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BSc uR mca orca ay Ree ree Me Ore oes Un cd CeO Ca Ce tO enc een PET Rac Rae ec oie (no escéptico) que lo tomaba todo a beneficio de inventario, y que consideraba delirantes la mayoria de las historias de contactados. Pues hete aqui que ahora estoy prologando el libro de un contactado, Demeter me Weel aU Ieee} Pe Mea se NORE) Mare ae Meo oN a) historiadores al uso. Porque yo creo que ésta es en ee eee a) Sen net Me cae uec ee OU PRC Rue nes aero Coe Mette Cte MIRTLE) de la Catalufa Norte, cerca del nucleo magnetico emer ater} »Yo, repito, no creia, hasta hace muy poco, CIS RU Mee Co Rn Se nau ace eon a Te ees Ie MCU UN eccalevg Sie een oc aac no se ha apresurado a montar un tinglado Foor Mem iy Maa auc Resale Ce} CoE Men kt uci WS NU a recoger el mensaje, a transoribirio y a relatar el episodio, humildemente, sabiéndose transmisor ET Unum ea ener cy Terie ema Meo ence Oe eae neti ae aS la advertencia de Antonio Machado: “Caminante TOU Eee Wee any (Antonio Ribera.) Eduardo Pons Prades de otros mundos El mensaje Eduardo Pons Prades STU enna eee MEN ecu We CE CMa or Itc aCe Be de DIS e on Qerp el eu eels beri ney eer E eric eerie cece) Cone ena aor scenery Canon ween: todo recuerdo d meine erat Peetu ee ete nas tres casos espafoles Ponce ena) Bene tour Sete Seer! ee arse en absoluto, despues ‘documentadisimo y rane Paes ey ety My eens aS) Eduardo Pons Prades El mensaje de otros mundos Siete horas a bordo de una nave espacial extraterrestre Planeta COLECCION DOCUMENTO Dineseidn: Rafe! Boris Beta Consejo de Redacrn: Mara Teresa Arb, ‘arcel Plas, Carlos Piel y Xavier Vilaré © Eduardo Pons Prades, 1982 Editorial Planets S, A Cércege, 273277, Barcelona (Espate) Edin al cudado de Xavier Vilns Diselio clecién y eubierta de Hans Romberg (fro Joun Queale y Sarah DMiskovie y rellzsién de Jortl Royo) Procedencia delay ilustacioes: Antor Primers ediién: junio de 1982 Printed i Spain -Iinpreso en Espatia ‘alleres Gricos “Duples, 8. A», Barcelons Algunas opiniones orientadoras Prélogo Le6n Felipe, poeta césmico, nacido en tierras de Zamora y muerto en su exilio mexicano . todacclon "go iene en ees OARS Sobre la manipulaeions, 2; Aviso a los navesamtes, 2, El mensaje de otros mundos. (31 de agosto de 1981) Ouidnes somos, 37: Nuestros deseos, 37; Nucsiras espe anus ymuesttos temores, i; Nuestra advertencl, 38 Apostillas a un mensaje - Apéndlees, 4, Un viaje imprevisto. (Noche del 31 de agosto al 1 de setiembre de 1981)... ee ‘Una larga conversaclén y sus prolongados silencios A bordo de, una nave espacial de otro. mundo, 57: Co Tunldades humana sin base familiar, Uni fester: ‘dad universal, 2 Ia formacion de os nig, 9 el fivor ibe, La mutts. ford seme algo ferover Siti, Un opie cada la, 71 leno: una alate pata la siperivei, 72"Eemer deumental en color, #5 Et armaonioo ondeaedamizn en pelizo 8; Con ‘i tribucontroamercona, 26, Otro docamettal, 6 ‘Atmos compaseriome, 9; a lberad eacala cm 2, 38 Los Borbones en candlero, 9: Alco mds sobre sis incrocatore, 95, El contacto dent, By Ext tcrcnrcs cn ef Medlierioen 3 en la Cerda, 10s Sa ics de wo liveferencin, 10%, Los desconocdon tes ros dal Unero, 16; Exraterrests un peblodo tavtmo espatel, 71; Pegucho bambeley capac, Hz iHapios de terraguens, 16, Coma on comprinidos, ‘Unot apuntes sobre las «Blan Artes. 28 Una notar fobre lo sobs. 28. Brjos ¥ sacerdotes, 8 Andee iors y"extemals en otos plateas, 18) Tramd fi mi, 78 i 15 19 2 37 48 Documentos anexos . his Caria de Juan Garcia Alena, 15; Crtiicndo dl doe tor Josep M. Reguant i Gill, 18; Apéadices, £8. ‘Testigos directos espaiioles Saye nirevista realzada por Antonio Ribera a Taime Bordas Bley, 72 Otros aot expaioles, 90, Al ple de la sierra de Gerona, 18, Una breve semblanza... y unas aclaraciones . Una breve semblanza.., 21; ..¥ unas aclaraciones, 202 El terror que viene del cielo.. inventado por los terrdqueos. . Lit 8 Apéndice, 21 Ciudades espaciales... («Made in Tierra») ‘Erase tna vez en el futuro, (Advertencia a los pos. tulantes @ las Misiones Galécticas). . Por qué me escogieron como mensajero Aptndlice, 26. Apostillas finales ‘Vikimes noticias, 22% ffla, tericola., 28; La gran cesperanza, 255) Le Antareida: gran reserva de alimen- tos. 28 Pequefio homenaje a Miguel de Cervantes . ‘La wodad de oros: discurso de don Quijote a los eabre ros, 28 TBeoro allow se \ers Beil reset ai 2, Agradecimientos | zene Libros, revistas y periddicos consuliados Indice onoméstco . . . . . - mt 201 206 213 216 20 208 238 2a 243 243 251 A mis padres, Gloria Prades Nuflo y Eduardo Pons Sisternas, de los que aprendi gue mi pairla es el mundo y' mi familia ta humenidad. 4 mis masses, monseur 9 madame Gabarrow 4 los de la Escuela Racionalista Labor y de Ta Escola del Treball, que campletaron mnaravillo- samente las ensetaneas de mis padres, A nt espa y compatera, Antonina Rodrigo ‘ne arf a erent con ello, re difos no me gusia— a determinados semejantes nuestros, con final dades que por ahora se nos escapan. Uno de ellos, Julio F., del cual me ocupo extensamente en mi libro citado, se ha ‘convertido ya, segiin las certeras palabras de José Antonio Campa, en una especie de «centralita galdcticar. Algo estd pasando, desde luego, ¥ algo muy gordo. Algo que dis- 15 ge or eae smc ar ara po eb de it Se ee ce cen reek ser nar wus, Pog oe it Lae near ort ee ton 4 prin et sige 1 a eee eel ek (sdEeris garse eure’ notes plein, “a hors tren ae oar ‘Stren ox lar mora at Core ‘cur et monroe Drs ly con ere ten, i de peat ee nae eres CO a ee ae Saath teins ction te meee iets peers Soe ae atitt earenee ec geno eeeeenea| Beas enema tail eee gu ia a ee Stace te Sta SECON DERE oe man re teneteiey papas sae tate eae oe = and Mie i ‘te re hor ‘eer de ect aieeeeieeees Eee eee mct aie eeenieneerel eee ee eee Resear er cates hel reap et lel nce PRES ERS I en enechensiwiganiy miei avevenos a mks, pues demo as come ee ee ene ‘Dit Rour Pras gta ae ere Se See eee ee ee aease eee tease Sess LEON FELIPE, POETA COSMICO, NACIDO EN TIERRAS DE ZAMORA Y MUERTO EN SU EXILIO MEXICANO Espafia: el drama de un pueblo empecinado en con vertr i utopia en realidad, I absoluto en relative, {tas allio en cagul y aora» ‘Guan na 108 Rios #TODA LA SANGRE DE EsPafa POR UNA GOTA DE LUZ! jAbajo!;Abajo, jugadores tramposos! iQue la nave la eve ol capitan! EI mundo no es del mereader ni del guerrero ni del arzobispo.. El mundo —esta sombra encadenada y pestilente— serd de quien la redima. {De quien ia redial Y¥ solo, sf, sola, sola sobre este yermo seco que ahora riega mi sangre; sola esta tierra espaiiola y planeta sola sobre miestepa Ybajo mi agonia. Sola sobre mi calvero y bajo mi calvari Sola sobre mi Historia de viento y de arena de locura, ¥y bajo los dioses y los astros Tevanto hasta los ciclos esta oferta: Estrellas: ‘vosotras sois Ia uz. La Tierra, una cueva tenebrosa sin linterna yyo tan sélo sangre, sangre, sangre, ‘sangre... Espatia no tiene otra moneda, Toda la sangre de Espatia. por una gota de luz! Leon Feu INTRODUCCION En primer lugar 95 exhorto a sacaros de encima fl miedo a los Diosss y a la Muerte, que, en el fondo, es un miedo pares. picono Esta introducelén, lector amigo, no puede ser una intro- ‘duceién corriente, porque el tema que juntos vamos a abor- dar en estas paginas cs, por decirlo con palabras de mi ‘buen amigo Antonio Ribera, uno de los més importantes gue el hombre del siglo xx se tiene que enfrentar. Ya fue, de la misma manera que solemos decir que los pro- Blemas de Cataluiia no pueden solucionarse mas que en- focados, hermanados con los que se plantean en el resto de Jas comunidades ibéricas y, por extension, que los «proble- mas regionaless de Europa no tendrén una solucién justa mds que cuando los europeos formen un haz solidario —eon ese afin pacifico por excelencia que es el de equili- brar y moderar el enfrentamiento entre las dos grandes superpotencias y, a nivel planetario, sepan irradiar anhelos Yy esperanzas que sean comunes a la raza humana—, pues de ‘esa misma forma quizé haya legado el momento de plan- ‘earnos muy seriamente si los problemas de la Tierra —el peligro de ig guerra nuclear, que impide gozar de la Vida ‘con plenitud, cl hambre, que mata cada afio a unos cin- cuenta millones de seres humanos, la tercera parte de los uales son menores de 5 afios...— no vamos a tener que ‘enfocarlos a escala césmica, ¥ para ello, naturalmente, luna de las primeras medidas que deben tomarse es Ia de inhabilitar @ tanto charlatdn y vividor como pululan por abi, y prestar apoyo, colaborando con ellos, a quienes se to- man —se han iomado siempre— todos los asuntos huma- nos muy en serio. De ahi que, para que la poca o mucha influencia que ‘estas paginas pucdan tener en el lector amigo sea plena- mente positive, uno haya ereido oportuno erodears su ex: perlencia de una serie de textos que demuestran que, antes de su encuentro con ellos, el autor ya habia conocido hom- ‘bres y mujeres de la Tierra con una visiOn eésmica de Ia a existencia, que poseian la humanidad y la inteligencia de Jos extraterrestres, antes de que éstos irrumpieran en nues- tras vidas, ‘SouRE LA «MANIPULACION® ‘Mis padres eran libertarios. Lo que significa que, desde muy jévenes, a mis dos hermanos, a mi hermana y a mf ya nos enseflaron a vivir libres. Lo mas libremente posi- ble, en un mundo cada dia mas violento, agresivo y cas- trador. Primero en nuestro hogar, donde mi padre no pes ni castigé nunca a nadie, prefiriendo explicar, conversar, razonar, hasta la saciedad, en torno a Ios pequefios proble- ‘mas que podia plantear la convivencia. No tanto la del hogar como la de la escuela o la calle, Al mismo tiempo se nos desperiaba el sentido de la responsabilidad y de ia critica. Hablaré en particular de mi formacién —soy el mayor de Jos cuatro hermanos— y de mi educacion. ‘Mi padre no sélo no castigo de obra o de palabra a sus, ‘hijos sino tampoco a los muchos aprendices que tuvo a su lado. ¥ esto siendo é1 un joven obrero en su Valencia natal, Su emigracién a Barcelona, en 1915, fue debido a un incidente con el encargado de una fabrica de juguetes donde mi padre trabajaba. Le tenia dicho al encargado que cuando tuviese algo contra su aprendiz que se lo di Jese a él. Pero ocurri6 que un dia, en ausencia de mi padre, el encargado le pezé al aprendiz (cosa muy corriente en: tonces y durante muchos afios)! y al pedirle cuentas, el secuaz del duefio de la fabrica amenazé a mi padre. ;Nun- ca lo hiciera! Un compaiiero de taller —el cbanisia Cer- Vera— me conté lo que sucedié: «Mal remate le puso el encargado, Eduardo. Muy mal remate, porque tu padre, apenas oy6 Ja amenaza, dio media vuelta y le sacudié un Pufletazo de antologia. ‘Cayé al suelo doa Santiago —cl encargado— y no hizo mas que levantars> y t4 padre le soli6 otro directo. ¥ asf hasta que intervinieron varios obre- ros y se llevaron al encargado a curarlo al botiquin. (Me- 2, yéage ol, aptula 2 mundo alusnante, de los aprentiges, det 1b RRSP eat aa ted si pte Si nuda paliza Je dio! Yo nunca habia visto a tu padre tan fuera de si, la verdad. #1, que era un hombre pacifico, de luna paciencia infinita, aquel dia parecia una fiera dando golpes... Ti no puedes saber lo que significaba en aquellos Hempos el que un obrero —aun cargado de razén, como tu padre— le sacudiera estopa a tin encargado.»? Si que lo sabia, porque nuestra madre nos lo habia ex plicado: a mi padre lo pusieron en la lista negra de Ia pa- ronal valenciana de la madera, Era lo que se conocia por el «pacto del hambres. Era uno de los tantos «inven- tos» de los patronos —espafioles y no espafoles— para tratar de someter a los irreductibles. Y, come tantos otros, ftuvo que emigrar y alcanzar la «tierra de promisiéns, que era Barcelona, Eso explica quiz (porque mi padre no fue, on mucho, el tinico ebanista valenciano sometido al pacto del hambre), el que el Sindicato de la Madera barcelonés se contase, en la década de los afios 20 y 30, entre los ‘nds revolucionarios de Cataluna. Valga, de entrada, esta puntualizacién: ninguno de no- otros fuma, ni se da a la bebida, ni es aficionado a los {juegos de azar, ni se ha acostado nunca con una prosti ‘uta, ni ha atentado contra la propiedad privada, por lo menos directa y personalmente, y ha vivide siempre del fruto de su trabajo, nunca del trabajo ajeno. Sefialo todo esto porque estas particularidades es de suponer infiirion algo, piensa uno, a la hora de ser escogido por los extra- terrestres como mensajero suyo. Mas todavia: en nuestra casa jamais entré juguete alguno que tuviese relacién con Ja violencia, ni en la modesta biblioteca de nuestros padres Vimos nunca libros que incitasen a ella o la fomentasen. Ni tampoco ninguna publicacién que despertase los bajos instintos que, como es sabido, cada uno almacena en sus entrafas en mayor o menor Cantidad, Otro tanto ocurria Gon las peliculas que vefamos. Nuestros padres no nos Prohibjeron nunca nada, Nes explicaban los inconvenien- ‘8, las incomodidades y peligros que algunas inclinaciones Podian acarrearnos, Y ramos nosotros quienes del Gccidir, ya desde muy pequefos, repito, 1o que hariamos © dejariamos de hacer, De ahi mi nula aficién a las pelicu las de géngsters, del Oeste 0 de terror y mi gran pasion Por las comedias musicales y las peliculas comicas, cuan- do era nifio, Por consiguientc no tenlamos la menor aficién 3, Bauarde Pong Prides, On soliade de tx Revien, Biisial Or sof dl'fov, Maud Ste ete 2 See ee ee eee een cee eee eee Socme eens 4 cm me ee a eer ee iy epee pp igietaecel aad cama couse ene cone eeree Spi icone ee nee Sao a ee cae See at ee SSeS eno eae oe ee eee ne eee ae {Ghd eats point Pr lene Ona Se for sory mo cng tot Sein enc de dogma pescsstae seen eee at nae eee fepubtesciat oao dua Sta Gata asa Pacis aneveiaes rss nde Senge iene, ac > ebaae2 et ee Sore cant tet scone ger vec cs Tr Set atnee meer que ago. ce hts o'tidis's pasunioro au clanrove tsa ena ee ee Se ee occ age lak Sa eee Se eee aie nace te eeee ae eee oes en cietere—, Feri mimic qu ta nana major (seores ees er ra ‘ura Tmgino x, de haber eon tan ssogentonador arco maple mmo do nce ne ater [ia‘taperio ene on ee oda bee pana on caigu tla seasonal te hop, Essen stb ny enc yo Gite Sei aie no tenia por a hater tas ttn eo Fow on apr oan fe sauces an ee shonin mas Sato a eg eee SS {fsa a tr min gue om doy wo st respec enn eraitopavinca seca a ‘is rhea sum ator el un Ie exo ste Pein Tie eine ae Ee, rE Sa eee eet Se ee a eer Se See Se eee eee Bese napeceeriees ese ee eee goose tase eee eae ee eee eee eee oes Some iE Rerecerstce theyouw abies cence aes de Sots Pes {reader form mens erm arta? Si ea ae dr ‘Sting pce pre eon yee Ror ‘itt mie pels a oe on mae Sconce isn i ora {En"dervas de a sonican ue de motos per de et poe ete ther Hy pe myer in eo cm ein ee Sone | Seo oso oes eee cee | REO Oy raves ren cri oma aes ence ca ener cnee ‘eke oes at erg fu ao be epee, eee ee oa ee et ‘Roche. Régimen ‘de ‘dewanso que sequin practcando ee ce ey See er ery ‘ine fa yo par vi eta tra atmo ig yo tant por sree ate Pertenece. er en nat ye ein dos fine sgo durmicnde mis ste w ocho heres md eres ent ge ts ne Fe epee a ieee") 2 nore i aca Eve erunsos Se BS ee ces Af atin ed ce oe poner Sep Ses cis wen ere en we Seen os ann ‘nuestra no se dio ni nerviosismo, ni gritos, ni menos adn estos histéricos., ‘No voy, con falsa modestia, a pedir perdén por haber- ‘me mostrado como «modelo». Podria haber citado doce- nnas de casos —muchos de ellos constan en mis libros, pero preferi hablar del caso que tenia mas a mano y que, en este trance, mejor podria servir —si sirve para algo— a quienes sentirian alguna inclinacién al estudio de mi ‘mente, de mis recursos paranormales... o de otras potencias Interlores o periféricas. Entonees, si esta claro que en el nifio de hoy se con- forma el hombre y la mujer de mafana, y éste se forma cen el hogar, en Ia escuela y en la calle, no quedaré menos claro que fo que deberfamos hacer es no remover las pequelias cantidades de mala uva que, por Io visto, todos almaccnamos en nuestras entrafias, sino cultivar las bue- zhas inclinaciones, la generosidad y el amor, o el compa fierismo de que uno ¢s capaz. Y asunto concluido, Y re- machar bien esto: al mundo hemos venido —nos lo dice Antonio Gala con bellisimas y, a la vez, dolidas palabras— fa tratar de ser felices, y no ‘podremos serlo plenamente ‘més que en la medida ea que Jo sean también todos aque- ‘los que nos rodean, aunque estén a miles de quilémetros de nosotros y su piel sea de otro color que la nuestra, Podria hablar también de mi experiencia carcelaria, cespafiola, en el invierno 1945-1946, En particular eon mu cchachos de estirpe gitana —ejercian de «desculderos» por Gerona, al parecer—, 2 los que conoci en Ja cuarentena y ‘uve como alumnos en la escuela carcelatia después. Con tuno de ellos convivi en la cuarentena varios dias. Al decir de Ja sociedad era un malhechor, pero yo puedo afirmar que alli me dio pruebas de un taiante salidario ejemplar, siendo yo un perfecto desconocido para él. Y un «politi cos, para que no faltase detalle, Pero seria prolongar demasiado —no innecesariamente— este capitulo. Quiero decir, sin embargo, que desde muy joven oi decir a mi padre que el hombre nacia bueno y que era la sociedad Ja que 10 volvia malo. Confieso que, a ratos, llegué a dudar de ello, pero a estas alturas reconozco que mi padre, y ‘cuantos opinaban como él, tenian raz6n, La sociéloza Ann Druyan y el investigador Carl Sagan ‘nos lo confirman —cientificamente— en estas paginas. Mi padre decia tam- ign que estaba y esti al alcance de cada uno de noso- 1108, 1 posibilidad de lograr que la sociedad cumpla la “4 misicn que Je corresponde: poner los medios para que todos sus miembros sean personas de bien y gente feliz, Antes de terminar, otra breve aclaracién: desde mi abuelo paterno, Pons Ferrer (un republicano federal que ya anduvo a mamporro limpio con la fuerza péblica, en Valencia, manifestandose en pro de las reivindicaciones autondmicas de los cubanos y de los filipinos), pasando por mi padre, Pons Sisternas (uno de los fundadores del Sindicato de Ia Madera de la CNT, en Barcelona), un sorvi- dor, Pons Prades, y mis cuatro hijos, Pons Santano, en ‘nuestra familia vamos ya por la cuarta generacion de gentes totalmente desconectadas y totalmente despreo- Cupadas de todo lo religioso. O sea que nosotros ni esta. ‘mos, ni hemos esiado munca, inmersos en «crisis de fer. ‘Ni las crisis ajenas de este tipo nos han ocasionade de- presiones 0 traumas de ninguna clase. Con su pan se lo ‘coma cada cual. Por consiguiente, los extraterrestres —y concretamente los tripulantes de la nave Lie del Cosmos ‘no se me han presentado bajo forma de virgenes 0 santos, como segiin parece algunos dicen haberlos visto; ni bajé €l aspecio de demonios o genios, como al parecer suelen verlos los seguidores de tradiciones esotéricas; ni tampoco en forma de misteriosos iniciados, como dicen vislumbrar- los Jos estudiosos 0 seudoestudiosos de lo oculto? Por otra parte, mi padre nos decia también que el ‘mejor predicador es el gue predica con el ejemplo y, & ser posible, deja bien establecido que de Ia predicacién no obtiene ganancia material alguna. Pues bien, a la vista dc los suculentos tinglados comerciales que se han mon- tado esa partida de escudrifiadores-alteradores de la men- te, de la conciencia y de los mds intimos y oscuros reco- vecos del ser humano, uno se pregunta a qué se hubiesen dedicaclo esas gentes, hoy, si no les llegan a caer dal cielo nunca tan ajustada la frase— los ovnis. ¢Qué clase de Sectas 0 congregaciones se hubiesen inventado para ali Mentar su cgolatria y tratar de disimular esa suma de esequilibrios de los que, a mi entender, adolecen la mayo- ria de esos vividores del «fenémeno» extraterrestre, y que van desde Ja decrepitud sexual a la indigencia cultural ena scree oe teas Sst, Se ee ee ree 3 ‘mds apabullante? Grave y delicadisimo estado de alarman- tes repercusiones, sablendo, como es notorio, que ambos equilibrios, para cumplir al dedillo sus respectivas funcio- nes han de complementarse admirable, fantdstica y ma ravillosamente. Hemos creido oportuno afiadir unas notas, a veces ex- tensas, al final de cada capftulo por varias razones com cretas: a) a menudo son la extensidn del tema abordado © esbozado; 4) a veces se trata de un tema que se imbrica con el precedente, aunque también sea «otra historias; ©) en otras ecasiones, como es el caso del fisico y astré- nomo perpifianés Frangois Aragd, se citan escuetamente algunos personajes por lo aleccionadoras que son sus ac- tividades y su trayectoria personales; y 4) finalmente, por- que pueden servir de pista cuando el lector necesite doct- ‘mentarse mejor sobre un tema conereto. ‘Como era natural, el tratamiento del tema de las naves, espaciales extraterrestres, y sobre todo el de sus ocupan- tes y el mundo del que proceden, nos ha revelado, a los profanos, Ia inmensa seduccion que irradia del escenario fen que unos y otros nos movemos y actuamos: el Univer- 80. De ahf que, ademis de los apéndices y las notas, que ‘nos hemos esforzado por sintetizar al maximo, hayamos ‘considerado necesario destacar al final del libro, en las obras consultadas», las obras que recomendamos al lector amigo para que vaya adentrindose, amena y provechosa- mente, en el infinite y maravilloso Universo. Por otra parte, el autor queda a disposicién del lector ‘que desee mayor informacién sobre cualquiera de los ‘temas que aqui se mencionan —a veces muy superficial- ‘metite— y a quienes lo soliciten en carta dirigida a Editorial Planeta y a mi nombre, remitiré fotocopia in extenso de los trabajos extractados o facilitaré toda clase de informa- clén sobre libros, revistas y organismos a los que se pueda solicitar documentacién sobre una determinada materia (agricultura, ecologia, los bosques, el mar...) 6 EL MENSAJE DE OTROS MUNDOS (31 de agosto de 1981) Quréxes soxcos Somos los representantes de una infinidad de planetas habitados por humanos y animales de todas las especies, que componen Ia Armoniosa Confraternidad Universal NuESTROS pEstos Desde hace muchos siglos: establecer un contacto fra- ternal con los habitantes del planeta Tierra. Tan s6lo su cardcter belicoso y las acciones destructivas han hecho imposible el contacto definitivo. Desde los tiempos més Femotos, y por todos los medios a nuestro alcance, hemos Intentado dar fe de nuestra existencia y de nuestras inten- clones, Y anhelébamos quo la Tierra centrase toda su inte- Tigencia y esfuerzos en corresponder a nuestros intentos. En lugar de eso, recientemente las potencias mas «civili- zadasy han procurado mantener en secreto muchas de ‘Buestras apariciones sobre la Tierra. Como nosotros somos gente de paz, nos hemos limi tado a visitar periddicamente la Tierra y a observaria, siempre con Ia esperanza de que un dia so estableceria el fan deseado contacto definitivo, Contacto que no ha sido Posible, repetimos, a causa de vuestras guerras, en las ue, al paso de los tiempos, se han ido empleando recur- S08 destructivos de mayor potencia, hasta aleanzar Ia si- ftuacion actual, en que el planeta Tierra puede saltar por los aires, en millones de fragmentos, ef dia menos pensado. a am cree on vim colar) par bey er er es eee eee ‘ety expan by Terre Po a aes ee ‘Tan Ga tora to ales opeanons de posi a rts une tua hte ade “iment on UL, poses snp aban props hte oe ses ies exc ‘emo che ea Sige i aa ae eae es ere pe eee ceca is Ee 1a decane ox ee ‘Y queen rrr aur ee aoe {Bie ge. Somnee Unea Penne fein ss contac “prance pogcan pure © fortron pene saci mas que emma onde en rcs. ep sca ace $8 papel eur Fre # conn nb ns APOSTILLAS A UN MENSAJE St nuestro quehacer cotidiano ng destella fuleor poctico, np es la Vida lo que viviremos sino que, fia tras ia, nos ir saliendo al paso la Muerte. Howny-Davi Taronsau «Tal vez todas las civilizaciones considerablemente més avanzadas que la nuestra han aleanzado una inmortalidad personal efectiva y han perdido Ia motivacién para vagar ppor los espacios intersiderales, Io cual, por todo lo que sabemos, puede ser una necesidad tipica de las elvilizacio- res adolescentes», ha escrito Carl Sagan.! Recuerdo que, en los primeros afios de la década de los 50, el amado fenémeno ovni empezi a ocupar espa clos cada vez mas importantes en toda suerte de medios de comunicacién y, muy particularmente, en las revistas de tono mds o menos sensacionalista. Residia yo entonces fen el sur de Francia y, como autor de guiones literarios ara cine, hacia frecuentes viajes a Paris. En uno de ellos, fn la primavera de 1950, cay en mis manos una revista francesa, Noir et Blanc, en cuyas paginas vi por vez pri- mera unos dibujos representando supuestos platillos vo- lantes, aderezados con un texto pasablemente Eantasioso, pero que, a mi entender, tenia su miga. Para mi, al menos, si la tuvo, puesto que ef 31 de octubre de 1952 depositaba fn la Sociedad de Autores de Peliculas, de Paris, un guién Iiterario (registrado con el miimero 13828), titulado Aven- tura en Venus (y mds tarde, tras una revisi6n, Destino: Venus), inspirado un poco en el reportaje de Noir et Blanc, pero en el que yo habia dejado volar mi imaginacién a Autor: Carl Began forebears yey Sere conde ce pacar gS eer ESS eae Ss per ey oe Siena nea Coe noua mre Se Siece ween ate es eee ge ear ae Seem ear ees Soe fer wry ga eremor de fain oe rte SSE Mins ec rage ul prc. paca eters rs acer noel car “Petre y oven mcntgnder Cr Sap oe ator ‘Spade heer una sede preguns en he gue sean ee {aespocr Tiempo ale Espn Yano Sage ab ‘atu tase onsen de plan 1981 tite ‘SiR iene con bee cisco in Sestra Se RSE UES ho ipaence eo os eee Seis iseik a ‘ered deve ars, nae) = ot Te pac yet pea aston ems nr Secrest acinar ps ia incogtucve del mena: cull e II epic yr gerard ce See i's et fe rs sn figs poco sei, poate, coe, hnoe fui cm Fee a epina as telco eal oe pila”. era pee 1 (ict dt eg a este de 80) eee ho smu Comparer, yo dea fomar ia gues y ees FAqpeees i re Sate niasterstalameetnsne oe Sha Tach a9 isa, oa “Te age! isupersie nar de Iemsnosid In fn i ta eels wo Se me eel ae ‘trun employe semeene acs mo en ‘pig adn cae uaa dts bose De iy fen eo ng fin. ar an oc aca st a Ca Se — Mar un cope de rome, Me tit In lope Biel a ta seca ms Say se Tonia por sna cece de huio mucor Ea et to | eeeiaen eens peter ces er eee eee a See eee eres Pee a) eee eee eee ee eens eee rere cee ee ee cena co mesreecoe Ecco ies Scary tts de apr tos =. cat {i pean preycsdn «cara lana Tauhic ches ee tee ee ae ‘ese at emp Aorns el tet ge thet Set Sotreneecwa le peieecoerat ie: ee eee ee ee "EShorn, a me lo permit, ie ants a coche a base eee ee a aca ee eee ee eee Sais {es gu For teeta gue npg! ee Shi ecm sce ra sat a a parce oe nant am mad eo ratindons ‘ko asuntos et angibow pare slbrgt Gemini Se Semicon en dnt ta te cae fr sc cae apn i veins qu ser, mah Toons pct gues qa fy ox mos sar ue me extore puoretusp,pse 8 UNA LARGA CONVERSACION Y SUS PROLONGADOS SILENCIOS Para nada sine conguistar la seguridad, en rela: ‘lg con los hombres, sl Jas cosas celesies| y Ins osee subtervéneas y todo 10 que hay en el Univer. S> sin limites sigue Seado objeto de dees com Bisse, Locercro En esta época de pobreza moral, lo fundamental es ‘espertarelentssiasmo. Prcssso lay que amar la Vide para amar el Espacio. ‘Kazuarr Twasict A nonpo DE UNA NAVE BSPACIAL DE OTRO MUNDO e pronto la voz me dijo: Ya te hemos confiado el mensaje. A mi eso me parece més bien tun ultimétam... —aven- turé yo. —Es Jo uno y lo otro a Ia vez, y cree que sentimos mucho el haberaos visto obligados redactarlo en esos términos. ‘De momento no puede localizar de dénde salia aquella vyoz. Me parecié que venia de lo alto de la sala y a ratos ue salia del centro de la mesa que me separaba de ells. Durante la werabacién> del mensaje, que hicieron con cierta lentitud, yo habia podido leerlo perfectamente y he de confesar que. su contenido me alarmé sobremanera, Pero uno, que raramente pierde su optimismo (puede que tenga algo de ese «fluido eSsmico> que, segin ellos, algu- hos terriqueos poseen),! acabaria por serenarse al pensar 1 te Barbas arene, or do i el cure, eat gear ait Ah can eo a Goal iit Yh Soran jue inetd dt Toate aver Beet re pee enire i ieee SEP GE SERN, is SOGMthttilSaitrat ao tee 37 que, con la difusién del mensaje, quizé contribuyese = vitae peores males ~;De qué quieres que hablemos? —pregunté Ia voz Muchas preguntas merodeaban por mi cabeza y alia que podia davies suelta parecia como sl, al pugar por Sills todas a la vee, ninguna de ellas consigulese despegar del tumulto. Por eso permaneet unos minutos en silencio. Quiero hacer una advertencia: cuando hablo de «tien pow, erates, «minutos. lo hago siempre por aproxima. ion y con un lapso de tiempo (las siete horas que calculo hhaber pasado en su compails) como punto de referencia, orgue lo cierto es —y de ello sigo tenlendo conciencia todavia shora— que all, en st nave, perdi no solo la no cin del iempo sino incluso la de i asentamiento geo. srifico, Oviero decir: que aunque al subir yo en aquella ‘ave copacal éta estuvira sanclada en el planeta Tierra, ‘iontras permaneei en ella tuve le sensacion de encon: trarme en un mundo muy dllerete al mio} enire perso. fas cuya confguracién menial tenia muy poco que ver on la que, por lo regular, domsina en la Terra, Lavverdad 5 que qucria preguntarles muchas cosas y a0 sabia por d6nde empezar AL fn me arranqué: “fe gustaria saber de dénde vents... si hay muchos planetas habliados, ademis del yuastro.., como tencis or Ganivadas wets vidas y, sobre todo, mi babes on. feguido vencar a Ia muerie.., y otras cosas que ya iré re cordando. i ohn Lavo, slempre dulce y cantarina,respondi6: —Si te refieres al tllimo plancia que hemos vsitado antes de legar a la Tierra, te diremos que era et Verde Bulllante, lamado asi porque en el abandan los 10s y los lagos. Nosotros procedemos de planets dstinios, Cuatro somos del planeta BlancoMarii, dos son de Vioieia Flor Yel oto es precisamente de VerdeBrillnte... Y es muy ope us otra tne hen. Ae deal pt ape ance as ee ee “Coo cash is aia de gee log oxaie tuscan nagaira aru, dl poplin Alar teks When OMS ar, A SE 58 e que ninguno de nosotros wuelva a pisar nunca més Ff planeta natal, Aunque st hay razones para ello pode fos esiar en comunicecién con ellos en cualquier mo- nto pot varios iedios. moti datonces 10 veréis mds a vuestras familie. .? Tits familias, seyin las entendés vosotros, no existen en micstro mundo. Nosotros ¥ i fario a escalainterplanctaria, Lo que signifi que cuando facemos pasamos a formar parte de la comunidad a la fue pertencsen nuestros progenitores, hasta que nuestras ‘irestias nos llevan a otzos lugares, pro sin estar Tizados Eadie en concreto y a todos ala vez. eComprendes?? ia verdad e5 que n0 lo acababa de comprender del todo, poraue siempre resulta diel! desprenderse de las tradiclones y atavismos terrqueos y disponer por entero ie nuestra mente para asinllar lo inslito. Tneluso —segan he podido comprobar « priori y @ posterior?— cuando s trata de personas que se tienen —o alardeah— por Dro grvsistas y que, frente a los hechos que desbordan el Gus- fro de sus rulinarios devaneos doctrinarios, reaccionan como auténticas retrégrados. Sifsy mchisimos planetas habitados —sigué dicien Ao a vz, Ca uno de lion com unas earacteritcas Singulares, que son las que le dan su nombre. Como diiais ‘osotros: ios hay mis ricos y los hay mas pobres. Uno de tllos, por ejemplo, es cl liamado Devierto-Dorado, que vi- Sitamos no hace mucho. Si nos fijésemos tan solo en st Superficie, 8 més blen de aspecto pobre, como wucstro detierto del Sahara, pero en su Interior podemos descubrir Jagos inmensos cuyas aguas poseen grandes poderes se- antes, Por eso tiene muy poces habitantes, Pero all, ade- mis de tener varios observatorios muchos puntos de Feferencin para nuestra navegaciOn, Se han instalado bal ‘eatios para las gentes de nuestra comunidad Pero todo eso, a escala planetaria, requerirl una or t™oizicion monstruosa corte “Nata de monstruosa, compafiero. Tan s6lo una or tnnizacién racional, en permanente reajusto y perfecciona- Milenio, en la que cualquier miembro do nuestra gran comunidad no se siente numea extraio. Te pondremos otro ‘ejemplo: como todo el mundo sabe que puede y debe co- 2, nator Antonio, Gala “otro ferrkaneo gon uit fumigo, cin da Perea Ea eSitiaa so sentra, eismentss en ie ve Shanice es 14 fe 2» laborar en ef mejoramlento de nuestras respectivas ex, tencias, tomemos cl caso de uno de nuestros compafieros al que’se confia el control de la salubridad de uno de 08 lagos. Que estaré muy aiento a su misién es algo ineuestionable, pero que, ademés, si nota la més minima anomalia en cualquier otro lugar inmediatamente pondré en marcha el dispositive de alerta, porque él sabe muy bien, ya que asi se lo han ensefiado en Ia escuela, que nada de lo que sucede alrededor suyo le puede ser ajeno. Y sabe también que no se debe subestimar nada, por muy tenue que pueda ser su tinte de anormalidad, y que, por tanto, debe hacer répidamente cuanto esté de su mano para qué todo vuelva a la normalidad, ¢Comprendes? Naturalmente que lo comprendia, puesto que, como pucle comprobar, elfos empleaban un castellano perfecto. (Otro «testigo directo» ha hablado de ccastellano quimi- camente puro») Lo que ocurria es que, asi, de buenas a rimeras, todo aquello me costaba creerio, la verdad. Li 0 he pensado que, a la vista de los recursos de que dis. onemos los terraqueos, nosotros podriamos perfectamen- te poner en pie una organizacién semejante, a escala pla- netaria. A condicidn, como es légico, de haber enmendado antes las tremendas ¢ insultantes Injusticias sociales exis- tenfes en la Tierra jY no digamos si la Tierra se incor. porase a una comunidad césmica! Pero yo seguia obse- sionado por lo que parecia ser Ia base de esa organizacién. Yast se lo plantes. ComNEDADES HUMANAS SIN BASE FAMIZIAR —Como ya te hemos dicho —prosiguié la vor—, las celulas bdsicas de nuestras comunidades son los grupos formados por afinidad de vivencias, Vosotros ditiais se- guramente por obligaciones profesionales o familiares Te pondremos otro ejemplo: nosotros, antes de venir a la Tierra a realizar Ja doble misién de explorar vuestro pla- neta y de vigilarla, pllotibamos una nave mucho mas ‘pe- quefia que ésta, dedicada a la exploracién interestelar. 4. Vous ot aptnaicn 2, 6 Primer ira del ein loreal ae recor lentamanie con och pose er ere rived Gl Etadon estar spronbica ese, Punto gleamino onde seme que parado coche} seme apagarontos aos. ¥ ahora, cuando regresemos de esta misién, es muy posi ble que’ nuestra tripulacién se disgregue, por lo menos durante un tiempo determinado, Una de nvestras comps: fleras se encuentra en periodo de gestaci6n, lo cual significa que seré atendida en'el primer planetactapa que visite ‘mos, hasta el dia del alumbramfento, Es posible que un dia vuelva a reunirse con nosotros. El solo hecho de que sjames sido compatras de wheacas durante sige misién podria explicar que nos interesemos por la evolu: cién de su acing) " eae Y, tras un breve silencio, vor prosigulé: da ise eee Ga el a nuesiras compatieras de tripulacién, Jo cual signifiea que, fen el primer lugar que aterricemos, se separarn de no- sotres ¥ dispondran de un tiempo para vivir o viajar a su antojo por el espacio, vsitando aquellos plancias aue les plazea, con Ia certera de que serdn recibidos en todas par- tes como verdaderos hermanos, ¢Comprendes? To comprendia, claro que lo comprendia, pero mi com plicada mente de terriqueo segula salpicando aquellas bellas estampas de preguntas insolentes, que yo me hacta para mis adentros: Pero, cbmo se pueden formar comu hidades de ninguna ‘especie sin Inzos familiares?* Y, cse casan cuando quicren, sin pedir permiso a nadie, y Tego se descasan cwando les viene en gana, y ya esta? ¢¥ esos ial de novos ui duran? <¥ quien ja In duracion Viaje? 2¥ se van de viaje por el espacio, ast, por las Tess ade kommen ‘UNA FRATHRNIDAD UNIVERSAL erkmaue cirto es que aun tbertario vo deberta hae le sorprendido nada de lo que estaba oyendo, puesto que la sociedad fraterna con la que nosotros siempre so- fiamos, y por la que tanto hemos luchado, tenia como ema: «De cada cual segin sus postbilidades y a cada eval segtin sus necesidades.»* Lo que significa que, en un esta: 5 Mitornd® enc) para rhisaiar ing rieenclas peranates gue tard ian shergita”Wanetacs 9 Eales Tole Dee sy’ stenitcative. "gue otron cBixariadotess‘babian:paondo Dor alte a dio inicial de esa evolucién hacia la fraternidad universal (detalle importante: gentes de escasa o nula cultura, ha- Dblaban ya de «fraternidad universal»), Ios que, por las ra- zones que fuese, tienen mayor capacidad de entendimiento, de organizacién, de trabajo y de comprensin de los pro- ‘blemas humanos, deberian poner esa potencia de ereacién al servicio de todos. Mientras que los menos, 0 peor do- fados —que lo son, casi siempre, a causa de las seculares injusticias sociales—, deberian poder acceder a todo aque- lo que les permite ser felices, libres y, naturalmente, ‘superar sa impotencia primaria con la misma facilidad que Los mejor dotados. Esto ya lo sé —porque nos Jo repiten a diario los «sa- bios» y ios «cretinos» al alimén, aunque con argumentos distinios— es la Gran Utopia. Pero no deja de ser curioso Que estos dias —mientras pasaba a maquina el original de este libro—, en una emision de televisién espafiola, muy popular, se le hiciera decir a uno de los personajes —que Se suponia procedente de «otro mundo»—: «Yo vengo de tun lugar donde el que tiene da, y el que no tiene, toma.»? Quizé por haber podido comprobar Jo dificil que seria, realizar esa revolucién en la Tierra, era por lo que ahora ‘se me hacia tan cuesta arriba el admitir que, en otro pla- neta, tal sociedad pudiese ser una realidad. De lo que no Te cabia la menor duds, sin embargo, era que a medida Que conversaba con ellos una inmensa felicidad se iba adueliando de mi. Una felicidad muy distinta a todas las ‘que yo haya podido experimentar en mi vida, Pero, con fodo, yo segafa en mis trece. =" comprendo y no lo acabo de comprender, la ver- dad, porque si dos seres se jumtan eso quiere decir que van a formar una familia. ‘Nada de eso, compaiiero, porque es posible que uno de los dos, en ese viaje, decida quedarse, por lo que sea, fn el planeta donde estan pasando, por decirlo con pala- bras vuestras, «la Iuna de miels. Por otra parte, si cuando ‘SaNaclonales ae tsustise y de Pari cunnde ost a tte ne opr aloo wen rekata cb ok paso eg Spe ener ater Gages erate, ogee IS sealants We cuit dbcltawe paecaa’s Gaevntn Nom una pareja procrea, Jos dos, 0 uno de los dos, desea ser destinado al planeta donde ‘se est4 formando el nifio, se le dari ese destino sin demora, Porque la comunidad tiene que respetar siempre los deseos intimos de la persona, ‘mientras ésta sepa armonizar sus deseos con su labor, gLo centiendes ahora? —No de! todo, porque, segin veo, en vuestro mundo reina tal libertad individual que no concibo eémo pueden cumplirse unas minimas obligaciones hacia la comunidad, Porque alguna obligacién tendra el individuo con respec to la comunidad. 20 no? —Claro que las tiene. Pero no es una obligacién, segin Jo entendéls los terraqueos, sino una vivencia personal {que esta orientada, en un momento determinado, por lo que Podriamos lamar el «planning de la comunidad uni- versal»... 2 quién mancja ese planning? —corté yo. —Bueno, en realidad se trata de una red de computado- rascoordinadoras... Nosotros a eso lo llamariamos «burocracia robotiza- da» —corié de nuevo, con una punta de insolencia (de Ie ‘que, en verdad, me avergoncé en el acto)—. Algo realmente espantoso de imaginar —agregué—, al menos para los te- rréiqueos amantes de la libertad Confieso que caf una vez més —y no serfa la tltima— fen una de las tantas «frases hechas» nuestras. Porque si en aquel momento, a ellos les da por preguntarme a qué clase de libertad aludia, seguro que me hublesen puesto en un aprieto, ya que los «progresistas» hemos caido en la trampa que nos ha tendido los eretrogrados»: Ia de re- ferimos a la libertad —iy a tantas otras cosas més!— siempre en términos abstractos. Cuando de lo que debe- rfamos hablar siempre es de las libertades fundamentales, ‘concretas, de la persona humana, que son las que, herma- nadas, forman la Libertad. Como mas tarde me recalcarian ellos. Eso seria cierto si Jas manejasen tan sélo los elegl- dos 0 0s privilegiados.' Pero alli no tenemos ni de lo uno ri de lo otro, Alli todos, sin excepcién, estamos en dispo- sleién de pasar por los ‘tableros de mando de las coordi nadoras, ya que es algo que aprendemos desde muy j6- vvenes en la escuela, Hay que seialar también que moso- Yates a Sheets “a ‘ros no ponemos nunca nada en marcha, por atractivo © seductor que se nos antoje el proyecto, sin que esté do- tado de sus respectivos elementos de control y de neutra- izacién y, Negado el caso, de autodestruccién. Elemenios que son de pulsacién humana en todos los casos. Ningin mecanismo puede escapar a nuestro control, por inofen- sivo que pueda parecer. Nosotros hemos humenizado la téenica.” ¢Lo comprendes ahora? Si, pero a cada paso que damos a mi se me plantean nuevas incdgnitas. Por ejemplo: zeémo tenéis organizada Ja formacion de los nifios? Y esa especie de amor libre aque al parecer practicdis, ¢nunca provoca fricciones 0 en- frentamientos? LA FORNACION DE LoS NINOS... ¥ EL AMOR LIBRE —Tu reaccién no nos sorprende en Jo més minimo porque desconoces la clase de formacién que nuestros hiifios y niflas reciben desde su mas temprana edad. En uanto empicean a tener uso de raz6n: a partir de los fuatro © cinco aos, Sin la menar discriminacion, unos otras reciben una doble formacion: la voeacional y Ia ne- fesaria. Muchas veces ambas coinciden. Pero Jo esencial, Ta clave esta en que cada nino y cada nia desde muy Joven sabe que la formacién necesaria es Ia que To inser- ard mafiana en un higar de servicio a la comunidad. Mien- tras que, con su formacién vocacional, llenara lo que vo- Sotros llamdis «tiempo de ocio», aunque conviene puntua- Iizar que, dada su formacion’ general, es0s «tiempos», ademas de favorecer y desarrollar Ja eclosién de su plena Personalidad, en armonia con su emtorno, de alguna ma- niera contribuirdn a enriquecer lo que, para entendernos Bien, podriamos lamar, utllzando pelabras vuestras, el Acervo cultural de la comunidad. —Por necesariay nosotros entenderiamos «obliga- Uisseelee steoatentens flo"Gs Soult aatebateataa” ‘tpocalipes nuclear a escala planetaria. 6 —Vosotros si —replicé Ia vor pero nosotros ‘no, Puesto que cualquier nifio, en todo momento, tiene a su ‘aleance el ejemplo de quienes lo ayudan a formarse. Dicho de otra manera: se orienta a los demis dando siempre el ejemplo, Bsa es la clave: que no se puede pedir nada a nadie si antes uno no estd dispuesto a dar de s{ todo lo ‘que puede dar. ¢Comprendes? —Supongo que Ios deportes deben jugar un papel im- portante en la vida de vuestros nifios... —Bien. EI deporte es importante para todos: para los pequefios y para los grandes, Es algo que forma parte de nuestras vivencias cotidianas, —eY qué clase de deporte practic&is? —Luego ti mismo podras ver practicar alguno, Pero te antieipamos que el talante con que nosotros practica mos el deporte mo tiene nada que ver con el que domina en Ja Tierra. En nuestras vidas no entra para nada la no- cién de competitividad.® Practicamos el deporte mas ade. cuado a nuestra manera de ser, a las necesidades fisiolé- sicas y para solazarnos y divertirnos. En seguida comprendi que me habja metide en un buen tio, porque... ¢qué podia yo decirle, con relacion a Eh primer lugar, el silencio durante el descanso regu- lar. Ya descle muy niftos se nos ensefia, a la par que vamos descubriendo nuestro cuerpo, a relajarnos; en una palabra: a vivir y a descansar en armonfa con el cuerpo y con st entorno. Vosotros dirfais sezuramente «a dominar su pro- pio cuerpo». Es esa plena posesién de s{ mismo, la relaje- ida con naturalidad, Ia que nos procura un descanso total, de incomparables efectos tonilficadores y sedantes, EI silencio, inteligentemente aplicado, ayuda a la mejor conservacién de todos los érganos, en particular los visua- les y auditivos, a la yer que clarifica nuestra mente. Por ejemplo: hay muchos momentos de nuestra vida que pode- ‘mos vivirlos con los ojos cerrados. Y otros con los oidos tapados. Fijate en los extremados culdados que los terré- queos dedicais a menudo @ yusiras maquinas, las de los lugares de trabajo o las de uso personal, como son los auto- miéviles, y comparadio con el escaso o nulo interés con que cuidais ‘Yuestros cuerpos. No consideras que esto es una ‘contradiecion imperdonable? a | Por el grado de indignacién —eindi wcién eésmicar la Hamaré en adelante, para darle una dimensién a tono con Ja magnitud del desafuero que Ia provoca— que de pronto ‘se apoderé de mi, deduje que ellos estimulaban constante- mente mis reflexiones y yo, a la vez que me admiraba de hhaber logrado amasar en mi mente tantos «datos» y « F acomuntcadoss de ton fraterno y paternal, a vooes, POF Ata Tierra de nacstnas entretela, ya meroded una especie de terriqucos que tenia, por devitlo con palabras recién Scutadas —en nuestra larga conversacion y sus prolonga- de sence mucho flo aoc de pesho pan en fio, Fluldo que, por todos los medios a su alcanc, trata Gs invutlor 2 sus semejantes, Tal itento levara al pelo- {én de ejecucion, bendceldo por el catolicismo expatol —el Pelotda, no el efecutado— en Montjulc, en 1909, entre otros, Eifundador dela Escuela Moderna, Francisco Ferrer Guardia ‘nora, el documental en color me mostraba el represo de las naves exploradores de mares a uno de los planeta Slope, como devtan efor. En el area de atertizaje habia fhocha gente y vi grandes mesas de frulas de todas clas, Ze colores muy vivos, brilantes, Eran hombres y muje fs de tala menor a ia de mis contertulios. Unos de tez iar, como elles, otros algo aeitunadas y algunos moreta. Habla varios grupos que cantaban y ballaban cogidos de la Zpano, en ears aberos fay como he wa alla ea dateriniaadas vegiones de Yugoslavia y en Grecia, Yo no Sia hace donde mira en th afm de eaptar todos lov ctalles Pero con ser fa interesante Yo que estaba viendo, fo que ms me maravill fue el veres las earas a mis cus fro interlocutores, A medids que bajaba su vsera el halo veporowo ce iba apartando y descubria sus Ssonomas: Ins Ue aos hombes 3" dos féminas. Parecian caras de tipo nr dic, sobre todo las de los hombres. La bella de sus ras- foe ine recordaba por momentos cerfas estatutas griegas fe ia antigiedad. Ellas tenon In narie més achatada y una tex menos blanca, Era difel daries una pigmentacién de- terminada; supongo que, causa de la luz ambiental, que tra blanquisiia en general, lovemente a votes, entrecor- fda por maties ross oszulados. ios se dieron cuenta muy pronto de mi stupor. Eijpesco erelas que ramos muy dlferentes de osotros? NS supe qué responder, porgue en Tealidad yo, perso- nalmente, no habia sabido munca muy bien qué clase de Inorfologia sola aribuitse alos extraterrestre, Izorabs, fn todo punto, In variedad de sujetos apercbidos 0 com factados por ls terraqueos. Segul observandolos. Las dos feminas pareclan mujees de 25-2 30 afios y los houbres igo mayores: uno de clos podria tener 40 a 45 alos y el 8 otro 30 a 35. Siempre midiendo con los raseros nuestros, or descontado. La vor afiadié: —En nuestra comunidad existen grupos que son dife- rentes de nosotros, pero tan sélo en el aspecto exterior. El caso es que yo segula proyectindome, mentalmen. te, mis «retrospectivas» a un ritmo increiblemente répido. Y, como es natural, recordaba mis afios escolares, antes de Julio de 1936. ¥ veia nuestras excursiones al campo —t6me- Se buena nota: tres medias jornadas por semana—, con todo el equipo de la Escuela Labor —unos 80 chicos y chi- cas de 6 a 12 aflos— guiados por nuestros maestros: Ger. ‘minal, que hacia de director cuando todavia no habia cum- lido los 20 afios, y sus tres ayudantes, también, como él, estudiantes de Magisterio, las tres menores de 20 afios,™ Por vez primera vi sonreir al que estaba charlando con- migo a través del inlocalizable chisme traductor. Aparato gue, al decir de eos, era capaz de emitir en todos los idiomas de la Tierra y en los miles de dialectos que se ‘emplean en sus cinco continentes. A mi, una de las veces, ‘me preguntaron si deseaba que prosiguiésemos Ia conver. ssacién en catalin, en francés 0 en lengua de Oc... Sus pala- bras me parecian —viéndole mover los labios— mas bien balbuceos, pero la traduccién castellana seguia siendo can- tarina, musical, con un sonido muy agradable que, a ratos, todavia repiquetea en mis oidos. Pregunté cusl era el len. guaje que utilizaban entre ellos y me respondieron que lo ‘hacian a través de un cédigo de’signos convencionales; en articular cuando comunicaban a distancia. —gAlgo parecido al esperanto? —pregunté, sin reflexi nar demasiado, —Bueno, si, en parte. Empleamos un lenguaje y signos indiferentemente. Todo depende del asunto. A veces, como hhas podido ver en el documental sobre el planeta Verde- Cristal, también conversamos con las manos, como lo hacen on esa elegancia tan armoniosa vuestros sordomudos. Porque el silencio, como ya hemos dicho, es importantisi ‘mo para nuestro equilibrio sensorial y también para el entorno, ‘La verdad es que yo no habla captade muy bien todas Jas imégenes de aquella fiesta-recepcién, siempre a merced, ‘como estaba, de 1a obsesién por earchivar» el méximo de 24 Yeas ot apenas 1. a od hal sci ta nave y pena og tp dola concertos na tive scl yota prelendo ‘hla fora corporaann enuntaen na eae ‘deta mitisor Eneracovelveat ver: “Motares. ‘Se snows nave que ques ela coo = spacer cua, Jann Gr, des del ‘euganot ath eos soa coins epee -Timida er mucho menos ‘horn sod ‘se rtajo de dct, Sl gor « in Began a f'n ree tor Mat nee ay Sac Bad i mt 36 dr nit eps dna erg wok pr ttn ce Bt de Beis ES tt Scat acaeee conan es a setae ‘fabrenos pert ore} aiisentado camino que ‘Serena Sine tr ao ce oo PE Yo stl io ue ens eos mone au pa ce urs spi Sesto anole No spe kn pe er —respod evo, ow mn ean se ere re, ca isc Peta Seater” ane SSE de un pit so brie, To sere ‘Gosce & oto Sac, paris i io de ‘Si rei ee es ata ai anpre, “por severe qe o,Fero en nosotros casket flo eee (cso wnsprear i commun Sigua soso. eee ee eee os pmo oleae tm cal soe eee eS STE o,f & mi me parece qe eas mines Que vf dare oer ae ea ee eee oe eo me tia ent on ee cm scsi Bamps i ore re era oan fearaquen,¥ aul MM gone observant 6 on partic, en Ios ree ree etre ee ena ee ee oe nema face ee econ enn ee ees Se Sete “FE rion me daa in Enpreson Ge a, cin ellos Me ee eee oe ee Eom aige, cn verdad, (pura qae quer 8 ar 2 eee ae a Einicaeecre Sap aS ee eae eae ee “Tein Use canola reeradamente eee 10 0B ‘Sea ee Ara PoE cv compan 6 ar nvengnt cplovar er doc sparm rea sy Gee ‘idee, to alc de en oie om fete (Sih neato dh coon coe le de oe fei iq a un Tir. Peat Sher eee oe ee eee ‘cre sty sv oh ae eof 3 denen ‘Eine ote ie erate que costar =o tetany a ters cao be te Eee Sc cone Seer foo ee Sheeler ogni Sa aan a 2S eS rae tami ce we teens patents dae we pn Tate far osotor in ems Gt tharos fo Gor ‘pr se fre ee steno eS ‘Emerane colo gue me deron Sm ember, ao del ‘Spaitsne iste ey Sees Meo SS ie aurea Tostesnuri ect ina med a ¥ om parte prone inten ‘Bree Mayor Code de Buon A eo ee TERS pioat dulce 9 toe a ola pe ‘Een ur pena corr ae nice Loans ee pr eee Semen cei sate nfm oi ber arts {een eet ce mrs fri neo, gee ‘Saou, mad Spo Ge ose os Car sans ‘Se pedo, repo ae prepa, ee tir ache pg foe ar raarian Etim mat cin ona prepuntprins, iS ah» iw dr om cdi de vida, Ia clase de vegetacién que Ios rodea y los animales que las pueblan, Las elmas no tlenen otro atractivo para nosotros que el de admirar el paisaje desde una atalaya mis alta, aunque esto es cosa de la que también podemos dis- frutar perfectamente desde nuestras naves.» Ellos —siguie- on explicéndome— daban mucha importancia a no perder @etalle de cuanto se ofrecia a sus ojos, Es decir: no per- der la dimensién humana de las cosas.® Segtin pude com: probar en los documentales que me mostraron, ellos no ‘utilizan Jos elementos mecénicos mas que cuando es im- prescindiblemente necesario. Varias veces me rondé la tentacién de preguntarles si tuna vida tan disciplinada y reglamentada no resultaba a Ja postre aburrida. Pero, ¢por qué pensaba yo en «disci- plina» y ereglamentos» si ellos fo hacian todo en plena libertad? No seria ésia, por supuesto, la sltima vez que surgirfa en mf esta especie de grandes interrogantes, s0s- tenidos siempre en un punzante desconcierto: el de no acabarme de creer aquella realidad que tenfa delante de mis propias narices. Por enésima vez recordé lo que, tanto por parte de mis padres como de mis maestros (incluido mi profesor de cultura fisica, en 1932-1936, Cuesta, del Club Gimnastico Barcelonés, que fue campeén de Espafia de lucha grecorromana), recibt como consejo: el de cuidar siempre bien de mi cuerpo, de mi salud, porque de nada me serviria estudiar, hacer proyectos y trazar planes, si luego, adoleciendo de tal o cual afecciéa 0 enfermedad, en 1 instante de acometerlos me encontraba alicaido. Por otra parte, yo me decia: no sé si estos compafieros hhabran pretendido «ocupar> a fondo mi mente, pero lo que ‘se ponfa en evidencia, cada dos por tres, es que yo seguia emperrado en mis enfoques terréqueos, Porque, natural- mente, si eflos me hublesen puesto en estado de encajar sensaciones sin asimilarlas a mi aire —por Io menos las ‘mis esenciales para entender la vida— esta entrevista de- sembocaria en una estafa «made in Tierra» y los primeros cengafiados serian effos, Entonces fue cuando me di cuenta de la suerte que habfa tenido: estaba haciendo, a trancas y barrancas, Ia primera entrevista que unos extraterrestres hhayan concédido a un habitante de la Tierra. Y, por afia- didura, a un escritor historiador (de «cronista de la histo- 98 tla» me tratd alguien de la estirpe de «los antropélogos que no han pisado nunca la selvas), practicante de la historia ‘oral contada por los peatones de la Historia y al que, por otro lado, le hubiesen concedido el privilegio de subir a tuna de sus naves y de charlar con ellos durante varias horas. He de confesar también que sent no saber corresponder a su cortesia con mayor espontaneidad. Deb{ mostrarme ‘menos arisco y haberme esforzado —més, mucho mas de Jo que me esforeé— por moverme, mentalmente, en un te- rreno més abierto, menos tenebroso. ‘De otra cosa estaba también cada vez més seguro: que debia tratar de amasar on mi caletre aquellos insdlitos ‘materiales de reflexion y que esto era un esfuerzo mental que me tocaba asumir, sin més, por mi cuenta y riesgo, si de verdad queria comprenderlos y sacar algiin provecho de ‘nuestro encuentro, EL cowracro peeixrrivo La fémina que estaba en pie, apoyada en el respaldo del siento del que se encontraba sentado en medio, dijo: No trates de forzarte, querido compafiero, Limitate a tener la mente lo mis despejada y limpia posible y ob- sérvalo todo con todos tus sentidos: lo que ves, 1o que ‘yes y también lo que no eyes. Grébalo bien en tu memoria. Ya t€ dijimos al principio que ibas a archivar en ella mu cchos recuerdos. Luego, cuando regreses a la Tierra, ya ten- Gras tiempo de recapacitar tranquilamente sobre tu expe- Flencia a bordo de nuestra nave, Y podrés transeribir tus recuerdos y tus reflexiones libremente, segiin tus referen- cias terrestres, a las que sabemos que no podrés renunciar. Ya te habrés percatado del gran abismo que separa nues- tras respectivas formas de entender Ia vida. No es aventu- rado hablar de la existencia de dos mundos, Sin embargo, aunque por ahora no se pueda afirmar que «estamos con- denatios a entendernos y a convivir unos con otros», Io que ssi nos parece incuestionable es que, a causa de esa nociva intromision de vuestras naves mortiferas, que ponen en pe- ligro la armonia del Universo, tan costosamente ordenada ° ‘ee ona stcaspegnig Je “Site, quero compare, pero dues convene cnrasttee gutaraprees mete oneeery ome Sey dhe ot aces cmc temo toy crue veo Cage} pao 2 Wein rine de ergy sas, doa Lc deca ple ate mito ‘Sattar eur Raters to cout, ‘inon, in Thera ene que consgreroe a fondo n treos ee cog ee ora te one Tes oe he oe roe oles serio al mace lovornia oon nar eens Ihara de nm) Gea y sur vena ae Been serene eee See ae “ge ses hn alfa de tig a ino Semmmee meena Bee serene com on re Sarina al Poleee ge ope ae cae ae ence ee econ po eg Cd Seeicee tal oe Se eee ered for comin eI Tra a Duagndn a de, gb meer rae un Ys, ‘girs o'r me Bonu me es 1S gu aur ais ra mug mio Pert dee > teeta una parce ee prin Sea ee Aerie nS Sa sonar wn Stee Gh inna year Sluice wee tre ncn oa eee Epimaccramtccswas Sere sania met vy rman cin fs nt coms neon Yen ena at ‘Siarar=" sun dann sm ein bo ‘Suan gl ee incon con In ae ppt 8 ttn. tos ti, ae pn Se EES aE er orace Powe mee ge (cc puae dare coun Se qe en acpi tae ie Sakae tears nent Fe ae cy arian 7 Tose mn as MA cabin de que? cor. eepintindore ene see tener eb da Bue 8 Seas Steins ls cenit {Si aeons cron pose pate Seal yo er pact eae ‘Suet de naman de shee lds, 6 Seeitieeacs eae Say Stca ee ewe me ‘San cone den ethan tbajndo en eno sr. a etaarercn eee ae Sem cena ia ecaceern SSS hats hemaeeamteeertees ‘So fee mney sce sl, kid ae eee ae ‘Sipe cite que spss Maman ts ecada e'rin, PP pepontes at seek sree ners spit eee sd el ga exerdor gw prs Se SS restr ao co, {eis pr Slo ean sec oh Pu ‘Sljenaels roy me preps! ae ae Speseeee tis Seeeoresseete as ‘Srtigy comin concentrade —me ajo La witramay Efe ates Riga pence Ses ‘Secieg agence se espn tar ass derecdor ques non nn re ne cme ae a cee ee areata Tats Le torn cee Po se tna mins: Exe nt Gime cts Fae ja Qa nar rest tanto e absco "Gig foe compren No Be compen Lp seca gut os mu an Jop nect Sear a rit che sper ot pe ems mtn ut crn m que en la Tierra se dan a los exploradores-investi- gadores de pro, con vistas a domesticar y aprovechar las Fabietas de nuestra Naturaleza, Por ejemplo, en la persona. del primer vulcandlogo del mundo; el francés Haroun ‘Texieft.® 12, eae 6 deen 22. 1s pane ee ae Se eee cos min yuh meio de are eh ewan gue se han parade Gee ‘dcr tina qu, oe lad elo my # tendstit lens ante gay ete ne etn ceed eee ‘gues nfm OCs Coa? ess are nn asa mene SEP Sle Sa pecan tine Soise eee ‘cau, denne ren leo one gt SSE alge nos re, Sea Ste ean agree Fpant? Sia gor cranes eae, © es dein, Yor en mages SR oS ech ae eee eam me Ho aikie cndshyer sears fpr Set Gigs stn ne un eo ele (UMipGh WS ptie d otuar pepe Se caeneee enna ‘Shoda aout ban op Seay en a ened ‘meine ode timer odin para By erento ee ‘tc sleepers oan en cotta de icy con su andr lento yanmar (me Se ae eal eae oie aye ae lee ‘edie cat Pee ee nee eee eee eres Biaitacavaesarms ci ee ee Sir Seco Sve roe atoms | ‘i ° : e eee ie Fle ele id ihe ull iu a ia h Hi ih Gal 000 eer nccaper a Debs f= pose SenU Gout doje deca arte nr lee ie ps th ae aa eee a ‘Sit retin ul aro Svc enh met ge ote ac, sone ie ¥ ot ee alae GEE ier, Hen op ca ec dt ani fe Ron Ye" Seah es i al iB el 8 as pe get te a te se ‘Seow isn as utes reo, ve} Poe Ss ee ee Sewmetianaeeameres | bebithgr mina sete ne Seaaceeeneae mcs Serecamee reac emers ae LSrSradmccmese ma || Epes phar es ame roa se Con tal pedigr! —repito: y eso que dejé a los Borbones de ‘antafio en In sombra— godmo no ser un «republican intram ‘igente» y un «antimonarquico consecuentes? Asf que, jallé los tripulantes de Ia nave Luz del Cosmos, con la entera responsa- bilidad de sus presagios! Ahora bien, si mis amigos/compa- Aeros exploradores del espacio interestelar, y también de la ‘Tierra, se estaban relirlendo al «papel histSrico» y edsmico que todavia pueden desempefiar los pueblos ibéricos, eso ya. es ‘fro cantar. 16, Intermedio republicano: Para evitar confusiones y sus- ppicacias —respecto al «republicanismon de unos y otros— creo ‘portano transeribir aqui otro texto, viejo ya de casi cinco ‘afios, y lo hago no tanto para situar debidamente ese «repu- biicanismo intransigentes de que hablaron mis interlocutores lextraterrestres como para que quede claro, a la vez, el hecho ‘de que, medio siglo después del arranque de Ia segunda expe- rlencla republicana espafola, estamos —en cuanto a dirigentes se Feflere— peor que entonces, que ya es decir. ‘So ha repetido hasta Ja sacledad que el régimen republica- ‘no se Instauré en un pafs donde apenas habia republicanos. Esto es una verdad a medias. Porque, por ese camino, también ‘se puede afirmar que ain habia menos mondrquicos. ¥la mejor prueba de ello es lo solos que se quedaron Alfonso XIII y los suyos en las horas eruciales del 13 de abril de 1931, ;Razones de la falta de republicanos y de mondrquicos en Espafia? Pues ‘eran casi ambivalentes: la escasa atencién que unos y otros pprestaban a la opinidn publica, que no se molestaron nunca en ‘educar ni en formar debidamente, dedicandose exclusivamente 2 cultivar la sensibilidad epidérmica de Tas masas, de forma ‘que, en los momentos decisivos, para movilizarlas bastase con Tanzar al sire cuatro inflamadae proclamas. patrioteras. Esto por lo que se reliere a los niicleos industriales o sembindus- {iales, ya que, en el campo, la ultima palabra Ia tuvieron siempre lor eaciques del més variado pelaje. Salvo, natural ‘mente, las excepciones de rigor, tan raras como cjemplares, eo si, Son éstas unas constantes que conviene no perder de Yista en momento alguno, ya que, a menudo nos darn la res- puesta a no pocos interrogantes de los muchos que, mas tarde, fe erguician a Io largo de la breve existencia dela segunda ‘repiblica espafola. >ASt pues, sl en abril de 1931 Espafia no disponta de repu blicanos, ¢de qué disponia entonces? En honor a la verdad, diremos que, en el pafs, se alineaban unas cuantas docenas de prohombres ‘que mereeian usar tal denominacién, Pero, para ‘Gesgracia de Espafia, no pocos de los més influyentes, antes ‘gue republicanos eran antimonérquicos; por otro lado, la i Sensa ‘mayorfa se caracterizaba por un exacerbado antic 12 Est solo contimstarerbonaincinsis dls anslossones ‘an corgarls conten humana alo xstoreses (mbes ‘Que sma por leet Amonlco.moneon. Oy calismo, Més tarde, se pondria también de manifiesto su enrai- zado talante clasista... antlobrerista. En tomo suyo, ya se ‘apunté, merodeaban los caciques politicos de cualquier nivel: ‘reeional, provineial, comareal y local. Rs decir las clésicas ma- fias, rodesdas de Ids no menos clésicos incondicionales segu- ores, Como programa, en general distribulan a chorro las frases hechas, adornadas con t6picos de ducosa paternidad, por mitines, conferencias, charlas o en sus articulos periodis- feos, de acusedo tono seudorrevolucionario, Celebraban asi- ‘mismo las consabidas reuniones de informacién, que no eran sino auténticas seslones do encantamicnto. Para ello, como cs ‘natural, era més rentable eultivar el fanatismo que ia cultura politica, Por ello, en ningtin caso ofrecieron un programa serio {de trabajo, en ol que el pueblo lano se sintiese inmerso y, me- nos todavia, un proyecto de cambios esiructurales que sirvieran (Ge base a Ia edificacién de unas nuevas y ms jusias normas de relacién y de convivencia, Es decir: fomentar eso que solian llamar “ia revolueloa desde arriba’, Preponderarian, en térmir nos tajantes, los antis que, al no estar asentados en sélidos Pros, no son, en suma, més que el lado negativo del individuo ¥ de cualquier colectividad que s¢ deje dominar por ellos» os derrotados ¥ el exiio, Editorial Bruguera, Barcelona, is) 17, Como demostracién de la capacidad de embrollo y de ‘engafio de que son capaces los medios de informacién, vale ‘esta muestra: «Retenido en el aeropuerto de Moseti.» «En Ta noticla —sin atribucién expresa de origen— publicada en Et Pais del domingo, dia 13 do diciembre de 198i, titulada "La policia soviética impide Ia salida de Mosed a tin funcionario espaol”, © contienen una serie de Inexactitudes que pueden ‘causarme gran dafo moral y afectarme en mi reputacién per- sonal y profesional. 1. Los “funcionarios del KGB" que supues- tamente Intervinieron en mi retraso en Ja sallda eran simples funcionarios de adkanas. 2, La acusacién de contrabando era falsn, ya que en mi equipaje solamente se encontraban algunos objetos artisticos de mi propiedad, la tipica tarrina de caviar ¥ papeles y objetos de cardcter personal. 3. La informacion de {ue fui “puesto en libertad” es Inexacta. Mal podia ser puesto fen libertad exando ni siquiera ful detenido, Onieamente fui rete- ‘nido temporalmente en una dependencia del aeropuerto, mien- fas se verifieaba el contenido del equipaje. 4. Dificiimente odrlan haber anunciado las autoridades sovlcticas “mi expul- Sién” cuando, en realidad, yo abandonaba el pais al cumplir el plazo reglamentario de mi destino en la Unign Soviética como fanelonario afecto a la oficina comercial de Espata, Todos mis imebles, ensares y efectos personales de peso habian salido ‘Semanas antes en tin condainer con destino ‘a Espatia. 5. Final 168 mente, la condicién de téenico comercial del Estado, que se me atribuye, no corresponde a mi verdadero titulo, que es el de diplomado comercial del Estado. El hecho de disponer de par saporte diplomatico se debe a la préctica habitual del Minis- terio de Asuntos Exteriores de conescer este tipo de respaldo Oficial a funcionarios destinados en estos paises, 6. El mismo ‘ia en que se publicaba Ia noticia salt de Mose a Madrid sin Mificultad alguna» Alberto Gonzillez del Ténago, Madid. (Et Pais, 17 de diciembre de 1981.) Admito, sin reservas, que seme- ante tipo de «falsas noticias» pueda llevar también otro sello {ue el dela prensa «libre» de Occidente. 18, «Ean los tres ultimos siglos, debido a ta accién del hom- ‘bre, se han extinguido 101 especies y subespecies de aves y 62 ‘de mamiferos. En. la actualidad existen unas 250 especies ¥ ssubespecies de reptiles, aves y mam{feros cuyas poblaciones, reducldas ya a un mimero de ejemplares relativamente peque- ‘Ho, estén seriamente amenazadas de extineién; entre ellas se fencuentran 71 especies de mamiferos, 32 de aves y 9 de rep- tiles, siendo Australia y Madagascar los Iugares donde mas peligran los mamiferos, Australia y Nueva Zelanda donde exis- te mayor peligro para tas aves, y las islas Galdpagos el Iugar donde las’ aves peligran més, En Espafia corren peligro de ‘extincida —que ya en su dia sefalé cl profesor Rodriguez de la Fuente— el dpuila imperial y el lince pardo. (Ramon Margalel, Ecologia. Editorial Planeta, Barcelona, 1981, pp. 52 y 53.) 19. «Ahora estoy trabajando en una nueva comedia... en 1a que ya no puedo escribir nada, ni una linea, porque se han desatado y andan sueltas por Jos alres la verdad y la mentira, cl hambre y la poesia... el mundo est detenido ante el hambre ‘que asola 2 los pucblos. Mientras haya desequilibrio econtimico, ‘el mundo no piensa. Yo lo tengo visto. Van dos hombres Dor 1 orilla de un rio, Uno es rico, otro es pobre. Uno leva la barriga Tena ¥ el otro ensucia el aire con sus bostezos. Y el rico dice: “;Oh, qué barea mas linda s® Ve por el agua! Mire, mire usted, el Tirlo que florece en la orila.” ¥ el pobre reza: “Tengo ham- bre, no veo nada, Tengo hambre, mucha hambre..." Natural El dia que el hambre desaparezca, va a producirse en el mundo Ia explosion spiritual mas grande que jams conocié Ja Hu- ‘manidad. Nunes Jamas se podran figurar los hombres ia ale- ria que estallaré el dia de Ia Gran Revolucién. ¢Verdad que {te estoy hablando en soclalista puro?» (Conversaciones litera: rigs. Obras completas de Federico Garcia Lorca, XVII edicion, ‘Aguilar de ediciones, Madrid, 1972, p. 1808.) 165 20, De las declaraciones. que siguen, el lector amigo hard ‘blen en no saltarse ni una sola coma: De lo declarado por Roger Garaudly, director del Instituto Internacional para el Dislogo de las Ghilizaciones, durante la V Conferencia Parlamentaria y Cientifica del Consejo de Europa, extractamos los siguientes Dasajes: «La Ciencia occidental es un instrumento politica de Colonizacion.» Afirmé también que «cuando se habla de cien- cia y técnica se admite implicitamente el postulado de que s6lo hay una ciencia y una técnica, Ia occidental, cuando, en realidad, cada civilizaeién se ha dado aguello que necesitaba para satisfacer sus necesidadess. Garaudy coment6: «La cultura occidental, sobre todo des- ‘pués del Renacimiento, es una cultura faustlana, tanto del Fausto de Marlowe como del Fausto de Goethe, que presenta ‘es caracterfstieas defintorias: en primer lugar, Ia primacia de la potencia, basada en los sofistas atenienses, para quienes el bien es llegar a tener los ms fuertes deseos y encontrar Ja manera de satisfacerlos; en segundo lugar, 1a primacia del concepto, basada en el hecho de gue todo lo que no es redu: clble a Ja inteligencia conceptual no tiene existencia ini valor en si; y, em tereer lugar, la primacta del mal infinito que. ca- Yacteriea a nuesivas socledades en crecimiento, para las que roducir cualquier cosa, aunque sea initil 9 morlifero, fo mds de prisa posible se ha converitdo en wn axiora, SEI tiempo del mundo finito, que tiende a agotarse, ya ha ‘comenzado, y con éi las tensiones inevitables debidas '@ los intereambios desiguales, las dominaciones arcaicas, la negacion de la identidad cultural de los demiés, el racismo y, en conjunto, tse rechazo de la comprension de ios demas que scabs. por ‘engendrar miedo y desprecio. »Ya es hora de que los europeos nos demos cuenta de que no existen paises desarrollados y paises subdesarrollados, sino paises “enfermos” (los nuestros, desintegrados por su modelo de crecimiento) y paises “engafiados” (los del llamado tercer mundo) a los que se pretende convencer de la bondad de un modelo de desarrollo no wriversatizable desde el momento en ‘que s6lo es posible mediante la explotacion de las nucve déci ‘mas partes del mundo por la décima parte restante, El sub- desarrollo, por tanto, no es un retraso, sino un subproducto ‘del modelo occidental de ereeteniento™ 21. «En setiembre de 1981, los Estados Unidos reconocian, ‘que tenian unos 600000 cientiicos trabajando exclusivamente para la industria de guerra» (No es aventurato sospechar que Ja Unién Soviétiea debe tener consagrados a dichos fines un capo equivalente de eentificos.) -«Aparte iodas las limitaciones (y obstéculos) a que Ja inves: 166 tigadora y su esposo tuvieron que enfrentarse, increfbles en luna sociedad “evolucionads” como Ia francesa, nos encontra- ‘os con el marco social en que se velan obligados a moverse. ‘Asi, cuando ya no saben por dénde acorralarla, tras haber per- ddido a su esposo y compatiero de investigacién, Ia sociedad parisiense pondrd en circulacion “la liviandad amorosa de la placa, en su juventud’.» (Marie Curie. Una mujer honorable, Dos veces premio Nobel, se enfrenté con la misoginia y los pprejuicios de su época, Francoise Giroud, Editorial Argos-Ver. sara, Barcelona, 1981) Cuando el “desconocido” posabs su enigmética mirada sobre 1, Jalme experimentaba la sensacién de sentirse atravesado de parte a parte. No le era posible sostenerle Jn mirada ni Sjar sus pupilas en las de aquellos ojos. Cada vez que lo intentaba sentiase intimidado a pesar de que cl “‘desconocido” le contemplase atento y respetuoso. Las ‘cejas eran finisimas, formando un trazo rublo bajo una Frente enormemente espaciosa, 12 | »El Hostal de "Isard estaba enclavado en Ja misma en- »—Ya tengo suficiente —repuso con su habitual tono trada de la poblacién, de vor. »De sibito, Jaime le pregunté: >—Me es usted simpatico —insisti6, tratando de romper: »—4De dénde viene usted? aquella especie de hielo que les separaba—. Si le hace »De arriba. falta algo més sdlo tiene que decirmelo. >gEsté en Marialles o cerca del Coll de Jou? »—No necesito absolutamente nada —atajé el visitante. pregunta, Cada vez mas cohibido se vio obligado a apartar »—Bueno, hégala. De todos modos es intitil. No vale 1a Ia mirada de él, pena +» de nuevo, sin saber cémo, se entabié la conversacién. Jaime les hizo no una, sino dos fotografias Uno de Jos temas en que insistio muchisimo fue el de las | Tal revelar el carrete, transcurridos unos dias, cuando fuerzas ocultas que ahora el hombre cree domint ya el “desconocido” se habia despedido de Jaime, los dos >—Al hombre se le han dado muchas atribuciones para | Fotogramas correspondientes a aquel par de exposiciones dominar eran cantidad de ferzas extranrdinarins.sraans & anaggeiernn rn hlanen.Ta.nelicuta anarecis crm personajes comenzaron a pasar alrededor de la tienda. Jaime no quiso ser inoportuno € Snaiem mtn Ahi hn xiatreRemvmmmmaADiRs TE uw Gaba satisfecha, Lo primero que hizo cuando el “descono- ido” volvié de nuevo al Hostal, con su acostumbrada puntualidad, fue lanzarle de sopetén Ia siguiente pre- gunta! »—Pero, gqué hace usted exactamente aqui? SEI ““desconacido” adopto su postura acostumbrada, mi indole sin despegar los labios. -¢Cémo se lama usted? —insistié con idéntico re- sultado.. ‘Conformado, pero no satisfecho por Ia imperturbable postura del “desconocido” desistis de hacerie mas pre- guntas por el momento, Era casi seguro que estaba allt clandestinamente. ‘Poco 2 poco volvié a entablarse Ia conversactén, sando como slempre sobre los temas sociales. De pronto el “desconocido” lanzé [a pregunta: »—¥ usted, ¢qué hace socialmente? Pues yo no pertenezco a ningin partide politico —re- puso Jaime, pero soy muy avanzado socialmente, r—Tiene Ia obligacién de desplegar més actividad so- cial. No hace lo bastante en este terreno, porque usted, ton las aptitudes que tiene, est4 obligado una actividad Social de acuerdo con sus impulsos interiores. Por unos momentos, Jaime quedé como en suspenso. —Pero, gqué pasa aqui? »B] taxista me respondi6i >—gEs que usted no Jo ve? j lante! jTiene hasta dos thos dentro... NYO, electivamente, habla visto también aquellos dos seres, Pere quise corelorarme de que no suiria una ale’ acién o algo por el estilo. Yo vela y perci dos eres, Y ya empezaba a difuminarse... Si, al verlo no era transparente. Después, lentamente, Ia gran csfere se fue volviendo transparente. En la parte {de la nave espacial extraterrestre), como en relieve, dos platafermas todas redondas. (No habia remachos ni Angulos de ninguna clasal El disco era como trazado a Gompas, Perfecto. Y, de pronto, vemos como de la parte central de esta plata 9 1ubO— Empleza a surgie como un gas © humo, de un azul mucho mas denso o espeso, Y comienza a recorzer In clrcunfe- reneia interna de la eséera y “aquello” empieza a aumentar Ge tamano y a crecer y @ crecer... ¥ leg6 a adguirir el diametro de una casa de 20 pisos. {Como ef hotel Don Juan deLas Palmas! sDe la cintura para abajo (las dos figuras de la nave) ‘me pavecicron curios, Pozo de ahi para arriba, enormes. Su anchura de hombres era considerable. Y también el rdneo, Me amd Ia atencion sus desproporcionados occi- Giales... Por Jo menos (median) 2,70 m. Sus manos eran Gomo picudas, No tenian dedos. Y, si los tenian, estaban guardaclos o enfundados en alge puntiagudo o cénico. (Los EEstigos estaban @ unos 50.0 60 m dela esfera.) NEI, los uniformes eran rojas... Tampoco era exacts mente roj0 (£90 vine). {Es que yo no lo he visto Jamas sto es un platillo vo. 2 cen Ja Naturaleza! Aquellos trajes eran perfectos. Me lamé Ja atencién la perfeccién de esos uniformes. No habia arrugas.» —2Eran figuras claramente humanas? —Ie pregunta el periodisia. El doctor no dud6 un instante. 8h En aquel instante —prosigue el periodista— le pedf al doctor que me dibujara la escena, Mientras dibujaba Ia ea Ctae ee re Perla cor ceneAe —Se lo haré igual que al comandante que me interro g6 recieniemenie, Los dos seres, como feaban enive estos dos paneles. ¥ serle de palaneas y ap beilla mente, Daban desicllos. Pero yo notaba una especie de sil bido muy especial, como cuaide tengo ex funciona el aparaio de rayos X, a 90 000 voltos. Algo esi. serene ya, con aquella imagen clavada y clarisims, mir ustedes, yo estoy seguro de que yuelvo alli y [os vuelvo a vor... Muchas de esus vivencias (durante 18 aftos de ejer cicio de la medicina) han tenido que dejarme una gran hhuella, Pues bien, Ie huclla que este objeto dejé en mi co- rebre fue completamente distinta —.Cémo definiria usted esa huella? —p riodisia, —Lo haria en pacas palabras —respondié el medic rural de Guia—, Es una imagen que ha desplazado 8 moa tones de imagenes, para convertirse en una primordial —¢Sintié miedo an aque] momento’ La respuesta del médico fue tajant —|En absolute! jTodo le contrario! jMe gusté ver aque Ilo! Me agradé. ¥ no sé exactamente por que. Quiza por su gran perlecei6n en el trazado. Era algo aury superior a todo lo visto por mi anteriormente. Ye mismo me pongo ahora misao a recordar immdgenes de aviones ia el mismo Convorde— ¥ solo son basura al Tado de caquello»... ¥ es gue aquel oi jen en Io que voy 2 decirles) Tbe acompaiiado, no sé st psfguicemente, de un extraio fenémeno de alegria, B: jbserva las cosas de Ja Tiecra; usted observa, por ejentplo, un reacior co- ‘mercial en Vuelo, ¥ mi le va nj Ie viene. Pero ne ocurria lo mismo con squcl objeto —Bien, y después del tiempo transcurrido, en fr y después de haber hecho en Su ments un detallado a: regunté ot pe- THEL MUNSAIE OF OTROS MUNDOS lisis de todo lo sucedido, gqué supone usted que fue lo que vio? —Primero: una nave (yo la amo asi) que no era ma- terial. Segundo: ocupado por unos seres muy superiores ‘a nosotros, en todas los sentidos, Tercero: por lo que pude ‘observar, eran seres que llevan unida, a su forma de ser, luna gran perfeccién espiritual. Me dio la impresion de que allt wo habia maldad, —Pero, gen qué se basa usted para sacar esta iltima conclusién? ‘—Simplemente con mirar a la Tierra... —respondié el doctor. Todos permanecimos unos instantes en silencio. Si usted observa 2 un hombre, aqui en nuestro mun- do, ese sefior no va rodeado de nada, No produce ninguna sensacién extrafia. Y mucho menos de grandeza o de ma- Jjestad. Sélo es materia que se mueve. Usted ve un gran coche y unas personas que se montan en él y nada més. No observa nada més. S6lo materia, El coche puede ser mis © menos Bonito, si, pero no desprende espiritualidad. ¥ lo que yo vi, si desprendia esa espiritualidad, No sé si ‘me ha entendido. jExan destellos de espiritualidad! Y no es que esa espiritualidad fuera dependiente de su perfec- cién fisica, no. A aquel conjunto Iban asociadas una serie de cosas perfectas, —2Usted habia efdo anteriormente algiin libro sobre —No, nunca. Habia ofdo hablar, eso sf. Pero jamais me preocupd. Como usted comprenderé, bastantes problemas tiene uno con la medicina... ‘—gNot6 un silencio anormal en Ta zona? —Eso si. 2 cémo lo describiria? Era, no sé... Quizé como un silencio vacio, Hay sik lencios Ienos. Las silencios de la noche del viento, por ejemplo. —¥ ios movimientos previos sl desplazamiento, ge6mo fueron? —Ya le digo: muy suaves. Armoniosos. (Figirese una esfera de esas dimensiones! quello no tenia nada que ver on los movimientos de nuestros aviones. Parecfa poco me- nos que un juego. (Es que ustedes no lo pueden imaginar siquiera! Todo lo que hay en nuestro mundo, al lado de aquellos resulta deido, 194 —Molestaba a los ojos in laminosidad de In esfera? No, todo lo contrario. Era agradable contemplatl De’ todo el ovni Zaué fue To que més le impresiond? Toda, Bs que no'se podia separar... Todo era majes- tuoso, (Era un conjunto arménico! we que mas le extrano? Paes quiza In redonder, Todo alli era redondeado, No vi coguinas i ingies por nlogin sid, (El periodista J. I, Benitez recalca: «Era realmente curioso. Aquello me vecordé, casi sin querer, las manites: faciones de los miembros del Instituto Perdano de Rela Clones Interplanetarias, que en 1974 me habfan especiti- cado ya que en el interior de las naves de Jos eeres del fxpacio_qite nos visitan ellos tampoco habian observado ningin énigulo o esquina) “Después del avistamiento, zha notado usted alguna reaccion efecto secundario en su persona? “Si, si que he notado algo muy concreto y sorpren- dente, A raiz de aquello, he comprobado que ul memoria fs mucho més consistent Tengo una memoria mucho mis Iicida, sunque parezea meatire, Ademds, cuando estudio tapto las cosas y conceptos en menos tiempo que antes ¥ con ids profundidad. ¥, por dltimo, os dagnésticos 0 Tezonamnientos en general'cesi no me’ cvestan trabajo Y tes aseguro que n0 ba sido producto de ini inaginaciéa. Yo lievo 18 ahns ejerciendo la medicina y ha habido mit hos dlagndsticos que me han supuesto un gran esfucra9, hnumeroses estudios y tiempo. Algunos, incluso, los dejaba para otro di, Hoy, en caxblo, los zazono con gran facil ad, Ademds, noto una gran seguridad en mai misino Al ser pregontade en qué medida el encuentro ha su- puesto un cambio de vida, el doctor Francisco Padrén re3- onde: “Te contaré algo. Llevo, tal y como dije, 18 afos como rmédico, aqui, én Gula. Al principio, yo me dediqué por entero a mi carrer. De mutuo acuerdo con ml mujer, yo Sediceba horas y hores a mi trabajo y ella culdaba de los nilfos, Liegue = pasar dos y hasta tes dias sin dormir. Hasta que un dia —de esio hace ya unos cinco o sels afios~ me di cuenta de que aquella no era vida. B hice tuna composicion de lugar! ceudl era ia vida de un médico? 2048 pintaba yo en este mundo trabajando 24 0 48 horas Seguidas? gQué eray qué representaba? PY traié de ordenar mi vida. Empocé no recetando uns 195 vez por semana, Haciendo, en fin, que mi profestén no me esclavizase. Y dediqué mas tiempo a mi mujer y a mis hhijos. Porque yo pensé: si soy un médico que dedico mi vida, por entero, a Ja profesién, cuando me quiera dar cuenta tendré bastén, sombrero y levita y no podré tenerme de pic... Y me prometf a mi mismo que eso no iba a suce- der, ¢C6mo? Ejerciendo mi profesién lo més dignamente posible y dedicando el resto del tiempo a mi hogar. Pues bien, esas dos cosas que le digo las he visto ahora con mucha més claridad. Para el militar que me vino a interrogar, por ejemplo, s6lo contaba la nave, sus dimensiones, su sistema de pro- pulsign, etc. El militar es frfo. Y quizd no puede entender que aquella «espiritualidad» era inseparable del resto de a nave... el militar no comprende este punto. ‘—Suponga que en base a esa espiritualidad, esos seres le invitasen a entrar en sus naves. ¢Qué haria usted? “—Sinceramente, hoy por hoy, creo que no me encuen+ tro preparado para ello. {No pensé entonces en las consecuencias que esa de- claracién (Ja del encuentro con ellos y su esfera) Ie iba a No, Eso me trae sin cuidado, Yo me cref en la obli- gacién de decir lo que habia. visto, Y eso es todo. Lo que Opinen los ignorantes o malintencionados me deja abso- Tutamente frfo... yo estoy por encima de toda esa gente que no comprende o que se burla. Como usted compren- deré yo no puedo valorar el comentario de una esquina 0 de una plaza... Esos son los que arreglan» el mundo ha- blando. La persona que esta formada tiene que estar por ‘encima de todo eso. Usted no puede ocultar algo que fue real o dejar de manifestar su pensamlento por el «qué dirdne, Ahora, Zeree usted que los ovnis existen? Por descontado. Tendria que estar ciego para no reer. Aunque también le diré algo: hay mucha gente que se hace el ciego, para no tener que revisar sus trasnochs dos y eémodos principios. ¥ és0s son los peores.. *Y el periodista apostilla la entrevista, que duré varias horas, con estas puntualizaciones: «EI citado médico —tal y como pude averiguar y constatar por mf mismo en la Taboriosa localidad de Guia, asi como en la amplia zona que rodea dicha poblacién— es uno de los profesionales thas querides y respetados de aquellos pagos. Es hombre 196 “oda e undo sues: ia caeaImoginence le adore dest ton ‘wriesemos grande Timp alt AMES ob Cet TosneTA Fiecipes pre editor os hn mean ‘Stleldenforcan Ss pestcoas, eRe Toate dina Nanos Mele Soviets ‘de Geren nN ce Sela. Bn colnfnc prineron Sa een Sabah ar ues ort tens che yb ‘Son wns Para. Ej. proo de edo se mes 1 ge ana fw of pelo nose sei ua ‘Ei Mdaws Mla kes ears so wai el. Map con a ead jar ‘ale tear tc, aa bere pad Bee epee ape Sie Sor te ee ‘Se mujer we par de eee «ver al cr an ue 12 estar als Soca use de nti, a no han sabido conservar ni Ja més minima nocién de 10 gue es una vida normal y apacible. Estos dias, en la prensa, se reproducian reflexiones de ejecutivos espafioles de varias ramas (bancarla, armamen- tista, administraciéa publica, politicos...), victimas del ssstress», Apuntaban que la solucién quizé seria la de apli- car «el afio sabéticos, Es decir: cada siete aiios tomarse tno de descanso, percibiendo, como es natural, sus emolu- ‘mentos habituales. Pero, de aplicarse tan revolucionaria innovacién, solo seria apta, segtin indicios, para (Eduardo Pons Prades: Frente de Somosierra CIUDADES ESPACIALES... (cMADE IN TIERRA») La ciencia occidental es un instrumento politico de cominacién Romer Gaxscoy Los verdaderos cleatifcos son poctas ¢ imaginat= vor, Sin ellos no exitins lr elena. Los demas son ‘Contables o tenderos, uesto— se le tienen que plantear, en el acto, una serie de Preguntas: ¢Qué llevaremos a esas colonias espaciales? gAcaso nuestros vergonzosos y humillantes status socia- les, imperantes, hoy en dia, en nuestras «civilizacioness? ¢0 las discriminaciones raciales, tan de moda en los paises Superdesarrollados y altamente civilizados? ¢O bien se estableceria un orden de prioridades, de forma que a esas colonias sélo tuviesen acceso «los nuevos clegidos»? Porque, naturaimente, mientras en el planeta Tierra siga pesando la amenaza de su apocaliptica destruccién, la shuida» hacia dichas colonias representarfa la superviven- cia de los fugitivos 0 eenviados en misién>. Entonces se pondria en evidencia —gva cayendo en la cuenta, el lector ‘amigo, por dénde van los tiros?— que ese orden de prio- ridades se estableceria, indiscutiblemente, a tenor de las posibilidades pecuniarias de los terriqueos o de ciertas Influencias... politicas 0 de cualquier otra especie, Esas colonias dei espacio vendrian a ser algo ast como «las residencias secundarias antiatémicas» de los que en la Tierra detentasen, en el momento de su inauguracién, el poder econémico, religioso, militar o politico. Porque, ya en carril, a nadie se le escaparé —y a los espafioles, con sus recientes experiencias histéricas, menos que a nadie— que a la instalacién de esas islas espaciales se le podria dar un cariz preeminentemente religioso, Algo asi como el de avanzadillas 0 bases de una Gran Cruzada Césmicas De todo esto —y conste que podrfamos seguir desgra- nando, ad libitum, més hipétesis de semejante calafia— se puede colegir, con escaso riesgo de error, que esas colo- nnias © ciudades espaciales acabarfan siendo un fiel reflejo de Ja vida actual en el planeta Tierra. Porque, cquiénes erearian alli los complejos agricolas? ¢Los mismos que estin arruinando Ia agricultura en Ia Tierra, obligando a ‘sus hijos a abandonar su terrufio y a emigrar a las grandes iudades? 20 los que han impuesto el uso de fertilizantes, u otros productos quimicos, 0 de semillas enuevass, tan solo para obtener répidos y jugosos beneficios, atin a sa- Diendas de quo asi empobrevian la tierra a mediano o largo Plazo? ¢O los que, para que la pasta de fabricar papel les resulte baratisima, contratan y pagan a los incendiarios que ‘queman nuestros bosques? {0 acaso los dirigentes de esas futuras islas —de cualquier rama o gremlo— serian eseo- 2, Vlans capitulo siguiente, trash on vax an al fuse» au gidos entre las élites terriqueas, formandose Tas legiones de subalternos con sujetos —de ambos sexos— previamente deshumanizados y adecuadamente robotizados? Y no hable- mos de Ja creacion de los «complejos industriales» del es pacio, ya que, aleccionados por la experiencia terriquea, cabe predecir que el comercio en las areas de competitivi. dad siderales acabaria desembocando, como en la Tierra, enuna auténtica merienda de negros, Por tanto, si antes de ir de aventuras por el Universo —en cl més noble sentido de la palabra— los hombres y Jas mujeres de la Tierra no logran hacer imperar en nuestro planeta, plenamente, la libertad y la justicia —insustitui- bles asientos de la dignidad humana—, cualquier excursién humana por el espacio estar indefectiblemente marcada por las lacras de que —unos més, otros menos— adole- cemos los terrdqueos, Y no es descabellado presagiar —si el cambio radical de ‘mentalidad no se opera a tiempo por nuestros lares, dando a muestra vida un sentido inequivocamente fraterno— quo, como ha ocurrido desde la noche de los tiempos a nivel de naciones, en el futuro —ya instaladas en drbita esas ciudades— los enfrentamientos, en forma de guerras de «persuasién>, epreventivas» o de éxterminio, se desarro- arian, previsiblemente, a escala extraterraquea. Con lo cual, e508 temores que la Armoniosa Confraternidad Uni- versal apunta en su mensajeultimatum se coneretarian con mayor peligrosidad que en la actualidad, en los albores de la década de los afios 80. as ERASE UNA VEZEN EL FUTURO... (Advertencia a los postulantes a las Misiones Galicticas) Pr 1 especticulo do lo que fueron las religiones,y de Jo que siguen slondo algunss de elias, es de 1o mis Inomilante para fa inelisenela humana. inet Buncsox Hemos venido al mundo a scr flices y el poor cx ‘men qus hemos cometide es el de cega? Tos camlnos ‘que conducen ala Iibertad. Axroxto Gua ‘Aa Iglesia no Ie interesan las convicclones acen- Gradas, ni el auge de la ultima y mas insobornable onclencla, caurio Jose cea (Bn 1980, uno de nuestros mejores artistas de comics, Car- os Giménez, adaptaba un relato del escritor polaco Sta- nislaw Lem, «El misionero», de su libro Diarios estelares. Ia historieta es muy aleccionadora para todos, pero en par- ticular para quienes, en un futuro previsible, pudiesen ceder a Ja tentacién de transformarse en «misioneros 0 evange- Iizadores galdcticos», He aqui lo que podria sucederles): ‘—... el ejemplo de los jovenes mértires que sufricron el tormento de descuartizacién, el estrangulamiento, Ia rueda y la pira, soporténdolo todo en éxtasis, ganando asi tun sitial a Ja diestra del Sefior de las Huestes Celestiales! »¥ asi, dia tras dia, les Iba relatando, una y otra vez, y siempre con voz de trueno y ademan apocalipitco, la histo- ria de muchas vidas consagradas al martirologio y dignas de ser imitadas. Hasta que... 2Un dia, un grupo de memnogos se acercé a él y le em- pezaron a hacer preguntas: >—Reverendo Maestro, perdona el atrevimiento de tu Iindigno servidor y dime: ¢E1 alma de todo hombre dis- puesto sufrir martirio va al Cielo? 2—Indudablemente, hijo mio. 22 tii, patie venerado, deseas acaso sor Santo e ir all Cielo? 2—Es mi més ferviente deseo, hijo mio. 2—En tal caso, nosotros te ayudaremos —apostill6 el ‘que parecia el mas atrevido de todos. »Entonces, Jos memnogos cogieron al misionero suave- ‘mente, pero con firmeza y lo arrastraron hacia... sE] padre Oribacio, algo alarmado, exclam6: »—jBeeh! ¢Se puede saber qué hacsis..? 2—Querido padre, te vamos a despellejar la espalda y te Ja untaremos con pez hirviente, al igual que el verdugo de Irlanda hiciera con San Jacinto —respondié uno de los hombreeitos, »EI padre Oribacio se debatia como presa que Hevan al matadero, gritando e insulténdolos, con su potente voza- rrén, sin duda para que, atemorizados, le soltasen: »—iNo! jSolladme! jEstiis locos! ;Soltadme, os he di. cho! ;Soltadme, malditos imbéciles! 218 Y mientras lo ataban a lo que serfa un palo del marti- rologio, los memnogos le decian: »—Ahora padre venerado nos disponemos a cortarte, en- tre otras cosas, la pierna izqulerda, como le hicieron los ‘paganos a San Pafnucio.. >—¥ luego, amado maestro, te abriremos el vientre y te o llenaremos de paja, igual que se lo hicieron a la Beata Elisabeth de Normandia, sEI mislonero seguia debatiéndose como un animal en- jaulado y chillande como una bestia acorralada. 2Y mientras seguian marcando su cuerpo con las mauti- laciones y heridas que le harian merecedor del titulo de martir de la Iglesia y alcanzar el rango de Santo, los mem- nogos le anunciaban los otros “pasos” del martirologio: ‘>—Ahora te vamos a empalar como los Emalquitas hicle- ron con San Hugo... Pero primero, amadisimo Pastor, te vamos a romper las costillas como los Tiracusanos hicic- ron a San Enrique de Padua. >—¥ ahora, a continuaciéa, maestro revereneiable, te ‘quemaremos a fuego lento, como los borgofiones a la Don- Cella de Orleans. Después de todo aquello, los memnogos empezaron a llorar con tremendo desconsuelo por su pastor amadisimo perdido para siempre. Y cuando alguien se acercaba a ellos los encontraba asi, desesperados, sollozando amarga- mente. Y a todos daban la misma explicacién: >—iBl padre Oribacio nos decia siempre que no habia cosa que un buen cristiano no hiciera por su projimo! jAst que renunciamos con desesperacion a nuestra salvacién! {Todo con tal de que el amadisimo padre Oribacio tuviera Ia corona de “‘martir” y la “santidad”! ‘»—iNadie puede imaginar lo duro que fue para noso- tres! Porque antes de la legada del padre Oribacio a Ure tama, nadie aqui era capaz de matar una moscal» 4, rang ua ves on el fanro, Cision Goménes. Ballons de 12 Torre, uated 219 POR QU# ME ESCOGIERON COMO MENSAJERO. {os obreros siempre hemos vivido en barracas y tugurios, Tendremes, que adaptarnos. a ellos por alain tempo, todavia. Pero que no se olvide que También sabemoe constrair. Samos nosotrs Ios que Ihemos ‘construido. los palaces "las cudades en ‘Espafia, América y en todo ef mundo. Nosotros, los fobreres, podemes construe nuavos palacies yu. dades pate reemplazar a los destruldos. Nuevos ¥ Inejores. No’ fememos a las ruinas. Estamos deste hhados a heredar la tesra, de ello-no cabe ta menor uda. ta burmuesta podri hacer soltar en pecazos cl munde, su mundo, antes de abandonar el esce- Sao dela historia, Pero nosotros levamos un mun. o nuevo dentro nuestro y eso mundo crece a cada instante. Esti ‘crecendo ralentras yo" ublo con usted. Palabras de Bumoaweyrves Dumserr, ‘en al otoso de 1986, en ol Frente de Arora, ‘irgidas al perioiste holandés Van Paasen Después de haberme «grabado» el mensaje, y tras un bre- ve silencio, dij: —gPuedio haceros una pregunta? —Todas las que gustes —me respondieron— y puedes hhacerlas sin restricciones de ninguna clase. —{Por qué este mensaje me lo confisis a mi y no a cual- quier estadista importante... o a un militar de alta gradua- cién y responsabilidad de una de las dos superpotencias? No respondieron directamente a mi pregunta de inme- diato, Me dijeron que, como fruto de sus observaciones, ellos habian llegado a la conclusién de que las comunidades de la Tierra que todavia conservaban una cierta dosis de humanidad se encontraban precisamente en la cuenca del Mediterréneo, No ignoraban que en otras partes del planeta existfan comunidades sometidas a unas condiciones de vida realmente infrahumanas, en particular en Africa, las Amé- ricas de habla hispana y en Asia, Pero no dejaban de reco- nocer gue estas comunidades, al no disfrutar de ua nivel de energia medianamente bueno, tardarian mucho en des- pertar de su letargo y en reclamar el puesio que en justicia. les pertenece en el sano de Ia gran comunidad terrestre. No se trataba de seflalar palses predestinados —me recalca- ron— a ser gufa o faro de los demés, sino de una realidad 20 {ncuestionable: la de que, por su reciente historia, esos pafses habian demostrado tener una vitalidad admirable ¥ una nocién muy clara de lo que es Justo y lo que os in- justo, Confieso que me senti orgulloso de pertenever a esa comunidad, que no nombraron; no era dificil adivinar que se estaban refiriendo a Espafia. Con todo, yo segui en mis trece: —Pero en cualquier pais del Mediterréneo hay politicos ¥ militares de peso... 0 confiar el mensaje a varios de ellos ala vez, auno de cada potencia. —No serviria para nada. Adulterarian o silenciarian nuestro mensaje. De hecho ha ocurrido asf en varias oca- siones, respecto a nuestras visitas y también con relacion A nuestros contacios en Ja Tierra con gentes bumildes 0 sin ‘cargos importantes en sus respectivos paises. Por otra parte, eso podria significar desdén hacia otras comunida- des terrestres... No lo crees asi? De todas saneras, vosolros no podéis ignorar los Ti ‘mitados aleances de personas como yo, para transmitir este mensaje, ¢ incluso nuestra gran vulnerabilidad frente alos enormes recursos persuasorios de que disponen ciertas potencias para tapamos la boca, u otras cosas peores Ta eres libre de difundir el mensaje o no, de tratar ée darle una difusién pablica o hacerlo a nivtles perso- rales e incluso confidenciales. Nosotros te estaremos muy agradecidos de todas formas. Y tienes que comprender Que no podemos proceder contigo de distinta manera #8 como actuamos en el seno de nuestra armoniosa contra- ternided tniversal, Ta eres plenamente libre ante nosotros ¥ nos defraudarias si no usases de esa libertad sin restric Sion alguna. De pronto, mi confusién fue tal que, pese a tener ganas de decirles que conservo la suficiente temerided para lan zar el mensaje alos cuatro vientos y quedarme tan pancho, no dije nada. Conste que en mi vida me he topado con gentes de una bondad infinita, Pero alli, ante aquellos sores venidos de otros mumdos a los que muy pocos se hhan atrevido hasta ahora a suponerles un genuino «(a lante humane» —por decirlo con palabras nuestras—, me- suraba yo otra de las vergonzosas injusticias de que los te restres. somos capaces, obnubilados como estamos por nuestra archivalorada superioridad, tanto en el plano moral como en el material. Quedé admirado, por otro lado, de 1a Vertiginosa rapidez con que mi mente coordinaba las ideas 2 ¥y e6mo se sucedian las reflexiones, acufiando, como si fuese ‘un rayo, la respuesta, la réplica o la pregunta. El mensaje tendré difusion publica, Y ya me las arre glaré yo para que no sea ni menguada ni confusa. ‘No es Ja primera vez, por supuesio, que me han con fiado misiones inesperadas y alguna vez algo desorbitadas con relacién a mis facultades o posibilidades. Pero bast6 {que alguien confiase en mi para que yo me considerase ob! gado, moralmente hablando, a no defraudarlo. Y entonces me crecia y lo conseguia, Asi, cuando dije, en el pasado, jallé voy!, yo fui el primer sorprendido al comprobar las ‘cosas que puede alcanzar, si so lo propone, el ultimo de los pelagatas de la Tiorra. Y,, en este caso, contando con la ayuda de mi editor, el cual, tras cerea de dos horas de ‘conversacién, y pese a ver mi firme resolucién, me dijo: —Ahora te voy a hablar como amigo y no como editor: gttl sabes en ef lio que te metes, chiquillo, escribiendo este libro? Y yo le respond: —En el mismo, o casi, que te metes tt, publicndolo. —Bien, pues adelante —fueron sus diltimas palabras. ‘Ya con cierta parsimonia extraterrestre, dejé caer otra pregunta: “Bien, todo eso del Mediterréneo como fuente de y de regeneraclén esta muy bien, pero ahora, por favor, decidme por qué me habéis escogido a mi como mensajero. Sélo transcurrieron unos segundos hasta que la. voz cempez6 a desgranar su respuesta. Pero yo noté en seguida, y con una gran intensidad, como si entre nosotros entre ‘ellos y yo— se estableciese una comunicacién mas direct Jos sentf mas cerca de mi que nunca, Casi diria que tenia la sensacién de ser uno de ellos. Y por mi mente desfilaron, como meteoros, recuerdos de viveneias mias de la infancia, de mi juventud, y de distin- tos momentos de mi vida posterior, que tenfa totalmente olvidados. Parecia como si walguien» hubiese decidido po- nerme en trance de comprender mejor lo que me iban a decir, disetando antes en mi memoria el cuadro o el es: ccenario de mis vivencias pasadas. En primer lugar te diremos que has sido escogido, tras un meticuloso estudio de tu personalidad, por razo- nes particulares y generales a la vez Las particulares son éstas: que eres un hombre libre e independiente. Es decir, ‘que te esfuerzas por conservar, junto con tu compaiiera, 22 suri: Banat may oxptoc ecu we Ragas repsorado y pune ren ats soca Se opesiasrs, guns epee tei las més anchas parcelas de independencia posibles. Y que ni ti, ni tu compafera, pertenecéis a partido o secta al- ‘guna, Que disirutas de cierta popularidad como historia- dor serio y esto porque eres uno de los pocos que indaga Ia historia sobre el terreno y sabe escucharla de boca de Jas gentes humildes. Que para uno de tus libros, el dedicado a las guerillas espafiolas, aceptaste correr riesgos muy graves, viajando por tierras de Espaiia, para hacer res- plandecer hechos que habian sido silenciados o falscados (véase el apéndice). ‘Las razones generales se condensan en que ti perte- neces a una de esas comunidades del Mediterraneo y estés plenamento identificado con todo lo que representa. Otro dato curioso es aquel gulén tuyo para cine, en cl cual, intuitivamente, diste en el blanco varias veces res- [pecto & nosotros, Aunque también es cierto que del hecho {de muestra inmortalidad ti ofrecias una versidn algo espe- cial. En todo caso, dando ese tratamiento al guién hiciste prueba de comprensiOn hacia nosotros y de cierta genero- sidad al admitir la posibilidad de nuestra existencia. En cl guién también anticipaste, aunque con repercusiones ‘menos peligrosas que las de ahora, Io nociva que pot ser la intervencién de las gentes de la Tierra en nuestro mundo. No decimos que creyeses en ella, pero que de al- ‘guna manera admilias esa posibilidad. ¢No es asi? Asi es, sf, Por aquellos afios me hice unas preguntas que me parecieron logicas... al menos para quien, como Yo, no estuvo nunca demasiado condicionado por atavis- mos trascendentales. ‘Aqui se hizo un gran silencio. Mi empefio por captar algin ruido, en rechazar un silencio de dimensiones des- conocidas para mi —nunca he «olde» algo semejante—, demuestra hasta qué punto la tensién nerviosa o emocional Ge los terrestres es nociva. En estas reflexiones mias no sabria decir, a fuer de sincero, Jo que hay de sensacién «en vivoo o «a posterioris, Pero lo que si es cierto es que su silencio no me Henaba del todo por culpa mfa, porque {yo segua emperrado en ofr ruldos. Por lo menos al princi- plo, Luego ya me fui acostumbrando y creo recordar que era como un sedante incomparable. Supongo que sera algo parecido a las curas de suefios que se administran en la jerra a las gentes que pucden pagirselas, No pude evitar preguntarles: 24 = esos largos silencios, qué significan? ¢Son usua- les o forman parte de un plan? Confieso que en el acto me arrepent{ de mi insolencia. ‘Mss, como provoes en ellos una ligera carcajada, me dijo: {bien venida sea Ia insolencial No seas mal pensado, por favor, Aqui no hay ningsin plan establecido. Nuestra conversacién est4 marcada por Jos cauces que sefiala la curiosidad y afin de saber. Noso- tros somos seres libres, completamente libres, comprén- delo bien. Y por lo tanto, hemos de respetar la libertad de Jos demas, porque sin la libertad colectiva Ia libertad indi- vidual no existe. Nosotros tampoco usamos nunca la coac- cién ni el chantaje que, como Ia violencia, son sentimientos y Teacciones desconocidos para nosotros. El silencio ge- ‘huino, desconocido para los terrestres, e8 Un recurso ustial cen nuestras comunidades, tan nevesario para nosotros como el alimento moral o material. Forma parte de muestra ener- gia vital; sin él nuestro organismo seguramente no fun- Gionaria tan bien. ¥ vosotros, ffjate si es curioso, al fin os hhabéis decidido a usario como medicina curativa y no plan preventivo, Bsa es una de nuestras mejores fuentes de vida: la de prever. Esta noche quizi Jos silencios hayan sido mds largos en tu honor; asf tu cerebro descansa mas y mejor, y asimila més tranguilamente nuestro cambio de impresiones. Observamos, no obstante, que t no pareces Gispuesto a silenciarte del todo por dentro. gNos equi- —Serd Ia falta de costumbre, Pero os prometo que me apliearé porque comprendo que esta ausencia total de Faldos tlene que ser muy beneficlos para cualquier orga —¥ animal, querido compafiero —me cortaron—, y ve- etal... y amblental...,el silencio es una medicina tinica © incomparablemente benéfica para el Universo entero. Que ellos me seguian sin soltarme ni un solo instante Jo demostrs el hecho de que cuando yo me ponia a pensar, en seguida brotaba aquel gran silencio que, hoy por hoy, por via natural se entiende, Jos terrestres Serfamos inca- aces de reproducir. Y yo mé fijaba en esto: ellos piensan y proyectan siempre en

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