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DINERO, SEXO Y PODER

UNA PRESENTACIÓN PANORÁMICA DEL LIBRO DE RICHARD J. FOSTER


FOSTER, Richard J. Dinero, sexo y poder. Nashville: Editorial Betania, 1989 (3ª ed.). 208 p.

Por Harold Segura C.

En esta obra, el autor aborda el tema de su especialidad -el de espiritualidad cristiana- desde un
ángulo diferente al conocido en sus libros anteriores. Esta vez su enfoque se centra en los
comportamientos éticos y morales del cristiano considerando tres áreas trascendentales de
nuestra vida diaria: el dinero, el sexo y el poder. Foster se refiere a ellos convencido de que
"cuando tocamos estos temas seculares estamos pisando tierra santa" (p. 5).

1. El dinero, el sexo y el poder desde una perspectiva cristiana: En este primer capítulo se
destaca la necesidad de adoptar la ética del Reino en todas las áreas de la vida, en especial
en lo que respecta al dinero, el sexo y el poder. Esos temas nos afectan quizá como
ninguno otro.

 La historia de los grandes avivamientos muestra de qué manera todos ellos estuvieron
acompañados de una renovación ética que afectó la vida diaria; las reformas espirituales no
solo fueron doctrinales o teológicas, sino que lograron penetrar también en lo más profundo
de las cotidianidades humanas.

 El propósito del autor del libro es ofrecer pistas que ayuden a los seguidores de Cristo a
conducirse fielmente en las opciones éticas de cada día. Al estudiar los tres temas
escogidos se tiene la ventaja de encontrar principios aplicables también a las demás esferas
de la vida ética. Los mismos temas tienen una dimensión social más amplia: el dinero
apunta hacia la vida de los negocios y de la empresa; el sexo hacia el matrimonio y el hogar;
y el poder hacia el gobierno y el Estado.

 El movimiento monástico respondió a los desafíos del dinero, el sexo y el poder por medio de
los votos de pobreza, castidad y obediencia. Por su parte, los antiguos puritanos
respondieron a ellos enfatizando la laboriosidad, la fidelidad y el orden. Hoy se necesita una
nueva respuesta que haga justicia a nuestra época, con sus presiones y problemas
particulares.

EL DINERO

2. La cara sombría del dinero: Martín Lutero, el célebre reformador alemán, enseñaba que "Se
necesitan tres conversiones: la del corazón, la de la mente y la de la bolsa". De las tres,
quizá, la última es la más difícil de experimentar. En el Nuevo Testamento, al dinero se le
asigna la categoría de "principados", "potestades", "dominios" o "autoridades", todas ellas, a
causa de nuestra naturaleza caída, con el poder de dominarnos. Detrás del dinero se
esconden fuerzas espirituales. Mamón se personifica como un dios -no como un mero
recurso material que debemos aprender a administrar- al cual se debe renunciar para seguir
a Jesús.

3. La cara agradable del dinero: También la Biblia presenta el dinero como bendición del Señor
y como un medio para establecer una mejor relación con Él y con nuestro prójimo. Tanto en
el Antiguo como en el Nuevo testamento se enseña que de Dios procede todo lo bueno y
que su gracia sobrepasa el más ingente esfuerzo humano. A Dios le pertenece todo, Él es el
dueño absoluto y nosotros sus mayordomos que debemos descansar en la fiel provisión de
cada día. Como administradores fieles se nos invita a practicar la gracia de dar
DINERO, SEXO Y PODER. Una Presentación del libro de Richard J. Foster. Harold Segura C.

generosamente y a compartir con quienes padecen necesidad. Junto al principio de dar,


está el de administrar con sabiduría los recursos que Dios nos da y, sobre todo, a
convertirlos en fuente de confianza y dependeneica del Señor.

4. El uso justo de las riquezas: La actitud cristiana frente al dinero no es huir de él, sino usarlo
para fines del reino, entendiendo su estado inherentemente caído ("riquezas injustas", como
se les llama en la parábola de Lucas 16:1-13). El viejo avaro que llevamos dentro debe ser
vencido comprendiendo lo que Dios dice acerca del dinero, apoyándonos en una comunidad
que afirme estilos de vida alternativos, orando, destronándolo de su lugar de ídolo, y
afirmando el valor de las personas por encima de las cosas.
Los negocios son la cara social del dinero. Los cristianos afirmamos la bondad del trabajo y
su dignidad para la vida humana, por eso propugnamos por relaciones laborales justas y nos
negamos a aprovecharnos del prójimo.

5. El voto de sencillez: La sencillez es un intento de obedecer la enseñanza magistral de Jesús


respecto al dinero: su cara agradable, su cara sombría, el dar, el confiar y el desarrollar
nuestra fe por medio de él. La sencillez está asociada a la modestia y la templanza, al
agradecimiento por todo lo que recibimos a diario, al apropiado uso del dinero, a ser por fin
libres del "arribismo" y a saber desprendernos de él con alegría.
La formación en cuanto al uso cristiano del dinero debe comenzar en la niñez. El hogar y la
iglesia deben ser centros formativos respecto a este asunto.

EL SEXO

6. El sexo y la espiritualidad: El divorcio entre espiritualidad y sexualidad ha sido una de las


grandes tragedias de la historia del cristianismo. Mientras la Biblia exalta el amor y bendice
la relación de la pareja humana, la cultura popular le asigna visos de carnalidad pecaminosa,
impidiendo que se vea como parte de la buena creación del Señor. La teología bíblica, ya
desde Génesis y el Cantar de los Cantares, exalta el amor intenso y señala el mal del
desenfreno como perversión del propósito saludable del creador. La pornografía, la lascivia,
y la homosexualidad son señaladas como contrarias a la voluntad de Dios y, por lo tanto, en
contra de nuestra realización humana. La sexualidad, como un río caudaloso, es bueno,
siempre y cuando permanezca dentro del cause apropiado.

7. El sexo y los solteros: Muchas preguntas éticas acosan la mente de los cristianos solteros,
entre ellas las que se refieren a la masturbación, las relaciones pre-matrimoniales y las
fantasías sexuales. La sexualidad de las personas no casadas debe expresarse en su
capacidad de amar y ser amados, en su necesidad de experimentar una relación emocional,
y en la aceptación y control de sexualidad, sin negar ni reprimir sus sentimientos. Esos
sentimientos sexuales deben ser controlados, antes de permitir que ellos controlen su vida.
El matrimonio es la relación señalada por el creador para el disfrute sexual pleno y la razón
bíblica para ello, no es mojigatería acerca del sexo, sino que está basada en la idea positiva
de que el coito establece un lazo único y misterioso de unión (1 Cor. 6:16) por medio del cual
llegamos a ser "una sola carne".

8. El sexo y el matrimonio: El matrimonio, en la enseñanza bíblica, es un pacto de compañía


permanente que apunta hacia la realización humana, el bienestar pleno y el avance del reino
de Dios sobre la tierra. No es, ni una empresa privada, ni un medio de ajuste psicológico de
propósitos egoístas. En el matrimonio, la sexualidad es un don de Dios para el disfrute
pleno, que se vive bajo la gracia misteriosa de "ser una sola carne".

9. El voto de fidelidad: La respuesta al sexo no debe ser reaccionaria, sino activa, creativa y
positiva, dice Foster, de manera que demos testimonio de la actitud afirmativa que muestra

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DINERO, SEXO Y PODER. Una Presentación del libro de Richard J. Foster. Harold Segura C.

la Biblia sobre la sexualidad. La fidelidad, por parte de todos -casados, solteros, viudos,
divorciados- es la respuesta; entendida esta como la orientación de la sexualidad hacia los
canales establecidos por Dios dentro del pacto de matrimonio y como el compromiso con
nuestro propio bienestar y con el de los demás.
Para los no casados, fidelidad significa expresar su sexualidad por medio de los otros
aspectos que implican intimidad y compañerismo, el aprecio de la belleza y el atractivo físico.
Para los casos, fidelidad significa monogamia, pero algo más: compromiso de por vida con el
amor y la lealtad, así como mutua subordinación en el temor del Señor, control sexual fuera
del matrimonio y libertad dentro de él.

EL PODER

10. Poder destructivo: El pecado de Adán y Eva fue la ambición de poder; querían ser más
importantes, saberlo todo, tener más y llegar a ser como dioses. Lo que obtuvieron fue la
destrucción. El poder desmedido y ambicioso siempre trae destrucción, de nuestras
relaciones, de la confianza y de la vida misma.
Al igual que el dinero, el poder se entiende bien cuando aceptamos la enseñanza paulina de
las "autoridades", "potestades" y "príncipes de este siglo". Las potestades "son las fuerzas
activadoras de los seres humanos y de las estructuras sociales" (p. 146), que se apoderan
de individuos, organizaciones y estructuras sociales. Esas potestades deben ser discernidas
y desenmascaradas, trátese de la potestad del dinero, del sexo, del legalismo religioso, de la
tecnología, de la eficacia, del narcisismo o del militarismo. Esas potestades deben ser
enfrentadas y vencidas en el poder del Señor.

11. Poder creador: La historia de José, en el libro de Génesis, demuestra de qué manera el
poder es capaz de proporcionar vida, gozo, paz, libertad y transformación. El poder de Dios
fue también el secreto que transformó a Moisés y lo hizo colaborador en los proyectos
transformadores de su pueblo. En épocas modernas, Martín Luther King, Dietrich
Bonhoeffer, John Woolman y otros más ilustran los alcances del poder creador. Este poder
es espiritual –es el "poder de la resurrección"- cuyo fundamento es el amor, la humildad, el
dominio propio, el gozo, la sumisión, la libertad y la mansedumbre (vulnerable cual pesebre
de Belén).
Este poder tiene valor en la medida que logramos expresarlo en la vida diaria, en el hogar, la
oficina, en la iglesia y la escuela.

12. El ministerio de poder: Los cristianos hemos sido llamados a un "ministerio de poder".
Jesús tuvo un ministerio de autoridad sobre las enfermedades, la naturaleza y los demonios.
Ese ministerio nos fue delegado. El libro de los Hechos demuestra de qué manera los
primeros cristianos hicieron uso de ese poder espiritual, que fue recibido por medio del
Espíritu Santo y otorgado por la gracia del Padre. Ese poder "no era oficial", es decir, no
provenía de un cargo o de una posesión importante, ni siquiera credenciales humanas. Su
poder procedía de arriba.
El poder que se nos ha entregado debe ejercerse en la lucha espiritual contra el demonio;
también a favor de la disciplina de nuestro propio cuerpo ("sometemos el cuerpo a los ritmos
de la vida, dados por Dios en lo concerniente al comer, dormir, trabajar, jugar..."); en la
sanidad sobre las enfermedades; y en la iglesia para que venga un avivamiento que sacuda
las estructuras y nos movilice para servir y obedecer al Señor en el mundo.

13. El voto de servicio: El poder, como se expone en los capítulos anteriores del libro, es
ambivalente: despreciamos su maldad y apreciamos su bondad. Esa ambivalencia se
resuelve por medio del voto de servicio, que significa imitar a Jesús en el principio del lebrillo
y la toalla. Este voto incluye un rechazo a los juegos del poder de la sociedad para acoger el
poder como medio de servicio a los demás. El voto de servicio debe vivirse de manera
individual, familiar, eclesial y social.

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DINERO, SEXO Y PODER. Una Presentación del libro de Richard J. Foster. Harold Segura C.

Epílogo: Hay tres votos que son imperativos categóricos para los seguidores de Jesús en todo
tiempo: voto de sencillez, como antídoto contra la potestad del dinero; voto de fidelidad para
guardarnos santos en cuanto a nuestra sexualidad; y voto de servicio, para redimir todo ejercicio
del poder a favor de Jesús y de su reino. Estos votos nos estimulan hacia una espiritualidad más
profunda y hacia un testimonio social más enérgico y contundente.
Es hora de soñar con un nuevo y poderoso avivamiento. Este deberá ser disciplinado,
evangelizador, pertinente en cuanto a la sociedad y claramente cristiano Los tres votos pudieran
constituir el compromiso general de un movimiento así.

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