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RESUMEN
PALABRAS CLASE
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Este trabajo surge de la hipótesis de que el docente universitario, a partir de la
imposibilidad de entender y definir el concepto con la claridad necesaria, es decir, que
éste defina y diferencie las diversas posturas desde las que término de producción
académico-científico puede ser visto por los organismos evaluadores, se enfrenta a una
serie de circunstancias que dificultan el incremento en su producción científica (PC),
para probarla, se tomaron como objeto de prueba a un grupo de docentes de la
Universidad Autónoma de Chihuahua, a quienes se les aplicó un instrumento que
pretende medir su conocimiento del concepto y contrastarlo con las definiciones que
hacen organismos evaluadores de tal producción como el Sistema Nacional de
Investigadores (SNI), el Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) y el
instrumento de evaluación de la beca de estímulos al desempeño docente de la propia
Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH).
Cabe iniciar este apartado indicando que la mayoría de las fuentes no hacen
diferencia entre el uso de los términos producción científica, producción académica o
producción académico-científica. Precisamente por eso, es importante aclarar que se
inició usando el último de los términos, sin embargo, el concepto más aceptado es el de
producción científica, ya que se asocia más con las acciones de generación de
conocimiento que los docentes deben o debería propiciar.
Definir el concepto de producción científica, como lo dicen Townsend y Rosser
(2007) no es tarea sencilla, aun para los investigadores y teóricos de esta, por lo tanto,
es importante entenderla desde diversas perspectivas. Es por ello que a continuación
se pretende definir este concepto desde el punto de vista de diversos autores y
organismos, para en consecuencia, generar un constructo del propio término que
incluya los puntos de vista de los autores revisados.
En este sentido, Porter y Umbach (2001) mencionan que producción científica
puede entenderse como el número de publicaciones o creaciones que han sido
generadas individualmente por un investigador en un determinado período de tiempo;
por otro lado Reinstein y Hasselback (1997) analizaron 48 estudios de producción y
evaluación científica y encontraron tres métodos básicos que son usados para evaluar
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la producción científica y que sirven como inicio para obtener resultados de productos
que son considerados producción científica:
Número de publicaciones.
Número de citas obtenidas por las publicaciones realizadas.
El impacto causado por el autor al interior de la institución.
Por otro lado, Biglan (1973) da su propia definición de producción científica y desde
su punto de vista, la entiende como el número de publicaciones, como por ejemplo
monografías, artículos de revistas, disertaciones de grado elaboradas por estudiantes y
reportes técnicos en las cuales se involucro el docente; sin embargo, recientemente,
autores como Antony y Raveling (1998), suman a la lista de documentos antes
propuesta por Biglan, algunos documentos como patentes, conferencias presentadas y
documentos de apoyo para la impartición de clases, por mencionar los principales.
Hasta este punto, es posible estar de acuerdo con los autores revisados y sus
definiciones de producción científica, sin embargo la controversia inicia cuando por otro
lado, Brooks (2006) menciona que los indicadores considerados tradicionalmente como
producción científica son solo una pequeña parte de la verdadera producción científica
y no representa la totalidad de las actividades docentes y que además no son
aplicables a todas las disciplinas, en este mismo sentido Crosta y Packman (2005) van
todavía mas allá al afirmar que por producción científica debe entenderse incluso como
el conjunto de actividades que el docente integra en el desarrollo de sus clases,
mencionando, por citar únicamente un ejemplo, el número de estudiantes supervisados
en proyectos de investigación durante determinado periodo de tiempo.
Long y Fox (1995) hablan con respecto de la publicación de artículos en revistas y
en este sentido mencionan que la publicación es el proceso social central de la ciencia
y directamente relacionada con el acceso a recursos y reconocimiento.
Autores como Fushmini, Mallo y Pichinini (2005) atribuyen a la biblioteca
universitaria un rol específico relacionado con la difusión del conocimiento generado en
las universidades, por lo tanto se convierten en memoria académica y científica de las
organizaciones educativas. Por lo que su propuesta de definición de producción
científica conjunta los principios de los autores antes citados y lo resumen en los
siguientes aspectos:
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1. La producción académica, entendida como el conjunto de trabajos (editados y no
editados) de docentes e investigadores, alumnos de grado y posgrado, y quienes
desarrollen actividades de investigación en su ámbito.
2. Las tesis, tesinas y documentos que validen el término de una carrera, tanto a nivel
licenciatura como a nivel posgrado.
3. Los trabajos publicados a través de los departamentos editoriales de las instituciones
en los que se agrupan cuerpos académicos, centros de estudios y de investigación.
4. Los programas de materias, cursos y seminarios, así como los planes de estudio de
las carreras que se cursan en el nivel superior.
5. Los documentos de proyectos de investigación y extensión aprobados: proyectos,
informes de resultados y avances, etc., y la información generada en centros de estudio
e investigación.
Más allá del mero concepto de producción científica, Albornoz (2001) critica
algunos de los factores que influyen para su desarrollo, entre los cuales menciona que
la excesiva burocratización de los procedimientos administrativos en las universidades y
también al modelo docente que privilegia la hora de clase ante la actividad de
investigación influyen grandemente sin que se haya logrado un equilibrio entre ambas
influye enormemente.
Haber abordado la conceptualización que algunos autores han realizado sobre
producción científica hace fácil el proceso de entendimiento del término, sin embargo no
es lo mismo hablar de producción científica desde una perspectiva teórica que abordar
el concepto desde una forma práctica, es decir, analizar y entender la significancia que
algunas instituciones han elaborado de producción científica a partir de las necesidades
que para fines operativos requieren.
Para hablar de producción científica es necesario primero contextualizarla y a
partir de ello, diferenciar qué se debe entenderse por ese concepto, esto debido a que
el significado del término varía de de un autor a otro y en su conjunto se complementa,
sin embargo, es claro indicar que además existe la misma varianza entre en la
conceptualización de una institución a otra y de un organismo evaluador a otro, ya que
algunas entidades privilegian la calidad sobre la cantidad, mientras que en algunas
otras el sentido es a la inversa.
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PERSPECTIVA DEL SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES
(SNI-CONACYT)
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sus tres niveles (candidato, investigador nacional e investigador emérito) considerando
los siguientes elementos:
1. Para considerarse candidato a ingresar al SNI es necesario haber publicado, en los
tres años anteriores a la fecha de solicitud, un mínimo de un artículo o capítulo de libro,
una ponencia in extenso como autor único o primer autor (de acuerdo con los usos de
cada disciplina) en revistas científicas o científica o casas editoriales de prestigio, o bien
tres reseñas críticas amplias o dos trabajos como coautor dentro de una misma línea de
investigación.
2. A partir de considerarse apto para ingresar al SNI, existen diversos niveles de
exigencia, siendo que entre más alto es el nivel, mayores son los requisitos para
ingresar o permanecer. Naturalmente, los requisitos representan la concepción de
producción científica de esta institución, de una forma clara y precisa.
Es importante indicar, que más que los rubros específicos que define el SIN
como elementos fundamentales de la producción científica, los prioriza, indicando
cuáles de ellos están por encima de los otros. Por ejemplo, un artículo arbitrado, tiene
mayor peso que una memoria en extenso o simplemente una ponencia.
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productos válidos sólo para los profesores de las áreas de conocimiento de educación
humanidades y arte, así como para ciencias sociales y administrativas), informes
técnicos (además de los requisitos anteriores, éstos son productos válidos únicamente
para las áreas de conocimiento Ingeniería y tecnología así como para ciencias
naturales y exactas), obras artísticas (considerando la inclusión de los anteriores, éstas
son productos válidos únicamente para el área de conocimiento educación,
humanidades y artes), transferencia de tecnología, desarrollo de infraestructura,
manuales de operación (para el adecuado manejo o reparación de máquinas) entre
otros, todo esto con la finalidad de impulsar el desarrollo y consolidación de los cuerpos
académicos de las instituciones de educación superior (IES) públicas del país.
Desde 2007 se elaboró una matriz de indicadores con la metodología del marco
lógico que contiene indicadores para medir el impacto del programa, la cual ha sido
modificada de acuerdo a las observaciones externas, al aprendizaje de la metodología y
al propio desarrollo de éste.
Con respecto de los estímulos ofrecidos por PROMEP, en el año 2008 se
invirtieron 490.3 millones de pesos para mejorar el perfil académico, la habilitación de
los profesores y para el desarrollo, fortalecimiento y consolidación de los Cuerpos
Académicos de las Dependencias de Educación Superior (DES) de las IES adscritas al
PROMEP, en el año 2009 se destinarán 698.3 millones de pesos, cantidad aprobada en
el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y será distribuida: el 98% (noventa y
ocho por ciento) para los apoyos que el PROMEP brinda, en tanto que el dos por ciento
restante será destinado a gastos de operación relacionados con servicios personales
(honorarios), materiales y suministros, servicios generales indispensables y bienes
muebles que permitan el adecuado funcionamiento del PROMEP.
Las IES en México ofrecen a los docentes universitarios una serie de estímulos
con el propósito de incrementar la producción científica que se desarrolla al interior de
éstas, para lo cual, las universidades desarrollan un instrumento de evaluación con una
serie de ponderaciones y rubros a considerar para que el docente acceda a estos
estímulos. Cabe hacer mención en este sentido que a tales estímulos pueden acceder
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solamente docentes-investigadores de tiempo completo y que cuenten además con el
reconocimiento del perfil PROMEP como requisito fundamental, tal como se mencionó
anteriormente, además de una serie de elementos definidos en la convocatoria que se
publica en las universidades cada año.
Para el caso de la UACH, con el propósito de otorgar un reconocimiento al
personal Docente de Tiempo Completo con tres o más años de antigüedad que de
manera sobresaliente ha desempeñado su trabajo Académico, mejorando la calidad de
la educación con su participación y búsqueda de los modelos de docencia que
incorporan los avances científicos y tecnológicos, vinculados con la sociedad local y
congruente con el desarrollo nacional, se lanza la convocatoria cada año que busca
someter a evaluación el ejercicio docente, de investigación y de extensión de aquellos
profesores que así lo desean, lo anterior con el propósito de acceder a los estímulos en
cuestión (UACH, 2009)
El instrumento de evaluación de la UACH se divide en tres rubros principales con
diferentes valores asignados y que son:
a). Calidad en el desempeño de la docencia (70% de la ponderación global).
b). Dedicación a la docencia (20% de la ponderación global).
c). La permanencia en las actividades de la docencia (10% de la ponderación global).
A partir de lo anterior, se asigna uno de los nueve posibles niveles de estímulo
alcanzado por el docente, según el puntaje que haya alcanzado, los montos de los
estímulos al desempeño docente serán diferenciales y clasificados por nivel de acuerdo
a la calidad de los desempeños. El programa proporciona apoyo económico y se
establece como requisito mínimo 21% mínimo del puntaje en el factor de calidad, según
se especifica en la Tabla 1. Niveles de estimulo de docentes de la UACH.
El programa de estímulos cuenta con una duración de un año a partir del mes de
abril de cada año y es susceptible a ser suspendido en forma definitiva o temporal
según se especifica en el Capítulo V, Artículos 30 y 31 del Programa de Estímulos al
Desempeño del Personal Docente de la UACH, siendo uno de los causales de
suspensión definitiva cuando el Gobierno Federal de por terminado este programa de
estímulos con la suspensión de los recursos por parte del Sistema de Administración
Tributaria (SAT), quien es el órgano que provee los recursos.
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Tabla 1. Niveles de estimulo de docentes de la UACH
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laborales y salariales que en primera instancia no les permiten acceder a estímulos
como es el caso de los docentes de tiempo completo, hecho que por si mismo
desincentiva la puesta en marcha de proyectos de investigación entre los docentes con
las adscripciones antes dichas ya que es frecuente que este tipo de docente cuente con
un trabajo alternativo, que consume el tiempo restante del docente.
La tipología de los encuestados según la muestra obtenida se presenta en la
Tabla 2. Distribución de docentes encuestados por facultad y Figura 1. Distribución de
docentes encuestados por tipo de adscripción institucional, en donde la primera
presenta los docentes encuestados por unidad académica y la segunda, el porcentaje
de docentes a los que se aplicó el instrumento según su adscripción institucional
(dividiéndose en docentes de asignatura, docentes de medio tiempo y docentes de
tiempo completo).
Docentes Encuestados/facultad
Muestra de
Facultad docentes
Contaduría y Administración 51
Ingeniería 23
Derecho 21
Ciencias Químicas 18
Medicina 16
Zootecnia 16
Ciencias Políticas 13
Bellas Artes 11
Ciencias Agrotecnológicas 10
Educación Física 10
Enfermería y Nutriología 9
Filosofía y Letras 9
Ciencias Agrícolas 7
Unidad Central 6
Odontología 5
Escuela de Economía Internacional 2
TOTAL 227
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ANÁLISIS COMPARATIVO DE CONCEPCIONES
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CONCLUSIONES GENERALES
Ante la dificultad del docente universitario para definir con claridad el concepto
producción científica, surgen una serie de reflexiones, y que a manera de conclusión
pueden mencionarse de la siguiente forma:
1. El docente universitario, no obstante que genera investigación, obtiene productos
tangibles de ella y la divulga, o bien no tiene la claridad suficiente del concepto para
definirlo de manera verbal o escrita, o simplemente desconoce el término y esto deriva
en que no sea capaz de definirlo con precisión.
2. Lo que el docente reflexiona a partir del concepto, en la mayoría de los casos no es
algo que pueda ajustarse en términos generales a alguna de las definiciones de los
organismos evaluadores de la investigación científica.
3. El docente tiene la capacidad de generar procesos de investigación y divulgación,
puesto que lo hace, sin embargo, el desconocimiento del concepto y lo que implica
(procesos de evaluación de organismos como SNI, PROMEP, becas de estímulos al
desempeño docente, entre otros) da como resultado que el docente no tenga la
capacidad de potenciar los resultados de sus investigaciones.
4. Existe al interior de la UACH un enorme potencial de investigación no explotado
debido a que el docente no sabe con precisión que es la investigación científica y en
consecuencia no sabe cómo llevarla a los medios de difusión.
5. Para potenciar los procesos de investigación, obtener resultados tangibles y que sea
difundida en canales de difusión relevantes para el área disciplinar al interior de la
propia institución son necesarias dos cosas: en primer lugar, que el docente sea capaz
de definir el concepto a partir de los esfuerzos universitarios en este sentido y que
cuenten con medios profesionales adecuados para su ajuste de forma y fondo para que
tal resultado de investigación quede en condición aceptable para medios de difusión
científica, mismos que por su naturaleza son rigurosos en los procesos de aceptación.
Finalmente, es necesario indicar que las cuestiones de producción científica
están de forma natural más ligadas a los docentes de tiempo completo, quienes
representan el 36% de los docentes encuestados, ya que son ellos los que reciben
beneficios económicos por sus evidencias de trabajo científico.
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Para el resto de la muestra participante (docentes de asignatura y docentes de
medio tiempo), observan la problemática de no recibir ningún tipo de estimulo
económico por su producción científica, además, específicamente para los docentes por
asignatura, de que su trabajo dentro de la UACH es un complemento de su actividad
laboral y sus actividades docentes no necesariamente ocupan la principal prioridad de
su desarrollo profesional.
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