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“Nelson Mandela DD. HH.


Centro de Estudios e Investigación Social
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COMUNIDADES INDIGENAS
LA VIGENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS ES UNA EXIGENCIA IDEAL, ETERNA, UNIVERSAL E IRRENUNCIABLE, COMO EXPRESION DE LOS VALORES DE ASCENDENCIA FILOSOFICA, ETICA, MORAL Y JURIDICA

COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

O. E. A.
EL INFORME DEL CENTRO MANDELA

RESISTENCIA-CHACO-ARGENTINA, 5 de septiembre de 2007.-

SEÑORES
COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
WASHINGTON, DC 20006 ESTADOS UNIDOS

ATENCIÓN: Secretario Ejecutivo Sr. SANTIAGO A. CANTON.

REF: SOLICITUD DE MC-159-07:


Nota fechada el 27 de agosto de 2007, solicitando información.-

Quiénes iniciaron el trámite requiriendo la adopción de medi-


das cautelares que plantearan en favor de las comunidades indígenas que habitan
en el territorio de la Provincia del Chaco, República Argentina, nos encomendaron
evacuar la SOLICITUD DE INFORMACION que Ustedes cursaran a través de
la Nota individualizada en referencia, dirigida a los señores Fernando Marcelo Car-
letti y otros, con domicilio en Almirante Brown 2506, 3º "A", Mar del Plata; en la ta-
rea encomendada, pasamos a rendir el siguiente informe:

CONSIDERACIONES PRELIMINARES
Las comunidades indígenas que hemos visitado habitan en los parajes rurales que
entornan las localidades de Villa Río Bermejito y Miraflores. La región se extiende a
razón de un radio de 100 kilómetros a la redonda. Quedó comprendida la ciudad
de Castelli, que es la última urbanizada que antecede a la amplia región que se
conoce como EL IMPENETRABLE, cuya superficie importa el 40% del total del te-
rritorio chaqueño, que es de 100.000 kilómetros cuadrados.

En toda esta amplia región se considera que habitan comunidades indígenas toba
y wichi que totalizan aproximadamente 30.000 personas, que es un dato un tanto
incierto puesto que no ha sido definitivamente precisado por las estadísticas lleva-
das por el estado chaqueño. En esta región también habitan criollos pobres, que
desarrollan actividades productivas de sustentos, muy pequeñas y tradicionales, de
modo que continúan trabajando de la misma manera que en épocas anteriores.
Fracasaron los intentos desarrollados por el Estado para mejorar y modernizar las
actividades productivas; es que han improvisado o han planificado bajo criterios
equivocados, casi siempre con visión propia del clientelismo político más antiguo.

Todas estas comunidades presentan los peores indicadores sociales. Económicos,


sanitarios y educativos de la República Argentina. La situación general de las po-
blaciones indígenas se puede describir de la siguiente manera: "POBREZA EX-
TREMA - HAMBRE CONTINUO - DESNUTRICIÓN -TUBERCULOSIS - CHAGAS
- OTRAS ENFERMEADES PROPIAS DE LA POBREZA - MÁS DESNUTRICIÓN -
DÍAS DE VIDA VIVIDOS BAJO PRIVACIONES EXTREMAS (INSATISFACCIO-
NES SEVERAS) - DESAPEGO DE LA SALUD/VIDA - ENFERMEDAD FINAL -
MUERTES PREMATURAS O EVITABLES".

Como dato de contraste, señalamos que no existe en el Chaco un núcleo fami-


liar indígena que pueda ser clasificado como de clase media típica. En la configu-
ración de las familias de clase media, consideramos a un núcleo familiar de 4/5
miembros, con vivienda familiar propia de 3 dormitorios, con los servicios esencia-
les y las instalaciones adecuadas, además de considerar la titularidad de un auto-
motor, obra social, régimen de jubilación estatal o privado, niños y adolescentes
escolarizados y vacaciones de 20 días por año. No existe ninguna referencia esta-
dística sobre la existencia de una familia aborígen en estas condiciones, que supo-
ne un ingreso mensual básico de $ 1.800.

EL INFORME
1) Atención médica a los pueblos indígenas: la amplia región conocida como El
Impenetrable supone la atención de la Región Sanitaria VI, que forma parte de la
estructura e instalaciones del Ministerio de Salud Pública de la provincia del Chaco.
El Hospital Güemes, ubicado en la ciudad de Castelli [portal de El Impenetrable],
es el establecimiento cabecera y de referencia de los restantes Puestos Sanitarios
instalados a lo largo de este territorio.

Los Puestos Sanitarios son clasificados en dos categorías: los primeros, son los
Puestos Sanitarios "A", que funcionan en localidades urbanizadas o semi urbani-
zadas, que se distinguen porque cuentan con profesionales médicos. Y los Puestos
Sanitarios "B", que se habilitaron en parajes ubicados en el seno del bosque nativo
existente en la región, que cuentan con un agente sanitario, generalmente aborí-
gen, con escasa capacitación y muy pocos medios o herramientas para recorrer
sus propias áreas, las mayorías de las cuales son de grandes superficies, siendo
los accesos a través de picadas difíciles de ser transitadas por el tipo de suelo de
la zona, que es semi-árido, con bosque nativo.

El Hospital Güemes se encuentra en pésimas condiciones. Se puede decir que no


resiste una evaluación en concordancia con las normas de bioseguridad sanitaria.
Por ejemplo, el servicio de tisiología no existe como área especializada; las dos
salas de internación (4 y 5),para varones y mujeres, alojan a enfermos de tubercu-
losis y de otras patologías, potenciándose –de ese modo- los riesgos de transmi-
sión y de contagio. Esto se acepta desde el Estado, a pesar de que se reconoce
que es la región donde vive la mayor cantidad de enfermos de tuberculosis. El ser-
vicio de neonatología no cuenta con profesionales especializados, de manera que
el instrumental y el equipamiento son utilizados por médicos generales y enferme-
ros comunes. La sala de cirugía presenta un fuerte atraso. La sala de partos tam-
bién. No se cuenta con un horno pirolítico. Se carece de autoclave, de manera que
los procesos de esterilización de los instrumentos se deben efectuar fuera del hos-
pital, siendo trasladados en las ambulancias, de manera que todo está rodeado por
la generación de altos riesgos. El servicio de estadística no funciona como tal [ver
los documentos 170 y 171 de nuestra página web, que tiene la siguiente dirección:
www.centromandela.com.ar].

Este hospital fue pensado en la década de los 60. Ha colapsado. Cuando más, se
le aplicaron parches que en nada mejoraron su deficiente funcionamiento. La con-
tinuidad del funcionamiento de este centro hospitalario garantiza el desastre huma-
nitario que rodea a las comunidades indígenas o el exterminio de dicha población,
al decir del Defensor del Pueblo de la Nación en la presentación que efectuara an-
te la Corte Suprema de Justicia o el Genocidio silencioso que desde nuestro punto
de vista está en marcha si notamos las consecuencias consistentes la desnutrición
masiva de las comunidades, seguidas de tuberculosis y chagas por muchas déca-
das.

La suerte y el funcionamiento de los Puestos Sanitarios no son diferentes a lo que


ocurre en el Hospital Güemes. Por ejemplo, el Puesto Sanitario que funciona en
Villa Río Bermejito, que potencialmente debe atender a 7.500 personas que habi-
tan en la región a su cargo, con una superficie aproximada de 1.800 kilómetros
cuadrados, cuenta con 3 médicos, un solo consultorio e instalaciones absolutamen-
te precarias y obsoletas. Se supone que un médico hace consultorio, otro descan-
sa y el tercero efectúa el "rondin" [visita médica a domicilio en la amplia región]. De
hecho, es fácil suponer que todo esto es insuficiente, aunque se cuente con el
apoyo de médicos comunitarios dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.
En definitiva, falta personal médico y paramédico, elementos de trabajo y sobre
todo planificación en el servicio de salud. En realidad, NO EXISTE ATENCION
PRIMARIA EN SALUD, aunque el Estado repita incansablemente que lleva adelan-
te dicha atención.

La tuberculosis chagas causa estragos. El chagas también [ver documentos… 146


y 172 de nuestra página web]. El sistema se reduce a esperar que lleguen los en-
fermos a algunos de los establecimientos públicos. Cuando llegan, lo hacen en pé-
simo estado. Habitualmente no se hacen estudios de esputos o serológicos, de
modo que para las estadísticas sanitarias, son personas sanas, cuando presentas
patologías agudas y crónicas. En realidad, estamos presenciando un genocidio
silencioso.

DISCRIMINACION
También debemos señalar las desigualdades en materia de atención sanitaria,
hasta las expresiones de discriminación, abiertas o solapadas. Desde el Centro
Mandela consideramos, sin hesitación, que se discrimina a las comunidades indí-
genas en atención sanitaria; señalamos algunos ejemplos que revelan este fenó-
meno, a saber:
* Cuando concurren a un Hospital o Puesto Sanitario por enfermedades agudas o
crónicas, se interna a los aborígenes uno o dos días; se les suministra suero, algún
calmante e inmediatamente después se les da el alta hospitalaria. Los enfermos
con dolencias antiguas, fundamentalmente de tuberculosis, registran largas series
de internaciones y altas prematuras, bajo extremas situaciones de desnutrición;
esto es fácilmente corroborable en los archivos del hospital Güemes y en el puesto
sanitario de Miraflores.

* En casos de patologías menos agudas o menos crónicas, la atención es por con-


sultorio, bajo anmnesis parcial y notoriamente insuficiente, con precarias entrevista
y casi sin examen físico, lo que redunda negativamente en el diagnóstico y en la
terapéutica que se debe brindar.

* Es escasa o nula la relación médico-paciente. A tal punto esto es así, que en la


inmensa mayoría de los casos no se le transmite al paciente la patología que sufre,
como tampoco se le brinda explicaciones respecto a la cobertura terapéutica de los
medicamentos que se entrega, que generalmente son pastillas sueltas, sin cajas o
etiquetas y sin prospectos.

* Se dilatan enormemente las intervenciones quirúrgicas. Las que se planifican, a


último momento no se llevan adelante por otros casos de urgencia en virtud de que
la sala de cirugía es una sola. Está ubicada en el Hospital Güemes en Castelli; es
obsoleta y que se encuentra a mucha distancia de donde viven las comunidades.
Las derivaciones a otros hospitales de mayor complejidad (Sáenz Peña y Resis-
tencia), se dilatan por razones de costos o por otras causas operativas, todo lo cual
–combinadamente- agudizan los cuadros quirúrgicos y aumentan las cuotas de
riesgos que deben asumir los pacientes, que no tiene posibilidad de reclamar nada
conforme las pautas de supuesta convivencia que rigen en la zona.

* Sería interminable enunciar la casuística de los déficits de la red sanitaria que


conforma la Zona VI. Se puede sintetizar de muchas maneras, pero existe una
forma de tratar de comprender y de expresar todo lo que ocurre en la región. Noso-
tros planteamos que se aparenta asistir a las comunidades indígenas y a criollos
pobres, pero en realidad no pasa de ese estadio puesto que no se brinda atención
médica hospitalaria eficiente, plena y a tiempo, lo cual generó los resultados que
marcan la realidad, en donde ganan las enfermedades y los fallecimientos prema-
turos o por causas evitables.

2) Estadísticas sobre desnutrición y su relación con las enfermedades: las provin-


cias y la propia República Argentina no llevan estadísticas sobre la desnutrición,
salvo sobre la población infantil de 0 a 5 años. A su vez, los datos llevados por el
estado chaqueño se brindan bajo los efectos del subregistro [casos no detectados
o no denunciados como desnutridos], que se estima importa el 45/50 % del total.
Es decir que cuando la estadística sanitaria referencia que durante el año 2006 se
detectaron 10.000 niños desnutridos de 0 a 5 años, en realidad el total asciende a
20.000, que calculamos sobre una población estimada -en ese segmento de edad -
de 125.000 niños.
A su vez, del total registrado de niños desnutridos de 0 a 5 años, la atención o asis-
tencia que se brinda aborda -en realidad- a menos de la mitad, además de que no
son asistidos con plenitud.
El procesamiento de los datos y de la información sanitaria recogida se confeccio-
na por Departamentos, que es la forma de organización política-territorial que
adoptó el Chaco. Se tiene en cuenta el total de la población y se establece la me-
dia de los indicadores, que en este caso corresponde al Departamento General
Güemes, que comprende la región denominada El Impenetrable, donde habitan las
comunidades indígenas tobas, wichi y criollos pobres.
Por lo tanto, no resulta posible señalar el número de indígenas que presentan des-
nutrición de Primer Grado [pérdida de hasta el 19% de la masa corporal], de Se-
gundo Grado [pérdida de hasta el 39% de la masa corporal] y de Tercer Gra-
do [pérdida de más del 40% de masa corporal].

En cuanto a la relación entre la desnutrición [en sus tres grados] y las enfermeda-
des endémicas de la zona, la bibliografía científica aborda extensamente estas
cuestiones.
En cuanto a los fallecimientos, en las actas de defunción solamente se consignan
la enfermedad o patología final [causa eficiente], dejándose como "cifras negras de
la salud" las causas generadoras [las patologías de base, más desnutrición]. En las
actas aparecen explicadas las muertes productos de neumonía, diarrea, etc. Una
orden silenciosa es no registrar la desnutrición, especialmente en las comunidades
indígenas.-

3) Antigüedad de la desnutrición: los distintos signos y síntomas que refieren los


estados desnutricionales de miembros de las comunidades indígenas, demuestran
acabadamente que es un proceso largo y antiguo. Se han visto personas que refie-
ren tener el peso actual "desde siempre”, variando sus edades entre 35 y 70 años.
Para profundizar la información, habría que realizar los estudios pertinentes sobre
los indígenas que continúan resistiendo y sobre los restos de estas comunidades
que fueron enterrados en cementerios comunitarios o familiares. De esta manera
se despejarían todas las dudas.

De cualquier manera, la desnutrición o malnutrición es un fenómeno generalizado


en las comunidades indígenas. En muchos casos, reflejados a simple vista. En
otros, podrían generar confusión puesto que son los “gordos y petisos de la pobre-
za”. Es que la dieta diaria se compone básicamente de harina y grasa, por lo que
son poblaciones atrapadas por la anemia generalizada; les falta proteína, hierro,
calcio, potasio, etcétera, todo lo cual les genera cuadros de hipertensión, diabetes
y otras patologías que se combinan con la tuberculosis y el chagas, asociadas a la
desnutrición. En la dieta diaria no aparecen la carne, frutas, verduras, hortalizas,
etcétera.

Si a ello le sumamos que consumen poco agua, de muy mala calidad porque la
obtienen de charcos y represas que comparten con los animales domésticos y sil-
vestres, componemos un cuadro generalizado que conduce a la situación de vulne-
rabilidad de la sociedad argentina.
Las responsabilidades están a la vista. Evidentemente, las políticas públicas han
fracasado; a pesar de los resultados desastrosos de las gestiones de los gobier-
nos, continúan insistiendo en que las políticas y los programas aplicados han sido
los correctos, con lo cual profundizan el desastre humanitario que rodea a las co-
munidades indígenas dado que no es posible inferir que se modifiquen los progra-
mas en un corto plazo, con lo cual debemos razonablemente suponer que la po-
breza extrema, el hambre, la desnutrición y las enfermedades continuará cobrán-
dose más salud/vida en el seno de los pueblos originarios.

4) Programas implementados por el gobierno nacional y provincial para asistir al


pueblo indígena toba del Chaco: ambos gobiernos, el mayor o menor medida, se
reducen a efectuar relevamientos aislados en terreno, sin planificación ni ejecución
sustentables. Recogen información a través de visitas a núcleos familiares indíge-
nas, con formularios en mano, que llenan apresuradamente en el marco del siste-
ma burocrático instalado en los ministerios públicos involucrados en la tarea. Lue-
go, no aparecen las políticas públicas que plasmen las asistencias acorde con los
datos recogidos, ante una realidad de pobreza y exclusión social extrema.

En paralelo a los relevamientos, en los últimos mese se entregaron bolsines y ca-


jas alimentarias, seguidas de la firma de solicitudes de pensiones y de jubilaciones.
Esto es lo ha hecho el gobierno nacional.

El gobierno provincial directamente se recogió planteando que la realidad del mun-


do aborígen que se difundiera a través de los medios masivos de comunicación de
la Argentina y de países del extranjero, formó parte de una campaña política sucia.
A este discurso, siguieron algunas medidas como las refracciones en el puesto sa-
nitario de El Espinillo, en proyecto de creación de nuevos puestos sanitarios “A” en
algunos parajes, la iniciación de cursos muy precarios para la formación de nuevos
agentes sanitarios indígenas, y fundamentalmente, mandaron a terreno a trabajar
equipos de salud, aunque lo hicieron por muy poco tiempo. De cualquier manera
determinaron la existencia de 92 indígenas desnutridos que viven en parajes que
dependen del municipio de Villa RíoBermejito (ver documento 178 de nuestra pági-
na web). Luego, con esta información no hicieron nada.

En definitiva, las acciones y los programas desplegados por los gobiernos nacional
y provincial fueron nada más que efectistas, a propósito de la divulgación masiva
de la pobreza extrema de las comunidades indígenas que se logró a través de los
medios de comunicación. No han planificado ni ejecutado ninguna acción o pro-
grama serio que apuntara a revertir las causas del hambre, de la desnutrición, de
las enfermedades y de las muertes prematuras o evitables. Han actuado como lo
vienen haciéndolo hace décadas, de manera burocrática y demagógica. Es más,
en muchos de los casos explotaron el clientelismo político más aberrante.

En cuanto a la política sanitaria, debemos señalar que los programas de lucha co-
ntra el chagas y contra la tuberculosis son de carácter vertical, o sea que se planifi-
can y ejecutan con la intervención de los gobiernos nacional y provincial. El cuadro
de situación es absolutamente grave en estos temas. Se sabe que el chagas y la
tuberculosis son enfermedades endémicas en la región, con especial virulencia
sobre las comunidades indígenas; sin embargo, los programas de chagas y tuber-
culosis están vaciados, de modo de que las responsabilidades de ambos gobiernos
es un dato indiscutible, además de condenable, cualquiera fuere el enfoque que se
tenga para evaluar las acciones de Chaco y Argentina

ES NUESTRO INFORME, sujeto a todas las ampliaciones que requiera la Comi-


sión. Sugerimos entrar a nuestra página web cuya dirección es la siguiente:
www.centromandela.com.ar.

Saludamos a Uds. Muy ATENTAMENTE.

Rolando Núñez, Coordinador del Centro Mandela.-

CHACO-ARGENTINA, JUEVES 6 de Septiembre de 2007

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