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Región Llanura Pampeana

MAPA .................................................................................................................................2
Clima...................................................................................................................................3
La Fauna y flora .................................................................................................................3
Relieve..............................................................................................................................5
Agricultura y ganadería.......................................................................................................6
La leyenda de la Piedra de Tandil.......................................................................................8

Integrantes:

Ignacio Javier Moyano, Maribel García Benitez, María Lucila Picciotto


Llanura Pampeana

MAPA

Esto es la
llanura
pampeana
La Llanura Pampeana se divide en tres partes: la Pampa ondulada, cuyo territorio presenta

suaves ondulaciones, en él se distinguen las barrancas, las terrazas fluviales y los bajos; la

Pampa deprimida, con inundaciones permanentes y la Pampa elevada, donde se hallan

Clima
• Verano: Tiempo caluroso a mediodía y en las primeras horas de la tarde; mañanas
y tardes agradables; noches agradables a frescas. Maxima 38.5 ºC - Minima 5.9 ºC
• Otoño: Tiempo agradable durante el día; noches frescas a frías. Maxima 34.2 ºC -
Minima -4.6 ºC
• Invierno: Tiempo agradable a mediodía y en las primeras horas de la tarde ; fresco
durante el resto del día, noches frías. Maxima 37.2 ºC - Minima -9.4ºC

• Primavera: Tiempo agradable durante el día; noches frescas a frías. Maxima 39.9 ºC -
Minima -4.2 ºC

La Fauna y flora
El nombre de "desierto" dado por los conquistadores a esta área obedece a la
casi nula presencia de árboles autóctonos y la escasez de agua superficial. En
efecto, la flora característica de la
"zona pampeana" son los densos y
extensos pastizales que cubrían esa
inmensa e interminable "pampa", hoy
reemplazados por cultivos.

Del pastizal natural solo quedan


relictos con gramíneas de los géneros
Melica, Panicum, Paspalum, Poa,
Setaria y Stipa.
Las lagunas, bañados y áreas
inundadas han sido colonizadas
por Juncos (Scirpus sp.), Espadaña
(Zizaniopsis sp.) y Totoras
(Typha sp.)

La fauna de la zona
incluye mamíferos
pequeños y medianos;
Zorro (Dusicyon
gimnocercus), Zorrino
(Conepatus chinga),
Vizcacha (Lagostomus
maximus),
Coipo (Myocastor coypus),
Hurón (Galietis cya),
Mulita (Chactophroctus

villosus), etc. La Liebre Mara (Odichotis


patagonum) a sido desplazada por la Liebre
Europea. Tampoco es posible encontrar en la
actualidad el característico Puma (Felis
concolor), nuestro mayor felino.

Las aves mas características son las terrestres como el


ñandú y diversas clases de perdices o las acuáticas;
patos, garzas, gallaretas, etc.

Pueblan la zona numerosas


especies de reptiles y anfibios;
lagarto overo, pequeñas lagartijas,
culebras terrestres y acuáticas,
ranas y sapos de distintas
especies.

Relieve

Esta dilatada llanura limita al Norte con la región mesopotámica y la


llanura chaqueña, por el Oeste con las sierras pampeanas y la región de
Cuyo y por el Sur con la Patagonia extrandina; el océano Atlántico y el
río de la Plata forman su límite oriental.
Sobre rocas cristalinas del macizo de Brasilia se asienta una gruesa capa
formada por polvo llevado por el viento desde las regiones montañosas
del oeste que constituye el loess pampeano, así como sedimentos
marinos producto de las transgresiones marinas cenozoicas, cubiertos
finalmente por una capa humífera de extraordinaria fertilidad.
La planicie posee una suave pendiente hacia el Este-Sudeste y su
horizontalidad sólo está interrumpida por los relieves incluidos de los
sistemas de Ventania y Tandilia en la Pampa oriental o húmeda y el de
Mahuides en la occidental o seca.
El paisaje de la Pampa oriental presenta distintos aspectos que permiten
dividirla en tres subregiones: ondulada, deprimida y alta.
La pampa ondulada es una angosta franja que se extiende desde el río
Carcarañá en Santa Fe hasta Punta Indio en Buenos Aires. Debe su
nombre a las ondulaciones del suelo en el que los ríos tributarios del
Paraná y de la Plata, han excavado valles amplios y poco profundos por
los que se deslizan describiendo meandros. El frente fluvial sobre los
grandes colectores está caracterizado por una barranca casi continua,
de gran importancia antropogeográfica.
Agricultura y ganadería
El clima templado pampeano o húmedo, con lluvias suficientes, sufre la
acción de los vientos Pampero, Sudestada y Norte. El clima y el suelo
favorecen la actividad agrícola y ganadera, criándose especialmente
ganado vacuno lechero y practicándose la avicultura y la apicultura.
Esta es la zona maicera por excelencia, además de trigo, maíz y girasol
existen extensas plantaciones de frutales (zonas de San Pedro y San
Nicolás) y cultivos de huerta y flores en gran escala, destinados
especialmente al consumo de Buenos Aires y Rosario. El triángulo
agrario cuyos vértices ocupan Rosario, Venado Tuerto y Pergamino, es
uno de los espacios cultivados más productivos de la Argentina.

Industria y recursos naturales


La barranca ribereña ha permitido la instalación de una serie de puertos
intermedios que sirven a la navegación de ultramar. Toda esta región
conforma el frente fluvial industrial de mayor
importancia en el país por el número y
magnitud de las diversas plantas instaladas;
la concentración de población, localizándose
los grandes núcleos urbanos de Buenos
Aires, Rosario y La Plata, entre otras
ciudades; la provisión de agua potable y
energía y el desarrollo y densidad de los
medios de transporte y comunicación, que la
colocan en una situación de privilegio con
respecto al resto del país.
La Pampa deprimida abarca la cuenca del río
Salado de Buenos Aires y se prolonga,
rodeando a la Pampa ondulada, desde la ciudad de Santa Fe en el Norte
hasta Bahía Blanca por el Sur. Su clima templado presenta una sensible
disminución de las precipitaciones hacia el Oeste.
En esta zona hay una serie de depresiones ocupadas por lagunas
permanentes o temporarias, desde la de Mar Chiquita en Córdoba hasta
la de Chasicó en Buenos Aires, que recogen las aguas de arroyos
permanentes y acusan una fuerte salinidad. Sólo la cuenca del Salado
tiene salida al océano por la bahía Samborombón en una costa de
cangrejales, y el drenaje imperfecto de esta área ha obligado a construir
una serie de canales para evitar las consecuencias de las inundaciones.
Los suelos del valle del Salado y de otras zonas bajas son inadecuados
para la agricultura, predominando los establecimientos dedicados a la
cría de vacunos. En las tierras altas los trigales alternan con los
alfalfares y potreros con avena, cebada y centeno destinados al engorde
o invernada de los animales. El área del trigo no alcanza actualmente los
rendimientos de otros tiempos, como consecuencia del fenómeno de
erosión de suelos que afecta a la zona marginal, lindante con la pampa
seca.
Importantes núcleos urbanos de doble carácter agropecuario se han
desarrollado en esta zona, como Chascomús, Dolores y Rafaela.
La Pampa alta se extiende desde el borde oriental de las sierras
pampeanas en Córdoba, hasta el frente marítimo de la provincia de
Buenos Aires comprendido entre Mar del Plata y Bahía Blanca. En este
sector, el clima presenta la variedad con influencia oceánica, de lluvias
suficientes, escasas amplitudes térmicas y la acción de los vientos del
mar.
En el Sudeste de la provincia de Buenos Aires, limitada por los cordones
de Tandilia y Ventania, se encuentra otro sector deprimido que
constituye la pampa interserrana; su red de drenaje está dirigida hacia
todos los rumbos, aunque sólo los ríos y arroyos de la pendiente
atlántica alcanzan el mar, como Quequén Grande, Claromecó, Sauce
Grande, etc.
Los recursos de que dispone esta área son múltiples: a la ganadería
(ovinos y vacunos) y agricultura (cereales, oleaginosas y en Balcarce
papas en gran escala), se suma la minería con la explotación de
canteras de granito y piedra caliza.
La variedad y belleza de los valles y formaciones serranas atraen al
turismo que origina una intensa actividad hotelera en Tandil, Azul,
Olavarría y otras ciudades. El litoral de esta zona posee los mayores
centros balnearios de la Argentina, donde sobresalen Mar del Plata,
Miramar y Necochea. El primero es además puerto pesquero y base de
submarinos.
Bahía Blanca, en la zona austral, es el gran puerto de embarque de la
región, punto terminal de caminos y ferrocarriles, contando con
poderosos elevadores de granos; siendo asiento de la Base Naval
General Belgrano, la más importante de la Armada Argentina.
La Pampa seca es la prolongación de la Pampa oriental y la frontera
entre ambas, siempre oscilante, está marcada por la isohieta de 500
mm. Las condiciones climáticas se traducen en diferencias
fitogeográficas la estepa de gramíneas característica de la Pampa
húmeda, es reemplazada por la formación del monte, con predominio de
caldén, chañar y algarrobo, que son objeto de una intensa explotación.
Hacia el Oeste donde las precipitaciones son mínimas, en el ámbito de la
diagonal árida, el monte se hace muy ralo, con abundancia de
cactáceas. Al Norte la Pampa se confunde con los llanos que circundan a
las Sierras Pampeanas y al Oeste se prolonga en las planicies cuyanas.
Abundan las cuencas cerradas que alojan salinas o lagunas en vías de
serlo, como la del Bebedero. En este sector se encuentran los mayores
depósitos de sal común del país, sobresaliendo las Salinas Grandes. En
esta zona sin desagüe al mar, extensas áreas están totalmente
desprovistas de agua y presentan caracteres desérticos: son las
travesías.
La práctica inadecuada de la agricultura en períodos húmedos originó la
voladura de los suelos al sobrevenir la sequía, inutilizándose los campos.
La actividad propia del área es la pastoril, que no crea ciudades, por lo
que los núcleos poblacionales son dimensiones. escasos y de
reducidas

La leyenda de la Piedra de Tandil.


Era el principio de los tiempos. El Sol y la Luna eran marido y mujer: dos

dioses gigantes, tan buenos y generosos como enormes eran. El Sol era el

dueño de todo el calor y la fuerza del mundo; tanto era su poder que de sólo

extender los brazos la tierra se inundaba de luz y de sus dedos prodigiosos

brotaba el calor a raudales. Era el dueño absoluto de la vida y de la muerte.

Ella, la Luna, era blanca y hermosa. Dueña de la sabiduría y el silencio; de la

paz y la dulzura. Ante su presencia todo se aquietaba. Andando por la tierra

crearon la llanura: una inmensa extensión que cubrieron de pastos y de flores

para hacerla más bella. Y la llanura era una lisa alfombra verde por donde los

dioses paseaban con blandos pasos. Luego crearon las lagunas donde el Sol y

la Luna se bañaban después de sus largos paseos.

Pero los dioses se cansaron de estar solos: y poblaron de peces las aguas y de

otros animales la tierra.¡Qué felices se sentían de verlos saltar y correr por sus

dominios! Satisfechos de su obra decidieron regresar al cielo. Entonces fue

cuando pensaron que alguien debía cuidar esos preciosos campos: y crearon a

sus hijos, los hombres. Ahora ya podían regresar. Muy tristes se pusieron los

hombres cuando supieron que sus amados padres los dejarían. Entonces el Sol

les dijo:

-Nada debéis temer; ésta es vuestra tierra. Yo enviaré mi luz hasta vosotros,
todos los días. Y también mi calor para que la vida no acabe.

Y dijo la Luna:

-Nada debéis temer; yo iluminaré levemente las sombras de la noche y velaré

vuestro descanso.

Así pasó el tiempo. Los días y las noches. Era el tiempo feliz. Los indios se

sentían protegidos por sus dioses y les bastaba mirar al cielo para saber que

ellos estaban siempre allí enviándoles sus maravillosos dones. Adoraban al Sol

y la Luna y les ofrecían sus cantos y sus danzas.

Un día vieron que el Sol empezaba a palidecer, cada vez más y más y más...

¿qué pasaba?, ¿qué cosa tan extraña hacía que su sonriente rostro dejara de

reír? Algo terrible, pero que no podían explicarse, estaba sucediendo. Pronto se

dieron cuenta que un gigantesco puma alado acosaba por la inmensidad de los

cielos al bondadoso Sol. Y el Dios se debatía entre los zarpazos del terrible

animal que quería destruirlo. Los indios no lo pensaron más y se prepararon

para defenderlo. Los más valientes y hábiles guerreros se reunieron y

empezaron a arrojar sus flechas al intruso que se atrevía a molestar al Sol.

Una, dos, miles y miles de flechas fueron arrojadas, pero no lograban destruir

al puma, que, por el contrario, cada vez se ponía más furioso. Por fin uno dio

en el blanco y el animal cayó atravesado por la flecha que entraba por el

vientre y salía por el lomo. Sí, cayó, pero no muerto. Y allí estaba, extendido y

rugiendo; estremeciendo la tierra con sus rugidos. Tan enorme era que nadie

se atrevía a acercarse y lo miraban, asustados, desde lejos. En tanto el Sol se

fue ocultando poco a poco; había recobrado su aspecto risueño. Los indios le
miraban complacidos y él les acariciaba los rostros con la punta de sus tibios

dedos. El cielo se tiñó de rojo... se fue poniendo violeta.., violeta. ... y poco a

poco llegaron las sombras. Entonces salió la Luna. Vio al puma allá abajo,

tendido y rugiendo. Compadecida quiso acabar con su agonía. Y empezó a

arrojarle piedras para ultimarlo. Tantas y tan enormes que se fueron

amontonando sobre el cuerpo hasta cubrirlo totalmente. Tantas y tan enormes

que formaron sobre la llanura una sierra: la Sierra de Tandil. La última piedra

que arrojó cayó sobre la punta de la flecha que todavía asomaba y allí se

quedó clavada. Allí quedó enterrado, también, para siempre, el espíritu del

mal, que según los indios no podía salir. Pero cuando el Sol paseaba por los

cielos, se estremecía de rabia siempre con el deseo de atacarlo otra vez. Y al

moverse hacía oscilar la piedra suspendida en la punta de la sierra.(*)

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