Você está na página 1de 1

El trasnochado confundido

Empezó agregando tildes. Supo de mi reincidencia en permutar el orden de las


consonantes 'r' y 'p'. Me diagnosticó daltonismo ortográfico. Pero fué cuando convirtió la
inexplicable fobia de mi sobrino por los caballos, en una membresía a la comunidad de
equinofóbicos de la península de Nicoya. Allí fue cuando me dije que algo definitivamente
raro estaba ocurriendo. Yo guardaba la esperanza de que mi sobrino superara la fobia;
con los años percatarse de que temer a los caballos no era sensato. Pero la red tomó su
aberración y la acopló a sus improbables símiles. Y como si fuera poco, obtuvo un buen
trabajo de verano; la empresa de muebles de otro equinofóbico ¿Y ahora cuando se
percatará de la anormalidad de su condición? Me pregunto mientras lo veo partir rumbo a
Regina, capital de Nicoya. No me explico como se puede aborrecer a un equino. Es como
odiar a un conejo, imposible. Al parecer el problemático soy yo que ya llevo seis meses
sin trabajo. Ser normal ya no paga en este mundo. Y es que ni siquiera la conciencia
paga. Ahora la conciencia es solo un obstáculo para el felíz matrimonio entre el
ciberespacio y tus reflejos semánticos ¿A donde emigra la conciencia cuando nos
rendimos al estímulo de la red? ¿Existirá una ley de conservación de la conciencia? a
algún lado irá la voluntad, supongo. Ese tesoro se nos va cada vez que presionamos el
botón: acepto Hay que conocer el apellido de la bestia, será aquel grifo al que llaman
socious? flujo que se acopla a la diferencia, que digo, a la irreverencia y cuya forma global
rebaza nuestro rocío de conciencia? Hoy en día los yaveros tienen más memoria que
nuestro cerebro ¿Qué es un segundo para nuestra conciencia? Para la red, trillones de
procesos. Que ridículos nos vemos a su lado. Algún día Nietzche será un asmreir. La red
será la resurrección de Dios, seremos dejados a su imaginación y arrogancia.

Você também pode gostar