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ANDRÉS BELLO

(1781 – 1865)

Nació en Caracas, Venezuela el 29 de noviembre de 1781. Su formación cultural


se vio influenciada por hechos como el de haber sido educado por sacerdotes,
haberse relacionado con enciclopedistas y haber tenido ilustres amigos como
Humboldt. De su brillante curriculum se conoce que dio lecciones gratuitas de
geografía a Bolívar, dos años menor que él. Fue enviado con Bolívar y López
Méndez a gestionar el apoyo inglés en 1810, se quedó en Londres, donde vivió
dando lecciones de latín y castellano hasta 1822, en que obtuvo el nombramiento
de secretario interino de la legación de Chile, y después, el de secretario de la de
Colombia; en 1829 se trasladó a Santiago de Chile, donde fue rector de la
Universidad Nacional e influyó decisivamente en el desarrollo cultural del país.
Este venezolano, quien tanto hizo por la educación pública en Chile, personifica
las orientaciones y personificaciones de una cultura hispanoamericana
independiente.

Sus dos poemas fundamentales los publicó en las revistas que editó en Londres:
en la "Biblioteca Americana", su "Alocución a la Poesía", parte de una composición
que debió titularse "América" y que no llegó a la realidad; en su "Repertorio
Americano", la "Silva a la agricultura de la Zona Tórrida"; ya en sus primeras
poesías se advierte la influencia de Virgilio y la orientación neoclásica que no
abandonaría nunca el poeta, a pesar de ciertas chispas de romanticismo. Sus
silvas a la poesía y a la agricultura constituyen el grito de la independencia literaria
hispanoamericana; la guerra se ganó, hay que construir la paz en una dedicación
constante al cultivo del espíritu y del campo de América; las lecciones de Virgilio y
los consejos de Humboldt se conjugan para una realización neoclásica, didáctica y
descriptiva. La inquietud del poeta neoclásico por el romanticismo lo lleva a
intentos singulares, como el de la "Pière pour tous" de Víctor Hugo pero en versión
española que intituló "Oración para todos" publicada en 1830, de la cual hay
quienes afirman que no es una traducción sino una adaptación superior al original.
La reconstrucción del "Poema del Cid" nos presenta la imagen del erudito
moderno que supo captar y asimilar el tono europeo con sencillez y elegancia
espiritual; los "Principios de Derecho de Gentes", de 1847, nos presentan al jurista
capaz y preparado que se desempeña certeramente en la política internacional.

Quizás el aspecto más perdurable de su personalidad es el de filólogo, el obras


como la ya citada del "Cid", sus "Principios de Ortología" y sobre todo "Gramática
Castellana", obra de sencillez revolucionaria impregnada de la intuición genial de
Andrés Bello. La Real Academia Española de la Lengua lo nombró miembro
honorario en 1851; Hispanoamérica lo considera un caudillo intelectual de su
independencia y lo venera como maestro de las generaciones modernas
hispanoamericanas. Murió en Santiago de Chile en 1865.

poema: A la victoria de Bailén

Rompe el león soberbio la cadena


con que atarle pensó la felonía,
y sacude con noble bizarría
sobre el robusto cuello la melena.

La espuma del furor sus labios llena,


y a los rugidos que indignado envía,
el tigre tiembla en la caverna umbría,
y todo el bosque atónito resuena.

El león despertó; ¡temblad, traidores!


lo que vejez creísteis, fue descanso;
las juveniles fuerzas guarda enteras.

Perseguid alevosos cazadores,


a la tímida liebre, al ciervo manso;
¡no insultéis al monarca de las fieras!

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