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INFORME
TEMA
“HOMEOSTASIS: EXCRESION
SISTEMA INMUNE”
CURSO:
CIENCIAS NATURALES
PROFESORA:
Ciclo: I
CONCEPTO.-
MECANISMOS.-
INMUNIDAD NATURAL.-
INMUNIDAD ACTIVA.-
INMUNIDAD PASIVA.-
RESPUESTA INMUNITARIA.-
EL RECONOCIMIENTO INMUNITARIO.-
LA ACTIVACION INMUNITARIA.-
LINFOCITOS B.-
Gracias a que hemos nacido con millones de linfocitos B, cada uno de los
cuales produce un anticuerpo diferente que puede reconocer un epítopo
diferente, podemos defendernos frente a los microorganismos que nos
amenazan continuamente. Las células B se diferencian de la médula ósea en
las primeras etapas de desarrollo, antes de que estemos expuestos a los
antígenos extraños. En otras palabras, durante la diferenciación de la médula
ósea, las células B se hacen inmunocompetente (adquiere capacidad de
producir anticuerpos, que es un receptor antigénico exclusivo).
.
La respuesta al primer contacto con el antígeno se denomina respuesta
primaria, durante ésta, tanto los clones de linfocitos B como los linfocitos T
cooperadores generan células memoria. Si, tiempo después se produce un
segundo contacto con el mismo antígeno, estas células memoria presentan una
respuesta más rápida y potente (respuesta secundaria), en la que los
anticuerpos pertenecerán fundamentalmente a la clase IgG. Por ello, las
infecciones agudas la respuesta es de IgM e IgG, mientras que cuando se
cronifican la respuesta suele ser, principalmente, de IgG 8 ha transcurrido
tiempo suficiente para generar memoria y pasar de respuesta primaria a
secundaria).
Los anticuerpos nos defienden frente a los agentes infecciosos de varias
maneras, entre otras:
Neutraliza toxinas y virus.
Bloquean adhesinas (lo que impide la adherencia de los
microorganismos patógenos).
Los de las clases IgM e IgG activan el complemento, lo que
produce inflamación y facilita la fagocitosis por opsonificacion
inespecífica y puede determinar las lisis de bacterias
gramnegativas y de virus con envoltura.
Los anticuerpos de clase IgG, además, actúa como opsoninas
específicas, ya que se unen por la parte específica a los
microorganismos y por la inespecífica a los fagocitos
(macrófagos) y neutrófilos): así favorecen el proceso de
fagocitosis.
LINFOCITOS T.-
. Las células T se dividen en dos clases principales (las células T4 y las
células T8, respectivamente. Las células T4 don células TH (cooperadoras).
Regulan el sistema inmunitario aumentando la respuesta inmunitaria. Las
células T8 se diferencian a su vez en células TC (citotóxicas) y células TS
(supresoras). Las células TC atacan y matan a los microorganismos
invasores; las células TS regulan el sistema inmunitario reduciendo
(suprimiendo) la respuesta inmunitaria.
RECONOCIMIENRO ANTIGÉNICO.-
Las células T producen proteínas receptoras de los antígenos con los que se
unen los antígenos foráneos (y, por tanto reconociéndolos). En muchos,
aspectos los receptores de los antígenos de las células T se parecen a las
moléculas de anticuerpos que actúan como receptores antigénicos de las
células B. Al igual que durante la diferenciación de las células B, se producen
por procesos de recombinación del DNA millones de células T genéticamente
distintas, cada una capaz de producir un receptor antigénico proteico
determinado y exclusivo, que posee una única y determinada especificidad de
unión al antígeno. También al igual que sucede con los anticuerpos, cada
receptor antigénico de las células T posee una región variable que se une y
reconoce el antígeno y una región constante, que se fija a la superficie de la
células T.
.
RESPUESTA DE LOS LINFOCITOS T. INMUNIDAD CELULAR.-
Las células T reconocen antígenos que previamente han sido capturados y
procesados (parcialmente digeridos) por células presentadoras de antígenos,
como los macrófagos, las cuales producen además citocinas que ayudan a la
respuesta. Una vez activadas, las células T pueden realizar diversas funciones:
ENFERMEDADES INMUNITARIAS.
ALERGIAS.-
Por lo general, la alergia se manifiesta por primera vez durante la infancia y los
primeros años de la adolescencia, pero también puede hacerlo más tarde. En alguna
ocasión, determinados factores psicológicos, como los conflictos emocionales, juegan
un papel importante en los fenómenos alérgicos, llegando a clasificarse algunas
alergias como alteraciones producidas por el estrés.
DIAGNÓTICO Y TRATAMIENTO.-
Este virus, conocido en la actualidad como VIH, resultó ser el agente causante
del SIDA.
Conviene recordar que la infección por VIH no implica necesariamente que la
persona vaya a desarrollar la enfermedad; en esta fase el individuo se
considera “seropositivo o portador”, pero es erróneo considerar a la persona
infectada con el VIH un enfermo de SIDA. De hecho, se tiene constancia de
que algunas personas han sufrido una infección por VIH durante más de diez
años sin que, durante este tiempo, hayan desarrollado ninguna de las
manifestaciones clínicas que definen el diagnóstico de SIDA.
DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD.-
Desde que una persona se infecta con el VIH hasta que desarrolla el SIDA
suelen transcurrir entre 6 y 10 años. Desde 1996, la determinación de la
cantidad de virus circulante en la sangre de la persona infectada, que recibe el
nombre de carga viral, se ha convertido en el marcador más importante de la
evolución de la enfermedad.
Durante esta etapa los individuos son altamente contagiosos.
En la última fase, denominada SIDA o fase de enfermedad avanzada por VIH,
aparecen las infecciones y tumores característicos del síndrome de
inmunodeficiencia adquirida.
MODO DE TRANSMICIÓN.-
DIAGNÓTICO
Aunque el síndrome de inmunodeficiencia adquirida se detectó en 1981, la
identificación del virus VIH como agente causal de la enfermedad no se produjo
hasta 1983. En 1985 empezó a utilizarse en los bancos de sangre la primera
prueba de laboratorio para detectar el VIH, desarrollada por el grupo de
investigación de Roberto Gallo. Esta prueba permitía detectar si la sangre
contenía anticuerpos frente al VIH. Sin embargo, durante las 4 a 8 semanas
siguientes a la exposición al VIH, la prueba es negativa porque el sistema
inmunológico aún no ha desarrollado anticuerpos frente al virus.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana
comprende el empleo de fármacos que inhiben la replicación del VIH, así como
los tratamientos dirigidos a combatir las infecciones oportunistas y los cánceres
asociados.
Actualmente se considera que el tratamiento más eficaz para luchar contra el
VIH es la combinación de tres medicamentos, dos análogos de los nucleótidos
(inhibidores de la transcriptasa inversa) y un inhibidor de la proteasa. Aunque
estas combinaciones pueden dar lugar a importantes efectos secundarios,
cuando se usan con precaución es posible reducir los niveles del virus en
sangre (carga viral) hasta cifras prácticamente indetectables. La carga viral
debe determinarse de forma periódica entre 1 y 6 meses. En la actualidad,
están llevándose a cabo ensayos clínicos de terapia intermitente con resultados
esperanzadores: INMUNE D ELA PERSONACON SIDA