Você está na página 1de 3

La casa de Bernarda Alba

Lorena
Crisan
20/01/2011
Análisis de la figura de Bernarda
Alba en todas sus dimensiones
Bernarda es una mujer madura de 60 años que se casó dos veces, de
su primer matrimonio tuvo una hija llamada Angustias y de su
segundo matrimonio cuatro: Magdalena, Amelia, Martirio y Adela. Ella
es el modelo del autoritarismo, el cual, está simbolizado por el bastón
que siempre lleva en escena. Es una madre que somete a sus hijas a
su autoridad y a la que sólo le preocupa el qué dirán. Su mundo es el
de la hipocresía, el de las falsas apariencias y somete a sus hijas a su
mundo, a pesar de la oposición de éstas. La voluntad aparente de
Bernarda se basa en criar a sus hijas de manera decente; aunque el
objetivo final o verdadero de mantener a sus hijas recluidas es evitar
las habladurías y el qué dirán. Le preocupa más el mundo de las
falsas apariencias que sus propias hijas; es la encarnación hiperbólica
de las fuerzas represivas. Así, uno de sus objetivos en la obra es
mantener la decencia de sus hijas y ésta se consigue controlando los
impulsos eróticos que ellas tienen. Tal idea corresponde a la idea
tradicional del papel de la mujer, frente al del hombre (Hilo y aguja
para las hembras. Látigo y mula para el varón). Esta voluntad de
Bernarda va unida a la conciencia de pertenecer a una capa social
superior, a un verdadero orgullo de casta (No hay a cien leguas a la
redonda quien se pueda acercar a ellas. Los hombres de aquí no son
de su clase). Ella quiere que todas las mujeres de su casa actúen
como la voluntad de ella dispone. Es una especie de ceguera que le
hace tomar sus deseos por realidades (No pienso / Yo ordeno). Las
relaciones de Bernarda con el resto de personajes están basadas en
la apariencia, frialdad, falta de sinceridad, hipocresía…, es decir, no
nos encontramos con una relación pura y sincera entre madre e hijas.
Y, con la que mantiene una relación más estrecha es con La Poncia,
puesto que mantienen largas conversaciones sobre diferentes
aspectos; a pesar de ello, Bernarda siempre le recuerda la posición
social y económica porque nunca deja de guardar las distancias. Sus
relaciones con Bernarda son curiosas; como vieja criada, podría ser
“de la familia”; y, en efecto, interviene en las conversaciones, en los
conflictos, hace advertencias, da consejos e incluso tutea a Bernarda,
pero ésta no deja de recordarle las distancias que las separan (Me
sirves y te pago. ¡Nada más!). Ella es consciente de que no es querida
por nadie de su casa, pero sigue actuando de la misma forma puesto
que lo único que le importa son las apariencias (No os hagáis
ilusiones de vais a poder conmigo. ¡Hasta que salga de esta casa con
los pies delante mandaré en lo mío y en lo vuestro!).

Você também pode gostar