Você está na página 1de 52
InoIce Agradectmientos n Prefacio 2 Introductn: La paradoja demoertia «ee eeeeseee 7 4 La democacta, el poder yao petheor oes eeeeceee 3 2 Car Schmit y la paradoja de La democraca bert... 51 3. Wittgenstein, la teoria politica y la democracla B 4, Para un modelo agonfstico de democracia... 93 5. gUna politica sin adversario? . 9 ‘Conclusién: La ética de la democracla G 139 indice de nombres... 153 [AGRADECIMEENTOS Los articulos de ese libro se publicaron incialmeate como s- sue: La democracia, el poder y “lo poltico”» aparecis en una vr. Sida ligeramente distineavtulads «Democraciay plaalismo: una ritca del enfoqueracionalistar, en Cardozo Law Review, 16, 5, de marzo de 1995; «Carl Schmitt y la paradoja dela democracia le betas, en The Canadian Journal of Law and jurisprudence, X 1, de enero de 1997; «Para un modelo agonistico de democracia», en tuna versin alg diferente, se escribis para see publicado en Political “Theory in Transition, obra compilada por Noel O'Sullivan (Row tledge, 2000}; =;Una politica sin adversario?», en una version lic ‘geramente distnta titlada «El centr radical una politica sin a ‘ersario?,en Soundings, 9, verano de 1998, «Wingenstcn, la roria politica y la democracia: ese desarrollo de un trabajo presentado ‘en una confeencia celebrada en la Universidad de Bielefeld en enero de 1996. ‘Quiero agradecer @ Daniel Habn su apoyo editorial Los ensayos que recoge este volumen han sido escitosen los “ltimos cinco afos. La mayoria ya han sido publicados, algunos fen una version distinta. Uno de ellos, un artculo leido en una conferencia, aparece aqui por vez primera. La introduccion y la onclusién fueron esritas especialmente para esta obra, pero in cluyen ideas desarzolladas en varios articulos que no se ineluyen Saul Soy conscente de que, por lo que respect alos temas prin: pales, hay una cera tendencia ala teiteacion. Sime he decidido a Inclurlos en su forma original ha sido porque hubiese sido impos ble climinar esas eperciones sn alterat la ntligibilidad del argu- mento que se expone en cada articulo. Tos asuntos que se debaten en La paradoja democrdtica son la continuacion de una reflexininciada conjuntamente con Ernesto Laclau en Hegemonia y estratepia socalista, reflexion proseguida posteriormente en El retomo de lo politico. Los acontecimientos politicos que se han producido tras la publicacin de este ultimo libro, acontecimientos que mucsran la creciente tendencia de lor partidos socialdemécratas hacia una consensuada politica de cen- tro, han robustcido mi conviccia de que es urgente que la teoria politica proporcione un marco alternativo al que ahora domina la feoria politica democrtica. La comprension de los principales de- fectos que presenta el nico de lo que se ha dado en lamar ster cera via» exigeenfrentarse ala conflictiva naturaleza dea politica yal hecho de que no es posible erradicar ef amagonismo, justa- ‘mente todo lo contrario de lo que lo que teata de hacce por todos los medio el cada ver mis de moda enfoque dela «democracia de- beraiv Al reler estos textos para su publicacién me he dado cuenta dde que todos ellos, aunque en diferentes formas, destacaban a na- turaleza paradojca de a democracia liberal moderna. Dado que la aversin a las paradojas esté muy extendida entre os pensadores ‘acionalistas con los que polemizo, consideré que esa eralafaceta ‘de mi acral labor que vali la pena destacat De abi el titulo de cee libro NTRODUCCION [UA PARADOJA DEMOCRATICA Aunque en diferentes formas, rodos los ensayos reunidos en ‘sta obra tatan de o que yo llamo la «paradojar de la democra- ‘ia moderna eintentan examina ae dstineas impicacions tedricat ¥ politica de esta nocién. Mi reflexion comienza con un examen dela nauraleza de la democracia modema, que ceo que est lejos de haber sido adecuadament elucidada, Para empezat,zcul esa for ‘ma ms apropiada para definir el nuevo tipo de democracia que se ha extablecido en Occidente en cl transcurso de los dos tltimos siglos? Se ha empleado un gran nimero de términos: democracia moderna, democracia representativa, democracia parlamentaria, ddemocracia plralsta, democracia consttucional, democracialibe- ‘a Ba ales xray pn deste a Siaanigua side en hecho de queaen unas sociedades de ay ‘ainaiovcombeidad, las fomas dela deoccacia disbane jadadeser posibles pox sz motivo democsacianadeana debe ‘Saesoprenomatver Otros autores, como Claude Lefor,insisten en [a wansformacion simbélica que hizo posible el adveniento dela sdemocracia moderna, esto 5, en «la disolucion de los marcadores ‘de ceridumbres." Dede ext punto de vista, la modeena sociedad de ‘mocritica es una sociedad en la que el poder, la ley y el conoct ‘miento han experimentado una radical indeterminacin. Esto es consecuencia de la «revolucin democratca», que conduce ala de ‘siparicion den poder que antes encarnaba la persona del principe {ys vinculaba a una autordad trascendental. Se inauguré asi un nuevo tipo de insitacion de lo social en la que el poder quedo con- ‘etido en sun gar vacion. Creo ques vital subraya, como hace Lefory, la aparicin de un nuevo marco simbslico ai como la moderna imposiblidad de pro- poreionar una garanti final, una legitimacion defntiva, No obs- 1. Chae Lor, Demand Pit! Theory, Oxon, 198818. tate, en verde idenifcar simplemente la forma moderna de de- ‘mocraia cone lugar vaco del pode, quisiera subraye tami Ia distinc entre dos aspects: por un lad, la democracia como forma de gobierno, es dei el principio de soberania del poco, 1 por oto el maecosimbalico en el que ve ere esa rela demo {ritica. Lanoveded dee democracia modern, fo que a cooview fexpropaiente moderna» esque asl advenimicnto dela Te lytén democritiea el sj principio democraca de que el po derdehe sec sjecido pordl push» wucveaemergen peo sata et ‘eammasca sinbdliz conigurad pore discus ibeca, con 50 ‘entice dass enal valor dela iserad individual Lo derechos Ihumanos. Esto valores son ls valores naceares del adicon Ir ‘eral son constttivos del vision moderna de mando, Sa ey ‘atgo-no deberiamon sonsidertlos como pate separable dela ‘redid democritia, cys valores centralesiguadad y sober: ‘ia popular- son diferentes. De bec, la sep sel Eo, ene cambio del pico y ede op ome la propia idea del Rechtstat, ue es cetel pars a policea del liberaismo, 0 encuentra sa orgen ene discatso democraico Sino que provene de otro sito. Por consguinte es crcialcomprender que, con la democracia moderna, hemos de enarar una nueva forma politica de sociedad Sip Sead en dea arcane don adios diferentes. Por un lado tenemos la yabsepe: ‘ala libectad individual; por otro, la radicign democeiticacuyas ‘ideas principales son las de igualdad, identidad ents gabernantes vel ‘soberania opulac No existe una relacion necesa- ‘a entre estas dos tradicione distintas,s6lo una imbicacion bis ‘rica contingent A tavés de esta imbricacion, tal como le gu ‘a subrayara C. B. MacPherson, el liberalism se democrat y emocracia se liberal. No olvidemos que, aunque hay en. ia ‘ademos a dac par supuesta la existencia de un vinculo.enze a Seca i dencac sunita os de ab sonsinuda proceso fluido, ha sido seautada de enconadas pugnas. Muchos liberales y muchos demécratas eran-perfrtamente conscientas del conflict-ente sue come delos limites que a ‘democeacia liberal imponia aa, -objeti- as De hecho, ambos bandos sempre han tratado de inezpeetar sus normas del modo mas convenient para sus propéritos, Desde un puno de vista técco algunos iberales como Hayek han a mmentado que sla democracia [es] eencialmente un medi, un Posto utlarita pare salayuarda a pax imei la iberead mientras no ponga en peligro la institciones = berales, pero epidamenteprescndble stempee que lo haga. Oros liberales han seguido una estatgia diferente, argumentando que sila gente decdera «de un modo raconal seria imposible que fe- ‘en contra los derechos y a ibertades,y que, silo hiciera, su de- Gsi6n no debera consdearselegitima- En lotro bando algunos emécratas e han mostrado muy dispuetos 2 descartar la inst ‘ucionesiberales por consdearatsbertades formals burguesse, {sfcomo a Tacha por su sustitacion por aqullas formas drectas de la democracia mediante las cuales puede expresarse sin ob ‘culo Ia voluntad de lat personas Tatseadenia dominate en naestos dias conse en consde- rar la democracia de una forma que la eniia cas exasivamen- ‘econeLRechsstaat la dfensa de los deaschosbumanos,deiando er aber dle democriicos aus ado papel coulda, papular nla nario democratic, pus tect clstosanuy pele sobre la eal- ‘ed motada secon demos La propia atin ddad-de la democracia liberal so bas en la den de la sberania popular yl como inde a movilzacin deers idea por pate de Ton polices popula de derechas, sera un grave error cosiderat ‘qua legado el momento de rennciar sella Las insicions I terales demoeriias no deberian tomarse como un elemento ga tantzado: sempre ex necearo robustectrasy deenderas. Esto {xg aprehender sa dnamca espe reconoee la tension ue $= deriva dels efectos de sus ditinta gas. Slo aeprando la furadoja democriie podeemos considera modo de enfrentar fovaell como alara mi examen de as tess de Cat Schmit ent capitulo 2, la I6gica democratica siempre implica la necesidad de tar ie rin ee els y een ne ale oe pertnecen al sdomose y aquelos use encucntan fers de € ‘rasa condcin pars lero mmo de ls derechos demo 2 Haye, The Ro Som, Londres, 1944, pS Tad st Cam devon, Mad, 200, cos, Una condicisn que crea necesaslamente una tensin con cl nfass liberal en el respto de los =devechos humanos, dado que ro existe garantéa de que una decison adoptada mediante proced- Imieatos democrticos no termine vulnerando algunos derechos ya cexistentes. En una democ ponen siempre limite al respeto de los derechos humanos ¥ no negaciable: hecho, debido 2 que dependen del modo en que se definan einer preter los «derechos humans» en un momento dado, son la expre Sin de una begemonia preven por cosine, oj de daira idea dequecs leptise esablecer limites pasa laso- berania populace nombre de aibertad. De abi su-naturaleza pa ingtancia som incampatibles, y que nahay forma de seconciislas sig.imperfccign. O bien, por decislo ala manera de Wittgenstein, ‘Que hay una tension consttutiva entre sus rspectivas spramati- ass, una tension que nunca puede haya sido objeto de constantes pugnay pugnas que hhan constitude la fuerza impulsora de los desacrollo politicos « histricos. La tesin entre sus dos componentes slo puede ex bilizarsetemporalmente mediante negociacions prapmatias entre fuerzaspolcicas,y dichas negociaciones siempre establcen la hep ‘monia de una de ellas. Hasta hace poco, la existencia de fuerzas ‘opuestas se reconociaabiertamente, slo en nuestros dias, cuando la propia idea de una posible alternativa al orden existente ha que dado desacreditada la estabilizacion lograda durante ef perfodo de Ihegemonia del neoliberalismo con su muy especficainterpretacion de cudles son los derechos importantes y no negociabes~ aparece Prdcticamente libre de todo cuestionamiento. Una vez que ve da por supuesto que latensin entre la igualdad ¥ la libertad no puede eeconcliarse v que solo pueden existe for- ‘mas hegeménicas contingents de establizacin del conficto, se ve , Den nado muy siya tecea via de Blt cl snewe Mites” de Schroder, ambos nspirados por i estategia 4s tranglacine de Clinton, acepan el terreno de argo estat eco por sus predcesores aoiberlsIneapace deo no di ‘ucsos oe ver rnguna allernativa ala presente diposin hee fone abogan por una forma de pols que pretend suarse “inde ald aie yl erecha, categoran qu epresentan como obvoletas, 8 objetivo esa exeaion de un sconsenso de cen trons ona ey segnse declarer el nico tipo de plea adap- {ado la neva soredad dela informacin, mientras se dsacreita odor aquello que se opongan sexe proyecto =moderiador> “idinoloe de forza conservadoras Sin embargo, como he de tmostar en el capio 5, cuando rascamos la peri de estar {Gres percibinosenseguida qu, de hecho, sea limitado sim ‘lemente 2 abandona a tradicional lucha dela aquerda por la * Lerner (Nd iqualde, So pretexto de repensry poner al daa exigencias de- ezine fb lade yal responsabilidad encubrens negative a comidra as ‘ivinicaciones de lot sectors populares, que qvedan exludos de $s prordads politica y socal: An peoy ess reivindcatones sete ca emt i in tn sie proyecto de iaguerd hoy ya completamente descr tad Eh ere man ida en siden coe ‘lui postbildad de anstormaion de a relactones de poder fa guedadocliminada,no ex orprendente gus los pardon Foe. las de derechasexgn protagoniando signicatvosavancr eo ‘aos as Et mucha on con deca “onsets de centro watan terreno dela lh qu handonatoliqoierda,Pasclacneteprocapane ee becho ee muchos sectors de a cle rabajaora seman gues i ‘cress estan mejor defenidos en manos de eos partidos que en anc els oclemacae Al her edo en ec tal proceso democrtico, sm un blanco fl pra ls demagogos de la derecha. 7 “La stuaci politica que acabamos de describ, caraceriada por el ensalramiento de los valores de una politica de eosenso encase Io que vertebra mi indspacn rede, Eta aaron de que ponga un fais especial en lax consecoencas negara de Considerar lies! dela democracia come la reltactn de on Sin, desarrollada en el Cpiulo 2, conateen qu est carder tn tlie sermino irecoetiable io dee entendrsenecesaria tent al modo de una contradic, sno como fcws de una p= jh Yosonteng qo, pse aque Schmit ene azn al dsaear ins deremes formas en gue a Yogic universalist liberal eopone al concep democritic de igualady ala neeidad de consiuir rliiainente un sdomov», no estamos bigadorsromncana Eis doe teccones, Coders arculcn como el etd de tna confguracion praca pemie vara esi ene ae tas logs de un tnodo psitv, en lugar de vera com algo gi ondace a una contradcrondestoctiva Ea ver dee, super be lech de reconocer eta paradoja os permite comprender cuales ta auenia fre dela democraia ber ‘A dsr constatemnte as lance de incani/exhsin que implica la constitcion police sdel pueblo» ~necrsara para Sjercco del democracia-rel curso liberal elo derechos manos universales juega un importante papel en mantener viva la lucha democrtica. Por ota pare, sélo gracias ala logica demo- critica dela equivalencia es posible trazar unas fronterasY esta blecer un demos, sin el cual no seria posible ninginejerccio real de los derechos Es preciso subrayas, no obstane, que esta tensin entre demo- craciayliberalismo no deberiaconcebise como una tensinexisten- te entre dos prineipiosenteramente externos el uno al otto, entre principios que establecen entre ellos simples relaciones de nego- ‘acion, Sila tensin se concibiese de este modo, se habriainst- ‘ido un dualismo muy simplista. Enver dees, la tension deberia considerarse no como algo que crea una relacion de negociacin, ‘ino como algo que crea una relacion de comtamninacin en el sen ina Ver que se ha efecuado la ariculacion de los dos clus en el caso de que se haya hecho de forma pre- tno de ellos cambi la identidad del oteo. Los repine- nes deidentidades coletivas que resultan de este proceso de articu- lacion son conjuncos cuyas configuraciones son siempre algo mis «ue la suma de sus elementos interno. Como siempre ocurte en ida social, hay una dimensign =gestlica» que es decisiva para omprender la percepcin y la conducta de los sujtos colectvos. ‘La visualizacion dela dindmica de la politica liberal democrs tica como el espacio de una paradoja cuyo efecto esrba en impe- dir tanto el cierte total como la diseminacién completa, posbilidad {que esd inscrita en la gramitica dela democraciay el liberalism, + una visualizaciin que abre muchas posibildades intresantes. Sin duda, al imped el pleno desarollo de sus respectvas locas, cesta atculacidn representa un obstculo para su completa realiza ‘in eanco la perfecta libertad como la perfectaigualdad se vue. ‘ven imposible, Sin embargo, esta es [a condicion de posbiidad ‘misma para una forma plualista dela coexistencia humana en Ta que poedan existe yejercerse los derechos, donde la libertad y la igualdad puedan arreplisela para coexist de algin modo. Este tipo de comprension de la democracia liberal, sin embargo, es pre- csamente lo que impide el enfoque racionalita que, en vee de re- ‘conocer la imposibilidad de eradicar esta tenis, eata de encon- trar formas de eliminaca. De ahi la necesidad de renunciar ala iluson de que padiera legae a producise un conseaso racional alt ddonde esa tension sehubieralogeado eliminay, de abi cambigm la ne- ‘ceaidad de comprender que la politica pluralista democratica con- save en una serie de formas pragmatica, precariasy necesariamen- te inestables de negociar su inherent paradoya Esta aceptacion dela paradojica natraleza dela democracia i beral exge comper con la perspectva racionalista dominante yre- (quiere un marco teérico que reconazca la imposiilidad de consiuir tuna forma de objetvidad social que no est fundada en una exclu- ‘6a original. Esta es Ia eaz6n de que el hilo conductor de mi ar fgumentacién para una adecuada comprensién de la democracia onsisa en destaca la importancia de un enfoque no esencalisa, ‘deudor del posestrucaralismo y de Ia deconstruccin. Una tesis clave de mi trabajo ha sido, durante algn tiempo, la de que un en fogue racionalista est condenado a permanecercego ala dimen sin de antagonismo de slo politico, y tambien he sfirmado que ‘esta omision ha tenido consecuencias muy serias part la politica ‘democrétia, Esta pespectiva ya quedé expuesta en Hegemmonia'y ‘strtegia socialists y en El retorno de lo politico, y varios eap- tulos de este libro son una continuaci de aquellos andi. Ea el ‘capitulo 3, examino igualmente lo que considero que es una con- tribucién muy important ala elaboraciOn de un enfogue no ra- ‘ionalisea dela teoria politica. Sugiero que en el limo Wittgens- fein enconteamos muchas intuiciones que pueden utlzase para bordar la cuertion de que la lealtad alos valores democriticos no fe crea mediante una argumentacia racional sino através de un conjunto de juegos del engusie que coastruyen formas democrit- as de individualidad. Conta la actual bisqueda ~desde mi punto ‘e vista, profundamente equivocada-, de una legtimidad fundada fen Ia racionalidad, la posicion de Wittgenstein, segin la cual el ‘acuerdo se alcanza através dela participacia en las formas de la ‘ida comin, al modo de un «Einstimmung>,y no de un «Eiwvers- tand>, representa una perspectva pionera ualmence importante ‘para un enfogue auténtcamente plurals 6 Su concep de »seguir tina regla» que, de acverdo con mi argumentacin, puede ayudar- nos avsualizar la diversidad de modos en que puede jugarse el jue- ‘go democritico. 4. Emoto Lacan Chat Mos Hegomany nd Sct Sate: Towards «Reda! Demat Poe Landes, 985 lad cats Hegemon eae Socal, Med Sp XX, 187) ‘Chana! Mout, The Retr of the Flt, Lode, 1993 [Tract EL aor el pli, aon, Pn, 199 El rabajo de Jacques Derrida también es relevante para mi pro- recto. En est caso, esa nocin de un sexterior consteuivos lo que ‘me ayuda a destacar la urlidad de un enfoque deconstrucivo para aprehender cl antagonismo inherene a toda objetivdad, asf como a Subrayar el cardter central de la distincion entre nosotros ellos en |a consttuci de las identidades politicascoletvas. Con el fn de vita cualquier equivaco, sefalaré que el sextriorconsitutivor no puede educine a una negacin dialectic, Para ser un autentico ex {eriog dicho exterior tiene que serinconmensurable con elinteioe ¥ al mismo tiempo, condicin para su surgimiento. Esto so es post ble silo que etd fuera» noes simplemente el exceior de un conte: ido conzreto, sino algo que pone en cuestion la econcrecion» como tal, Esto es lo que impic la nocin detridiana de un «exterior cons- titutvor: no un contenido que result afirmado/negado por otro contenido que sera simplemente su opuestodialético Ho ques oct ‘iia sdo estuiéramos dciendo que no existe un =nosotros sn un «ellos sino un contenido que al mostrar el caricterradicalmente Indecidible de la tens de su consitucin, haga desu propia post tividad una funcin del simbolo de algo que la supera: a posibildad imposibilidad de la posivdad como tl. En ete caso, el antagonis- ‘mo no se puede redcir un simple proceso de inversion dialécoca: el ‘ellos» no es el opuest constiutiva de un nosotros» coneret, sno l simbolo de aquello que hace imposible cualquier «nosotros ‘Concebido de este modo, el exterior constituivo nos permite bordar las condiciones de emergencia de un antagonismo. Este surge cuando dicha relacién ence el nosotros y el ellos, que hasta entonces sé habia sido percibida como una simple diferencia, em- pieza a considerarse como la que existe entre un amigo y un ene- rmigo. A partir de exe momento, se conviere en el locus de un an- tagonismo, es deci se converte en algo politico (en el sentido que , que es una forma distinta de maniestacion {el anagonismo, ya que no implica una relacion entre enemigos Sino entre sadversarios,término éste que se define de modo para- {jico como enemigos amistosos, eto es, como personas que son “amigas porque comparten un espacio simbelico comin, pero que también son enemigns porque quieren organizar ete espacio si blico comin de un modo diferente. ‘Consider la categoria de «adversrio» como clave para con- cebir la expecficidad de la politica pluralista y democritica mo- ‘ema, y ex una categosia que se encuentra ene centro mismo de mi Comprension de la democracia como «pluralismo agonista». Ade ‘ns de perme rebate argumento de Schmit sob l carter ‘contracictorio de Ia idea de democracia pluralista también me Syuda a poner en primer plano tanto las limitaciones de los ter- os dela sdemocraciadelberativa» como las dela politica dl se ‘icente «centro radial», En el capitulo 1, por ejemplo, examino la ‘yersion mas reciente dei beralismo politico de Rawls y muestro Tas implicaciones problematicas que supone para un enfoque pla- ralist de su concepto de «sociedad bien ordenada>. Sugiero que un0 {de sus principales puntos débiles es precisameate el hecho de que tiende @ borra el propio lugar que ocupa el adversario,expulsando Sereste modo cualquier oposicion legiima de a esfra public de Enel plano politico, se observa un fenémeno similar ene caso dela stercera via, que es abordado en el capitulo 5. Argumento ‘que es una «politica sin adversariox que pretende que todos los tereses pueden reconcliaesey que todo el mundo —suponiendo, por Spuesto, ques idenifique con vel proyeeto>— puede formar par- te wdel poeblo-. Con el fin de justifiar la aeptacion de la actual Ihegemonia neoliberal -y pretender al mismo tiempo seguir sendo Fadia la stercera via~ pone en marcha un concepto dela polit- ‘Ga que ha evacuado la dimensin del antagonism y que postls la tnxistencia de un snterés general dl pueblo» cuya puesta en prée- tica supera a antetioe fotma de resolucin de conflictos basada en Ia dicoromia ganadoresiperdedores. HI trasfondo socioldgico de states sostiene que el ilo dela politica de la eonfrontacion que se ha mostrado predominante en Occidente desde la Revolucion Francesa ha legado a su fin. La distincidn entre iquierdasy de cas aparece ahora como itelevante, ya que estaba vincul ‘uns bipolaridad socal que ha djado de exis. Para tericos como ‘Anthony Giddens, la division entre la inquierday a derecha ~que él identifica con la oposicon entre una democeacia social al Viejo cstilo y un fundamentaismo de mercado~ es una herenca de la ‘modernizacion simples, y debe ser trascendida. En un mundo {lobalizado marcado por el desarrollo de un nuevo individualis- to, la democracia debe volverse«dialgica>. Lo que necesitamos ‘una svida politica» eapaz de llegar a las diversas areas dela vida personal creando una =democracia de as emociones, Lo ue falta en esta perspectiva es alguna comprension de las relaciones de poder que estricuran las sociedades posindusrales ‘contempordneas. Nadie niega que el capitalismo se haya transfor- ‘mado radicalmente, pero eso no quiere decic que sus eleetos se ha- yan vuelto mas benignos, lejos de eso. Quind hayamos abandonado [a ides de una alteracva radical al sistema capitalist, pero incluso tuna socialdemocraca renovada y moderizada ~que ¢3 fo que pre= tende see la tercera vi debera desafiar las trincheras de eiquea poder de a nueva clase de gestores si quiere alumbrar una sociedad ‘ns usta y responsable. El po de unanimidad social que consttu- yela marca de fibrica del blatrsmo slo conduce al mantenimiento elas jerarquis exstetes, Ninguna cantidad de dlogo o de pré- fica moral lograra persuadi jamais a la clase dirigente de qu re- nunc a su poder. EI Estado no puede limitaredniamente a tratar Tas consecuencias sociales de los defectos del mercado, ‘Sin dada, hay muchas cuestiones nuevas que una politica para la emancipacin debe abordar, Para considera la eeacién de una ‘Bueva hegemonia es preciso redfinirla concepeion tradicional que se iene dla iaquerda yl derecha; sin embargo sea cual eae con tenido que demos a estas eategorias, hay una cosa segura estamos fen una época en la que uno debe decidir en qué lado de la com Frontacion agonisica se sta. Lo especifco y valioso dela demo: cracia liberal moderna es qu, sies estudiada adecuadamente, crea ‘espacio donde esa confrontacin e mantiene abierta, donde las relaciones de poder estan sempre custionindose y ninguna de ells ‘puede obtener la victoria fina. Sin embargo est tipo de democea- {ia wagonistca> exgelaaceptacién de que el conflictoy la division son inherentes a la politica y de que no hay ningin lugar en el que pueda alcanzarsedefinitivamente una reconcilicién en el sentido 4e una plena actualizacin dela unidad del «pyeblo».Imaginar que la democraca plralista podria egae ase algin dia un sistema pee- fectamente arviculado es transformarla en un ideal que se refuta a simismo, ya que la condicin de psibildad de una democraciaplu- lista es al mismo tempo lacondicin de imposbilidad de su per- oesta en prctica, De ahi laimportancia de reconocer su na turaleza paradojica. ‘Schmitt no podia coneebit le paecia imposible. Dado que su obje- ‘vo era atacar al iberalsmo, no puede sorprendernos esta atitud, pero ciertamente indica ls limites de sureflexin teria, "A pesar de estos defects, la critica de Schmit al liberalism es muy podeross. Pone de manifesto varias debilidades de la demo- ‘aia liberal y pone en primer plano su punto ciego. Noes posible ‘gnorar estas deficiencias. Si hemos de claborar un concepto de la sociedad democritica que sea convincente y digno de confianza, ‘Son defcincias que debemos abordar. Schmit es un adversario del ‘Que podemos aprender, ya que podemos inspirarnos en sus int ‘Gones. Al volver sus argumentosen su contra, deberemos usarlos| para formolar una mejor compeensin dela democraca liberal una ‘Comprensign que reconozca su naturaleza paraddjc.SOlo tas acep- {arel doble movimiento de inclusdniexclusién que implica lap fica democeitica podremos enfrentarnos al reo que aos plantea hoy en di el proceso de la globalzacin. \WITTGENSTEIN, LA TEORIA POLITICA ¥ LA DEMOCRACIA Las sociedades democriicas se enfrentan hoy a nuevos retos 2 los que apenas pueden responder debido a que son incapaces de comprender la naturaleza de lo politico, y a que no logran aceplar Ia paradoja que se encuentra ene nicleo de la moderna democracia, liberal. Una de las principales razones de esta incapacidad reside, desde mi punt de vista, en el marco racionalista que informa alas (Vsbermar) “Tal como ha sefalado Petr Winch en referencia Rawls, «El “velo de gnorancia” que caracterza su posicion choca cone punto deta de Wirgenstrn de gue lo que es "raronable"no puede set ‘aracterzado con independencia del contenido de determinados "ja Sos" crucaese? or su part, Richard Rorty, que propone una lctura «neo- pragmticas de Wigenatin, ha allrmado, contaramente a Apel } Habermas, que no es posible extacr una fosofa moral univer- Salista de la ilosofia del lenguaje. Sein no hay nada en lana turaleaa del Lenguaje que pudera verir de base para justiicar ante todas la audicncias posites a superioridad de la demosaci ibe: tl Rory aa gent «Deamon abana en ‘speranca de hallarpremisas poiicamenteneutas, premisas ue puicran parecer justifiadas a todo el mundo y dels cuales pur ‘ira infers una obigacion de avanzr en la politica democeti ‘as! Rory sostene que mo resulta el considera los avances de tocrdico como algo vinculado al progreso dela racionalidad, y gue deberamos dejar de presentr lat institciones de lassie «dads liberates cccdentales como la solucon que otras personas hubein de adopter necesaiament cuando dejen de et sitvacionar lesey se welvan «modemnas Siguendo a Witgentcin, Rory 20 2, Pee Winch, «Cerny and Aube A Flips Gi comp ‘Wings Ceeary Eys, Carbide, 199, pa 238 Riad Roe Sia Ausagen unre Grhungsansruche», Des he Ze fr Psp 61984, p86, considera que lo que estéen juego sea una cuestién de racional- ad, sino una cuestion de creenciascompartidas. En este context0, lamar a alguien iraconal,afirma, «noes decir que no est haciendo tun uso apropiado de sus facultades mentales. Fs decir sncamente ‘que no parece compartir con nosotros el suficiente numero de ret «las y deseos como para conversa fructiferamente con él sobre el punto en discuss,” ‘Abordar la accién democritica desde un punto de vista witt= gensteiniano puede por tanto ayudarnos a plantear de tro modo Ta euestin de la lealtad ala democracia, De hecho, nos vemos abocados a reconocer que la democracia no exige una teora de la verdad ni nociones como Ia de validerincondicional universal, sino mas hien un puiado de prictcasy de iniciativas pragmaticas bvientadas a persuadir ala gente para que amplie la gama de ss ‘compromisos hacia ls demas, para que construya una comunidad ris incluyent. Este cambio de perspectiva revela que, al hacer hincapi¢ exclosivamente en los argumentos necessrios para rantzar la legitimidad de las inttuciones liberals, los teSricos ‘morales y politicos de os ilkimos tiempos han estado planteando tuna pregunta errOnea F verdadero problema noes el de encontrar argumentos para justificar la racionalidad ola universlidad dela ‘democracia liberal, argumentos que sean aceptables para toda pe sona racionalo razonable. Los peincipios liberal democrticos slo pueden defenderse como elementos constiitivos de nuestra forma de vida, y no deberiamos tratar de fundar nuestro compromiso| ‘on ellos en algo supuestamente mas seguro. Como indica Richard Flathman ~otro tebrio politico influido por Wittgenstein, los acuerdos que existen respecto a muchas de ins caracteristicas dela sdemocracia liberal no necestan estar sostenidos por ninguno de los sentidos filosofios de a certidumbre, Desde exe punto de vist, {Nuestros acuerdos respecto a eso uicios eonsituyen el lenguaie ‘demuestra politica Es un lenguajeal que hemos llegadoy que con: tinuamente modificamos mediante nada menos que wa historia del discurso, una historia en la que hemos pensado sobre ee len- 9. Richard Romy, Jota Larger Loyalty rel presntdo ena ‘il Confrence de Pols dl Ete Oct, Unveslad Se we cnet de 1995; pubiadn en Jusice and Democracy. Coss Calaral Pps, 1 Bouenkoe y M-Sepaiats compe, University of Hawa Pre 199, tna mimo tempo qu nos foamosvolviendo captcs de pen: ‘La apropiacién de Wittgenstein por Rort es muy i para ci- ticarias pretensiones de os hlésofos de inspiracion kantiana como Habermas, que quieren encontrar un punto de vista que se ence te por encima dela politica y desde el cual se pueda garantzat la superioridad de la democraia liberal. Sin embargo, creo que Rorty se aparta de Wittgenstein cuando considera el progreso moral y politico en ls términos de la universlizacion del modelo liberal moral, Como recuerda Benhabib, ls caracterist- eas de dicho discurso son las siguientes: 2) Ia participa en La deliberacién rig por ls norms de igual: Ady simerias odos ene ln misma oporinicages pa nici los actos de habla, para custona,pregunary abit debate; b co dos tenen derecho a cuesonar Ios temas conterplados ena con versal todos Genen derecho a inciarargamentosreflesvos Sobre as propia ela del procedimiento del dacuroy sobre lor. ma en que s aplicany se camplen. En principio, ao exten replay ‘ue limites Ia agenda del converscin, ola Senta de los prt pantes, com tl de que cualgier persona 0 gropo exclide pueda ‘demostatjstificadamente que seve afectado de manera relevant ora norma propusta ques es cuestionando” Para eta perspec, la base de legiimidad de ls instiucio- nes democtiias deriva del hecho de que la instance que exigen tn pode obiatri fo hacen paricndo del presuncon de ue ‘us dechiones epresenan un punto devs imparcal que stiene or igual ls itereses de todos, Coen tras afimar i a egit Iidad democrats surge de decisionescolecvas ene miembros jguaes, delaras «De acuerdo con la concepciondebeativ, una y argumen- tan que los dos tipos de autonomia van necesariamente juntos. Sin embargo, Habermas considera que silo su enfoque consigue est blecer la soorginalidad de los derechos del individ y In partici- pacion democratica. Ama que Rawls subordina la soberania de Inocriea a los derechos liberaes porque considera [a autonomia publica como un medio para autorza la autonomia privada. Sin ‘embargo, tal como ha sefialado Charles Larmore, Habermas, por su pare, pevilega el aspecto democrtic, dado que sostiene que Ia importancia de los derechos individuals reside en el hecho de ‘que hacen posible el aurogobierno democrtic." Asi pues, hemos de concuir que, ambien en est caso, ninguno de los dos es capaz de Hevar a cabo lo que anuncia. Lo que quieren negates la naturalera paradéjica dela democracia moderna y la tension fundamental en- tre la lgica de la democraciayla Logica det liberaismo, Son inca- paces de reconocer que, pese aque sea electivamentorierto que los derechos individualesy el autogobiemo democritico son constnu- tivos de la democracia liberal, cuya novedad reside preisamente en Ja ariculacion de ambas tradciones, existe una tensin entre sus respectivas =pramiticase que nunca podré ser eliminada, Sin dua, yyeontrariamente alo que han argumentado adversarios como Cari Schmit, esto no sigaica que la democracia liberal ea un eégimen condenado al fracaso. Esa tension, pese ano poder ser erradicada, 19, Chas Lame, The Mona of Moderty, Came, 1986, pig. 27 se psd abordar de diferentes modos. De hecho, un gran prt de is politics democrica se ocups precsamente de la epecaion desta prado y ela artculacon de solacionespeearias Lo reine esa aque de una sluion racine ial, No slo no Puede tne éxito, tno gue ademiscondsce planer esto es indebias al debate poco. Esa bisqeda Seber se recon: Cid como lo que realmente eso into de aslara la poltca dels elets dt paral de valores sta ver atando de hr de tuna Yer poe todas el sige In jerarguia deo valores ber democrats basics La tera democrsca debra enuncat 9 ‘sts forman de excapismo y enenare al reto que cone lc onecimient dl paralsmo de valores, Fst no signcaacepar tn pralsmo teal x nctaro pone lgnos limite a pede fn eS eonsderar eg ena efera public, Sn cata comes tan ois dl ines Elgar de presets como un conjnta de reqists exis por la moral o la racionalidad. “ = 2G lealtad a la democraca? Si tanto Rawis como Habermas, aunque de manerss diferentes, se proponen aleenzar una forma de consenso racional en vez de un ‘simple modus vivendie on «mero acuerdo, e porque eeen que proporcionando bases estables ala democracia liberal ese consen- 50 contribuird a garantizarelfururo de las institaciones liberal de- ‘maciicas. Como hemos visto, mientras que Rawls considera que cfasunto clave esl justia, para Habermas ia cuestin central guarda ‘elacin con la legitimidad.Seyin Rawls, una sociedad bien orde- nada es una sociedad que funciona seg los prinipiosestablec- dos por un concepto de justia compartdo. Esto eso que prod- ‘ela estabilida y la acepracin dels insiuciones por pate de los ‘iudadanos. Para Habermas, una democraia estable y que funcio- ne correctamente require la ceacin de una forma de gobierno in- teqrada meat a perce racional dew egitim Ft x z6n de que par los habermasianos la euesin central reside 22, He sala tape mare Cal Sch adhe Pa ox Literal Demat) Chat Molle om The Change of Carl ek it Lend, 194 estab epi el rose ane en encontrar wn mod de garantizar ue ls deciionesadopeadas fo las iiciones democrats repesenten sn pun dew [npr aps de expres por gal lorintereses eed logue 15 ver eige estableer unos procedimients capacs de generat ‘ealeadonraconales mediate Ia patipaion democeten. £0 enh, sen ls sociedad democrats com dee serconcbida como el evs dela de- Rhracin bls ie esta de todos en patra de Tsu deszo de mostra is imtciones del consenso doce tio ne model de agzeacin “ge sto se interes per la ac Talidad nsrmestal yt forme dente popo Tor demas Albers inssen en a importance or io de racional ‘dds aconldad qo pera aac comunity na be ‘arin publica. Quiten converte eo en principal fata mp Sora de los adadanos democrat cna hase dew eid hacia in inones comune Sa preocupcton pore extado actual dels nstciones de smocrvas sta proteapacon gue compar, pro conser que “resoesa es profindamenteiadecvada, La soisin 4 nies Silomacon scat no conse en sttura dominant rcio= Salad medioutinss por one forma de aconalidad, por una Seasick ie oncepcioner de Ista yg er mportnte samen a om. Piciad del ndeo que ofecn los dekmores del enfogue instr Irena, Sinembargoesmple hecho de ssiir una clase de Taconalidad por ora no va aayedamosaaborda el verdadero frobiema qu planta le ccson dea ele Como now ecverda Michael Oakesor a aaordad des nstaciones politica no es tha custo inl a contention sino a continu recono- ‘Smicnto de uno ier que admin su obigcin de obese I onaiciones pesca por la es publica Siuendo ext iea de tazonanscito pecs lear a Comprender qu Toque elmente ‘tre en asad a a aucrnes demote ss cone tos dun conjnto de pesccae gue hgan pone Is eeaion de cudadanos democrstic. No esns cvetion de afin ractnal sino Se disponbdad de formas democratic deni 21, Baka omar a Deter Made 22 Maina Ostedu aman Cone, Ones 1975, pig O58 i . Eta forma de plantear el problema indica que poder no deberiaserconcebido como una relacion externa que ie ne lugar entre dos identidades yaconstitidas, sino mas bien como 28, Cal Sci, The Conc of the Pola, New Bswick, 196 p70 2. Erno Lala Canal Mou, Hogan surat case Mo i, S08, 957 l lemento que consituye las propiasidentidades. Dado que cual ‘ier orden politico es la expresion de una hegemonia, de una pau ta especifica de relaciones de pode, la practca politica no pede ser concebida como algo que simplemente representa ls interests de unas identidades previamenteconsttuidas, al eontrato, se tiene ‘que entender como algo qu consiuye ls propiasidentidades y que ademas lo hace en un terreno precario y siempre vulnerable. ‘Afar la naruraleza hegeminica de cualquier tipo de orden un desplazamiento dela relacin tradicional en tre la democraca y el poder Segin el enfoque deliberativo, cuanto mis democritica sea una sociedad, menor seréel poder que forme parte de as relaciones sociales Pero si aceptamos que las relaio- tes de poder son consitutivas de lo social, entonces la pregunta principal que ha de atender la politica democratica no es ade mo tliminar el poder sino la de emo constitu formas de poder mis ‘compatibles con los valoces democraticos. ‘Aceptar la naturaleza del poder como algo inherene alo social implica renuncar al ideal de una sociedad democratca como rea- lizacion de una perecea armenia o tansparenca, El carter demo- ‘ratco de una sociedad s6lo puede venir dado por el hecho de que hingin ator social limitado pueda aerbuirse la eepresentacion de la tocaldad yafiemar que tene el scontrol» de los fundamentos. Por consiguent, la democracia require ue la naturaleza pus ramente construida de las eelaciones sociales encuentre su comple mento en los fundamentos puramente pragmaticos de las pre tensiones de legiimidad del poder Est implica que no existe una distancia insalvable entee el poder y Ia legitimidad, obviamente no en el sentido de que todo poder sea automaticamente legtimo, sino en el sentido de que: a)'si un poder cualquiera ha sido inca ‘paz de imponerse, es porque ha sido reconocido como lepitimo en Algunos circles, yb) sla legitimidad no se basa en un fundamen: {0 aprioristco, es porque esta basada en alguna forma de poder exitosa, El vinculo ente la legitimidad, el poder y el orden heye- ‘ménico que esto implica es precsemente lo que exeluye el enfoque Gelberatvo al postal la posibilidad de un tipo de argumentacién ‘acional en el ue se ha eliminado al poder y donde la leitimidad ‘eneentra su fandamento en la racionalidad pura Una vez que el terreno terico ha sido deineado de este modo, demos empezar a formular na alternatva tanto para el modelo Ge agregacion como para el modelo deliberativo, una alternaciva ‘que propongo denominar «pluralismo agonistico».” Para aclarar Ja nueva perspeciva que estoy proponiendo: se necesita una pri- ‘mera disincion la dstncin entre sla politica» y «lo politico». Con slo politico» me rfiro a la dimension de antagonismo que cs in- hherente alas relacioneshumanas, antagonism que puede adopear ‘muchas formas ysurpren disintos tipos de relaciones socials. La «politica», por otra parte, designael conjunto de prdcticas,discur- sos einstituciones que tratan de establecer un certo orden y orga- ‘za la coexistencia humana en condiciones que son sempre Po- tencalmente conflicivas porque seven afectadas por la dimension de slo politico». Considero que sso cuando reconocemas la dimen- sin de lo politico» y entendemos que «la politica» consiste en do- :mesticar la hostilidad y en intentaratenuar el antagoniamo poten- ial que existe en las relaciones humana, podemos plantea fo que ‘onsidero la cuestion central de la politica democratica. Sein los "acionalistas, esta cuestion no consste en cémo alesnear un com senso sin exclusén, ya que ello implicaria I eeadicacon de lo po- lkico, La politica se propone la creacin de la unidad en un con- texto de conflcto y dversidad; esta siempre relacionada con la creacin de un snosotzoss mediante la determinacion de un ellos» La novedad dela politica democritica no ela superacin de esta ‘oposiién nosotrosellos~que es una imposibilidad~ sino la dife- reate forma en que és plantea. La cveston cracil estba ene=- tablecer esta diseriminacin entre el nosotros yells de un modo ‘que sea compatible con la democraca pluralist. Considerado desde el puneo de vita del -piuralismo agonist «om, el objetivo dela politica democriica es constuir de tal forma cl ellos que deje de ser preibido como un enemigo desta y se ‘conciba como un sadversation, es det como alguien cuyas ideas ‘combatimos pero cuyo derecho a defender dichas ideas no pone: 30 Tl x gu dfn el para ago un ete de pes cn pusicio qc Radar Rony lamar ana deca: escape ‘i del epi ral democrat, aucenpenin ops days [rani trons de edna conic, Po connie lr Im mii que yo defend dete Singin dela omen ge bn ryan tlimamo termi prs eerie nmap iad ete non soe ‘kefomas sews loge conases coms la tna vr, nvr de LS gee! iain agornco no mi qu een, Ves en Jae Gy ‘heme We Pon ae sie Co ot soy fe ane mos en duda. sees el verdadero significado de la tolerancia ibe: ral democritica, ue no implica condonar las ideat alas que nos ‘oponemoso ser indiferentes alos puntos de vista con los que noes ‘amos de acuerdo sino trata @ quienes los defienden como a lei timos oponentes. Sn embargo, esta categoria del eadvesario» no , el objetivo de la politica democratica es transforma cl a tagonismo en agonismo, Eto require proporcionas canals att ves de ls cuales pueda dase cauce a la expresin de las pasiones [a primera obligacion de la politica democraica no consieen el mina las pasiones de a esfera de lo pblico para hacer posible el consensoracional, sino en movlizar esas pasionesen la direcin de los objtivos democrticos. Una de las claves de la tess del pluralism agonisico es guy lejos de pone en peligro la democracta, la controntacién agonisticn «es de hecho su propia condicin de exitenca, La expecfcidad dela moderna democracia reside en el econocimiento yen la egitim «in del conflict, y en la negativa a suprimirlo mediante la impo- Sicidn de un orden autortario Al romper con la representacion sia halca de la sociedad como un cuerpo onginico -representacion qe fue caracteritica dela forma holista dea organizacion social, una sociedad democratica reconoce el plralismo de valores, el =desen- antamiento del mundo> que diagnosticara Max Weber y los ine- ‘itablesconfictos que implica, Estoy de acuerdo con quienes afirman que una democraca plu ralistaexige una cera catidad de consenso y que requierelealad Tos valores que constituyen sus =principios eico-politicas. Sin embargo, dado que estos principis éico-polticos slo pucden exitir mediante un gran numero de iterpretaciones diferentes y onflctivas, tal consenso seréforzosamente un sconsenso confi tivo», Estes de hecho el terreno mis frecuente de a confrontacion agonistca entre adversarios. Idealment, la confrontacign deberia tScenificarse en torno a las diversas concepciones de cudadania ‘que corresponden alas diferentes imterpretaciones de los principios {tico-poitios: la liberal conservadora, la soialdemécrata, la neo. liberal la radical democritica,ercétera. Cada una de estas concep- ‘ionespropone su propia interpeetacin del sbien comin y tata de poner en pricica una forma diferente de hegemonia. Para fomen- tar la fidelidad asus insucions, un sistema democrticoexige la Aisponibilidad de esas formas contendiente de identficacién civ ‘dadana. Ella proporcionan el terreno enel que ls pasones pueden smovlizase en tomo los objivos democrtcos para as rans Foxmar el nragonsmo en agonsmo- ‘Una demorraca gue fancionecocetameneexge librante xtra poncone polices S20 Site, exe cl peligro de que ext confontacin democrtiea se Sts por una confrttacin ene nas forma de Hen Scion clacva como sucede enc caso de a politica de ident GEaCUa exces nfo en el consenso unio al rechaso de la fenfronacign, conduc ala spats yal dtanciamitnto sepecto {els pertcpacon politica, An pon el read puede ea ‘Sitlcin de le psionescolcias n foro a cuestons gue tt pueden getionare mediante an prostso democratic, Ta eX ploion de fos antagonsmos puede omperen pedo los rope Findamentor dea cided ores ran, el eal de una democraci plurals no puede cons en lana conseno raconal en sexes publi, Ee omens no pone exe Teneo qu aceptar gue todo conse So ete como rsa temporal na genni provisional, ‘Smo una eabiactn dl odes y que sempre mc signa forma dexlson Lis ens eu poder posra er nko me lane un debate racional de go spied potas sn in pura rsionaliddsonlasones que pueden poser en pero lx inch democrns iar ncg c modelo del democracia diberativ ela i seni del acter ndetble no eradicate dl atagoniso, monn que es consttuiva de Wo politico. Al posi xen: Sia de una esfera publica no excuyente de deliberacn en lagi der obtener un comesoraina la democracadeberativa me Ela natural inberenemcne coins dl parla moder So tae modelo es capa de conocer gue pone naan dle eracn algo que siempre cel resultado de una decison que {xclye tas pode, y ue auneadeberamo neat 4 Sur a responsabilidad de ibs deciéninvocando ol pera Yo dea ela los prinpos generals, Esta sa raz Se que Una perspective comols del pluralism agonisicos, que revel a impos de enabler un consnso sn exlsin ea def ‘Encl importa para a pltcndemocrica. Al preveios ors aon de que podria ser face real alin verona Semocracacompleamctlegrada, nos olga amantees wv a Stroversa democrat. Df margen pats dicrcpanciy ta . Teas promoverIaeiquets de =centro izquierd2>, Bini y sus asesoresintentan ahora evita, por regla general cual. ‘quer referencia al conjunto dela izquierda. Desde $0 victoria, el ‘Nuevo Laborismo empez6 a vendesse asf mismo como un movi- ‘miento radical, aunque de un tipo nuevo, como una tercera via en- trea socaldemocraia y el neolberalismo, La ercera via, vendida ‘por Tony Blair como una »Nueva politica para un nuevo sig» e tun Panfleco Fabiano, se considera como una politica que ocupa ‘una posicin que al situarse or encima de a izquerday la derecha, se las arregla para superar su antiguo antagonism, A diferencia el centro tradicional, que esté en medio dl expect politico que Separa ala derecha de la inquierda esta tercera vi, se nos dice, es ‘un «centro radical» que transciende la tradicional division entre la inquierda y la derecha mediante el expediente de articular temas y valores provenientes de ambos lados en una sntsis oueva. ‘Uno de los intentos realizados para teorizar este modelo su ;puestamente nuevo dela politica progresista es el efectuado por ‘Anthony Giddens en dos desu libro: Mas all dela equierda9 la 2 ‘xa perspeciva dela politica es realmente engaioso y queen vez de ‘onducirnos hacia una mayor cantidad de democraia, ¢leentrsmo radical que defiende el Nuevo Laborismo es de hecho una renuncia 1 los principio basicos de a politica radial EL defecto central de intento que leva cabo los webrcos de la tercera vin de modemnizar la socaldemocracia reside en que se basa tenia usin de que al no defini a un adversario, resulta posible elu Gir los conflictos de intereses fundamentals. Los socaldeméeratas ‘nunca cometieron este error. Como sefala Mike Rustin, la socialde- ‘nocraia tanto en su variate de derechas como en su version de - {ierda, sempre tuvo en el capitalism a uno de us antagonists, y ‘Ss tateaconsisti6 en hacer frente de manera global a os problemas ‘Sntémicos de desigualdad e inestablidad que generaba el capital mo2 El enfogue de la tercera via, por el contrario es incapaz de fsprehender las conexiones sstémicas que existen entre las fuerzas del mercado global y la dversidad de problemas desde la exclusion hasta los riesgos medioambientales~ alos que pretende enfrentase. De hecho, la principal defciencia del andlsis de Giddens con- siste en que parece no Set conscinte dela dristicas medidas que se requerieian ara levar a ‘de sus propues- tas. Queda muy bien anunciar que no deberian existe «derechos sin rexponsabiladess ni sautordad sin democracian, pero zeomo van a levase esos programas ala pricrica sin plantear un profundo ‘esafo a las esracturas de poder y autoridad existents? Sin apelar lipo de total derracamiento del capitalism que algunos marastas ‘efienden, no hay dada de que puede reconocerse que, en una pol tica radial digia ala democratizacio del sociedad, no es posible ‘iminar alguna forma de lucha antcapitalista,y que sia la rans formacion de la configuracion hegeménica dominance pocos cam bios sen posites, ‘Como ha sefilado, ene otros, Alan Ryan, existe un verdade ro agujera en el corsz6n de Ia politica Iaborista, porque al haber abandonado la idea de que la peopiedad de ls meios de produc- ‘idm era tuna cuesti central en politic, no han sido capaces de poner ninguna otra cosa en su lugas" De abi la superfcialidad {de vu esrategia econdmica. Creen que establecee progeamas mo- ‘ales para volver a moralzar los pobres que preparar ala gente para fa flexibildad bastard para crear la buena Sociedad inelu- 2 Mike Rain, Editor, Soundings 1, pi 8 primavera de 199. 5, Alo Ryan “Bei Reig the Td Wis Das p,m. eva de 1998, vente cuyos valores predican. De hecho Ia declaracién conjunta en la que Blair y Schroder perfilaron su punto de vista sobre la teree- ‘via en Europa, ademas de exponer un programa de desceguls- in y de reduecidn de impuestosatenuado por a incervencin del frente a proporcionareducacion y formacin, ‘de acabar con os conflicts en los lugares de mn espiita de comunidad y solidaridad con e in Ge retorzar el didlogo entre todos los grupos dela sociedad. No es de exteaar que en esa perspectiva no haya sitio para responder adecuadamente alas exgencias feministas pues, como ha ‘mostrado Anna Coote, no encajanen la vision de Blaic de una po- lea indolora para Inglaterra." Para que las mujeres increment an su poder politico haria falta que ls hombres cedieran ao del suyo. Pero, afiema Coote, el Nuevo Laborismo no esté preparado para dar eabida a un juego de todo o nadas no quiere perdedares, ‘xpecialmente entre lot votante ingleses. Ademas, est irgido por un eerrado circulo de hombres blancos perenecents a la lite que slisfrtan dl poder y no quieren cederi. Conflicto y democracia moderna EI Nuevo Laborismo represent el eemplo mais laro dela clin- tonizacin» de a socialdemocraca europea, pero, tl como atstigua la recente declaracion conjunta britintco-alemana, las sefales del virus de la tercera via esti peesentes en todas partes ya enfermedad podria estar extendiendose. Sus rics han de encontrar en el hecho ‘de que la aceptacion por parte de la inqueeda del importancia del pluralismo yl insitacions liberal democratcas se ha visto acom- patiada por la creenciaerrdnea de que eso signifiaba absndonar ualguirintento de oftcer una alternatva al actual orden hegems- fico, De ahi la sacrlizacion dl consenso, el borramieato dela dis- ‘incin entre la iquienday la derecha y a urgenca que manifesta actualmente muchos pactidos dela iaguerda por steare ene centro, in embargo eto pasa por alto un punto crucial un punto re lacionado no solo con ia evidencia primaria dela lucha que se de sarrolla ena vida social, sino tambien con el papel integrador que 4. Am Coot vlad ontop at Number Tee, The Guodian 1 de may 19 dkeserpetin el conic ena demoxraia madera. Como a hea ‘umenrado alo argo de estos emsayos, el ariter expectco dela {Emocracia moderna reside ene roconocimicao ena lpia ‘onde conc, como en neptiva asuprmilo mediate a {impoicin de un orden autora. Una democracia qe uncon Conctameat exige una onfontacin ete as pons pli ‘Ss democracy y eto reser debate el tbr as pols stematva,Dehetho el consereo es necesari, pro debe acon aad del derscurdo, No exit conradioion en el echo deae- fat est, como dsearian algunon. El consenso es ncesaro en las Itattcines qe som onsttvs del emocrca Per siempre Cri um denacoerdo eno gs refers al modo n que debra leva a pecs aja scien dias instuones. En ta democratia pluralist, dicho desacuerdo debe considrarsele- {timo y sex de hecho, ben recibido Padcmos extar de acerdo en tEimporcancia de la ibercad y a igualdad par todos» pees que steno en franco desacerdoreapeto ao que extoighia yrs Fes lo ue a con iro and, eran erie en pric, con To que ello implica en canto ala if fents configuraciones delat rlaciones de poder. Tal e precisa mentee tipe de desaoerdo que conatuye el meollo dea politica Tenors y sobre eto ha Ge vera a och eee a ager y la derecha. En consecuenca en liar deabandonaras por acu das csmor eens eats Cando as rons pias se ruler borrow dams Gea polio est obseacleada 4 oentorpece la constocn dels dedade olics din Selnwala cl desires hacia los pardos polos y se desineetiva In partcipacin enel proceso polio. Por desraia como ya hemos fmpeado a presence en michos paises, lead no una 0. ‘fed armonca y ms mar en a ue no exten agin dvi. ‘es el aged or ip de dents coletivon srpadas en tomo‘ formas de idetfeaion religss, naconaliea 0 Enica En ‘ta palabras evan fa confront demoeritiadesapares, lo pelo ens dimes antag se mans a avs de oros nates, Lor antagonsmos pueden adopear mucha formas yesh. {Si creer que odin lear er ciminados alg da Esta a. 2 de que sea prefer dale una slida poi dentro de un i tena desta plural y saponins deplorable expecta qu da Estados Unidos con a ria lzacién dosent policos proporcionan buen ejemplo dea ddegeneracién dela esfera pli democttica. Fl culebrén sexual de ‘Cinton fue una consecuencia directa de este nuevo tipo de mundo politico homogencizado e insuso que resulta de los efectos de st ‘strategia de riangulaién.Fsta, sin duds, le prmitié ganar un se- sgundo mandato, ya que neutraliz6 a sus adversarios mediante una ‘abil uilizacion de ls ideas republicanas que agradaban a los vo- {antes y su combinacién con politieas de taquetda en cuestiones felacionadas con el aborto y la educacin Sn embargo, el cose de tal estratega fu el de empobrecer ain mais la esfera de una pol tia publica ya anteriormente deblitada.Deberiamos damos cuenta de que una falea de controversia democritica en relacin con las verdaderas altemativas politcas condace @ antagonismos que se ‘anifistanen formas que socavan la propia base de a esfera p= blica democratca. El desarrollo de un discurso moralisay la ob- sesiva revelacién deescéndalos en todos los mbitos dela vida, asi ‘como el aumento de varios tips de fundamentalismo religioso, son con demasiada frecuencia algunas de las consecuencias del vacio creado en la vida politica pot la ausenca de formas de iden tificacién democratica informadas por valores politicos rivals, Esti claro que el problema no se limita a Estados Unidos. Vina mirada a otros pases en los qu, debido a a existencia de raion nes diferentes, a baza sexual no puede agarse tal como se hace eh cl mundo angioamericano, muestra que la eruzada contra la corrup- «in y los pactos merquinos pueden desempehar un papel parcido en lo que se refiere a susttuit la ausencia de una linea de demarca ‘in politica entre los adversaios. En otras circunstanci, sn em rg, la frontera politica podria wazarse en torno a la ientida- teligiosas 0 en torno a valores morales no negociables, como sucede en el caso del aborto, pero lo que esto revels, en todos los «casos, ¢s un défcit democratico creado por el desdibujamiento de la division entre la inquierday la derecha asi como por la trival- ‘acion del discurso politico. El reciente predominio del poder jurdico también debe enten- derse en el contexto del debiltamiento dela esfera politica demo critica piblicaen la que debera tener lugar la confrontacion ago- nistica. Dada la eecientimposiblidad de concebir los problemas de la sociedad de una forma policamente adecuada, existe Una ‘mareada tendencia a privileyiarel campo juridico ya esperar que el derecho proporcione ls soluciones a todos los tipos de confictos. [La esferajuridica se est convirtiendo en el terreno en el gue los conflictos sociales encuentran forma de expres, ys conside- fa eel sistema legal responsable de organiaat la coexistenca omana yd ela ns rlacioes sociales. Con el borramiento de la dvi ene a iaqerds ya dereha, a sociedad liberal de- ‘moctatieas han perdido capacidad de ordenarsimbolcament as Felciones socials deforma police, igualment a capacidad de {ae forma alas decones fs que han de hace fete mediante “cursos polices Te actual hegemonia del dscursojuridic encuentra defensay coneecion tei en persons como Ronald Dworkin, que aia ta prmacia de un poder judicial independiente, un poder que € onsdor el inerprete dea morlad poles de una comunidad Seguin Dworkin, fas costones fundamentals sls gue ha de itemarse una comridad olla en ls irest dl deseo, ae ecto, la censura la ibaad de asacacon, etter, quedan me for resets los acces intervenen con tal de que iterpeten ft “Ssttucion hacen referencia pein dela ala pola, Soda muy poco espacio al dete plo. “Ses cousenencisinchso mas prveapate ac, del di democtitio unido als obesin de a pola cenit eel papel {da vez mayor auc desempetan Tos parrdos dea derecha popu Ita De hecho, lo que yo planeo ex qu el aumento de ete upo de partidos debera eatenderse ene contexto de una forma pola frarcada por elsconsenso de eto, que pet a Ton parties Popaltas desi elcomsesso dominant ysparecer com stn Ears anita capaces de epresetar la vountad del pu Wo. Merced 2 una hab etre poplita, pueden ardcular mo ‘has petkiones de los scores populares tachados por ls tes tnodeniadora de etrradon¥presenrrse como [os ics a fants dela soberania dl pusblo, Creo que esta stuacion nob inia sid posible ss uber dispuesto de mis opciones pics feales dentro del espectro democttcotadconal La politica y lo politico Por desgacia el enfoque que prevalee en la teoria politica, nitarsta” No es de extaiar que el Nuevo Laborismo sea incapaz de olerar la expresion dela disdencia,expresion que considera una amenaza para Su propia existencia. Sin embargo, a esta politica sin adversaro le sale el tico por la culata. Al pretender incluie a todo 11 mundo en sel pueblo», el Nuevo Laborismo contibuye arepro- uci a subordinacion del propio pueblo al que, supuestamente, ee presenta y defiende. 2, Niklas Rose, «Communi, Cizeship andthe Third Way e0D- Me sedpthy [Minn eomp Citzonip and Carl Ply, Landes, 198. Ua inquierday la igualdad Lz politica radical no puede stuarse en el centro porque ser radical ~como muy bien sabia Margaret Thatcher, a diferencia de “Tony Blai~ es proponerse una profunda transformacion dels re laciones de poder. Esto no se puede llevar a cabo sin trazarfronte 1 politica y sin definir un adversario o incluso un enemigo. Por supuesto, un proyecto radical no puede tener éxito sin ganaise a tana amplia variedad de sectores. Todas las victorias sgnicaivas de a inquierda han sido siempre resultado de una alianza con im- portantessectores dels clases medias, cuyos intereseshabian sido Articulados con los dels sectores populares. Hoy més que nunca, dicha alianza es vial para la formalacion de un proyecto radical Pero esto no significa que dicha alianza requiera permanecer en un terreno intermedio yexjatratar de establecer un compromiso entre cl neoliberalsmo los grupos alos que oprime. Hay muchas cues- tiones que concieren sla provisgn de unos servicios publics de- centes ya la creacidn de buenas condiciones de vida, condiciones Sobre las que podria establecerse una vastaaliaza. Sin embargo, testo no se puede producr sin la elaboracién de un nuevo proyecto Thegeménico que Yuelva a intuit en la agenda la lucha por la igual dad que ha sido descartada por los abogados dl neoliberalismo. ‘Quiad el signo mis claro de la renuncia a su identidad de i= ‘guierdas por pare del Nuevo Laberismo sea el hecho de que haya Aabandonado esta lucha en favor de la igualdad. Gon la pretension ‘de estar formulando un concepto de igualdad social democratica, los seguidores de Bai han evitado usar el lenguaje dela rdisrbur ‘in cone fin de hablar excusivamente en terminos de inclusion y ‘exclusion. Desde su punto de vist, la mayora dl puchlo pertene- ‘ee a las clases medias las nicasexcepeiones son la pequena élite de los muy rcos por un lado, y lade los -excluidos» por otro. Esta nueva estructura sociales lo que proporciona la base para el son enzo de centro» que invoean, Vemos aqu una ver mis, que si Principio fundamental es que la sociedad ya no est estructurada ‘iediante relaciones de poder desguales. Alredfiir las desigual- dades estracturales sisteméticamente producidas por el sistema de mercado en trminos de exclusia,elden cualquier tipo de anlisis cstractral de sus causasy esquivan a fundamental cuestién de qué flo que debe hacerse para abordaras.;Como sila misma condi ‘in para Ia inclusion de los excluidos no exigiese como elemento rinimo un nuevo modo de regulacin del capitalismo que permita tuna dristica redstribuci y la correccié de las profundas des- ‘ualdades que ha traido consigo la larga década neoliberal! {a actual evitacion por parte del Nuevo Laborismo del tema de a igualdad y su creciente acepracin de las desigualdades es de hecho muy sintomética. Tal como nos recuerda Norberto Bobbio, Inia de igualdad representa la cohumna vertebral dela perspectiva dela izquierda, mientras que la derecha, en nombre dela ibertad, ha petmitido siempre diversas formas de desigualdad. El hecho de {que un cierto tipo de deologi igualitara haya sido wilizado para justfca las formas toralitaras de la politica no nos obliga a aban- ddonar en modo alguno la lucha por a igualdad, Lo que hoy en dia texige un proyecto de nquierda es considera est lucha por la igual- ‘dad, que ha estado siempre ene centro de la socialdemocraci, de ‘un modo capaz de tener en cuenta la multiplicidad de relaciones sociales en las que es necesarioenfrentase ala desigualdad. "No es mi intencién defender agut la socaldemocraciatadicio- nal y pretender que proporcione la slucion i el thacherismo favo {xio se debid en parte que fue capar de volver arscuaren su fa. vor el resentimiento populae contra las earencias dela socialdeme- «raca, Las defiiencas de la socialdemocracia tradicional se debe- ‘ron a su falta de comprensién de las formas de subordinaién de ‘nturalezano prneipalmente econémica, Esta esa azn de que el Srgimiento de nuevos movimientos sociale revulara ser un mo- mento decisivo en la erisis del modelo socialdemacrata. En muchos paises esto ha favorecido ala derecha, que fue capaz de aprovechar Ins ventajas de esa rss para movilizar un respald ala eaclon neo- liberal contra el Estado de bienesta. Por consigient, sera necio eer que la solucién a nuestros actales problemas pudira ser el fetomno aun modelo socialdemécrata keynesiano, incluso aplicin- oto a nivel europeo. Lo que hoy en dia necesitamor es guna for ima de «politica postsocialdemecrata», a condicign de que esto n0 signifique volver a wr punto anterior la scialdemocraca yHegat ‘un punto de vista liberal presocaldemécrata, sino, al contearo, avanzar hacia un tipo de democracia mas radical y pluralist, sin embargo este género de epresion parece ser precisamente el ipo de imicatva que se encuentra tas la lgica de muchas de las politics, ‘gomo el bienestar parse trabajo, por las que aboga la tercera via Para abordar la mulipicidad de formas de suboedinacin que exis ten en las relaciones sociales las eelacionadas con el enero la raza, elentorno y la sexualidad-, la politica debe ser concebida en términos de «democracia radical y ploral>, ‘como la extensén dela lucha por la igualdad la libertad en una Aamplia gama de relaciones sociales. John Gray, eritieo de la socialdemocracia desde hace muchos afios, elogia al Nuevo Laborismo por haber abanonado una idea redistribusivay socialdemécrata de lajustcia, pero se preocupa de ‘que no la hayan susttuido con nada. Gray insta al Nuevo Laborsmo 2 veinvenar una Gran Brea liberal abrazanda el Neewo Liberals ‘mo que defendian en las primerss décadas dl siglo xx L. T. Ho- bbhouse TH. Green. Segin este tipo deliberalismo, dice Gray, las desigualdades econémicas no se consderaban injustas y la cues. ‘én principal era la de conctiar las demandas de la elecion ind- vidual con las necesidades de la cohesin social ‘Considero que Gray establece una falsa dicotomia entre la ‘igualda yl libertad individual. Sin duda, siempre existed una ten- Sion entre ambos valores, instil eee que podrian conciarse a Ja perfeccin. Pero esto no significa que no dehariostratar de me jorar ambos y que rengamos que descartar uno para procurst obte- fer el oto. Para quienes tn se sigue idenificando con la inquer da existe formas de considera I jstica social que mantienen un ‘ompromiso tanto con el puralismo como con la igualdad. Por ejemplo, en Spheres of Justice, Michael Walzer elabora este concep to, um concepro que ei llama’ , punto de vista que sostiene que la politica democritieadeberia con fiderarse como una interminable conversacion» en la que cada imerlocuor deberia estar tratando constantemente de establect re lacionesdialgicas con el «Otro» Sin duda, quienes defienden esta perspectivainssten habitualmente, como Jo lo hago en la neces sad de reconacer «diferencias» y en la imposibilidad de una com- pletareabsorcion dela alteridad, Sn embargo, creo que al final, gal {queen el modelo deliberativo, son incapaces de acepta lo cn su dimension de antagonismo. Esto no supone subestimar sus importantes divergencias. Mientras que los demécratas delibera ‘vos, co suEnfasis en a imparcaldad ye consenso raconal, en dena formular loe fines de la politica democritica mediante el vo- ‘abulacio dl razonamiento moral kantiano, el segundo punto de ‘Vista eva el Ienguaje de Ia moraldad universal y consider lade ‘mocracia no como una custon deontologia sino como una empresa ‘éscas, como lainacabable bisqueda del econceimiento del Ot. Para decilo de forma un poco mds esquemdtica, podramos hablar dela oposiciin entree enfoque moral universalist y el enfoque ei co-paricularisa. El vocabulario de quienes defenden la perspeciva ‘étcae proviene de una gran Variedad de fuentes filosicas: Levi nas, Arendt, Heidegger o incluso Niewsche, y hay entre ella sign ficatvas diferencias. Sin embargo, lo que falta en todas elas, como ‘suoede con el enfaque dliberativo, es una adecuada reflex del momento de sdecisiéns que earacteriza al campo de la politica Esto tiene graves conseciencis, ya que son precsamente esta de ‘siones, que siempre se roman en un terreno indecidble, ls que es teacturan ls elaconeshegemnis. Son deciones que impian um elemento de ere y de ona que nunca se pace emia y {ue noes posible sprehender decuadamente cone soo lenge ria ica ya moralidad Necestamos hacer una teflon sobre lo sie es propio dela polite Scams laos. No estoy diciendo que Ia politica deba dso ciarse dels preocupaciones aso motte, sno gues claion debe plantearse de un modo diferent. Quserasugeie que im posible hacerlo sin indaarla problemi dla natursleza de Ta Socablidad humans, que informal mayor parce dl pensamiento politco democrtico moderna are cata las carencas dela pets. Pectva dominante hemos de volver a ts origency eto ey e- Fido de lalusteacion. Una ga il para esta imvesigacin ela Gue os proporcona PieeSsine-Amand en The Laws of Host ity, unltbroenlqu propone una ancopologa poi del us tac.” Al examina de cores los excritor de Montesqu, Vola ‘ey Rousea, Diderot Sade aor dela erpetvadesarollada ‘or René Gitard, Saint Amand pone en print plano e papel cla ‘e desempeado por la lic del itacion en el concepo oe ‘odo estos sos tienen dela sociabliad desvlando sl mismo tiempo su mension rpm. aie Amand insewra de gué modo, su iento de funda la pole enl Razon y Ia Naturales tos Fil6sofos del Mustracion se vieronabocados a pest na ‘in open de la sib human, conterando la ile ‘lacomo un fendmeno acako que reimente no pertenece al {utaleea humana. epi ells, ls formas de conde antagonists Y violets, odo io gue saa manfestacion de Rosia pda frradcase gracias al progreo de lor nercambios ye esrror Ho dea socablidad, a siya cs una perspec dclzada dela secibilidad que slo reconace un la defo que constiuye la ‘mica dela imitacdn, lee Sait-Amand indica como, en la Silopeia, la tesiprocidad hamana se considera algo eclsva- ‘nent diigo ala ealzain del bien Est es posible porque solo sen ncn oa pare de ly afer mic aon hur est inclaos fa empata. Sn embargo, st uno reconoce a ‘avraleza ambivalent del concept de imitans dimension an {agonista puede sez puesta en evidencia, Toque tenemos enonces 1. Pare Sis And, The Laws of Hoty Pic, Vee and the Ee lm, Mine 1336 es una imagen muy distinta dela socibilidad. La importancia de Girard estriba en que revela [a naturalezaconfitva de la mimesis, cl doble vinclo mediante el cua el propio movimiento que une a {os sees humanos en su deseo comiin hacia los mismos objeto se tencuentra tambicn en el origen de su antagonismo. La rivalidad y [a violencia, lejos de ser Ia parte exterior del inercambio, son por tanto su omnipresente posbilidad. La reeprocidad y la hostilidad no pueden disociarse, y hemos de darnos cuenta de que el orden ‘octal siempre se hallarésujeto a la amenaza de a violencia. “Al negarse a econocer Ia dimension ancagonista de la imitaci, los Filgsofos no consigueron comprender la compleja naturaleza de la reciprocidad humana, Negaron el lado negativo deiner ‘cambio, su impulso disociativo. Esta negaci6n fe a condcion mis ‘ma pars la ficcién de un contrato social del que se habrian elim ‘nado la violencia ylahostilidad, yen el que la eeciprocidad pod {dopea la forma de una comumicacion tansparente enre Los pa ‘icipantes, Pese a queen sus eseritos muchos de ellos no podian elu {ir por completo las posibilidades negativas de ia imitacon, fueron ‘ncapaces de formular concepeualmente su carécter ambivalente Esa naruralera misma de so proyecto humanist, la ambcion de fundat la autonoma de lo socal y de garantizar la igualdad entre los eres humanos, la que ls lleva defender una vision idealizada dela sociablidad humana ‘No obstane, dice Sain Amand, Sade revela el canicterfcticio de ste punto de vista, ya que denuncio la idea de un contrat social € hizo apologia de la violencia. Sade puede ser considerado como tana forma de «iberlismo aberrante» cayo movil podria ser el de ‘ge los vicios privados trabajen en favor del vicio general. Sade n0 puede separarse de Rousseau, cuya idea de una comunidad transpa- fente es eproducida por Sade deforma pervers Ia voluntad gene Ie conver en a voluntad voluptuosa, la inmediater dela co- ‘municacidn se transforma en la inmediatez de ibertinae 1 La principal lecin que hemos de aprender de este breve viaje 4 los comienzos de nuestra perspectiva democratic moderna con- Siete en que, al contrario de lo que argumentan Habermas y su s ‘Euldores, el aspecro epistemoloyico de a lusteacign no debe con- siderarse como una condicién previa de su aspect politico, es de- ‘is del proyecto democrtic. Lejos de constitu la base necesaria para la democracia, el punto de vista racionalista sobre I natora- Feea humana, con ss negacin dl aspect negativo inherente ala ‘sociabilidad, aparece como su punto mas dil Al exclu el reco- nocimiento de que no es posible erradicar Ia violenci, hace qu la teoria democritca sea incapaz de aprehender fa naturaeza de «lo ico» en su dimension de hostiidad y antagonismo, Los liberal contemporineos, lejos de ofrecer una perspctiva mis adecuada de la politica, estn en ero modo menos dispuestos fin que sus antecesores a econocer su slado oscuroe, Como fe- ‘mos vst, eeen que el desarrollo de la sociedad moderna ha esta- blecido defnitivamente las condiciones para una sdemocraia de- liberativas en la que las decsiones sobre asuntos de mutuo interés resulten de la libre e irrestricta deliberacion publica de todos. En tana sociedad democritica bien ordenada, a politica es seg ellos, el terreno en el que deberd establecerse un consenso facional me- dante el libre ejerccio de la az6n publica, como en Rawls, 0 mediante las condiciones establecidas por una comunicacion sin Aistorsiones, como en Habermas. Como he mstrado en el capitu- lo 4 los partidaios dela democracia delibertiva concen las eves tones politicas como cuestiones de natualeza moral, por tanto, como cvestionessuscepeiles de recibir un tratamiento raconal. Ei ‘objetivo de la democracia es establecer procedimientos que garant- cen la posibilidad de aleanzar un punto de vista imparcial Para empezar a pensar sobre la democracia de un modo dis- tinto, ya es hora de comprender que la eritica dela epistemologt de a'lutracion no consticuye una amenaza para el proyecto de- ‘mactitico moderno. Deberiamos hjarnos en Hans Blumenberg, quien, en The Legitimacy ofthe Modern Age, distingue dos aspec- tos diferentes en la Mustraci6n, uno de sautoafirmacione y oto de sautofundamentacions.* Blumenberg argumenta que ambos aspectos se han visto histricamente unidos, pero que no existe tenee ellos ninguna eelacion necesaria y que ex posible separarlos Por consiguient, es posible distinguie la iden de vautoafirmacién», ‘que esl aspect autéticamente modenno dela Tlastacin, de ade de sautofundamentacions, que es simplemente la ssecuperacion= 2. Hany amen, Te Lemay of he Modem Age, Cambri, Mas hr 185. de un planteamiento medieval, esto es, un intento de dar una res puesta moderna a lo que no deja de see una custion premodema. “Al seguir la exela de Blumenberg nos resulta posible comprender {que el racionalismo, lejos de ser esencial para Ia idea de autoafir macién, es en realidad un residuo dela problematca absolutsta medieval. Las ilusiones de proveerse él mismo de sus propios fun- ddamentos, isin que acompané al tabajo de la liberacion res- ‘ecto dela teoogia, deberan ser abandonadas,yla razon moderna necesita reconocer su limites. S6lo acepeando la radicals conse- ‘cuencas de pluralismo de valores (en su version fuerte, nietzschea- nao weberiana)y las de la imposibilidad de una armonfa completa pode larazén modern lberarse de su hevencia premoderna 1 Una perspestva <ética» es, al menos en potencia, més condu cente ala aprehensin de ls limites de la razon ya la concepeion ela pluraldad de valores, y, desde luego, me siento mis proxima ‘los diferentes enfoques que mencionan curstiones de =ética» en ‘ver de asuntos de «moralidad. Sin embargo el problema de etot cenfoques consist en que, pse a ser por reg general mis receptivos lal papel dela retéricay la perssasin, asi como ala imporeanca de Ins wdiferencas», adoleoen del hecho de que bien evitan, bien no en fatizan suficentemente la necesidad de poner algunos limites al pluralismo, y ademas no reconocen la naturaleza hegemdnica de ‘odo consenso posible ax como la violencia imposible de ercadicar ‘ue ello impli, No me estoy refitiendo aqui alo que consdero como una for- sma premodema de discurso sctico», a la etica neoaisotlica del bien que invocan los comunitarstas. En El retomo de lo politico, ya he destacado el hecho de que este discurso resula inadecuado para una democraciapluralista moderna." Lo que tengo en mente fon los enfoques sércos» posmodernos, enfoques que crtican todo intento de reconcilacin Desde mi punto de vst, estos en- foques no consiguen aprehenderlaespeificidad de lo politico por- «que observan ef imbito dela politica a través de la lene de otro juego del lenguaje: el de la cia. Esta es la raz6n de que su «ago- 2 Chantal Moe El eto deo poli, capil 2 nismor 2 diferencia dl que yo defiendo haya climinado la di rmensidn antagénica que es inherente a lo politico, El tipo de pl- ralismo que aplauden implica la posibilidad de una pluralidad sin antagonism, de un amigo sin enemigo, lo que eepresenta un 3go- nismo sin antagonismo. Razonan como si una vez que hubiéramos sido eapaces de responsabilizaros del otro y de comprometernos on su diferencia, la violencia la exclusion pudieran desaparecer. Estos imaginar qu seria posible laexistencia de un punto en el ‘que la ica y la politica pudieran coineidt a la perfeceibn, que es precisamente lo que yo niego, porque significa borrar la violencia Inherente a a sctabilidad, violencia que ningin contrato ni slo igo pueden eliminar, porque constituye una de sus dimensiones. Lo ‘Que yo sugiro es que no puede garantzars nl desarvolarse la po- ligea democritica mediante este borramiento. Al conrario, slo econociend finalment ls tendencias contradictorias puestss en ‘marcha por el interambio social y la fragilidad del orden demo- ‘tice podremos aprehender lo que he preseatado en forma raz0- ida como la tarea ala que debe enfrentarse la democracia la de Como ransom pois antagonism preci aie x wv Para claborar mis propuestas favorables aun «pluralsmo ago- co» he reeurido, en los capitulos anteriores, a varios dscursos feéricos. La decoastruccién me ha parecido de particular ayuda para citicar lo que el punt de vista del consenso ~tanto el «delibe fativor como el de la stercra via>~ presupone en todas sus varian tes, esto es a existencia de una esfera publica no excluyent en la ‘que se pueda lograr un conseaso no coercitivo. De hecho, como ‘muestra Derrida, ere punto de vista imparcal resulta estructural. ‘mente imposible por la indeidibilidad de lo que opera en la cons- ‘trucci de eualquier forma de objetividad. Ver la diferencia como la condicidn de posbilidad para la constivacén de la unidad y la totalidad, y como el elemento que, al mismo tempo, consttuye su limite esencial, nos obliga a reconocer que la aleridad y la diferen- “que he apoyado- como si se traase de una idea repuladora, cosa {que embota su filo cortante. ;Cémo debe interpretrse la decons fruccidn para evitar esta posibilidad? Sugiero que deberia enten derse en relacion con lo que Derrida dice al examinar,en The Poli tics of Friendship, el enigma dela «verdadera amistad’ Tal como indica, dos som ls interpretaciones posibles la primera concibe Ja verdadera amistad como una aré 0 un telos en cuya direcién debe uno esforzarse pese no aleanzario nunca. En este caso, la inaccesbilidad es meramente un distanciamiento que acaece en Ia inmensidad de un espacio homogéneo; una via a recorer. Sin en ‘argo, dichainaccesibilidad tambien puede pensarse de un segundo modo, esto es, en téminos dela alteridad que hace que la verda dera 6 la perfecta amistad no sélo rsulteinaccesible como telos concebible, sino inaccsible por ser inconcebibleen su misma esen- ia, y por Consiguiente, en Su elas. De abi que la inacesibilidad 4 Vian gor sg on Rants on Deco ed Prag Cn Mont np Destrcton ond Popa pa- 8 eis Jer Dev, Te Pole of Pm, py 21-224, anes, 197. (tat Poli des ait Mai roa 998) adquiera el significado de un obsiculo inherent l propio concep- to de amistad. Grando a Pierre Aubenque, Deridaafrma que en tstecaso pods decirse qu a =perfeta amistad se destruye ami thas. Por ant, por un lado tenemos un tlos que es posible con- Cebit ydeterminar pese a qu, de hecho, no pueda se aleanzado,y Por otto el lor sigue senda inaceenble debi a que se contradict 2 Si mismo ens propia exncia” eso decom luo ea doc rain sin un eaqema similar puede ayudarnos a apeehender I ern Cizenere modo que conc a emacraca un racionalia como Habermas y I forms agonisia y problemstia que yo defendo. End prime iso el consi deri consi cam an aproxsmacion attic a la idea regoladora de una comonicacin ite eiestrica,y los obsticulos son percibidos como parte de su naturale empific. En el segundo cas, se reconoce la impos ‘dad concepoual de una democtaiaen i que se matecalicen aus ‘ia la atmonia En realidad, la democracia perfect se desiia ‘1 misma, Esta cs a razén de que debaconcrbirse como wn bien ‘qe slo exne en ia medida en que no puede ser skanrado. v Este énfasisen la imposibilidad conceptual de la reconcilia- in, ges suficiente para aceptar la imposiblidad de erradicar el, fantagonismo? {Nos proporciona el tipo de perspectivaétca que fexige un concepto agonistico de la democracia? Varios autores hhan argumentado recientemente que la wétca del psicoandlisis», tal como ha sido elaborada por Jacques Lacan, es lo que n0s pro” porciona el tipo de xética de la disarmonia» que requiere la pol fica democrtica,SlavojZidek ha mostrado el papel que desempe Ja teoria lacaniana en lo que se refiee a socavar las ropias bases 6, tacondicsn sage el an dequ us debe dese elmaor in pata sn amiga eo gu fo ate convea ens don Sembug noe pe de ‘cere poral mn eerazoes sono is 3 posblel on de sms da Yee uty venoms goe eet co lon ends sutra Qu Ss se nese si ce ye 20| rd acl con aid, sde una comunicacién ineersubjetva libre de limtaciones y de vio- leaci.” De hecho, Lacan revela el modo en que el propio dscurso 8 autoritario en su estructura fundamental, debido & que, como ‘onsecuencia de a libre difusin de los marcadores de signfican- tes, solo mediante la intervencin de un marcador de significantes ‘gue actie como pattn puede surgi un campo de significado co- hherente. Para él el estato del marcador de significante amo, e deci del marcador de significante de a autoridad simbolica, ciyo fundamento reside Gnicamente en si misma fen ss propio acto de ‘enuncacin, es esrictamentetrascendental el gesto que «distor siona» un campo simbélico, que «curva» su espacio mediante la introduccién de una violencia infundada, es, en sentido esricto,

Você também pode gostar