6 al 12 de febrero de 2011 ev: 17

Dios es tan grande que puede cubrir todo el mundo con su amor
y a la vez tan pequeño para entrar en tu corazón.

Tribunal Diocesano de Arecibo Tribunal Diocesano de Arecibo

Po. Box. 143964 Po. Box. 143964
Arecibo, Puerto Rico Arecibo, Puerto Rico

CITACIÓN EDICTAL CITACIÓN EDICTAL

Ante Revdo. P. Ángel Santos Ante Revdo. P. Ángel Santos
Santos Santos
Vicario Judicial Vicario Judicial

Nulidad de Matrimonio Nulidad de Matrimonio

Piñero-Martínez
PROT. NO.:007/10
10 de enero de 2011
Ignorando el actual domicilio de la
parte conventa, Ernesto Martínez
Soto en la causa antes mencionada,
citamos a la misma a presentarse, o
González-Rodriguez
PROT. NO.:001/10
10 de enero de 2011
Ignorando el actual domicilio de
la parte conventa, José Gilberto
Rodríguez Pérez en la causa antes
mencionada, citamos a la misma

Comunidad misionera celebra

personalmente o por su procurador a presentarse, o personalmente o
legítimamente nombrado, ante este por su procurador legítimamente
Tribunal Eclesiástico de la Diócesis nombrado, ante este Tribunal Ecle-

30 años de fundación
PADRE ROBERTO Atzeni Marini, C.M.V
Para El Visitante
“¿Están contentos con su casa?”
La pregunta fue hecha por Padre Luigi Prandin,
fundador junto con María Luigia Corona, de la Co-
munidad Misionera de Villaregia (CMV), al inicio de
la primera Eucaristía que celebraba en las facilidades,
aún en construcción, del Centro Misionero de la CMV
en Arecibo.
Como respuesta, las 500 personas congregadas
allí, ofrecieron espontáneamente un largo y caluroso
aplauso. En la tarde de aquel mismo domingo, 16 de
enero, se llevó a cabo un encuentro de los fundadores
con los familiares de los misioneros puertorriqueños
que pertenecen a la comunidad y los miembros aso-
ciados de la CMV en Puerto Rico.
El salón principal del centro fue habilitado para
acoger a quienes se dieron cita ese día en la Misa
para, junto a P. Luigi y María Luigia, dar gracias a Dios
por las bendiciones recibidas en estos años.
Durante las casi dos horas de celebración, los
fundadores de la CMV hicieron un bello recuento de
la historia de sus 13 años en la Parroquia Nuestra Se-
ñora de Fátima, ubicada en el Barrio Sabana Hoyos,
de Arecibo.
13 después, en aquella mañana, María Luigia ex-
presaba llena de emoción y cercanía fraterna: “Uste-
des, Parroquia Nuestra Señora de Fátima, están lla-
mados a volverse cada vez más misioneros por ser
el sacerdote de una comunidad misionera quien les
sirve como párroco. Estamos llamados a ser, juntos,
misioneros”.
Agradeciendo a los presentes por la colaboración
de Arecibo, ubicado en la Calle siástico de la Diócesis de Arecibo,
Mariano Abril #5, Arecibo, Puerto ubicado en la Calle Mariano Abril #5,
rico. Los ordinarios, los párrocos y Arecibo, Puerto rico. Los ordinarios,
los fieles, que conozcan el domicilio los párrocos y los fieles, que conoz-
recibida para la construcción del centro, los fundado- de la parte mencionada, dígnese can el domicilio de la parte mencio-
res recordaban cada gesto de la Providencia que ha informar a la misma de la presente nada, dígnese informar a la misma
hecho posible que este sueño vaya haciéndose una citación edictal. de la presente citación edictal.
realidad. Rev. P. Ángel Santos Santos S.T.L., Rev. P. Ángel Santos Santos S.T.L.,
J.C.L J.C.L
“La Providencia pasa por sus manos. Con todas
sus manos podremos terminarlo”, dijo Padre Luigi en Vicario Judicial Vicario Judicial
relación a la aún inconclusa construcción del centro. Sra. Wanda I. Rivera Ríos Sra. Wanda I. Rivera Ríos
A estas palabras, le siguió el compartir de refri- Notario Notario
gerios en un ambiente muy familiar. Era evidente la
alegría.
Ya a media tarde dio comienzo el encuentro con
250 personas, entre las cuales se encontraban los fa-
miliares de los misioneros puertorriqueños, los miem-
bros asociados de la CMV en Puerto Rico, los amigos
y bienhechores.
Los Fundadores recordaron que “hace 13 años
Dios quiso que la CMV se volviera borinqueña”.
Con esta expresión invitaron a familiares y miem-
bros asociados a continuar construyendo el “rostro
boricua de la Comunidad”, donando la cultura y el ser
puertorriqueño al carisma de comunión y misión que
la Providencia de Dios ofrece a la Iglesia y al mundo
por medio de la CMV.
Al final, era contagiosa la alegría y desbordante
el entusiasmo. Allí, en medio de aquella majestuosa
estructura aún por concluir, era evidente la presencia
de un Dios familia que llama a la alegría y al amor.
Poco antes, María Luigia lo había expresado de la
siguiente manera: “Si grande es ver este centro levan-
tarse, aún más grande es la maravilla de una familia
que por su relación hace presente a Dios. Este centro
es nada en comparación con la grandeza de la pre-
sencia de ustedes”.
(Editado por Redacción )