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Jorge Juan Eiroa Nociones de Prehistoria general Ariel Prelustoria CAPiTULO 5 LA CUESTION DEL ORIGEN DE LA ESPECIE HUMANA. (Antropologia de la Hominizacién) Evolucionismo. — «Bl eslabén perdido: — Bioguimica y genética. — {Qué — Los dirboles genealdgicos. tingue a los hominidos? La cuestin del origen de la especie humana se ha abordado desde distintos puntos de vista con fundamentos filosGficos y antropoldgicos, esencialmente. Hoy se prefiere abordar desde una perspectiva multidisciplinar, en la que tienen especial portancia los planteamientos antropolégicos, arqueoldgicos, geoldgicos y genéticos. Eyolucionismo La preocupacién por conocer el origen de hombre no es sélo actual, como pue- de ficilmente suponerse. En todas las épocas de la historia humana los pensadores y filésofos han abordado el tema, desde los eldsicos de 1a Grecia antigua, hasta la actualidad. El tomismo, que durante siglos se presenté como la filosoffa oficial de Ja Iglesia, entendia que ¢l hombre era una criatura impregnada de animalidad, pero que comparte la perfeccién secreta de Dios, del que procede su inteligencia. Des- pués, la filosofia sigui6 explorando el origen humano, hasta la modernidad. Para la fenomenologia, que parte de Descartes y Hegel y se personaliza en Husserl, el hom- bre es una conciencia que explora el mundo, intentando descubrir el principio tiltimo de toda realidad. No hay ningtin fin supremo, pues todo absoluto haria desaparecer el problema. Para el marxismo, que tiene raices miltiples, sobre todo hegelianas, el hombre no es mas que materia y ante todo agente de transformacién, Como tal, nada representa por sf slo, sino que la relacién fundamental es el sistema social de produccién, definido a través del tiempo por la esclavitud, el capitalismo y el socialis- mo. El existencialismo de Heidegger, difundido luego por J.-P. Sartre, promulga que el hombre no es nada, aunque se distinga de los demas seres vivos por la conciencia. El existencialismo cristiano de Chestov, Jaspers y Gabriel Marcel concibe al hom- bre como un ser expuesto, abierto a una realidad distinta con la cual tiene relacién, Y no faltan entre tantos ideslogos definiciones que intentan, con mayor o menor for- tuna (a veces con mayor 0 menor sarcasmo), aproximarse a la imagen del hombre: 132 NOCIONES DE PREHISTORIA GENERAL para Protégoras el hombre fue «la medida de todas las cosas»; para Dostoiewski es ‘aun ser que se habitia a todo»; Voltaire lo definié como «un perro aullando entre otros perros»; para James es «el més formidable de los animales de presa» y para Le Dantec «una marioneta que tiene la ilusidn de La libertad». Pero para un paleoantropélogo moderno el hombre es un animal racional del den de los Primates, de suborden de los Antropoides, del infraorden de los Catirrinos, de la superfamilia de los Hominoideos, de la familia de los Hominidos, del género Homo, con el nombre comin de Hombre, Durante siglos ¢l hombre apenas supo de su pasado mas que lo que conocfa 0 podia entender a través de las Sagradas Escrituras que recogfan los preceptos y atin Ia historia de sus ideas religiosas. Sin embargo, la verdadera dimensidn del tiempo de la Creacidn la empezaron a abordar, con criterios mas rigurosos, los filésofos de Ia Iustracién del siglo XVIII y los biGlogos y gedlogos del siglo pasado. El conde Buffon fue el pionero en calcular la edad de la Tierra en unos 500,000 aos y Emmanuel Kant, en su Cosmogonta (1775), se anticipaba a la idea de la evoluci6n hablando de «millones de afios» para la edad de la Tierra. Frente al fijismo oficialista y tradicional, que venia a decir que el mundo y el hombre habfan sido creados tal y como son en la actualidad, empezaba a tomar forma la idea evolucionista, emanada de mentes inquietas que no se conformaban con las tesis inamovibles de una sociedad conservadora que temfa enfrentarse a su verdadero pasado. La idea de «evolucién» lleva consigo el concepto de cambio con continuidad, «eon un componente direccional », como dice Emnst Mayr. La evolucién biol6gica es un cambio continuo en la diversidad y una continua adaptacién de las poblaciones de organismos. Los griegos de la Antigiiedad ya crefan que las especies se transformaban en otras especies. Esta idea fue olvidada hasta que en el siglo XVI algunos pensadores progresistas, como Pierre de Maupertuis, Erasmo Darwin (abuelo de Charles Dar- win), y Lamarck, volvieron a abordarla. El pionero de la idea de la evolucién fue Jean-Baptiste Monet de Lamarck, el fundador del Museo de Historia Natural de Francia, que enuncié la teorfa del trans- formismo y le dio al materialismo sus fundamentos biolégicos: «La funcién crea el 6rgano» fue una frase hecha de uso frecuente. Su obra Filosafia Zoolégica (1809) y su Historia Natural de los animales invertebrados (1822) fueron sus mejores logros. Lamarck se interes6 por la evolucién temporal, que es, por asi decirlo, un con- cepto «verticalista» de la evolucién. Darwin, después, concebirfa la evolucién «hori- zontal», al preocuparse por el problema del «origen de la diversidad». Charles Robert Darwin, nacido en Shrewsbury el 12 de febrero de 1809, es el autor de Et origen de las especies por via de seleccién natural o de la canservacién de las razas privilegiadas en la lucha por la existencia, titulo lo suficientemente largo como para abreviarlo en El origen de las especies (On the origin of Species), que se public el 24 de noviembre de 1859 (un tanto precipitadamente, debido a los avances de Alfred Russel Wallace, que en sus estudios de las Indias Orientales habia Hegado a conclusiones similares a las de Darwin), pero que se agot6 en las librerias el mismo dfa de su publicacién, Lo que Darwin present6 al piblico fue una visién del transformismo experi- LA CUESTION DEL ORIGEN DE LA ESPECIE HUMANA, 133 Lamina V. Caricatura de Charles Darwin en la prensa briténica, menta matizado: el cambio evolutivo. Para Darwin el mundo no era estético sino dinémico, evolucionaba, y las especies con él, ya que estaban sometidas a cambios continuos que provocan el nacimiento de especies nuevas y la desaparicién de otras, en un proceso continuo y gradual en el que no se producfan cambios bruscos ni saltos discontinuos. Los organismos que comparten semejanzas estén emparentados y descienden de un antepasado comtin. Los cambios son el resultado de una selecei6n natural a través de la lucha por la existencia en la que los que sobreviven son aquellos individuos que ofrecen los rasgos mas idéneos para hacer frente a las agresiones de! medio. Y el hombre esti ineluido en todo este proceso, como un animal mais que comparte un antepasado comin con otros animales semejantes. ‘Thomas Huxley, gran amigo de Darwin y difusor de sus ideas, divulg6 la hips- tesis de que los grandes antropoides de Africa, los gorilas y chimpancés, eran los animales que més directamente estaban relacionados con el hombre, Las ideas de la evoluci6n causaron una auténtica conmocién en la sociedad vie toriana, ya que, de ser ciertas las ideas de Darwin, en algdn punto de la evolucién, entendida como una cadena de transformaciones, debfa haber un eslabén que uniese a criaturas que atin no eran hombres con otras que ya lo eran claramente. Cuestion dificil de aceptar para los defensores de la tesis creacionistas biblicas. Pero desde 1859 se fue imponiendo la idea de que todas las especies vivas, inclu- yendo la especie humana, habian evolucionado de otras, lo que: ha ido demostrando ia biologia molecular moderna, que apunta hacia la idea de que el origen de todas las especies puede remontarse a un ‘nico antepasado comin y que todas las formas 134 NOCIONES DE PREHISTORIA GENERAL de vida comparten el mismo cédigo genético. Buena prueba de que las variaciones evolutivas son posibles es el hecho de que los animales y las plantas domesticados han suftido constantes modificaciones a lo largo del tiempo, a través de mecanismos semejantes a los propuestos por Darwin con la selecci6n natural. Nuestra misma es- pecie, la humana, se ha desarrollado durante los tiltimos millones de aiios dentro del grupo de los monos africanos, mediante un relativamente rapido proceso evolutivo, ya que la biologéa molecular nos dice que nuestro ditimo antecesor comtin con los chimpancés y los gorilas vivi6 hace unos cinco o seis millones de afios. Era, pues, evidente que con la influencia de la selecciGn natural la evolucién conduce a una me- {jora adaptativa que, en tiltima instancia, conduce a la divergencia y a la diversidad, Aftos después de Darwin, el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, nacido en 1891 y fallecido en Nueva York en 1955, «cristianizé», por asi decirlo, la idea de la evolu- in, venciendo definitivamente la resistencia que hacia ella tenia cierto sector de la sociedad, Segin Teilhard de Chardin, e1 Universo es un sistema organodinmico en vias de «interiorizacién> y el hombre, que atin no ha completado su evolucién, es su parte activa. Dios es la fuerza oculta que orienta la evolucién humana, el Punto Omega al que se dirige la hominizaci6n. El destino final de la evolucién humana es, para él, «cristificar» la materia, asociarse al Creador (al Cristo Césmico, como él lo llama) para completar el mundo mediante el esfuerzo y la biisqueda, Es el de Teilhard un evolucionismo dirigido que ha tranguilizado a algunas con- ciencias, «El eslabén perdido» La expresién «eslabén perdido» se acuiié en el siglo XIX para hacer referencia a ese hipotético antepasado que servirfa de nexo de unin entre los primates superiores y la familia humana, y su hallazgo ha sido e! objetivo de muchos investigadores que se lanzaron a los més recénditos parajes de Asia y Africa en busca de sus restos fésiles, Tal vez fuese el holandés Eugene Dubois, médico militar en Java, el que ofrecid ‘una primera respuesta, al encontraren 1892 al Pitecanthropus erectus (hombre-meno erguido), con un mill6n de afios de antigitedad. Después de Dubois: Von Koenigs- wald, Dart, Broom... Leakey, Washburn, Campbell, Fossey, Tabias, Johanson, Agui- rte... y muchos ms, han seguido documentando con numerosos hallazgos el posible hilo genético que conduce desde los primates al hombre, El punto de partida de la evolucién humana son los primates del Paleoceno y el Eoceno, que se desarrollaron hace entre 60 y 40 M.A. (millones de afios). Estos primates constitufan varios sub6rdenes y familias. En el Oligoceno medio, hace unos 30 M.A, algunos grupos de primates se desarrollaron en zonas especialmente aptas para la vida, como en el oasis de El Fayum, cerca de El Cairo, donde vivié el Aegyp- Jopithecus, 0 en los entomnos del lago Victoria, donde vivieron diversas familias. En el Mioceno inferior, hace entre 25 y 18 M.A. evoluciona la superfamilia de Jos hominoideos, dando lugar a diversos géneros, entre los que destacan el Rangwa- pithecus, el Nyancapithecus y el Proconsul africanus, presentes en varios yacimien- tos de Kenia, como Songhor, Koru y Rusinga.

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