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Uno de los temas más tratados antes de una elecciones municipales es el incremento del

vandalismo urbano en las ciudades. Es una lástima que este tipo de violencia urbana
continúe y se incremente en nuestro entorno.
Los actos de rebeldía de esta índole no tienen justificación, ya que hay otras maneras de
demostrar inconformidad con las cosas que nos puedan "molestar". El vandalismo es
siempre un gasto innecesario para cualquier municipio, ya que reconstruir y volver a
pintar muros y monumentos de la ciudad supone un impacto importante en las arcas
públicas.
La "violencia" urbana persiste en las ciudades y varias de las paredes y monumentos
continúan en estado deplorable. Es así, que podemos observar algunas plazas cubiertas
con pinturas de aerosol y otros marcadores. Los bancos de los parques y lugares
públicos también son blancos de los ataques vandálicos, y los monumentos históricos no
se quedan atrás.
El grafitti no puede ser considerado un arte, por mucho que algunos simpaticen con él.
Tampoco por el simple hecho de que algunos de los jóvenes que lo hacen tengan algún
talento. Para ello hay otras formas de expresarse. El respeto al derecho ajeno es la paz.
O es que acaso una ciudad, sus monumentos, su mobiliario urbano, por muy bonitos que
sean los grafittis, ¿se vería bonita toda pintarrajeada? Si desean pintar que lo hagan
sobre mantas, lienzos, etc. pero que respeten los bienes de todos.Una cosa es el arte y
otra muy diferente el vandalismo. ¿Por qué deben los ciudadanos soportar el impacto
visual de algo que viene impuesto de forma unilateral por el capricho infantil del
"grafitero"?, ¿Por qué deben los Ayuntamientos e indirectamente los ciudadanos
sufragar los elevados costes de limpieza y reposición de fachadas y equipamientos a sus
condiciones originales?, ¿Qué opinaría tal vándalo si su motocicleta, equipo musical o
habitación fuese decorada por chorros de pintura o bañado por estiércol de vaca suiza?.
¿Por qué a los vándalos les parece tan intolerable un virus informático que entra en su
ordenador y en cambio les parece que la sociedad debe soportar el virus del
pulverizador de pintura que entra en los espacios públicos y los hace irreconocibles?...
Por más que se trate este tema en los plenos, el panorama suele seguir siendo el
mismo.Una vez conseguida la victoria, por el partido político de turno, este tema como
muchos otros cae en el olvido y no se vuelve a tratar hasta las siguientes elecciones.

Habría que regularizar la venta de aerosoles en los mercados, con el fin de lograr algún
impacto positivo en los usuarios??.
Porqué no se trabaja desde las escuelas,institutos creando bases de conciencia en los
jóvenes, que son los que principalmente se ven involucrados en esto??.
Deberiamos tratar el problema desde la base.

Uno de los factores importantes en el vandalismo urbano es el papel que cumple el


vecino en el mismo, tanto en el rol del que lo padece como en el que lo ejecuta.
Es una pena que las personas,los vecinos sean las que destruyan sus propios lugares, ya
que les pertenecen. No se dan cuenta que es su propio dinero el que están
desperdiciando, porque los fondos con los que se realizan este tipo de obras sale de su
bolsillo,sacados de partidas presupuestarias con otro destino,destino para mejorar la
calidad de vida de los ciudadanos no para arreglar los "desaguisados" de unos cuantos
"incivilizados"..De nuestros impuestos,de nuestros bolsillos salen estas partidas
presupuestarias de limpieza y restauración de mobiliario urbano
Las quejas de los vecinos suelen siempre ser escuchadas por alcaldes y concejales en
época de campaña, y el municipio es el que debería trabajar para revertir las situaciones
que se generan en la ciudad.. Sabemos que es muy complicado, porque tenemos que
partir de una base de conciencia social, ya que las cosas se siguen destruyendo..
Los vecinos siempre suelen remarcar su desagrado por este tipo de situaciones.Se
lamentan constantemente que los lugares públicos de sus barrios se encuentren en un
estado deplorable.
Suelen expresar su malestar comentando la poca cantidad de cosas interesantes que hay
en la ciudad, y lo mínimo que tienen lo destrullen ellos mismos.
Es urgente que se genere un cambio de conciencia para poder impartir un cambio
estable acerca del vandalismo urbano, ya que teniendo un mayor sentido de pertenencia
a la ciudad, las cosas comenzarían a cuidarse con mayor intensidad.

El vandalismo es cuestión de educación y, llegado el caso, de saber que tiene


consecuencias. ¿Espacios públicos? Hay ciudades que no carecen precisamente de ellos
en las que, sin embargo, la "violencia urbana" campa por sus anchas. Si enseñamos que
no hay castigo, que todo vale, que si algo está en la calle (una estatua, un banco, una
fuente...) puedes hacer con ello lo que quieras, ¿de qué nos extrañamos?
Pobres vándalos, ya lo decía Siniestro Total, la sociedad es la culpable!!
Este cuento ya lo escuché muchas veces, sobre todo en boca de gente políticamente
correcta. Para ellos el culpable no es la persona (el gamberro, el delincuente o el
antisocial que no sabe comportarse), para ellos el responsable somos los demás, la
sociedad como dicen ellos, con una terminología difusa para que el oyente no se sienta
directamente señalado. Pues no señores, el único responsable de quemar un coche,
destrozar un banco, apedrear un escaparate y lindezas semejantes, es el energúmeno que
enciende la cerilla o tira las piedras.
Vamos a ver, si matar a una joven disminuida después de haberla violado, atropellado y
quemado viva se castiga con un máximo de cinco años de internamiento en un centro de
menores. ¿Qué temor puede tener un joven de menos de 18 años cuando incendia una
papelera, rompe una fuente o defeca sobre una estatua?. Tenemos lo que queremos. ¿No
queríamos tolerancia?, pues toma dos tazas. Acaso alguien no escucho sus argumentos
cuando se les recrimina su actitud: en primer lugar te dicen que te metas la lengua en el
c**, en segundo te insultarán gravemente y en tercero, si se te ocurre contestarles, pues
entonces solo si tienes suerte te librarás de algo peor.

Ninguna ciudad de España, se libra de actos vandalicos, a medida que aumenta la


desproporción adquisitiva entre las gentes, aumenta la calamidad. No lo quieren ver
nuestros políticos, este, si, es un gran y grave problema que tenemos.Vamos camino de
un 20 % de desempleados sobre el total de la población en edad de trabajar. ¡¡¡ Qué
barbaridad!!! y ¡¡¡qué incompetencia !!!
Y los responsables de la "buena" marcha de la economía y del empleo españoles ,
seguro que están de "vacaciones" tan guapamente .
Espacio público, todo pillado ...
¿¿ Porqué ningún partido politico aporta nada para encontrar una SOLUCIÓN
institucional que resuelva el vandalismo crónico de fin de semana??.. En fin,como
siempre predicar en el desierto.

Rosa Ferreira Canda


Septiembre 2010

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