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LA MÚSICA EN ALMÓDOVAR: LA FLOR DE MI SECRETO

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Índice
1. Objeto de estudio e hipótesis 3
2. Metodología de estudio 3
3. Marco teórico 4
4. Las canciones en “La flor de mi secreto” 4
4.1 “El último trago” de Chavela Vargas 4-7
4.2 “Ay amor” de Bola de Nieve 7-9
4.3 “Tonada de Luna Llena” de Caetano Veloso 9-10
5. Conclusiones 10-11
Bibliografía 12

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1. Objeto de estudio e hipótesis
El cine comparte con la música la capacidad para generar emociones, podría
afirmarse, incluso, que el cine juega con esta cualidad a la hora de crear. En ese juego
creativo el cine, al ser un arte que aglutina otras disciplinas, emplea a la música y sus
posibilidades evocadoras.
La gran diferencia a la hora de generar emociones es que la imagen
cinematográfica se asemeja más a la experiencia real del público, ya que sus vidas no
suelen estar acompañada de melodías (Lack 1999: 92).
Pero en ocasiones el cine acude a músicas reconocibles, de forma que las
distancias se acortan. El espectador asocia determinadas sintonías con momentos o
instantes de su vida lo que junto con el significado que cada canción tiene en función de
las letras, convierte a la música en un elemento útil para el cine a la hora de contar.
El cineasta Pedro Almodóvar podría ser el ejemplo paradigmático de un autor
para el que la música es un elemento clave. Él mismo afirmaba en la presentación del
CD “Las canciones de Almodóvar” que las melodías en su cine nunca son músicas de
fondos sino que son una entidad dramática tan importante como el diálogo.
Partiendo de esta afirmación el presente trabajo estudiará el uso que el
manchego hace de las canciones preexistentes como factores clave en sus historias. Para
ello se analizarán las canciones empleadas en “La flor de mi secreto”: “Ay amor” de
Bola de Nieve, “El último trago” de Chavela Vargas y “Tonada de Luna Llena” de
Caetano Veloso.
La hipótesis de partida es que el cineasta ha seleccionado para “La flor de mi
secreto” las canciones por su letra o por su capacidad evocadora. Y que cumplen una
función dentro de la obra bien como elementos que contribuyen a la narración, que
facilitan la compresión de los personajes, su forma de ver la vida, sus circunstancias y
sus emociones y generan en el público sentimientos que fomentan la identificación.
2. Metodología de estudio
Para tratar de demostrar que Almodóvar emplea las canciones preexistentes en
“La flor de mi secreto” como elementos narrativos y herramientas para trasmitir
sentimientos se analizarán las tres canciones que aparecen en la película. Se intentará
establecer cuál es el objetivo de cada canción en la escena en la que aparece y su
relación con el filme y los personajes. Para este estudio se hará hincapié en cómo las
letras pueden relacionarse con los personajes y lo que éstos están experimentando.

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3. Marco teórico
Pedro Almodóvar es el cineasta español que más reconocimiento ha alcanzado
en el extranjero, como muestran los dos Oscars con los que cuenta. Como indican
Antonio Holguín (2006) y Mark Allison (2003) al cineasta manchego se le considera
como un autor postmoderno con un universo propio que transfiere a sus películas. Su
estilo camp y la apariencia kitsch se combinan con unas historias, personajes y
ambientaciones propias.
El contexto social y cultural de las tres primeras películas de Almodóvar fue la
movida. “Mujeres al borde de un ataque de nervios al borde” supondría una ruptura
formal en su obra. A partir de esta comedia el manchego entró en la búsqueda de nuevas
fórmulas para expresar su condición de autor hasta llegar a “La flor de mi secreto”
(1995), película a partir de la cual se inicia una nueva etapa en su obra y que confirma a
Almodóvar como uno de los grandes constructores del melodrama actual (Calvo: 2004).
“La flor de mi secreto”, como indica Mark Allison (2003:191-193), sigue los
elementos clásicos del melodrama: la narración sigue la trayectoria emocional de Leo de
la esperanza hasta la desesperación y, luego los comienzos de una recuperación. La
acción se concentra en acciones y reacciones que tienen origen emocional.
Dentro de la estética cinematográfica de Almodóvar destaca su estrategia de
collage, según Daniela Aronica (2003: 57-80), es capaz de aglutinar y mezclar en su
discurso motivos procedentes de la cultura alta y popular, contemporánea y tradicional y
lograr un efecto de unidad. En ocasiones el cineasta recurre a múltiples técnicas para
lograr que el objeto se transforme y adquiera un sentido nuevo en el marco de la obra.
El empleo de músicas diversas que poco o nada tiene que ver con el contexto de
la obra y que incluso pueden chocar con la estética de algunas películas se puede
explicar dentro de esa estrategia de collage. El propio cineasta reconocía en una
entrevista realizada por Frederic Strauss (citado en Allison: 2003) que emplea canciones
que le gustan, que hablan de sus personajes y que se infiltraban de forma natural en el
universo de sus películas.
4. Las canciones en “La flor de mi secreto”
4.1 “El último trago” de Chavela Vargas
Leo está sentada en un bar bebiendo un carajillo para despejarse tras su intento
de suicidio. La retrasmisión a través de la televisión de un concurso de gritos molesta a
la protagonista, el camarero cambia de canal, en ese instante de la pantalla emerger la
imagen de Chavela Vargas y su voz entona la ranchera “El último trago”.

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Esta escena conforma junto con otras el núcleo central de la película. Paco, el
marido de Leo regresa a casa durante su día de permiso. Ella –que trabaja como
escritora de novelas rosa bajo el seudónimo de Amanda Gris- esperaba que fuera un
encuentro romántico, pero tras una fuerte discusión el matrimonio se rompe, ella
desesperada intenta suicidarse tomándose un bote de pastillas. La voz de su madre
dejando un mensaje en el contestador la salva, se incorpora de la cama, vomita las
pastillas, se mete en la bañera, y acude al bar.
En esta escena la música juega un papel de elemento narrativo de primer orden
ya que no sólo comunica a los espectadores cual es el estado de Leo sino que interactúa
con la propia protagonista. La canción parece obligarla a enfrentarse con la verdad de su
situación y su matrimonio y a comprender que no es la única que sufre por amor.
Almodóvar utiliza una estrategia similar a la de un diálogo –plano/contraplano entre
Leo y el televisor- es como si Chavela le hablara directamente.
Leo ha sido presentada a lo largo de la película como una víctima del amor, una
mujer débil y sufridora que siente un amor obstinado por su marido y que se niega a
poner fin a la relación ya acabada.
La canción ha sido elegida por la letra, que encaja a la perfección con la historia
y en especial con el momento en el que se inserta, hace referencia no sólo a los
sentimientos de la protagonista, sino también a lo que ha vivido y lo que está pensando.
La canción alude a la necesidad de aceptar la separación con el ser amado, que
aunque dolorosa es inevitable, porque se trata de un amor imposible -en el contexto de
la película Paco nunca amará a Leo como ella le quiere a él y además mantiene una
aventura con la mejor amiga de la escritora-. Al escuchar la canción es como si Leo se
diera cuenta de que debe dejar marchar a Paco y olvidar. La protagonista toma
conciencia de algo que para ella es doloroso, en la siguiente escena se derrumbará en
brazos de Ángel, muestra de la perturbación que le supuso escuchar la canción.
Con el empleo de esta pieza en esta secuencia se incide en la idea de la
capacidad evocadora de la música, de como es capaz de conectar con las experiencias
de los oyentes. “El último trago” conecta con Leo, con su historia y sus sentimientos,
pero a la vez lo hace también con los espectadores. Se trata de una canción que
pertenece a la cultura popular, de forma que está dentro de la conciencia musical del
público. Es una canción que tanto por su estilo como por su letra se asocia a las
emociones, más específicamente al amor desesperado y al desamor, un sentimiento que
el público de la película ha podido experimentar en carne propia. Es por esto que

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Almodóvar al utilizarla consigue que recuerden experiencias similares, logrando que la
identificación y vinculación con Leo sea más fuerte, de manera que trasfieren a ella su
historia y sus propios sentimientos.
Las primera líneas de la canción “tómate esta botella conmigo y en el último
trago nos vamos” hacen que Leo –para quien como ella misma reconoce a Betty “salvo
beber el resto de cosas son difíciles”- despierte de su letargo. Reacciona y mientras
escucha la última parte de la estrofa “quiero ver a que sabe tú olvido, sin poner en mis
ojos tus manos” busca la fuente del sonido. Estas líneas de la canción se relacionan con
lo que está a punto de vivir Leo, el superar la relación con su marido -lo que hasta ahora
no ha sido capaz de hacer a pesar de que el matrimonio se estaba desquebrajando-. Debe
además hacerlo, parafraseando la canción, sin que su marido ponga en sus ojos sus
manos. A lo largo de la película se ha mostrado a Leo como a una mujer que se agarra
al amor que siente por su marido de forma desesperada, pero a partir de este punto de la
película intentará aprender a vivir sin él, sin tus mentiras, y viendo por sí misma la
realidad sin engaños.
En el siguiente plano vemos a Chavela Vargas mientras canta, “esta noche no
voy a rogarte, esta noche te vas de veras; que difícil tener que dejarte; sin sentir que tu
ya no me quieras”. Esta parte de la letra es la clave de la canción en cuanto a la
identificación con lo que ha experimentado Leo, a la vez que por el desarrollo posterior
de la historia parece corresponder con lo que ella piensa. Ya que Leo pese al amor loco
que siente por su marido y a lo difícil que es para ella enfrentarse a la vida sin Paco,
decide dejarlo marchar, asumiendo que no tiene sentido, como cuenta la canción,
intentar algo que no lleva a ninguna parte. La última línea de la estrofa se liga
directamente con esa negativa de Leo a reconocer la verdad, pese a que a lo largo de la
película se ha mostrado a un marido distante que no se preocupaba por su mujer, ella no
era capaz de asumir la realidad y se seguía agarrando a la ilusión del amor. Esta segunda
parte de la letra hace mención a la obligación de Leo de intentar sobrevivir sin Paco. Y
que a pesar de que pueda quedar algo de amor, es un amor destructivo y ella después de
luchar para no morir parece haber reconocido la necesidad de continuar.
Después de ese plano en el que la cámara permanecía fija en el televisor, se nos
muestra a Leo y la vemos llorar mientras escucha “nada me han enseñado los años,
siempre caigo en los mismo errores”. Estas frases podrían ser una reflexión sobre su
relación, siempre ha vuelto a él, ha intentado que el matrimonio saliera a flote. Su
debilidad, su dependencia y, en definitiva, sus errores, le impedían dejarlo. “Otra vez a

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brindar con extraños y llorar por los mismo errores” son las últimas frases de la canción
que se oyen antes de que Leo se marche del bar, estas líneas podrían verse como
anticipadores de lo que va ocurrir, la protagonistas en la siguiente escena se encontrará
con Ángel quien se convertirá en su paño de lágrimas y será su tabla de salvación.
4.2 “Ay amor” de Bola de Nieve
Leo se derrumba en brazos de Ángel en medio de una manifestación estudiantil
tras salir del bar y leer en un escaparate “te quiero roca”- forma de decirle a su marido
que lo amaba cuando estaban con otra gente-. A través de un movimiento de cámara se
pasa de los personajes a un punto en el cielo. En este momento empieza a sonar el
bolero de Bola de Nieve “Ay amor”, la canción servirá de enlace con la escena en la que
una Leo desorientada despierta en casa de Ángel.
Es una canción que habla de la forma de vivir el amor y que resulta clave no sólo
para esta escena sino en toda la película contribuye a entender la forma de algunos
personajes de concebir determinados sentimientos.
Mientras la cámara muestra la imagen del cielo se escuchan las primera líneas de la
canción “Amor, yo sé que quieres; Llevarte mi ilusión; Amor, yo sé que puedes
también” estas primeras frases sirven para comunicar esa pérdida de la ilusión –en este
caso el amor- por parte de Leo tras romper con Paco. El amor que él sentía por ella no
era más que un espejismo, pero, a la vez, para ella representaba una esperanza por la
que vivir. Podría considerarse significativo que mientras se escuchan estás líneas en el
cielo estén volando fragmentos de papel que han tirado al aire los manifestantes,
aludiendo a que Leo está destrozada porque a perdido lo que daba sentido a su vida.
Con un corte brusco se pasa a la siguiente escena donde se ve correr una cortina y
vemos a través de una ventana del piso de Ángel –periodista de El País- el edificio de
Fnac en Callao. Este cambio de escena se produce en el momento en el que Bola de
Nieve canta “llevarte mi alma”, Paco se ha llevado no sólo lo que daba sentido a la vida
de Leo sino que ha acabado con quien es, al perder su amor le ha arrebatado todo. El
cambio brusco de escena justo en el instante que se escucha esa línea de la canción
resalta la importancia de esa frase y por tanto de lo que para Leo supone perder a Paco.
La canción continúa “Pero ay amor si te llevas mi alma; Llévate de mí también el
dolor; Lleva en ti todo mi desconsuelo; Y también mi canción de sufrir” se puede
relacionar con lo que siente en esos momentos la protagonista que tras perder a su
marido se ha visto sumida en un dolor tan grande que para acabar con él intentó
suicidarse. El sufrimiento que Leo está experimentando es tan grande que sólo quiere

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acabar con él. Estas líneas ayudan al espectador a comprender por qué Leo se tomó las
pastillas, sentía que ya no le quedaba nada, ni Paco ni su trayectoria como Amanda Gris
que había acabado también como consecuencia del distanciamiento con su marido.
El hecho de que mientras se oyen estas frases veamos colgado en el edificio del
Fnac un cártel del último libro de Amanda Gris hace referencia a las novelas que escribe
Leo que, según ella misma dice, no hablan de sentimientos reales porque no hay dolor
sólo complacencia. Por lo que ha vivido con su marido Leo concibe ahora el amor de la
forma en la que se describe en la canción y muy ligado a la idea de dolor. Por eso ahora
es incapaz de escribir novelas rosa y sólo le salen negras como dice a su editor.
Un cambio de plano nos muestra a Leo dormida en la cama de Ángel mientras
oímos “ay amor si me dejas la vida; Déjame también el alma sentir” que aluden a que si
cuando acaba el amor la persona es capaz de continuar viviendo es necesario que no le
arrebate esa capacidad de experimentar emociones extremas que sólo es posible gracias
al alma. Justo en el momento en el que escuchamos las últimas palabras vemos a Leo
despertar desorientada, como si se incorporada a una nueva vida una vida que la
desconcierta por que ya no le queda nada de lo que daba sentido a su vida. Almodóvar
nos la muestra en un lugar que no conoce, el piso de Ángel, al que volverá en el
momento en el que su vida vuelva a tener sentido y comience una relación con el
periodista, que será quien le haga “volver a sentir”.
Las últimas líneas de la canción dicen así: “Si sólo queda en mi dolor y vida; Ay
amor no me dejes vivir”. Estas las líneas son claves para entender toda la película, pues
hacen referencia al concepto de amor que tiene Leo y nos sirven para comprender ese
amor obstinado que siente por Paco. Para ella el amor, a pesar de que pueda provocar
dolor y sufrimiento- es lo más importante, es aquello que hace al “alma sentir” y sin
amor nada, ni la vida, tiene sentido. Se trata de un amor ligado a la locura. En la
presentación del personaje vemos a Leo escribir a máquina una frase sacada de un libro
“Indefensa frente al acecho de la locura”, si intercambiamos “locura” por “amor” –algo
que ella hace a través de su forma de vivir las emociones- comprendemos la debilidad
de Leo frente a Paco. Lo que ligado a la última frase “ay amor no me dejes vivir” nos
conduce a la idea del suicidio. El amor para Leo es un sentimiento que lo significa todo
y no se siente capaz de vivir sin él y experimentar la vida sin amor y sin lo que este
genera, aunque eso sea dolor, no tiene sentido

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Antes de que se escuche la última palabra de la canción se cambia de plano y
enfoca a la bandeja del desayuno que Ángel le ha preparado a Leo y en la que hay una
rosa roja reafirmado esa idea presente en la canción de que la vida debe ser amor.
Pero la importancia de la canción no se limita únicamente a esta escena, que es la
única en la que se oye. “Dolor y vida” –frase extraída de “Ay amor”- es el título de un
artículo que Leo enseña a Ángel en las oficinas de El País en el que se habla sobre
escritoras que según ella son “Mujeres aventureras y de mentes suicidas”, esto se
vincula con esa idea presente en la canción de que el amor lo es todo y sin él la vida no
tiene sentido y el dolor es tan insoportable que es preferible morir. Podría a través de
esto hablarse de una identificación total entre Leo y la canción, además su nueva novela
va en la línea de esas escritoras que ella relaciona con la canción.
En la escena en la que Ángel llama a Leo para comentar que le han gustado sus
artículos y que quiere que escriba para El País, Ángel afirma conocer la canción y
parafrasea las últimas líneas “Si sólo queda en mí dolor y vida; Ay amor no me dejes
vivir” –que como se ha dicho resumen la clave emocional de la película-. El hecho de
que se sepa la canción implica que es una canción que para él significa algo, lo que nos
lleva a pensar que comparte con Leo el mismo concepto del amor, a diferencia de Paco,
ambos aman profunda y dolorosamente. A Leo y a Ángel se les representa en diferente
momento de la película como almas gemelas, el momento más significativo es cuando
en las oficinas de El País se nos muestra a través de un juego de reflejos las figuras de
los dos personajes superpuesta formando una sola.
El momento en el que Ángel parafrasea la canción es significativo de cara al
espectador ya que es primer momento en el que se muestra de forma clara la posible
conexión amorosa entre los personajes. Cuando se escucha la canción en su piso esta
idea se refuerza, a la vez que se presenta a Ángel como el factor clave para que Leo
supere el dolor y se recupere. Las acciones de él son en parte reflejo de ese amor
profundo que siente por Leo, un amor por el que lo da todo, como dice la canción, pero
en el que al menos parece que hay comprensión, que era lo que le faltaba a la relación
del matrimonio.
4.3 “Tonada de Luna Llena” de Caetano Veloso
La última canción preexistente que usa Almodóvar en esta película es “Tonada
de Luna Llena” interpretada por Caetano Veloso. Es la melodía que pone cierre a la
película. Leo decide acude al piso de Ángel y los dos escritores acaban besándose, en
ese momento se escuchan los primeros acordes de “Tonada de Luna Llena”.

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Se trata de una canción menos conocida que las anteriores y su letra tampoco
apela de forma directa como hacían las otras. Aunque una de las estrofas “Así es como
se enamora tu corazón con el mío” se vincula directamente con la última escena de la
película, que parece versar sobre el descubriendo de los sentimiento y el reconociendo
del verdadero ser amado. Desde el punto de vista de Ángel la historia que cuenta la
película versa sobre cómo se enamora de Leo. Esas líneas de la canción aluden al
proceso mediante el que logra el amor la escritora.
Almodóvar afirmaba en su blog que hay canciones como “Tonada de luna llena”
que han tenido que transformase para llegar a sus películas –en referencia a que él
emplea la versión de Caetano y no la original de Simón Díaz-. Esto nos lleva a la
conclusión que en este caso su empleo podría vincularse más con la atmósfera de
tranquilidad y paz que genera. Se trata de sensaciones que podrían vincularse con la
tranquilidad sentimental del final de la película en comparación con los intensos
momentos dramáticos de otras partes del filme.
Pero además si nos atenemos al estilo en el que se encuadra la música podemos
ver también una relación con la película. Se trata de cantos de trabajo que formaban
parte de un rito laboral y simbolizan el espíritu de convivencia de quienes se hermanan
en comunes faenas. En este sentido de convivencia la canción se relaciona con la
película y sobre todo con la relación entre Ángel y Leo quienes están hermanados no
sólo por su amor a la escritura sino también por la identidad de Amanda Gris que ahora
ambos comparten, desde el momento en el que él decidió hacerse pasar por la escritora.
5. Conclusiones
El análisis del empleo que Almodóvar hace de las canciones en esta película
parece corroborar la idea de que las canciones cumplen en su obra, o al menos es ésta,
una función que va más allá del mero acompañamiento musical. De no ser así ¿qué
sentido tendría ver a Leo sentada en un bar tras intentarse suicidar?, esa escena sin el
empleo de la canción de Chavela Vargas no aporta nada. Es la canción la que comunica
a los espectadores los pensamientos y sentimientos de la protagonista.
La importancia que las canciones tienen para Almodóvar se demuestra al
emplear la canción para establecer una comunicación con Leo, lo que habla de la
capacidad de la música de provocar respuestas emocionales que van más allá del
lenguaje. Las canciones de esta película sirven para comunicar elementos que son
difíciles de trasmitir, al tiempo que sirven para mostrar emociones de forma natural sin

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diálogos que podrían resultar forzados, como puede extraerse del empleo de las tres
canciones y en especial de “Ay amor” con el concepto de amor de Leo.
Pero cómo se demuestra con el empleo de “Tonada de Luna Llena” la letra no es
lo único importante. La atmósfera que crean las canciones y las sensaciones que
trasmiten las melodías son empleadas por Almodóvar para jugar con las emociones que
la película despierta en el espectador.
La elección por parte de Almodóvar de un bolero y una ranchera como
elementos narrativos no es banal, ya que como dice el personaje de una de sus películas
–Yolanda en Entre Tinieblas- es “la música que habla, que dice la verdad de la vida. Por
que quien más y quien menos siempre a tenido algún amor o desamor en la vida”.
Se juega por tanto con la capacidad de la música de aludir a las experiencias
personales del público lo que resulta de suma importancia en un melodrama como
ocurre en esta película, ya que sólo así se logrará la identificación con la protagonista lo
que es fundamental para experimentar el filme de forma completa.
Lo más significativo de la forma en la que Almodóvar emplea la música en la
película es que logra que las canciones adquieran un significado distinto al que podían
tener en su concepción tradicional a expensas de la historia que se cuenta, la asimilación
entre la imagen y la canción da lugar a una unidad indisoluble en la que se trasfieren
significados de una a otra. Cumpliéndose así la idea de que el cine como arte que
aglutina a otras disciplinas emplea en su juego narrativo a la música, que se alza como
factor comunicativo pleno.

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Bibliografía
MARKUS, Sasa. La poética de Pedro Almodóvar. Traducción, edición. Barcelona:
Littera, 2001.
CHION, Michael. La música en el cine. Frau, Manuel (trad.). Edición. Barcelona:
Paidós, 1997.
ALLISON, Mark. Un laberinto español: las películas de Pedro Almodóvar.
Frugone, Juan (trad.). Madrid: Ocho y medio, 2003.
LACK, Rusell. La música en el cine. Traductor. Madrid: Cátedra, 1999.
HOLGUÍN, Antonio. Pedro Almodóvar. 3º Edición. Madrid: Cátedra, 2006
ARONICA, Daniela. “Intertextualidad y autorreferencialidad: Almodóvar y el cine
español”. En Actas del Congreso Internacional "Pedro Almodovar"
(Cuenca, 26 a 29 de noviembre de 2003). Coord. Fran A. Zurián Hernández,
Carmen Vázquez Varela, 2005. P. 57-80.
VERNON, Kathleen. “Las canciones de Almodóvar”. En Actas del Congreso
Internacional "Pedro Almodóvar" (Cuenca, 26 a 29 de noviembre de 2003).
Coord. Fran A. Zurián Hernández, Carmen Vázquez Varela, 2005. P. 161-
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CALVO, Alejandro. Pedro Almodóvar: Un hombre de puertas abiertas [en línea].
Disponible en: http://www.miradas.net/0204/estudios/2004/
05_palmodovar/articulo.html [consulta 10 de diciembre de 2008]

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