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Tratamiento de los pacientes inmigrantes
Introducción a los estudios
sobre el tema
La mayoría de los estudios en pacientes
inmigrantes demuestran que la manera de
utilizar los dispositivos sanitarios varía
según la población autóctona, lo mismo
que el trato que se les dispensa una vez
acceden a esos dispositivos. Uno de los fac-
tores que se ha estudiado al respecto es la
muy escasa representación de los grupos
étnicos minoritarios en los servicios psiquiá-
tricos. Un estudio realizado en Australia
demuestra que esta exigua representación
no es debida a la discontinuación del con-
tacto con los servicios sanitarios, como se
postulaba en otros estudios, sino a las dife-
rencias en las tasas de acceso al primer
contacto sanitario. Se estudió si existían
diferencias en el mantenimiento del con-
tacto con el sistema de servicios psiquiátri-
cos entre inmigrantes (británicos, europeos
del sur y asiáticos) y australianos, apareán-
dolos por edad, sexo y diagnóstico, obser-
vándose que los cuatro grupos no diferían
en la medida de la continuidad del con-
tacto. Esta medida incluía el número de
contactos con los servicios comunitarios de
salud mental, el número de ingresos, el
tiempo de estancia en el hospital y el inter-
valo más largo entre dos contactos con los
servicios, por lo que todas las teorías pre-
vias que postulaban el escaso cumpli-
Hay muchas cosas divertidas en el mundo,
entre ellas la idea del hombre blanco de
que es menos salvaje que los otros
salvajes.
MARK TWAIN, «THE WHITE MAN’S NOTION»
FOLLOWING THE EQUATOR, 1897
miento y seguimiento de los tratamientos
de los pacientes inmigrantes es resultado
de un sesgo que viene determinado por la
dificultad de acceso a los servicios por
diversos motivos (Klimidis y cols., 2000).
En España, un país donde el sistema sani-
tario es universal, las dificultades económi-
cas no representan una traba de acceso al
sistema. En la mayoría de las ocasiones la
causa es el temor a que pueda descubrirse
una situación de ilegalidad, así como por
barreras lingüísticas y culturales. Así pues,
los problemas sanitarios no figuran entre
los más acuciantes dentro del colectivo
inmigrante, siendo los principales la regula-
rización de su situación y los problemas de
vivienda (Ramos y cols., 2001). En el caso
de que se produzca una discontinuidad de
cuidados, ésta suele ser debida a la impor-
tante movilidad geográfica que en estos
momentos existe en España en este grupo
de pacientes, debida, en la mayoría de los
casos, a la precariedad laboral (Ramos y
cols., 2001).
El acceso y utilización de los servicios
especializados de salud mental dentro del
sistema sanitario norteamericano resulta
más difícil para pacientes inmigrantes,
sobre todo para los afroamericanos, que
reciben menos servicios de salud mental
especializada. En la mayoría de los casos y
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cuando se trata de niños y adolescentes,
estos cuidados los prestan las escuelas, sin
llegar a acudir a centros sanitarios (Angold
y cols., 2002).
De todos los grupos étnicos, posible-
mente el que menor representación tiene
dentro de los servicios de salud mental es el
de los pacientes asiáticos, lo que provoca a
su vez un infradiagnóstico y tratamiento de
las enfermedades mentales (Hsu, 1999).
Este mismo fenómeno también sucede en
España, donde este grupo apenas acude al
sistema sanitario, por lo que se supone que
utiliza sistemas médicos propios tradiciona-
les.
Los datos adicionales del tamaño de cada
grupo étnico en la población local y las
tasas de enfermedad en cada grupo parti-
cular son necesarios para valorar si los ser-
vicios están repartidos equitativamente.
Además, el concepto de etnia es multidi-
mensional, y la información sobre el len-
guaje del paciente y las prácticas culturales
y religiosas es tan necesaria como el lugar
de origen, si se pretende que los servicios
se muestren sensibles culturalmente (Hil-
ton, 1996).
En el British Journal of Psychiatry se
publicó una revisión sistemática en la que
se intentaba responder a las variaciones
entre los grupos étnicos con respecto a las
derivaciones a los especialistas en salud
mental, la continuidad de contactos con
esos servicios, el uso de servicios de hospi-
talización e ingresos involuntarios (Bhui y
cols., 2003). Se valoró la calidad de los
estudios publicados teniendo en cuenta
una serie de variables: fuente y tamaño de
la muestra (máxima puntuación con más
de 500 pacientes y muestra tomada para
un proyecto específico), método de clasifi-
cación del grupo étnico (máxima puntua-
ción cuando se utilizaban categorías censa-
Salud mental e inmigración
les autorreferidas por el paciente), ajuste
por enfermedades físicas y variables de
confusión (ejemplo: edad, sexo, comorbili-
dad, diagnóstico o gravedad de la enfer-
medad) y si los grupos étnicos estaban ade-
cuadamente combinados en el análisis. Los
resultados que se obtuvieron fueron que
los pacientes negros mostraban derivacio-
nes más complejas a los especialistas,
puesto que antes de llegar al especialista
eran visitados al menos por tres profesio-
nales. Cuando los pacientes negros acu-
dían a los servicios de atención primaria
eran derivados con menor frecuencia al
especialista. La causa que se barajaba era
que los médicos de familia tenían poca
capacidad para reconocer los problemas
psiquiátricos en los pacientes negros.
Cuando éstos ingresan en un centro hospi-
talario, la policía actúa con mayor frecuen-
cia tanto en las admisiones como en las
readmisiones (Bhui y cols., 2003).
De todos los grupos étnicos con un tras-
torno mental, los que menos se derivaban
a cuidados especializados era el subgrupo
de pacientes asiáticos, siendo también los
que menos hospitalizaciones presentaban
tanto voluntarias como involuntarias (Bhui
y cols., 2003). Los estudios realizados en
Estados Unidos sobre población hispana
demuestran que ésta acude con menor fre-
cuencia a todos los dispositivos sanitarios.
Además, si se añaden dificultades de
manejo del idioma, estas cifras aumentan,
por lo que en este caso el idioma actuaría
como factor de confusión asociado a la
etnia (Marín y Escobar, 2001). Entre las
principales barreras que encuentran los
pacientes hispanos de Estados Unidos para
contactar con el sistema sanitario se
encuentran las limitaciones económicas (en
España esto no existe ya que la sanidad es
universal), el desconocimiento del funcio-
namiento del sistema sanitario y del idioma
(Marín y Escobar, 2001).
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Tratamiento de los pacientes inmigrantes
Tabla 10. Variables predictoras de acudir de nuevo al servicio de urgencias
Comunes a afroamericanos y caucásicos
Visita previa al servicio de urgencias
Hospitalización psiquiátrica previa
Recibir tratamiento ambulatorio en ese momento
Sin cuidados posteriores tras la primera visita a
urgencias
Asistencia en urgencias
En un estudio realizado en las urgencias
de un hospital en California, donde los
médicos eran predominantemente caucási-
cos, se observó que el tiempo dedicado
para la evaluación de los pacientes afroame-
ricanos era menor y que recibían más can-
tidad de medicación psiquiátrica (tanto oral
como intramuscular), siendo la dosis media
de las primeras 24 horas significativamente
más alta que para otros pacientes (1.321
frente a 825 mg). La tendencia a la sobre-
medicación de los afroamericanos fue más
baja cuando los esfuerzos del clínico por
comprometer al paciente en el tratamiento
fueron más altos (Segal, Bola y Watson,
1996). En cuanto al empleo de medidas de
seguridad (pacientes traídos por la policía al
servicio de urgencias), comparando blancos
y negros en la ciudad de Londres, era
mayor el porcentaje de negros que acudían
acompañados por la policía, eran más jóve-
nes y recibían un diagnóstico psiquiátrico
con mayor frecuencia (sobre todo de esqui-
zofrenia o psicosis inducida por drogas). Se
les administraban neurolépticos con más
frecuencia y los ingresos se solían realizar
de forma no voluntaria. En el alta hospita-
laria se les daba cita ambulatoria con más
frecuencia.
En cuanto al primer contacto de los pa-
cientes con los servicios de psiquiatría,
varios estudios demuestran que los pacien-
tes negros del Reino Unido suelen presen-
37
Específicos de afroamericanos
Solteros
Sin domicilio estable
Sin ingreso en la primera visita hospitalaria
tarse por primera vez en los servicios de
urgencias en situación de crisis, siendo éste
su primer contacto con los dispositivos de
salud mental (Bhui y cols., 2003). Un estu-
dio realizado en California sobre la utiliza-
ción de los servicios de urgencias por parte
de la población inmigrante, demuestra que
los asiáticos e hispanos utilizan menos los
servicios de emergencia y hospitalización,
pero más los servicios ambulatorios que los
pacientes blancos. Por el contrario, los
pacientes negros utilizan más los servicios
de urgencias y menos los tratamientos
ambulatorios (Hu y cols., 2001).
Otros estudios han intentado valorar las
diferencias raciales en las variables que pre-
dicen el hecho de acudir de nuevo a los ser-
vicios de urgencias. Uno de ellos, realizado
Tabla 11. Consecuencias de no dominar
la lengua del país en la asistencia sanitaria
hospitalaria a inmigrantes
• El tiempo de estancia medio fue más alto en
pacientes de habla no inglesa
• Tasas aproximadamente iguales de ingresos
involuntarios en ambos grupos, pero signifi-
cativamente tasas más bajas de hospitaliza-
ción voluntaria para pacientes de habla no
inglesa
• Los contactos clínicos personales con el tera-
peuta son significativamente más cortos (5-
10 minutos menos) en los pacientes de habla
no inglesa
• La utilización de intérpretes es escasa
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en Estados Unidos, compara las diferencias
entre los pacientes afroamericanos y caucá-
sicos, observándose las variables que se
describen en la tabla 10 (Klinkenberg y
Calsyn, 1997).
Tratamiento hospitalario.
Ingresos
Se han realizado estudios sobre los posi-
bles factores determinantes de reingresos
hospitalarios tanto para población inmi-
grante como autóctona y se ha observado
que la raza de los pacientes actúa como
variable predictora de ingresos psiquiátri-
cos. Comparando afroamericanos y caucá-
sicos, en ambos grupos se comprobó que
un mayor porcentaje de ingresos previos
predice un nuevo ingreso. Como predicto-
res adicionales para los ingresos psiquiátri-
cos en afroamericanos constaban ser
varón, no acudir al servicio de urgencias
acompañado por la familia (muchas veces
la familia sirve para valorar si los síntomas
que presenta el paciente se pueden expli-
car culturalmente o, por el contrario, se
puede considerar sintomatología psicótica)
y recibir menos cuidados ambulatorios. El
único predictor para los caucásicos fue acu-
dir al servicio de urgencias acompañado
por la policía (Klinkenberg y Calsyn, 1997).
Si en lugar del grupo étnico lo que se
compara es el dominio de la lengua del
país, en un estudio australiano realizado
con pacientes que dominaban o no la len-
gua inglesa, se encontraron los datos que
se resumen en la tabla 11.
No existe asociación significativa entre
aspectos étnicos, situación legal o sexo.
Para disminuir estos sesgos habría que
mejorar la accesibilidad de este grupo de
personas a los servicios sanitarios (Trauer,
1995).
Salud mental e inmigración
Comparando pacientes de raza blanca y
negra con el mismo diagnóstico de esqui-
zofrenia en una unidad de hospitalización,
se comprobó que la estancia media de los
negros era menor, aplicándose un mayor
número de medidas de contención y
menor terapia ocupacional. En estas dife-
rencias se excluye que la patología de los
negros fuese más grave, lo que se explica
por un posible sesgo racial debido al este-
reotipo que los profesionales blancos tie-
nen sobre esta población. Este sesgo se
podría reducir si se incrementase el número
de profesionales negros y la inclusión de
negros en cada equipo de tratamiento
(Flaherty y Meagher, 1980).
En cuanto a los ingresos en módulos de
seguridad en calidad de detenidos, se
observó que los afrocaribeños eran ingresa-
dos con más frecuencia, 5,6 veces superior
en negros que en blancos. Por el contrario,
el porcentaje de asiáticos representaba la
mitad del de los blancos. Esta variación en
las tasas de ingresos judiciales no puede ser
atribuida por completo al sesgo racial.
Los servicios comunitarios parecen ser
menos efectivos en la prevención de la
escalada criminal y el comportamiento peli-
groso asociado con la enfermedad mental
en los afrocaribeños (Coid y cols., 2000). El
diagnóstico más frecuente por el que ingre-
saban era por psicosis y el más inhabitual
por trastorno de personalidad. Tras el
ingreso no suelen apreciarse diferencias en
cuanto al seguimiento y número de rein-
gresos (Maden y cols., 1999).
En relación con la esquizofrenia, la tasa
de ingresos involuntarios era similar en
todos los grupos étnicos en el caso del pri-
mer ingreso hospitalario. Cuando se pre-
sentaban reingresos, los afrocaribeños
ingresaban de forma involuntaria con más
frecuencia. En todos los casos, la forma
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Tratamiento de los pacientes inmigrantes
más frecuente de derivación a los servicios
de urgencias era a través del médico de
familia (Burnett y cols., 1999).
El gobierno australiano realizó un estu-
dio sobre los patrones de admisión de los
pacientes de minorías étnicas comparados
con los nacidos en Australia, encontrando
que las tasas de ingreso de los inmigrantes
del Sudeste asiático, sobre todo los de
Vietnam y Malasia, eran más bajas que en
la población general, posiblemente debido
a un infradiagnóstico y tratamiento de
estos pacientes. Las tasas de ingreso se
equiparaban con las nacionales para los
pacientes europeos, salvo en el caso del
este de Europa, en que aparecen altas
tasas de trastorno psicótico incluso
muchos años después de la inmigración.
Tanto los asiáticos como los europeos del
Este ingresaban de forma involuntaria y
presentaban un riesgo relativo del doble
comparado con los australianos (Bruxner y
cols., 1997).
Si estudiamos la edad de la primera hos-
pitalización psiquiátrica, los inmigrantes
tenían una edad mayor en la primera hos-
pitalización comparados con los naciona-
les, mientras en el caso de inmigrantes de
segunda generación, la edad fue similar a
la de los pacientes nacionales. El resultado
sugiere que la inmigración puede tener un
efecto de retraso en la edad de la primera
hospitalización psiquiátrica (Rabinowitz y
Fennig, 2002).
En Dinamarca, al comparar el tiempo de
estancia media entre inmigrantes y nacio-
nales, no se encontró un efecto diferencial
en la duración de la estancia hospitalaria.
Consecuentemente, los patrones de utiliza-
ción en los cuidados de pacientes ingresa-
dos parecen reflejar igualdad de cuidados
para las mismas necesidades (Krasnik y
cols., 2002).
39
Un factor a tener en cuenta en los ingre-
sos hospitalarios es la conciencia de enfer-
medad, la cual estará influida por la cul-
tura, siendo así que será diferente entre los
pacientes inmigrantes y los autóctonos. En
Gran Bretaña, los pacientes afrocaribeños
tenían una menor conciencia de enferme-
dad, lo que hacía que el porcentaje de
ingresos involuntarios fuese más elevado
en este grupo de pacientes. En el caso de
los pacientes nacionales en que no existía
conciencia de enfermedad, achacaban su
situación a dificultades sociales (Perkins y
Moodley, 1993).
En otro estudio realizado en pacientes
con psicosis, se intentó investigar los facto-
res que se asociaban a tener una correcta
conciencia de enfermedad. Se encontró
una alta asociación significativa entre ser
de origen étnico blanco y tener conciencia
de enfermedad en el momento del ingreso
psiquiátrico. Las posibles explicaciones
incluyen:
• Distintas formas de entender la enfer-
medad mental en las diferentes cultu-
ras.
• El gran estigma asociado a la enferme-
dad mental en algunas culturas, lo que
hace que se pretenda negarlas.
• La gran gravedad de la enfermedad en
la admisión por parte de algunos gru-
pos étnicos (Johnson y cols., 1996).
En cuanto a los datos de ingresos hospi-
talarios, otro estudio observa que los
negros y los nativos americanos ingresan
en una proporción mayor que los blancos.
Los negros son admitidos con más frecuen-
cia por esquizofrenia y menos por trastor-
nos afectivos. Los asiáticos son ingresados
menos que los blancos, pero cuando ingre-
san su tiempo de estancia es mayor. Las
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explicaciones para observar estas diferen-
cias entre las minorías y los blancos en la
hospitalización se pueden evaluar parcial-
mente: algunas de estas explicaciones
incluirían las diferencias étnicas relaciona-
das con el nivel socioeconómico y en la pre-
valencia de patología mayor, las diferencias
en el estigma de la enfermedad mental, el
acceso y uso de servicios alternativos, el
sesgo en el comportamiento del médico de
urgencias, especialmente los que asignan
etiquetas diagnósticas y toman decisiones
de ingresos involuntarios (Snowden y
Cheung, 1990).
En otro estudio comparativo sobre el uso
de servicios de hospitalización de salud
mental en pacientes negros, blancos e his-
panos, no se encontraron diferencias signi-
ficativas en la probabilidad de ingreso psi-
quiátrico o en el tiempo de estancia hospi-
talaria cuando ésta se produce, depen-
diendo de otros factores como menor
edad, antecedentes familiares o disponibi-
lidad de camas. En este estudio se con-
cluye que las diferencias étnicas no influ-
yen en el uso de servicios hospitalarios de
estos pacientes y habría que tener en
cuenta el efecto de las diferencias cultura-
les y socioeconómicas (Padgett y cols.,
1994).
En Leicestershire (Gran Bretaña) se com-
pararon las tasas de ingresos involuntarios
y el tiempo de estancia media de pacientes
asiáticos y autóctonos, sin encontrar dife-
rencias significativas entre ambos grupos,
aunque existían diferencias en cuanto al
diagnóstico del paciente al ser dado de alta
(Shaikh, 1985). En otro estudio realizado
en Londres, también con pacientes asiáti-
cos, se observó que la derivación para
ingreso era sobre todo a través de urgen-
cias, acudían con mayor frecuencia a los
servicios de urgencia, las derivaciones a tra-
vés del médico de familia eran escasas,
Salud mental e inmigración
existía menor porcentaje de ingresos invo-
luntarios y la policía actuaba en escasas
ocasiones, siendo el diagnóstico más fre-
cuente el de psicosis (51 %) (Bhui,
Strathdee y Sufraz, 1993).
La mayoría de los estudios destacan la
escasa utilización de los recursos sanitarios
en la población asiática, tanto en consultas
ambulatorias como en internamiento.
Estos datos se corroboraron en un estudio
realizado en Canadá, en el que se encontró
que en una unidad psiquiátrica para ado-
lescentes existía un menor porcentaje de
asiáticos ingresados de los que cabría espe-
rar según la tasa de demografía de dicho
país (Roberts y Crockford, 1997). Estos
resultados de menor utilización de recursos
hospitalarios se han encontrado también
en otros grupos étnicos minoritarios de
otras zonas como, por ejemplo, para los
emigrantes de origen mediterráneo en
Alemania, donde existe un menor número
de pacientes ingresados de origen medi-
terráneo en relación con los alemanes y
que son más diagnosticados de trastorno
psicótico, sobre todo si el nivel de acultura-
ción era bajo (Storch y Poustka, 2000).
Casi todos los trabajos concuerdan en
que la tasa de ingresos involuntarios es más
alta en el grupo de pacientes negros com-
parada con otros grupos étnicos, incluso
después de ajustar los datos para variables
de confusión (Bhui y cols., 2003). En un
estudio realizado en Nueva York que com-
para el tiempo de estancia de pacientes
afroamericanos con un diagnóstico de tras-
torno no psicótico, se observó que el
tiempo de estancia era menor en estos
pacientes si se comparaba con la población
de raza blanca, siendo más frecuente en
estos últimos un estatus observatorio
mucho más estrecho (uno a uno) que entre
los negros. Además, a los pacientes afro-
americanos se les solicitaba con mayor fre-
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Tratamiento de los pacientes inmigrantes
cuencia análisis de tóxicos en orina, aun-
que tuviesen un estatus socioeconómico
elevado, y los que tenían un diagnóstico de
esquizofrenia recibían dosis más elevadas
de neurolépticos que los pacientes de raza
blanca con el mismo diagnóstico (Cheng,
Mahler y Kakuma, 1995). En un estudio
sobre riesgo de hospitalización realizado
en Suecia, se observó que los inmigrantes
presentaban un riesgo aumentado de
ingreso por esquizofrenia y otras psicosis.
El riesgo relativo para ingreso por esquizo-
frenia estuvo más incrementado sobre
todo en inmigrantes del África oriental
(Zolkowska, Cantor-Graae y McNeil, 2001).
Tratamiento ambulatorio
En un estudio realizado en consultas
externas con pacientes adultos en la ciudad
de Los Ángeles, se intentó examinar la rela-
ción de identidad racial/étnica en la canti-
dad y tipo de tratamiento psiquiátrico reci-
bido por blancos, negros, latinos y asiáti-
cos. Se valoró el número de sesiones de tra-
tamiento, modalidad y entorno del trata-
miento y disciplina terapéutica. Se analiza-
ron las variables edad, sexo, estatus econó-
mico, lengua materna y diagnóstico. La
raza y la etnia no mostraban una relación
significativa consistente con las variables de
tratamiento estudiadas. Sin embargo, el
diagnóstico tenía una alta y consistente
relación significativa con las cuatro medi-
das de tratamiento. Un diagnóstico de psi-
cosis se relacionaba con recibir más sesio-
nes de tratamiento, dosis más altas de
medicación, mayor aplicación de trata-
miento en internados y menos tratamiento
por parte de terapeutas profesionales. El
nivel socioeconómico y la lengua materna
tienen además una relación consistente y
significativa con tres de las cuatro variables
de tratamiento. Se debería valorar si el tipo
de tratamiento administrado a pacientes
psicóticos era el de elección en términos de
41
eficiencia y efectividad o si existía un sesgo
en el mismo; también se debería tener en
cuenta el sesgo en el tratamiento de
pacientes con nivel socioeconómico bajo
(Flaskerud y Hu, 1992).
En un estudio realizado en atención pri-
maria que aplicó un cuestionario de screen-
ing de patología psiquiátrica no psicótica a
pacientes blancos y asiáticos, se observó
que las tasas de morbilidad no psicótica
para ambos grupos eran similares, sin que
existieran diferencias en la forma de pre-
sentación de los síntomas. No obstante, los
pacientes que acudían por un problema
físico, pero puntuaban como caso psiquiá-
trico en el screening (posiblemente pacien-
tes afectos de somatización), eran más
fácilmente identificados de padecer morbi-
lidad psiquiátrica en el caso de los pacien-
tes blancos. Esto puede ser debido a las
diferencias en la forma de comunicar el
malestar psicológico en ambos grupos de
pacientes, por lo que habría que prestar
especial atención en el grupo de pacientes
inmigrantes para descartar la morbilidad
psiquiátrica que puede pasar inadvertida
(Wilson y MacCarthy, 1994).
En el caso de los servicios de atención pri-
maria se observaron sesgos en cuanto al
diagnóstico según el grupo étnico del
paciente, del mismo modo que sucedía en
los pacientes hospitalizados, apreciándose
una mayor proporción de diagnóstico de
patología afectiva y de medicación psico-
tropa en los pacientes caucásicos compara-
dos con los afroamericanos (44 % frente al
24 %) (Kosch, Burg y Podikuju, 1998). En
este estudio estadounidense, la explicación
de que los caucásicos recibiesen más medi-
cación puede ser debido a que los pacien-
tes afroamericanos parecen tener dificulta-
des de acceso a los tratamientos farmaco-
lógicos debido a su alto coste, que a veces
no es cubierto por el seguro médico.
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42
En un estudio realizado en España, en un
centro de salud de Barcelona, se encontró
que la edad media de los pacientes inmi-
grantes era de 39 años, siendo en su
mayoría hombres (52,7 %), sobre todo del
Magreb (36,6 %). Más de la mitad presen-
taban dificultades de idioma (57 %), un 53
% tenía trabajo y la mayoría estaban casa-
dos, aunque no todos vivían con su pareja.
El número de parados con subsidio era
menor y había más trabajadores sin con-
trato. El nivel de estudios era inferior com-
parado con la población autóctona. En este
estudio no se encontró un mayor porcen-
taje de trastornos mentales dentro de la
población inmigrante. En cuanto a los tra-
tamientos aplicados, el grupo de inmigran-
tes recibía con mayor frecuencia benzodia-
zepinas y antidepresivos tricíclicos, sin que
la diferencia fuera estadísticamente signifi-
cativa. Es importante resaltar el bajo regis-
tro de información en las historias clínicas
de la mayoría de las variables epidemioló-
gicas estudiadas, sobre todo en el grupo
étnico (Pertiñez Mena y cols., 2002).
Cuando la atención se centra predomi-
nantemente en un grupo étnico (por la dis-
tribución demográfica, no por la creación
de unidades específicas), se encuentra que
las diferencias diagnósticas entre inmi-
grantes y nacionales son mínimas, y por lo
tanto las diferencias que describen otros
estudios se producirían por sesgos en los
procedimientos diagnósticos, los cuales
disminuirían con el empleo de técnicas
adecuadas de screening (Adebimpe y
Cohen, 1989). Al comparar el porcentaje
de pacientes que acudían a tratamiento
ambulatorio y que habían tenido ingresos
psiquiátricos previos en Rotterdam, se
comprobó que el porcentaje que presen-
taba ingresos previos en unidades de psi-
quiatría era similar para el grupo de
pacientes inmigrantes y para los autócto-
nos (81-93 %) (Schrier y cols., 2001).
Salud mental e inmigración
Unidades psiquiátricas específicas
Con el objetivo de disminuir en la medida
de lo posible el sesgo diagnóstico en este
tipo de pacientes, que en la mayoría de las
ocasiones es por motivos de idioma o dife-
rencias culturales, en los países con mayor
tradición migratoria se intentó la utilización
de unidades psiquiátricas específicas según
el grupo étnico de pertenencia, valorando
diversos parámetros para comprobar su
efectividad (tiempo hasta una nueva hospi-
talización, derivación del paciente al alta y
tiempo de estancia para estos grupos de
pacientes), ya que estudios previos que
valoraban la experiencia de los pacientes
inmigrantes en servicios de salud mental
general describían algunas situaciones de
racismo, y en muchos casos la sensación de
poca utilidad de los mismos para el trata-
miento de las dolencias (Secker y Harding,
2002).
En el caso de pacientes asiáticos y latinos,
tratados en unidades de hospitalización
específica según su grupo étnico, se deri-
varon a tratamiento ambulatorio con más
frecuencia y se tardó más hasta una nueva
hospitalización, no observándose diferen-
cias en ninguna variable en el caso de los
pacientes de raza negra con respecto a los
tratados en dispositivos generales (Ma-
thews y cols., 2002). Otras variables que
mejoran cuando se aparean grupos étnicos
de pacientes y terapeutas es el número de
visitas a urgencias, pues aumentan las con-
sultas ambulatorias de forma reglada y dis-
minuye la estancia anual en unidades de
hospitalización (Ziguras y cols., 2003). Otro
estudio con pacientes turcos demostró que
disminuían las tasas de readmisión y los
pacientes expresaban estar contentos con
la terapia, aunque los síntomas psicopato-
lógicos no se reducían sustancialmente
(Grube, 2001). El mismo resultado se
obtuvo en población hispana de Estados
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Tratamiento de los pacientes inmigrantes
Unidos, sin que mejorase la sintomatología
psicótica, siendo menor que cuando se
administra un tratamiento general (Ortega
y Rosenheck, 2002).
En ocasiones varía también el diagnós-
tico que se le da al paciente cuando utiliza
estos dispositivos, pero sólo en el caso de
la población hispana, sobre todo si no hay
antecedentes de muchos ingresos previos,
equiparándose las tasas diagnósticas a la
población blanca. En el caso de la pobla-
ción negra, sigue existiendo mayor pro-
porción de diagnóstico de esquizofrenia
con respecto a la población general
(Mathews, Glidden y Hargreaves, 2002).
Si se valora la variable del tratamiento far-
macológico con neurolépticos en cuanto a
dosis (comparando unidades para hispa-
nos y asiáticos con respecto a blancos), se
comprobó que era mayor en la población
general que entre la inmigrante. Esto se
puede explicar por un excesivo proteccio-
nismo de los pacientes inmigrantes
cuando son tratados por terapeutas de su
propio grupo étnico (Collazo y cols.,
1996). En cuanto a los beneficios que
comunicaban los pacientes inmigrantes,
en un estudio realizado en Londres se
encontró que los inmigrantes destacaban
la disminución de su sentimiento de sole-
dad y de racismo, permitiéndoles definir
su identidad y mejorar su autoestima,
obteniendo con mayor facilidad servicios
de acuerdo, con sus necesidades (Secker y
Harding, 2002).
Debido a que los estudios son contradic-
torios sobre los resultados de este tipo de
terapias, habría que realizar más estudios
para valorar el coste-efectividad de los mis-
mos. En los Países Bajos, dos estudios reali-
zados que valoraban el grado de satisfac-
ción proporcionado por los cuidados
ambulatorios realizados en pacientes psi-
43
quiátricos en los que se apareó el grupo
étnico de profesional y paciente por un
mismo equipo, se observó que la satisfac-
ción de cuidados fue diferente en ambos
estudios, dependiendo del grupo étnico
que se estudiaba. En uno realizado sobre
inmigrantes de Surinam, se encontró que el
apareamiento era un fuerte predictor de la
satisfacción en el cuidado recibido (Knisp-
scheer y Kleber, 2004). En cambio, otro
estudio sobre inmigrantes mediterráneos
en la misma región encontró que el trata-
miento ambulatorio tenía similares niveles
de satisfacción, tanto en el grupo en el que
se apareaba por grupo étnico al terapeuta
y al paciente, como en los que esto no
sucedía en el caso de pacientes turcos y
marroquíes, por lo que se considera que el
apareamiento étnico no es esencial para la
satisfacción en el tratamiento. Otras carac-
terísticas como la empatía y la experiencia
del profesional son consideradas también
como importantes para predecir la satis-
facción de los cuidados de salud (Knisps-
cheer y Kleber, 2004).
Un gran número de publicaciones descri-
ben que el porcentaje de pacientes de raza
negra diagnosticados de trastorno psicó-
tico es mayor que en la población general,
datos que también se obtienen para otros
grupos étnicos, aunque las diferencias no
son tan acusadas. Se intentó demostrar si
el hecho de enviar a pacientes a unidades
étnicamente específicas podría afectar al
diagnóstico final de los pacientes que a
ellas acudían. Los resultados que se obtu-
vieron fueron que en el caso de los pacien-
tes negros esto no tenía un marcado efecto
en cuanto al diagnóstico, manteniéndose
una mayor proporción de trastornos psicó-
ticos. En cuanto a los pacientes latinos, se
observaban diferencias en el diagnóstico,
equiparándose al de la población general,
sobre todo cuando el paciente se encon-
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44 Salud mental e inmigración

traba en su primer ingreso hospitalario. En absoluto, ni siquiera cuando el paciente

el caso de los pacientes asiáticos, estas acude a un servicio de psiquiatría general
diferencias en el diagnóstico no existen en (Mathews y cols., 2002).