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Resumen
Si el realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana de los
años sesenta y setenta, fue por las discrepancias surgidas entre la cultura de la
tecnología y la cultura de la superstición, y en un momento en que el auge de las
dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada
y manipulable. La “magia” se convierte entonces en un elemento cotidiano, que en
realidad lo era, pues en las culturas hispanoamericanas aun pervive la
superstición en muchos aspectos, se cree en las brujas, en los maleficios, en los
muertos que regresan buscando sus pasos perdidos, en fin, en una serie de
elementos que de por sí tornan mágica la realidad circundante.
Hay otros que también se adentran en esos mundos y los traen al nuestro, los
describen para esta realidad cotidiana, esos, los escritores de literatura fantástica,
de realismo mágico, de mundos reales maravillosos, nos llevan de la mano por
relatos que discurren entre varios planos de verosimilitud, unos más imaginarios
que otros, todos diferentes y a un tiempo parecidos, por eso se confunden en
ocasiones y nos hacen dudar al mundo al que pertenecen, porque lo único que los
separa es, como ya dije, un pequeño velo, casi transparente que delinea y delimita
cada mundo, pero que permite atisbar al otro de forma, a veces, imperceptible.
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Marco teórico
La literatura siempre ha tenido toques de fantasía; sin embargo, el realismo
mágico es otra cosa. En la narración fantástica, los hechos irreales no tienen
justificación alguna, no existe una certeza sobre lo que ocurre, el lector necesita
explicaciones y éstas no son provistas por el relato, por lo que la ambigüedad
existe hasta el final. En todo caso, el lector toma la decisión de aceptar que esos
hechos transcurren en universos distintos y con otras leyes, o bien intenta
enmarcarlos y explicarlos desde la lógica de esta realidad. De cualquier manera,
en la literatura fantástica la realidad y la fantasía se mezclan, pero cada una tiene
su lugar específico.
Tzvetan Todorov dice que para denominar a un texto como fantástico es necesario
que éste obligue al lector a considerar el mundo de los personajes como un
mundo de personas reales, y a vacilar entre una explicación natural y una
explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados. Lo fantástico es una
fractura en la organicidad total de la experiencia humana; una inseguridad en lo
real que nos deja ver la otra cara de ella, lo surreal.
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La estrategia del escritor consiste en sugerir un clima sobrenatural sin apartarse
de la naturaleza y su táctica es deformar la realidad. Personajes, cosas,
acontecimientos son reconocibles y razonables, pero como el narrador se propone
provocar sentimientos de extrañeza, desconoce lo que ve y se abstiene de
aclaraciones lógicas. No hay tampoco ambigüedad ni análisis psicológico de los
personajes, sino oposiciones bien definidas, y éstos no se desconciertan jamás
delante de lo sobrenatural. Representa la coexistencia y coincidencia de dos
mundos: el real y el mágico. El acontecimiento mágico no irrumpe precisamente
en el discurso realista, sino que corre paralelo a él. El hecho fantástico produce la
duda en el lector; el hecho mágico produce un efecto de "encantamiento". La
causalidad del discurso es discontinua, permitiendo la unión de elementos
distantes
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Metodología
Para analizar la obra de Gabriel García Márquez se tomó como hilo conductor el
realismo mágico presente en la mayoría de su obra, con el objetivo de determinar
si Crónica de una muerte anunciada tiene visos de ese estilo narrativo que le es
tan característico.
Para esto, lo primero fue leer a conciencia Crónica de una muerte anunciada,
identificar sus personajes, determinar su tiempo narrativo y establecer las cinco
versiones que contiene de la muerte de Santiago Nassar. Después, se hizo una
investigación sobre la vida del autor y su obra en general; así como sobre el
realismo mágico.
Desarrollo
Crónica de una muerte anunciada es una de las novelas más importantes y
populares de Gabriel García Márquez, escritor colombiano que fue galardonado
con el Premio Nobel de Literatura en 1982. García Márquez es uno de los
principales representantes del llamado ‘boom’ de la novela hispanoamericana.
Precisamente, en Crónica, publicada en 1981, se pueden observar algunos de los
rasgos que caracterizaron ese movimiento renovador en lo literario: el tratamiento
novedoso del ámbito rural, algunos destellos de realismo mágico y, sobre todo, el
uso de novedosas técnicas narrativas y de un estilo extraordinariamente versátil.
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narrativamente, pero sin descuidar nunca los datos y las precisiones obligadas en
toda crónica periodística.
De este carácter real y verídico viene el nombre de crónica, que no sólo aparece
en el título de la novela, sino que la orienta estructuralmente, ya que, desde el
comienzo, lo que pretende el narrador es la recopilación de datos y testimonios,
que de alguna manera puedan ayudar a entender el por qué del asesinato de
Santiago Nasar, lo inevitable del mismo, así como los perfiles humanos y
psicológicos de todos los personajes que tuvieron, por acción y omisión, algo que
ver con el funesto suceso.
El narrador nos presenta la historia dividida en cinco partes (cada una de las
cuales desarrolla temas concretos y gira alrededor de los diferentes protagonistas)
alterando la ordenación de los hechos y su ordenación temporal. El tiempo fluye
de forma alineal, circular y caótico, consiguiéndose a través de anticipaciones,
retrocesos, reiteraciones, superposiciones, elipsis, etc. El resultado es una especie
de 'rompecabezas'.
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La imposibilidad de acceder al conocimiento de la verdad es uno de los aspectos
de la novela que más llaman la atención es que deja sin aclarar al menos dos
aspectos fundamentales de la historia: uno, si fue o no Santiago Nasar quién
desvirgó a Ángela Vicario; dos, cómo fue posible que su asesinato no pudiese
llegar a ser evitado dadas las circunstancias públicas en que se desarrolló. Dado
que la novela se presenta como la reconstrucción casi periodística de unos hechos
reales a través de minuciosa investigación, la conclusión de la misma dejando sin
resolver aspectos tan esenciales pone de manifiesto la dificultad extrema de
alcanzar en ocasiones el conocimiento de la verdad, sobre todo, cuando, como es
el caso, se indaga con cierta profundidad en los hechos.
El fatalismo, el tema del destino fatal, del sino trágico: por acumulación de
adversas casualidades, Santiago muere; la novela parece querer incidir en la idea
de que el destino de Santiago Nasar estaba ya predeterminado y que nada que
hubiese podido evitarlo tuvo ocasión de ocurrir.
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también, el tema de la figura del obispo y su visita frustrada, tratado desde un
punto de vista crítico, con matices paródicos, irónicos...
La casualidad que mueve los hechos y que permite el crimen nos da a entender
de como el azar y acontecimientos triviales pueden cambiar el curso del destino.
Ejemplos son: Santiago Nasar (al final de la novela) entra a la casa de su novia de
súbito y Cristo Bedoya no le puede advertir de su muerte. Plácida Lineros cierra la
puerta creyendo que su hijo había subido, error que costaría la muerte de este. Si
se profundiza se puede deducir que nos mueve al azar. Preguntas como: ¿Que
hago aquí? ¿Por qué nací con esta familia? ¿En este lugar? ¿Con esta gente y no
con otra? ¿Por qué se tenía que casar con Ángela Vicario y no con otra? ¿Por que
el padre de Santiago Nasar llegó a ese pueblo? Si hubiera llegado a otro nada de
eso hubiera pasado.
1
García Márquez, Gabriel. Crónica de una muerte anunciada. Editorial Sudamericana: Buenos
Aires. (1998) p. 190.
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También en Bayardo, de una manera más compleja, no sólo en recursos y
riquezas interminables, que muestra con ostentación, sino también en algunas de
sus reacciones y actitudes a lo largo de la novela. Por ejemplo, cuando compra
todas las rifas o cuando devuelve a la novia y se sumerge en una borrachera
extrema. Esta desmesura es de gran importancia en la novela, no sólo por el
efecto que tiene en la trama misma sino también para resaltar la presencia de la
desmesura como algo cotidiano y constante en la vida latinoamericana, tal como
es el caso de los caribeños en Crónica.
Las conductas que florecen de tal forma no están condicionadas simplemente por
pensamientos y sentimientos, sino por una fuerte presión social y la necesidad de
mantener el tan preciado honor. Hay una numerosa cantidad de otros ejemplos de
desmesura en Crónica, tales como el hecho de que la carta que dejan por debajo
de la puerta para avisar del asesinato no es vista por nadie hasta muy tarde, las
proporciones de la boda de Ángela y Bayardo, y el persistente olor a Santiago.2
Conclusiones
Se observa que en Crónica de una muerte anunciada, no está presente de la
fusión entre lo real y lo maravilloso. El hecho de ser una “Crónica”, como su
nombre lo indica, tiene gran peso al justificar esto. Una crónica es un relato
periodístico de hechos que ocurrieron en el pasado, y por lo tanto es muy difícil
insertar algo maravilloso sin que el lector dude de la veracidad de lo leído. Sin
embargo el lector es puesto en una particular situación donde vacila entre la
realidad y la ficción, siempre en busca de la verdad absoluta, que nunca es
revelada. Aún sin la irrupción de fantasmas o milagros, de cierta manera puede
determinarse que no es un texto puro, verídico y realista. En el texto subyacen
2
“No sólo yo. Todo siguió oliendo a Santiago Nasar ese día.” Ibid. p. 126.
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símbolos, metáforas e ideas en gran cantidad, dado que, en contraste a lo que
puede ser la primera impresión, ‘Crónica’ va mucho más allá de ser una simple
novela u relato policíaco. Un fuerte mensaje hacia la sociedad en forma de crítica
puede ser observado dados ciertos comportamientos que se demuestran en la
novela. A través de un relato aparentemente realista, esta dura crítica a la
sociedad, entre otras cosas, es percibida por el lector.
Bibliografía
S/A, “Alejo Carpentier cumple cien años”, en http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc,
domingo 26 de diciembre de 2004.
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