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C A P Í T U L O 6

DOLOR ABDOMINAL,
DIARREA Y FIEBRE
EN UNA PACIENTE JOVEN
DOMINICANA

CASO CLÍNICO

En diciembre de 2003, una mujer de 23 años, natural de Repúbli-


ca Dominicana y residente en España desde 1997, ingresó en el ser-
vicio de enfermedades infecciosas para el estudio de un cuadro de
1 mes de evolución de dolor abdominal. Como antecedente personal
de interés, la paciente tomaba anticonceptivos orales de forma irre-
gular y presentaba episodios de metrorragia entre las menstruacio-
nes. Refería dolor abdominal continuo, difuso, con predominio en
hipocondrio izquierdo, que aumentaba tras la ingesta y, ocasional-
mente, había aparecido durante la noche, despertándola. Presenta-
ba además, desde el inicio del cuadro, fiebre vespertina, intermiten-
te, de hasta 39 °C, que desaparecía con los antitérmicos habituales.
Una semana antes del ingreso había comenzado con diarrea, reali-
zando 3 deposiciones diarias, de consistencia blanda, color marrón
y sin productos patológicos (previamente hacía 1 deposición diaria).
No refería pirosis, náuseas, vómitos, ictericia, coluria, síndrome mic-
cional ni constitucional. En la exploración destacaba febrícula de
37,3 °C, ligera palidez de las mucosas y dolor abdominal difuso al
realizar una palpación profunda, algo más acentuado en el hipocon-
drio izquierdo. No se apreciaban masas ni organomegalias, y tampo-
co existían signos de irritación peritoneal.
Al ingresar se detectó en el hemograma anemia microcítica hipo-
crómica (Hb 10,3 g/dl; hematíes 4 ⫻ 106; VCM 74,1 fl; HCM 23 pg),
con trombocitosis asociada (plaquetas 895 ⫻ 103/mm3), todo ello
J. R. FORUNY OLCINA secundario a ferropenia (hierro sérico 12 µg/dl; ferritina 14 ng/ml). La
R. GONZÁLEZ ALONSO bioquímica, la hemostasia, el estudio elemental de orina, las hormo-
V. F. MOREIRA VICENTE nas tiroideas, los niveles de ácido fólico y la vitamina B12 resultaron
R. LÓPEZ VÉLEZ* normales, y la prueba de embarazo y la reacción de Mantoux nega-
* Enfermedades infecciosas tivas. En el proteinograma se observaron niveles de gammaglobuli-
nas aumentados secundarios a elevación de IgG a 2.400 mg/dl, y
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50 Dolor abdominal, diarrea y fiebre en una paciente joven dominicana

también se detectaron niveles altos de proteína C INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA


reactiva (128 mg/l).
Las infecciones parasitarias intestinales, aun
Se solicitaron como estudios complementa-
siendo más frecuentes en países en vías de
rios una ecografía abdominal, un tránsito gas-
desarrollo tropicales y subtropicales, presentan
trointestinal y una ecografía ginecológica, que
una distribución mundial. En España, la inciden-
resultaron normales. La paciente se negó a una
cia de algunas parasitosis intestinales, especial-
endoscopia digestiva alta y baja. En la batería de
mente las causadas por helmintos, ha disminuido
pruebas microbiológicas, los hemocultivos fueron
en las últimas décadas gracias a la mejora de las
estériles en dos ocasiones y el urocultivo presen-
condiciones higiénico-sanitarias. Sin embargo,
tó menos de 10.000 unidades formadoras de
los oxiuros o los protozoos mantienen una inci-
colonias; en los coprocultivos bacterianos se
dencia estable; se ha comprobado además un
encontró la flora bacteriana habitual colónica y el
preocupante incremento de infecciones parasita-
examen en fresco de las heces en busca de pará-
rias intestinales oportunistas (Cryptosporidium
sitos fue negativo.
parvum, Isospora belli o Microsporidia) en
Durante el periodo de ingreso desaparecieron
pacientes inmunodeprimidos, como receptores
espontáneamente la fiebre y la diarrea, pero per-
de trasplante, infectados por el VIH o con enfer-
sistieron las molestias abdominales. La paciente
medades de origen autoinmune. Además, el cre-
se mantuvo hemodinámicamente estable y no se
cimiento del comercio global de alimentos impor-
observó progresión de la anemia. Tras 20 días de
tados de países tropicales, junto al aumento
estancia hospitalaria fue dada de alta con una
progresivo de la inmigración y de los viajes inter-
pauta de suplementos orales de hierro y se le
nacionales, conllevan un riesgo cada vez mayor
recomendó la toma regular de anticonceptivos.
de aparición de parasitosis intestinales importa-
Antes del alta se recogió una segunda muestra
das en nuestro país [1].
de heces para coprocultivos bacterianos y estu-
dio de parásitos. La paciente fue remitida para
CLASIFICACIÓN
seguimiento y control de la anemia ferropénica a
las consultas de hematología y de ginecología.
Los parásitos intestinales se clasifican en dos
Una semana después del alta se detectaron
grandes grupos: protozoos y helmintos o gusa-
en los nuevos cultivos de heces larvas de
nos. A diferencia de lo que ocurre en los países en
Strongyloides stercoralis. La paciente fue tratada
vías de desarrollo, en los países industrializados
por el servicio de enfermedades infecciosas con
los protozoos son los responsables de la mayoría
una sola dosis de ivermectina 12 mg, con lo que
de las infecciones parasitarias, debido a que su
finalmente desapareció el dolor abdominal y la
pequeño tamaño les permite atravesar los dispo-
paciente quedó asintomática. Tres meses des-
sitivos de filtrado y a que muchos son resistentes
pués del alta se comprobó en un control analítico
a los productos químicos empleados en el trata-
la desaparición de la anemia con el tratamiento
miento de las aguas [2]. Los helmintos pueden
pautado de los suplementos orales de hierro.
clasificarse, también, en nematelmintos y platel-
mintos, entre los cuales, a su vez puede distin-
guirse entre cestodos y trematodos [3] (tabla 1).
DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
CONSIDERACIONES GENERALES
– Infección por Strongyloides stercoralis. EN EL DIAGNÓSTICO DE
– Anemia ferropénica probablemente secun- LAS PARASITOSIS INTESTINALES
daria a metrorragias por toma irregular de
anticonceptivos orales. Anamnesis

La información recogida en la historia clínica,


junto con el conocimiento de los ciclos biológicos
COMENTARIOS de los diferentes parásitos intestinales, son dos
aspectos fundamentales para orientar el estudio
PARASITOSIS INTESTINALES diagnóstico en caso de sospecha de parasitosis
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J. R. Foruny Olcina, R. González Alonso, V. Moreira Vicente y R. López Vélez 51

TABLA 1. Clasificación de parásitos por vía rectal presentan mayor incidencia de


intestinales parasitosis por G. lamblia, S. stercoralis y Enta-
moeba histolytica [3].
Helmintos o gusanos Protozoos Los estados de inmunosupresión favorecen la
Nematelmintos Giardia lamblia o aparición de parasitosis intestinales. En los
Enterobius duodenalis pacientes infectados por el virus de la inmunode-
vermicularis Entamoeba histolytica ficiencia humana con recuento de linfocitos CD4+
Trichuris trichiuria Isospora belli bajos destacan la isosporidiasis, la ciclosporidia-
Ascaris lumbricoides Crystosporidium
sis, la microsporidiasis y la amebiasis. Los pa-
Ancylostoma Blastocystis hominis
cientes con fibrosis quística o con hipogamma-
duodenale Enterocytozoom
Necator americanus bieneusi blobulinemia tienen predisposición a presentar
Strongyloides (Microsporidia) giardiasis refractaria, y el tratamiento con gluco-
stercoralis corticoides puede provocar la exacerbación de
una estrongiloidosis o de una amebiasis [3].
Platelmintos
Cestodos
Eosinofilia
Taenia saginata
Taenia solium
Hymenolepsis nana En las parasitosis intestinales, la presencia de
Echinococcus eosinofilia se relaciona casi exclusivamente con
granulosus infecciones por helmintos, concretamente con
Trematodos aquellas en las que el parásito, durante alguna de
Fasciolopsis buski las fases de su ciclo biológico, migra a través de
Heterophyes tejidos y órganos internos, fundamentalmente a
heterophyes través del pulmón (A. lumbricoides, Ancylostoma
Metagonimus
duodenale, S. stercoralis). En ocasiones, la eosi-
yokogawai
nofilia persistente es el único dato indicativo de
una infección helmíntica [3].
intestinal. Deben quedar reflejados antecedentes
de viajes de turismo o trabajo, de residencia o de Estudio de heces
inmigración, si el paciente procede de zonas geo-
gráficas en las que existan parásitos no endémi- El examen de las heces es la técnica diag-
cos en nuestro ámbito. En caso de viaje, la rela- nóstica más empleada en el estudio de las pa-
ción cronológica entre éste y la aparición de los rasitosis intestinales. El asesoramiento a los
síntomas puede ser orientativa; así, las manifes- pacientes por el personal sanitario para la recogi-
taciones de infecciones protozoarias, como la da de las muestras es fundamental para asegurar
giardiasis o la criptosporidiasis, suelen tardar 1 o la rentabilidad y la eficacia del estudio de heces.
2 semanas desde la exposición al patógeno, Se recomienda reunir un mínimo de 3 muestras,
mientras que algunas infecciones por helmintos, tomadas en días alternos. La defecación debe
como la estrongiloidosis, puede manifestarse efectuarse en un recipiente limpio y recoger una
varios años después del contacto con el parásito pequeña cantidad de heces en un recipiente
[1, 3]. estéril, evitando el contacto con el agua o la
La historia clínica también debe recoger los orina, que pueden contener protozoos. Las
hábitos dietéticos del paciente que puedan favo- muestras deben remitirse lo antes posible al labo-
recer la ingesta de huevos de helmintos, como el ratorio, especialmente en caso de heces diarrei-
consumo de productos de huerta (Ascaris lum- cas. Una vez que las muestras llegan al laborato-
bricoides, Trichuris trichiura), así como la resi- rio de parasitología, antes del examen de las
dencia en instituciones o en circunstancias heces, se emplean técnicas de concentración
donde las condiciones higiénico-sanitarias no mediante sedimentación (centrifugación formol-
sean óptimas y exista mayor riesgo de transmi- éter) o flotación (sulfato de cinc), para poder
sión de infecciones vía orofecal (Giardia lamblia, visualizar pequeñas cantidades de quistes o hue-
Enterobius vermicularis, S. stercoralis). Los vos. Después se procede a la tinción con lugol,
pacientes que mantienen relaciones sexuales hematoxilina-eosina o tricrómico de Masson,
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52 Dolor abdominal, diarrea y fiebre en una paciente joven dominicana

que permitirán una observación más detallada de parásito. Los casos sintomáticos pueden presen-
las estructuras parasitarias internas [1, 3]. tar, tras un período de incubación que oscila
En un estudio publicado recientemente se entre 5 y 15 días, sensación de meteorismo, dia-
recogieron las infecciones diagnosticadas en rrea aguda o crónica, continua o intermitente,
inmigrantes entre 1989 y 1999 en la unidad de acuosa, en ocasiones con moco. En niños puede
medicina tropical del servicio de enfermedades existir esteatorrea y retraso del crecimiento. La
infecciosas de nuestro hospital. Fueron detecta- instauración del cuadro diarreico suele ser pro-
das 215 infecciones parasitarias intestinales, 148 gresiva, a diferencia de las diarreas por infeccio-
producidas por helmintos y 67 por protozoos nes bacterianas, que suelen comenzar de forma
(A. lumbricoides 67, T. trichiura 59, G. lamblia 36, brusca. Además de la diarrea es frecuente la pre-
E. histolytica 29, S. stercoralis 6, Hymenolepis sencia de síntomas dispépticos [5, 6].
nana 5, Uncinaria 4, E. vermicularis 3, Taenia sagi-
nata 2, Hymenolepis diminuta 1, Taenia solium 1, Diagnóstico
Enterozytozoon bieneusi 1, C. parvum) 1 [4]. A con-
tinuación se desarrollan algunas de las infecciones La detección de quistes o trofozoítos en el
parasitarias intestinales más frecuentes en nuestro examen de las heces en fresco continúa siendo el
medio reflejadas en el estudio mencionado. método diagnóstico más empleado, con una sen-
sibilidad del 85-90 % tras el examen de 3 mues-
GIARDIA LAMBLIA tras alternativas. Recientemente se han comer-
cializado técnicas de ELISA (enzyme linked
Epidemiología immunosorbed assay) que permiten detectar en
las heces el antígeno GSA-65, específico de G.
La infección por G. lamblia, también denomi- lamblia, con mayores sensibilidad (90-99 %) y
nada G. duodenalis, es la parasitosis intestinal especificidad (95-100 %). También es posible
más frecuente. La prevalencia de Giardia en distinguir los diferentes genotipos de Giardia
muestras fecales en países industrializados es mediante técnicas de reacción en cadena de la
del 2-5 % y llega al 30 % en países en vías de polimerasa. La infección por G. lamblia, al no ser
desarrollo. La infección se transmite vía fecal-oral invasiva, no cursa con leucocitosis ni eosinofilia
al ingerir agua o alimentos contaminados por [2, 7].
quistes del protozoo eliminados por las heces. La
giardiasis también puede ser transmitida al hom- Tratamiento
bre por animales (gatos, perros, ganado vacuno,
ovejas). Los grupos de población que en nuestro El tratamiento sólo está indicado en los
hábitat presentan mayor riesgo de infección son casos sintomáticos y en los portadores asinto-
los niños con edades comprendidas entre 2 y máticos que trabajen como manipuladores de
4 años, y los pacientes con alteraciones en la alimentos o sean inmunodeprimidos. El trata-
inmunidad humoral [2, 5]. miento de elección será metronidazol 5 mg/kg
cada 8 horas, durante 7 días. En el embarazo se
Ciclo biológico recomienda la utilización de paromomicina 75-
100 mg/kg, durante 5 días. En casos refracta-
La llegada al estómago de los quistes ingeri- rios al tratamiento convencional se puede aso-
dos estimula su transformación en trofozoítos ciar metronidazol en las dosis mencionadas con
que migran al duodeno y al yeyuno proximal, quinacrina 6 mg/kg, durante 5 días. Otros fár-
donde se adhieren a la mucosa y se reproducen macos alternativos son albendazol y mebenda-
por bipartición. Algunos de los trofozoítos evolu- zol [2, 7].
cionan hasta formar quistes, que nuevamente
son eliminados con las heces [5]. ENTAMOEBA HISTOLYTICA

Clínica Epidemiología

La mayoría de los infectados se muestran La E. histolytica es la única ameba patógena


asintomáticos y actúan como portadores del para el ser humano, y afecta aproximadamente al
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10 % de la población mundial. Tras el paludismo, ción crónica invasiva por trofozoítos ameboides
la amebiasis es la infección por protozoos que que puede cursar con clínica similar a la del cán-
causa mayor número de muertes, unas 100.000 cer de colon obstructivo [7, 8].
al año. Aunque es más frecuente en las regiones Las manifestaciones clínicas de las formas
tropicales y en zonas con condiciones socio- de amebiasis intestinal variarán en función del
sanitarias deficientes, también está presente en órgano afectado (abscesos hepático, pulmonar,
países industrializados, debido fundamentalmen- cerebral). El absceso hepático, como manifes-
te a que los quistes infectivos de Entamoeba pre- tación extraintestinal amebiana más represen-
sentan resistencia a niveles altos de cloro en las tativa, cursa con fiebre, dolor en el hipocondrio
aguas. La infección se transmite vía orofecal al derecho, distensión abdominal y hepatomegalia
ingerir agua o alimentos contaminados por [7, 8].
dichos quistes [5, 8].
Diagnóstico
Ciclo biológico
El examen microscópico de las heces para la
Los quistes ingeridos de E. histolytica avan- detección de quistes se emplea cada vez con
zan a lo largo del tubo digestivo hasta llegar al menor frecuencia para el diagnóstico de la ame-
intestino delgado, donde eclosionan y dan lugar a biasis, debido a que no permite diferenciar la
los trofozoítos, que alcanzan el ciego y el colon infestación por amebas patógenas (E. histolytica)
ascendente. En el 90 % de los casos, los trofo- de la colonización por amebas no patógenas
zoítos ameboides colonizan la superficie de la (E. dispar). Los métodos serológicos de detec-
mucosa del colon sin invadir planos profundos, ción de anticuerpos antiamebianos son rápidos,
se multiplican por fisión binaria y forman quistes tienen una sensibilidad > 90 % y son específicos
que se eliminan con las heces. La invasión de la para E. histolytica. También la detección del antí-
mucosa y de la submucosa del colon por los tro- genos amebianos en heces ha demostrado bue-
fozoítos se produce aproximadamente en el 10 % nos resultados, con una sensibilidad del 85 % y
de los casos y provoca una respuesta inflamato- una especificidad del 90 %. El estudio anatomo-
ria mediada por neutrófilos que condiciona la patológico de las muestras obtenidas mediante
aparición de úlceras en la mucosa del ciego y biopsias endoscópicas de úlceras amebianas o
colon ascendente. En menos del 1 % de los amebomas puede revelar en ocasiones la pre-
casos se produce la diseminación hematógena sencia de trofozoítos o de cristales de Charcot-
de los trofozoítos con afectación de órganos Leyden [8].
extraintestinales en forma de abscesos hepáti- Las pruebas radiológicas (ecografía abdomi-
cos, pulmonares o cerebrales, en orden decre- nal, TC y RM) son útiles en el diagnóstico de los
ciente de frecuencia [5, 8]. abscesos amebianos. Otras técnicas diagnósti-
cas menos útiles en la práctica clínica son los
Clínica coprocultivos, en medio de Robinson o en medio
polixénico, y la detección del ADN amebiano
Más del 90 % de los pacientes se muestran mediante técnicas de reacción en cadena de la
asintomáticos, se comportan únicamente como polimerasa [5, 8].
portadores crónicos del parásito eliminando quis-
tes por las heces. Los pacientes con colitis ame- Tratamiento
biana presentan, tras un periodo de incubación
de 2 a 6 semanas, un cuadro de instauración insi- Todos los pacientes diagnosticados de ame-
diosa consistente en diarrea acuosa, pérdida de biasis deben recibir tratamiento. El de elección en
peso y molestias abdominales inespecíficas. los portadores asintomáticos es la paromomicina
Otras formas de manifestación intestinal menos 25-35 mg/kg diarios, vía oral, durante 1 semana.
frecuentes de la amebiasis son la disentería ame- Los pacientes sintomáticos deben ser tratados
biana, el megacolon tóxico (< 0,5 %), la entero- inicialmente con metronidazol 750 mg cada
colitis necrosante (< 0,5 %) y el ameboma. Este 8 horas, durante 7-10 días y, posteriormente, con
último es una proliferación anómala de tejido paromomicina, en las dosis del régimen antes
fibroso y de granulación en respuesta a una infec- mencionado. Como alternativa al metronidazol
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54 Dolor abdominal, diarrea y fiebre en una paciente joven dominicana

puede emplearse tinidazol 1,5-2 g al día, durante expectoración mucosa, fiebre elevada y ocasio-
3-5 días. El tratamiento es igual en los casos de nalmente hemoptisis. Cuando se acompaña de
amebiasis no invasiva que en los casos invasivos. urticaria y angioedema por sensibilización se
El drenaje percutáneo de los abscesos amebia- denomina síndrome de Löeffler [10].
nos hepáticos está indicado en caso de duda La presencia de parásitos adultos en el intes-
diagnóstica, para establecer el diagnóstico dife- tino puede ser causa de sintomatología gastroin-
rencial con el absceso piógeno, cuando no hay testinal inespecífica (dolor abdominal, náuseas,
respuesta al tratamiento médico después de vómitos, diarrea) y durante la infancia es frecuen-
5 días o en caso de riesgo de rotura hepática te su asociación con trastornos del crecimiento y
(abscesos mayores de 5 cm o localizados en el desnutrición.
lóbulo hepático izquierdo) [8]. Los Ascaris también se relacionan con cua-
dros obstructivos intestinales, de la vía biliar y
ASCARIS LUMBRICOIDES pancreática (colangitis, pancreatitis, ictericia)
y apendicitis [3].
Epidemiología
Diagnóstico
Es el nematodo intestinal de mayor tamaño,
ya que puede alcanzar una longitud de hasta Durante la fase larvaria, el diagnóstico de
40 cm. Se calcula que afecta a unos 1.000 millo- sospecha se basa en la clínica, los estudios
nes de personas en todo el mundo, de los que se radiológicos pulmonares y la presencia de eosi-
encuentra especialmente afectada la población nofilia intensa; también pueden encontrarse lar-
del medio rural de zonas cálidas y húmedas. La vas en el esputo. Durante la fase adulta, el diag-
infección se adquiere habitualmente al ingerir nóstico se establece por el aislamiento del
vegetales crudos infectados por quistes del pará- parásito o por la demostración de huevos en el
sito [3, 9]. examen de las heces [3].

Ciclo biológico Tratamiento

La eclosión de los quistes de A. lumbricoides Todos los casos de ascaridiasis deben ser
ingeridos tiene lugar en el intestino delgado. Las tratados, ya que un solo gusano puede causar
larvas del parásito atraviesan la pared intestinal y complicaciones graves. El fármaco de elección
migran hasta la hipofaringe, recorriendo previa- es mebendazol 100 mg cada 12 horas, durante
mente el parénquima hepático, pulmonar y las 3 días, o en una única dosis de 500 mg. Otros
vías respiratorias. Posteriormente, tras su deglu- antihelmínticos eficaces son albendazol, tiaben-
ción, las larvas vuelven al yeyuno y al intestino dazol o pirantel pamoato. Se recomienda realizar
delgado, donde completan su maduración y se un examen de las heces 15 días después de fina-
reproducen, dando lugar a los huevos que final- lizar el tratamiento en busca de huevos del pará-
mente se eliminan por las heces. El ciclo comple- sito, para comprobar la eficacia del tratamiento
to tiene una duración de 2 a 3 meses [3]. [3, 10].

Clínica UNCINARIAS (NECATOR AMERICANUS


Y ANCYLOSTOMA DUODENALE)
La infestación por Ascaris suele ser asintomá-
tica. La sintomatología se relaciona con la canti- Epidemiología
dad de parásitos del individuo afectado y está
causada bien por la emigración de las larvas Las uncinariasis son infecciones parasitarias
a través de órganos extraintestinales, o bien por exclusivas del hombre. Se estima que existen
los efectos de los gusanos adultos en el tubo unos 740 millones de infectados, la mayoría en
digestivo. áreas rurales con medidas higiénico-sanitarias
Durante la fase larvaria, la afección más fre- deficientes. El A. duodenale se encuentra en paí-
cuente es la neumonitis, que cursa con tos, ses tropicales asiáticos, africanos y en zonas cáli-
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das de Europa, mientras que el N. americanus se Tratamiento


localiza en América Central y en los países cari-
beños [11]. El fármaco de elección en las uncinariasis es
el mebendazol 100 mg cada 12 horas, durante
Ciclos biológicos 3 días o 500 mg en una sola toma [11].

Ambas especies tienen un ciclo biológico TRICHURIS TRICHIURA


similar. Los quistes del parásito eclosionan en el
suelo, dando lugar a las larvas rabdoides que Epidemiología
maduran hasta convertirse en larvas filariformes.
Éstas tienen capacidad infectiva, y pueden pene- La trichuriasis presenta un prevalencia mun-
trar en el huésped por la piel, los poros cutáneos dial de 1.000 millones, con una incidencia anual
y los orificios foliculares, introduciéndose en el de 1.300 casos por millón de habitantes. El pará-
sistema venoso. Migran hasta los capilares alveo- sito suele afectar fundamentalmente a la pobla-
lares y desde allí, atravesando el parénquima pul- ción infantil de países en vías de desarrollo y su
monar, llegan al interior del árbol bronquial, para vía de transmisión es orofecal, por manos, agua
posteriormente desplazarse hasta la hipofaringe, o alimentos contaminados [12].
donde son deglutidas. Finalmente, el gusano
adulto alcanza el duodeno, donde pone sus hue- Ciclo biológico
vos, que se eliminan con las heces. El ciclo com-
pleto tiene una duración aproximada de unas 6 Los huevos embrionados de T. trichiura tras
semanas [7, 11]. su deglución avanzan hasta llegar al intestino del-
gado, donde eclosionan y liberan las larvas del
Clínica parásito, que penetran en la mucosa intestinal
hasta completar su maduración. Entonces se
En la fase de migración larvaria es poco fre- produce la migración al colon, donde los gusanos
cuente la aparición de síntomas. En la piel pue- adultos se adhieren a la mucosa y dan lugar a
den ocasionar eritema cutáneo pruriginoso y, en nuevos huevos no embrionados que se eliminan
los pulmones, neumonitis, generalmente mucho con la deposición. En el exterior se produce la
más leve que la asociada a A. lumbricoides. Los maduración de los huevos hasta convertirse en
gusanos adultos se anclan en la mucosa duode- huevos embrionados. El ciclo completo tiene una
nal y generan enzimas hidrolíticas, junto con fac- duración de 3 meses [3, 12].
tores anticoagulantes que provocan pérdidas
digestivas crónicas de sangre y anemia secunda- Clínica
ria. La anemia es más importante en los paciente
infectados por A. duodenale que en los afectados En la mayoría de los casos, la carga parasita-
por N. americanus [11]. ria es escasa y los pacientes infectados no pre-
sentan sintomatología. Una parasitación impor-
Diagnóstico tante produce inflamación de la mucosa colónica,
que se manifiesta en forma de dolor abdominal,
Durante la fase larvaria puede detectarse distensión y diarrea, y con frecuencia presenta
eosinofilia en el 30-60 % de los pacientes. El restos de sangre. En zonas endémicas es una
diagnóstico de uncinariasis se establece causa frecuente de anemia ferropénica y prolap-
mediante el examen microscópico de las heces so rectal en niños [12].
y detección de los huevos. Los huevos del A.
duodenale y del N. americanus son indistingui- Diagnóstico
bles y es preciso su cultivo para visualizar las
larvas, o emplear técnicas de análisis genético Se realiza mediante el examen microscópico
de reacción en cadena de la polimerasa para de las heces, donde se detectan los característi-
hacer el diagnóstico diferencial entre ambas cos huevos no embrionados de morfología fusi-
especies [11]. forme. También se han descrito casos diagnosti-
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56 Dolor abdominal, diarrea y fiebre en una paciente joven dominicana

cados al visualizar el parásito mediante colonos- pequeñas ulceraciones que éstos producen al
copia [12, 13]. poner los huevos, pero el diagnóstico suele reali-
zarse mediante la «prueba del celofán» o test de
Tratamiento Graham para visualizar los huevos del parásito. Si
se realiza durante 3 días consecutivos tiene una
El antihelmíntico de elección es mebendazol sensibilidad cercana al 90 % [7].
100 mg al día, durante 3 días, o 500 mg en mono-
dosis. En pacientes con alta carga parasitaria se Tratamiento
recomienda repetir el tratamiento a los 15 días
[12]. El tratamiento debe ser siempre bifásico, con
un periodo entre ambos ciclos de al menos 2-
ENTEROBIUS VERMICULARIS 3 semanas. El fármaco de elección es mebenda-
zol en monodosis de 100 mg. Como tratamiento
Epidemiología alternativo, puede emplearse pirantel pamoato en
monodosis de 10 mg/kg. Tan importante como el
Es el nematelminto con una distribución geo- tratamiento médico son las medidas higiénicas
gráfica más homogénea y afecta a unos 300 mi- para eliminar el parásito de todas las ropas inte-
llones de personas, la mayoría en edad escolar. riores y de cama. De hecho, la ineficacia del tra-
Los humanos son el único huésped conocido. La tamiento no debe hacer pensar en una resisten-
transmisión es orofecal, por ingestión de alimen- cia farmacológica, sino en un fallo de las medidas
tos o tierra contaminada, o por autoinfestación de higiene complementarias [7].
tras rascado de la región perianal o tras el con-
tacto con ropas interiores o de cama infectadas STRONGYLOIDES STERCORALIS
por los huevos del parásito. Los huevos mantie-
nen la capacidad infectiva en la ropa o en la tie- Epidemiología
rra durante semanas [7].
El S. stercoralis es un parásito de distribución
Ciclo biológico mundial, particularmente endémico en zonas
rurales de países tropicales o subtropicales con
La eclosión de los huevos ingeridos tiene una población afectada que asciende a 100 millo-
lugar en el intestino delgado, donde se liberan las nes de personas. En España se han comunicado
larvas que maduran y migran hasta el ciego y el casos esporádicos, casi siempre en pacientes
colon ascendente. Las hembras de E. vermicula- con antecedentes de trabajos agrícolas en marja-
ris, tras ser fecundadas, migran durante la noche les o arrozales [14, 15]. En pacientes con SIDA se
hacia los márgenes del ano para poner allí los considera una infección oportunista.
huevos. El ciclo tiene una duración de 2-3 sema-
nas [7]. Ciclo biológico

Clínica El ciclo de este nematodo comienza con la


puesta de huevos de la hembra del helminto en la
La infección por E. vermicularis es relativa- mucosa intestinal, donde éstos dan lugar a larvas
mente inocua; la sintomatología más frecuente es rabdoides. En el exterior, estas larvas maduran a
el prurito perianal y la irritación vaginal. El prurito larvas filariformes y adquieren capacidad de
suele tener predominio vespertino y puede pro- infestación, ya que pueden penetrar a través de la
vocar lesiones de rascado y alteraciones del piel del huésped. Por vía sanguínea o linfática
sueño con aparición de terrores nocturnos e irri- pasan a la pared alveolar, avanzando posterior-
tabilidad en niños [7]. mente hasta la epiglotis, donde son deglutidas.
Llegan al intestino delgado, donde finaliza su
Diagnóstico maduración y vuelven a poner sus huevos. El
ciclo normal de parasitación puede acelerarse en
El examen del margen anal en ocasiones determinados individuos, al producirse el deno-
puede ser útil al identificar los gusanos o las minado «fenómeno de autoinfestación», consis-
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J. R. Foruny Olcina, R. González Alonso, V. Moreira Vicente y R. López Vélez 57

tente en la transformación de las larvas rabdoides Clínica


a filariformes en el interior del intestino o en los
márgenes del ano, capaces de atravesar la La mayoría de los pacientes infectados se
mucosa intestinal o la piel de la región perianal, muestran asintomáticos, y el único hallazgo es la
respectivamente, para llegar al torrente sanguí- presencia de eosinofilia fluctuante. Cuando exis-
neo [14]. ten manifestaciones clínicas suelen ser leves o

TABLA 2. Parásitos intestinales. Cuadro-resumen


Modo de
Distribución Síntomas Diagnósico Tratamiento
infección
Giardia Quistes y
duodenallis Ingesta de quis- trofozoítos Metronidazol
Mundial
tes (agua, comi- Diarrea en heces (sólo si hay
(zonas cálidas)
da, fomites) Serología y síntomas)
PCR
Entamoeba Mundial Paromomici-
hystolitica Diarrea
Países en Serología na ± metro-
Ingesta de quistes Disenteria
desarrollo Pruebas de nidazol
(agua) Ameboma
Homosexuales; imagen Drenaje de
Abscesos
institucionalizados abscesos
Ascaris Eosinofilia
Digestivos-
lumbricoides Huevos en
Mundial (zonas obstructivos
Ingesta de huevos heces
tropicales y pulmonares Mebendazol
(vegetales crudos) Visualiza-
rurales) (síndrome
ción del
de Löeffler)
parásito
Uncinarias Eosinofilia
N. americanus Mundial (zonas Huevos en
A. duodenale cálidas) Transcutáneo (lar- Digestivos heces
Mebendazol
América, Australia vas filariformes) Anemia Cultivo de
Asia, África, Europa larvas
PCR
Trichuris
trichiuria Mundial Digestivos
Ingesta de huevos Huevos en
(clima tropical) Prolapso en Mebendazol
(agua, comida) heces
Niños niños

Enterobius
Ingesta de huevos
vermicularis Test de Mebendazol
(fomites)
Mundial (niños) Prurito Graham o pamoato
Autoinfestación
(celofán) de pirantel
(rascado)

Strongyloides Digestivos
Eosinofilia
stercolaris Transcutáneo, Pulmonares
Trópicos, subtrópi- Larvas en
larvas filariformes (síndrome Ivermectina
cos, Mediterráneo heces
Autoinfestación de Löeffler)
Cultivos
Cutáneos
PCR, proteína C reactiva.
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58 Dolor abdominal, diarrea y fiebre en una paciente joven dominicana

moderadas, y pueden cursar con síntomas diges- vada, entre el 83 y el 100 %. También han sido
tivos inespecíficos, como dolor abdominal, dia- empleados tiabendazol, que muestra buenas
rrea y vómitos, o síntomas pulmonares secunda- tasas de erradicación del parásito, pero se tolera
rios al paso del parásito por el pulmón. Al igual peor que la ivermectina, y albendazol, que aun-
que el A. lumbricoides, puede provocar el síndro- que bien tolerado es menos eficaz que la iver-
me de Löeffler. Los pacientes inmunodeprimidos mectina [15, 17].
(alcohólicos, en tratamiento con corticoides, En la tabla 2 se presenta un cuadro resumen
ancianos, desnutridos, infectados por el virus de las parasitosis intestinales comentadas.
HTLV-1) en los que se produce autoinfestación y
con una carga parasitaria importante pueden pre-
sentar el «síndrome de hiperinfección», que se BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
manifiesta con fiebre, síntomas gastrointestina-
les, disnea, broncoespasmo, hemoptisis e impor- 1. Turrientes MC, López-Vélez R. Diagnóstico de parasitosis
tante afectación del estado general. Pueden tam- intestinales. Jano Profesional 2003; 64: 39-42.
bién verse afectados otros órganos, como el 2. Harp JA. Parasitic infections of the gastrointestinal tract.
Curr Opin Gastroenterol 2003; 19: 31-36.
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Diagnóstico 4. López-Vélez R, Huerga H, Turrientes MC. Infectious diseases
in immigrants from the perspective of a tropical medicine
Se establece mediante la detección de las lar- referral unit. Am J Trop Med Hyg 2003; 69: 115-121.
vas rabdoides en las heces, aunque la sensibili- 5. Katz DE, Taylor DN. Parasitic infections of the gastrointesti-
dad está en torno al 30 % con un solo examen. nal tract. Gastroenterol Clin North Am 2001; 30: 797-815.
Si se tiene en cuenta que la carga parasitaria es 6. Disponible en: http://www.aeped.es/protocolos/infecto-
logia/28Parositosisintestinales.pdf.
escasa y la expulsión de larvas irregular, se reco-
7. Kucik CJ, Martin GL, Sortor BV. Common intestinal parasi-
mienda el análisis de un mínimo de 5 muestras
tes. Am Fam Physician 2004; 69: 1161-1168.
obtenidas en días consecutivos empleando 8. Haque R, Huston CD, Hughes M, y cols. Amebiasis. N Engl
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permite visualizar larvas filariformes. Se han Ascaris lumbricoides. Parasitology 2000; 121 (supl): S51-71.
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Dada la gravedad de la estrongiloidosis dise- 13. Lorenzetti R, Campo SM, Stella F, y cols. An unusual
minada, parece conveniente descartar la presen- endoscopic finding: Trichuris trichiura. Case report and
cia de este parásito antes de iniciar un tratamien- review of the literature. Dig Liver Dis 2003; 35: 811-813.
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mente en presencia de eosinofilia [15, 16]. 15. Pardo G, Rodríguez R, Campillos MT. Strongyloides ster-
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Tratamiento
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El fármaco más utilizado actualmente es iver- 17. Concha R, Harrington W, Rogers AI. Intestinal strongyloi-
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senta una excelente tolerancia y una eficacia ele- come. J Clin Gastroenterol 2005; 39: 203-211.

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