativo, 1990-1995
Filantropía
8%
Cuotas
Sector público 52%
40%
Conclusiones e implicaciones
• Satisfacer tanto al
cliente externo como
Teoría de la administración interno.
empresarial centrada en la • Ser altamente
Calidad Total
permanente satisfacción de las competitivo.
expectativas del cliente.
• Mejora Continua.
Esta evolución nos ayuda a comprender de dónde proviene la necesidad de ofrecer
una mayor calidad del producto o servicio que se proporciona al cliente y, en definitiva,
a la sociedad, y cómo poco a poco se ha ido involucrando toda la organización en la
consecución de este fin. La calidad no se ha convertido únicamente en uno de los
requisitos esenciales del producto sino que en la actualidad es un factor estratégico
clave del que dependen la mayor parte de las organizaciones, no sólo para mantener
su posición en el mercado sino incluso para asegurar su supervivencia.
Son muchos los beneficios del trabajo en equipo en cualquier proceso de mejora de
calidad. En el equipo, cada uno de los componentes aporta distintas experiencias,
habilidades, conocimientos y perspectivas sobre los temas que abordan diariamente.
TRABAJO EN EQUIPO
Aprender a trabajar de forma efectiva como equipo requiere su tiempo, dado que se
han de adquirir habilidades y capacidades especiales necesarias para el desempeño
armónico de su labor.
Los componentes del equipo deben ser capaces de: gestionar su tiempo para llevar a
cabo su trabajo diario además de participar en las actividades del equipo; alternar
fácilmente entre varios procesos de pensamiento para tomar decisiones y resolver
problemas, y comprender el proceso de toma de decisiones comunicándose
eficazmente para negociar las diferencias individuales.
Está plenamente asumido que se servirá mejor al cliente externo si se reconocen las
cadenas internas cliente-proveedor y se usan equipos interfuncionales para planificar y
mejorar nuestra calidad. Por tanto, no es sorprendente el hecho de que el cliente final
reciba una mejor calidad si los proveedores trabajan en "colaboración". Esta
colaboración se caracteriza por proyectos conjuntos de planificación y mejora de la
calidad, compartiendo por ambas partes el control de la calidad y realizando esfuerzos
conjuntos para conseguir un beneficio mutuo: la satisfacción final del cliente.
Las empresas más avanzadas en estos modelos están relacionadas con la industria
del automóvil, pero éste es un modelo extensible a cualquier sector de actividad:
solamente se requiere asumir los principios que inspiran las nuevas reglas del juego en
las actuales relaciones cliente-proveedor.
http://www.iaf.es/prima/articulo/index2.htm
Román Reyes (Dir): Diccionario Crítico de Ciencias Sociales
La idea básica que define estos conceptos parte de la lectura que T. Negri hace de los
Grundisse de Marx. La fascinación de los marxistas con los mecanismos capitalistas del
despotismo fabril o de la dominación cultural burguesa y la instrumentalización de la lucha de la
clase obrera les había impedido contemplar la visión de un auténtico sujeto antagonista: sólo se
reconoce a la clase capitalista como único sujeto activo de la historia, ya que incluso el
desarrollo de la clase obrera se percibe como una derivación más o menos sometida al
despliegue del capital. Pero lo que T. Negri sostiene es que no ha habido sólo uno sino dos
sujetos en la historia del capitalismo, y por tanto una creciente tensión entre la dialéctica del
capital y sus leyes de expansión por una parte, y una lógica antagonista de separación de la
clase obrera por otra. La dialéctica no es aquí una ley metafísica ni un desenvolvimiento
cronológico, sino más bien la forma en que el capital trata de anular la lucha de clases. En otras
palabras, cuando el capital logra someter la subjetividad de la clase obrera a la condición del
desarrollo capitalista imponiendo una unidad de movimiento, lo que necesariamente debe hacer
es anticipar, desbordar a este otro sujeto -la clase obrera- que se desenvuelve con su propia
lógica separada, una lógica que no es dialéctica, sino más bien antagónica: no trata de
establecer un control sobre el otro sujeto, sino más bien de destruirlo para liberarse. Dos
lógicas distintas para dos clases diferentes y opuestas. ¿Se trata tan sólo de la afirmación
desesperada de una subjetividad obrera superada por la historia? No, porque en un mundo de
dos sujetos antagonistas, la única objetividad es el producto de sus conflictos. Al igual que en
física donde dos fuerzas vectoriales crean una fuerza resultante cuya dirección y magnitud es
diferente de cada una de ellas, así ocurre en la lucha de clases que constituye el despliegue de
las leyes del capital. Son los resultados no planificados de la confrontación.
Obrero masa
Al sentar el proceso de trabajo sobre una nueva base, "científica", el capital se halla en
condiciones de imponer sus propios ritmos y normas a la producción. Y cuando la cadena de
montaje viene a relevar a las técnicas tayloristas de medida de tiempos y movimientos, la
producción de mercancías estandarizadas y en grandes series se convierte en la norma. La
nueva economía del tiempo, nacida en el taller de las nuevas tecnologías de control y medición
del trabajo invade el mecanismo conjunto de la producción social: es el modo de producción en
masa. Pero lo importante no es tanto el análisis de las técnicas de organización del trabajo o
los modelos económicos de crecimiento, sino la concatenación que conduce desde las
transformaciones introducidas en el proceso de trabajo por el taylorismo y fordismo a las que
van a afectar a la acumulación del capital. Además, con la producción en masa y como
condición de ésta, se inicia una nueva secuencia en las modalidades y las prácticas estatales
de regulación y control social.
1. Lo esencial gira aquí en torno a las nuevas políticas de encuadramiento de la fuerza de
trabajo creadas para permitir el desarrollo de esta producción en masa. Ante todo había que
fijar en torno a las nuevas concentraciones industriales y urbanas a esas formidables masas de
hombres "vagabundos", campesinos expropiados de sus tierras, inmigrantes y soldados a los
que el hambre y la miseria mantenían en estado de permanente insubordinación, tal y como
había demostrado la Primera Guerra Mundial. Después, había que convertirlos en obreros
fabriles, obreros en cadena, conseguir su sumisión a la nueva disciplina de la fábrica. Por
último, desde el momento en que la emigración del campo los separaba de las bases rurales y
domésticas de donde sacaban aún en gran medida sus medios de subsistencia, era preciso
asegurar su reproducción por medios monetarios y mercantiles, por el consumo de mercancías
producidas en la gran industria capitalista. El fondo de la cuestión, sigue siendo que la
producción en cadena, gracias a la particular naturaleza de los puestos y empleos que crea -
considerados no cualificados- hace que funcionen al máximo los mecanismos de depreciación
de la fuerza de trabajo en relación al capital fijo, de subremuneración, al tiempo que contribuye
a hacer que los trabajadores dependan totalmente de las mercancías producidas en
condiciones propiamente capitalistas, de modo que el salario sigue siendo la base fundamental
que permite reconstituir el mantenimiento y la reproducción de su fuerza de trabajo.
A pesar de la aparente estabilidad de este modelo de producción que auguraba una expansión
sin fin, existían varias tendencias de importancia desigual que lo amenazaban y que acabaron
por quebrarlo, lo mismo que a la composición de clase propia del obrero masa.
4. Este modelo suscita unos costes sociales imposibles de sostener por el sistema de
acumulación capitalista. El sistema capitalista en el periodo de posguerra aumentó en
extensión (economía mundo) y en intensión (utilización de reservas de trabajo de los países de
la economía centro) y experimentó una enorme tasa de acumulación y crecimiento. Esto
supuso al menos dos cosas: por una parte el ejército de reserva del trabajo quedó rápidamente
agotado dentro de los países avanzados, surgiendo escasez de trabajo y fortaleciendo el
movimiento obrero; por otra aumentó la gama de las funciones del intervencionismo estatal y
del gasto público. El final del largo boom económico y el comienzo de la crisis plantearon más
demandas sobre el Estado, aumentando sus gastos en el campo productivo (inversión de
infraestructuras, reestructuración industrial, ayudas al sector privado, etc.) y en el campo social
(costes del seguro de desempleo, reciclaje de trabajadores, sistemas de formación y empleo
juvenil, etc.). La consecuencia de todo esto fue un creciente problema de financiación de este
gasto: la denominada crisis fiscal del Estado (J. O'Connor), es decir, la combinación de
presiones crecientes sobre el gasto para el bienestar y los problemas de su financiación. En
este contexto, todos los intentos para financiar un creciente nivel de gastos gubernamentales
aumentarán la inflación o reducirán los beneficios, las inversiones y la acumulación o ambas
cosas. En cualquier caso, cabe recordar que de lo que somos testigos no es tanto de un
recorte en el gasto total del Estado, sino de su reestructuración en direcciones específicas: esto
continúa una tendencia que comenzó a finales de los sesenta y que habla de una creciente
intervención estatal en la reestructuración del capital privado para permitirle responder a la
crisis económica internacional.
En definitiva, todas las causas del largo período de acumulación contienen dentro de ellas los
gérmenes de su propia destrucción. Por una parte la disminución del crecimiento y de la
acumulación de capital, y por otra el fortalecimiento de la clase trabajadora, tuvieron una
enorme influencia en el nivel y en la dirección del gasto estatal. Movimientos obreros más
poderosos pudieron aumentar los salarios y disminuir los beneficios, y a través de unas
potentes organizaciones situadas en los mismos centros de producción, frenaron el crecimiento
de la productividad. A su vez, el creciente gasto estatal exacerbó el conflicto subyacente entre
el capital y el trabajo.
5. Pero aún queda el motivo más importante. Todas estas elaboraciones teóricas que hablan
del agotamiento del período de acumulación capitalista y que se ven más o menos acentuadas
por las diferentes corrientes marxistas que funcionan según un horizonte en el cual no parece
existir contradicción entre la planificación en la fábrica y el desorden en la sociedad. Son pues
víctimas de un momento, dirá T. Negri, en que la ley del valor no se identifica aún con la ley de
la dominación sino con la ley del plan, y el Estado planificador se muestra capaz de dirigir la
dinámica de la lucha de clases. Pero a finales de los años sesenta el mito de la paz social se
viene abajo, y el obrero masa rompe el plan de acumulación del capital. ¿Qué ha ocurrido? Al
haber destruido la profesionalidad y la legitimación que aportaba la existencia del "oficio" en
materia de jerarquía, al establecer la homogeneización del trabajo concreto, la OCT ha
preparado la unificación de la reivindicación obrera. Y el sujeto del trabajo generado por la
lógica de producción en masa, el obrero masa abre, mediante unas reivindicaciones
espontáneamente igualitarias, un terreno de ruptura con la organización capitalista del trabajo y
un poderoso instrumento de unificación y recomposición de las categorías rotas por la OCT.
Este obrero-masa es el trabajador masificado y descualificado de la gran empresa, figura social
de una determinada composición de clase, cuyo comportamiento se basa en la democracia
directa, la autoorganización. Composición de clase no es aquí un concepto propio de
categorías sindicales y/o sociológicas, sino más bien un concepto perteneciente a la
sedimentación de experiencias de lucha abierta o subterránea, organizada o espontánea.
Un periodo de crisis global como en el presente sólo se puede producir gracias a las luchas
combinadas y complementarias de las diversas clases trabajadoras mundiales que actúan
simultáneamente en la producción y reproducción, al máximo nivel de socialización. Es la
continua presión de la clase obrera sobre el capital la que acentúa las contradicciones y genera
las crisis. Cada vez que el capital responde a las demandas de los trabajadores con la
expansión del capital fijo y la reorganización del proceso de trabajo (ciclos del taylorismo,
fordismo, toyotismo), la clase obrera se recompone políticamente en un nuevo ciclo de luchas.
Es pues un periodo de mundialización de la economía, pero también de la internacionalización
de la clase trabajadora. Desde esta perspectiva el capital sólo puede responder al ataque de
aquella reorganizando su moderno aparato productivo a nivel internacional, e incluso tratando
de reorganizar la reproducción global del trabajo y del mercado de trabajo. T. Negri viene a
demostrar que el desarrollo del capital en el fondo no es más que el uso capitalista de la crisis,
que su precariedad reside en su dualidad funcional: por un lado resistir la presión masificada de
la clase obrera, pero por otro tiene que solicitar el antagonismo para su propio mantenimiento.
Entre desarrollo y crisis se da pues una relación dialéctica.
En esta etapa, y en virtud de las implicaciones de las implicaciones del enorme y complejo
desarrollo del sistema económico en su conjunto (internacionalización, crisis cíclica,
antagonismo de clase en el ciclo de luchas del obrero masa) la fábrica (la empresa) constata
que no sólo es una entidad técnico-administrativa sometida a una pura racionalidad económica,
sino un organismo social cuya estructura y funcionamiento está condicionado por
determinantes sociales y políticas del sistema económico del cual forma parte, lo mismo que
por los intereses, frecuentemente divergentes, de los individuos y grupos que están presentes
en ella. Esto hace que la fábrica exista, no sólo como unidad de producción y como
organización, sino también como centro condicionado de programación y decisión, lugar de
negociaciones sociales.
La fábrica, o mejor dicho, las relaciones sociales de producción se extienden a toda la
sociedad: escuela, ocio, consumo, etc. todo está en función de y para la producción. De modo
paradójico la fábrica pierde su lugar hegemónico como espacio de la producción, siendo
sustituida por la sociedad entera que se convierte, ella misma, en "máquina compleja". De ahí
la idea de fábrica difusa, que supone borrar las fronteras de la fábrica y la sociedad, como
tendencias desde donde se desarrolla el antagonismo de clase para atacar al Estado. La
fábrica difusa establece pues un nuevo centro de resocialización, lugar de conformación de
nuevos patrones de influencia y legitimación que permitan que los trabajadores hagan propios
los objetivos y valores de la empresa sin experimentar coerción y poder así reproducir las
condiciones bajo las cuales se pueda extraer el plusvalor sin excesivas dificultades. Este salto,
aunque se insista en ocultarlo, no es meramente espacial -en la sociedad no se pueden
reproducir las condiciones laborales, ni los esquemas de lucha de clase utilizados en la fábrica-
, se trata de un cambio cualitativo, radical.
Desaparece el obrero masa, pero tal desaparición no supone el fin de la lucha de clases, ni del
antagonismo, sino que es paralela al nacimiento de este nuevo sujeto. Como consecuencia del
efecto combinado lucha obrera/reestructuración en este modelo de fábrica difusa, el obrero
masa se transforma progresivamente en obrero social. Esta figura de la nueva composición de
clase, resultado de los procesos en marcha, se define en función del paso de un "sistema de
necesidades" a un "sistema de luchas", pues las reivindicaciones de las cuales es portadora
son directamente políticas. Si el salario y la máquina eran los elementos aglutinadores y
creadores de conciencia de clase en el obrero masa, ahora los términos se desplazan: la
materia prima con la que trabaja el obrero social, con la que establece sus formas de
cooperación laboral es la comunicación -de información, de ciencia, de saberes- y sobre ella
ejerce el capital su expropiación.
La comunicación se revela como nuevo espacio de la lucha: frente a la riqueza creativa del
nuevo sujeto, el capital opone sus nuevas estrategias de control: ha de apropiarse de la
comunicación, así que la vacía de contenido, ha de evitar la consolidación del nuevo sujeto
emergente, así que se lanza a producir subjetividades diversas adecuadas a la ejecución
automática, incluso informática, no a la espontaneidad. Lo que surgirá de esta operación para
incidir sobre la conciencia de los trabajadores serán diferentes formas de control institucional
que buscan operar sobre los presupuestos culturales del funcionamiento organizativo dado que
es en la cultura donde se fundamentan los procesos de compromiso e identidad,
imprescindibles en la nueva situación. Todo esto hace que el control tenga un fuerte contenido
psicosocial y sea más difuso, características que evidencian su dificultad pero también su gran
eficacia cuando se consigue.
En este sentido, es curioso constatar que la función empresarial no está hoy ligada a la
disponibilidad del mercado, es decir, a la capacidad de adquisición de conocimientos y fuerza
de trabajo, sino que está condicionada directa e indirectamente por la posibilidad política de
ensamblar una organización del saber y del trabajo, ya existente de modo independiente a nivel
social. Podemos observar entonces que la última condición de existencia y de legitimación del
empresario capitalista, la de ensamblador de la fuerza de trabajo en tanto que creador de su
cooperación, desaparece: el empresario capitalista es una figura caduca, la cooperación y el
saber son directamente adquiridos y comunicados, en la sociedad postindustrial, en el seno de
la sociabilidad de la fuerza de trabajo. En efecto, veinte años de reestructuración de las
grandes plantas fabriles han desembocado en una extraña paradoja: en la gran empresa
reestructurada el trabajo del obrero es un trabajo que implica cada vez más, a niveles
diferentes, la capacidad de elegir entre diversas alternativas y por tanto, la responsabilidad de
ciertas decisiones. Como prescribe el nuevo management, hoy día, "es el capataz del
trabajador quien debe descender al taller". El concepto de interface [mediación] utilizado por los
sociólogos de la comunicación da buena cuenta de la actividad del obrero social. Interface
entre las diferentes funciones, entre los diferentes equipos, entre los niveles de la jerarquía, etc.
Es su personalidad, su subjetividad quien debe ser organizada y regulada. Calidad y cantidad
de trabajo son reorganizados alrededor de su inmaterialidad. Esta transformación del trabajo
obrero en trabajo de control, de gestión de información, de capacidad de decisión, requieren la
inversión de la subjetividad que afecta a los obreros de manera diferente según sus funciones
en la jerarquía de la fábrica, y esto se presenta de ahora en adelante como un proceso
irreversible.
Si definimos el trabajo obrero como actividad abstracta que reenvía a la subjetividad, hace falta
sin embargo evitar todo malentendido. Esta forma de la actividad productiva se refiere
solamente a los obreros más cualificados: se trata más bien del valor de uso de la fuerza de
trabajo hoy día, y más generalmente, de la forma de la actividad de todo sujeto productivo en la
sociedad postindustrial. Se podría decir que dentro del obrero cualificado, el "modelo
comunicacional" está ya determinado, constituido, y que sus potencialidades están ya
definidas; mientras que dentro del nuevo obrero, el trabajador "precario", el nuevo parado, es
una pura "virtualidad", de una capacidad aún indeterminada, aunque participa ya de todas las
características de la subjetividad productiva postindustrial.
Esta transformación del trabajo aparece de manera aún más evidente cuando se estudia el
ciclo social de la producción ("fábrica difusa", organización del trabajo descentralizado de una
parte y diferentes formas de terciarización por otra). Aquí puede considerarse que aquel
segmento del trabajo inmaterial ha cobrado un papel estratégico en la organización global de la
producción. Las actividades de investigación, de concepción, de gestión de los recursos
humanos y todas las actividades terciarias se correlacionan y se acoplan en el interior de las
redes informáticas y telemáticas, que solas pueden explicar el ciclo de producción y de
organización del trabajo. La integración del trabajo científico en el trabajo industrial y terciario
se convierte en una de las fuentes esenciales de la productividad y pasa a través del ciclo de
producción examinado por encima de quien lo organizó.
Hagamos un breve repaso sobre este punto. La expropiación del trabajador no es sino el
resultado de un orden sucesivo de expropiaciones. La primera, la expropiación de la propiedad
de los medios de producción. La institucionalización de la propiedad privada trazaba la divisoria
en la que capitalista y trabajador se oponían como reflejo antropomorfizado de la relación entre
capital y trabajo. La OCT significó la expropiación técnica del trabajador. Tras esta segunda
expropiación aparecía un trabajador doblemente expropiado, trasunto del obrero masa. No
posee la propiedad de los medios de producción, no posee tampoco el dominio técnico sobre el
proceso de trabajo; sí poseía la propiedad jurídicamente garantizada del puesto de trabajo. La
expropiación técnica ha abierto un proceso de uniformización del proceso de trabajo: en la
medida en que el trabajador es un objeto pasivo se convierte en una copia del proceso de
trabajo. El siguiente paso implica que las transformaciones del sistema jurídico de regulación
llevan a la expropiación del puesto de trabajo. Tras sucesivas expropiaciones, el trabajo se
convierte en un objeto socializado al que el trabajador accede por la permisividad del
empresario, convertido en su administrador; con ello se pone fin al proceso de trasvase que
marca el ciclo del obrero masa hacia el sector estable, iniciándose un giro hacia la
socialización. El derecho a la estabilidad en el trabajo va a dejar paso al derecho al empleo.
Esto es, el trabajo como propiedad del trabajador ha sido superado por el empleo como bien
público. La socialización del trabajo se desarrolla como tendencia, pero en concreto tiene una
importante restricción la corporativización del trabajo. La clase obrera, el mercado de trabajo se
segmenta en múltiples tramos, entre ellos existe un elemento que la define y delimita: su
relación con el proceso de producción. Esta relación puede caracterizarse en sus extremos
sobre dos posiciones diferentes. En un extremo, aquellos núcleos con capacidad de fijar sus
condiciones de trabajo en el contexto de la negociación. Diversos factores contribuyen a ello: la
cualificación, la escasez, la sindicalización, la intervención estatal. Son sectores con capacidad
más o menos desarrollada de negociación, en los que la relación salarial se determina por
factores institucionales. En el otro extremo se sitúan aquellos sectores que carecen de esta
capacidad de negociación; su relación salarial se establece en función de las determinaciones
del mercado.
El obrero social no aparece por vez primera tras esta última expropiación, a partir de la crisis de
los setenta. Lo característico de la nueva situación es su inserción como una forma regulada de
organización del mercado de trabajo. Si anteriormente el trabajador socializado se identificaba
con la economía sumergida y, en último extremo, con la irregularidad, ahora aparece en un
espacio progresivamente legalizado, lo que no excluye, sino que por el contrario aumenta, la
arbitrariedad a la que se encuentra sometido. La diferencia estriba en que anteriormente la
arbitrariedad era un residuo derivado de la transgresión de la legalidad, ahora la arbitrariedad
es la consecuencia lógica de la nueva organización del proceso de producción. De este modo,
la organización del trabajo en el área socializada permite cumplir los objetivos de productividad,
que en otros núcleos o circunstancias se hubieran logrado mediante la OCT. La OCT
objetivaba el proceso de trabajo, creando las condiciones para el traslado del control del
proceso de trabajo desde el trabajador a la gerencia. Ahora es la socialización del trabajador -
cuyo fundamento es su completa expropiación- la que se produce en un contexto en el cual la
gerencia asume el control total y absoluto del proceso de producción. Esta reintegración del
control por la gerencia se produce no por una modificación de la organización del proceso de
trabajo, sino como una consecuencia de la socialización del trabajador.
[Vid. art. Desestructuración de la clase obrera como contrapunto. Para la comprensión del
concepto de clase vid. Clases sociales (A). Otras entradas útiles: Posmodernidad, y Rebelión-
revolución. Para la globalización de la economía vid. División internacional del Trabajo.]
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:
2. Como bien indica A. Bilbao (199) hablar de clase obrera y de mercado de trabajo es hablar
de la misma realidad material. Ahora bien, la significación de uno u otro es diferente. La clase
obrera es una realidad describible en términos tanto de composición técnica como de
composición políticoorganizativa. Al hablar de mercado de trabajo se está describiendo a la
clase obrera como aquello que únicamente existe, como composición técnica.
OPINIÓN
Miércoles
29 noviembre
2000 - Nº 1671 Portada Intern España Opinión Sociedad Cultura Gente Deportes Economía
En los años setenta del siglo XX surge con fuerza en Estados Unidos la
Business Ethics, la "ética de los negocios", que buena parte del mundo
europeo prefirió rotular como "ética de la empresa". Tal vez porque el
capitalismo neoamericano, del que hablaba Michel Albert, lleva a concebir
la empresa como un negocio de usar y, si conviene, tirar, mientras que el
capitalismo renano invita a entender la empresa como un grupo humano, que
lleva adelante una tarea valiosa para la sociedad, la de producir bienes y
servicios, a través de la obtención del beneficio. La empresa, desde este
punto de vista europeo, no se usa y se tira, se "emprende" con espíritu
creador.
http://www3.usal.es/~mfe/SdO/Archivos/Debates/Etica%20empresarial/Adela%20Co... 18/04/2004
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EL PAIS DIGITAL - OPINIÓN Página 3 de 3
Según la conocida trilogía de Castells, las metas por las que surgió el
capitalismo informacional resultan un tanto descorazonadoras para la ética,
ya que nació con el afán de profundizar en la lógica de la búsqueda de
beneficios, intensificar la productividad del trabajo y el capital, globalizar la
producción y conseguir el apoyo estatal para aumentar la productividad y la
competitividad de las economías nacionales; todo lo cual iría en detrimento
de la protección social y el interés público.
Con todo ello parece que nuestra joven ética empresarial se enfrenta a
problemas casi insalvables, si los pensamos en profundidad. Parece difícil
conseguir que la cultura de la red sea la propia de una ética cívica, tan
penosamente conquistada, y no una Babel de posiciones múltiples; la
vulnerabilidad del trabajo pone en entredicho las justas exigencias de un
salario digno, no digamos la participación del trabajador poco o
medianamente cualificado, siempre en la cuerda floja; complicado resulta en
estas circunstancias concebir las empresas como grupos humanos, dilucidar
quiénes son los afectados, mantener el liderazgo contando con directivos que
cambian de empresa en cuanto la oportunidad económica o profesional se lo
permite. Por no hablar del gran reto ético, que consiste -también para las
empresas- en forjarse un carácter, un ethos responsable, a través de
decisiones que tienen por horizonte el medio y el largo plazo, cuando el
cortoplacismo es, por decirlo con Gabino Izquierdo, el tiempo de esta
sociedad informacional.
Ante este panorama, los timoratos de toda la vida arrojan la toalla, porque el
mundo les viene grande y pierden todas las bazas. Los excelentes de
entendimiento y, sobre todo, de corazón convierten los problemas en
oportunidades y se emplean a fondo en la tarea de pensar y, sobre todo,
hacer la ética de la empresa en la sociedad de la información, convencidos
de que lo que tiene que hacerse es posible, lo que redunde en bien de cada
uno de los seres humanos es irrenunciable. Como comenta Sen en su último
libro, "en el análisis del desarrollo, el papel de la ética empresarial debe
dejar de tener una oscura presencia y ser reconocido claramente".
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Dr. Laurence J. Peter y Raymond Hull El Principio de Peter
Capítulo Primero
EL PRINCIPIO DE PETER
Cuando yo era pequeño, se me enseñaba que, los hombres de posición elevada sabían lo que
hacían. Se me decía: "Peter, cuanto más sepas, más lejos llegarás." Así, pues, continué estudiando
hasta graduarme y, luego, entré en el mundo aferrado firmemente a estas ideas y a mi nuevo título
académico. Durante mi primer año de enseñanza, me sorprendió descubrir que numerosos
maestros, directores de escuelas, inspectores e interventores parecían ser indiferentes a sus
responsabilidades profesionales e incompetentes para el cumplimiento de sus obligaciones. Por
ejemplo, la preocupación principal de mi director era que todas las persianas se hallaran al mismo
nivel, que hubiera silencio en las aulas y que nadie pisara ni se acercara a los rosales. Las
principales preocupaciones del inspector se reducían a que ningún grupo minoritario, por fanático
que fuese, resultara jamás ofendido, y que todos los impresos oficiales fueran presentados dentro
del plazo estipulado. La educación de los niños parecía estar muy alejada de la mente del
administrador.
Al principio pensé que esto se debía a un defecto especial del sistema escolar en que yo daba
clases, por lo que solicité ser destinado a otro distrito. Cumplimenté los impresos especiales,
adjunté los documentos exigidos y me sometí a todos los trámites burocráticos. ¡Pocas semanas
después, me fue devuelta mi solicitud con todos los documentos!
No, no había nada malo en mis credenciales; los impresos estaban correctamente
cumplimentados; un sello oficial mostraba que habían sido recibidos en perfecto estado. Pero la
carta que les acompañaba decía: "Los nuevos reglamentos establecen que estos impresos no
pueden ser aceptados por el Departamento de Educación a menos que hayan sido certificados en
el servicio de Correos para garantizar su entrega. Le ruego que vuelva a cursar la documentación
al Departamento, cuidando esta vez de hacerlo por correo certificado."
Empecé a sospechar que el sistema escolar local no poseía el monopolio de la incompetencia.
Al pasar la vista en derredor, advertí que en todas las organizaciones había gran número de
personas que no sabían desempeñar sus cometidos.
Un fenómeno universal
La incompetencia ocupacional se halla presente en todas partes. ¿Se ha dado usted cuenta?
Probablemente, todos nos hemos dado cuenta.
Vemos políticos indecisos que se las dan de resueltos estadistas, y a la "fuente autorizada" que
atribuye su falta de información a "imponderables de la situación". Es ilimitado el número de
funcionarios públicos que son indolentes e insolentes; de jefes militares cuya enardecida retórica
queda desmentida por su apocado comportamiento, y de gobernadores cuyo innato servilismo les
impide gobernar realmente. En nuestra sofisticación, nos encogemos virtualmente de hombros
ante el clérigo inmoral, el juez corrompido, el abogado incoherente, el escritor que no sabe
escribir y el profesor de inglés que no sabe pronunciar. En las Universidades vemos anuncios
redactados por administradores cuyos propios escritos administrativos resultar lamentablemente
confusos, y lecciones dadas con voz que es un puro zumbido por inaudibles e incomprensibles
profesores.
Viendo incompetencia en todos los niveles de todas las jerarquías, políticas, legales,
educacionales e industriales, formulé la hipótesis de que la causa radicaba en alguna
característica intrínseca de las reglas que regían la colocación de los empleados. Así comenzó mi
reflexivo estudio de las formas en que los empleados ascienden a lo largo de una jerarquía y de lo
que les sucede después del ascenso.
Para mis datos científicos, fueron recogidos centenares de casos. He aquí tres ejemplos típicos.
Fig. 3. En nuestra sofisticación, nos encogemos virtualmente de hombros ante el clérigo inmoral.
1
Se han cambiado algunos nombres, a fin de proteger al culpable.
desmoralizar al departamento. Llovían las quejas por parte del alcalde y los demás funcionarios,
los contribuyentes y el sindicato de trabajadores.
Cortés continua diciendo "sí" a todo el mundo, y lleva presurosamente mensajes de un lado a otro
entre sus superiores y sus subordinados. Nominalmente es superintendente, pero en realidad hace
el trabajo de un mensajero. El departamento de conservación suele cerrar con déficit el
presupuesto, y, sin embargo, no llega a cumplir su programa de trabajo. En re sumen, Cortés, un
encargado competente, se convirtió en un superintendente incompetente.
Supongamos que es usted dueño de una fábrica de moldeado de píldoras, "Píldoras Perfectas, S.
A.". Su jefe de personal muere de una úlcera perforada. Necesita usted un sustituto.
Usted, naturalmente, vuelve la vista a los moldeadores de que dispone.
La señorita Ovalo, la señora Elipse, el señor Cilindro y el señor Cubo manifiestan todos diversos
grados de incompetencia. Quedarán, como es lógico, descalificados para el ascenso. Usted elegirá
en igualdad de circunstancias a su moldeador más competente, el señor Esfera, y le ascenderá a
jefe de personal.
Supongamos ahora que el señor Esfera acredita su competencia como jefe de personal. Más tarde,
cuando su supervisor general, Rombo, ascienda a gerente, Esfera, será elegible para ocupar su
puesto.
Si, por el contrario, Esfera es un jefe de personal incompetente, no obtendrá más ascenso. Ha
llegado a lo que yo llamo su "nivel de incompetencia". Seguirá donde se encuentra hasta el final
de su carrera.
Algunos empleados, como Elipse y Cubo, alcanzan un nivel de incompetencia en el grado más
bajo, y nunca son ascendidos. Otros, como Esfera (suponiendo que no sea un jefe de personal
satisfactorio), lo alcanzan después de un solo ascenso.
E. Diestro, el encargado del taller de reparaciones, alcanzó su nivel de incompetencia en el tercer
grado de la jerarquía. El general Buenaguerra alcanzó su nivel de incompetencia en la cúspide
misma de la jerarquía.
De este modo, mi análisis de centenares de casos de incompetencia ocupacional me llevó a
formular El Principio de Peter:
Unos cuantos excéntricos tratan de no verse insertos en jerarquías, pero todos cuantos participan
en el comercio, la industria, el sindicalismo, la política, el Gobierno, las Fuerzas Armadas, la
religión y la educación se hallan inmersos en ellas. Todos se encuentran regidos por el Principio
de Peter.
Desde luego, muchos de ellos pueden conseguir uno o dos ascensos, pasando de un nivel de
competencia a otro nivel superior de competencia. Pero la competencia en ese nuevo puesto les
califica para otro nuevo ascenso. Para cada individuo, para usted, para mí, el ascenso final lo es
desde un nivel, de competencia a un nivel de incompetencia2
2
Los fenómenos de “sublimación percuciente” (al que suele aludirse con la expresión “ser botado hacia arriba” y el
“arabesco lateral” no son, como podría creer el observador superficial, excepciones al principio. Son solamente
seudoascensos y serán examinados en el Capítulo Tercero
Texto de Jorge Nascimento Rodrigues en Espoo, Finlandia y adaptación y tradución de Silvia Chauvin, editora
de www.mujeresdeempresa.com
Tiene más de 130 años, pero sólo se convirtió en una marca internacionalmente conocida,
hace una decena de años. Comenzó, a fines del siglo XIX, con el papel higiénico, la produc-
ción de electricidad y galochas de caucho, últimamente se convirtió en un "gadget" de moda
con los teléfonos móviles, esos aparatitos que aparecieron en los autos a mediados de los 80
(siglo XX) y que pesaban unos kilitos.
El nombre proviene de un río y de una pequeña ciudad cercana a Tampere (hora y media de
tren al norte de Helsinki) dónde un ingeniero en minas creó, en 1865, una fábrica de papel
con la designación sueca Nokia Ab, el antepasado remoto del grupo actual. En finés, por
extraño que parezca, "nokia" es el nombre de un roedor bien negro y peludo de la familia de
los armiños.
Este año abrazó el paradigma visual y el surgimiento de un ambiente dominado por la ima-
gen digital móvil basada en la supremacía del protocolo de Internet.
Al márgen del colapso de fines de los 80, cuando casi fue vendida a Ericsson en 1991 y son-
deado para su adquisición por Siemens en 1992, el grupo vale hoy, en el mercado, el 100%
del PBI de Finlandia (durante la época dorada de la "burbuja" valía poco más de una vez y
media el producto de la nación). Sus ventas representan casi el 25% de la riqueza nacional
anual y, con más de 135 mil millones de euros de capitalización, vale dos veces más que
Ericsson, la número dos entre los 200 mayores grupos nórdicos. En su país, vale siete veces
más que Stora Enso, la número dos local. Si Nokia estornuda, la economía finlandesa se
resfría. Lo cual constituye una debilidad. Si Nokia dá una carcajada, los indicadores macro-
económicos finlandeses se disparan. Lo que constituye un punto fuerte.
La única marca entre las 10 más valiosas del mundo que no es norte-americana
Es considerada la 5ª marca mundial, después de Coca Cola, Microsoft, IBM y General Elec-
tric, todas en la tierra del Tío Sam. Esta marca venida de un país europeo de lagos congela-
dos, poco habitado (5 milliones) y, durante largos siglos, colonizado por suecos y rusos, está
por delante de Intel, Disney, Ford, McDonald's y AT&T. Es la única, fuera de los EE.UU., en
estar entre las 10 marcas "más" valiosas.
Desde 1998 es líder mundial en la fabricación de telefonía móvil y hoy es número dos en
infra-estructura inalámbrica en GSM.
El negocio en el que está inserta, es uno de los mayores mercados mundiales de toda la his-
toria - 400 a 420 millones de unidades por año, 4 veces el volúmen de PCs fabricadas y 8
veces el número de automóviles producidos anualmente.
Pero la saga de su ascenso atravesó dos siglos y estuvo al borde de la extinción a fines de
los 80 del siglo pasado. La tentación de llevar al extremo una estrategia de conglomerado
global iniciada en los años 20, más el error estratégico que significó el negocio de los televi-
sores en los 80 y un período de turbulencia en la conducción de la empresa, donde no falta-
ron muertes súbitas y suicidios dramáticos, por poco derrota al secreto de la longevidad de
este grupo centenario -la flexibilidad de adaptación estratégica y el ojo para los negocios
emergentes. En dónde se mezclan un conjunto de virtudes bien finlandesas, que sólo la his-
toria y la cultura de este pueblo permiten entender.
Adaptación pragmática y "juego de cintura" son propios de un pueblo cuya geografía le im-
puso una dura historia: 650 años bajo dominio sueco, desde el siglo XII al XIX (aún hoy el
sueco es la segunda lengua oficial); anexado al imperio ruso como "gran ducado" autónomo
entre 1809 y1917, cuando llega la independencia con la Revolución Rusa; y coexistencia con
la Unión Soviética hasta la caída del Muro de Berlin. "Flexibilidad, flexibilidad, flexibilidad de
adaptación", nos repite Martti Haikio, un historiador de la Universidad de Helsinki que acaba
de publicar en Pearson Education del Reino Unido "Nokia-The Inside Story", una condensa-
ción en inglés del más completo estudio de la historia de la empresa que fuera publicado en
finés el año pasado y que se iniciara cuatro años atrás.
Nokia se adaptó al dominio zarista, a la Primera Guerra Mundial, a las persecuciones políticas
(Eduard Polón, que vendría a ser el que reunió el conglomerado en los años 20, estuvo des-
terrado en la Rusia zarista, junto con su hijo), la guerra civil, la Segunda Guerra Mundial, la
adaptación al vecino soviético que la abriría su mercado, la asociación con la EFTA en los 60,
la progresiva aproximación al CEE en los 70, hasta el abierto cambio hacia Europa en los 80,
en los que estuvo muy involucrado uno de los CEOs más carismáticos de la empresa.
Kari Kairamo, CEO entre 1977 y 1988, fue un activo miembro de la Mesa Redonda Europea
de Industriales, liderados por el CEO de Volvo Pehr Gyllenhammar, y mientras se desempeñó
como presidente de la Confederación de Industrias Finlandesas, entre 1985 y 1987, un vigo-
roso promotor de la adhesión a la Unión Europea.
A pesar de su melancolía -tienen variantes del tango y del jazz- los fineses poseen un espíri-
tu de tenacidad que, en la lengua popular, se denomina "sisu". Son "sobrevivientes" por
excelencia. Pero esta tenacidad no se transforma en arrogancia "Humildad con orgullo", sin-
tetiza Tapio Hedman, 39 años, vice-presidente de Nokia Mobile Phones, una de las empresas
"estrella" del grupo.
El sueño de un conglomerado
Las tres piernas de lo que vendría a ser el grupo Nokia, nacieron por separado a mediados
de la primera década del siglo XX.
Fue Eduard Pólon, líder de la empresa de cables, quién luego del destierro en la Rusia zarista
y de la independencia del país, puso la primera piedra del grupo al comprar Nokia Ab y luego
la empresa de productos de caucho entre 1918 y 1922. El grupo tal cual lo conocemos hoy,
nace en esa época y tiene actualmente 90 años.
El más carismático y mediático CEO de Nokia en los años 70 y 80 soñaba con la
creación de un conglomerado global a semejanza de los japoneses
Fue el CEO de la empresa de cables el que decidiría avanzar en la constitución formal del
conglomerado, fusionando las empresas madres en 1966. Bjorn Westerlund, descendiente de
una de las familias propietarias, creó el grupo en 1967 y dió el puntapié inicial para el sueño
de un conglomerado global.
Pero fue el carismático y mediático Kiro Kairamo, un CEO profesional al que le agradaba
ofrecer el libro "Pedro, el Grande" (de Robert Massie), quien en los once años de gestión
(1977 a 1988) creó las bases internacionales del conglomerado industrial Nokia. En 1984, el
grupo tenía 37 unidades estratégicas de negocios y más de 180 áreas de negocio, casi de la
A a la Z. Kairamo, cuenta el historiador Martti Haikio, "soñaba con un conglomerado tipo
japonés en el que todos los sectores eran estimulados a crecer y expandirse internacional-
mente a través de adquisiciones agresivas".
Los cuatro años que siguieron al fallecimiento de Kairamo fueron los más turbulentos del
grupo ya que correspondieron a una alteración geo-política radical con la "perestroika", la
caída del Muro de Berlín, la progresiva afirmación de la CEE y el desencadenamiento de los
vientos de las desregulaciones de las telecomunicaciones.
Jorma Ollila asumió el liderazgo de la joven empresa Nokia Mobile Phones. En 1991, el mis-
mo grupo afirma la importancia de una estrategia de marca apoyada en cuatro valores: alta
tecnología, diseño y estilo nórdico, centro en lo individual y en la libertad, segmentación y
calidad industrial a toda prueba.
Fué Ollila, todavía responsable financiero, quien preparó la venta del negocio forestal en
1989, el comienzo del fin del conglomerado.
Un ejercicio de escenarios realizado en 1992 mostraba claramente una ventana de
oportunidad en el segmento de las comunicaciones móviles que llevaría a Nokia al
liderazgo mundial en 1998
A finales de 1991, Ollila es nombrado CEO de hecho y en enero del siguiente año asume
oficialmente el liderazgo. El memorando que presenta es claro aunque con algunas dudas en
el área de cables: re-análisis inmediato del negocio de la electrónica de consumo, desinver-
sión en los negocios históricos y focalización en las telecomunicaciones y teléfonos móviles.
El grupo enfrentaría su mayor desafío emocional: abandonar sus negocios históricos. El to-
que final del conglomerado se daría en una reunión llevada a cabo en Hong Kong en 1994.
También en 1994, el grupo ingresa a la Bolsa de Valores de New York y comienza un proceso
de profunda alteración en la composición del capital -los viejos bancos finlandeses, propieta-
rios de más del 50% del capital, dejan paso a los fondos de pensión americanos. Cuatro de
los cuales -Fidelity, Alliance Capital, Capital Group y Templeton International- detentaban en
1997, más del 30% de las acciones.
El año 2004, diez años después de Hong Kong, será un buen momento para hacer un balan-
ce de este recorrido más reciente.
Nokia espera que este otoño traiga una buena prenda para el negocio en el que se focaliza-
ron desde los años 90 -las comunicaciones móviles. "Esperamos ver el surgimiento de un
mercado masivo para el nuevo paradigma móvil", afirma Jorma Ollila, 51 años, desde hace
10 años al frente de los destinos del grupo Nokia, y responsable del cambio estratégico que
sacó a la empresa de una profunda crisis y la proyectó como líder del sector.
Por qué en los años 90 se decidió Nokia a focalizarse en una área nueva, las comunicaciones
móviles, aparentemente extrañas a sus raíces históricas?
Existen varios factores que determinaron esa estrategia y que se conjugaron. Primero, No-
kia, estaba relacionada con las telecomunicaciones desde los años 60 -por lo que no éramos
tatalmente novatos en esa área. Después la desregulación de los operadores que se verificó
en ese momento, abrió la competencia en el campo de los equipamientos de telecomunica-
ciones, hasta ese momento controlado por los monopolios nacionales.
En tercer lugar, la tecnología de comunicación analógica dió lugar a la digital, permitiendo a
los operadores ofrecer un conjunto de nuevos servicios y expandir el mercado. Finalmente,
las redes pan europeas de GSM introducidas en 1991 crecieron rápidamente, tanto en di-
mensión geográfica como en funciones ofrecidas.
Como usted ya sabe, Finlandia es un mercado tan pequeño que, tanto para Nokia como para
otras empresas locales, no había otro camino que tratar de lograr el crecimiento fuera de
nuestras fronteras.
Hubo también otro factor. En los años 80, los vientos políticos de desregulación en los Esta-
dos Unidos y el Reino Unido, impulsaron la competencia en el sector de operadores de tele-
comunicaciones, en ese momento controlado por monopolios nacionales. Los nuevos opera-
dores emergentes rápidamente adoptaron las tecnologías más recientes, forzando a los par-
ticipantes a reaccionar y a actualizar ellos también sus redes y sistemas. Esto, sumado a la
introducción del GSM, creó un mercado creciente para los fabricantes de equipamiento, como
era nuestro caso.
La cultura de Nokia permitió una visión de largo plazo y gran flexibilidad aún en condiciones
de turbulencia. A pesar de estar en el lugar "equivocado" -para usar una expresión de Yves
Doz, el profesor del INSEAD responsable del estudio de las metanacionales que se inició,
justamente, con un proyecto sobre ustedes- consiguió superar a los fabricantes históricos de
los EE.UU., de las potencias europeas y de Asia. Cuál es el secreto?
No hay una sóla razón detrás de ese "secreto". Pero me gustaría destacar cuatro aspectos:
una fuertísima base de valor, pensamiento franco e íntegro, capacidad de decisión rápida y
una cultura empresaria abierta. Lo que posibilitó dos cosas, visión de largo plazo y gran
flexibilidad, aún en condiciones de turbulencia.
Nokia siguió siempre ciertos principios básicos en lo operacional, entre los que me referiré a
una inversión en investigación y desarrollo constante y vigoroso, tanto como apuesta al di-
seño y al principio de una plataforma común que creara la base para un crecimiento y cam-
bio del portafolio de productos, através de una simplificación de la tecnología y de ganacias
debidas a la economía de escala en la producción. Nokia, también mostró siempre, una fuer-
te capacidad de ejecución del negocio.
Siempre tuvimos cuidado en una cosa - rienda corta en los costos
Tenga en cuenta que la competencia fué dura en el pasado, lo es hoy y lo será en el futuro.
Pero siempre tuvimos cuidado en una cosa- rienda corta en los costos. Y si bien el actual
ambiente de mercado tuvo un impacto en nuestro crecimiento, seguimos traduciendo la
fuerza de nuestra marca, la excelencia en la ejecución y el lanzamiento de productos gana-
dores, en resultados lucrativos y en una fuerte situación de caja.
La industria del "móvil" ha estado en transición durante el último año y medio, ya que el
crecimiento del segmento de voz se calmó y los nuevos productos y servicios basados en
datos todavía no alcanzaron un mercado masivo maduro. Con todo, creo que este otoño
vamos a comenzar a ver el surgimiento de un mercado masivo para el nuevo paradigma
móvil, que se acelerará a partir del 2003.
Estamos por lanzar los nuevos aparatos y servicios y tenemos una enorme confianza en su
potencial y capacidad de atracción. Continuamos pensando que Nokia está muy bien posicio-
nada para liderar la industria en la próxima fase de crecimiento de las comunicaciones móvi-
les.
Testimonio
"Al contrario de lo que mucha gente piensa, en Nokia, la estrategia de cambio comenzó muy
temprano - desde que inició su pasaje de fabricante de papel higiénico, de neumáticos y de
galochas de caucho, su imagen histórica, a las nuevas especializaciones.
Las primeras reuniones de reflexión estratégica para discutir el largo plazo, se realizaron
durante los años 60. Mi antecesor en la Universidad, el profesor Martti M. Kaila, recuerda
haber recibido una invitación del CEO para discutir las opciones de Nokia para el futuro.
El profesor y los otros invitados fueron conducidos a un salón sin sillas y se les entregó una
carpeta verde. Las instrucciones eran claras: "No pueden salir hasta que tengan una estrate-
gia de largo plazo para Nokia...". Entonces, pusieron los cerebros en sintonía y decidieron
que el futuro, en aquellos años, pasaría por la electrónica. Esta decisión llevó a la empresa a
arrancar, en los años 70, con una división de "modems" telefónicos, preparando así el terre-
no para el cambio posterior de los 80.
Pero, como algunos lectores probablemente sepan, este cambio no se realizó sin algunos
errores, algunos bien grandes. Nokia juzgó que debería entrar en el mercado de los electro-
domésticos, lo que los llevó, inclusive a comprar, a mediados de los 80, fábricas de televiso-
res en Alemania. Estos movimientos resultaron desastrosos y casi liquidan la empresa. A
final de los años 80, Nokia estaba en una crisis profunda.
Los "clusters" industriales y las políticas de "cluster" no eran entonces muy reconocidas ni
comprendidas. Pero sucedió que, desde hacía prácticamente un siglo, Finlandia era uno de
los mercados mundiales más desregularizados y sofisticados en el campo de los operadores
de telecomunicaciones.
La densidad de teléfonos per cápita siempre fue muy elevada. En 1910 había 300 operadores
regionales de telefonos, lo que se traducía en demanda sofisticada y competencia local.
De cualquier manera, Nokia fue a parar a los teléfonos móviles casi por accidente. Colaboró
mucho la introducción de un "standard" común sofisticado, distribuido por los países escan-
dinavos, llamado NMP-Nordic Mobile Phone. Eso fue crucial. Creó bien pronto una masa críti-
ca para el desarrollo de los móviles. El resto es historia.
1. Debe haber una voluntad muy clara y mucha ambición. Nokia poseía inmensa canti-
dad de ambos ingredientes.
2. Cuando se es una empresa establecida, con una larga historia, se debe estar prepa-
rada para cambiar y desencadenar, inclusive, reestructuraciones dolorosas y cortes,
cuando sea necesario.
3. Es indispensable contar con una visión a largo plazo. Al contrario de lo que se piensa,
las consideraciones estratégicas en la empresa comenzaron bien temprano, en los
años 60.
4. Hay que estar preparado para pagar los errores y aprender las lecciones más duras.
El intento de Nokia de transformarse en líder de televisores casi liquida la empresa,
que en aquel entonces cometió algunos de los errores más grandes de la historia de
la industria finlandesa.
5. Los líderes carismáticos son indespensables. Líderes que vean los cambios necesarios
y más allá. Nokia tuvo, antes de Jorma Ollila, a Kari Kairamo. Pero la transformación
que este último vivió no fue nada fácil. Exhausto y deprimido por los errores cometi-
dos en torno a la televisión, se suicidó a fin de los 80. Una pérdida trágica.
6. La suerte también cuenta. Es necesario estar en el lugar correcto en el momento co-
rrecto. Es lo que ocurrió cuando Nokia se benefició de la proximidad de un mercado
de telefonía sofisticado y, con el "standard" NMP inició la ruta de los teléfonos móvi-
les. El golpe de suerte siguiente lo constituyó el GSM, donde la empresa se posicionó
desde el principio.
7. Es preciso ser humilde. En Nokia eso es casi una religión. Es indispensable evitar la
arrogancia. Posiblemente sea esta la lección más difícil en el largo plazo, a medida
que comienzan los éxitos.
Una conversación con Martti Haikio, historiador finlandés y autor del libro recién publicado
Nokia - The Inside Story acaba de ser lanzado en inglés en el Reino Unido por Pearson Edu-
cation en colaboración con Nokia y con la finlandesa Edita Publishing. Su autor es Martti Hai-
kio, un historiador y "lector" de Historia en la Universidad de Helsinki. Martti, de 52 años, es
un referente en la literatura finesa reciente dedicada a la revolución de las telecomunicacio-
nes y a la innovación en esta industria. "Es el primer libro sobre la historia de Nokia basado
en los archivos de la empresa, en entrevistas y en la evaluación crítica académica", nos dice
el autor, que subraya el placer de contar "la transformación de un viejo productor de papel
en un lider global de las telecomunicaciones".
En los más de cien años de la vida de Nokia, revolviendo entre los papeles de la empresa
encontró el secreto de su longevidad?
Flexibilidad, flexibilidad, flexibilidad para adaptarse a las mudanzas radicales de los últimos
137 años - guerras civiles en Finlandia y guerra mundial, reglamentación y desregulación,
nuevas innovaciones, nacimiento de la Unión Europea y globalización, etc. Por supuesto que
la razón principal de la longevidad es que nunca estuvo en bancarrota - una empresa debe
ser lucrativa en el largo plazo para sobrevivir.
Y cómo evalúa el cambio de rumbo en estos años en los que Jorma Ollila fue protagonista?
Lo que ocurrió es que se puso en marcha una tercera revolución industrial -computadoras
(semi-conductores), innovaciones en las telecomunicaciones (GSM e Internet) y desregula-
ción de los mercados de telecomunicaciones... y Nokia supo subirse al tren.
No creo mucho en la "globalización" -lo que ocurre desde hace siglos, al menos desde que
los barcos a vapor comenzaron con el tráfico intercontinental y se disparó el comercio inter-
nacional.
Es una marca mundial, con una carga muy positiva y moderna. Reforzó claramente la ima-
gen internacional del país como una sociedad de alta tecnología.
[Tomado de http://gurusonline.tv/es/conteudos/ollila.asp]
FORÉTICA/RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL/MAYO 2002.
Otros Hasta 10
Más de 1000 4%
13% 30%
Entre 46 y 55 Entre 36 y 45
30% 25%
31 ALTA DIRECCIÓN
Rentable
Comercialmente
ventajoso
Buena estrategia
Razones éticas
(lo que debe hacer)
0 10 20 30 40 50 60
%
35 Códigos de conducta
30
Inversión socialmente
responsable
25
20 Comités de ética
15
Acciones solidarias
10
Informes sostenidad
5
0 Etiquetas sociales
Total Hombre Mujer
80
60
40
Documentos flexibles
0
33 ALTA DIRECCIÓN
% 80
60
40
No
20 Si
0 Ns/Nc
% 80
60
40
Si
20
0 No
Totalmente garantizado
Bastante garantizado
Poco garantizado
Nada garantizado
0 10 20 30 40 50
%
60
50
Consideración total
40
30 Bastante consideración
20
Ninguna consideración
10
Poca consideración
0
30 Bastante establecidos
20
Poco establecidos
10
No tienen establecidos
0
No
27,3% Si
59,4%
Ns/Nc
17%
Si
42%
No
41%
49,5% afirma que su empresa ha creado mecanismos para evitar este tipo
de situaciones.
4.6.2 Por otro lado, el 46,5% de los directivos afirma que los accio-
nistas no valoran únicamente los dividendos (figura 14).
Ns/Nc
35% No
46%
Si
19%
Comunicación transparente
Totalmente transparente
Bastante transparente
Poco transparente
Nada transparente
Ns/Nc
0 20 40 60
%
Totalmente leales
Bastante leales
Poco leales
Nada leales
0 10 20 30 40 50
%
PAPEL DE LA UE 42
% de respuestas
30
25
20
15
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Nota
4.9 PAPEL DE LA UE
43 INFORMES SOCIALES
Por esta razón, podemos hablar de una economía del conocimiento, que está cambiando las
relaciones macroeconómicas básicas que los economistas han ido creando desde la Segunda
Guerra Mundial. En efecto, todo parece indicar que las relaciones entre crecimiento
económico, inflación y paro han presentado importantes cambios a partir de la segunda
mitad de la década de los noventa, con la implantación de las tecnologías digitales.[1] La
progresiva incorporación del conocimiento a la actividad económica se ha manifestado en los
últimos años desde diversas perspectivas. Por un lado, mediante la elevada participación de
las TIC en la producción de algunos sectores de actividad importantes, como el del
automóvil, las industrias química y farmacéutica o las finanzas. Por otra parte, el recurso
conocimiento también está aumentando su presencia en sectores productivos menos
intensivos en este recurso, como por ejemplo la industria textil o la distribución comercial.
Finalmente, el conocimiento también se ha manifestado mediante nuevas formas de
distribución y consumo, cambios en las relaciones empresariales y nuevas formas de
financiación.
Dicho de otra forma, la economía del conocimiento no sólo son las empresas puntocom. La
economía del conocimiento también son los cambios en la oferta –nuevas formas de
producir, de trabajar, de interaccionar las empresas, de ofrecer productos y de innovar en
los diseños organizativos, etc.– y los cambios en la demanda –nuevas formas de distribuir y
de consumir, de realizar inversión y financiación, de cambiar las relaciones internacionales,
etc.– generados por el uso intensivo de las TIC y los contenidos digitales.
La concepción en red de la actividad empresarial ha sido uno de los elementos centrales del
estudio de la teoría general de la administración empresarial. En la figura 1 podemos
observar la evolución del concepto red en las diferentes escuelas de la administración. En
este sentido, cabe destacar que a partir de la segunda mitad de la década de los noventa,
coincidiendo con la privatización de Internet y la progresiva generalización de su uso, una
vez alcanzada su masa crítica[3], algunos autores definieron un nuevo marco conceptual.[4]
Las comunicaciones en la empresa red son directas y comprenden el conjunto de todos sus
nodos. Las TIC reducen hasta tal punto los costes de transacción que esta variable deja de
ser el criterio central de organización en beneficio del conocimiento y sus relaciones nodales,
que se configuran como el elemento clave en la eficiencia de las comunicaciones internas de
la empresa.
Las relaciones de los integrantes de la empresa red superan las vinculaciones contractuales
basadas en el precio, las características funcionales y el nivel de servicio. El elevado grado de
integración estratégica definido por la empresa red hace insuficientes los tres elementos
anteriores, que caracterizan la vinculación entre dos empresas. Nuevas variables, como la
capacidad de adaptación a diferentes culturas empresariales y la confianza para compartir
información relevante, son fundamentales en las relaciones entre las empresas que
configuran la red.
En definitiva, la empresa red supone una ruptura de los principios básicos de la organización
y la estrategia empresarial. Las TIC transforman el diseño de los puestos de trabajo, el
establecimiento de las relaciones jerárquicas y las relaciones entre los diferentes
componentes de la actividad empresarial (áreas funcionales o procesos).
En la empresa red, la división del trabajo se fundamenta en la división del conocimiento: los
puestos de trabajo se diseñan para que el factor humano sea parte activa de su actividad,
con lo cual se transforman las relaciones jerárquicas al situar la toma de decisiones en el
lugar de trabajo. Por consiguiente, la configuración del conocimiento como elemento central
de la organización y la estrategia empresarial únicamente es factible si la relación entre los
componentes de la actividad se estructura en red, ya que las antiguas formas de
coordinación, basadas en la jerarquía piramidal, resultan inviables.
La evolución posterior del proceso de digitalización (Internet, EDI, EDI Internet) hace
necesaria la aparición de un nuevo marco conceptual, que permita analizar la tecnología
como variable endógena de la empresa. En efecto, los estudios empíricos llevados a cabo[5]
evidencian para diferentes muestras de empresas que una inversión en tecnologías digitales
únicamente se rentabilizará, es decir, generará aumentos sostenidos en la productividad
empresarial, si se compagina con cambios organizativos y aumentos en la capacitación de la
fuerza de trabajo.
Dicho de otro modo, la inversión en TIC por sí sola no tiene por qué traducirse en aumentos
de la productividad. Ahora bien, esta conclusión no parece muy distinta de los resultados de
la investigación empírica sobre la inversión tecnológica obtenidos en otras épocas y
fundamentados en las teorías anteriores. Lo que es realmente nuevo de esta conclusión es la
superación del concepto adaptación, entendido como la reacción de una organización
empresarial a las circunstancias del entorno. En efecto, las tecnologías digitales no son un
mecanismo alternativo más para el desarrollo de la actividad, sino que pueden llegar a poner
en crisis la propia esencia de esta actividad. Por ejemplo, las TIC no son únicamente un
instrumento que deba utilizar el departamento de contabilidad de una empresa con la
finalidad de eliminar los archivos físicos, sino que permiten el establecimiento de un flujo de
información y comunicación dentro de la empresa que puede llegar a plantear la posibilidad
de redefinir la función contable de la misma.
En este sentido, tal como muestra la tabla 4, basada en un estudio reciente de la Comisión
Europea sobre 1.000 empresas danesas, cabe destacar que las empresas que realizan una
inversión en TIC y la compaginan con un cambio organizativo logran unos aumentos de
productividad superiores a los de aquellas empresas que mantienen inalterada su
organización. Este hecho, sin embargo, no añade valor a las teorías que incidían en la
consideración exógena de la tecnología. Lo realmente significativo es la magnitud de la
diferencia entre las empresas que realizan el cambio organizativo (con aumentos de la
productividad acelerados y superiores al 3% a partir del segundo año, una vez realizada la
inversión) y las empresas que no realizan el cambio organizativo y que presentan aumentos
bastante menores de la productividad y con una tendencia constante en torno al 0,5%. Esta
evidencia parece mostrar que la tecnología deja de ser un aspecto al cual debe adaptarse la
empresa para convertirse en el centro de su propio diseño organizativo.
En los dos apartados anteriores hemos visto cómo las tecnologías digitales están
transformando la actividad empresarial hasta tal punto que en la actualidad el conocimiento
se configura como el elemento central en la explicación de los incrementos de productividad
y competitividad, además de constituirse en el catalizador de las transformaciones de la
organización y la estrategia empresarial.
Aunque todavía es relativamente pronto para evaluar las políticas públicas de desarrollo de la
sociedad de la información y el conocimiento,[7] en la actualidad ya estamos en disposición
de hacer algunos comentarios al respecto. A pesar de que el abanico de acciones de estas
iniciativas es relativamente amplio e incide en algunos de los aspectos clave del desarrollo de
la economía del conocimiento, como la investigación, la formación y la conversión de los
contenidos a los nuevos formatos digitales, se pueden señalar algunos aspectos
complementarios que, a nuestro entender, son prioritarios para una transformación eficiente
y eficaz de la actividad empresarial.
En este sentido, para alcanzar el cambio cultural necesario con vistas a afrontar los retos de
la nueva economía, se hace necesaria una política decidida y compartida por todos los
agentes económicos, basada en tres pilares: información, formación e innovación. Hemos
llamado a esta política de desarrollo de la economía del conocimiento política IFI.
Información para conocer y explicar las transformaciones de la actividad empresarial que las
tecnologías de la información y la comunicación están generando. Formación para inserir al
conjunto de los agentes económicos en la nueva realidad. La clarificación de la función social
de la formación y el reconocimiento de las necesidades reales de la empresa son dos
elementos imprescindibles en el contexto actual. De hecho, se trata de superar el concepto
de formación para el estudiante y de avanzar en la formación en la actividad empresarial. La
combinación de las políticas de información y formación es condición necesaria y suficiente
para la generación de la nueva cultura de la innovación. Nuevas soluciones para nuevos
retos.
4. Conclusiones
Por otro lado, hemos analizado de manera conjunta la evolución y el desarrollo de las
tecnologías digitales y de la teoría general de la administración. Hemos podido observar
cómo las concepciones teóricas de la actividad empresarial evolucionan hacia un concepto
empresarial basado en la relación entre diferentes componentes, de los cuales destaca el
factor humano y la relación con un entorno donde la tecnología tiene un papel prioritario. Sin
embargo, los datos empíricos demuestran que estas teorías resultan insuficientes en la
interpretación de la relación existente entre empresa y TIC. Se hace necesaria la creación de
un nuevo marco conceptual que conciba la tecnología como una variable endógena de la
actividad empresarial y que sea capaz de explicar los profundos cambios organizativos
ocasionados por la difusión y la penetración de las TIC en la empresa.
Una vez analizados los cambios que genera la incorporación de las TIC a las concepciones
teóricas de la actividad empresarial, se hace una propuesta de desarrollo de la economía del
conocimiento que incide en la información, la formación y la innovación como elementos
determinantes del cambio cultural necesario para una traslación eficiente y eficaz de las
estructuras tradicionales a la nueva economía.
Bibliografía:
Notas:
[1] Véanse Greenspan (2000, 2001), OCDE (2000a, 2001b, 2001c) y US Department of Commerce
(2000).
[2] Véase Manuel Castells (2001). La galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad,
Plaza & Janés, Madrid, página 83.
[3] Como señala la ley de Metcalfe, según la cual el valor de una red aumenta en proporción al cuadrado
del número de nodos, a partir de 1995 se observa un importante aumento en todos los indicadores de
uso de las tecnologías digitales. Véanse ITU (2001) y OCDE (2000a).
[4] Véanse los trabajos del centro de estudios sobre e-business del MIT http://ebusiness.mit.edu.
[5] Véanse los trabajos de Brynjolfsson et al. (1998; 2000).
[6] Según datos recientes de la Comisión Europea, la economía española destinó un 0,9% del PIB a la
inversión en I+D el 2000, cifra sensiblemente inferior a la media de los países europeos, encabezados
por los registros cercanos al 4% de los países escandinavos.
[7] En nuestro entorno destacan tres iniciativas: la comunitaria, con el plan de acción e-Europe 2002; la
de ámbito estatal, con el plan de acción Info-XXI, y la de ámbito regional, con la iniciativa Catalunya en
xarxa. Para más información, véanse los siguientes URL: http://europa.eu.int/comm/dgs/
information_society/index_en.htm, http://www.infoxxi.es y http://dursi.gencat.es/ca/si/
observatori.htm.
La autonomía de los centros de en- xibilidad organizativa, en lo que debe tación, sufragio, etc.). Sin embargo,
señanza es hoy un valor asumido. En él traducirse la autonomía; tercero, que ello no nos lleva, por ejemplo, a conce-
confluyen las viejas demandas de inde- la calidad exige, asimismo, apertura y der derechos liberales y democráticos a
pendencia profesional de los docentes, cooperación con el entorno, lo que de- los militares en el ejercicio de su fun-
gestión democrática de los centros y nomino una “escuela-red”. Vamos allá. ción (sí como ciudadanos, pero al mar-
participación de los sectores implica- gen de ésta): un soldado no puede actuar
dos o de la comunidad escolar. A pri- por su cuenta (no tiene autonomía) y
mera vista parece algo que no necesita Autonomía, ¿por democracia o por un cuartel no puede elegir a sus jefes
demasiada explicación, pues se asume, eficacia? (no hay gestión democrática). Pero ello
a priori, que más democracia, más au- no los convierte en un obstáculo para la
tonomía o más participación siempre Que necesitemos y deseemos una democracia, ya que dependen, en últi-
serán mejores que menos. Sin embar- sociedad liberal y democrática no sig- ma instancia, de autoridades democrá-
go, las cosas más obvias son, a veces, nifica, ipso facto, que las escuelas de- ticamente elegidas (porque somos una
las que más se apartan de la verdad. Evi- ban ser también liberales y democrá- sociedad democrática) y han de actuar,
dencias mucho más sólidas, tales como ticas. Queremos una sociedad liberal en todo caso, de acuerdo con la ley (por-
que el Sol gira alrededor de la Tierra porque queremos mantener ámbitos que somos un estado de derecho). De
o que las mujeres se dedican a la casa de autonomía individual en los que hecho, lo último que deseamos para ellos
y a la familia, han podido ser cuestiona- nadie pueda interferir (básicamente es autonomía, menos que para nadie
das, de manera que no veo razón para los llamados derechos civiles: libertad para los profesionales, pues ya supi-
que no podamos interrogarnos sobre de conciencia, de residencia, de movi- mos de ella el 18 de julio de 1936 y el 23
los fundamentos de la autonomía de miento, etc.). Al mismo tiempo, quere- de febrero de 1981.
profesores y centros. En este artículo mos una sociedad democrática porque He elegido deliberadamente el ejem-
argumentaré, primero, que la autono- no somos individuos puramente aisla- plo de los militares, pero podría añadir
mía de centros y profesores no es nin- dos, sino con un puñado de intereses decenas de otros: fiscales, inspecto-
gún valor absoluto, sino que está su- comunes y otro de intereses contrapues- res de hacienda, economistas del es-
peditado al derecho a una educación tos, y creemos que la mejor forma de tado, diplomáticos, curas, etc. Incluso
igualitaria y de calidad, y que su mejor atender los unos y de dirimir los otros en las profesiones liberales por exce-
fundamento está precisamente en es- es el gobierno de la mayoría unido al lencia, tales como la medicina, la abo-
to, en la búsqueda de la calidad; segun- respeto a las minorías (de donde los de- gacía o la arquitectura, la mayoría de los
do, que la calidad también requiere fle- rechos políticos: asociación, manifes- profesionales trabajan dentro de estruc-
turas jerárquicas. Y, entre las profesio- do, en el capitalismo como en el socia- educativo puede funcionar a partir de
nes organizacionales (a las que perte- lismo, en las corporaciones como en fórmulas y recetas generales, válidas ur-
nece el profesorado, no a las liberales), las cooperativas, están supeditados o bi et orbi, para las distintas personas, si-
en aquella que tiene por norma sagra- han de hacerse compatibles con los fi- tuaciones, lugares, momentos, culturas,
da la independencia, la judicatura, to- nes de la organización). Su norte reside clases… No es que nadie haya pensado
da instancia puede ser sometida a revi- en el derecho a la educación, del que en ello, sino que resulta inviable. Tiem-
sión por las instancias superiores, y son titulares los alumnos y alumnas y, po hubo en que en todos los lycées fran-
éstas actúan de manera colegiada. La por extensión, sus familias, y la fun- ceses, por ejemplo, se explicaba la mis-
cuestión es: si las embajadas no eligen ción de las escuelas es satisfacer de ma- ma lección a la misma hora, siguiendo
a los embajadores, ni los cuarteles a nera eficaz ese derecho. El criterio de la directivas nacionales, pero es que enton-
sus jefes, ni los curas a los obispos, ni organización escolar, por tanto, no es ces eran muy pocos los que estudiaban,
los juzgados a sus titulares, ¿por qué los la democracia, sino la eficacia, o, si se una exigua minoría de futuros funcio-
profesores sí eligen a los directores? prefiere, la calidad (se me disculpará el narios y oficiales, procedentes de los es-
(se recomienda sustituir con esta nue- uso de este término en los tiempos que tamentos y clases acomodados, capaces
va pregunta la ya habitual: ¿por qué te- corren, pero no por eso voy a inventar de adaptarse a la demanda de uniformi-
nemos consejos escolares cuando en alguna palabra nueva). No porque la dad de un sistema que, por otra parte, es-
los hospitales no hay consejos de pa- eficacia en general sea algo de mayor taba hecho a imagen y semejanza de su
cientes?). No, desde luego, porque la medio cultural y social. Como también
sociedad se vuelva con ello más demo- hubo un tiempo en que en toda la En-
crática. De hecho es al revés: para que señanza Primaria se seguían rutinaria-
la sociedad más amplia o la comuni-
Se requiere del profesorado mente parecidos ritmos y actividades,
dad inmediata puedan decidir qué una cualificación más amplia, arropados en la profunda convicción de
educación quieren es imprescindible más profunda y más crítica que, si alguien no era capaz de adaptar-
que no puedan hacerlo en su lugar los se a ello, era su problema, derivado de su
profesores y profesoras. Las prerroga- propia incapacidad (después de todo,
tivas y competencias de los grupos pro- esa Enseñanza Primaria llegaba sólo no-
fesionales son, en todo caso, límites u minalmente a todos, pues dejaba a mu-
obstáculos a la democracia (lo cual no chos fuera desde el principio, y, en todo
supone que tales límites sean necesa- caso, ocupaba sólo una pequeña parte de
riamente indeseables, pero sí que no sus vidas).
son indiscutibles). En estas circunstancias, una buena
Cuestión distinta es si por demo- educación exige un conocimiento que
cracia se entiende la democracia de y sólo puede ser local, sobre el terreno, y
para los profesores. Esto no sería nue- que ni la administración más ilustrada
vo, pues ya los griegos inventaron una valor que la democracia en general (no y entregada sabría sustituir. La superio-
democracia y una isonomía que se re- necesitamos entrar en esa discusión), ridad del conocimiento local sobre el
ferían sólo a un puñado de hombres li- sino porque la democracia quiere efi- burocrático es un viejo postulado de to-
bres, dejando fuera a las mujeres, los cacia (la sociedad quiere la mejor edu- das las corrientes del liberalismo, des-
esclavos y los inmigrantes; de hecho, cación para todos) y porque la eficacia de Weber hasta Hayek (Weber, 1977;
podían ser demócratas y ocuparse tan- de hoy (una buena educación) es la de- Hayek, 1945 y 1993). La actuación y el
to de la cosa pública porque otros se mocracia de mañana (unos buenos desempeño del alumno y del grupo, su
ocupaban de alimentarlos. En vena si- ciudadanos). evaluación, etc. son las señales con las
milar, los nobles medievales se sentían La buena noticia es que la búsqueda que el docente elabora y actualiza su
tremendamente ofendidos porque el de la eficacia y de la calidad educativas re- diagnóstico sobre los mismos (no se
rey pretendiese ser algo más que un quiere autonomía de los centros. Por entienda el término diagnóstico en su
primus inter pares (‘el primero entre tres motivos: la diversidad social, el cam- estrecho sentido médico, sino como la
iguales’), pero no tenían el menor es- bio social y la interactividad del proceso capacidad de elegir entre distintas pau-
crúpulo en someter a servidumbre a educativo. Diversidad social quiere de- tas de actuación establecidas pero al-
la mayoría de la población (sustitúya- cir, simplemente, que ningún alum- ternativas, es decir, como el ejercicio
se a nobles, reyes y siervos por profe- no es igual a otro, ningún grupo es igual del conocimiento profesional). Esto,
sores, directores, alumnos y padres, y a otro y ninguna comunidad es igual a claro está, requiere del profesorado
se obtendrá ¡la llamada dirección par- otra. Cambio social, que los estudiantes una cualificación (una formación ini-
ticipativa!). de hoy son bastante distintos de los de cial y permanente) más amplia (un ma-
El problema radica en que el norte hace diez años, notablemente diferentes yor repertorio de competencias), más
del sistema escolar no reside en el de- de los de hace veinte, incomparables con profunda (una mayor capacidad de abs-
recho a la realización personal, la auto- los de hace treinta… Interactividad, que tracción) y más crítica (una mayor ca-
nomía profesional o la participación el alumno no es un simple objeto pasivo pacidad de criterio independiente) que
democrática del profesorado (estos de- de la acción del profesor, sino un sujeto la que hoy proporcionan las institucio-
rechos, si es que cabe llamarlos así, no con sus propios fines, expectativas, reac- nes al efecto.
son más de los profesores y profesoras ciones, etc., lo que hace imprevisibles Nótese, sin embargo, que conoci-
que de cualesquiera otros trabajado- tanto los resultados de la actuación do- miento local quiere decir aquí del
res, y sabemos bien que para éstos, tan- cente como las oportunidades de la acti- profesor individual, pero no sólo, sino
to en el sector público como en el priva- vidad discente. Por esto ningún sistema también del equipo pedagógico y de la
comunidad; establecer el lugar de cada zación, con independencia de la calidad versal y mano de obra polivalente; don-
uno es algo que, de momento, queda del profesorado. de antes la dirección monopolizaba to-
pendiente. Ya tenemos, pues, un argu- Aquí hay mucho que aprender del da la capacidad de decisión, ésta pasó a
mento a favor de la autonomía, pero mundo de la empresa (lo siento por ser compartida con sucesivos escalo-
nada tiene que ver con la democracia, aquellos a quienes se les acelere el pul- nes de la jerarquía productiva (los ci-
que sólo vuelve a aparecer por la puerta so con sólo leer la frasecita: quizá de- clos del diseño a la producción tenían
de atrás: por un lado, debido a que, si bieran curarse de espanto repitiéndo- que ser mucho más cortos). Para los
ese conocimiento sobre el terreno no la unos cientos de veces, hasta lograr trabajadores, este cambio significó la
es poseído en su totalidad por cada pro- pronunciarla sin sobresaltos). Duran- exigencia de una cualificación más ele-
fesional individual, sino que es com- te decenios, éste estuvo dominado por vada y más amplia, así como de una ma-
partido y está repartido entre el con- yor capacidad de iniciativa y una mejor
junto de los profesionales del centro, disposición para cooperar con la pro-
habrá que arbitrar mecanismos para la La cultura profesional de los ducción. Para las organizaciones signi-
aplicación del conocimiento colectivo, ficó olvidar las estructuras estables, a
y uno de ellos bien puede ser la demo- docentes está dominada en las que se subordinaban los procesos,
cracia, es decir, la decisión colectiva gran medida por la figura del y sustituirlas por estructuras flexibles,
(pero también puede serlo, sin embar- practicante solitario adecuadas a cada proceso. Por eso se
go, la meritocracia, es decir, la autori- bautizó este modelo como de especia-
dad de los mejores, los más expertos, lización flexible. Las comparaciones
etc., así como alguna combinación de empresa a empresa, sector a sector, re-
ambas); por otro, si hay en todo caso un gión a región o país a país indicaban
importante ámbito de autonomía indi- siempre lo mismo: que la especializa-
vidual, y si ésta ha de tener como con- ción flexible ofrecía resultados mucho
trapartida cierto grado de conformidad mejores que el fordismo, tanto más
y de compromiso, todo indica que se en contextos de crisis. Las empresas
requerirá un alto nivel de consenso (se que adoptaron este modelo pudieron
asumen como propios los fines del hacer distintas cosas, abordar distintos
centro y del sistema) o, al menos, de el modelo taylorista-fordista. Se basa- procesos y situaciones, con un núcleo
consentimiento (se aceptan como legí- ba en el supuesto de que, existiendo estable, mientras que las aferradas al
timos), y la democracia es (junto al ca- un flujo constante y seguro de recur- anterior se vieron abocadas a alternar
risma y la tradición) una fuente de legi- sos (materias primas y fuerza de traba- despidos y contrataciones masivos.
timidad. jo) y grandes mercados previsibles a Traslademos esto al campo de la en-
largo plazo (debido al acceso a los pro- señanza. Los insumos de la enseñanza
ductos indiferenciados del consumo están asegurados (la Enseñanza Obli-
Organizaciones flexibles de masas: electrodomésticos, auto- gatoria es más efectiva en su recluta-
móviles, etc.), los procesos de produc- miento y ha sido prolongada, y la preo-
La cultura profesional de los docentes, ción podrían diseñarse desde arriba bligatoria y postobligatoria resultan
tanto maestros y maestras como profe- y estandarizarse con carácter general. ya, al menos, obligadas), pero también
sores y profesoras de Secundaria, está Pero, a finales de los sesenta y prime- son cada vez más diversos, pues inclu-
dominada en gran medida por la figu- ros de los setenta dejaron de ser cons- yen a alumnos y alumnas de desigua-
ra del practicante solitario. Como situa- tantes los flujos de recursos (crisis del les capacidades, distintas vocaciones,
ción de hecho, el profesor se encuentra petróleo, escasez y carestía de mate- diferentes clases sociales, variadas cul-
a gusto o, al menos, a resguardo en su rias primas, huelgas salvajes no con- turas, múltiples orígenes nacionales.
aula, con su grupo, ante su materia, pero troladas por las centrales sindicales) Las salidas son tal vez más interesan-
no tanto en los consejos, claustros, y previsibles los mercados (fluctua- tes, pero también más diversas y más
comisiones, reuniones. Como marco ciones de la demanda económica, exi- inciertas y cambiantes (entiéndase por
de referencia, sus aspiraciones vuelan gencia de productos diferenciados, salidas los mercados de trabajo, las ca-
siempre en pos de la figura idealizada sucesión más rápida de las modas), rreras superiores o las otras demandas
del profesional liberal (el médico, de pre- imposibilitando la estandarización a de la sociedad al sistema educativo
ferencia) como alguien en cuyo trabajo largo plazo. no universitario). En otras palabras, al
nadie interfiere. Sin embargo, la buena Las viejas empresas de la segunda igual que les sucedió a las empresas, las
educación depende cada vez menos del revolución industrial entraron abierta- escuelas ven tambalearse sus fuentes
profesor y más de la organización (esto mente en crisis: automóvil, electrodo- de recursos y sus mercados y deben, co-
no es exclusivo de la enseñanza, pero mésticos, confección, etc. Pero, por mo ellas, adoptar formas de organiza-
aquí cuesta más aceptarlo). Entre pro- doquier, fue surgiendo un nuevo mo- ción más flexibles, tanto en lo que con-
fesores especialistas, de apoyo, monito- delo de organización, generalmente co- cierne a la estructura de los centros
res, cuidadores, etc., el alumno pasa nocido como especialización flexible como en lo que se refiere a la definición
más tiempo escolar lejos que cerca de su (la descripción canónica de este mode- de los cometidos asociados a los pues-
maestro-tutor —por no hablar ya de la lo organizativo es la de Piore y Sabel, tos de trabajo. En este punto, la única
Secundaria, donde, por definición, cada 1990). En lugar de grandes series, se diferencia entre empresas y escuelas
profesor se ocupa sólo de su materia—. producían pequeñas series; en vez de es que, dado que éstas cuentan con un
En otras palabras, no puede haber una maquinaria y mano de obra especiali- público cautivo, las consecuencias de
buena educación sin una buena organi- zadas, se empleaban maquinaria uni- su obsolescencia organizativa no recae-
rían sobre los trabajadores sino sobre car creyendo saber, sin mucho esfuer- componiendo la geometría de su coo-
dicho público —en otras palabras, no zo, para qué). En estas circunstancias, peración cuanto sea necesario. No se
se traducirán en una caída de las ventas la escuela ya no tira de la sociedad, sino trata de una red de empresas, ni de una
y en la destrucción de puestos de traba- que se ve agitada y zarandeada como empresa trabajando en red, sino que
jo, sino en un derrumbe de la calidad de cualquier otra parte de ella y tan perple- la red es la empresa, aunque la firma, la
la educación— (si otra vez les duele al- ja como toda ella. Esto no significa que vieja organización jerárquica, siga sien-
go después de este párrafo, repitan el la educación no tenga un papel, pero do la sede para la acumulación del capi-
ejercicio anterior). sí que vuelve por completo imposible tal y el encuadramiento del trabajo. (En
educar a o para la sociedad pero sin la caso de nuevo estremecimiento, pelos
sociedad. Como el cambio está tenien- de punta o cualquier otro síntoma si-
Escuelas-red do lugar en todo momento, como surge milar, dense ustedes por incurables.
en todas las esferas sociales, y como Encláustrense de modo definitivo y no
La reducción de la organización a mucho de lo que aprenden los profeso- dejen que la realidad les estropee una
una suma de practicantes solitarios res casi queda obsoleto antes de que feliz vida corporativa.)
nunca puede ser total, pero va siempre salgan de las facultades, resulta impen- Volvamos ahora a la escuela. Donde
acompañada de otra: la reducción de sable una educación de calidad sin el la empresa encuentra mercados cam-
la organización al centro (y del centro concierto de la comunidad en la que la biantes, movidos por la demanda, la es-
a la plantilla y de la plantilla al profeso- escuela trabaja. cuela afronta, como hemos dicho, una
rado, pero de esto no voy a ocuparme Aquí volvemos a encontrar un para- sociedad en constante transformación,
aquí. Baste señalar que la reducción del lelismo con otras organizaciones y, en más diversa y más libre. Cambia el pú-
centro a la plantilla responde implícita- particular, con la empresa. En una eco- blico escolar, cambia la política educa-
mente a la idea de la escuela como insti- nomía de mercados cambiantes e ines- tiva y cambian las expectativas de indi-
tución total, en la que el alumno no es tables, la empresa deja progresivamen- viduos y grupos. Los profesores y los
sujeto sino mero objeto; y la reducción te de identificarse con la organización centros, sin embargo, no pueden cam-
de la plantilla al profesorado es un as- para hacerlo con la red. Lo que se ha da- biar al mismo ritmo ni con la misma
pecto de la reducción de la educación versatilidad, como tampoco podían las
a instrucción.) Reducir la organización empresas. Lo hacen o han de hacerlo,
al centro es evacuar de aquélla a las Donde la empresa encuentra en parte, como organizaciones flexi-
familias del alumnado y, por supuesto, bles, pero nunca será suficiente. Ahora
al resto de la comunidad. En otro lugar mercados cambiantes, la bien: pensemos, por ejemplo, en las di-
he explicado esto de otro modo: como escuela afronta una sociedad versas actividades presuntamente for-
la tendencia escolar al derrumbe del en constante transformación mativas de los alumnos y alumnas en el
sistema —el organismo flexible— en la recinto escolar o en el tiempo de per-
estructura —la burocracia rígida— y de manencia en él. Involucran no sólo al
ambos en el agregado —los elementos centro de enseñanza, sino a otras orga-
dispersos— (véase Fernández Enguita, nizaciones como las empresas de los
2000). comedores (que contratan al personal
Pero lo que resultaba viable cuando a cuyo cargo queda el alumnado), de
la institución estaba situada al margen transporte (que deben aportar acom-
y por encima de su entorno, cuando pañantes) y de actividades extraescola-
tenía por función modernizar a la co- res (que a menudo es la Asociación de
munidad en la que se implantaba, se Padres y Madres actuando como con-
convierte en disparatado cuando, en un do en llamar empresa-red es una em- tratante). A éstas hay que añadir otras
contexto de cambio acelerado, no sólo presa en el sentido de emprendimien- instituciones y empresas (como ayun-
no puede ya imponerse a la comuni- to, no en el de compañía o firma. Se tamientos, granjas-escuela, empresas
dad, sino que ni siquiera podría sobre- trata de proyectos a medio plazo que in- de tiempo libre…) que acogerán otras
vivir sin ella. En ese proceso de moder- volucran en diverso grado a distintas actividades ocasionales, pero no irrele-
nización que fue el paso del campo a la firmas durante su duración, actuando vantes, del alumnado. Otras organiza-
ciudad, de la agricultura a la industria, éstas de manera coordinada, sin nece- ciones podrían colaborar y, en algunos
de la economía al mercado, del trabajo sidad de una jerarquía específica (Cas- casos, colaboran con los centros. No
por cuenta propia al asalariado, de la tells, 2001). Esta estructura en red es la tiene mucho sentido, por ejemplo, que
cultura oral a la alfabetización, de la tra- mediación entre la flexibilidad reque- un docente se devane los sesos imagi-
dición a la racionalidad, del estatus al rida por el mercado y la rigidez asocia- nando desde cero un proyecto específi-
contrato…, la escuela sirvió como ins- da a la estabilidad de la firma. No se co de educación no sexista, para la paz,
trumento a una parte de la sociedad pa- trata ya de una empresa-organización solidaria o medioambiental, porque le-
ra arrastrar, de grado o por fuerza, a la produciendo bienes para los que luego jos del centro probablemente existen
otra. El cambio social se ha acelerado, buscará mercados, sino de una empre- asociaciones dedicadas a esos objetivos
intensificado y extendido, y además se sa-proyecto que reúne distintos com- que estarían dispuestas a colaborar y que
ha tornado imprevisible (en realidad, ponentes de varias organizaciones pa- cuentan con un valioso conocimiento
las previsiones anteriores resultaron ra acceder a un mercado preexistente o al respecto, que el profesor debería com-
todas erróneas, pero eran previsiones y potencial. Estas organizaciones, o sus plementar con su específico conocimien-
nos permitían actuar como si supiése- componentes involucrados, cooperan to pedagógico, no sustituir con su labor
mos a dónde íbamos; sobre todo, edu- entre sí mientras dura el proyecto, re- de aficionado militante.
Pues bien, todo eso es lo que pode- Respecto de lo primero, sólo puedo reforzar las funciones y ampliar los in-
mos llamar la escuela-red. No se trata decir que me parece un lamentable centivos de los cargos directivos. No
ni de una simple reorganización del error su degradación de “órganos de voy a entrar aquí en una discusión de
centro (aunque también pueda ser ne- gobierno” (LODE y LOPEG) a “órganos detalle de lo que propone la LOCE, pe-
cesaria) ni de una red de centros, sino de participación en la gestión y el con- ro cabe decir que sí amplía la elegibili-
de una red que ella misma es la escue- trol” (LOCE). De hecho ya se habían vis- dad, las funciones y los incentivos, de
la, constituida por partes tanto del cen- to reducidos a esto, y a veces incluso a manera que lo que salga de ahí no podrá
tro (otras, en cambio, no tienen por qué menos. El funcionamiento de la ma- ser peor que lo que hay (eso requeriría
estar involucradas: la coordinación del yoría de los consejos escolares es pu- un milagro). Sin embargo, sacrifica
profesorado de Educación Infantil con ramente burocrático. Ejercen escasa- en parte el carácter democrático de la
el personal al cuidado del desayuno o la mente o nada sus competencias más elección, en línea con la degradación
comida, en su caso, puede ser más im- relevantes, tales como la elección del de los consejos, y pierde la ocasión de
portante que con el profesorado de la director o directora (que suele llegar implicar más intensamente a la comu-
ESO) como de otras organizaciones. preseleccionado por el claustro), la dis- nidad con el centro y al director con la
Cada centro pasaría entonces a ser eso cusión del proyecto de centro o la cola- comunidad. En vez de la mezcla de
mismo, pero en sentido ya no metoní- boración con las instituciones del en- elección corporativa y designación ad-
mico sino metafórico: el centro o, si se torno. De hecho, ejercen (cuando lo ministrativa que se propone, se podría
prefiere, el nodo más importante de la hacen) poco más que labores de revi- haber recurrido a un consejo amplia-
escuela-red, debido tanto a su mayor sión de las cuentas y de aporte de mano do, por ejemplo, con otros represen-
peso en la actividad docente como a la de obra y recursos para algunas activi- tantes de la comunidad y de la profe-
más pertinente especialización de su dades. Hay que añadir, no obstante, sión no vinculados al centro. Pero hay
personal. Pero seguiría siendo una red, que esto es así no porque la ley no per- que comprender que, entonces, no se-
no una organización ampliada con mita ni porque los padres y alumnos no rían la derecha.
diversos auxiliares al servicio de ma- sepan hacer más, sino porque la ma-
estros y profesores o al quite de los yoría del profesorado ve con profunda
problemas que éstos no sepan o no hostilidad cualquier otra cosa. Al redu- Para saber más
quieran afrontar. En tal sentido, la de- cir los consejos a la “participación en la
manda insaciable de más recursos pa- gestión y el control”, la ley no quiere si-
ra la reforma, como si todo debiera no plegarse a la voluntad mayoritaria Castells, Manuel (2001): La galaxia Inter-
estar en la escuela, habría de ser susti- del profesorado (una minoría querría net, Barcelona: Plaza y Janés, p. 84.
tuida por la apertura del centro a la co- más, pero otra incluso menos). Fernández Enguita, Mariano (2000):
laboración sistemática con el entorno. Mas es obvio que, desde la perspecti- “La organización escolar: agregado, es-
Huelga añadir que esta cooperación no va aquí planteada, lo que debería hacer- tructura y sistema”,en Revista de Educa-
puede consistir en una colonización. se es precisamente lo contrario. La aper- ción, 320.
No se trata de poner el entorno al servi- tura de la organización al entorno, la Fernández Enguita, Mariano (2002a):
cio del centro y de su personal (como cooperación con la comunidad, la im- “Los itinerarios (los abiertos y los encu-
habitualmente esperan los docentes, plicación de ésta en la educación, el biertos)”, en http://www.leydecalidad.org/
por ejemplo, de los padres y madres), avance hacia la escuela-red requieren, Fernández Enguita, Mariano (2002b):
sino de cooperar como iguales, aunque precisamente, cambios en el sentido “En defensa de la educación pública ame-
el centro sea el centro (como en Ches- contrario: reforzar la presencia de las nazada”, en El País (17 de junio).
hire, hasta un gato debe poder mirar a comunidades (y no sólo de las familias) Hayek, Friedrich A. von (1945): “The use
su rey). en los consejos y hacer de éstos órganos of knowledge in society”, en American
efectivos de gobierno, aun sin perder de Economic Review XXXV, n.º 4, septiem-
vista la distinción entre las directrices bre, pp. 519-30.
Malos tiempos generales y la dirección cotidiana. No Hayek, Friedrich A. von (1993): La pré-
había que debilitar los consejos, sino re- somption fatale, París: PUF, pp. 107-109.
No quiero cerrar sin una breve refe- forzarlos abriéndolos a otras institucio- Piore, Michael J.; Sabel, Charles F. (1990):
rencia a la Ley de Calidad auspiciada nes y asociaciones del entorno y regular La segunda ruptura industrial, Madrid:
por el Gobierno. No voy a detenerme su funcionamiento de modo que no Alianza (ed. orig. 1984).
en aspectos sin duda más importantes, fuera posible el rodillo de la mayoría Weber, M. (1922): Economía y sociedad,
como la estructura general del sistema corporativa y se forzase un verdadero México: FCE, 1979, 4.ª ed.
educativo, pero que caen fuera del ám- consenso entre los profesionales, el pú-
bito de este artículo y ya he tratado en blico y la comunidad.
otros lugares (véase Fernández Engui- Respecto de lo segundo, es claro que
ta, 2002b y 2002a). Me interesan sólo el actual modelo eufemísticamente lla-
algunos aspectos en los que la nueva mado de “dirección participativa” (¿de
ley incide sobre la autonomía profesio- qué participación hablan?) no conduce * Mariano Fernández Enguita es catedrático
nal, la organización escolar y la rela- sino a la inanición y la muerte lenta de de Sociología en la Universidad de Salaman-
ción con el entorno. Entre ellos, dos los centros. Para acabar con ello sin ha- ca. Sus últimos libros son Educar en tiempos
que llaman la atención: el nuevo lugar cerlo también con el carácter electivo inciertos (Morata) y ¿Es pública la escuela
de los consejos escolares y el nuevo (que tampoco es sagrado, dicho sea de pública? (Cisspraxis).
procedimiento de elección de los direc- paso) hay que ampliar el abanico de los Correo-e: enguita@usal.es
tores. elegibles y el de los electores, así como
of the
CONTENTS
KEY FINDINGS i
I. INTRODUCTION 1
A. ECONOMIC CLOUT
B. POLITICAL CLOUT
A. JOBS
B. TAXES
V. CONCLUSION 7
NOTES 7
Top 200
by Sarah Anderson and John Cavanagh
KEY FINDINGS
1. Of the 100 largest economies in the world, 51 are corporations; only 49 are countries (based
on a comparison of corporate sales and country GDPs).
2. The Top 200 corporations’ sales are growing at a faster rate than overall global economic
activity. Between 1983 and 1999, their combined sales grew from the equivalent of 25.0
percent to 27.5 percent of World GDP.
3. The Top 200 corporations’ combined sales are bigger than the combined economies of all
countries minus the biggest 10.
4. The Top 200s’ combined sales are 18 times the size of the combined annual income of the 1.2
billion people (24 percent of the total world population) living in “severe” poverty.
5. While the sales of the Top 200 are the equivalent of 27.5 percent of world economic activity,
they employ only 0.78 percent of the world’s workforce.
6. Between 1983 and 1999, the profits of the Top 200 firms grew 362.4 percent, while the number
of people they employ grew by only 14.4 percent.
7. A full 5 percent of the Top 200s’ combined workforce is employed by Wal-Mart, a company
notorious for union-busting and widespread use of part-time workers to avoid paying benefits.
The discount retail giant is the top private employer in the world, with 1,140,000 workers—
more than twice as many as No. 2, DaimlerChrysler, which employs 466,938.
8. U.S. corporations dominate the Top 200, with 82 slots (41 percent of the total). Japanese firms
are second, with only 41 slots.
9. Of the U.S. corporations on the list, 44 did not pay the full standard 35 percent federal corpo-
rate tax rate during the period 1996-1998. Seven of the firms actually paid less than zero in
federal income taxes in 1998 (because of rebates). These include: Texaco, Chevron,
PepsiCo, Enron, Worldcom, McKesson and the world’s biggest corporation—General Motors.
10. Between 1983 and 1999, the share of total sales of the Top 200 made up by service sector
corporations increased from 33.8 percent to 46.7 percent. Gains were particularly evident in
financial services and telecommunications sectors, in which most countries have pursued
deregulation.
Top 200
I. INTRODUCTION
In 1952, General Motors CEO Charles Wilson made the famous statement that “What is good for
General Motors is good for the country.” 1 During the past decade and a half, General Motors and
other global corporations have obtained much of what they claimed was good for them. They
have succeeded in obtaining trade and investment liberalization policies that provide global firms
considerable new freedoms to pursue profits internationally. They have also persuaded govern-
ments to take a generally hands-off approach to corporate monopolies, claiming that mega-merg-
ers are needed for firms to compete in global markets.
This study examines the economic and political power of the world’s top 200 corporations.2 Led
by General Motors, these are the firms that are driving the process of corporate globalization and
arguably benefiting the most from it. The report then examines the extent to which these firms are
fulfilling the second half of Charles Wilson’s promise by providing “what’s good for the country”
and global society in general. The conclusion of our analysis is that widespread trade and invest-
ment liberalization have contributed to a climate in which dominant corporations are enjoying
increasing levels of economic and political clout that are out of balance with the tangible benefits
they provide to society.
The study reinforces a strong public distrust of the economic and political power of corporations.
In September 2000, Business Week magazine released a Business Week/Harris Poll which
showed that between 72 and 82 percent of Americans agree that “Business has gained too much
power over too many aspects of American life.”3 In the same poll, 74 percent of Americans
agreed with Vice President Al Gore’s criticism of “a wide range of large corporations, including ‘big
tobacco, big oil, the big polluters, the pharmaceutical companies, the HMOs.’” And, 74-82 percent
agreed that big companies have too much influence over “government policy, politicians, and
policy-makers in Washington.”
1
Top 200
Top U.S. firms faced stiff competition from Japanese corporations throughout much of the late
1980s and early 1990s. In 1995, Japanese and U.S. firms were nearly tied in the number of
corporations on the Top 200 list, with 58 and 59, respectively. Because the Japanese economy
has been in stagnation for nearly a decade, U.S. corporations are once again dominant, compris-
ing 41 percent of the Top 200 in 1999. The countries with the most corporations on the Top 200
list are the United States (82), Japan (41), Germany (20), and France (17) (see Table 1).
In 1999, South Korea was the only country with a corporation on the Top 200 list outside North
America, Japan, and Europe. In 1983, Brazil, Israel, South Africa, and India also had firms on the
list. The merger boom of the past two decades, particularly among U.S. firms but also in Europe,
has further concentrated economic power in companies based in the leading industrial economies.
For example, two of the top five firms in 1999 were the products of mega-mergers: Exxon Mobil
(No. 2) and DaimlerChrysler (No. 5).
The types of firms in the Top 200 also reflect trends in the global economy. During the past de-
cade and a half, the World Bank and International Monetary Fund have promoted reforms to lift
controls on investment in banking, telecommunications, and other services, opening new markets
for the global giants in these sectors. Hence, the former dominance of manufacturing and natural
resource-based corporations among the Top 200 has eroded. Between 1983 and 1999, the share
of total sales of the Top 200 made up by service corporations increased from 33.8 percent to 46.7
percent. One major firm, General Electric, helped bolster the service sector component of the list.
While GE is best known for appliances, its financial services division has grown so large (at least
half of sales) that the company has shifted from the manufacturing to the services category.
! Concentration
Concentration
In 1999, more than half the sales of the Top 200 were in just 4 economic sectors: financial ser-
vices (14.5 percent), motor vehicles and parts (12.7 percent), insurance (12.4 percent), and retail-
ing/wholesaling (11.3 percent).
2
Top 200
Despite some noteworthy shifts, more than half of the firms that were on the Top 200 list in 1983
made the cut again in 1999. Returnees totaled 103, although in 25 cases they were listed under a
different name, due to mergers, spin-offs, and name changes. The most stunning ascendance
among the Top 200 firms is that of Wal-Mart. In 1983, the retail giant’s sales were $4.7 billion—far
below the Top 200 threshold. By 1999, they had climbed to $166.8 billion, making Wal-Mart the
second largest firm in the world.
• Of the 100 largest economies in the world, 51 are corporations; only 49 are countries
(based on a comparison of corporate sales and country GDPs) (See Table 2). To put this
in perspective, General Motors is now bigger than Denmark; DaimlerChrysler is bigger than
Poland; Royal Dutch/Shell is bigger than Venezuela; IBM is bigger than Singapore; and
Sony is bigger than Pakistan.
• The 1999 sales of each of the top five corporations (General Motors, Wal-Mart, Exxon
Mobil, Ford Motor, and DaimlerChrysler) are bigger than the GDP’s of 182 countries.
• The Top 200 corporations’ combined sales are bigger than the combined economies of all
countries minus the biggest 10.4
The Top 200 corporations’ sales are growing at a faster rate than overall global economic activity.
Between 1983 and 1999, their combined sales grew from the equivalent of 25.0% to 27.5% of
World GDP.
Top 200 Sales as a % of World GDP
27.5
28.0
27.0
26.0
25.0
25.0
24.0
23.0
1983 1999
The economic clout of the Top 200 is particularly staggering compared to that of the poorest
segment of the world’s humanity. The Top 200s’ combined sales are 18 times the size of the
combined annual income of the 1.2 billion people (24 percent of the total world population) living in
“severe” poverty (defined by the World Bank as those surviving on less than $1 per day).
3
Top 200
B. POLITICAL CL
PO OUT
CLO
! Campaign contributions
The 82 U.S. companies on the Top 200 list made contributions to 2000 election campaigns
through political action committees (not including soft money donations) that totaled $33,045,832.
According to the Center for Responsive Politics, corporations in general outspent labor unions by
a ratio of about 15-to-1. The group also found that candidates for the U.S. House of Representa-
tives who outspent their opponents were victorious in 94 percent of their races. Unfortunately,
campaign contribution data for non-U.S. firms is not available.
! Lobbying
Of course global corporations also spend massive amounts each year influencing the political
system through lobbying. The exact amount spent on these activities is not known, but of the Top
200 firms, 94 maintain “government relations” offices located on or within a few blocks of the
lobbying capital of the world—Washington, DC’s K Street Corridor.
! USTR Inc.
Campaign contributions and lobbying are only the most visible example of corporate political clout.
For example, officials with the U.S. Trade Representative’s (USTR) Office, who are responsible for
negotiating international trade and investment agreements, routinely state that their primary re-
sponsibility is to represent the interests of U.S. industry, rather than all Americans affected by
trade deals. This in spite of the fact that the USTR, upon its creation in 1960, was deliberately
placed in the White House, rather than the Commerce Department, in order to prevent it from
being overly influenced by business interests. In addition, trade negotiators are required to meet
with nongovernmental advisory committees, but these are overwhelmingly dominated by represen-
tatives of large corporations. Recently, the U.S. government went a step further and allowed
representatives from corporations such as AT&T and IBM to join the official delegation in hemi-
spheric talks on electronic commerce in the Free Trade Area of the Americas, which is due to be
finalized by 2005.
! Transparency
The political influence of top firms is also evident in the scarcity of publicly available information on
their activities. Leading corporations have fiercely opposed attempts to require them to achieve a
higher level of transparency. Just a few examples of information that U.S. firms are not required to
reveal to the American public:
In most cases, collecting company-specific data in countries outside the United States is even
more difficult.
4
Top 200
Nevertheless, given their extreme levels of economic and political power, it is important to take a
hard look at whether these corporate giants are indeed upholding their end of the social compact.
The corporations themselves, when lobbying for policies to lift barriers to trade and investment,
have promised that they will lead not only to improved consumer goods and services but also to
significant job creation and an overall improvement in social welfare. It seems only fair that the
public should be able to expect—at a minimum—that these colossal firms be major providers of
employment opportunities and that they bear their share of the tax burden.
A. JJO
OBS
! Sales vs. Workers
While the sales of the Top 200 are the equivalent of 27.5% of world economic activity, these firms
employ only a tiny fraction of the world’s workers. In 1999, they employed a combined total of
22,682,166 workers, which is 0.78% of the world’s workforce.
Between 1983 and 1999, the number of people employed by Top 200 firms grew 14.4%, an
increase that is dwarfed by the firms’ 362.4% profit growth over this period.
362.4
400.0
300.0
200.0
14.4
100.0
0.0
employees profits
Corporate analysts may see the dramatic increase in the ratio between profits and employees as a
positive sign of increased efficiency. The growing gap between profits and payrolls is at least
partly the result of technological changes that has allowed firms to produce more with less people.
Automation is not always a negative development, especially in the case of jobs that are danger-
ous or otherwise undesirable. However, another factor is the trend towards outsourcing, particu-
larly among large industrial firms. By shifting more and more of their production to contractors,
companies can distance themselves from potential charges of labor rights abuses and other illegal
behavior and keep labor costs low by forcing contractors to compete for business with an ever
smaller number of giant purchasers. The giant firms also have more freedom to hire and fire
contractors to meet shifting demand. U.S. corporations have been at the forefront of this trend.
5
Top 200
Chrysler (known as DaimlerChrsyler since the merger with Daimler Benz), for example, purchases
almost all of its parts, from brakes to seats, from suppliers. Hewlett-Packard relies on 10 different
contractors and IBM relies on 8 to make their products. In recent years, Japanese electronics
firms, including Mitsubishi, NEC, Fujitsu, and Sony, have also begun to outsource.
Still, Americans may be less concerned about the growing gap between profits and employees
because of the country’s record low unemployment rate. What is often ignored in the mainstream
media is the fact that unemployment problems remain prevalent elsewhere in the world, including
in many countries where the Top 200 firms are enjoying strong profits. (U.S. firms overall earned
19 percent of their profits overseas in 1995).5 In the European Union, the 1999 unemployment
rate was 10 percent, compared to 4.2 percent in the United States.6 The International Labor
Organization estimates that one billion people worldwide are unemployed or underemployed.7
Joblessness around the world hurts the United States because it reduces the capacity of consum-
ers in other countries to purchase U.S. products and can lead to social instability that has interna-
tional ramifications.
! Wal-Mart Workers
A full 5 percent of the Top 200s’ combined workforce is comprised of Wal-Mart employees. The
discount retail giant’s workforce has skyrocketed from 62,000 in 1983 to 1,140,000 in 1999, mak-
ing it the largest private employer in the world. The next-largest, DaimlerChrysler, has a workforce
of 466,938—less than half the size of Wal-Mart’s. Although Wal-Mart is indeed providing many
new jobs, the company is notorious for its strategy of employing armies of workers on a part-time
basis to avoid paying benefits. The firm is also adamantly anti-union. In March, Wal-Mart an-
nounced it was closing the meat department in 180 stores two weeks after the meat cutters at one
Texas store voted to form a union — the first successful organizing drive at an American Wal-Mart.
B. TAXES
TAXES
! Not too big to hide from tax collectors
The Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP) recently released a study of federal tax rates
paid by several hundred major, profitable U.S. corporations. Forty-four of the U.S. corporations on
the Top 200 list were included in the study, which revealed that not a single one of them had paid
the full standard 35 percent corporate tax rate during the period 1996-1998. Seven of the firms
had actually paid less than zero in federal income taxes in 1998, because they received rebates
that exceeded the amount of taxes they paid. These include: Texaco, Chevron, PepsiCo, Enron,
Worldcom, McKesson and the world’s biggest corporation—General Motors.8 According to ITEP,
companies use a variety of means to lower their federal income taxes, including tax credits for
activities like research and oil drilling and accelerated depreciation write-offs.
While company-specific data on tax avoidance outside the United States does not exist, the trend
towards lower corporate tax burdens is also evident internationally. According to the OECD, over
the past two decades the share of total taxes made up by corporate income tax in the industrial-
ized OECD countries has remained about 8 percent, despite strong increases in corporate profits.
The organization attributes this decline in tax rates to the use of “tax havens” and intense competi-
tion among industrialized countries as they attempt to lure investment by offering lower taxes.9
6
6
Top 200
V. CONCLUSION
As citizen movements the world over launch activities to counter aspects of economic globaliza-
tion, the growing power of private corporations is becoming a central issue. The main beneficia-
ries of the market-opening policies of the major multilateral institutions over the past decade and a
half are these large corporations, especially the top 200.
This growing private power has enormous economic consequences, spelled out in this report.
However, the greatest impact may be political, as corporations transform economic clout into
political power. As a result, democracy is undermined. This threat deserves to be one of the
major issues on the political agenda in the United States and overseas.
NOTES
1 Testimony before Senate Armed Forces Committee, 1952.
2 Corporations are ranked by sales, based on data from Fortune, July 31, 2000.
3 Aaron Bernstein, “Too Much Corporate Power?” Business Week, September 11, 2000. Note: In June 2000, 82
percent of those polled strongly or somewhat agreed to this statement; in September 2000, the figure was 72
percent.
4 Note: Calculated using GDP data from the World Bank, World Development Report 2000, Table 12, p. 296-297. This
table includes 131 countries and excludes 74 additional economies that have sparse data or populations of less
than 1.5 million.
5 Business Roundtable web site, citing figures from the U.S. Department of Commerce and Price
Waterhouse.
6 OECD, Standardized Unemployment Rates (www.oecd.org).
7 ILO, World Labour Report 2000 (Geneva: International Labor Organization, June 2000).
8 Based on a study of 250 large U.S. corporations conducted by the Institute on Taxation and Economic Policy,
Washington, DC, October 19, 2000.
9 OECD, “A World of Taxes,” July 7, 2000, on the OECD web site: www.oecd.org.
7
Top 200
The Data
Sources:
1999 figures: Fortune, July 31, 2000.
1995 figures: Fortune, July 15, 1996.
1983 figures: Fortune, June 11, 1984 (U.S. non-industrial); Fortune, April 30, 1984 (U.S. indus-
trial); and Forbes July 2, 1984 (non-U.S.).
8
Top 200
Sources: Sales: Fortune, July 31, 2000. GDP: World Bank, World Development Report 2000.
9
Top 200
Cor poration sales ($m il) pr ofits ($m il) em ploye es Industr y Countr y
1 General Motors 176,558.0 6,002.0 388,000 Motor vehicles and parts USA
2 Wal-Mart 166,809.0 5,377.0 1,140,000 Retailing USA
3 Exxon Mobil 163,881.0 7,910.0 106,000 Petroleum Refining USA
4 Ford Motor 162,558.0 7,237.0 364,550 Motor vehicles and parts USA
5 DaimlerChrysler 159,985.7 6,129.1 466,938 Motor vehicles and parts Germany
6 Mitsui 118,555.2 320.5 38,454 Trading Japan
7 Mitsubishi 117,765.6 233.7 42,050 Trading Japan
8 Toyota Motor 115,670.9 3,653.4 214,631 Motor vehicles and parts Japan
9 General Electric 111,630.0 10,717.0 340,000 Financial services USA
10 Itochu 109,068.9 -792.8 5,306 Trading Japan
11 Royal Dutch/Shell Group 105,366.0 8,584.0 96,000 Petroleum Refining Brit/Neth
12 Sumitomo 95,701.6 314.9 33,057 Trading Japan
13 Nippon Tel & Tel 93,591.7 -609.0 223,954 Telecommunications Japan
14 Marubeni 91,807.4 18.5 32,000 Trading Japan
15 AXA 87,645.7 2,155.8 92,008 Insurance France
16 IBM 87,548.0 7,712.0 307,401 Computers, Office equip USA
17 BP Amoco 83,556.0 5,008.0 80,400 Petroleum Refining Britain
18 Citigroup 82,005.0 9,867.0 176,900 Financial services USA
19 Volksw agen 80,072.7 874.7 306,275 Motor vehicles and parts Germany
20 Nippon Life Insurance 78,515.1 3,405.4 71,434 Insurance Japan
21 Siemens 75,337.0 1,773.7 443,000 Electronics, Electrical equip Germany
22 Allianz 74,178.2 2,382.1 113,584 Insurance Germany
23 Hitachi 71,858.5 152.0 398,348 Electronics, Electrical equip Japan
24 Matsushita Electric Ind. 65,555.6 895.5 290,448 Electronics, Electrical equip Japan
25 Nissho Iw ai 65,393.2 91.8 18,446 Trading Japan
26 ING Group 62,492.4 5,250.2 86,040 Insurance Netherlands
27 AT&T 62,391.0 3,428.0 147,800 Telecommunications USA
28 Philip Morris 61,751.0 7,675.0 137,000 Food, Bev, Tobacco USA
29 Sony 60,052.7 1,094.2 189,700 Electronics, Electrical equip Japan
30 Deutsche Bank 58,585.1 2,694.4 93,232 Financial services Germany
31 Boeing 57,993.0 2,309.0 197,000 Aerospace USA
32 Dai-Ichi Mutual Life Insur. 55,104.7 1,672.2 60,792 Insurance Japan
33 Honda Motor 54,773.5 2,356.7 112,000 Motor vehicles and parts Japan
34 Assicurazioni Generali 53,723.2 871.5 56,593 Insurance Italy
35 Nissan Motor 53,679.9 -6,146.2 141,526 Motor vehicles and parts Japan
36 E.On 52,227.7 2,845.9 131,602 Trading Germany
37 Toshiba 51,634.9 -251.5 190,870 Electronics, Electrical equip Japan
38 Bank of America 51,392.0 7,882.0 155,906 Financial services USA
39 Fiat 51,331.7 376.5 221,043 Motor vehicles and parts Italy
40 Nestle 49,694.1 3,144.3 230,929 Food, Bev, Tobacco Sw itzerland
41 SBC Communications 49,489.0 8,159.0 204,530 Telecommunications USA
42 Credit Suisse 49,362.0 3,475.1 63,963 Financial services Sw itzerland
43 Hew lett-Packard 48,253.0 3,491.0 84,400 Computers, Office equip USA
44 Fujitsu 47,195.9 383.8 188,000 Computers, Office equip Japan
45 Metro 46,663.6 295.1 171,440 Retailing Germany
46 Sumitomo Life Insurance 46,445.1 1,562.7 65,514 Insurance Japan
47 Tokyo Electric Pow er 45,727.7 785.3 48,255 Utilities Japan
48 Kroger 45,351.6 955.9 213,000 Retailing USA
49 Total Fina Elf 44,990.3 1,621.4 69,852 Petroleum Refining France
50 NEC 44,828.0 93.5 154,787 Electronics, Electrical equip Japan
Source: Fortune, July 31, 2000.
10
Top 200
Cor poration sales ($m il) pr ofits ($m il) em ploye es Industr y Countr y
51 State Farm Insurance 44,637.2 1,034.1 78,643 Insurance USA
52 Vivendi 44,397.8 1,526.8 275,000 Engineering, Construction France
53 Unilever 43,679.9 2,953.1 255,000 Food, Bev, Tobacco Brit/Neth
54 Fortis 43,660.2 2,470.4 62,000 Financial services gium/Netherla
55 Prudential 42,220.3 877.0 22,372 Insurance Britain
56 CGNU 41,974.4 833.3 49,209 Insurance Britain
57 Sears Roebuck 41,071.0 1,453.0 326,000 Retailing USA
58 American Int'l Group 40,656.1 5,055.4 55,000 Insurance USA
59 Peugeot 40,327.9 777.6 165,800 Motor vehicles and parts France
60 Enron 40,112.0 893.0 17,900 Energy USA
61 Renault 40,098.6 569.6 159,608 Motor vehicles and parts France
62 BNP Paribas 40,098.6 1,582.9 77,472 Financial services France
63 Zurich Financial Services 39,962.0 3,260.0 68,785 Insurance Sw itzerland
64 Carrefour 39,885.7 805.6 297,290 Retailing France
65 TIAA-CREF 39,410.2 1,024.1 5,546 Insurance USA
66 HSBC Holdings 39,348.1 5,407.8 146,897 Financial services Britain
67 ABN Amro Holding 38,820.7 2,741.4 109,938 Financial services Netherlands
68 Compaq Computer 38,525.0 569.0 76,100 Computers, Office equip USA
69 Home Depot 38,434.0 2,320.0 182,563 Retailing USA
70 Munich Re Group 38,400.4 1,208.5 33,245 Insurance Germany
71 RWE Group 38,357.5 1,300.8 155,576 Energy Germany
72 Lucent Technologies 38,303.0 4,766.0 153,000 Netw ork Communications USA
73 Procter & Gamble 38,125.0 3,763.0 110,000 Soaps, Cosmetics USA
74 Elf Aquitaine 37,918.3 2,210.2 57,400 Petroleum Refining France
75 Deutsche Telekom 37,835.1 1,336.5 195,788 Telecommunications Germany
76 Albertson's 37,478.1 404.1 235,000 Retailing USA
77 Worldcom 37,120.0 4,013.0 77,000 Telecommunications USA
78 McKesson HBOC 37,100.5 723.7 21,100 Wholesalers USA
79 Fannie Mae 36,968.6 3,911.9 3,900 Financial services USA
80 BMW 36,695.9 -2,652.8 114,952 Motor vehicles and parts Germany
81 Kmart 35,925.0 403.0 275,000 Retailing USA
82 Koninklijke Ahold 35,798.1 802.3 208,983 Retailing Netherlands
83 Texaco 35,690.0 1,177.0 18,363 Petroleum Refining USA
84 Merrill Lynch 34,879.0 2,618.0 67,200 Financial services USA
85 ENI 34,091.0 3,047.5 72,023 Petroleum Refining Italy
86 Meiji Life Insurance 33,966.6 682.9 38,987 Insurance Japan
87 Morgan Stanley Dean Witter 33,928.0 4,791.0 55,288 Financial services USA
88 Mitsubishi Electric 33,896.2 223.0 116,588 Electronics, Electrical equip Japan
89 Chase Manhattan 33,710.0 5,446.0 74,801 Financial services USA
90 Target 33,702.0 1,144.0 182,650 Retailing USA
91 Suez Lyonnaise des Eaux 33,559.7 1,549.3 222,000 Energy France
92 Royal Philips Electronics 33,556.6 1,919.0 229,341 Electronics, Electrical equip Netherlands
93 Verizon Communications 33,174.0 4,202.0 145,416 Telecommunications USA
94 Credit Agricole 32,923.5 2,527.5 86,117 Financial services France
95 Thyssen Krupp 32,798.0 293.8 184,770 Industrial and Farm equip Germany
96 Merck 32,714.0 5,890.5 62,300 Pharmaceuticals USA
97 Chevron 32,676.0 2,070.0 36,490 Petroleum Refining USA
98 Bank of Tokyo-Mitsubishi 32,623.6 1,148.7 17,412 Financial services Japan
99 JC Penney 32,510.0 336.0 260,000 Retailing USA
100 SK 31,997.3 611.5 22,898 Petroleum Refining South Korea
11
Top 200
Cor poration sales ($m il) pr ofits ($m il) em ploye es Industr y Countr y
101 Hypovereinsbank 31,868.1 382.9 46,170 Financial services Germany
102 Hyundai 31,669.4 19.2 880 Trading South Korea
103 BASF 31,437.9 1,319.3 104,628 Chemicals Germany
104 Motorola 30,931.0 817.0 121,000 Electronics, Electrical equip USA
105 BT 30,546.0 3,311.3 136,800 Telecommunications Britain
106 Tesco 30,351.9 1,088.4 134,896 Retailing Britain
107 Olivetti 30,087.8 5,268.3 129,073 Telecommunications Italy
108 Mitsubishi Motors 29,951.3 -260.1 65,485 Motor vehicles and parts Japan
109 Robert Bosch 29,727.2 427.6 194,889 Motor vehicles and parts Germany
110 Samsung 29,715.2 59.1 4,800 Trading South Korea
111 Intel 29,389.0 7,314.0 70,200 Electronics, Electrical equip USA
112 Bayer 29,141.6 2,135.5 120,400 Chemicals Germany
113 France Telecom 29,048.8 2,952.6 174,262 Telecommunications France
114 Safew ay 28,859.9 970.9 193,000 Retailing USA
115 Ito-Yokado 28,670.9 423.6 97,040 Retailing Japan
116 Ingram Micro 28,068.6 183.4 15,378 Wholesalers USA
117 Repsol YPF 28,048.3 1,078.4 37,000 Petroleum Refining Spain
118 EI Du Pont de Nemours 27,892.0 7,690.0 94,000 Chemicals USA
119 Fuji Bank 27,815.8 474.5 14,151 Financial services Japan
120 UBS 27,651.9 4,193.3 49,058 Financial services Sw itzerland
121 Johnson & Johnson 27,471.0 4,167.0 97,800 Pharmaceuticals USA
122 Costco Wholesale 27,456.0 397.3 52,500 Retailing USA
123 Time Warner 27,333.0 1,948.0 69,722 Entertainment USA
124 Sumitomo Bank 27,065.2 555.7 14,394 Financial services Japan
125 United Parcel Service 27,052.0 883.0 344,000 Mail and freight delivery USA
126 Samsung Electronics 26,991.5 2,671.0 54,058 Electronics, Electrical equip South Korea
127 Allstate 26,959.0 2,720.0 47,346 Insurance USA
128 Industrial Bank of Japan 26,939.9 635.4 7,394 Financial services Japan
129 CNP Assurances 26,802.5 464.2 2,560 Insurance France
130 Prudential Insurance 26,618.0 813.0 59,530 Insurance USA
131 Aetna 26,452.7 716.9 55,900 Insurance USA
132 Asahi Mutual Life Insur. 26,246.1 420.1 28,840 Insurance Japan
133 Commerzbank 26,221.1 971.7 34,870 Financial services Germany
134 J. Sainsbury 26,218.0 562.4 116,946 Retailing Britain
135 L.M. Ericsson 26,052.3 1,467.1 103,290 Electronics, Electrical equip Sw eden
136 Royal & Sun Alliance 26,018.0 140.8 46,494 Insurance Britain
137 Bank One Corp 25,986.0 3,479.0 86,198 Financial services USA
138 Mitsubishi Heavy Ind. 25,820.6 -1,230.4 64,991 Industrial and Farm equip Japan
139 Tomen 25,747.6 -848.9 9,827 Trading Japan
140 Nichimen 25,702.7 26.4 19,000 Trading Japan
141 USX 25,610.0 698.0 51,003 Petroleum Refining USA
142 Santander Central Hispano 25,582.6 1,677.9 100,000 Financial services Spain
143 Lockheed Martin 25,530.0 382.0 147,000 Aerospace USA
144 Metlife 25,426.0 617.0 42,300 Insurance USA
145 Goldman Sachs Group 25,363.0 2,708.0 15,361 Financial services USA
146 GTE 25,336.2 4,032.8 100,000 Telecommunications USA
147 Daiei 25,320.1 -195.2 47,953 Retailing Japan
148 Dell Computer 25,265.0 1,666.0 36,500 Computers, Office equip USA
149 United Technologies 25,242.0 1,531.0 148,300 Aerospace USA
150 Bellsouth 25,224.0 3,448.0 96,200 Telecommunications USA
12
Top 200
Cor poration sales ($m il) pr ofits ($m il) em ploye es Industr y Countr y
151 Cardinal Health 25,033.6 456.3 36,000 Wholesalers USA
152 Mannesmann 24,816.3 103.5 130,860 Industrial and Farm equip Germany
153 ABB 24,681.0 1,614.0 164,154 Electronics, Electrical equip Sw itzerland
154 Conagra 24,594.3 358.4 84,644 Food, Bev and tobacco USA
155 International Paper 24,573.0 183.0 99,000 Forest and paper products USA
156 Alcatel 24,558.1 686.9 115,712 Telecommunications France
157 Telefonica 24,487.7 1,925.1 127,193 Telecommunications Spain
158 Saint-Gobain 24,482.4 1,307.7 164,698 Building materials France
159 Freddie Mac 24,268.0 2,223.0 3,500 Financial services USA
160 Nippon Mitsubishi Oil 24,214.8 -43.6 15,964 Petroleum Refining Japan
161 Autonation 24,206.6 282.9 33,000 Retailing USA
162 Nippon Steel 24,074.5 100.3 54,300 Metals Japan
163 Berkshire Hathaw ay 24,028.0 1,557.0 48,000 Insurance USA
164 Aegon 23,865.8 1,674.7 24,316 Insurance Netherlands
165 Honeyw ell International 23,735.0 1,541.0 120,000 Aerospace USA
166 Groupe Auchan 23,493.6 339.2 116,413 Retailing France
167 Walt Disney 23,402.0 1,300.0 120,000 Entertainment USA
168 Societe Generale 23,398.6 2,476.8 64,600 Financial services France
169 Kansai Electric Pow er 23,246.2 469.7 26,573 Utilities Japan
170 Dresdner Bank 23,208.8 1,123.2 50,659 Financial services Germany
171 Canon 23,062.0 617.7 81,009 Computers, Office equip Japan
172 Lloyds TSB Group 22,836.7 4,068.0 76,056 Financial services Britain
173 Tyco International 22,496.5 985.3 182,000 Electronics, Electrical equip USA
174 East Japan Railw ay 22,478.5 601.4 82,747 Railroads Japan
175 Jusco 22,451.3 -25.2 34,375 Retailing Japan
176 Rabobank 22,373.6 n/a 53,144 Financial services Netherlands
177 Mitsui Mutual Life Insurance 22,223.8 964.8 21,419 Insurance Japan
178 First Union 22,084.0 3,223.0 71,659 Financial services USA
179 Wells Fargo 21,795.0 3,747.0 89,355 Financial services USA
180 Duke Energy 21,742.0 1,507.0 21,000 Utilities USA
181 New York Life Insurance 21,679.3 554.8 7,349 Insurance USA
182 Novartis 21,608.9 4,432.3 81,854 Pharmaceuticals Sw itzerland
183 Barclays 21,573.0 2,846.3 77,000 Financial services Britain
184 Nortel Netw orks 21,287.0 -324.0 80,627 Netw ork communications Canada
185 American Express 21,278.0 2,475.0 88,378 Financial services USA
186 Nokia 21,090.4 2,748.8 55,260 Electronics, Electrical equip Finland
187 Loew s 20,952.6 363.2 27,618 Retailing USA
188 PG&E 20,820.0 -73.0 22,433 Utilities USA
189 Conoco 20,817.0 744.0 16,700 Petroleum Refining USA
190 Viag 20,758.8 506.5 81,809 Trading Germany
191 Cigna 20,644.0 1,774.0 41,900 Health care USA
192 Hyundai Motor 20,566.3 461.6 51,000 Motor vehicles and parts South Korea
193 Pepsico 20,367.0 2,050.0 118,000 Food, Bev and tobacco USA
194 Supervalu 20,339.1 242.9 80,000 Retailing USA
195 AMR 20,262.0 985.0 113,000 Airlines USA
196 Bristol-Myers Squibb 20,222.0 4,167.0 54,500 Pharmaceuticals USA
197 Groupe Pinault-Printemps 20,144.1 666.4 89,178 Retailing France
198 Sara Lee 20,012.0 1,191.0 138,000 Food, Bev and tobacco USA
199 FleetBoston 20,000.0 2,038.0 59,157 Financial services USA
200 Sanw a Bank 19,999.9 1,073.2 12,997 Financial services Japan
TOTAL TOP 200 8,307,745.6 385,125.8 22,682,166
WORLD TOTAL 30,211,993.0 2,892,000,000
Top 200 as a % of World 27.5 0.78
13
LA SOCIEDAD FRANCESA Y LA MUNDIALIZACION
1.1. El mundo aparece más incierto que nunca y sin puntos de referencia. La
mundialización suscita muchos interrogantes y temores, a menudo justificados,
como en el caso de los asalariados menos cualificados de los países desarrollados;
estos son alimentadas por la amplificación de los fenómenos de desempleo y
exclusión en todos los países y por el agravamiento de las distancias entre países
desarrollados y países dejados a un lado por el desarrollo de los intercambios.
En una época de aceleración de los cambios tecnológicos, económicos y sociales,
la mundialización es parte activa de estos trastornos, con repercusiones profundas
en la vida y el trabajo de centenares de millones de personas.
Numerosos conflictos locales persisten o se desarrollan; la caída del comunismo y
la desintegración del bloque del Este han reavivado los nacionalismos y provocado
múltiples tensiones y conflictos armados. La corrupción y la incapacidad de muchos
gobiernos para comprometerse en reformas de fondo favorecen el avance del
extremismo, sea político o religioso.
1.2. La mundialización es un dato de hecho, que modifica las relaciones de intercambio
entre las naciones. Se caracteriza por una creciente interdependencia de las
economías, por la internacionalización creciente de las empresas y por la
globalización financiera. La cooperación política entre los Estados no avanza al
mismo ritmo que la internacionalización económica. La mundialización pone en
juego nuevas relaciones políticas, económicas, sociales y culturales, y modifica las
condiciones de la acción.
1.3. La mundialización es una oportunidad de crecimiento suplementario y de creación
de empleos, siempre que se practique una política sectorial, comercial y social
adaptada a la nueva fase de la economía mundial. La CFDT rechaza además
cualquier repliegue hexagonal. Las respuestas a las mutaciones que implica la
mundialización deben inscribirse en el marco europeo y en la búsqueda de
regulaciones políticas, económicas, financieras y sociales, indispensables a nivel
regional y mundial. Para la CFDT, el movimiento sindical nacional e internacional
debe modificarse en el sentido de exigir equidad, libertad, emancipación y
democracia al servicio de un desarrollo duradero y solidario.
1.4. No se puede considerar que en Francia el actual nivel de desempleo sea solamente
resultado de la competencia internacional. Esta aumenta la selectividad del
desempleo en detrimento de los asalariados menos cualificados en las actividades
expuestas a esta competencia, a pesar de que Francia, globalmente, ha resultado
ganando de su inserción en la economía mundial.
Esta situación paradojal exige que el Estado, garante de la cohesión social, ponga
en práctica políticas que den prioridad al empleo, en particular de los menos
cualificados, a la reducción de las desigualdades a través de una distribución
diferente de los ingresos y a la consolidación de los sistemas de protección social.
Este es el sentido de las exigencias y de las acciones emprendidas por la CFDT.
1.5. La reforma de las deducciones obligatorias es una palanca esencial de una política
que combine equidad y eficacia. Para la CFDT, más que el nivel, que no necesita
ser rebajado, lo que requiere modificación es la repartición y la estructura de las
deducciones obligatorias, que pesan todavía fundamentalmente sobre los salarios.
Para ello, debe completarse la reforma del financiamiento de la protección social.
Es indispensable la reforma de la fiscalidad en el sentido de una mejor
progresividad. Para ello es necesario modificar la repartición actual entre fiscalidad
directa y fiscalidad indirecta. Ello pasa también por una reforma al impuesto a la
renta con el fin de incluir más adecuadamente los ingresos no salariales y
financieros.
2
empresas, su organización y su estrategia. Tienen importantes consecuencias
sobre el empleo y sobre las condiciones de trabajo. Esto hace necesario adoptar
reglas, al interior de la Unión Europea y a nivel internacional, para normalizar las
prácticas de las empresas y de los poderes públicos, que buscan atraer las
inversiones, con el fin de impedir el desarrollo de una competencia que se apoye en
la oferta fiscal o social más baja.
1.10. El cierre brutal de la planta de Renault Vilvorde provocó una eurohuelga y una
manifestación europea, que contaron con el apoyo de la opinión europea. Para la
CFDT, deben extraerse las lecciones correspondientes. La información, la consulta
a los asalariados, su intervención en la gestión y el porvenir de las empresas pasan
a ser cuestiones fundamentales para la acción sindical.
La CFDT pretende hacer respetar la obligación de información y de consulta previa
de los CE europeos. En la perspectiva de una sociedad de derecho europea, la
implementación de estas prerrogativas reconocidas a los asalariados y a sus
organizaciones sindicales será una prueba esencial. Con la CES y sus
Federaciones Sindicales Europeas, la CFDT reivindica el que sea generalizada a
todas las empresas de Europa. Del mismo modo, la CFDT tratará de reunir las
condiciones que permitan obtener a nivel europeo acuerdos de grupo y los
convenios colectivos indispensables.
1.11. En Francia, la gestión de las grandes empresas se modifica bajo el impacto de los
fondos de pensión, en particular anglosajones, que desarrollan sus tomas de
participación financieras. Estos fondos de pensión, que buscan elevados
rendimientos financieros, modifican la propiedad y el poder dentro de las empresas,
así como las condiciones de su gestión.
Las condiciones y los márgenes de negociación en las empresas se han
modificado. El debate sobre la existencia de instituciones financieras estables, que
contribuyan al financiamiento y al desarrollo a largo plazo de las empresas, debe
ser planteado sindicalmente, por cuanto condiciona directamente la situación de
centenares de miles de asalariados. Este debate debe ser llevado a cabo de todos
modos, independientemente del debate sobre el financiamiento de los regímenes
de jubilación.
Estas nuevas condiciones de confrontación en la empresa deben ser tomadas en
cuenta para definir los medios de acción del sindicalismo. En esta perspectiva, para
la CFDT el problema de los fondos de ahorro salarial con control sindical debe ser
retomado, para culminar en propuestas.
1.12. Estas propuestas deben ser examinadas tomando en cuenta las nuevas políticas de
remuneración que se desarrollan y que modifican las condiciones de distribución de
las ganancias y la parte que corresponde a los asalariados.
Estas políticas, en efecto, dejan un espacio creciente a los elementos no
directamente salariales, tales como la distribución de acciones, la participación en
los beneficios, la toma de interés o la constitución de un ahorro jubilación de
empresa. Constituyen de hecho un nuevo factor de desigualdades, y deben ser
integradas plenamente en el debate sindical.
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POR UN DESARROLLO SOLIDARIO
2.1. La riqueza mundial y la de la mayoría de los países, incluso en el sur, crece con la
mundialización. Esta ha demostrado ser un motor de crecimiento, pero sin
distribución equitativa de sus frutos. La desigualdad aumenta entre países y dentro
de la mayoría de ellos. Regiones enteras, como el Africa subsahariana, se
encuentran amenazadas de marginalización. Si no es controlada, la mundialización
aumenta los riesgos de cuestionar los derechos sociales en los países
desarrollados al mismo tiempo que desestabiliza los países emergentes y aumenta
la miseria en los países del Sur. La mundialización no debe reducirse a un proceso
de liberalización, unido de una simple vigilancia de las reglas de la competencia y
de una gestión “al borde del abismo” de conflictos y crisis.
2.2. La CFDT afirma que es posible actuar para modificar esta evolución actual, al
servicio de una mundialización ordenada y solidaria, que reduzca las desigualdades
de ingresos y aumente las libertades democráticas. Se impone encontrar nuevas
políticas para generalizar la dinámica de desarrollo al conjunto de los países. Deben
procurar en primer lugar satisfacer las necesidades esenciales de la población en
cuanto a alimentación, vivienda, salud y educación.
2.3. La CFDT hace suyo el enfoque de la cumbre social de Copenhague, que une tres
aspectos esenciales: la cooperación solidaria entre Estados para organizar una
interdependencia económica creciente; la regulación social de los intercambios que
una el respeto de los derechos fundamentales del hombre al trabajo con la
intensificación de los intercambios; y la extensión de la democracia, portadora de
valores universales y de libertades sin los cuales no existe desarrollo duradero.
2.4. Los Estados no tienen la exclusividad del derecho internacional. Aparecen nuevos
actores sobre la escena internacional, que quieren participar en la elaboración de
nuevas reglas internacionales sobre derechos humanos, normas sociales
fundamentales, protección del medio ambiente e intervención humanitaria.
2.5. Con el movimiento sindical internacional, la CFDT quiere desarrollar una estrategia
de acción eficaz que tome en cuenta esta diversidad de actores y centros de
decisión a nivel nacional, europeo y mundial. Estas nuevas condiciones de
intervención sindical exigen, paralelamente, el desarrollo de sinergias entre las
organizaciones de la CFDT, que permitan aumentar la eficacia. Se trata también de
sacar más partido de la creciente sensibilidad de la opinión pública respecto a
cuestiones tales como las libertades sindicales y los derechos humanos, el trabajo
infantil o el medio ambiente, para utilizar el conjunto de las medidas de incitación y
limitación en sus diversas intervenciones.
2.6. Para la CFDT, el movimiento sindical internacional tiene un papel que desempeñar
para reducir la inestabilidad, limitar los conflictos y avanzar hacia un mundo más
equilibrado y menos desigual. Para avanzar hacia el control de la mundialización,
es necesaria una nueva estructura de las instituciones internacionales. Para
asegurar que se respete la dimensión social del desarrollo, es indispensable
reforzar el papel normativo de la O.I.T. Esta dimensión social debe ser también
integrada en las problemáticas del F.M.I. y de la O.M.C., lo que implica su
cooperación con la O.I.T. y una reforma de sus respectivas estructuras.
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Favorable a la implementación de instrumentos internacionales de seguridad
económica y financiera, la CFDT convoca a una reforma urgente del sistema
monetario y financiero internacional, indispensable para financiar el desarrollo. Pasa
por paridades monetarias más estables y ordenadas y por una tasación de los
movimientos de capitales internacionales especulativos, cuyo producto será
asignado al desarrollo de los países menos avanzados. Europa debe servirse de la
introducción del Euro como una palanca para esta reforma. La CFDT se pronuncia
por un refuerzo de los acuerdos internacionales sobre inversiones e intercambios
que integren cláusulas sociales y medioambientales. Por el contrario, es
inaceptable el desequilibrio entre los derechos acordados a las firmas
multinacionales y los reconocidos a los Estados y a las sociedades civiles en la
actual versión del A.M.I.
La CFDT exige la integración de cláusulas sociales y medioambientales limitantes
para las firmas multinacionales.
2.9. La CFDT quiere alcanzar mayor peso en la renovación de las políticas públicas de
desarrollo, transparentes y eficaces, al servicio de un desarrollo mundial
equilibrado, centradas en las necesidades de la población. Esto pasa por una mejor
articulación entre políticas nacionales y europeas, que integren el conjunto de las
facetas (política, económica, social y cultural) del desarrollo.
2.11 bis (nuevo) La CFDT espera ser un elemento motor en el reconocimiento de los
derechos de la mujer en el mundo. Considera la igualdad de hombres y mujeres
uno de sus valores fundamentales. El movimiento sindical a nivel europeo e
internacional debe contribuir a hacer avanzar la igualdad en el acceso al empleo, y
la igualdad de tratamiento en el empleo y en el trabajo, adoptando los medios
necesarios para medir su progresión.
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es el caso a través de su participación en el colectivo “Libera tu ropa” y en la
campaña mundial contra el trabajo infantil. La CFDT hará avanzar la adopción de
códigos de conducta negociados entre los interlocutores sociales, así como la
atribución de “labels” sociales. Desarrollará información y movilización con el fin de
encontrar mejor financiamiento para estas campañas.
2.13. El problema del medio ambiente es revelador en cuanto al estado del mundo y de
los conflictos potenciales, teniendo en cuenta los intereses en juego. La protección
del medio ambiente y el desarrollo duradero pasan por transformaciones
fundamentales en la tecnología, en la producción y en el modo de vida, en especial
en los países más ricos. El problema de la naturaleza y la evolución de la
producción energética, en particular, debe ser examinado nuevamente. Se hace
indispensable contar con normas internacionales. Su aplicación exige el desarrollo
de una cooperación internacional y de importante ayuda de parte de los países más
ricos. Es el caso, en primer lugar, de las actividades agroalimentarias y la recogida
de desechos industriales y domésticos. Esta ayuda debería progresivamente dejar
lugar a intercambios económicos que descansen sobre precios equitativos. Las
organizaciones sindicales deben desempeñar un papel indispensable en relación
directa con la protección de la salud y de la seguridad de los asalariados y de la
población en general.
3.1. La CFDT confirma su compromiso con la construcción europea, que más allá de los
valores fundadores del proyecto inicial, debe ahora definir un espacio de referencia
para todos los europeos y construir una respuesta al desafío de la mundialización.
Para la CFDT, Europa debe ser el entorno en el cual surja un contrato social
renovado.
3.2. Las críticas formuladas a la Unión Europea, como un conjunto de instituciones poco
transparentes, alejadas de las preocupaciones de los ciudadanos, con
responsables mal identificados y procedimientos de elaboración y de toma de
decisiones complejos y paralizantes, exigen reformas de envergadura. No pueden
postergarse más algunas opciones decisivas. Constituyen una condición para
realizar la ampliación que debe completarse. En esta óptica, debe llevarse a cabo
una reforma de los fondos estructurales para reforzar la cohesión económica y
social.
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necesarias transferencias de soberanía y los niveles de subsidiariedad deseables
en los diferentes Estados.
3.4. En la misma óptica, la CFDT ha apoyado la creación de la moneda única como una
etapa indispensable. Esta hace más necesarios aún los esfuerzos de coordinación
de las políticas económicas y fiscales, así como las convergencias sociales que
deben colocar el empleo y la protección social en el centro de las prioridades. En
este nuevo contexto será determinante la intervención de las fuerzas sociales. La
CFDT asumirá allí plenamente su lugar.
3.5. La integración creciente de las economías europeas llama a definir nuevas políticas
comunes para eliminar toda forma de dumping fiscal y social. La competencia entre
empresas y Estados debe ser regulada a nivel europeo, en particular en cuestión de
inversiones extranjeras. Para la CFDT, este tipo de regulaciones constituyen un
importante punto de apoyo en la implementación de regulaciones a escala mundial.
En este ámbito, la CFDT desea que se establezcan reglas judiciales europeas
comunes.
3.7. Frente al peso creciente de las firmas multinacionales, adquiere una nueva urgencia
la elaboración de estrategias sindicales que permitan intervenir en las políticas de
estas empresas. Las correlaciones de fuerzas en presencia deben ser
reequilibradas para reforzar la negociación colectiva europea a nivel profesional e
interprofesional, así como en los grandes grupos europeos. Apoyándose en las
posibilidades que ofrece la articulación entre directivas y negociaciones definida por
el protocolo social de Maastricht, y ocupando todo el lugar que le corresponde en
los comités de grupo europeos, la CFDT se dota de los medios para concretar esta
orientación en las federaciones sindicales europeas. La CFDT quiere igualmente,
junto con sus asociados, hacer de los comités sindicales interregionales un lugar
privilegiado para que cada región transfronteriza llegue a ser un territorio de
solidaridad europea y de acción concertada para un ordenamiento territorial
equilibrado.
3.9. Europa debe acercarse a los ciudadanos prestando mayor atención a sus
problemas, si quiere incorporarlos más activamente en la construcción europea. La
nueva ciudadanía europea, limitada sólo a los migrantes comunitarios, debe
beneficiar a todos los residentes de los Estados de la Unión, independientemente
de su nacionalidad de origen. Para la CFDT, debe iniciarse un debate sobre la
búsqueda de nuevas prácticas de participación y de nuevos mecanismos
institucionales.
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3.10. La movilidad internacional de los asalariados europeos deberá ser facilitada por un
mayor reconocimiento de los diplomas y las formaciones, así como por la
armonización de las legislaciones sociales. La CFDT quiere participar plenamente
en la lucha para favorecer una mejor integración de los migrantes en el seno del
espacio europeo y para reforzar los vínculos entre las sociedades civiles de Europa
y sus vecinos, en particular en el espacio euromediterráneo. Así contribuirá a
desarrollar el papel del sindicalismo europeo en la elaboración de una cultura
europea común, respetuosa de las identidades regionales.