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Coleccin dirigida por UMBERTO ECO [ANTONIO VILANOVA ARTE Y BELLEZA EN LA ESTETICA MEDIEVAL ‘raduccién de Helena Lozano Miralles EDITORIAL LUMEN Toul orginal: Arte blleneoelexetics medievale Publicado por Era amen SA. Ramon Miguel Planar, 10" 08034 Barcelona Reserado los derechos de eden fnlengue easels porated el mand. Segunda econ 1999 © 1967, Grape Editoriale Fabbri, Bomplon Sonzogo, Eas Sp. © cea roduc: Helena Losane Mirlles, 1997, Inpreso en bere. 5. Depo Legl B. 652-1999 ISBN: 86264-12460 Printed i Sain BAIA! coco C2618 te ae 1 INTRODUCCION 508711 Este libro er un compensio de historia de las teria estticas laboradas por Ia cultura de la Edad Media latina desde et siglo ‘hasta el siglo xv de nuestra era. Ahora bien, étaes una defini- idm cuyos teminos precisan ser defiidos a 84 vez Compendio No strata de una investigacion con pretensones 4c originalidad, sino de un resumen y de una fematizacion de investigacions previas —entre las cuales figura tambien la Hevada cabo por el autor en su estudio sabre el problema eitieo en To- ms de Aquino 1956). Ea particular, este compendio no hubiera odio concebirse sen 1946 no se hubicran publicado dos obras fundamentals, los Enudes desrhéique médiévale de Edgar de Bruy- re ya coleccin de textos sobre la metaisiea de lo bello de D. H Pouillon. Creo que se puede decir tranguilamente que todo To que seha estto antes de estas des aportaciones es incompleto y 1040 lo que se ha escrito desputs depende de ela.’ ‘Al ser un compendia, est bro pretende ser accesible incluso ‘a quienes no son espevalisas en filosolia medieval o en historia ela estética. ¥ para este fin, todas las citas latinas —y son m= swutos de os ets ae Poon y Boe hab oe aca chas— cuando son brevs son objeto de pardfrasis y cuando son largas van Seguidas de la traduccién correspondiente* Historia, Compendio hstrico y no teérico. Como quedard caro también al final, fo que est libro persigue es ofrecer una imagen . Sin duda, la esttica medieval ha sufrdo una madaracin, tenien- do en cuenta que, partiendo de citas mas bien acriicas de ideas recibidas de forma indireta del mundo clsico, llega a organizar teen esas obras maestras de rigor sstematico que son las summae del siglo xm, Pero si Isidoro de Sevilla nos hace sonreir con sus ctimolopias imaginaivas y Guillermo de Occam, en cambio, nos ” encaden a ininterpretacn dun pensamiento densa de stilezs formaies que sigue poniendo a prueba alos goes de nuestro tipo, exo no significa que Boecio fuera menos agudo que Duns scot aunque haya vivigo cai ocho sgios antes. Ta histo gue nos daponemos ase comple cx he- chad permanency de rapture, En buena medi ela hist. finde permanencias, porque sin daa a Fad Media fo una po- hears ura capaanen ae ican ee ons rae en una epoca de cltramanurita con los manuscrtos Biilmene aceibles~copar eel nico tema de hacer c= Guar ls eas. Nae pens que fuera un deli: menodo, de Soninen copa, adie aba yu de ques verdaderament feridad deuna formal, ya fin de cuentas se pesaba que 8 ura idea era verdader pertenaia' odow Peo esa historia conten tambin glps de efecto. No sto vip de bombo como e cop cartesano, Maritain haba obr- ‘ado que sol con Descartes presenta un pnsador como dn we- butante eno abwokfon,¥ despues de Descartes odo pensadorin- ttntarddebuar aso wezen una excena munca holaga ames as Iiedinals no crn tan testa, pensaban qu Ia oiled era perado de orgullo por ore parte en aque époc, ss po- nace custion fa tradcion ofc se corran algunos iss, no Sélo academics), Peo ambi fs medieval (yl reeamos 2 cuien todavia no To splra) eran capaces de mas de ingeio 3 goles de genio n 2 LA SENSIBILIDAD ESTETICA MEDIEVAL, 21, Los intereseseséicas de lot medievales La Edad Media dedujo gran parte de sus problemas esticos e la Antiguedad clisica: pero confirié a tales temas un significa {do nveso, introduciéndolos ene! sentimiento del hombre, del mundo y dela divnidad tipicos de a visién crttiana. Dedujo otras eate- ‘orias de latradicion bblica y patrstica, pero se preocups de in- ‘corporarias en los marcos llosbfcos propuesos por una ava con- cienciasistemdtica. Por consiguente, desarrol6 en un plano de indiscuible originalidad su especulaciOn stética, Aun asi, temas, problemas y soluciones podrianentenderse también como puro de- ‘ésito verbalsta, adoptado por fuerza de tradicion, vacio de es0- hnancias efectivas tanto en ef énimo de los autores como en el de los lectores. Se ha observado que, en el fondo, al hablr de proble- mas estéticos yal proponer ednones de producciénartstica, la An ‘iguedad clsica tenia los ojos en la naturale, mientras qu, al traia los mismos temas, los medievales los tefan en la Antighe- dad clisica: buena parte de la cultura medieval en su totlidad con- siste mds en un comentario dela tradiciOn cultural que en una fe flexién sobre la realidad, Erte aspecto no agota la actitud critica del hombre medieval: junto al culto de os coneeptos transmitidos como depesito de ver- ddady sabiduria, junto a un modo de vr Ia naturaleza como refle- jo dela trascendencia, obsticulo y rémora, estd viva en la sensbi- Tidad de la época una fescasolictud hacia a realidad sensible en {odos sus aspects, includo el desu disfrutabilidad en terminos estéticos, ‘Una vez reconocida esta activa capacidad de reacein esponti B nea ante la belleza de la naturalezay de las obras de arte (provocs- {a quizd por estimulos doctrinales, pero que va mis allé det hecho Sridamentelibesco), tenemos la garantia de que, cuando el fld- Sofo medieval habla de belleza, no se refiee sdlo a un concepto absiracto, sino que se remite a experiencias concreas "End claro que en la Edad Media existe una concepcin de la beteza purament iteligibl, de la armonia moral, del explendor rmetafsieo, y que nosotros podemos entender esta forma de sentir ‘Sblo a condicidn de penetear con mucho amor en la mentalidad 4 sensibilidad dela época. A tal propésito Curtis (1948, 123) afir- ma que: Cuando ta esolistica habla de bella, se refer aun atrbsto de Dios La metaticca dela beeza (por ejemplo de Proino) nada tiene que ver con la fora el arte El hombre «modern tende & Slrestimar i artes pices porgue ha perdido el sentido de abe Teen fvligible que tnian el neoplatnismo y Ta Edad Media. Sero te amava pulchrtudo tam antigua ef tam nov, sero e amar, dice SS Austin a Dios (ConfesionesX, XXVI, 38), reiendose au tno de bllersexrano a a etic. “Tales afirmaciones no deben limitar en absoluto nuestro inte és hacia esas especulaciones. En efecto, y ante todo, también la experiencia dela belleza intligible constituia una realidad moral ¥ psicoldgica para el hombre de la Edad Media y la cultura de la época no quedariasufcientemente iluminada si se pasara por alto teste factor en segundo lugar, ampliando el interés exttco al cam- ‘po de la belleza no sensible, los metievales elaboraban al mismo tiempo, mediante analog, por paraelos explicitos o impliits, luna serie de opiniones sobre la belleza sensible, la belleza de fas cosas de natoraleza y del arte. El campo de interés estético de Tos medievale era mas dilatado que el nuestro, y su atencion hacia le belleza de las cosas a menudo estaba estimulada por la conciencia de a beleza como dato metafsico; pero existia también el gusto ‘el hombre comin, del artista y del amante de las cosas de arte, ‘igbrosamente incinado hacia los aspectossensibes. Este gust, {ocumentado por muchos medias, los sistemas doctinales inten: {aban justficarioy dirgirio de modo que la atencin hacia lo sen sible no se impusiera jams sobre lo espirtual. Aleuino admite que {smés facil amar alos objetos de bell aspecto, los dulces sabores, “ an bello y a la bella misica, " rasa de ales sre ind, demas de on cones desde luego, individuos que no adviertan el atractivo de los goz0s cei tan anttccnina nomena los sentido: somedos a conto, a posblidad de miter serena. 22. Los misicos |a belleza y el encanto de los ornamentos no se niegan nut ins, se combate peisamene porque econoe sata i 1s rigoristas, estéditado por razones morales y sociales: s deci, se prepuntan ses menester decorar suntuosamente una iglesia cuan- fo ls hijos de Dios viven en la indigencia, Por el contrario, mira ‘manifista un asentinentotajante alas cualidades estas del oF ‘Bernardo nos confirma esta disposcién de dnimo, extendida alas bellezas del mundo en general, cuando explica a qué han re- ‘hunciado los monjes al abandonar el mundo: [Nos vero qu iam de populoexvimus, qu mundquoequepreto- sec specious pro Christe relinguimus, gu omnia pulchre lucent, ‘amore malcenia, suave olen, dulce sapien, oc placenta une ta denique oblectamentscorpore arial! sums ut Stora. Paro nosoros, ls que yt hemos slid dl pucbl, los ave hemos dsj por Crist ins iqueras ls tesors del mundo con tl deg tara Cristo lo tenemos todo por bars. Todo lo que alae por st belies, lo que agrade por su sonoridad, lo que embraga con su per ums, lo que Haga por su sabor, fo ave delet por sutacé. En fn, todo lo que sastace la complacencia corporal, (Apologia ad Gullermum abbotem, PL 182, ob. 9-915; trad. cast. 289) No hay nadie que no advierta, aunque sea enn ira dela repul- sy en cl insult final, un sentimiento vivo de las cosas rechaza: das, y un matia de anoranza, Pero hay otra pégina dela misma “Apologia ad Guillemum que consttuye un documento més expli- ‘ito de sensibilidad extéuca. Arremetiendo contra los templos de- ‘masiado vastosy demasiado ricos de esculturas, san Bernardo nos . ‘Ante la perecedera belleza, la Unica garantia est en la belleza interior, que no muere;y al recutir a esta belleza, la Edad Media ‘efectla, ene fondo, una expecie derecuperacion del valor estéico Ante la muerte, Silos hombres poseyeran los ojos de Lineso, dice Boeci, se darian cuenta de lo ruin que es el dnimo del belisimo Aleibiades que an digno de admiracin les patece por su apostu- rm A esta manifestacion de desconfianza (por la cual se refugiaba ‘Boccio en l belleza de as relacones matematico-musicales) le hace co una serie de textos sobre la belleza dela recta anima in recto Corpore, del alma honesta que se difunde y manifesta por toda Ja figura exterior det cristiano ideal: $5. €F Hace 198, be aa maces exp XD, 20 Exrevera etiam corporales geno alc ita grate videos venta te refertas, upon exterior faces ntuentum animosrefcere poss ef de inerior quam innutcbare grata Yves que as mills de una persona esd ta lena de sass hermosura que el aspcto exterior puede levntr lor drier de lo ue las mirany puede limentartos de a graci interior del que (Gilberto de Holand, Sermones in Canticum Solomons 2, "PL Tes cl. 125) Y san Bernardo afirma: (Cum autem decors huis clarts abundant intima cords e- levers prodeajors ncese et, omguar Iuorna liens Su me ia immo tx in tenedrislcens,ltere nes. Porro efupentom ef elu qulbusdam sus radi erumpentem ments simulacrum corpus excip tdiffan per membrao sensu, quatnus omnis nde rel fat acia serma, aspects, ness ru 8 ten us, mst rt ‘tthe plemus honest Cuando la tux de esta hermosura haya inundado copiosamente lo mds inti del corazon, Seber dears ver enteiormente como ln pata que aria bajo el clemin: es mas, como luz que bila en ls Iiniebas, incapaz de ocultare Fectivament,eleverpo se aia ota imagen del esprit que irumpe con sus rayosy la difunde por us miembros ysetdos, de modo que tode aba, palabra, mirada, pa 408 ria, se impregnen en lo posible de gravedady se lenen de honrader (Sermones super Conca Comicoram, PL 183, col. 1193 También Opera I, p. 3d; tad. cast pp. 1.085.057) Asi pues, justo en el apogeo de una polémica rigorsta aparece también el sentido de la eleva del hombre y dela naturaleza, Con ‘mayor razén, en ura mistica que haya superado el momento del aseatsmo diseiplinar para rsolvese en mistiea de lainteligencia yy del amor sosegado, en la rtica de los Victorinos, la bellezana- {ural se presenta po fn econquistada en toda su positividad. Para Hugo de San Victor, la contemplacién intuitva es una earacters- tica de laiteligencia que no se ejerce slo en el momento espesif. ‘amente mistico, sino que se puede dirigir también al mundo sen a sible; la contemplacién es perspicax et iber anim contuitu in res ‘erspciendas (na mirada libre y aguda det anim, drigida al ob- eto ave perebin, resulta en una adhesion a lo admirado Mena de delicia y exultacon. En efecto, ol delete estético proviene de ‘gue el imo reconoce en la materia la armonia de su propia es tructura;y si esto sucede en el plano de la affect imaginaria, en testado mds libre de la contemplacion la intligencia puede diri- tise verdaderamente al expecticulo maravilloso del mundo y de Tas formas: spice mundum et mia quae in 0 sunt muta specie puleh- ‘set lecebvoasivenies.. Habe! eure, habent lapdes peti fforem suum. haber decor corms speciom, pica et vestes fuctoe flor. Mirae mundo todo lo que en le hall: hay muchas cosas her smosasy stables El oro yas pledasprcioas con sus destlos, Tn bela de la can en todas ss formas, los apiees yas esplendo- ‘ovas venient con ss colores, : (Soliloautum de orrhaanimee, PL 176, cos, 951-952)* FFueta pues de as discustones especies sobre la naturaleca de Jo ello, la Eded Media est lena deiterjectiones admirativas que tearantizan la adhesin de la Sensibilidad a discurso doctrinal. El ‘bascarlas en los textos de los misticos en vez deen otros lugares nos parece constituir una especie de prueba del nueve. Por ejem- plo, un tema como el dela ellezafemenina constituye para la Edad Media un repertorio bastante usado. Cuando Mateo de Vendome tn su Ars versifcatoria nos da las reglas para componer una bella Geseripein de una bella mujer, l hecho nos impresiona poquisi- ‘mo: una mitad consste en un juego retorico y erudito, de imita- ‘dn clisica,y con respect ala otta mitad, es ldgico que entre os poetas este difundido un sentimiento dela naturaleza més ttre, fFomo toda la poesia latina medieval testimonia, Pero cuando los seritoreseclesistios comentan et Cantar de los Cantaresy dis Guten sobre la belleza de a esposa, a pesar de quel discuro apunte 8 discern los significadosalegoricos del texto biblico y las corres- pondencias sobrenaturales de todos los aspectos fisios dela mu: 2 chacha nigra sed formosa, cada vez que el comentador describe on finalidad didaccica el propio ideal de belleza femenina, revela tun sentimiento esponténea, inmediato, casto pero terrenal, de este Valor. ¥pensemos en la alabanza que Balduino de Canterbury hace ras medievales, con su estrecho corpino que tende a comprimir Y eleva el seno: Plchro sunt enim uber, quze pou supereminent et tument imodice.. quas repress, sed non depesa ener etic, non ll (anti lcenter, Bells son, en efecto, ls senos, que te lesan poco y soa moder damentevirpidos.. eenide, no comprimigoy,dulementesjeos, ‘0 ibrementefucuanis, (Sermones in Canticum 31, PL 184, 0 163) 23. El coleccionismo Siluego se abandona el terrtorio de ls mistcos y se entra en 1 campo del resto de a cultura medieval, tanto laica como ecle- sldstca,entonces la sensibilidad hacia la belleza natural yatsica 5 un hecho confiemado, Se ha observado que la Edad Media no supo fundir nunca la categoria metafsica de belleza con la puramente técnica de arte, {de modo que ambasconsttuyeron das mundos distintos y despro- vistos de cualquier relacidn. Pn los pérrafos que siguen examina remos también esta cuestion, proponiendo una slucién menos pe simista, pero desde ahora no podemos dejar de subrayar un aspecto de la sensibilidad comun y del lenguaje cotidiana, que asociaba B pacificamente términos como pulcher o formosus a obras del ar. ‘Textos como los recogides por Morte (1911-1929), eronicas de las consirucciones de eatedrales, epistlaros sobre cuestiones de ate, neargos a artistas, mezclan continvanente ls categories dela c= tet metaisica con la aprecacion de las cosas de ate ‘Ain mas, nos hemos preguntado s los medieval, dispuestos fa ysar el arte para fines didasclicosy uilitaros, advertan Ia po- Sibilidad de una contemplacin desinteresada de una obra; roble- ma éste que conlews el otro, el de Ia naturaleza y os limites del tusto critica medieval e implica la pregunta sobre la posible no- ‘én medieval de una autonomia de la belleza atistca. Para res- ‘ponder a tales cuestionesexstirian numerosos texts, pero algunos {jemplos nos parecen singularmenterepresenatvosy significaivs. “Observa Huizinga (1919 (rad. cat II, p. 190) que «la concen. cia refleja del goceexético y la expresin verbal de éste han tenido {un desarrollo muy tardio. El admirador del ate en el siglo xv solo ispone de los medios de expresion que podemos esperar hoy de tun hombre del pueblo arombrado>. Esta observaciOn e8 acta en parte, pero hay que poner atencion para no confundir una cievta imprecisién categorial con una ausencia de gusto "Huizinga demuestra como los medievales convertian inmedia- tamente el sentimiento de Io bello en un sentido de comunign con Todivino o con pura y simple alegria de vivir. Desde lego, los me dlcvales no tenvan una religion de a belleza separada de a religion Se la vida (como nos han mostrado, en cambio, los roménticos) ‘ode la religion (ou court (como nos han mostrado los decaden- tistas). Como veremos en el capitulo siguiente, si lo bello ea un ‘alr, debla coincidir con lo bueno, con lo verdadero y con todos Tos demas atributos del ser y de la divinidad. La Edad Media no podia, no sabia pensar en una belleza«malditan, o como haré et, Salo tvn, en la belleza de Satands, No legaré a ello ni siquera Dante, aun entendiendo la belleza de una pasién que conduce al peeado. Para comprender mejor el gusto medieval tenemos que driir- nos a un prototipo del hombre de gusto y del amante dela artes Gel sielo xn, Suger, abad de Saint Dens, animador de las mayores, empresas figurativasy arquitectonicas de a Tle de Francs, hombre polico y humanist exqusito(f, Panofsky 1946; Taylor 1954; As- Sunto 1961. Suger, como figura pscolégica y moral estéenellado ‘puesto deun rgorista como san Bernardo: para el abad de Saint Pa Denis, a casa de Dios debe ser un recepticulo de bellza. Su mo- elo es Salomén mismo, que construye el Templo, el sentimiento Aue lo guia es a dilecto decors domus Dei, el amor por la beileza de la casa de Dios, El tes0r0 de Saint Denis es rico en objets de art y orfebrerfa aque Suger describe con minuciosidad y complacencia «por miedo de que el Olvido, celoso rival de la verdad, re insinie y borte el ejemplo para una accion sucesivan. ‘Suger nos habla con pasion, por ejemplo, «de un gran cis de 140 onzas de oro, adornado coa piedras precioas, ex deci, jacin tos y topacios, de un vaso de pérfido, que la mano del escultor hnabia conertido en objeto admirable ras haber permanecido ina ‘ilizado en un area durante muchos aos; transforméndolo de a. fora en la forma de un dguila», Y al enumerar estas riquezas no puede contener arrebatos de entusiasta admirai6n y de satisfac: ‘ién por haber adornado el tempo con objetos tan admiables: Hace iitur tam nova quam antigua ornamentarum dscrimina ex ‘sa matris ees affecione crebro considerate, dum lam = ‘mirabdern sancti Eli cum mincribuserucem, dum incompariile ‘rmamentu, quod wlgo wert seat aurea are supepon con ‘eremur conde owes sipirande: Omnis iguanas press ope ‘mentum tuum, sardis,topazis, apps, ells, one beri, ‘Saphir, carbunculus et mares. ‘A menudo contemplamos, mis ali del simple afecto por musts madre iglesia, estos dstintosornamentor la ver viejo y aus} ‘uando miramosla maraillos cru de san Eloy —junt ca las nis Peauetas—y esos incomparabes ornamentoe.clocedos sob altar dorado, entones yo digo, suspranda desde el fondo de mi co- ‘az «Cada pedra preciosa fut ropa, el topci, Isard fl jaspe, el elit el nice yl Ber, zai el ruby Ia t= ‘meralde (De rebus in edministratione suo gst, PL. 186; ed. Pansy 28, 17s, p62) Ante piginas semefantes, sin duda hay que convenir com Huie inga: Suge apreia ante odo los materiales precioso, las gemas, Jos oros el sentimiento dominante el de lo asombroso, no el de lo belo entendido como cualidad orgtnica. En este sentido, Sueer entronca con los ots colecionistas de la Edad Media que len 2s 1 an ndifreemente ss tesoot de verdaders obras de arty de Taeurisdades mas aburda, como esta de inventaros como flict del duaue de bery, ue contni cernos de monoeeron tet anilo de romeo fe sun fos, coos, lentes de bllen, ‘Socnas deo Sie Mares (uly 1991896 Riche 1972). ¥ ante ‘Sicrones de ws bts en los cals seein cuaos, Seam embabamado, una hia, un basic, un hun aut tn abad hsb encondo dnt de eo hea uh poco de mand cai duane una cre, hay que Suda verdaderamente de a fpurera dl pst medial deo enti das distacions ene ‘ny corm ey eatsog, Cntod, eo ane as ftgenuat em les que Soger se somplace cat de los mines que a pra enumerates pean nos daros cena de como inscnflidad medial un gus ngenao poo mmedatamente pleeneo (y tambien Gace ne act eteaemetal ni Jnl fondo laconic ste del valor del material ene com {Exo dela obra de arte, por lo que la eleccién de la mattia or ‘Grane sya un pines 9 fundamental acto comppstvo. Un gosto por a materia plasmada, no solo pola laion pasate Sue india un eta segundad 9 sanidad de eaccone. Encuantoal hecho de que alconempla la obra date me- sical se dee etasarplaceneramente po Ia fantasia sin dete terse sobre uid de conjuntoytaduzca el goo de vv © {row mii eto queda documcitado una ver mas por Suet, Gb nos die pabras de efoto srrobamiemo a propos del SSrvemplaion dele bellras de 50 ils Unde, cum ex ilectione decors domus De aliguando maltico- lor gemma spciosias abetting me curs devocore, sant tavum em dverstatem virttum, de materaibus ad immateriaia tromiferend, honesta meitato insler persuadee.. video videre te qual sub oiquaexranea orbs terarum plop, quae nc toast In crrarum Jocce nec fra in col puro, demorar. ab ha etiam Inferior ad iam supriorem anagogico more Deo donante posse tronsfer Por lo tanto, cuando por ol amor que siento hai la belles de ta mora de Dios, a eloscopiea hermosura de Is gems me dis- tae de las preocupaciones teensy, ransfirendo también la dver- dnd de las sata virtudes las conas materiales ya fs inmateria Ten a howesta meditacion me convence de que me coneeda una 26 aus... Me parece vere mi mismo en una region desconoid det ‘mundo, que no est mi completamente en el fang tres i fot ‘mente nl prea de cl, y me parece per mudarme coh la e Dios, de eta inferior la superior de forma anagoeca, (De rebus, ed. Panfsky 28, 27869. 62) Las indicaciones de este texto son miltiples por una parte, ad vertimos un acto de verdadera contemplacion estética provocada pot la presencia sensible del material artistic; por la otra, eta con templacin tiene earacteres propios que no son ni los dela pura Y simple fpuiiénrde las cosas sensibes («fangoterrestten) nl los dca coniemplaién intelectual de las cosas celestales. Sin embargo, paso del gozoesttico al goz0 de tipo mistico es cas iamediato La degustacion estica del hombre medieval no consist, pues, en un fijarse en la autonomia del producto atistco o de la realidad de a naturalezs, sno en un capar toda las relaciones sobrenati- rales entze el objeto y el cosmos, en advertir en la cose concreta ‘un refigjo ontoldgico de la virtua participante de Dios. 24, Unidad y belleza Es dificil comprender esta distincin entre bellezay utlidad, bellezay bondad, pulchrum y atm, decorum honestum, de las aque estén Ilenas las disusiones escolastiensy las disquisciones de ‘ica podtica. Los tedrcos se esfuerean a menudo en distingui ‘sas categorias, y un primer ejemplo lo tenemos en una pagina 4e Isidoro de Sevila(Sententiarum libri tres 1,8, PL 83, col. $51) para elcual lo pulchrum es lo que es bello de por si y Yo aptum lo quees bello en funcidn de algo (doctrina, por lo dems, trans- mitida desde la Antighedad y pasada de Cicerén a Agustin y de ‘Agustina toda la Escolistica). Peco Ia acttud prctica ante el arte ‘manifiesta ms una mezcla que una distincion de aspectos. Esos mismos autores eclesitios que celebran la beleza del arte sapra- sd insisten luego en su fnalidad didascdlica a finalidad de Super ‘sla que ya estableciea el sinodo de Arras en 1025: o que los sim ples no pueden captar a través de la esritura debe selesenseiado ‘través de las figuras; el fn de a pintura, dice Honorio de Autun, ‘como buen enciclopedista que eflexiona sobre la sensibilidad de tempo, es triple: sive, ante todo, para embelecer la casa de Dios n er eter e loge Yeasts (ini el concepts bel see lecsprei sobre que texpaya la este de conn sian unc vn empobresiicnta dela avrda eave art ‘Timea es demo vr ls dos valores separades,y no por Sea cacy to pore m ee one eeu prodnas de ee aa ee ate meat ene lao mea de toto on aos lee eee so a aendenald Yl eins nent ear esd ene abamos oe rca dsncloe der uel de fe ane aes lar enc pelts ce dopamine 3 LO BELLO COMO TRASCENDENTAL 3A. La visi estética del wniverso ‘Los medievales hablan continuamente dela belleza de todo et ser, Sia historia de esta epoce esd llena de sombras y contadic- ones, 1a imagen del universo que transhice de los escritos de sus te6ricos esté lena de luz y optimisma. El Géness enseda que, al final del sexo di, Dios vio que todo lo que habia hecho era bue 0 (, 31), y en e libro de la Sabvduria, comentado por Agustin, los medievales aprendian que el mundo haba sido cteado por Dios Seatin mumerus, pondus y mensura: categoria cosmologias que s0n, como veremos a continuaciOn, categoiasesleicas ademas de ‘manifestaciones del Bonum metafisico. Junto ala tradicin bibica, ampliada por los Padres, le tradi in clisica concurria a reforzat esta vision estdtica del univers, Labeleza del mundo como reflejo imagen de a belleza ideal era concepto de arigenplatdnio: Caled (ett fos siglos my vd.) nu Comentario al Timeo (obra fundamental en la formacién del ‘hombre medieval) habia hablado del mundus speciosssimus gene- ‘atorum.. incomparabil pulehritudine(espéndido mundo de tos Seres generados... de incomparable belleza), haciendo eco, en subs. tancia, a a conclusién del dialogo platénico (que aun ai, su co. ‘mentario, incomplete, no habia hecho llegar a conocimiento de Ia Edad Media): Porque este mundo, al reibir animales morales ¢inmortales, Alestar leno de ellos, sea conerido en un animal vile que seo, » se todo lo vsble yes imagen deto ineligible, dos sensible, msximo, juin y bellsmosy es perfetsimo este cielo uno y unigeit. YCicerin en el De natura deorum rvs: Nii omar era fas et nam christ, das as cose, 8 Sef que el mundo, nim bell Tusa afimactones encuentran eI temper inectoa dieu Edad Media une aceon en trnos bastante mis en ‘onan viud dea aul component cristiano 8 amo {oa adhesion a obra divin, como den component neoplaté- ‘Ren "ambos tienen so sine mis sugestiva ene) De divine Mlomibus el Pod Dionisio Areopagita. Aol el univers ap- 2 como incxhest iraialon de blr, una granciosa ani- fltslon dle difosvidad dela bleza primera, una cascada de Tumbrante 8 espendores: _Suprsubstontiale vero pulehrum pulehritud quidem dit prop- ter radio a ipso ommibus eset asta propriate un Sigue putin eset universorum cononaniie ele. ‘ts icine mii ca ure ins unvis pacha fortant radii rcton eeu oi od Sis Crcont wade et ells dcr, et slcu tota i rts consregas aanosHermosura agus gu trie a hermosa do asta pore tasla pose com eso de Each ona Seo Sepa Como austin sobre foes as op ei tecr tafe tradunds ede propio ma SE HER suet, cos ods acon miso, Desh weet dete emo, cone eh toda (De divine nominibus 1V, 7,185; ta. cast. p. 301 se sustrae ala fas [Ninguno de los comentaristas de este auto cinacin de eta vision que otorgaba dignidad teolbgia aun seth Imiento natural y esponténeo del énimo medieval Sere abe ett nto rm Bes Sadat mali tla 0 Escoto Ergena elaborard una concepeién de cosmos como re welacign de Dios y de su belleza inefabe através de ls belezas dealesy coxporales,expayandose sobre la venuste de toda la cca. cin, de las cosas semejants y desemejantes, dela armonia de los sineros y de as formas, de los drdenes diferentes de causas subs. lanciales y acideniales encerrados en maravillsa unidad (De di- Disione noturae 3, PL 122, cols. 637-638). ¥no hay autor medieval que no vuelva sobre este tema de una poifonia del mundo que a ‘menudo impone, unto con la constataién filos6fica expresada en {rminos contenidos, el grito de admiracion estdtica Cum inspesersdecorem et magrificetiam univers inven. ‘geumaue univesum ese vet camtcumpulchrrimum. caters vero ‘estas ro variate. mira concord consonant, coneent Pit jucanditats efor CCusado observa la eleganca y ta magificencia de universe, ‘eneventras que. este mismo univeaa se pace a un canio Bells ‘may fy encuentas que as dems eituras, que pracy au varie. dad. concuerdan en una estopenda armonia constiujen Un con. ero de marnilloes alga (Gaile de Auvergne, De onima V, 18, en Opeia 16M, 2 sup, Orléans 1614, p. 1a, en PoullonT986,p. 272) Para definir en términos mis filosbficos esta vision esttica del «cosmos se habian elaborado numerosas categories procedentes to as de la trada sapiencial: del mumerus, pondus et mensura se ha bian derivado el modus, a forma y el ordo, la substantia, la spe. ‘ies y la virus, el quod constar, quod congruit y quod discern, ‘2c, Se trataba siempre de expresiones no coordinades ) emples es para definir tanto la bondad como la bellea de las oss, tal ‘como resulta, por ejemplo, en esta afirmacién de Guillermo de ‘Anerre ‘dem ext inex substantia jus bonita telus pulchritde.. Pe es hae tri species, numer, ord) ext re pula penes ae iit Augustinasconsistere bontatem re, Enlasubutancas idenifian su bondady su belle. La blle- ‘ade ua objeto se juzea a pari de esas rex cons (epee mero ¥ orden), en las que segdn Agustin conse le baller, (Summa oure, Pats, 1800, . $7 y 67 ef. Poullon 1946, p. 266) Fy En un determinado momento de maduracién, la Escolstica sient a neesidad de sstematizar estas eategorias y de define por fin con rigor flosofico esa vision estética del cosmos tan difundi day aun as tan vaga, rica en metiforas podtcas 3.2. Los trascendeniales: Felipe el Canciler La Escolfstca del siglo xi est ocupada en confutar el dualis- ‘mo que se habia difundido a partir de la religion persa de los ma- hiqueos y de las diferentes correntes ansticas de los primero s- so del cristianismo, por varias derivaciones entre los ctaros, sobre todo en Provenza, La heriia dualstavela no s6lo el dnimo huma: zo, sino el cosmos entero agtado por una lucha entre los dos pri cipios dela luz y de las tiniebas, del bien y del mal, ambos ineres ‘doe y eternos, En otras palabras, para las herejiasdualistas, el mal fo era un aecidente sobrevenido después de la ceacién divina (de fos angeles 0 del mundo), sino una especie de tara onginaria de Ja que sue ls divinidad misma, “Ante la sospecha de que en el mundo pueda instaurarse una ialéctica de incierto desenlace entre el bien yel mal, la Escolést- ‘ea intentaconfirmar la positividad de toda la creacin, incluso en las aparentes zonas de soma. El instrumento que la Escolistica labora acabadamente para llevar a cabo esta revaluacin del uni- ‘verso es la nocin de propiedades traseendentales como conditio res concomitantes del sex? Sise estableve que unidad, verdad y bondad no son valores que se realizan esporddicay accidentalmente, sino que inhieren como ropiedades coextensivas al ser en e nivel metaisco, de ello dei Yard que todo lo existente es verdadero, uno ¥ buen, En este clima de inteeses, a principios del siglo, en la Summa de bono de Felipe el Cail, asistimos al primer intento de fjar ‘Gems Men si gt oe moon mmo Sims agai wry Dona Puno pci. Pay 9. 2 ‘una nocion exacta de rascendental y de determinar un esboz0 de clasficacén sobre la base de la ontologia aristotlca, ls alusio- nes que el Estagirita hace alo uno y alo verdadero ene bro pi- smero de la Metafisia (11,8; 1V, 2: X, 2) las conclusiones alas ‘Que ya habian legado los drabes enviqueciendo la serie aristotl- ea de las propiedades del ser con la res y el aliquid. Insistiendo ‘especialmente en lo Bonu (innovacion éta, precisament, dela polémica antimaniquea del siglo xs, Felipe elabora, inspiréndo- seen los arabes, a nocién de identidad y convertbilidad de los trascendentalesy de su difere secundum rationem. I bien y el set st conviertenreciprocamente, aunque el bien anade alg alter s¢- ‘in el modo en el que se lo considera: bonum e¢ ens comvertun- ‘tu. bonum tamen abundat ratione supra ens. bien es ser con sierado en su perfeccidn, en su eficar correspondencia con el fin hacia el que tiende, asf como el unum es elenteconsiderado bajo el aspecto dela indvisibilidad (Poullon 1939). Felipe no habla en absoluto de lo bello, pero sobre todo en los comentarios al Pseudo Dionisio (influidos por sus contnusssli- Sones a a pulvitudo) los contempordneas fe ven abligador & pre {urtarse si también lo bello es un trascendental,/En primer lugar, ‘ara defini mediante eategorias rigurosas la visiénesttica del cos. ‘mos; en segundo, para explicar en el nivel de los trascendentales Ja variada y compejaterminologa triica; por iltimo, para ala tar, en este plano de precsin metafisica, las relaciones entre bien 1 bello seg las exigencias de dstinién propias dela metodolo- tia escoldstica. La senibilidad de la época revive en una atméste 1 de espiitualismo cristiano la Kalokagarhia griega, la endiada ‘alos kai agathos (bello y bueno) que indicaba la artnica con- juncién de bellezafsica yvrtud, Peto el filsofo escaldstico quic- re discernr con clarided en qué consist esta identidad de valores yeu es su esfera de autonomia, Silo bello es una estable propiedad de todo else, la bella del cosmos se fundard sobre la certidumbre metafisica y no sobre tun simple sentimiento pottico de admiracion. La exigencia de una distineion secundum rationem de los wrascendentaes llevar a de fini en qué especifcas condiciones el ser puede set visto como be- Ilo: se Fjardn, por lo tanto, en un campo de unidad de los valores, las condiciones de autonomia del valor esttco, 2 eer 3.3. Los comentarios al Pseudo Dionisio Eta discusién tiene una importancia notable porque nos mes ‘ra como, en un determinado momento, la filosoia sintié la ex fencia de ocupaise ericamente del problema esttico, Al princi- Dio, la Edad Media, aunque hablaba de cosa bellas y de Beleza Gel todo, habia sido muy reacia a elaborar eategorias especifics ll respect, Un ejemplo interesante nos lo ofrece la manera en fue los traductores del texto griego det Pseudo Dionisio reaccio- han @expresiones como kaldmy kallos. En el ato 827, Hilduino, primer traductor de ext, ane os prafos 133-134 del capt To IV de los Nombres divinas,entendiendo el kaldn como bondad ontolégica, traduce: rum autem bons non dvisbler dtr ed urum oma con suman css, bom guide ese ds quod Bona par ebb. Lo bueno y bes, pues no pueden reconduciey aun ens de tincdn aun solo prinapio grace a una sol eausaoranicomprens ‘ie. Bueno desimor de aquello que participa del bin. “Tres Silos mas tarde Juan Serrasn taduciré el mismo fragmento de a siguiente manera Pulchrum autem et pulhrtudo non sunt dividend in cause quae inane foe comprehend Puehrum quem ese dcimus quod par- tipo pulbrtane. (et) Lo betioy a belezs no pueden dviirse en la causa que sla en sitodo fo comprende.- Desmosbllo elo que participa de a belle- (ee) (Dyonisiea, pp. 17879) como dice Bruyoe, entre el texto de Hiéino ye de Suan Sa- rash un mundo, ¥ nos tat blo de un mondo docrial. Sr un mundo de profundzaion del exo dionisiano. nie Hi- fino» Sarasin coin el final des spon barbarco, el fenas- trem carolngos © huaanismo de Alcuin y de Rabano Mauro, Ih supenion defo errores del ao Mil, un evo seid del ™ I positividad de la vida, la evolucion del feudalism a las civiiza- Sa ieoeuapum ef causenaier 186 Ip 35), pees es corms tenis dea hora dea mia men, aa ‘com pos enderminades proporctones, noe a prOor “oun k ién del tropo: fi vie ano 450, con a nvensin de topo come vesifca cin dl oxo aly) adeiacin cae sab Gl eo cer ectmeto dle moa seimpone na consieracion ex y asien adelante durante paginas { péginas de Tulgurant aasia mistica (Theologia mistica, passim) Dionisio, y atin mas sus comentadores ortodox0s (como santo ‘Tomis), tenderin a traducir Ia idea panteista de emanacin en la idee, no panteista, de parcipacién, con consecvencas de no poca Tmportancia para una metafisica dl simbolismo y una teoria de Ia interpretacion simbélica, tanto de ls textos en cuanto universo ‘imbolico como del universo entero en cuanto texto simbélic. "En efecto, desde una perspeciva dela partcipacién, et Uno _—siendo absolutamente trascendente— es totalmente ajeno a n0- Sottos (nosotros estamos hechos de «pasta» completamente dife- fente dela sua, porque nosotros no somos las deyecciones dea, tnergla emanativa), No sed en absolut el lugar originaro de las | Contradiociones que afecan a nuestros oscutos discursos sobre el ‘Uno, porque las contradiciones nacen mas bien de laimpropie ‘Sad de ese mismo discurso: en el Uno las eontradicciones se com- ponen en un /ogar sin ambiguedad alguna. Contradictorioss fos modos en los que nosotros, por analogia con las experiencias ‘Dundanas, ihtentaremos nombrarlo: no podremos substraermos al Ulver yal derecho Ge elaborar nombres dvinos y de atribuiseios fifa divinidad, pero lo haremos de forma inadecuada. Y no por- {que Dios no sea conceptualizable, porque de Dios se dicen ls con: Geptos de Uno, de Verdadero, de Bien, de Belo, como se dice la\ Tir, ¥ el Rayo y los Celos, sino porque estos conceptos se didn deal sélo en modo hipersubstancial: Dios set estas costs, pero fn una medida inconmensurable eincomprensiblemente mds alta {Er mus, nos recuerda Dionisio (y subrayan sus comentadores), pre {Sramente para que quede claro que los nombres que le atribuimos fon inadecuados,seté oportuno que en lo posible sean discordan- tea, incretblemente desadaptados, casi provocadoramente ofens- wos, extraordinariamente enigmaticos, como sila cualidad en o- Tmnla gue vamos buscando entte simbolzacion y simbolizado pudiéramos encontrata, sl, peo a costa de arobaticasinterferen- as y desproporcionadisimas proporciones: y para que los files, 16 +1se noma a Dios como tae, n0 se haga aiden er6nea de que xin substancias celeste fuminossyaurifomes To mac cosee aiente seré nombrar a Dios en forma de setes monstruosos, oso Dames or cre dsj (De cn) cant sme com y pore se modo de hat, gu 11 XY), no tiene ada qe ver con ea miei, ee ont esa wisn pide y fulgurante ae oda toca moderna dl sine, 'smo ve como propa dl sino El imblo media esa modo ace a in peo oe epianaSeTo amine mon ‘evela una verdad que pusdadeclarase Slo en trios de te 3 non trminos de dsr raional Es mas, se rata de ves to del disusorcional yu arene refer dono cle <2) oa de poner on edena, cs moneto eee Suk dase vestibulamete il propia nadesacoe a roplo destino (dria as hegtiana) de eb su tepimacion de tn dscursracional sues. Tanto que no ser une cancels Que et plantamien sinblico de los ures dvs sea, forme, con nscolitica madur de Aquinas, en rasonamon soprano, ue sible yn ssn ue pose po a semis de remision de lo feos alas eau, en oh eee de Juices de propo, node fuga semana moflopea 6 de conprameni Ete mean sna eld an jc coma heursicarent adecuao ser esplendarment to ‘ado por Kaat en el breve y hx capt ds tuiciones simbélicas en la tercera critica, ‘ ve deca sn El simboimo mettsc a io ene races en In Antiguedad ys eile tenia presente a Macrbio,aue haba delat come ome delo que ees ens el, ctl un exp, loo nce dla dvinidad Un Sommium Scipio 1, Cn docs some, Sante debi eer fortuna, natialente, en ambit del pests. mimo nope Quin popones ad Medi sna 30 meats en su forma mas sgestv, en linea eon et Proudo Dionisio, es Suan Escoto Erigena (cf Del Pra 194; Bruyne 1946, I Assunto 1961, pp. 7382; Gregory 1963). E1 mundo se le pre fenta como une srandiosa manifestacion de Dios a través de las EGusas primordiales y eernas, y de éstas através de las belezas sensible. [Nini enim visit rerum corporaiumgue est ut arbor, quod nom incorporate gud et nei signicet Creo que no exit nada que sa visible aque algo Insoepére «ineligible. (De dvisione nature V, 3, PL 12, cos. 865-866) reo que no signif Dios crea de manera admirable ¢ inefabe en todas las criata- ras, manifestndose a st mismo, haciéndose vise cbito de ocak to incomprensble que es. Los prototipos eternos, las causes in tmutables de todo lo que existe, obra del Verbo, animados por el opto dl amor se expanden creativamenteen la oscuridad del caos primigenio - Hasta con dirigir la mirada @ las bellezasvisbles del mundo ‘para advert] inmenso concento teofénico que nos remite alas lucas primordial y alas Personas divinas. Fstareveatividad de fo eterno en las costs nos permitiratibuir a cada una de elas ‘ator de medfora, pasando del simbolismo metisio ‘osmico,y esta posiilidad est contemplada por Es Pero el mci de si esttica reside preisamente en sv capacidad de leer no Tantistca, sino filosoficamente, la naturaleza, viendo fn cada valor ontolpico la lz de la participacin divin: y, ditt ‘oslo tambign, en el devaluar implictamente toda realidad fisica pera encontrar la dnieay verdadera realidad que esta de la idea. {En Hugo de San Victor encontramos a otro intérprete del sm ‘otismo metaisco, Para el mistico del siglo xi, el mundo aparece (juas!quidam liber scriptus digito Dei, cain libro escrito por el dda de Dios (De tibus diebus, PL 176, col. 814) y la sensibilidad frei la belleza propia del hombre vende esencimente al desc brimiento de lo bello intligible. Los goz0s dela vista, del oido, UkcLolfao, del acto nos abren ala belleza del mundo para hacet- ‘pos descubrir en ella el refeio de Dios. En su comentario ala Je- angie Celeste del Pseudo Dionisio, Hugo vuelve a la tematica de rgeng agian el iets eso: n aoe ce Ii bia aun nobis vt edindo mba eit Farative rai, sm propos wd imi sgn elation. ia et i for rerum sam plc i crn coi vis putado na purtains “Todo lo visible noses propueso para i cio deo isle int rayendone pos ft se mane boli, es deci, figratva. Pusto quem eect, i bless deo ‘abl conse enst forma lables vile es imaged nie (in Hrerarchiam coeletom exposto, PL 118, cals. 97 y 954, nat tin de Hugo, mas elaborads que ade Frgen, fonda éritcamente el principio simslico sobre una eolaio‘de ipo {sto sie incus, como ben ha silo chservado, de nso imiento casi romantic ante la inadecuacin de la bella terrena gue Provca en el dnimo de ui la coniempla ese sentiniento de watlfacin Que es aspracn hacia lo Ovo (Bruyn 1946, I pp, 215°216; trad. cast. 11, pp. 26-27), Sugestvo equivalene de la ‘melancolla moderna ant la intensidad de la belle. Pero la me- lacie Hugo ess cercn lal netacin de mis En este plano, la etc victor abner torinaconsigue incusorevalorzar Siboliameat lo coy tambien aqui eh habla Ye analogs nel sentimientoromdntico dela rota) mediante uns once ‘ion dingmica de la contemplacién: ante lo feo el animo siente | e poder clmarse en a vision (y no queda suet la uion I ge ‘ede entire intinado por a cova bla y seve evade nature. ‘mente adesear la verdaderacinmutable bel me 3 ble blleza (In Hier coe, cols. 64, El alegorismo esriturario 5087 8 la Edad Media —como hemos dicho los dos ti son contemporiieos. 1405 tipos de vision BIBLIOTECA CENTRAL UNA ~ El problema ahora es, mis bien, establcer por qué la Edad Me dia lega a teorizar tan eabalmente un modo expresivoy counosei tivo que, de aqui en adelante, para atenusr la contraposicién, de jaremos de lamar simbélico © alegérico para denominarlo mas Sencillamentewfiguraivor. [La historia es complicada y aqut la recapitularemas s6lo su- smariamente (véanse Lubsc 1989-1968 y Compagnon 1979) En el ensayo de contraponerse ala sobrevaoracion gnéstica del Nuevo ‘Tstamento, en total menoscabo del Antiguo, Clemente de Alejan dria establece una disincién y una complementariedad entre los os Testamentos; Origenes perfeccionar la posicién afirmando la necesidad de una lectura paralela. El Antiguo Testamento es laf gura del Nuevo; aqué es la letra, éste, el espirty lo que, en térm- os semiticos, equivale a decir que el Antiguo Testamento es la texpresionretsricacuyo contenido es el Nuevo, A sa ver, el Nuevo Testamento tiene un sentido figural en cuanto es la promesa deco. sas futuras. Nace con Origen ef «discurso teolozaln, que ya no 65 —0 no solo discurso sobre Dios, sin sobre su Bscritma, ‘Ya con Origenes se habla de sentido literal, sentido moral (ps

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