No te muevas puto - revolucionemosoaxaca.

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Escrito por Luis Gómez

Domingo, 21 de Noviembre de 2010 08:36

A mediodía el metro no hormiguea mucho. El convoy se detiene más segundos de los

necesarios en cada estación, pero a nadie le inquieta demasiado la demora. Sobre el andén
delgado caminan sin prisa por subirse mensajeros, señoras apacibles, jóvenes desocupados.
En los vagones, aprovechando esta pausa, el México subtérraneo dormita, se besa, hace su
tarea o viaja ensimismado al son de su propio ritmo.

Desde un rincón un pregonero saluda dando las “buenas tardes, damita, joven, caballero”, y
ofrece a continuación 50 películas en formato digital para celular y otros aparatos; son 50, 50
películas en un disco que vale 10, 10 pesos le cuesta este novedoso conjunto de videos para
disfrutar.

Bajo la luz blanca y contra la falsa pared de la estación, atestiguándolo todo, el Tío Sam vive
congelado en el acto de desenfundar un revólver. Detenido el gesto en un cartel de dos metros
de alto, el personaje anuncia “La Revolución Mexicana en el espejo de la caricatura
estadunidense”, exposición del estilo que marca el gobierno federal para conmemorar el
centenario evento.

El gringo no dispara todavía, aunque una gavilla de sus brutales paisanos lo anima a hacerlo:
frente a él, bajo un sombrero ranchero, la Revolución Mexicana es un perro rabioso… que
deberá morir o ser domesticado. En su serenidad, el dibujo no parece una caricatura sino una
burla soez, una amenaza.

Por fortuna no todo está perdido para este animal furioso que se revuelve solo, dando
dentelladas al aire. Un joven ingenioso, armado con un marcador negro, ha trazado un nuevo
personaje sobre el anuncio. Junto al Tío Sam, en realidad a sus espaldas, un fantasma
empuña una carabina contra el hombre blanco.

Sombrero de ala ancha, como otros mexicanos (como el perro), bigotón como Zapata y magro
como tantos de nosotros, el fantasma trazado con líneas toscas surgió del ingenio anónimo del

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Escrito por Luis Gómez

Domingo, 21 de Noviembre de 2010 08:36

artista para cambiar una vez más la correlación de fuerzas.

Desde sus labios nace el globo de una onomatopeya que reza: “No te muevas puto”. Y en
efecto, como se ha dicho, Tío Sam no termina ya nunca de sacar su arma… amenazado para
siempre por un ranchero pobre que defiende a su perro rabioso.

El anuncio atrae más que nunca las miradas. Y no se trata de un refresco inútil, de las obras
del gobierno, la superación personal o un pedazo empalagoso de comida chatarra. Ese cartel
ha vuelto a ser una caricatura, y el objeto del escarnio es el mismo gringo de siempre, soberbio
y virulento. Merced a la inconformidad del artista con la historia, en sus desenfadados trazos
quedó ilustrado algo que sí sabemos con claridad colectiva: no somos lo que ellos dicen.

Para Georgina, que siempre trata de recordar lo sí es, lo que sí somos.

México-Tenochtitlan, noviembre de 2010.

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