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El animal dormido

A Luis Garca Montero


Has llegado en la noche,
como otras tantas noches,
hasta la casa apuntalada en sombras.
La puerta ha clausurado el alba amenazante,
y, t mismo una sombra, te desvistes
por el pasillo a tientas,
con las voces an y el sabor de esa noche
hurgando en la memoria.
La habitacin todava es ms ciega,
y la invade, corprea,
la familiar tibieza de una niebla invisible.
Has tumbado tu noche, tu cansancio y tu cuerpo,
junto al cansado cuerpo de su noche.
Quin sabe qu fantasmas la estarn visitando,
con quin departir
en la hora puntual de los demonios,
por qu tierras salvajes de los sueos
andar extraviada y sin echarte en falta.
Toda la suma de casualidades,
de planes no cumplidos,
de rutas postergadas, de incertezas,
y que llevan por fin hasta esta noche,
resulta un laberinto incomprensible.
Mientras rumias un violento deseo,
ella duerme a tu lado,
flota sobre las aguas del lago de la noche,
ajena a tus preguntas sin respuesta,
y su respiracin, en esas aguas,
es el fiel testimonio de que hay vida,
de que an no te has ahogado.
Qu est ella haciendo aqu,
qu estoy haciendo.
El lago no responde desde sus aguas fras.
No creo que maana obtenga la respuesta.
Mientras tanto,
ya me he acercado al animal dormido,
su orilla me ha abrazado,
y sin ms tiempo para pedir ayuda
nos hemos ido al fondo de la noche.

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