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La poesía épica:

el Cantar de Mío Cid (siglo xii)

El Cid sale para el destierro


(versos 1-67)

(Tras salir llorando de Vivar al contemplar sus 1 alcándaras:

palacios vacíos, elCid entra en Burgos, acompaña especiede


perchas, tanto
dode suscaballeros, pero nadie se atreve a hablarle para colgar ropas
ni a acogerle porque el rey lo haprohibido, amena como para atar
zando congraves castigos a los que incumplan sus aves de cetrería.

órdenes.) 2 azores
mudados: que
ya han mudado
De los sus ojos tan fuertemente llorando, la pluma y son
por tanto adultos
tornaba la cabeza y estábalos mirando. y aptos para
Vio las puertas abiertas, que estabansin cazar.
(candados,
3 cuidados:
alcándaras1 vacías, sin pieles y sin mantos, preocupaciones,
sin sus halcones, sin sus azores mudados2. 5 penas.
Suspiró mió Cid, por sus grandes cuidados5.
4 mesurado:
Hablóallí mióCid, bien y muy mesurado'1: comedido.
«Gracias te doy, Señor, Padre que estás en lo
[alto,
59
esto contra mí han hecho mis enemigos malos-.
5 aguijan A aguijar allí empiezan5, allí sueltan las El buen Cid Campeador marchó hacia su posada
espolear al y al llegara la puerta la encontró bien cerrada,
caballo.
[riendas. 10
Al salir de Vivar la corneja a la diestra por miedo al rey Alfonso así lo prepararan: 35
vieron, y entrando en Burgos, la vieron a que si no la quebrase no le abriesen por nada.
[siniestra*.
Se encogió el Cid de hombros y movió la cabeza: Las gentesde mióCid con altas voces llaman,
6 [albricias!: •Alvar Fáñez, ¡albricias!6, aunque se nos destierra, losde dentro no quieren responderles palabra.
¡qué buena porque retornaremos con gran honra a
noticia!
Aguijó mió Cid, a la puerta llegaba,
[Castiella». 15 sacó un piedel estribo y un fuerte golpe daba; 40
mas no se abre la puerta, que estaba bien cerrada.
Ruy Díaz mió Cid por Burgos se adentró; Una niña de nueve años se le acercaba:
7 pendón: en su compaña iban sesenta con pendón7; •¡Campeador, que en buena hora habéis ceñido
banderín o [espada!
gallardete.
muchos salen a verlo, sean mujer o varón,
Cada lanza burgueses y burguesas se asoman al balcón, El rey nos lo ha prohibido; anoche entró su carta,
llevaba un llorando de sus ojos, tanto era su dolor. 20 con recaudo muygrande, fuertemente sellada. 45
pendón entre el Por las sus bocas todos decían esta razón: No osaríamos abriros ni acogeros por nada;
asta y el hierro.
•¡Dios, y qué buen vasallo si hubiese buen puesto que perderíamos los bienesy lascasas,
[señor!- y también perderíamos los ojos de la cara.
Buen Cid, de nuestro mal no os aprovecha nada;
8 de grado: de Le invitarían de grado8, pero nadie lo osaba, mas el Criador os valga con sus virtudes santas». 50
buena gana, Todo esto habló la niña y volvióse a su casa.
porque el rey don Alfonso le tenía mucha saña.
con agrado.
Antes de caer la noche llegó a Burgos su carta, 25 Ya ve el Cid que del rey ha perdido la gracia.
9 recaudo: con recaudo9 muy grande, fuertemente sellada: Partiósede la puerta, por Burgosaguijaba,
precaución, llegó a Santa María, luegodescabalgaba
que a mió Cid Ruy Díaz nadie le dé posada,
cuidado.
y aquel que se la diese supiese, es su palabra, hincóse de rodillas, de corazón rezaba. 55
que perdería sus bienes, los ojos de la cara, La oración terminada, de nuevo cabalgaba,
y además de los cuerpos perderían las almas. 30 salióse por la puerta, y presto cabalgaba,
Gran pesadumbre tienen estas gentes cristianas, pasaba por la puerta, el Arlanzón pasaba,
se esconden de mió Cid, no le osan decir nada. y fuera de la villa, en la glera10 acampaba, 10 glera: arena
pedregoso de w
allí planta la tienda, y luego descabalga. 60 río.
Así mió Cid, que en buena hora ciñó la espada,
(Se dirige elCid después a ¡aposada donde solíapa acampaba en la glera, nadie le acoge en casa, 11 Es tanto
como decir-en
rar y también la encuentra cerrada. Ante su intento aunque a su alrededor había buena compaña; la ciudad de
de abrir lapuerta porlafuerza, la hija delposadero así posó mió Cid, cual si fuese en montaña. Burgos-, y no e.
le ruega que se marche.) Lehan vedado la compra dentro en Burgos la la comarca o
[casa11 65 alfoz que
dependía de
de entre todas las cosas, cuantas son de vianda; ella.

• Existía la creencia de que un modode adivinar el porve


aun por pocodinero no osanvenderle nada.
nir era observar el vuelo de las aves, a lo que se denomi
60 naba -agüeros-.

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