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INTRODUCCIÓN
En virtud de que el pagaré mantenía la inserción de una obligación directa, propició que
en sus albores fuera utilizado de manera fundamental por los banqueros del Medioevo.
En la Europa continental del Renacimiento se empleó más bien como pagaré bancario
que como documento mercantil, constituyéndose como antecedente del papel moneda
o billetes que hoy conocemos.
El pagaré, que deriva del francés padasué, es un título de crédito o título valor que
contiene la promesa incondicional de una persona -denominada suscriptora-, de que
pagará a una segunda persona -llamada beneficiaria o tenedora-, una suma
determinada de dinero en un determinado plazo de tiempo. Su nombre surge de la frase
con que empieza la declaración de obligaciones: "debo y pagaré".
Desde su nacimiento los pagarés fueron a la orden, es decir, eran transmisibles por
endoso y por no estar sustentados en un contrato. El emisor, que comúnmente era un
comerciante, sentía rechazo por una obligación contraída con un desconocido, por no
saber a quién se le tenía que pagar y que podría ser persona non grata para él.
Éstas y otras razones determinaron que la regulación legal del pagaré fuera lenta y
molesta para su aprobación en el Código Bonaparte de Francia que lo aceptó hasta
1807, mientras que Alemania lo autorizó hasta 1848. De igual rechazo fue el pagaré en
el Reino Unido y en los países nórdicos.
Los comerciantes y las cortes preferían la perfección cambiaria de la letra; después de
varios siglos de uso eficiente y rechazaban el pagaré por la carencia de seguridad
jurídica que significaba el poder ser emitido al portador.
2. CONCEPTO GENERAL
El pagaré es un título de crédito que contiene una promesa incondicional de pago dada
por una persona llamada suscriptor a otra llamada beneficiario, de pagar una suma
determinada de dinero en el lugar y fecha señalados en el documento.
ESTIPULACIÓN DE INTERESES.
En el pagaré, a diferencia de la letra de cambio, si se pueden estipular intereses, pues
así lo establecen los artículos 362 del Código de Comercio y el 174 de la Ley General
de Títulos y Operaciones de Crédito.
PAGARÉ DOMICILIADO.
El suscriptor puede indicar en el texto del pagaré, un domicilio que no sea el de él para
su pago. Este pagaré es denominado domiciliado.
PAGARÉ PRENDARIO.
Es el que indica en su texto la entrega de los valores o bienes muebles en garantía del
cumplimiento de la obligación. Cuando la prenda consista en documentos literarios,
nominativos, tendrán que ser endosados al beneficiario con la leyenda valor en
garantía. Si se trata de bienes muebles, éstos deben ser entregados al beneficiario,
quien tendrá el carácter de depositario. En su carácter de acreedor prendario, el
beneficiario de un pagaré que no sea cubierto el día de su vencimiento, tendrá el
derecho de disponer de la prenda y aplicar su importe al pago de la cantidad que le
adeude el suscriptor.
Las características de endoso, aval, pago y protesto del pagaré son iguales que en la
letra de cambio.
3. DIFERENCIAS ENTRE LA LETRA DE CAMBIO Y EL PAGARÉ
4. ACCIONES Y CADUCIDAD
a) Directa
Se da contra el suscriptor y el aval si existe. Prescribe en tres años, contados a
partir del vencimiento.
b) De regreso
Se ejercita en contra de los demás signatarios del pagaré para el caso de que
hubiese circulado por endoso en propiedad o cesión ordinaria.
d) Por no haber ejercitado la acción dentro de los tres meses que sigan a la fecha del
protesto.
e) Por no haber ejercitado la acción dentro de los tres meses que sigan a la fecha en
que alguno de los obligados hubiere liquidado el pagaré.
f) Por haber prescrito la acción directa o porque haya de prescribir dentro de los tres
meses siguientes.
Algunas personas solo ven al Pagaré como un sustituto del dinero y hacen esperar a
quien le pagan, dan un Pagaré y no tienen los suficientes fondos para pagarlos y le
piden a la persona que espere un tiempo, no obstante pues se requiere de conocer los
derechos y obligaciones consignadas el este Titulo de Crédito.
BIBLIOGRAFÍA
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1979.
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PINA VARA, Rafael de, Derecho Mercantil, 16a. ed., Porrúa. 1983.
RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, Joaquín. Derecho Mercantil, T I, 15a. ed., México, Porrúa, 1980.
TENA, Felipe de Jesús, Derecho Mercantil Mexicano, 10ª, ed., México, Porrúa, 1980.
3. TESIS DE LA H. SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN RELACIÓN CON EL PAGARÉ.
Sexta época, cuarta parte, Vol. LVI, pág. 80 A. D. 3371/60. Simón Castrejón. Mayoría de 4
votos. Quinta época. Tomo CXXVI, pág. 761. A.D. 6207/54, José Narváez Romero. Unanimidad
de 4 votos. Tomo CXXVII, pág. 227. A. D. 4445/55.
Ismael Cervantes Gutiérrez. 5 votos.
Amparo directo 743/1972. Esa Edificaciones, S. A. y otros. Junio 8 de 1973. 5 votos. Ponente.
Mtro. Rafael Rojina Villegas. 3ª Sala. Séptima época, volumen 60. Cuarta parte, pág. 19.
LOS PAGARÉS:
Una antigua manera de cobrar
El pagaré tiene su origen en la letra de cambio y ha recibido los nombres de vale o billete a
la orden. El Código de Comercio lo define como un documento que no contempla el contrato
de cambio, y que “contiene la obligación, procedente de un contrato mercantil, de pagar una
persona a la orden de otra, cierta cantidad”*. El pagaré es el más importante de los títulos
lineales o de obligación directa.
En virtud de que el pagaré mantenía la inserción de una obligación directa, propició que en
sus albores fuera utilizado de manera fundamental por los banqueros del Medioevo. En la
Europa continental del Renacimiento se empleó más bien como pagaré bancario que como
documento mercantil, constituyéndose como antecedente del papel moneda o billetes que
hoy conocemos.
Requisitos de un pagaré
Deberá contener la palabra pagaré, como sustantivo o como verbo.
Describir la fórmula, Me obligo a pagar a o simplemente que exista una promesa de pago.
La suscripción de un pagaré en moneda extranjera, es factible, pero el pago debe hacerse
en pesos, al tipo de cambio vigente a la fecha de pago.
A diferencia de la letra, en el pagaré sí se pueden estipular intereses normales y
moratorios. Esta característica confirma al pagaré como un título de crédito para
documentar préstamos.
Contener el nombre de la persona a quien debe hacerse el pago.
De hecho, el pagaré no surte efecto si se suscribe al portador.
El lugar de pago se entenderá como el domicilio del que lo suscribe y se entenderá que el
título vence a la vista.
Fecha y lugar en que se suscribe el documento.
La firma del suscriptor o la persona que firme en su nombre. Es la manera de conocer al
sujeto que se obligó y manifestó su voluntad de haberse querido obligar a pagar.
Obligaciones y Derechos
El suscriptor es el principal obligado a pagar, adquiere voluntariamente la obligación de
liquidar lo establecido en el documento.
El beneficiario tiene el derecho fundamental del cobro al suscriptor, adquiriendo ciertas
obligaciones como: evitar que caduque el documento, levantar el protesto, notificar a los
endosantes, etc. Cobrar el documento en cierto lugar y fecha y restituir el pagaré al
momento de recibir el pago.
Pagaré domiciliado.
Cuando se estipula un domicilio de pago diferente al del suscriptor.
La domiciliación está diseñada para apoyar al emisor cuando señale un domicilio de pago
diferente a causa de cambio temporal o definitivo de residencia o por la imposibilidad de
estar en su domicilio acostumbrado en la fecha de pago.
Tipos de pago
1. Pago voluntario.
a) Pago voluntario directo es el que realiza el suscriptor en tiempo, del cumplimiento de la
promesa de pago que firmó.
b) Pago voluntario indirecto es el que efectúa el aval del suscriptor.
c) Pago voluntario de regreso lo realiza alguno de los endosantes del pagaré o el aval de
alguno de éstos.
2. Pago forzoso.
a) Pago forzoso directo, se obtiene judicialmente del suscriptor mediante el ejercicio de la
acción cambiaria directa.
b) Pago forzoso indirecto, se obtiene judicialmente del aval del suscriptor mediante el
ejercicio de la acción cambiaria directa.
c) Pago forzoso de regreso es el que realiza alguno de los endosantes del pagaré o el aval de
alguno de éstos, mediante el ejercicio de la acción cambiaria directa.
Crédito
La palabra crédito proviene del latín creditum, un sustantivo que se desprende del verbo
credere: creer en español. El término significa “cosa confiada”, por lo que crédito, es confiar
o tener confianza en la capacidad que tiene alguien para cumplir una obligación contraída
gracias a su voluntad y compromiso.
El crédito es una herramienta que aporta grandes dosis de crecimiento para el desarrollo
económico de un país, ya que permite el movimiento del capital y es la llave de cualquier
persona para llevar una vida más práctica. Sin el crédito la economía de los países se vería
estancada y la mayor parte de los habitantes del planeta no podrían adquirir bienes
necesarios en el momento indicado de una forma sencilla, confiable y eficaz.
Algunas de las ventajas del crédito es que pueden realizarse operaciones de cualquier
monto. Operaciones en las que se debe garantizar su pago con algunos documentos como
órdenes de pago, pagarés de empresa, bonos o cheques, mejor conocidos como títulos-
valores que por ley pueden transferirse de la misma forma que el dinero.
En el mundo de los créditos existen dos voces: la del acreedor y la del deudor. La primera
habla sobre condiciones, términos, intereses, pide garantías, es decir, confía y se encarga de
dar el crédito. El deudor se compromete, asegura, demuestra, es a quien se otorga el
crédito y se confía en éste. Cuando se solicita un crédito para adquirir un bien, el deudor
deberá devolver al acreedor el monto prestado agregando un monto adicional (intereses)
como pago por su uso, el riesgo y la administración.
El acreedor debe apoyarse en los burós de crédito, que cuentan con la información de
cualquier persona o empresa que ha manejado algún tipo de crédito, llevan un registro de
sus movimientos, de su historial.
El historial de crédito es como una boleta de calificaciones: un reporte escrito que contiene
todos los movimientos bancarios, el límite de su tarjeta, forma de pago, proveedores y tipos
de préstamos que se le han dado.
Así es que si usted pide un crédito a las afianzadoras, hipotecarias, tiendas
departamentales, concesionarios de autos, arrendadoras o grupos bancarios, le pedirán su
autorización para revisar en los burós de crédito sus movimientos. Si su nombre está por ahí
no significa que esté en una “lista negra”, sólo que forma parte de los consumidores de
créditos: seres tan comunes y corrientes que se han expandido por todo el mundo.
Si su “comportamiento crediticio” ha sido bueno, será calificado como un sujeto de crédito:
una persona digna de confianza con un historial conocido y referencias; que cuenta con los
ingresos necesarios para pagar mensualidades; un patrimonio para garantizar préstamos
(garantía subsidiaria) o un aval con bienes y lo más importante: la posibilidad de evaluar y
administrar su propia capacidad.
Cheque
El cheque es un medio de pago, una opción para disponer de nuestro dinero; en este caso,
del que hemos depositado en una cuenta de banco prevista para tal fin.
En una transacción con cheque intervienen tres figuras: quien ordena que se haga el pago o
librador, el beneficiario y el banco o librado, es decir la parte que queda libre de la custodia
del dinero en cuanto el cheque se hace efectivo.
Fueron básicamente tres necesidades las que dieron origen al cheque:
Seguridad. Frente al riesgo de cargar con grandes cantidades de dinero; se optó por dejarlo
en custodia con una institución confiable.
Disponibilidad. Al guardarlo no se contaba con la fluidez necesaria para efectuar
transacciones comerciales, además, si se trasladaba, era poco práctico contar grandes
montos.
Control. Es complicado llevar un registro adecuado del dinero que se guarda en casa.
La solución a estas tres condiciones fue ligar una orden de pago estándar, un machote, a
una cuenta de depósito bancario, creando así las cuentas de cheques, esto permitió
operaciones económicas más grandes, eficientes y seguras.
Los cheques han evolucionado y ahora se fabrican de papeles especiales, cada vez más
sofisticados y difíciles de falsificar; cuentan con folio, nombre impreso del cuentahabiente,
un talón fijo para llevar el control de los que se expiden y por supuesto, los espacios que
deberán ser llenados por el librador: fecha, cantidad con letra y número, nombre del
beneficiario y la firma que debe ir siempre al final, cuando el cheque esté completamente
llenado.
Para evitar el pago de altas comisiones, al librar un cheque usted debe asegurarse de contar
con fondos suficientes y tener presente que el beneficiario podrá cobrarlo en cualquier
momento, por lo tanto deberá descontar su importe del saldo de su cuenta.
Tome en consideración que el cheque tiene una vigencia de un año; para cobrarlo tiene dos
opciones: hacerlo efectivo o abonarlo a su cuenta de banco. Si opta por la primera, deberá
acudir al banco librado; en caso de que prefiera depositarlo podrá hacerlo en cualquier
banco donde tenga cuenta, aunque los fondos tardarán un día en abonarse. Lo mismo
ocurrirá cuando reciba un cheque con la leyenda “Para abono en cuenta”.
Hay diferentes tipos de cheques, entre los más usuales señalamos los cheques de caja
expedidos por un banco, el cliente no necesita tener una cuenta, sólo entrega al banco el
dinero por el cual se expedirá el cheque o bien, si no lleva su chequera ni su tarjeta de
débito, el banco le puede expedir uno; el cheque certificado, que debe su nombre a que el
mismo banco verifica que el emisor tiene fondos suficientes y también se llaman cheques a
los de viajero ya que se pueden usar como medio de pago en numerosos establecimientos
en todo el mundo, son expedidos por una institución bancaria, u otras agencias autorizadas,
también pueden ser pagados por su establecimiento principal y por sus sucursales en la
República o en el extranjero.
Domiciliación
La domiciliación es fijar un lugar específico para recibir avisos, cobros y correspondencia en
general. Domiciliar es un término reciente que surge con la banca electrónica, y consiste en
contratar en un banco el servicio mediante el cual se asigna una dirección para el cobro
automático de servicios como luz, agua, colegiaturas, cablevisión, gas, impuestos o distintos
créditos, con cargo o abono a una cuenta existente en la institución.
De manera que si usted tiene una cuenta bancaria puede solicitar al banco la domiciliación
con la que lo autorizará para que en su nombre liquide facturas, cuentas o recibos que le
presente un tercero.
En esta operación intervienen tres actores: usted, el banco y el proveedor de los servicios
que desea domiciliar, al que dará aviso de esa operación y el número de CLABE –Clave
Bancaria Estandarizada, la dirección electrónica asignada por la entidad financiera– a la que
deberá dirigir el cobro.
Como ya habrá constatado, la CLABE aparece en el estado de cuenta de su chequera, cuenta
de ahorro o inversión.
La domiciliación de pagos es una solución que ha incorporado la banca para optimizar la
cobranza de las empresas y facilitar la forma en que sus clientes efectúan sus pagos de
facturas o recibos. Entre otras cosas da seguridad al procedimiento pues garantiza el pago a
tiempo de servicios o compromisos crediticios, no se expone a robos o asaltos, le evita las
engorrosas filas e incluso estar tecleando cada mes en su computadora, el banco se encarga
de todo.
También le ayudará a una mejor administración de su dinero y ahorro de tiempo ya que no
tendrá que ir de un banco o compañía a otra haciendo colas para liquidar sus facturas;
automáticamente conserva el comprobante de pago y ahorra recursos ya que la
domiciliación tiene un costo menor al de otros medios de pago.
Contratar esta modalidad es fácil: contacte a un ejecutivo de su banco y preséntele los
recibos de los servicios que desea domiciliar, una identificación oficial vigente y el número
de cuenta al que quiere que se le hagan los cargos (puede usar incluso su tarjeta de
crédito). El funcionario bancario ingresará la información al sistema e imprimirá un
comprobante que usted deberá firmar: es la autorización que otorga al banco para hacer los
pagos.
Usted le indica al empleado las fechas de pago y los montos máximos que la institución
cubrirá; en caso de que sean rebasados, el banco no hará el pago y usted deberá tratar el
asunto directamente con la empresa o entidad correspondiente. El procedimiento se queda
dado de alta entre 30 y 60 días después, por lo que los primeros meses debe seguir
cubriendo usted las facturas. Pasado ese tiempo, llame a su banco para que le confirme si
ya quedaron domiciliados sus recibos.
En la Condusef hemos visto que cuando el usuario de servicios financieros se resiste a
domiciliar sus pagos se debe a que teme por los cargos indebidos, pero si ocurriera así,
usted presenta su queja al banco y éste le abonará el monto que pagó a más tardar al día
siguiente a la fecha del reclamo, quedando bajo su responsabilidad aclarar con el prestador
del servicio si el importe es correcto o no. Tiene hasta 90 días para presentar su
inconformidad a la entidad financiera.
EL PAGARÉ
Por oposición a los títulos triangulares (su perfección demanda tres elementos), como
letra o el cheque, el pagaré es el más importante de los títulos lineales o de obligación
directa (su perfección sólo demanda dos). Lo mismo que aquellos, éste es conocido y
reglamentado en todos los derechos y en todos, como en México, se le ha otorgado el
lugar de título secundario y derivado de la letra de cambio.
A diferencia de la letra de cambio, que en todos los idiomas tiene la misma raíz
etimológica, el pagaré recibe designaciones diferentes en cada uno; pero a pesar de
provenir de una declinación etimológica diversa en todos los derechos internos e
incluso, en el internacional, cualquiera que sea la denominación que se le dé, se hace
referencia al mismo título; por ejemplo, en Latinoamérica y España se designa pagaré;
en el derecho italiano se denomina nota di pagamento; en el derecho francés, se
nombre billet ordre del cual existen derivaciones importantes, por ejemplo, el billet de
fonds y billet de banque; en el derecho estadounidense, se conoce como promissory
note aunque con frecuencia se le llama simplemente note; y en el derecho inglés, se
designa promissoty note. A título de una importante referencia, cabe señalar que los
términos adoptados por las versiones española, francesa e inglesa de la reciente
(1988). Convención de las Naciones Unidas Sobre La Letra de Cambio Internacional y
el Pagaré Internacional emplean pagaré, billet ordre y promissory note,
respectivamente.