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BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA Dr. R. ENRIQUE AGUERA IBANEZ. Rector DR. JOSE RAMON EGUIBAR CUENCA Secretario General DR. AGUSTIN G. GRAJALES PORRAS Director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “alfonso Vélez Pliego” Francisco Javier Gémez Carpinteiro Historias que hay que contar. Antropologia, sujetos y conocimiento moral Intro TENCIAS SOCIALES y HUMANIDADES. "ALFONSO VELEZ PLIEGO" BENEMERITA TINIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA JUAN PaBLos EDITOR México, 2012 GNI Gomez Carpinteiro, Francisco Javier 633. Historias que hay que contar. Antropologia, sujetos y co- nocitniento moral ~ México : Instituto de Ciencias Sociales ¥ Humanidades “Alfonso Vélez Pliego" de la Benemrita Universidad Autonoma de Puebla : Juan Pablos Editor, 2012 149. SBN 978-607-711-074-3 1, Campesinos 2. Moral politica It HISTORIAS QUE HAY QUE CONTAR. ‘ANTROPOLOGIA, SUIETOS ¥ CONOCIMIENTO MORAL. de Francisco Javier Gomez Carpinteiro Primera edici6n, 2012 DR. © 2012 Francisco Javier Gomez Carpinteiro D.R. © 2012 Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades ‘Alfonso Velez Pliego” de la Benemérita Universidad Auténoma de Puebla ‘av. Don Juan de Palafox y Mendoza 208, 72000 Puebla, Pue, DR. © 2012, Juan Pablos Editor, S.A. da. Cerrada de Belisario Dominguez 19, Col, del Carmen, Del. Coyoacdn, México 04200, D.F. - Disefto de portada: Julio Broca SBN: 978-607-711-074-3 Impreso en México invice, Introduccion ‘SECCION I GENTE E HISTORIAS Campesinos come clase. Mas all del “dolor” del trabajo Beisbol en el laberinto. Formacién del Estado y trabajadores (no) disciplinados en la “Rusia chiquita” ‘SECCION II INDIGNACION EN UNA ERA DE TERROR 2006. La prosa de los “fufurufos". Renegados 'y oaxaquefios en el México poselectoral La comuna oaxaquefia: protesta ¥ disolucién de las relaciones de poder 2012. Encontrar al sujeto. Sufrimiento e indignacion Bibliogratia im 21 89 113 133 INTRODUCCION Eneste libro se busca un acercamiento critico a lo que la an- tropologia tendrfa que aspirar en una época terrible como la que estamos viviendo en México, En buena medida, se trata de lograrlo mediante el conocimiento que los sujetos constru- yen en el marco derelaciones contradictorias y antagénicas. En esa btisqueda, una paradoja sobresale. Al ilegar a ser an- tropéloga o antropélogo, una o uno se topa con una disciplina con dos perspectivas que recorren su historia. Por un lado, se intenta hacer un relato que logre una comprensién o explica- Gién de las diferencias humanas, con apego o no a modelos objetivos de analisis, para establecer cierta coherencia que €onsistentemente puede indicar la existencia de poblaciones distintas, objeto de estudio y formas de regulacion 0 control Politico, Por otro, sz exhibe un affn por mostrar la existencia tle posibilidades de otras formas de vida que reten nuestra habitual aceptacion de érdenes jerarquicos de poder y domi- hacion, Para quienes empezaron a estudiar antropologia entre fi ales de los afios setenta y toda la década de los ochenta del Aiglo xx, como es rri caso, tal vez esa disyuntiva se manifest6 on el problema del origen de una ciencia para el estudio de Sociedades no curopeas u occidentales en el contexto de expan- id de los imperios coloniales. De hecho, los visos de consti- {icion de un estatuscienttfico de la antropologia sociocultural Sirieron al parejo de elegantes, complejas y ricas descrip- [9] 10 [HISTORIAS QUE HAY QUE CONTAR jones de mundos colonizados, particularmente en Africa, os entendimientos fueron realizados sobre la base de con- eeptualizaciones en torno a sus estructuras, reglas y practicas cores. En su conjunto, esto derivé, por ejemplo, en Ja tipo” Topia de sociedades con autoridad centralizada y sociedades toe toridad centralizada (Fortes y Evans Pritchard, 1979 [19401:88). Al tener ambas teorias como referents, [as largas y complicadas trayectorias de los estados europsos clasifica- yon el grado de sofisticacion de sociedades tribales ‘marcado no por la existencia de instituciones, burocracias y Homa one Pi adas, Bajo este entendimiento, a existencia de reale- sen agentes especializadosa su servicio, ritualesy simbelosios propias de su gran mandato, conferian rasgos de “estado";en Penta que la ausencia de talesatributos yla existencia de pro ticas y relaciones sociales no estructuradas bajo principios jerdrquicos sino de otra indole, por ejemplo, de paren tise ee ponaban mas en los términos de una “anarquia orden: da’ tal como establecié un representante de esta antropologia (Bvans-Pritchard, 2002 (1940). ‘Sin embargo, en los detallados andlisis de personas 0 Brv- pos en los marcos de sociedades y politicas cambiantes los an- Tropélogos lograron imbuir los andlisis sociales en general de rep rnirada abierta para captar otras précticas que las teorias ¥ filosofias politicas nolograron comprender dentro de susabs- aasones sobre poder, autoridad y Estado. La antropologia eecesvuntaba agitello que incluso ciertos ideales ut6picos del pensamiento occidental concibieron como mejores mundo. pues demostraron la existencia histérica y coner*t4 de socie ies que podrian reproducirse sin Estado y eludlir formas Serdrquicas de dominacién. Posterior a esa novedad, Ja “histo- sersdcode abajo” ,en su versi6n francesa e inglesa (Hobsbawn, 1998.207), retomaria esos principios para su acercamiento fla experiencia de gente comin en sus luchas dotadas con contenidos morales y rebeldes. rs mmular entendimientos de seres cuyas historias podrian ‘Gnicamente ser comprensibles en los marcos dela historia un tinical fue una marca del poder de nombrar de Oceidente, lo INTRODUCCION i que en sf mis anc smo 2ra parte de un universo simbéli mente asociado ala racionalidad administativa erat Otro ha sido insert, En eta lie, Wolf (1987 11982133) no ssorecerts, uel antroplota ha sido vista como ia i no, sino que la formacién de los sujeto liens qe tion radconalmente santo asics ono tribus o comunidades de eibeaine! cate vineslada a a histora global. Entonces, aquellos que paresis ie Blo sinha, ones Wolf en realidad sn ano eeaiaa por los procesos de formacion dela modernidad ocidental Laruptu citar pisemologia para estudiar a diverstdad yu scacion on pores jrauicamenteorganizados por una turalmente dominante t i modemo. En el contexto del fi ey asaceare ontexto del fin de la Guerra Fria Ghneshilarants del finde a histora, a Riese pies etc fe a destin dels grandes narats Las x s uusales y totales fueron juzgadas como intentos Sore eae an aun reato homogeneizadory tlelogico. Como contr te 6 opt orl celebracin del fragmento yl dversided al Hempo qels ori fue desplavac por una uel empitis- midad del autor, omnisciente y omni Dues rial planta inaiones pirand Bs tases on censidercioncy ees La ‘cinograf Aauello que realizan los antropslogos fe visa como un = trae, Se opt entonces por a dalica ya plifonia a pincite pats construir un relato diferente que disolvie- Fal autora, Sin embargo, tls posturas soo deron oa ts tra dndelas voces dom fron opacadas eee Po ct, diary La discusion de estos plant unientos, Ievados a cabo en ete institutos académicos de Estados Unid 2a, causé diversas expectativas de aaa ara seu. Nogiascreadas en paises historicamente perfericos o depen: 12 LHISTORIAS QUE HAY QUE CONTAR dientes. Un ejemplo destacado de las reflexiones suscitadas fs la posibilidad de lograr antropologias del mundo en tna es- ala planctaria (Restrepo y Escobar, 2005; Ribeiro, 2006; Ribeiro y Escobar, 2006; wam [RAM, 2007). Esto es, lograr crear agendas de andlisis donde los procesos propios de una época globalizante marquen agendas comunes para derribar a dicotomia entre Jo que suele ser distinguido como antro~ pologias centrales operiféricas. De ese modo, las producciones Fe-conocimiento de estas tiltimas podrian rebasar su provin-

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