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EL CABALLO DEL CID

El hombre que llegaría a ser recordado por


todos con el nombre del Cid, nació hace casi mil
años, hijo de Diego Laínez y de Teresa Núñez.
Cuentan que su padrino fue un cura llamado Pedro
Pringos.
Cuando aún era un niño, Rodrigo (que así se
llamaba el Cid) le pidió un día a su padrino, Pedro
Pringos, que le regalara un caballo. El buen hombre
se echó a reír y le contestó:
- Muy bien, Rodrigo. Ven mañana a mi
casa y toma de la caballeriza el potro que
más te guste.
Así lo hizo Rodrigo. Sacó de las cuadras de su
padrino a todas las yeguas con sus potros y, por fin,
escogió a uno con un aspecto feo y todo lleno de
sarna. Su padrino entonces le dijo:
- Rodrigo, eres un babieca. Ese es el peor de
todos los potros que tengo.
- Pues bien, padrino –le contestó Rodrigo-
este que tú dices que es tan mal caballo
será el mejor de toda España y se
llamará precisamente Babieca.
Y así fue. Con el tiempo. Rodrigo entrenó a su
caballo de tal manera que lo convirtió en el mejor
de todo el país. Y montando en él conquistó la fama
que le hizo inmortal después de haber vencido en
cien combates a sus enemigos.
Contesta las siguientes preguntas:

1.- ¿Tenía muchos caballos el padrino del Cid?

2.- ¿Crees que el potro está contento? ¿Por qué?

3.- ¿Qué crees que está pensando el padrino del


Cid, al ver el caballo que ha elegido éste?
4.- Busca babieca en el diccionario y escribe lo
que significa.

5.- ¿Qué se propuso hacer el Cid cuando su


padrino le llamó babieca?

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