Você está na página 1de 1

Todo lo que hacemos lo hacemos para los demás, para otro.

Desde el
acto mas simple al más elaborado. Desde la traición de Judas hasta
esos escotes que generan accidentes de transito.

Nos vamos elaborando imágenes de nosotros mismos pero solamente


nos vamos sumando lo que queremos que el otro vea. Todo se reduce
a eso, a mostrarnos frente a los demás. Las carreras universitarias, los
jeans, las cabezas rapadas, la depilación definitiva…

“Yo me veo bien para mi, no para los demás. Me gusta mirarme en el
espejo y verme bien” ¿no me digas? ¿Enserio? El espejo es la mirada
del otro. Nos muestra como nos va a ver el que tengamos enfrente.
Pueden darle la vuelta que quieran al tema del espejito, espejito… pero
detengan su dialogo interno, es como les digo. Si nos interesara
simplemente vernos bien por nosotros y para nosotros, la
preocupación no estaría tan apuntada en lo exterior. Hasta el
revolucionario más revolucionario se pone pituco para que lo
reconozcan como tal y no lo confundan con algo que no es…

Se dejan la barba larga los de izquierda, el pelito al ras y el bigotito


prolijito los de derecha, se levantan los pelos los anarcos y se ponen
uniforme de pollerita corta y remera apretada las que esa noche tienen
ganas de pescar.

Você também pode gostar