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406 favorecer sus tendenciasactuales, y entrando 4 buscar el modo de salir dela preponderancia'y la concentra- Cién de los estudios hacia el doctorado, halla que es necesario y urgente: «Crear todo un sistema de instruccién técnica, dando preponderancia 4 los institutos de Agricultura, las Escuelas de Artes Me- cénicas, las de Comercio y las de Artes y Oficios, con todas las gradaciones y peculiaridades exigidas para obtener una buena y provechosa enseflanza.» Estas opiniones, otras veces emitidas, no pueden dejar de ser tomadas en seria consideraci6n, y seria de desear que el actual Ministro de Instruccién PG bifca las realizase, aunque sélo fuera en parte, pues no las aceptamos sino en beneficio de inventario. Para corroborar su juicio, cita él sefior Ministro estas palabras del distinguido publicista sefior doc- tor Juan Bautista Alberd «La cuestién argentina de hoy (1852) es Ia cues ti6n de la América del Sud, & saber: buscar un sis- tema de organizacién conveniente para obtener la poblacién de sus desicrtos, con pobladores capaces de indvstria y libertad; para educar sus pueblos, no fen las ciencias, no en la astronomia—eso es ridicu- lo por anticipado y prematuro—sino en la industria yen a libertad practica. Sin poblacién, y sin me- jor poblacién que Ja que tenemos para la practica de la Repiiblica representativa, todos los propésitos quedardn vanos é ilusvrios. Constituid, como que- iis, las provincias argentinos, si no constituis otra, cosa que lo que ellas contienen hoy, constituis una cosa que vale poco para la libertad practica, »La instruccién, para ser fecunda en la Repibli ca, ha de contraerse 4 clencias y artes de aplicacién, ‘cosas practicas, 4 lenguas_ viv de util . 4 conocimientos jad material é inmediata, El plan de ins- truccin debe multiplicar las escuelas de comercio y de industria, fandéndolas en pueblos mercantiles. Nuestra juventyd debe ser educada en la vida in- dustrial, y para ello ser instruida en las artes y ciencias auxiliares de la industria, El tipo de nues tro hombre sud-americano debe ser el hombre for- mado para vencer el grande y agobiante enemigo de nuestro progreso: el desierto, el atraso material, la naturaleza bruta y primitiva de nuestro continente. »La industria es el inico medio de encaminar la juventnd al orden. La industria es el culmante por excelencia, Ella conduce por el bienestar y por la riqueza al orden, por el orden 41a libertad: ejem- plos de ello, 1a Inglaterra y los Estados Unidos. La instruccién en América debe excaminar sus propé- sitos 4 la industria. »Aviso importante 4 los hombres de Estado sud- americanos: las escuelas primarias, los liceos, las universidades, son, for si séles, pobrisimos medi deadelanto, sin las grandes empresas de produccién, hijas de las grandes porciones de hombres, EL MONi:TOR Quiero suponer que la Repiiblica se compusiese de hombres como yo, es decir, de ochocientos mil abogados que saben hacer libros. Esa seria 1a peor poblacién que pudiera tener. Los abogados 10 s vimos para hacer caminos de hierro, para hacer na- vegables y navegar los rios, para explotar las. mi nas, para labrar los campos, para colonizar los de- siertos:es decir, no servimos para dar 41a América del Sud lo que necesita. Pues bien: la poblacién ac- tual del pais sirve para estos fines, mas 6 menos, co- mo si se compusiese de abogados, Es un error infe= liefsimo el creer que Ia instruccién primaria 6 uni- versitaria sean fo que pueiia dar & nuestro pueblo la aptitud del progreso material y de la practica de la libertad. En Chiloé y enel Paroguay saben leer to- dos los hombres del pueblo. »No es el alfabeto: es el martillo, es la barreta, es el arado, lo que principalmente debe poser el hom- bre sud-emericano.» Es bien sensible que tan acertadas ideas no se hayan puesto en préctica hace muchos aiios. EL TRABAJO MANUAL EDUCATIVO PLAUSIBLE INICIATIVA La conferencia doctrinal celebrada iiltimamente con asistencia de los maestros de la Capital, y on la que se discutié Ia conveniencia de introducit el tra~ bajo manual ef las escuelas nacionales, promete ser fecunda'en resultados positivos, El primer efecto ta sido convencer al personal docente de la excelencia de la nueva ensefanza y de la necesidad de incorporarla al programa de las es- cuclas argentinas; y lo ha demostrado asi la unani midad con que fué votada la mocién hecha en ese sentido. (1) Los maestros argentinos han probado uni vez més tener buen criterio pedagégico y espiritu dispuesto a secundat, sin vacilaciones y hasta con entusiasmo, toda iniciativa que importe un progreso indudable. Bilos se han dado inmediata cuenta de'la influencia que el slojd est Hamado ejercer en la salud fisi- ca, intelectual y moral de los escolates de hoy, hom- bres y ciudadanos de mafiana; han comprendidio en seguida que se trata de algo més y mejor que dar al hijo del pobre un oficio para que pueda con él ga- narse el pan de cada dia; de algo més y mejor que Garles Ja habilidad de fabricarse cierto niimero de tutensilior, economizando asi lus pequefias sumas {Ws entendido que se trata del trabajo manual woe cativo 6 pedagogico, el propiciado por Otto’ Salomén, el sabio y querido ‘macstro-de Nats (Suecia), entre cuyos Aiscipulds tengo et honor de contarme, rege ee DE LA EDUCACION 407 que costarian comprindolos hechos; han comprendi- Go que lus fines que con el slojd se persiguen son miiltiples y nobles todos Es necesario que la actividad muscular contenga fen sus justos limites la actividad del cerebro, asegu~ rat el equilibrio en el desarrollo del cuerpo y del espirita, haciendo que el uno y el otro se ejerciten 4 un tiempo y reciprocamente se auxilien y moderen sus exigencias exageradas; contribuir elicszmente & realizar Ia {Srmula-resumen hacer para comprender, que envuelve un principio educativo que debe vul- garizarse en Ia escuela; desarrollar hébitos de orien, exactitnd y perseveranci «Cuando el nifo fabrice un objeto reproduciendo um modelo, dice Mallar, compara, corrige, mejora y se esfuerza por llegar 4 la perfeccién. Quiere hacer bien, quiere hucer mejor; él no se fastidia, tanta es clase «de trabajo y sus instintos de imitacién y movimiento; consagra 4 su Ja armonia que hay entre es obra atencién profunda, busca los procedimientus mis féciles y mas rapides, El Ios clasifica y combi- na. En sus tratos con la materia adquiere una per- copcién neta de las formas, de las dimensiones, de Jas relaciones de las partes entre si y con el todo, de los efectos producidos, y el gusto nace 6 se puri fica.» ‘Todo ello ensefia al nifio 4 pensar, siendo éste uno de los no menos estimables efectos del trabajo ma- ual educativo, iN cudntas, cudntas lecciones y consejos de todo génerv pueden ser dados durante lus alegres horas que pasan reunidos trabajando en la intimidad casi, maestros y discipulos, lecciones que se graben para siempre en Ia memoria, consejos que no se borran nunea, como no se borran dela mente y del cora- z6n de los alumnos-hombres de Naas, las mil nocio- nes y advertencias afectuosas que dentro y fuera del taller les transmite el noble filintropo sueco! EI trabsjo manual procura & todos, sin. excluir al rico, un medio de mentos desocupados, y hasta llega a acortar la dis- tancia entre el rico y el pobre, despertando el amor al trabajo, el respeto ror las profesiones manuales honestas y coneluyendo con la infundada y mezqui- na preocupacién que no fermite que la mano en- guantada del acaudalado, estreche sin repugnancia Ja tosea diestra del obrero humilde, sin cuya accién aguél no habitaria suntuoso palacio adornado con ar- rraerse en el hogar en los « tisticos y oémodos muebles, no seria arrastrado en elegante y confortable carruaje, ni comeria el blan- co pan, amasado tal vez con la harina arrancada 4 los trigos de sus propios campos. Y bien, las autoridades escolares, dando una alta prueba de respeto d la verdad y al cumplimiento del deber, se disponen 4 lenar el que 4 ellas corres- ponde, siguiendo el gjemplo de las naciones euro- peas. Uno de los miembros mas jévenes del Conse Nacional de Educacién el, doctor Julio A. Garcia, ne presidié 1a conferencia en que se declaré lega- Go el momento de introdueir el trabajo manual en nnesteas escuelas piblicas, ha resuelto proponer 4 aquella Corporacién que pide & Europa dos profes res de trabajo manual, que estarian aqut & prin: de 1893. Esos profesores ensefiarian provia- mente d los maestros, para que éstos, 4 su vez, se hallasen pronto en condiciones de impartir personal mente la nueva enseflanza desde 1894. ‘Tendriamos a gunas observaciones que hacer res- pecto de los detalles del proyecto; pero las haremos oportunamente, cuando el Consejo se haya pronun- ciado sobre el proyecto en general, es decir, sobte si hha de hacerse algo prictico ya desde el afio que vie- ne, 6 si conviene esperar atin més. ‘Aplaudimos entretanto, sin reservas, tan honrosa iniciativa. Tal cual ha sido presentado 6 con algu- nas modificaciones, el Consejo Nacional aprobard, no lo dudamos un momento, proyecto de tonta trans- cendencis. Si hasta ahora miltiples circunstancias han podi- do impedir que se Ilene el vacio existente en nues- tros planes de estudios, hoy ya nada se opone 4 la reforma, y no se justificaria su aplazamiento, tanto menos canto que ni siquiera razones de economia pueden alegarse en favor del retardo. “Tenemos entendido que el Presidente del Consejo, doctor B. Zorrilla, es partidario de la introduccién yla Inspeccién Técnica debe- mos creer que, al ser consultads, informaria sin va~ cilar favorablemente El Consejo Nacional de Educacién, pues, que in- vité esponténeamente al magisterio de 1a Capital de la Reptiblica & estudiar la cuestion del trabajo ma- nual, ha demostrado con ese solo hecho que Je ani- maba un noble propésito, y ha dado ademés prueba elocuente de cordura auscultando ante todo 1a opi- nién de los maestros, con cuya cooperacién decidide contar para que tan bellas promesas conviertan en mas hermosa realidad. Pasto A. Pizzueso. el trabajo manual, es neces: peta cea METODO DE FROEBEL (POR LA BARONESA MARENHOLTZ-BULOW) Vv LA LEY DE FROEBEL COMO LEY DE LA EDUCAGION Educar es asistir y promover el natural y libre des- arrollo del sé humano y disponer las condicion cexteriores por las cuales tal desarrollo puede ser ad- quirido.

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