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DEMANDA ORDINARIA – DAÑOS Y PERJUICIO – MALA PRAXIS

EMBARGO

SEÑOR JUEZ:

MARIANO PEREZ D.N.I. 28.603.437, argentino de 30 años de edad,


casado, de profesión boxeador, con domiciliado real en calle Balcarce 455 y
constituyendo domicilio a los efectos procesal en Pje. Santo Tomás Nª 521, ambos
de esta Ciudad de Córdoba, Provincia del mismo nombre, ante V.S. comparezco y
digo:

I) EXHORDIO:
Que en tal carácter vengo a entablar formal demanda por
indemnización de daños y perjuicios en contra de: Dr. Benjamín GONZÁLEZ D.N.I
Nº 13.677.403, medico cirujano del Sanatorio Allende de la Cuidad de Córdoba con
Matricula: 197955443/3, domiciliado en calle Aviador Almonacid Nª 1788 Bª Jardín
Espinosa, de esta Ciudad de Córdoba; y al SANATORIO ALLENDE S.A, sito en
calle Hipólito Irigoyen 384, Barrio Centro, de esta Ciudad, por la suma de PESOS
SEIS MILLONES CUATROCIENTOS MIL ($6.400.000) con más la desvalorización
monetaria desde la fecha del hecho, hasta su efectivo pago, todo con más sus
intereses y costas.

II) HECHOS:
Que con fecha 30 de Mayo de 2009, siendo aproximadamente las
12:30 horas, sometiéndome a una operación de Hernia programada, en el Sanatorio
Allende sito en calle Hipólito Irigoyen 384, y dirigida por el Dr. Benjamín González,
médico Cirujano de dicho Sanatorio y asistido por la medica anestesista Dra. Juana
MONTOTO, con una duración de dos horas y media. Finalizada la operación pase a
terapia común, en la que estuve en observación y reposo por el transcurso de dos
días, y previo examen general por el Dr. Benjamín González, quien constato el
resultado satisfactorio de la operación (como obra en la prueba documental que se
acompaña), dispuso el alta el día martes 2 de junio sin la prescripción de ninguna
medicación ni recaudados al respecto. Los días subsiguientes estuve haciendo
reposo absoluto, y transcurrida una semana de la fecha de alta comencé con fuertes
dolores en la zona abdominal, una constante temperatura alta de 38º, persistentes
dolores de cabeza y constatando la formación de una mancha de color bordo
alrededor de la cicatriz que tenía a causa de la operación. Por tal razón, el jueves 11
de junio a las 16:30 horas me dirigí al Sanatorio Allende para ser atendido por el Dr.
Benjamín González quien había realizado la operación, y me sometí por orden del
nombrado a varios estudios clínicos, a saber, análisis de sangre, orina, y me tomaron
una radiografía abdominal (que se adjunta a la presente demanda) realizada por el
radiólogo Dr. Juan Estevanez matricula 163463278/8, quien sorprendido me mostró
claramente en la radiografía la presencia de dos elementos extraños en la zona
abdominal, un bisturí y una pinza, como lo atestiguará oportunamente. En el
momento que el radiólogo me mostró los instrumentos quirúrgicos en la radiografía
perdí el conocimiento cayendo desmayado al piso y fui trasladado a una sala común.
Debido a tal negligencia, fui atendido personalmente por el Director del Sanatorio
Allende, el Doctor Juan de Garay con Matrícula 93265855/1, quien previo análisis de
los resultados vertidos por los recientes análisis que había realizado, ordeno una
operación programada de urgencia ya que mi cuadro clínico fue empeorando con el
transcurso de las horas. Fui trasladado a la sala de operaciones a las 19:30 hs.,
intervino una Junta Medica integrada por el Dr. Martín Kustov, médico cirujano con
Matrícula 112344689/8, la Dra. Miranda Frigman, médica anestesista con Matrícula
212287968/2, el Dr. Pedro Albornoz, médico neurólogo con Matrícula 176543992/3 y
la supervisión del Dr. Juan de Garay Director del Sanatorio. La intervención médica
se prolongo más allá del horario programado, durando en su totalidad once horas y
media, debido a las complicaciones que se produjeron por la posición de los
instrumentos quirúrgicos en las terminaciones nerviosas de la columna vertebral
dorsal, como se constatará en la prueba pericial médica y prueba testimonial
ofrecida. Como consecuencia de ello, pese a los esfuerzos conjuntos de los
profesionales médicos intervinientes, no se pudo revertir el efecto producido sobre las
terminaciones nerviosas que la especial ubicación de los instrumentos hallados en la
zona abdominal produjeron, tales como la parálisis total de mis miembros inferiores y
perdida de sensibilidad de parte de la zona abdominal baja. Posteriormente, estuve
en terapia intensiva durante veinticinco días, del jueves 11 de junio hasta el lunes 6
de julio del año 2009, sometiéndome a dos intervenciones quirúrgicas en las que
asistieron el plantel de médicos nombrados precedentemente y el Dr. Fernando
Gracio, médico neurólogo con Matricula 187966446/5, pese a ello no se pudo revertir
la invalidez total en los miembros inferiores, producida por la posición de los
instrumentos quirúrgicos olvidados en la zona abdominal en la primera operación de
Hernia en la que intervino el Dr. Benjamín González, médico Cirujano de dicho
Sanatorio, como se constata en la Historia Clínica que se acompaña para su
compulsa y agregación en autos, reservándose en Secretaria los originales.

III) DAÑO EMERGENTE


Comúnmente se define como el perjuicio económico inmediatamente
sufrido como consecuencia de una conducta antijurídica, en el caso concreto,
responsabilidad civil por mala praxis derivada de una deficiente y negligente
prestación de servicios médicos. Que a raíz de la misma, me vi en la necesidad de
realizar erogaciones monetarias por la suma de pesos TRESCIENTOS MIL
($300.000) destinadas al pago de diversos gastos originados en el diagnostico y
tratamiento de las complicaciones médicas posteriores a la operación de Hernia
programada, como ser, la realización de análisis clínicos para diagnosticar la causa
de mi padecer posterior a la operación de Hernia, los gastos provenientes de la
operación quirúrgica a la que me vi sometido para extraer los instrumentos
quirúrgicos, internación en terapia intensiva por el término de 25 días y posterior
traslado a sala común para recuperarme de la lesión sufrida, más los gastos futuros
de rehabilitación, asistencia de fisioterapeutas y asistencia psicológica. También se
comprende dentro de este rubro lo que se denomina LUCRO CESANTE, por las
ganancias concretas y efectivas que como damnificado deje de percibir por el tiempo
en que me encontré internado en el Sanatorio Allende en el que me vi impedido de
trabajar en modo absoluto por la suma de PESOS DOS MILLONES CIEN MIL ($
2.100.000), a saber, no concluí con contratos pendientes en carácter de boxeador
profesional tanto nacionales e internacionales (como se observa en las copias que se
acompañan a la presente y la prueba contable ofrecida), en concepto de peleas
organizadas en la Argentina y Alemania para el mes de septiembre de 2010 por la
suma de PESOS UN MILLON ($ 1.000.000), un contrato proveniente de SPONSOR
DE ADIDAS para el año 2010 por la suma de PESOS QUINIENTOS MIL ($500.000) y
un contrato de PUBLICIDAD DE GILLETTE programada para el año 2010 por la
suma de PESOS SEISCIENTOS MIL ($ 600.000), destacando mi particular situación
de padre de familia y único responsable de proveer del sustento económico que
mantiene a la misma. Así mismo solicito lo que se que se estime el daño proveniente
de lo que se denomina PERDIDA DE CHANCE ECONOMICA POR INCAPACIDAD
SOBREVENIDA por la suma de PESOS CINCO MILLONES ($ 5.000.000),
comprensiva de las posibilidades probables y futuras de obtener ventajas o
beneficios económicos, probabilidad que debe ser suficiente según el curso normal y
ordinario de las cosas, más cuyo resultado es incierto al momento del hecho dañoso
que lo supone que, aún más adelante, se habría llegado a estar en la situación que
permitiría el logro de los beneficios esperados, en este sentido pretendo un
resarcimiento integral por el daño futuro, cierto, probable y mediato proveniente de la
perdida concreta de mi aptitud generadora de ingresos, ya que me veo impedido
definitivamente a continuar con mi profesión en calidad de boxeador, por la parálisis
en mis miembros inferiores como consecuencia de la mala praxis. Atento a ello
solicito que se me indemnice por la futura ayuda económica que hubiese aportado a
mi familia de no mediar ésta incapacidad productiva o laborativa que alego, por el
lapso de mi vida útil que me restaba en calidad de boxeador profesional, con todo un
futuro prospero atento a que recientemente había obtenido el título de Campeón
Mundial en Peso Pesado. Por consiguiente, lo que pretendo mediante la
correspondiente indemnización es mantener incólume mi calidad de vida en su
apreciación patrimonial que se ve frustrada y afectada notablemenente por la
disminución de mis aptitudes físicas a raíz de la parálisis en mis miembros inferiores,
lo cual lo dejo librado al prudente arbitrio del juez, teniendo en cuenta mi condición
social y patrimonial, la trayectoria útil en mi carrera, siendo el único responsable de
suministrar el sustento económico a mi grupo familiar (casado con tres hijos menores
de edad) y la pérdida de la aptitud física para desplegar futuras actividades laborales
en el área que me vengo desempeñando, entre otras.

-DAÑO ESTETICO
Se debe tener en cuenta el creciente cuidado y valorización que se da en
nuestros días a los factores estéticos, dedicando tiempo y dinero al cuidado del
cuerpo.
El daño estético, son secuelas que afectaron tanto la parte física como espiritual y
dentro de esta su parte sentimental.- En la cuestión que nos ocupa, con posterioridad
a las cirugías descripta el Sr. Mariano PEREZ debió recurrir a terapia psicológica
debido a la perturbación que en el área de los sentimientos y las emociones le
provoco su deformación estética, motivo por el cual comenzaron problemas con su
pareja, que trajo como consecuencia su separación. La valoración del daño estético
consiste en evaluar la disminución de la capacidad de atracción de la víctima, por la
discapacidad que sufre, sin considerar las demás repercusiones que este daño
pueda tener.Dentro de los diferentes intentos de armonización de criterios en Europa,
se destacan la Resolución Nº 75 del Consejo de Europa, por ser la que en su
momento aportó principios rectores en la valoración y reparación del daño corporal.
Con respecto al daño estético la resolución marca que: “se trata de estudiar y evaluar
la perdida de atracción puramente y no las repercusiones fisiológicas, sociales,
morales y laborales, ya que estas deben ser valoradas no dentro del daño estético,
sino dentro de los respectivos daños” . Por eso es que reclamamos como
indemnización de este rubro la suma de $45.000 (PESOS CUARENTA Y CINCO
MIL ), o lo que en mas o en menos resulte de las probanzas de autos , y de la
valoración que en definitiva realice

IV) DAÑO MORAL Y PSICOLOGICO


Éste se define como una lesión a los sentimientos, al honor, o a las
afecciones legítimas de la víctima; en suma, un sufrimiento, un dolor íntimo y
espiritual, no mensurable mediante ningún “baremo”, pero comprensible y presumible
por la apreciación empática hacia la situación particular por el juzgador. Es la
incidencia del acto ilícito en la psiquis y sentimientos del damnificado, la cual aparece
claramente manifestada en la presente litis, lo que lo ha afectado profundamente y la
sumió en una grave depresión. Que en el caso concreto, a consecuencia de la
parálisis resultante de la deficiente prestación médica, se ha desmoronado mi carrera
deportiva de gran trayectoria y a raíz de ello sufro una grave depresión psíquica
reaccional. Sumado al desengaño y el sufrimiento íntimo por haber depositado mi
confianza en un profesional que me defraudó por la conducta negligente desplegada
por el médico cirujano, así como al impacto de presenciar la parálisis absoluta de mis
piernas y el trastorno psicológico que conlleva mi repentina frustración en mi ámbito
profesional e intimo, ya que dicha paralisis afecta y limita mi vida de relación con las
demás personas, disminuyendo notablemente mi calidad de vida. Por tanto solicito la
suma estimativa de PESOS UN MILLON ($ 1.000.000) solicitando que dicho monto
quede librado al arbitrio prudencial del juez atento a las particularidades del caso.
- DAÑO MORAL y SICOLOGICO
Sabido es que el daño moral es el padecimiento de índole espiritual
que sufre una persona herida en sus afecciones legítimas. Está en juego un interés
jurídico de orden afectivo. Este daño no solo la afecto a nivel personal y emocional
sino que trascendió a su nivel relacional , toda vez que la vergüenza que le provoca
su cuerpo, termino provocando la separación de hecho con su conviviente .- Sabido
es que, no es menester la prueba concreta del daño moral, cuando existen daños
corporales. Con tal motivo, en virtud de que el Art. 1078 del Código Civil tiene una
función reparadora, respecto de quien sufre las consecuencias del hecho ilícito, para
palear en alguna medida un estado espiritual notoriamente alterado y disminuido,
como el sufrido por nuestro mandante, como también para sancionar a quien por su
culpa se hizo acreedor a ello, por eso considero prudente reclamar por este rubro
$25.000 ( PESOS VEINTICINCO MIL )o lo que en mas o en menos estime SS de
acuerdo a las reglas de la sana critica .Al respecto la jurisprudencia señala que: “El
daño moral tiene carácter resarcitorio y no tiene necesariamente que guardar relación
con el daño material pues no se trata de un accesorio de este” ( CS, Septiembre 7-
1989, Forni, Francisco; Forni, Alberto y Forni, Raúl c/ Ferrocarriles Argentinos”). Así
no caben dudas que en el caso de autos el daño moral debe ser indemnizado.

V) DERECHO

Corresponde en el caso particular aplicar a los fines de determinar la


responsabilidad de los demandados la norma del articulo Art. 902 del C. Civil en
virtud del cual “Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor será la obligación que resulte de las
consecuencias posibles de los hechos”. Esto atento a que, el compromiso asumido
por el médico de proceder con la diligencia propia de su especialidad y de obrar
conforme a las reglas y métodos propios de su profesión, debe analizarse teniendo
en cuenta las directivas del articulo citado y sin pasar por alto que cuando está en
juego la vida de un hombre, la menor imprudencia, el descuido o la negligencia más
leve adquieren una dimensión especial que les confiere una singular gravedad. Así
como también, es de aplicación las disposiciones del Art. 1109 en virtud del cual
“Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a
otro, está obligado a la reparación del perjuicio”. En el caso particular, se configura un
supuesto de negligencia por parte del médico cirujano demandado quien realizo una
deficiente prestación de servicios médicos con abandono, descuido y omisión de las
precauciones exigidas conforme a las circunstancias de tiempo, lugar y personas,
faltando a las reglas que presiden el arte de la medicina contempladas en el CC en
los Arts 512, y 909. De lo expresado, se desprende que el demandado no solamente
incurre en incumplimiento contractual (porque mediaba un contrato de prestación de
servicios médicos) sino que además ingresa en la esfera de la relación
extracontractual, ya que su conducta negligente, también configura una violación al
deber genérico de no causar daño a otro. Asimismo, el Sanatorio Allende S.A en
carácter de empleador, resulta obligado al resarcimiento integral en virtud de un
deber de garantía objetivo que asume el principal respecto de sus dependientes o
subordinados, con independencia de que medie o no culpa, ya que se trata de un
supuesto de responsabilidad objetiva, como se expresa en el artículo 1113 del C.
Civil. Por todo ello son aplicables, además de las normas citadas, las normas que
contienen los principios generales sobre reparación integral (conf. arts. 1069, 1078 1ª
pte., 1083 y 1109 y su doctrina, Cód. Civil), comunes a todos los actos ilícitos y
demás normas aplicables del ordenamiento ritual vigente.

VI) MEDIDA CAUTELAR


Que a los fines de asegurar la efectividad del derecho que
funda la presente demanda solicito a V.S. que bajo la fianza de la Dra. María E.
Chávez, disponga el emebargo de dos vehículos de propiedad del demandado Dr.
Benjamín González, por la suma de PESOS NOVECIENTOS MIL ($ 900.000), y sin
perjuicio de ulterior ampliación, solicitando se libre el correspondiente Oficio al
Registro del Automotor a los fines de la anotación de la medida solicitada. Para
mayor recaudo se acompaña informe registral de dominio del rodado Audi Modelo A6
DHQ 055 y el rodado Porche Modelo F60 FDK 789.

VI) CITACIÓN EN GARANTÍA:


Que, estando el accionado asegurado en la compañía
SAN CRISTOBAL SEGUROS S.A, con domicilio en Montevideo Nº730, Barrio
Observatorio de esta Ciudad, solicita su citación según el art. 118, ley 17.418.-

VII) PETITUM:
Por todo lo expuesto a V.S. solicito:
A) Me tenga por presentado, por parte y con el domicilio legal constituido.
B) Por acompañado la documental que se expresa.
C) Imprima el trámite de ley que corresponda, con especial imposición de costas.

Proveer de conformidad.-

SERÁ JUSTICIA . –

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