Você está na página 1de 20
L. Cronogratia Ajios y estaciones La historia abarea los siguientes afios y meses: 1935 (marzo, abril, julio, septiembre), 1936 (abril, junio, sep- tiembre), 1937 (abril, junio, julio, agosto, septiembre) 1938 (enero, noviembre), 1939 (abril mayo, junio), 1941 (abril), 1947 (abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre), 1968 (septiembre). Sus limites extremos son marzo de 1935 por un lado y septiembre de 1968 por otro; hay tres saltos: entre 1939 y 1941, entre 1941 y 1947, y entre 1947 y 1968. Es notable la preferencia por los meses que van desde abril a septiembre; es notable el énfasis en el frfo, Los dos ‘inieos meses de verano que constan en Ja historia consignan los momentos més agudos de separacién o disgregacién del grupo protagonista: on enero de 1938 Nené y Juan Carlos ya no tienen relaciones, Mabel esté en Buenos Aires, Pancho en La Plata y Raba en el hospital. En noviembre de 1938 Nené esta en Buenos Aires, en luna de miel, y Mabel ha vuelto a Vallejos. Es notable la preferencia por los meses de abril y de septiembre para inieiar o terminar relaciones, empresas ¥ vidas: Juan Carlos muere en abril, Nené en septiembre; Juan Carlos inieia sus relaciones sexuales con Mabel en Septiembre (la segunda vez en abril); con Nené comienza su noviazgo en septiembre; Mabel y Pancho se relacionan en abril; en septiembre coneluye el intereambio de eartas entre Nené y Celina, Series ‘Dos tipos de series ordenan los acontecimientos: 1a serie eronolégica y la serie numérica de las entregas; su corres- pondencia es la siguiente: Primera parte entrega primera: afio 1947 entrega segunda: afio 1947 entrega tercera: afios 1937 (1935, 1936), 1935 entrega cuarta: afio 1937 entrega quinta: afio 1937 entrega sexta: afio 1937 entrega séptima: afio 1937 entrega octava: affo 1937 ‘Segunda parte . ‘entrega novena: afios 1937 (recapitulacién), 1938 entrega déeima: afio 1939 entrega undécima: afio 1939 entrega duodéeima: afio 1939 entrega decimotereera: afio 1941 entrega decimocuarta: afio 1947 entrega decimoquinta: aiio 1947 entrega decimosexta: afio 1968 Ejes FI afio 1947 (entregas 1°, 2%, 14%, 15%), enmarea 1a novela; 3 ¢] afio en que se abre el relato; pero a partir de él hay un retroceso (3* entrega) hasta 1937, y un avance (16* entrega) hasta 1968, Bl alo 1947 es un eje temporal, una fecha para medir los antes y los después; es el limite primero del relate: a partir de 61, retrocediendo hasta 1937 y luego a partir de 1937 hacia adelante hasta 1947 se desarrolla Ia historia, 1947 es Ia fecha de comienzo del dliseurso literario; 1937 es la fecha de comienzo de la historia (de lo que se cuenta) que, en su desarrollo, aleanzaré la fecha de apertura (en la entrega 15* se confunden las fechas de apertura del diseurso y de la historia): desde alli cl salto hacia adelante es simétrico al salto hacia atrés: desde 1947 a 1937 por un Indo, y descle 1947 a 1968 por el otro. 1968 es la fecha de concla- sid y cierre de Ia historia; es, también, el fin y Ia confla- gracién del diseurso, Il, Cremar, quemar Rss cierto que Ia novela se abre y se cierra con noticias necrolégieas : Ia de Juan Carlos y la de Nené; pero también es cierto que la novela se abre x se cierra eon eartas: las de Nené y las de Juan Carlos Boquitas pintadas es Ia historia de unas eartas, las que envié Juan Carlos desde Cosquin a Nené. Esas cartas, primero en manos de Juan Carlos, Inego en las del compafiero de 1a habitacién 14 (que las corvige), Inego en las de Nené (“la hoja de adentro sf que es una cosa intima”), Inego nuevamente en las de Juan Carlos (‘nos devolvimos las cartas”), Iuego en Tas de la hermana de Juan Carlos (cuando este muere), de nuevo en las de Nené (cuando la hermana (1) Chr, et excelente artieulo de Héetor Sehmucler, “Los silenciox signiicativos", Loe Wbros, n° 4, octubre de 1969, se las envia, terminada la transaecién), por fin en las del eseribano y por ‘timo en fas del marido de Nené (ya muerta ella), terminan quemadas en el incinerador. La posibilidad que abre el relato (la posibilidad de que existe un relato) es la necesidad de Nené de recuperar Jas eartas de Juan Carlos que, una ver maerto, deben de haber quedado en manos de la madre y la hermana, Nené esctibe a la madre para que se las envie; eambia cartas por eartas; cambia un relato (el de su omor por Juan Carlos, el de su sittaeién actual) por otro relato (el del amor de Tuan Carlos por ella, el de su pasada situaeién en Cosi). Nené teme que Ia hermana o Ia madre quemen Wis cartas (")Si Usted las eneontrase las quemarfa! ... Entonces yo pensé que si Usted no piensa mal y encuentra esas eartas que 61 me eseribié a mf, a lo muejar me 19s manda”, piss 13-4); Nené teme que eremen el cuerpo de Juan Carlos (“... resulta que Juan Carlos me dijo mas de una vex qe a él cuando se muriese queria que To cremaran. Yo ereo que esté mal visto por la religién eatdlica, porque el eatecismo dice que después del juicio final vended la resarreeeién del cuerpo y el alma”, pig. 12); Nené teme que Tuan Carlos mismo haya quemado Jas eartas (Yo no sé si &l Jas habré quemado, a lo mejor no..." pig. 13); Nené teme que Celina, si encuentra sus propias eartas actuales divigides a ta’ madre, se las queme (“Si Celina Iusea Tas eartas a lo mejor me las quema”, pig. 18). Pero las cartas de Nené a la madre van a parar a manos de Celina, que atribuye a Nené la causa de la muerte de Tuan Carlos; Celina necesita vengarse; Colina “agradece” © Noné que le haya reeordado eh desea de Tuan Carlos de ser eremado y le insiniia In posibilidad (falsa) de eum- plir con ese deseo; Celina eoloca las cartas de Nené a sn maire en wa sobte y se las dirige al marido; coloca las cartas de Tuan Carlos a Nené en otto sobre y se las dirige a Nené: “..y considera terminada ex tarea” (pég. 223), La transaceién esté ecrrada; se inicia el eierre del relato, que termina con la eremacién de las cartas: Nené pidié expresamente que no la eremaran; Nené pidié al principio que la enterraran con las eartas de Juan Carlos en ef pecho; Nené pide finalmente que ta entierren ean diversos objetos (cl anilla de compromiso del marido, el reloj que regalé a su hijo menor, un meehén del pelo de su nieta); Noné pide a su marido que queme las cartas de Juan Carlos. La posibilidad de que exista el relato es 1a nevesidad de que el receptor de las cartas (Nené, su receptor originario) les reeupere. Las Cartas han sido devueltas al emisor, pero éste ha muerto, El relato se abre con la muerte del emisor y eon el deseo del receptor originario de reeupe- rarlas, con la necesidad de releer y poseer el mensaje; el relato se abre con Ia transformacién de ese receptor origi- nario en emisor y eon st propuesta de transaceién (Nené cseribe para reeuperar esas cartas); el velato se abre, en tanto mereanefa, objeto de cambio, en 1947. Ese afio, que enmarea la novela, es su eje temporal; la transaceién ‘comprende una propuesta (las preguntas de Nené; en las entregas 1¥ y 2) y una respuesta (las cartas que envia Coline en la entrega 15%). Pero 1947 es también el aiio de la muerte de Juan Carlos, del autor de esas cartas: su muerte preside Ia transaecién y la posibilita; las cartas (la literatura) comienzan a existir euando el autor es negado, ewando deja de ser “hombre”; 1a muerte de Juan Carlos es la condiciém de posibilidad de la literatura, librada de la presencia de su autor, cerrada sobre sf misma. Juan Carlos moriré en Ia entrega 1* (antes de las cartas de Nené a ta madre pidiendo las eartas de Juan Carlos) y volveré a morir en la entrega 14* (antes de las respues- tas de Celina que cu'minan con la devolueién de las eartas): alli, euando se unen las dos muertes, se completa la pregunta eon la respuesta, se eierra la figura progra- métiea de la ficeién, El iitimo salto (hasta 1968, entrega 16*) marearé In muerte de la reeeptora originaria, de Nené, de Ia. lectora, que ya ha recibido por segunda ver las cartas de Juan Carlos; pero marearé también la conflagracién del mensaje (Ins eartas terminan quemadas, eonsumidas) y cl fin de la historia de las eartas: en 1968 se cierra sw cireuito, la posibitidad de sa Ieetura y de su posesién; los vivos deben quemarlas, Nené no se las levaré a la tumba®, La vida de la literatura se extiende, entonees, entre la muerte de su autor y Ia muerte de su lector, A manos de Massa (el marido de Nené) han legado, por un lado, eartas de Nené (las divigidas a la madre de Juan Carlos y reenviadas por Celina), y por otro, en el momento de Ia muerte de Nené, las eartas de Juen Carlos (©) En Ia novela misma se representan (dramatizan) todas las Indes de Ia literatura y de su funcionamiento social: su emisidn, In muerte del omisor, Ia cireulaci6n de la mereancin, Ja recepeidn, I muerte del receptor, In muerte del mensaje. EL relato como transaceién (Aebe pagarse para obtenérselo), el relato como objeto que puede levarse a la muerte, et relato como papel que se quema. La novela exhibe, asf, una transfe- rencin (en sentido analitico) sobre si misma: no s6lo relata, lung historia, muastra también (para otra leetura, In transfe- rencial) qué es escribir, mo se representa a sf misma, emo 4 indica y lox modos posibles de su figuracién. De modo que fl autor transfiere sobre Ia novela el movimiento mismo de mt trabajo de escritura; transfiere también [os condicionamientos sociales que rigen su propia. obra. a Nené y las de Nené a Juan Carlos; Massa es el tinico que pose los juegos completos; Mass es el que debe quetarlos; Massa es un lector (posible) que se niega a leer (“Penss que Nené sin duda desaprobarfa esa intro- misén", pag. 241). Las cartas de Nené s6lo fueron lefdas por Juan Carlos (no figuran en la novela); las de Juan Carlos fueron lefdas por el profesor, por Nené, por la hermana de Juan Carlos: son les que se “desparraman” en el incinerador, las que se “iluminan fugazmente” antes de quemarse; Ins de Nené se ueman sin desparra- marse ‘ba voluntad de Nené (no eremarla, quemar las cartas) s° cumple; Ja voluntad de Juan Carlos (ser eremado) no se cumplié, Hseribir eartas —eseribir— es, en Boquitas pin- tadas, un sustituto del euerpo: quemar las cartas es camo (sustituye a} ereimar los euerpos. Eseribir es haeer presente Un cuerpo que no se da como tal; las cartas intercomunican del mismo modo que intereomunican Jas relaciones eorpo- rales —sexuales—. Juan Carlos y Nené se eseriben porque no se dieron los euerpos (eon Mabel no hay intereambio de curtas). Nené desea unirse corporalmente cou Juan Carlos ea el otro mundo; en éste quiere recuperar sus cartas; pero al morir ya no se las levaré (como habfa establecide afios atras); Nené 10 se Hevara los sustitutos de un cuerpo muerto a la muerte; se ird eon objetos (no letras) de los vivos. El tiem no sélo la cambi6; eambié el sentido de ese mensaje y sobre todo cembié su sentido en el horde de la muerte: la literatura pertenece (como los exerpos) al mundo de los vives; debe ser lefda y conservada por sus destinatarios, dura lo que sus lecturas “. (9) La endena, tal can} es narrada en Boquitas pintadas, se da en esto orden: morir (el autor, en 1947), pndir Ian cartas part recibirlas por segunda vez (el destinatario, en 1947), eseribirlas (et nator, en 1997), reibirlas por primer ver (el destinntnrio), Alevoverlas, morir (el autor, en 1947), rortiniaa (el deat hatario por segunda ves, ex 1947), worir (el deatinatario, en 1968), quenarlas (el Reredero del destinatnri, en 1968). Bogwi- tor pintadas ox in segunda novela de Manuel Puig: quizks esto hecho. puca conettaree con el eneandre (recibir Ins cartes por segunda vex) del relato. (Si ns cartag, ol relnto por cartas, s¢ eambia por otras «artas, Ja potibilidad de no hablar (ni de escribir), de no relatar ni contar, el silonio, s» cambin por regulos J objetos. Nené, A horde del silencio’ (Ia muerte) eige no Devarse Ins cartan ‘sino los objetos-regalos; Nené troeé el silencio de Raha (su pedido da que no contara que habia tenido relaciones con Aschero y su ulterior pedo de que no contarm que 0 tenin rionbles en su casa) por rogalos: ropa ustda, una pafolets, tune tela nuova, En cae sistema de trueque, om esta economia, Jo importante os qué a0 cambia per qué: no s6lo porque ee esta, blece un equivalencin (silencio contra objetos-regalos 0 equi- IIL, - La historia en Ia historia, la leotura en ta tectura Hay dos lecturas de imagenes en Boguitas pintadas: la del album de fotos de Juan Carlos, lefda por un relator «que no conoee a los personajes, por alguien ajeno al relato, y Ia “lectura” de las cartas (naipes) a Juan Carlos por parte de la gitana, Ambas estin en la primera parte (entregas 3" y 6* respectivamente). Ambas son “historia en la historia”, espejos de la totalidad de la historia narrada. Ambas leeturas se realizan en imagenes impresas en papel (en duplicaciones de imégenes), ambas estén centradas en Juan Carlos; en ambas ‘los personajes se detinen por cl pelo (“pelo eastafio claro” opuesto a “pelo negro rizado” —Juan Carlos y Pancho—, “pelo negro corto y ondulado” opnesto a “pelo rubio peinado hacia arriba” —Mabel y Nené—, en el album de fotos; “una rubia”, “un morocho”, “morocha”, “rubio indo” en las palabras de Ia gitana). Son historias eompletas, una orde- nada cronolégicamente (la del album), la otra siguiendo cl orden en que se van dando vuelta los naipes, con “‘perso- najes” sin nombre que se relaeionan, juegan entre sf, imueren, traieionen, sonrion. En el album de fotos. se consignan sobre todo el pasado y los momentos claves del relato; en la lectura de la gitana se enuncia espeet- fieamente los aeontecimientos que sobrevendrin a lo largo del relato (el “futuro” de Juan Carlos). La historia en la historia se muestra siempre como una. profecia que perturba el porvenir, desenbriéndolo por anticipado; es un orfeulo (no es casual que esa historia esté puesta en boea de una gitana): el axquetipo de la historia en Ia historia son las palabras del oréeulo en ) mito de Edipo, La historia en la historia dupliea el relato, euestiona su desarrollo; est casi siempre narrada en otro e6digo, distinto del que rige la totalidad (aqui en imagenes y sobre imagenes); propone enigmas, es oseura 1 eonfuasa, \valente ellos, cartas contra cartas 0 equivalente a elias), sino también porque los objetos de cambio son indicadores de tan estado de Ins relaciones sociales ¢ indicadores de ideologin. YY del mismo modo que las cartas wélo se eambiarin por eartas, Jos euerpos sélo se enmbinrén por cuerpos: toda intencién ae Tograr algo mét « través de las relaciones sexualee queda, desbaratado: Juan Carlos no consigue Ia administractén de las cestancins a través de au reluién con Mabel; Pancho no logra ascenso social; Ral no logra exsaree con Pancho, Ass, el cseribir sélo se eambin por el exeribir, el euerpo sélo se exmbin por otro cuerpo; ol hecho de que la eseriturn sea, en Boguitas intadas, un sustituto del cuerpo no implien que sean inter: ‘eambiables una por el otro. 10 Pero cada una de las leeturas de les dos historias en Ia historia exhiben las dos posibilidades, propuestas por el relato mismo, de leetura de Boquitas pintadas: la objetiva, a las letras, en ol orden en que se da, desinteresada, del relator, y la leetura que “deseifra” a partir de un eédigo, Ja leetura supersticiosa de la gitana. En Ja lectura de! album se lo va hojeando, se lee de izquierda a derecha, literalmente; el lector (el relator) no agrega nada de sf; la informacion es estrietamente Ia que suministran las imigenes; la atencién esté fijada en el espacio, en las “eseenas impresas”, el lenguaje se especializa (como se especializa en Ja eseritura). Las fotos produeen una con- Junei6n ilégiea entre cl agui y el antes: todas las fotos estin allf, extendidas, al mismo tiempo, como el libro, ¥ corresponden a tiempos y eseeras diferentes. El album es cl libro, Jefdo en el orden en que se da, La leetura de Ia gitana no es clara; los naipes pueden tener varias interpre- taciones; en ellos se confunden elementos diversos; la gitana interpreta segiin las barajus se inviertan, se agrupen, segiin estén antes 0 después de otras; los neipes se mezelan, se relacionan, se cortan, se manipulan, formas filas, mon. tones; més allé de lax figuras de los naipes la gitana “ve” otras figuras (Ia “peladla, el viaje, la muerte violenta, ete.) que no estén impresas; las ve “a través", En el album de fotos el relator esté solo frente a él; la gitana, en cambio, se encuentra con Juan Carlos, wn interlocutor mudo, pero otra “persona”: entre los dos los naipes (lo impreso) ; Ia gitana smezela, Juan Carlos corta. La gitana emito sus propias opiniones (“no me gustan las rubias”, “me gusta el vino”); evando Juan Carlos se va queda eon dudas, sigue pensando y emite una interpretacién final. De modo que Boquitas pintadas no sélo refleja y dramatiza en su interior el caréeter de transaccién del relato, sus condiciones de posiblidad y su conflagracién; propone ¥ dramatiza al mismo tiempo sus posibles leetur relato no es ttn espejo det Icetor, ¢s un espajo cle la a del lector: relator o gitana, con Ia visién limitada por las fotos o tendida hacia un més alla, siguiendo el orden de las imgenes 0 mezelando y cortando, literal o interpretativa, desinteresada o interesada, leyendo fotes figuras y méime- ros. El tema de le eleceién de lecturas, In pasiva o la activa (que esta presente de un modo manifiesto en la novela argentina a partir de Rayuela) se formula asi no explicita ¥ discursivamente, no planteando wns movilidad impuesta por la paginacién o por algtin otro recurso externo; se plan- tea desde el interior mismo del relato, como relato. Cade una de las historias en la historia propone un tipo de lectura; la novedad reside en que la leetura interpretativa, que “nrezela”, “eorta” y “amontona” signifieaciones, que entran en a novela de muchos modos posibles, que ve a través de "lla alguna otra cosa que no figura en las figuras mismas, que subjetiva la interpretacién, esa lectura en Ia cual el lector se ineluye, es un trabajo: una lectura pagada (Juan Carlos pagé a la gitana). IV. Objetos y cadaveres Mabel, Nené, Raba, las tres clases sociales de Boquitas pintadas, se acompatian por algtin objeto o clase de obje- tos reiterades en dos tiempos distintos del ‘relato: las muiieeas del dormitorio de Mabel (1937 —entrega 3*—, 1939 —entrega 11"—), la lémpara que Mabel regalé a Nené euando ésta se casé (1938 —entrega %—, 1939 —entrega 10,1968 —entrega 16"—), y los comestibles de Kaba (1937 —entrega 5*—, 1968 —entrega 16*—)(®. ‘sos objetos son atributos de los personajes femeninos, pero son dos veces atributos: “vuelven” para decir otra ver su atribucién, En Boquitas pintadas se repite para cambiar, se dice lo mismo para decir lo otro: esos atributos son pues, por un lado, atributos de permaneneia (en tanto se aplican al mismo personaje) pero por otro son atributos de cambio (se reiteran para indiear que algo ha eambiado, que ese personaje en relacién dos veees eon ese mismo objeto ex, sin embargo, otro). ©) Muficont de Mabel: “...una repisn adomada de mufieeas, todas de cabello natural y ojos movibles” (pg. 39); “...Ia opis con todas las muflevas, el pelo natural, Tos ojos que se ‘muoyen, si quiero les tuerzo los brazoe, las piernas, la cabeza, ‘hasta hacerles doler que a la noche las mufiecas’no pueden gritar... bien abrigada esté In miuioca de tamafio natural, la ospiorto vunndlo quiero, en In oseuridad el pelo y Ia boca ogra, Ins muficeas sentadas en In repisa, no se muoven, yo les twerzo y les doy vuelta la cabeza, los brazos, las piernas, no pueden gritar que viene el padre y me ve... duerme In mufleen, fl pelo natural y los ojos que se mueven...” (pig. 168). Lampara de Nené: “... qué hermoro veludor, el tul blanco de Jn pantalla es una hormosura” (pig. 186); “... atraviesa tun euarto destinado a comedor donde s6lo hay una caja de ‘eartén conteniendo una velador con pantalla de tul blanco” (pg. 153). “Prendié Ia Tux de un viejo velador con pantalla do tal y se senté en un sof de la sala” (pig. 241). Comestibles de Raba: “...latas de aceite, una barrie de vino oporto, ristrns de ajo eolgando de In pared, bolsas de papas, die eebollas* (pig. 79); “Después pens en Panchito y en Ia bola de legumbres y el cajén de huevos que le Mevaba do regalo... su hija le reproché haber trafdlo tanta eantidad” (nag. 239). Mt 12 Las mufiecas de Mabel son vistas en su primera aparicién como puros objetos decorativos, en un dormitorio vacio de personas; en el segundo momento Mabel es, segin Pancho, tna de esas mufieeas de pelo natural y ojos que se mueven, la de “tamaiio natural”; es el nico pasaje del releto en que un “personaje” es una “cosa”, in la primera aparicién las mufiecas se relacionaban, por conti- gilidad, con Cecil y Juan Carlos (el novio manifiesto y el amante oculto en el dormitorio vacfo); en la segunda esta Pancho presente: esas réplieas de seres vivos que s5lo tienen exterior eosifi-an a Mabel en su infantilism (su posible frigidez), su carieter equivoco ¢ intermedio entre nifia frivola y prostituta “; Mabel nunea muestra su inte- rior en el relato, no hay mon6logos internos ni cartas de ola a otros personajes; Mabel silo se muestra come “anéni- ma”, sin mostrarse (al saeerdote en la confesién, al “correo del corazén” y en un anénimo al médico). Mabel se vineula, ailemés, con el “exterior”, con el eine norteamerieano y sus actores; sus deseos nunea se expresan como fantastas inteviores (intrapsiquieas) sino como proyeceiones sobre objetos exteriores (por ejemplo el film que esté viendo). La lémpara con pantalla de tul de Nené (un elaro objeto camp) es también un objeto decorative, y en su segunda aparieiin (1939) se ublea en vn interior veefo, pero no de personajes como en el dormitorio de Mabel, sino de muebles: 1a lémpara es el tinico objeto del living de Nené. Su tereer momento (este objeto aparece tres veees, confir- mando et eardeter de “tereera” de Nené su ubicacién social intermedia) marea 1a desaparieién de sa duefia: esta vez se encuentra en un interior amueblado, pero Nené ha muerto. La limpara le sobrevive, easi intaeta a través de treinta efios, siempre alli, no sujeta, como los personajes, a la destruceién del tiempo. La lémpara no es Nené como Mabel era una muiicea; es lo opuesto de Nené, el objeto sin vida, resguardado, conservado (Nené ponfa fundas en los sillones). Los objetos de Raba son comestibles, siempre abundantes; Ja primera vez (1937) “decoran” sx dormitorio-despensa en la casa de Aschero; son comestibles ajenos; la segunda La palabra “mufeca” no s6lo deriva de idolos anceatralag, sno también de un apodo comin que se aplieé a las prostitutas; fen muchos idionins, “nmfieea” es tanto un término eazifioso que revela condescendencia para eon lo inmaduro, como un epiteto dospectivo aplicada a Tas mujeres frivolas que exhiben afuera Io que cnrecen.en sa interior. Cfr. Bradley, N. “The oll: some enienl, biological and linguistic notes of the toy-beby and its mother”, Interyational Journal of Payoho- Analysis (Londres), tomo 42, 1961, pigs. 550-556, ‘vex (1968) son propios y Raba los leva, al aire libre (en sulky), de regalo a su hijo. Los comestibles no son los mismos, son otros pero de la misma, elase, son universales (todos comen), pereeederos, no como la limpara de Nené, se interiorizen, tienen ellos mismos interior (Imevos), se consumen y se queman. Son orginicos frente a los inorgé- nieos objetos decorativos, son naturales frente a los eultu- rales, otros pero los mismos. Raba es el personaje mas largamente interiorizado de Boquitas pintadas; la veapari- cién de sus objetos indiea un movimiento de apropiacién ¥ de interiorizacién (de desalienacién): esos objetos, antes ‘ajenos y guardades en su dormitorio, son ahora propios y levados de regalo al aire libre. Pero los eadiveres de los hombres también son vistos dos veoes ?, son también objetos de distintas clases: el de Vancho es un esqueleto, slo queda su interior, esté en el Osario, junto a otros muchos cadaveres; los nifios abren la puerta de madera para observar el interior; las dos apari- ciones del esqueleto de Pancho eonsisten en una repeticién literal, salvo el estado de la higuera eon la que se To asoeia por contigiiidad: Ja higuera tene frutos verdes 0 maduros, segtin la époea del afio; es el objeto natural que sobrevive ‘ Pancho (como la limpara sobrevivia a Nené), pero sujeto a los cambios del tiempo: es la naturaleza que sigue viviendo. El eadaver de Juan Carlos no se ve, s6lo su tum- hha, sw exterior eubierto de plaeas eternas; esté solo y se een las inseripeiones “‘decoradas”, su nombre. La varia- cin consiste, en st segunda aparicién, en el agregado de una placa més; se lo asocia no con la naturaleza sino eon las otras tumbas, los otros nombres muertos, Es un objeto exterior vinewlado eon la cultura. ‘Tener interior, ser muchos (comestibles y esqueletos), formar parte de la naturaleza, es propio de los objetos ¥ eadaveres de las clases populares; no tener interior (ocultarlo), ser objetos eulturales, réplicas eternas (como Jas mufieeas ¥ las inseripeiones), es propio de los objetos ¥ cadaveres de las otras clases sociales, En este contexto dle objetos y cadaveres, la literatura (las eartas) se eoloca voluntariamente del lado de los que se queman, muestran su interior, se interiorizan y se incorporan, de los pereee- deros, Tas cartas, letras pero no como las de las plaeas, obje- tos culturales pero euyo destino final es sor quemados en el ineinerador (como debfa de haber sido quemado el cadaver de Juan Carlos), pasan asi a formar parte, junto ©) HI esqueleto de Pancho en Ine piiginue 208 y 298; la tumba de Juan Carlos on las pigtinas 209 y 237. 13 14 al esqueleto de Pancho ya los comestibles de Raba, de la clase de objetos que no sobreviven, de los objetos univer- sales de las clases populares. Las distancias Modos indirectos y directos de narrar Desde la perspectiva del emisor (perspectiva tiniea en Boquitas pintadas con exeepeién de las conversaciones telefénicas y de los diélogos) hay dos modos esenciales de narrar: a) la narracién emitida por un personaje, que se dirige a otro o a si mismo (por medio del monétogo 0 del suefio), yb) la narvacién emitida por un relator, no constituido en personaje, que tiene como destinatario una instaneia exterior al relato (lector). En la primera forma el destinatario figurado es interior a la novela, y por afiadidura (aparentemente) st narvacién es conocida por ol lector; el fin inmediato no parece comuniear a éste sino comunicarse entre sf las instaneias del relato: las eartas, diflogos, vadionovela vineulan entre sf a los personajes. Su primer nivel signficativo funciona asf como literal, en tanto es emitido y reeibido por los personajes, pero ese primer nivel sostiene otro, traslativo, literaturalizado, en tanto el Ieetor Jo reeibe en el contexto particular del relato. De modo que una narracién emitida por un perso- naje tiene como destinatario otro personaje y configura Una manera indireeta de narrar; una narracidn emitida por cl relator tiene como destinatario el leetor y configura una manera diveeta de narrar, En Boquitas pintadas se subraya solamente la pers- pectiva del emnisor: cuando alguien envfa una earta es captado por el relator en el momento mismo en que acaba Ge eseribir'a; se “transcribe” la carta ¢ inmediatamente es deseripto el personaje que 1a ha escrito en la situacién cenereta de “termina de eseribir Ia carte"; en ningtin momento surge el acto de la recepeidn; ese personaje que ha eserito esa carta realiza, una vex terminada su eseritura, algunas actividades: esas son las que el relator relata, [Las interveneiones del relator en esos casos. espeeffieos tienen varias funeiones: la de mostrar al personaje ocul- tando lo que ha escrito (Nené y Celina) 0, a la inversa, mostrindolo a otra persona (Juan Carlos); la de distaneiar al personaje del clima afeetivo de la carta, de su contenido, de modo que las actividades posteriores se oponen radi. calmente al acto de la eseritura y a su pathos especstieo (lavar los platos, Nené); 1a de mostrar al personaje como habiendo mentido en Ja carta (Juan Carlos respecto de la edad de las enfermeras, del niimero de eartas que eseribe, ete.); 1a de mostrar el mbito fisico y social que rodea al acto de eseribir y al emisor (tipo de habitacién, si hay otvas personas en ella: nifios en el easo de Nené, ete.). ‘Todas estas interferencias del relator on sus interveneiones inmediatamente posteriores a 1a transeripeién de lo eserito tienen una finiea finalidad: distaneiar lo eserito, distanciar e! contenido de las eomunicaciones emitidas por ese perso- naje y su Ienguaje, de modo que el lector no solamente no co el receptor “real” (estiin “dirigidas” a otro personaje), es un receptor distinto: reeibe la carta en el momento mismo en que es escrita, y la reeibe con un relato que distancia esa emisién, 1a enestiona (la niega, la muestra como mentira, la encuadra en un marco irénico, ete.). BI relator se introduce, de un moo absolutamente omnis- ciente, eambiando las personas: lo que en las cartas era yo" pasa a ser “él” o “ella”; La “persona” se muestra como wo persona; Io “fntimo” se muestra como pitblieo; el “deve- Jamiento” o la “verdad” de la eseritura se muestran como ocultamiento y mentira, De modo que todo relato interno emitido por un personaje y dirigido figuradamente a otro se distancia del lector en tanto é no es su destinatario “real”, pero es a su vez distaneiado, en tanto relato, por las interveneiones del yolator, que por un lado despersonalizan al emisor (lo trans- forman en un “él”) y por otro euestionan el relato mismo en tanto verdad, en tanto intimo, ete. Desde Ia perspectiva del medio de comunieacién, Boquitas pintadas es un excelente muestrario de easi todos los. posi- bles: desde la palabra figuradamente hablada (por telé- fono, en diflogos, ete.) u ofda (radio), pasando por el canto, la imagen (fotos), la escritura (cartas, noticias, fichas, expedientes e inseripeiones de todo tipo). Tanto los personajes como los relatores utilizan estos medios, pero con funeiones distintes en cada easo: la utilizacién de una carta o de la vox de un personaje se opone a la utilizaeién de una ficha 0 de un expediente por parte del relator, Cuando el personaje “habla” 0 “eseribe” se dirige direetamente a otro; euando el relator “exhibe” un expe- diente o cuando “transcribe” una noticia neerol6gica narra por medio de otros objetos, que aparentemente tuvieron otro fin que el mero narrar. Su narracién direeta, desde cl punto de vista del destinatario, es indireeta destle ol punto de vista del objeto que utiliza para narrar. Pero exe modo indireeto de narrar es un modo directo de inseri- bir los medios de comunieacién, que registran una multi- plicidad de lenguajes y jergas: judicial, neerolégico perio distico, policial, epitafieo, social periodistieo, de informa. tivo radial, de radioteatro. Esos extraetos sacados de sus 15 16 contextos ¢ insertados en el contesto del relato adquieren, ‘un cogiente informative superior, a causa de su extrafia- miento. Por un lado se persigue la pureza de la informa- cidn, pero por otro esos lenguajes se sefialan a sf mismos; la ateneién se fija en ese tipo particular de expresin: se narra “en jergas” y el entreeruzamiento de las diferentes Jergas y eddigos contribuye a la polisemia (los extremos narran, pero sobre todo se narran: dicen su contexto, su cultura, su ideologia), distancia el relato, despersonatiza, arin mas al relator (nedie habla en esos extractos). ‘De suerte que enando un personaje asume un relato directo a otro personaje el lector recibe indirectamente su narra- cién (mediada figuradamente por otro destinatario y literalmente distaneiada por las intervenciones del relator), y cuando el relator se dirige diretamente al lector la mediacién se fija en e! medio de comunicacién ¥ en sus dife- rentes lenguajes, que se refieren indirectamente a los personajes ¢ instaneias del relato. Se dibujan fundamentalmente dos retérieas (dos modos de connotar) narrativas: la basada en el sistema de emisores ¥ destinatarios (Jos cirenitos de destinacién y cireulacién, Jos signos) y Ia basada en ol sistema de medios (los distin- tos tipos de objetos diseursivos). La combinacién de ambas (que es tma combinacién de modos direetos ¢ indireetos, de personalizacién y despersonalizacién) constituye el matiz particular del sistema narrative de Boguitas pintadas. Relatores No puede hablarse de un narrador en Boquitas pintadas; lo que existe es una “vor”, distinta en eada caso: la que interviene después de una emision de carta, Ia que relata qué hicieron, peusaron, desearon y temieron los personajes a lo largo de un dia, en un momento o a una hora determi- nada, 1a que narra el eneuentro de dos personajes (entrega 13°) 0 las “Romerfas populares”, la que lee un album de fotos, 0 las inseripeiones de una lépida, In que describe un dormitorio, ete. Ese relator no es la misma “persona”; pueden dibujarse ‘euatro: a) el copista: es el que exhibe fichas, noticias, inserip- ciones. Transcribe algo “ya escrito” (reeseribe); no emite material propio, no comenta. b) El relator objetivo: es el eseribano piiblieo, omnis- ciente y ubiewo, que acota después de la emisién de cada carta, que “lee” un dormitorio de sefforita hasta en sus rineones mis ocultos, que “ve” en el interior del ineine- rador c6mo se queman les eartas. Mientras que el copista imita un material exclusivamente verbal, reeseribe y cita, ch eseribano trabaja verbalmente sobre una materia no verbal, describe; sw funcién es mostrar no palabras sino cosas: lo visible y 10 oculto, el afuera y el adentro. €) El relator objetivo clasiticatorio: es el de los cortes 1 Jo largo de un dia o a una hora determinada; este rela- tor, omniseiente y ubiewo como e! anterior, narra por medio de estereotipos (“El dia jueves 23 de abril de 1937 cl sol salié a la 5:50. Soplaban vientos...”, pag. 49), 1 ordena y clasifiea estereotipadamente el material de su relato (por ejemplo en las “Romerfas populares”, pag. 92). Es fundamentalmente a-retérieo; es exacto, rigurosamente informative: su relato no tiene “ruidas”, su diseurso es casi cientifieo, clasifieatorio; pero su disenrso mismo, portador de mera informacién (1a misma para todos los personajes) es ironizado en tanto diseurso de otro, en tanto parodiado; Ia parodia no es asumida por nadie; no hay otra voz que se superponga a esa vox informativa; no hay nadie responsable de esa eseritura, Y aqui se inserta un nuevo proceso de distanciamiento: mientras que el relator b) tiene como funcién fundamental distan- ciar una comunicacién “directa” de un personaje a otro (mostrandola. coma mentira, como lo que debe ocultarse, despersonalizndola), el relator ¢) tiene como funcién distanciar un relato “directo” de un relator a un leetor; en tanto relato estereotipado, clasifieatorio y earente de ruido, es un relato sin duefio. En los cortes por dia o por hora los personajes son hablados en estilo indireeto, el cual a su ver es hablado por una vox estereotipada que reenviarfa a otra voz (el sujeto de la parodia) sin que sepamos cual es ) El relator subjetivo: es el de la entrega 13%, Aqui el relator no se distancia de su relato, elasifiedéndolo; estd inmerso en él; narrador y personajes se confunden; vadionovela, diilogos y deseripciones tienen la misma voz. HI melodvamatismo del relator de radioteatro, su “inti- mismo” son los parodiados. De modo que los relatores ironizados son ambos “voces” de la radio: del informativo motereolégico, de la radionovela; la aspiracién es hacia La voz, hacia la mimesis de la voz pura, sin euerpo, tal eual s ofda a través de la radio, en el momento mismo en que es emitida; el relator se opone, desde esta perspectiva, a la eseritura: la duplicacién iréniea (de la voz a la letra) resulta doble: distanciamiento de la vor a partir de la eseritura, y distanciamiento de esa voz concreta en tanto parodiada, en su “objetivismo” y en su “subjetivismo”, El resultado en ambos casos es cl mismo: se lee una vox 17 18 que no es de nadie, que no tiene “persona”: el relator asume s6lo su transeriptibilidad, en el modo parédieo; la literatura se transforma de este modo en espectéculo, no s6lo de lo que se habla sino también del que habla“, ‘Todo el material del relato esté asi desvindo, mediado, transformado en indireeto: las emisiones subjetivas son inmodiatamente des-subjetivadas y cuestionadas; las emi- siones objetivas son ironizadas, El uso del estilo indireeto corresponde a ese sistema: la oratio obliqua separa, dis- taneia, interpone, evita la identifiencién, El rasgo perma- nente es la obsesién de interposicién, de levantar una barrera entre eso que esté allf y alguna otra cosa. Entre uno y otro sujeto se intereala siempre un tereero: entre Nené y la madre de Juan Carlos (a quien envia las cartas) la hermana de Juan Carlos; entre las relaciones de Nené ¥ Juan Carlos, Mabel por parte de Juan Carlos y el soereto de sus relaciones con Aschero por parte de (Nené; entre Mabel y Juan Carlos éste interpone, antes de saltar cl tapial, el recuerdo de la adoleseente; entre Mabel y Ceeil, Juan Carlos; entre Mabel y el novio, Pancho; entre Nené y Massa, el recuerdo de Juan Carlos, El relato en so totalidad esta construido en base a una interposicién: estd interealado entre las eartas que Nené envia a la madre de Juan Carlos (entregas 1° y 2) y las respuestas a esas cartas por parte de Celina (entrega 15+) ©, VI. Transgresores, mentirosos y ciegas Transgresores Es claro que las mentiras, el ocultamiento, la traicién estan distribuidas socialmente en Boquitas pintadas. Pero es claro también que la eategorizacién social eorresponde (© En ningiin momento hay alguna vox que pueda identificarse eon 1a del autor. Los epigrafes de eada eutrega también pertenecen otros; cuando Nené escribe: “pero la tardo qué triste es, sefiora” (pag. 19) y el epigrato de In entrege sigui . n) es: “Charlemos, In tarde os triste...” Luis Rubinstein”, podemos inferir que la palabra de Nené no es su palabra, que Nené (y todos los persousjes, y ol relator, y los epfgrafes) fsté hecha de In palabra de loa otros: las “letras” de tango (© bolero) son las misuas “letras” que emiten os personajes en ‘sus comunieaciones. Esa vox no propia o@ Ia voz de I ideologia. ©) La intermediacién afecta asimismo a las profesiones y oficios do tos personajes: son terciarios, prestadores de servicios, se ‘manejan eon papeles. Hay dos martillaroe: el padre de Mabel, ‘martilléro rural, que estafe y quicbra, y 1 marido de Nené, Imartillero urbano, que progresa y asciende, Pero en ningén direetamente a la categorizacién sexual: Jas figuras feme- ninas son las que encarnan més netamente los tres esea- ones y sus posibles variantes; los hombres, en cambio, son dos: el sistema ternario femenino se opone al binario maseulino; la estructura ternaria define a cada una de las clases sociales, 1a binaria a las relacioncs entre las clases. De alli el orden en que se ubiean los personajes en los cortes: Nené, Juan Carlos, Mabel, Pancho, Raba; los hombres estin interealados entre las mujeres, relacio- néndolas; cada mujer toca, por asf decirlo, al hombre {0 a los hombres en el caso de Mabel) eon los que tuvo contacto, Los hombres estableeen los pasajes; no se ubican netamente en su clase social, quieren ascender, “trepar”: “saltan el tapial” para legar a Mabel; el tapial es un claro objeto simbélieo (seereto, limite, transgresin, muer- te). La constraceién bina en el caso masculino, la ternaria en el femenino impone una asimetria en cuanto a la produecién de la signifieacién: las mujeres se orga- nizan alrededor de un término medio (Nené) que neutra- liza 0 condensa as oposiciones entre los extremos; los hombres constituyen un easo de “dualismo diametral” Consiguientemente, las figuras masculinas se definen cada ‘una por su oposicién a la otra, y por la asimetria de sus estructuras: son “lindo”/fuerte, enfermo/saludable, emplea- do/obrero, Ostentan ropas qué los destacan (campera de estanciero, uniforme de suboficial); se enorgulleeen de cllas: ess ropas son también signos de pasajes sociales, de ascensos; los arranean de sus clases de origen: los dos hombres mueren. Ropa, transgresin y muerte son_ los rrasgos distintivos de los hombres; las diferencias derivan de su insereién social y consisten simplemente en inver- siones: Pancho no descubre las confidencias de Juan Carlos, Juan Carlos revela el seereto que Pancho le eontia (diee al comisario que Pancho es el padre del hijo de Raba); Juan Carlos muere de muerte lenta, enfermo, Pancho de muerte sihita y violenta; Pancho da dinero y ayuda a su hijo (ocultamente), Juan Carlos roba dinero ¥ gasta dinero de la viuda, su madre simb6liea. Juan Car- los y Pancho son simétrieos, inversos y complementarios: entre los dos constitayen la imagen del transgresor, ‘enso hay contarto directo von In produceién. Los personajes se relacionan con el papel, con In “letra”, son de papel y de letras: Nen6 es empaguetadora, Juan Carlos perito mereantil, abundan Ins maestras, Sélo el ofieio inieial de Pancho (albasil) ¥ €l destino final de Raba (chacarera) tenderian las dos Iineas Je fuge de esa situscién: le construccién y In extraccién do Ja aturalesa, 0) Lévi-Strauss, Cl. “jExiston Ins organizaciones dualistas?”, en Antropologia estructural, Buenos Aires, EUDEBA, 1968, 19 Mentirosos EL universo de los mentirosos (y de los que ocultan) coincide eon el universo de los personajes de ta novela, jpeto las mentiras —signas— que se intereambian tiene distintos destinatasios y destinos: el dibujo del eixeuito Ge cada uma de las mentiras conduee a varios tipas de la verdad de esa mentira (como el lector) y segin el destinatario de la mentira (y del oeultamiento) Negue a entoranse (come ol lector) de la verdad correspondiente, Mabel y Juan Carlos oeupan un ugar semejante: mienten ‘a sus familias, novios y amigos; Mabel s6lo dice Ia verdad al saeerdote, oewlta en el confesionario; los hechos que eseonden Mabel y Juan Carlos munca son conocides pot Los destinatarios dle Ins mentivas, sino por Pancho (1a relacién de Mabel con Juan Carlos), por Raba (la relacion de Pancho y Mabel) y por la vinda (el robo de Juan Carlos), Frente a ellos, las mentiras de Nené son siummpre desea- Diertas par los destinatarios: Juan Carlos Jega a conocer sus relaciones eon Aschero, st marido se entera de su amor por Juan Carlos, de sus sentimientos vespeeto de él mismo y de sus hijos (a través de los cartas que envia Celina). Nené miente en las eartas dirigidas a la madre de Juan Carlos Centregas I y 2) pero Inego dice la verdad (son las eartas que Celina enviaré al marido, entrega 154). Nené oeupa, en € universo de tos mentiroses, wu lugar absolutamente distinto del de Juan Carlos y Mabel: sus mentiras son sabidas, sus oeultamientos se deseubren, estén alli; su interior es tan eanoeide por Los personajes como por el lector. Raba mienie slo a instaneias despersonalizadas (al_hos- pital, a la polieia, a la inversa de Mabel, que s6lo decfa la verdad # una instaneia despersonalizada, ol sacerdote); todos los personajes del relato, como ¢l lector, conocen su verdad. Frente a ella, Jos ocultamicntos de Pancho (al comisario su ‘paternidad y a Raba la ayuda que presta- ba a su hijo) Iegan a ser conoeides por Jos destinatarios. De suerte que Mabel y Juan Carlos son los ejecutores de los actos y palabras que deben ser ocultades; Jos destina- tarios de sas mentivas nunea Megan a conocer Ta verdad; Haba y Pancho eonoeen, son los que eomparten Ia sabidurfa que ostenta el leetor, el tinieo vidente absoluto; la mentira y la verdad son hechos francainente sociales, son signos de ‘clase: Raba y Pancho (y lateralmente Ja viuda) son la verdad de Mabel y de Juan Carlos. Ciegas Wrente a esta polaridad, Nené y Celina, en el centro del relato (socialmente y en raz6n de su correspondencia que lo organiza) son las eiegas: nunea Hegarén a saber Ja verdad de Juan Carlos y de Mabel. El tema de los eiegos (en boca de Raba, una de las “videntes” del relato, y a través de diversos tangos: La cieguita, Charlemos y Te Uoran mis ojos) es, asi, el tema organizador de la novela: las eiegas son Ias que se eseriben, son las que, ubieadas en el polo opuesto al del lector, que tiene la verdad, posi- Dilitan el relato; esta es entonees una novela “reveladora” (y en méltiples niveles: se muestra a sf ‘misma eomo objeto de consumo, como mereaneia que eireula, como pala- bra producide —trabajada—, como sustituto de relaciones corporales, y también muestra —revela— culturas, ideolo- fas, comportamientas; exhibe, sobre todo yen todos los niveles, lo que debe ser oeultado). Tina novela reveladora, organizada por la correspondencia entre las ciegas y armada en base a tna mentira: Nené no sabe que Celina es la que reeibe sus cartas y Ia que ke responderd, Pero la verdad no se prediea al final, con el eierre: esté antes, también en el centro de Boguitas pintadas, en las cartas de Juan Carlos. En Ia entrega 7 Juan Carlos eseribe a Nené, el 27 de julio de 1937 (pig. 103), que su madre “tiene el pulso muy tembleque”. La eiega Nené conocfa Ja verdad de esa transaeeién pevo la habfa olvidado, vepri- ido, Las dos ciegas, la clase media, sostienen el relato desde sus extremos; en el centro las eartas de Juan Carlos, a verdad, ta literatura, VIL. El Juicio Final No es el de Nené (cl de la resurreceién de los euerpos) sino el de In historia, que en su filtima entrega contiene su propia moraleja y su propio juieio final: en 1968, enando muere Nené, todas las situaciones han cambiado. Salo sobreviven Mabel y Raba; Nené no se levaré las cartas a la tumba: Raba pose y es feliz, Neva a sw hijo comestibles abundantes, su hija se casaré con un tambero; Mabel no poses, trabeja, su nieto tiene las extremidades izquierdas mutiladas por la pardlisis infantil ©. Esos (1 EI nioto de Mabel tiene pardtisis infantil; Ia auera de Raba es bizea. Ln oposicién entre enfermedad contagiosn (como Ia tuberculosis dle Juan Carlos) y defecto en la visidn es, al mismo tiempo, 1a oposicién entre una enfermedad que afeeta a un Aescendiente directo (el nieto de Mabel) y un defecto que 21 RSREER RSET premios y castigos con que se cierra la historia son de una ironfa incierta; el relato se juzga a si mismo (asi como se narré a si mismo, sin voees distintas): no hay alguien desde otra situacién que condene o premie. Los que en la primera parte de la historia tenfan ahora carecen, los que eareefan ahora tienen: el esquema es el del euento popular: @ Ia alienacién inicial corresponde Ja reintegracién final, ‘a la careneia que abre el relato corresponde 1a posesién que lo cierra, La virtud (la generosidad de Raba) es pre- miada, el vicio (Ja hipoeresta de Mabel) es castigado. La no existeneia de voz de autor “real” corresponde a la no existencia de “historia real” (no hay acontecimientos histéricos, no se registran): la eronografia es simplemente eronograffa de un desarrollo interno; el autor y Ia historia se definen como ausencias, como esas auseneias que, jus- tamente, son los “silencios significativos”. Hay relatores, no autor; hay cronograffa, no historia: hay inmanencia absoluta (las voees y los juieios son los que corresponden a la misma cultura e ideologia de los personajes), pero esa inmaneneia es, al mismo tiempo, absolutamente distan- ciada: la combinacién de modos direetos indireetos es ‘una combinacién de inmanencia y distancia; Ia historia se autonarra y autojuzga pero también se parodia y se ofrece como un espectiiculo. Correlativamente, Ia leetura de Boguitas pintadas es, también, una combinacién de dos: Ia lectura inmanente, sentimental, folletinesea, populista, y Ja lectura camp, vanguardista, la lectura formal. Esto, sin duda, no es nuevo: el acereamiento entre literatura popular y lite: ratura —eritiea— que acentiia lo formal (entre el forma- lismo Tuso y el cuento popular, entre la semiologia y los medios masivos de comunieacién) es el acereamiento entre ¥ la predileceién por dos universos donde, por razones diversas, el procedimiento se encuentra claramente al desnudo; 1s combinacién de lectura inmanente y lectura Gistante (reflexiva) apela a la combinacién —easi para- dojica— entre las “obras creadas por su pfiblico” y las “obras que tienden a erear su piiblieo”. En el centro de esta combinacién, asombrando por el poder infinito de sus ‘maravillas, se encuentra Boquitas pintadas. fectaa un pariente politico (In nuera solamente, los nietos ro lo heredaron). Se oponen también enfermedad no hereditaria, la tubereulosis y la poliomiclitis, a defecto herediterio, el estrabismo que, sin embargo, no os heredado, So marca una Te aes di riucionss Qe Baba eon low ofoe y Ia vision: os defeetuoses. son los otros.

Você também pode gostar