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La Espiritualidad De La

Familia
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Cuando consideramos la espiritualidad, lo primero que


tenemos que hacer es definir “que es espiritualidad”.
Aunque la espiritualidad tiene sus prácticas la
espiritualidad no es una práctica. La espiritualidad es
una visión y una comprensión de la vida. Es una
posición ante Dios y ante el mundo. La espiritualidad
se fundamenta en una relación especial con Dios por
su Espíritu Santo…

La biblia dice: “Porque ¿quién de entre los hombres


conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del
hombre que está en él? Del mismo modo, nadie
conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido De estas cosas
hablamos, no con palabras enseñadas por la
sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero
el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las
puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente En cambio, el espiritual juzga todas
las cosas, sin que él sea juzgado por nadie.
1ª.Cor. 2: 11 -15

Como se desprende de estos versos el espiritual


“acomoda” lo espiritual con lo espiritual.
Dos personas pueden mirar el mismo objeto y las dos
sacan conclusiones diferentes porque tiene una
“forma diferente”
De ver la vida.
Igualmente se enfrentan a una misma circunstancia y
las afecta de diferente manera. Hay un dicho danés
que dice que a un hombre bueno la honra lo hace
mejor y que a un hombre malo la honra lo hace peor.
Es decir, que enfrentados a la honra reaccionan de
diferente manera.
En el Caso de Daniel y Nabucodonosor la situación se
hace patente porque viendo ambos la visión del
desarrollo de la historia desde sus días hasta el fin del
siglo. El rey impío los ve como una estatua hermosa y
majestuosa. Pero el hombre de Dios que mira mas
profundamente en la naturaleza de esos gobiernos los
ve como unas horribles bestias que destruyen y
desmenuzan.

Las colinas de la familia.

Pareciera que cada miembro de la familia tuviera una


colina desde donde puede observar la realidad. Aquí
comienza nuestra realidad. Si todos pudiéramos subir
a la misma “colina” y mirar en la misma dirección.
Cuando estaba muchacho leí la historia de las dos
ranas: la de Kioto y la de Osaka. Ambas decidieron ir a
la otra ciudad a conocerla ya que la una queda
enfrente de la otra. Entre las dos ciudades también
queda una colina. Las ranas emprendieron su viaje y
se encontraron en lo alto de la colina. Después de
saludarse y socializar la idea y motivo del viaje una de
las dos tuvo una gran idea. Como el camino que
restaba era todavía muy podrían evitarse el viaje si la
una se subía encima de la otra para mirar desde allí la
ciudad que pretendía conocer y luego la otra haría lo
mismo. Y así lo hicieron. Cuan do la primera rana
subió a mirar exclamo diciendo tu ciudad es idéntica a
la mía. Todo es igual. Cambiaron y cuando la otra
subió encima de su compañera reafirmo la impresión:
Tu ciudad es idéntica a la mía. Se despidieron y felices
regresaron a sus hogares con la convicción de haber
conocido la otra ciudad y sin darse cuenta que por ser
rana y tener ubicados los ojos encima de la cabeza
cada una había mirado su propia ciudad.

La invitación de la palabra de Dios no es subirnos


encima del otro sino que todos subamos a la colina
apropiada y tengamos una visión real de la situación.

“Desde el extremo de la tierra clamaré a ti


Cuando mi corazón desmaye.
Llévame a la roca que es más alta que yo” Salmos
61:2

Yo puedo tropezarme con otra persona conocida y


puedo no saludarla. Esa persona tiene dos opciones: O
decide que habiéndola visto me rehusé saludarla o
que iba tan preocupado con algún problema que ni
siquiera la he visto.

Antes que esposos, Cristianos.

No olvidemos que la vida cristiana insiste en que


busquemos primero el Reino de Dios y su Justicia.
Nuestra relación con Dios esta primero y por encima
de toda otra relación. Así que a nuestra vida
matrimonial debemos aplicarle todas las normas de
convivencia cristiana. Además del amor humano que
nos profesamos no olvidemos que el amor de Dios
debe regir nuestra relación. La Biblia dice: “Hijitos
míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad”
“El que no ama a su hermano permanece en muerte.”
1ª. De Juan 3: 18

La Armonía
La biblia dice:

“Mirad cuán bueno y cuán delicioso es


que habiten los hermanos juntos en armonía!

Es como el buen óleo sobre la cabeza,


el cual desciende sobre la barba,
la barba de Aarón
y baja hasta el borde de sus vestiduras;
como el rocío del Hermón,
que desciende sobre los montes de Sión,
porque allí envía Jehová bendición
y vida eterna. Salmos 133.

La paz de Dios debe gobernar nuestros corazones y no


olvidemos que es en medio de la armonía que Dios se
puede manifestar. El énfasis que Dios pone en la paz
esta bien subrayado en:” Buscad la paz con todos, y la
santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”

Aun en las practicad cristianas los esposos deben


ponerse de acuerdo para que no se rompa la armonía.

Hno. Álvaro Torres.

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