Aumenta el número de católicos en España, pero disminuyen los que van a misa.
¡Qué pena!
Una cosa tan grande y por menos de nada
la dejamos. Tan grande que el Santo Cura de Ars dice:
“que una sola Misa alegra toda la corte
celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda clase de bendiciones, y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que la penitencia de todos los santos, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.” ¡Qué grande es la Misa! ¡Y sólo media hora!
¿Usted quiere un símbolo que se aproxima a
definirnos la Misa? El sacrificio de Abrahán. Lo recordamos: tiene la promesa de una gran generación pero la realidad es que ya son viejos y no pueden tener hijos… Dios, cuando quiere, le concede un hijo: Isaac. Le pide que lo sacrifique y lo lleva al monte… Dios premia la fidelidad de Abrahán y le dice: “por haber hecho esto, te bendeciré y multiplicaré como las estrellas del cielo y como la arena de las playas”.
¡Cuánto más hará a través de Jesús
que de verdad muere en el Calvario! Orígenes expresa así este acontecimiento:
“el hecho de que Isaac llevara la leña para
el holocausto es figura de Cristo que llevó su cruz a cuestas. Pero al mismo tiempo, llevar la leña para el holocausto es tarea del sacerdote; de ahí que Isaac fue a la vez víctima y sacerdote, igual que Jesús: Él mismo se ofrece y es ofrecido.” ¡Qué grande es la Misa!
Tenemos que adorar a Dios.
Es un mandato: “adorarás al Señor tu Dios con todo el corazón…” Pues con la Misa cumplimos plenamente este mandato. Tenemos que dar gracias a Dios por la vida, los bienes… Pues con la Misa lo cumplimos plenamente.
¡Qué grande es la Misa!
Tenemos que reparar al Señor por nuestros
pecados… Pues con la Misa lo hacemos plenamente. ¡Qué grande es la Misa!
Queremos hacer el mejor homenaje a
nuestros difuntos…
Pues con la Misa lo hacemos plenamente.
¡Qué grande es la Misa!
Y todo esto actúa independiente de la fe o de la santidad del Sacerdote porque es Cristo quien se ofrece. Si es tan importante ¡cómo debemos prepararla!
Terminemos con palabras del Cura de Ars, y
terminamos con sus palabras: “¿Estás en la Misa con las mismas disposiciones que la Virgen en el Calvario?” Hasta mañana si Dios quiere.