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Veíamos en el capítulo anterior que existen diversos detalles disonantes en la historia
oficial de los sucesos de Leganés: la falta de vainas de cartuchos, la aparición de dos
cadáveres con Goma-2 sin explotar, la aparición de otro cadáver con los pantalones al
revés,...

No son los únicos detalles que apuntan a que algo no cuadra en ese "final oficial" del
11-M. Ni tampoco los más importantes.

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El análisis de los informes contenidos en el sumario nos proporciona algunas respuestas


interesantes, pero revela también varios datos sorprendentes. Para empezar, ¿cómo
hemos podido saber cuántos terroristas murieron en Leganés y cuáles eran sus
identidades? Muy sencillo: los análisis de ADN permitieron identificar 7 perfiles
genéticos distintos, lo que quiere decir que allí había 7 presuntos terroristas.

En cuanto a las identidades, cuatro de los terroristas fueron identificados de forma muy
simple: por sus huellas dactilares. En términos técnicos, la toma de huellas dactilares de
un muerto se denomina `   . Esos cuatro terroristas estaban muertos, sí, pero
eso no impidió tomarles las huellas y compararlas con las existentes en las bases de
datos policiales. Y así se hizo, porque se encontraron 35 de los 40 dedos de las manos
de esos cuatro terroristas. En concreto, gracias a esas necrorreseñas se pudo identificar a
El Tunecino, a El Chino, a Abdenabi Kounjaa y a Anuar Asrih Rifaat.

¿Y por qué no se identificó a los otros tres terroristas de la misma manera? Pues, y aquí
viene lo sorprendente, porque de los otros tres terroristas no se encontró dedo alguno.
¿Dónde fueron a parar los dedos de los dos hermanos Oulad Akcha y de Allekema
Lamari?

Comprendo que, tras aquella explosión, los restos de algunos de los terroristas quedaran
destrozados y podría entender que de esos terroristas sólo hubieran aparecido unos
pocos dedos, pero me parece raro que desaparezcan los 30 dedos de esos tres terroristas.

Desde un punto de vista teórico, sería perfectamente posible que en la explosión


quedaran volatilizados todos los dedos de esos tres terroristas. Pero es que, si nos vamos
al informe de análisis de huellas dactilares   
 ``  `  , nos
tropezamos con una curiosa casualidad: en los objetos de aquel piso se encontraron las
huellas dactilares de "los 4 terroristas con dedos",      `` 
     ` 

Es decir, de esos tres terroristas no apareció ningún dedo después de muertos, pero es
que tampoco dejaron ninguna huella dactilar antes de morirse. Puedo aceptar que sus
manos se volatilizaran como consecuencia de la explosión, pero ¿tampoco tocaron nada
antes de que el piso saltara por los aires?
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Ese análisis de las huellas dactilares de los objetos encontrados en el piso arroja más
resultados curiosos. Además de las huellas de los 4 terroristas con dedos, se encontraron
las huellas de otras 12 personas en los libros y documentos rescatados del piso.

Entre esas doce personas cuyas huellas aparecieron en el piso están las de Safwan
Sabagh (de quien hemos sabido por El Mundo que trabajaba como agente para el CNI)
y las de Mustafá Maimouni (el cuñado de El Tunecino).

Que aparezcan en el piso las huellas de ese colaborador del CNI es llamativo, pero
todavía lo es más que aparezcan las de Mustafá Maimouni,     
` `   `   `       ` 
 ` `  `  
`. Teniendo en cuenta que el piso de Leganés
fue alquilado en marzo de 2004, es absolutamente imposible que Mustafá Maimouni
hubiera podido estar nunca en ese piso. Entonces, ¿cómo aparecen allí sus huellas?

Pues muy sencillo: todas las huellas identificadas en el piso se encontraron en una serie
de libros de contenido islámico y en una serie de documentos recogidos después del
estallido del piso. Que aparezcan en esos libros las huellas del cuñado de El Tunecino
indica, simplemente, que alguno de esos libros pasó por las manos de ese individuo en
algún momento del pasado, antes de su detención a mediados de 2003.

Misterio explicado. Pero claro, esto nos lleva a una conclusión que resulta preocupante:
si la presencia de las huellas de Mustafá Maimouni no implica que ese individuo
estuviera nunca en el piso, ```     ``  `  

 `  `   `         ` ` ! `  
. Es decir, que el valor probatorio de esas huellas encontradas en el piso es
completamente nulo a la hora de determinar quién estuvo o no estuvo en Leganés.

El asunto de las huellas plantea, además, otras dudas interesantes. ¿Cómo es posible que
no aparecieran huellas de los siete terroristas muertos en otros objetos recogidos
después de la explosión? En concreto, ¿por qué no aparecen huellas de esos terroristas
en los dos subfusiles con los que supuestamente estuvieron disparando durante horas?
¿Utilizaron guantes? ¿Para qué?

   

Quizá alguno de los lectores se esté preguntando a qué viene dar tantas vueltas a si los
terroristas aparecieron con dedos, o con los pantalones puestos al revés, o con
explosivos sin detonar en la cintura. En el artículo anterior nos preguntábamos, por
ejemplo, cuántos terroristas estaban vivos antes de que ese piso volara por los aires.
Pero ¿acaso no es absurda esa pregunta? Las cosas deberían ser mucho más fáciles:
bastaría con acudir a las autopsias de esos terroristas para despejar cualquier duda.

El problema, sin embargo, al intentar hacerlo, es que   ` " `: nadie
hizo la autopsia a esos presuntos terroristas muertos en Leganés. Mientras que a las
víctimas mortales del 11-M se les practicó la autopsia el propio 11 de marzo (lo que
permitió determinar que no había terroristas suicidas entre los muertos), nadie hizo lo
propio con esos islamistas que nos dicen que se inmolaron.
Resulta curioso cómo la recolección de pruebas e informes periciales en el 11-M ha
estado supeditada desde el principio al mantenimiento de la versión oficial. ¿No dice la
versión oficial que la mochila de Vallecas era una de las mochilas de los trenes?
Entonces, ¿para qué molestarse en analizar los destrozos de los vagones con el fin de
determinar el tipo de explosivo?

De la misma manera, ¿no dice la versión oficial que esos terroristas de Leganés se
suicidaron en torno a las nueve de la noche, haciéndose estallar? Entonces, ¿para qué
molestarse en hacer una autopsia con el fin de determinar la hora de la muerte y la causa
de la misma?


 



Existen otros indicios que apuntarían a la hipótesis de la inmolación de esos siete


terroristas. Encontramos, por ejemplo, una carta de despedida escrita por uno de esos
terroristas, Abdenabi Kounjaa, en la que habla a su familia de su decisión de acometer
la misión que Alá le había encomendado. Esa carta fue enormemente aireada por
algunos medios de comunicación como "demostración" de la determinación suicida de
esos terroristas. Esa despedida que Abdenabi Kounjaa escribe a su familia comienza así:

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  ` `   
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 `  ` 1  (      & `

Esta carta, escrita en árabe, es bastante larga y el lector puede ver la última de sus hojas
en la Figura 1. Fue redactada antes de la explosión del piso de Leganés y parecería
apuntar a que aquellos siete terroristas estaban dispuestos a la inmolación en su
particular guerra sangrienta contra la infiel España.

Sin embargo, como casi todo en el 11-M, es muy posible que las cosas no sean lo que
parecen.
† „VV 

Ê
Ê

 
   

Para empezar, resulta peculiar el modo en que aparece esa carta. El día 10 de mayo de
2004 (un mes después de los sucesos de Leganés), la Policía detenía a una persona
llamada Saed El Harrak y se incautaba de las pertenencias que dicha persona tenía
depositadas en la empresa de encofrados en la que trabajaba. Y, casualmente, en el
bolsillo lateral de una bolsa de viaje de esa persona aparece esta carta con (según nos
dicen) las huellas dactilares y la firma de Abdenabi Kounjaa.

Sin embargo, hay algo raro en esa firma. Disponemos de otro documento firmado por
Abdenabi Kounjaa (su permiso de residencia)
Ê

Ê
††       

Comparemos ambas firmas. Las figuras 3 y 4 muestran las correspondientes


ampliaciones.

† † 


  

Ê
Ê
† ïÊ ÊÊÊ Ê
Ê

Ê
Ê

Según la Policía, ambas firmas (en las que se distingue el principio del apellido
Kounjaa) corresponden a la misma mano. Que cada uno juzgue por sí mismo, pero mi
impresión personal es que ambas firmas se parecen como un huevo a una castaña.

De todos modos, lo verdaderamente extraño no es que las dos firmas no sean


completamente iguales. Como veremos a continuación, lo verdaderamente extraño es
justo lo contrario:   &` `  ` &  ` .

  

Los árabes no sólo escriben en árabe`  


*`&` `
. Cuando un
marroquí como Kounjaa llega a España, se ve forzado a inventar una nueva firma con
caracteres latinos para sus documentos oficiales, porque en España utilizamos el
alfabeto latino, pero esa persona seguirá conservando &`  `
. A
partir de ahí, esa persona utilizará su firma en caracteres latinos para comunicarse con
las personas no árabes y para todos los documentos de carácter oficial españoles,
mientras que reservará su firma original en caracteres árabes para los documentos
oficiales de su país natal, para comunicarse con otros árabes y, especialmente, para
comunicarse con sus familiares y amigos árabes.

'`)`
 
( `
    &    
 &  `    `. Lo que haría sería utilizar su firma árabe original.
   `  `    & 

De hecho,   `


  ` `& `
, en la que se lee "Abdullah".
¿Quién añadió entonces la firma latina de Abdenabi Kounjaa a esa carta escrita en
árabe, y con qué propósito? ¿Estamos ante un episodio más de ese inmenso y chapucero
teatro que es la versión oficial del 11-M?

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