Você está na página 1de 4

MAESTRIA EN ADMINISTRACIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

XXIV

MATERIA: FACTOR HUMANO Y HABILIDADES DIRECTIVAS

MAESTRA: M.A. BERTHA MARÍA CHACÓN GARCÍA

ENSAYO: NEGOCIACIÓN Y MANEJO DE CONFLICTO.

PRESENTADO POR: RENE CASTAÑEDA MORENO

SALTILLO, COAHUILA, A 18 DE FEBRERO DE 2011.


La negociación y el manejo de conflictos son actividades presentes de

manera permanente en mi trabajo. Después de haber revisado la teoría que

describe la clasificación, métodos de abordaje y tácticas de resolución para

los conflictos, me queda muy claro el estilo que tiendo a utilizar, quizá de

forma inconsciente, y al mismo tiempo detecto con claridad (ahora sí)

algunas de las deficiencias que tengo y que pueden ser fácilmente

subsanadas con un poco de preparación previa a cada negociación.

Hagamos lo que hagamos, los conflictos nunca dejarán de existir,

pero es vital no temer enfrentarlos, y un principio para perder el miedo a

algo es el conocimiento. La preparación previa a la hora de enfrentar una

negociación, así como el realizar un esfuerzo por comprender el origen de la

posición de la otra parte, pueden hacer la diferencia entre una resolución

benéfica para todos y una negociación empantanada y frustrante. Las

organizaciones que fomentan el sano desarrollo de conflictos obtienen una

ventaja competitiva frente a las que privilegian un ambiente homogéneo y

de complacencia generalizada, ya que son capaces de generar ideas

innovadoras que se salen de la ordinaria rutina y métodos de trabajo

establecidos. Aquí el punto crítico es ¿Cómo obtener el beneficio de un

dinámico ambiente de conflictos “positivos”, sin las tensiones y

resentimientos personales que los diferendos pueden dejar como herencia?

Este sería, en mi opinión, el punto medular al que deberíamos de aspirar

como directivos.

Uno de los mayores vicios que tenemos actualmente en el manejo de

conflictos, (hablando desde el punto de vista de mi organización) es la

evasión y postergación de los mismos, dándole muchas veces una

connotación negativa al hecho de confrontarse de una manera directa y


franca, lo que provoca frustración entre el personal y una acumulación de

asuntos pendientes de resolver que provocan un desempeño deficiente en

general.

En el otro extremo del espectro, la posición de poder de que goza un

directivo, lo lleva muchas veces, en aras de obtener resultados rápidos, y

convencido de lo correcto de sus opiniones, a abusar del método de

coacción, con lo que se pierde un enorme potencial de riqueza en términos

de generación de ideas .

A partir de lo anterior, planteo dar seguimiento a algunos aspectos

principales que considero pueden redituar una mejora significativa.

Los puntos en los que me enfocaré son tres:

1.- Identificar los conflictos presentes en mi entorno laboral

inmediato, priorizando la gravedad y urgencia de dar solución a los mismos,

haciendo un esfuerzo por afrontarlos a la brevedad y de manera

sistemática.

2.- Estudio de la situación particular de cada uno, incluyendo el foco y

fuentes del conflicto en turno, con el fin de identificar claramente el tipo de

problema entre manos, y en base a esto, guiar de forma consciente el

planteamiento inicial de la resolución del conflicto, o en su caso, de la

negociación respectiva.

3.- Llevar el proceso de resolución de conflictos hacia un esquema

colaborativo, en todos los casos que el entorno lo permita.


A partir de los puntos anteriores, iré llevando un registro de al menos

un conflicto principal por semana, de forma que pueda ir observando la

evolución que voy teniendo a lo largo del tiempo en el manejo de estas

situaciones, y conforme mis habilidades se vayan afinando, hacer énfasis en

los puntos críticos en los que pude haber optado por un enfoque distinto al

seleccionado, tratando de entender los procesos mentales mediante los

cuales llegué a cada decisión.

En paralelo a lo anterior, incentivaré al personal a mi cargo a

identificar, enfrentar y dar solución a los conflictos que cada uno tenga,

buscando alcanzar un ambiente de asertividad y privilegiando la tolerancia.

El adecuado manejo de conflictos no es una habilidad que se pueda

desarrollar a través de instrucciones o manuales, más bien requieren de un

abordaje integral de los individuos y organizaciones, y sobre todo, de un

ambiente que por un lado, propicie los comportamientos “positivos”, pero

que también tenga en consideración las causas inherentes de las conductas

arraigadas y acepte e incluya la diversidad de enfoques y maneras de

pensar.

Você também pode gostar