Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Como explica Kruger (2006), en los últimos años ha existido una importante
controversia entre las diferentes definiciones acuñadas para explicar las
sociedades desarrolladas en las últimas décadas. Al principal debate entre
sociedad de la información y sociedad del conocimiento se le añade el término
popularizado por Castells (1996), que se refiere a la misma como sociedad red.
En todo caso todas las acepciones comparten una idea común: en las
sociedades modernas el flujo de información a través de las nuevas
Tecnologías de la Información y Comunicación ha revolucionado las propias
bases de la organización social, transformando las relaciones políticas,
económicas, laborales e incluso personales, y produciendo una mutación en los
principales actores e instituciones sociales mediante los que la sociedad se
conforma. El nuevo paradigma laboral pasa a ser el “trabajo inmaterial” (Hardt y
Negri, 2002, p. 266) postfordista que llega para sustituir al fabril fordista, lo que
provoca que sea la construcción de conocimiento a partir de la información
1
disponible en las nuevas redes de comunicación, el rasgo fundamental de
evolución de las sociedades modernas. La evolución tecnológica ha traído
consigo una imparable globalización que hasta ahora se muestra
especialmente provechosa para la circulación de capitales transnacionales y la
construcción de “empresas red” (Castells, 2010) que se segregan a partir de
una empresa matriz para mejorar su organización, con el objetivo final de
multiplicar sus beneficios al tiempo que se evitan responsabilidades
corporativas. Por este motivo tal vez no se debería hablar de “sociedad del
conocimiento” sino de un “capitalismo del conocimiento” (Gorz, 2001, citado en
Kruger, 2006) que se desarrolla dentro de la sociedad de la información.
Castells (2010) trata de explicar cómo funcionan las grandes redes de poder
multimedia globales. A pequeña escala y siguiendo ese planteamiento, se
intentará profundizar en el conocimiento de las redes de poder multimedia
españolas a partir de su evolución histórica, la identificación de sus dueños, el
estudio de las relaciones que tienen con otros agentes económicos y políticos,
y el análisis del marco desde el que informan cada día a los ciudadanos.
2
constituyen el lugar histórico concreto donde se produce la
información, conocer los procesos económicos sociales que
presuponen la producción de noticias como mercancía, son
tareas que adquieren pues una considerable importancia para el
receptor. (p. 11)
¿Por qué resulta tan importante conocer quién está detrás de los mensajes que
reciben los ciudadanos? La producción de información, la creación de
mensajes a través de los medios “conlleva construir una nueva realidad”
(Aparici, 2010). Esa realidad que se nos muestra termina determinando la que
conforman los ciudadanos, que a través de estos medios construyen su propia
imagen del mundo. Por esa razón, la única manera que estos tienen de
analizar críticamente los mensajes que les llegan es comprender los códigos
mediante los que se crean y los agentes que los producen.
3
Bustamante (1982) en la España analógica, no deja de sorprender que vuelva
a ser denunciado casi treinta años después por Serrano (2010) en su análisis
de los enmarañados entramados financieros que están actualmente detrás de
los medios de comunicación de masas en la España digital.
Durante los primeros años de la dictadura, una gran mayoría de los medios
escritos que habían sido propiedad de diversas instituciones políticas y sociales
alineadas con la izquierda fueron absorbidos y transformados en meros
“apéndices” del régimen. Esta situación variaría considerablemente a partir de
los años cincuenta, cuando el “férreo control ideológico de la dictadura
comienza a aflojarse” y se va estableciendo una “oligarquía financiera local”
relacionada con las distintas facciones del régimen, facciones que terminarían
convirtiendo los diarios en un “terreno privilegiado de sus pugnas”. Cuando
Franco muere y la democracia se establece en España, los medios de
comunicación escritos están en manos de una doble red estatal y privada,
aunque con los años la estatal se reduciría drásticamente y la privada se
establecería como la paradigmática del sector. A principios de los 80 eran solo
cinco los principales grupos de poder privados en España: La familias Luca de
Tena y Godó (dueños de los periódicos de referencia ABC y La Vanguardia,
respectivamente) que habían heredado y mantenido sus grupos y propiedades
desde antes de la Guerra Civil, EDICA (Editorial Católica, que poseía un
4
periódico nacional , el Ya, y varios regionales), La Iglesia católica española
(además de estar ligada a la propia EDICA tenía el control sobre la radio
COPE), y por último el grupo sociológico ligado al Opus Dei (a través de la
banca controlaba varios medios escritos y empresas de publicidad como
Movierecord). Junto a esta red de poder privada el Estado se erigía como figura
dominante en este incipiente mercado mediático, ya que además del control
sobre innumerables medios escritos, controlaba directa o indirectamente la
radiodifusión (habría que destacar aquí la fortaleza de la SER, que a pesar de
ser privada había estado fuertemente ligada al régimen) y mantenía el
monopolio sobre la televisión.
Un aspecto reseñable y significativo fue que mediante las sucesivas leyes con
las que se fue liberalizando el sector de la comunicación en España, los
gobiernos democráticos nunca quisieron tomar en consideración que “los
derechos adquiridos del periodo franquista primaban, sin mínimo debate previo
sobre su legitimidad o la situación de oligopolio que engendraban”
(Bustamante, 1982, p. 164). Es decir, los grupos que habían ejercido el poder
económico y mediático durante el régimen, los que habían sido colaboradores
necesarios en el franquismo, fueron los beneficiados de esa progresiva
liberalización del sector y del espacio que provocó la radical “desamortización”
de la prensa estatal.
5
cambios institucionales caracterizados por la liberalización, la privatización y la
desregulación regulada, nacional e internacionalmente”. (Castells, 2010, p. 90)
Pero, ¿quiénes eran los nuevos dueños del poder mediático? ¿Quién estaba
detrás de estas empresas? ¿Cuáles eran sus intereses? ¿Cómo era su
funcionamiento?
6
especificad mediática le ha sucedido una explosión de soportes,
redes y terminales de información, cada vez más imbricados en
una convergencia digital que desdibuja sus fronteras y sus
lenguajes y los articula crecientemente en ofertas y usos sociales.
(p. 6)
7
8
No durarían mucho esas trabas, y aún bajo el gobierno del PP se permitió la
absorción (bajo apariencia de fusión) de Vía Digital (entonces en manos de
Telefónica) por parte de Canal Satélite Digital (en manos de Prisa), quedando
una única plataforma de televisión digital por satélite para todo el mercado en
una situación claramente monopolística. Las relaciones de las redes de poder
mediáticas con las redes de poder políticas permitieron que en 2002 grupos
afines al PP (Vocento y Unidad Editorial) obtuvieran licencias para la futura
TDT. Algo similar sucedería en 2005 cuando el gobierno socialista permite
convertir la que ya era claramente deficitaria Canal Plus (de Prisa, grupo afín al
PSOE) en televisión en abierto, al tiempo que concede otra licencia a Mediapro
para permitirle construir un nuevo grupo mediático en torno a la televisión en el
que se integraría prensa, internet y producción de contenidos audiovisuales. El
gobierno socialista se comprometió entonces con el sector a eliminar la
publicidad de TVE como contraposición a esta ampliación de la competencia
privada para que el pastel publicitario pudiera repartirse (lo cuál ha terminado
derivando en que en 2010 A3 y T5 vieran como se disparaban sus beneficios a
pesar de la fragmentación de las audiencias y la situación general de crisis2).
Finalmente en Mayo de 2010, se aprobó La Ley General de la Comunicación
Audiovisual que abría “la posibilidad a que una sola entidad jurídica o personal
posea varios canales o servicios de televisión con la única limitación de que su
audiencia no supere en 27%” (Moreno, 2005). Esta ley aprobada por el
gobierno socialista, supone de hecho la posibilidad de que una sola empresa
domine el panorama televisivo del país puesto que la limitación del 27% solo es
válida para el momento en que se produce una posible fusión o absorción, pero
no impide que esa empresa termine haciéndose con la mayoría de la
audiencia. Aunque como plantea Serrano (2010), puede entenderse todavía de
manera más peligrosa: “este límite lo puede conseguir una misma empresa de
publicidad que gestione mas de una cadena privada” (p. 27). Un aspecto este
que no debe obviarse puesto que como él mismo señala: “en mayo de 2010 la
Comisión Nacional de la Competencia abrió expedientes sancionadores a
Prisa, Vocento, Godó y Zeta por pactos publicitarios debido a que comparten
2
Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/24/comunicacion/1298537114.html
9
las mismas empresas para comerciar su publicidad” (Serrano, 2010, p. 27). El
futuro se presenta desolador desde el punto de vista de la pluralidad
informativa pues estamos “ante una autopista para una gran concentración, con
el horizonte de solo tres grupos dominantes o dos dominantes y otros grupos
menores al final de la carrera (Zallo en Serrano, 2010, p. 304)
10
relaciones del otro gran banco español (el BBVA) con Vocento son conocidas
ya que la familia Ybarra mantiene miembros y posee acciones en ambas
compañías. Con respecto a las cajas se puede señalar, como indica Serrano
(2010), que debido a las deudas contraídas, el grupo Zeta está actualmente en
manos de su principal acreedor (La Caixa), en un ejemplo claro de cómo el
progresivo endeudamiento de muchos de los grupos de comunicación citados
en su loca carrera de acumulación y diversificación mediática, ha ido
entrelazando su destino (y sus intereses) a los de la banca, estableciéndose
unas “estrechas relaciones “ (Chomsky & Herman, 1990).
11
parte de propiedades tan representativas como Santillana o Cuatro (a
Telecinco), no tuvo más remedio que llegar a un acuerdo de venta con el grupo
estadounidense Liberty3, por el que este se hizo con el 57,7% de Prisa.
Finalmente, para mantenerse a flote, Prisa tuvo que recurrir a “capitales de
riesgo” (Castells, 2010, p. 137) cerrando el círculo, convirtiéndose en una
verdadera empresa red multimedia con capital transnacional y con intereses
transversales en todo el mundo a la que no se le puede ya otorgar, más que
desde la ingenuidad, una ideología tradicional desde la que construye la
realidad en sus medios. Aunque evidentemente, como veremos en el capítulo
siguiente, eso no significa que no tenga ninguna.
3
“Se trata de una fórmula de especulación híbrida entre el capital de riesgo y una empresa cotizada”
(Serrano, 2010:178)
12
Análisis del marco en que el que se desarrolla la comunicación de masas
en España: qué y cómo transmiten los medios.
13
informativos” (Aparici & Barbas en Aparici, 2010, p. 36). Esta idea, que suele
ser la alternativa más comúnmente utilizada por el ciudadano preocupado por
entender lo que parecen ser posturas enfrentadas en el panorama mediático,
conlleva el grave de error de no considerar que “todos los grupos mediáticos
comparten una historia representacional del mundo” (Aparici & Barbas en
Aparici, 2010, p. 36). Por ello, siguiendo a Serrano (2010), debe bastar con
conocer quiénes son los dueños de los medios de comunicación de masas
para comprender que la ideología que todos comparten y que van a defender
de manera conjunta es la del libre mercado, la del neoliberalismo económico
que les ha permitido construir sus emporios, por lo que lo natural será que
ataquen o silencien (también conjuntamente) cualquier planteamiento político o
económico que represente una alternativa a la estructura económica y social
dominante.
Mientras Castells (2010) sigue insistiendo en su obra en el análisis de la
influencia, uso y presión de la política sobre los medios de comunicación de
masas, parece más necesario empezar a considerar que los sucesivos
procesos de liberalización y desregulación producidos en todos los sectores de
la sociedad han empezado a generar una inversión en la antigua relación del
poder político con los demás actores sociales y económicos, provocando que la
red de poder político se integre como una red de poder más (en algunos
aspectos incluso de manera secundaria) dentro de la nueva estructura de las
sociedades modernas basadas en el capitalismo global o transnacional. Este
nuevo capitalismo no solo ejerce su poder en el ámbito económico, laboral y
político sino que dispone de las nuevas armas que le proporcionan las nuevas
tecnologías para conseguir, a través de sus altavoces mediáticos, introducir sus
valores y ejercer su “poder simbólico” (Aparici & Barbas, 2010, p. 36) sobre las
emociones de los ciudadanos.
¿Cuáles son los mecanismos por los que se manipula la información que le
llega a la población? Además de la ocultación de los verdaderos intereses y las
identidades de los dueños de los medios, y a pesar de la espectacularización
de la sociedad (Debord, 2002) mediante la que cada día los medios generan un
ruido informativo ensordecedor (con el objetivo de hacer creer a los receptores
de su información la existencia de enormes diferencias entre ellos, y entre las
14
ideologías superficiales que parecen representar, incluso cuando a veces
pertenecen a la misma empresa), es una realidad que ciertos hechos
inconvenientes son ocultados a los receptores, del mismo modo que se niega
el acceso a los altavoces privilegiados a las voces discrepantes siempre que su
visibilidad pueda causar un perjuicio al propio sistema, o a alguno de los
múltiples intereses de uno de los dueños del medio en cuestión. En este
sentido resulta clave analizar la dictadura que la publicidad instaura sobre la
información que ofrece un medio de comunicación de masas. Siguiendo a
Callejo (2008), todo el entorno de la comunicación se puede considerar
publicidad, y en ese contexto no parece exagerada su idea de “producción de
audiencias para los anunciantes” ya que es a través de la publicidad como
obtienen los beneficios las empresas. En un arrebato de extraña sinceridad, el
consejero delegado de Telecinco, Paolo Vasile, lo explicaba con rotundidad en
unas declaraciones a la revista Squire, recogidas en el portal de internet
Vertele4 (2010): “En Telecinco hacemos televisión para vender publicidad”.
Esta es la mejor explicación que se puede dar a por qué, por ejemplo, nunca
se encuentre una sola noticia negativa en los medios de masas españoles
sobre empresas como Repsol o El Corte Inglés (al que esos mismos medios
facturan “151 millones de euros anuales en publicidad” (Serrano, 2009, p. 32).
En otras ocasiones no hace falta la censura (o la autocensura), sino que como
explican Chomsky & Herman (2003), basta con contextualizar adecuadamente
(espacial o temporalmente) la noticia o la declaración y no repetirla demasiadas
veces para que su repercusión sea prácticamente nula.
15
similares noticias con similares imágenes al tiempo que terminan tratando
prácticamente los mismos temas. En cuestión informativa, lo que se ofrece
cada a día a los receptores de medios de comunicación de masas no es más
que un menú cerrado de comida precocinada.
Serrano (2010) va más allá y afirma que “la era de la información se traduce en
la práctica social en una inmensa desinformación masiva” (p. 99). Pero más
que una desinformación masiva lo que hay es un exceso de información
redundante (algo que internet ha multiplicado por mil) que impide al receptor
analizar las fuentes de las noticias y el marco desde el que se ha construido.
5
Según la Wikipedia: las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV) son sociedades de
inversión colectiva que gozan de importantes ventajas fiscales ya que tributan al 1% en el impuesto sobre
sociedades”.
16
con dinero público aportados por el Gobierno a cajas y bancos para solucionar
la gran crisis de capital especulativo que el grueso de trabajadores españoles
evidentemente no había provocado. Estos enfoques no se encontrarán. O se
encontrarán sin que su tratamiento los pueda convertir en significativos.
17
receptor pasivo de la comunicación de masas, como cuando ejerce de
emerec6: creador y receptor al tiempo en la autocomunicación de masas.
¿Y cuál se sienten inclinadas a tomar? Aquella para la que han sido educadas
mediante lo que “Althusser identificó como instituciones fundamentales que
llevan a cabo el proceso de socialización: la iglesia, la familia, el sistema
educativo y los medios de comunicación” (Quin en Aparici, 2010, p. 30). Los
medios de comunicación de masas actúan directamente sobre estas
emociones educadas de los receptores, conectando con “una forma de pensar,
una forma de actuar” (Castells, 2010, p. 218) que les permite controlar la
agenda diaria de noticias que consume la población y que esta asume como la
fundamental. Por otro lado, como afirma Castells (2010):
6
Término acuñado por Jean Cloutier para designar “un modelo de comunicación donde todos los
participantes tienen la posibilidad de ser emisores” (Rubio en Aparici, 2010, p. 37)
18
atajo cognitivo que reduce el esfuerzo mental necesario para
realizar una tarea. (p. 206)
Conclusiones
19
implantación en el extranjero y una decidida implicación en la comunicación de
masas en España. Resulta fundamental para el ciudadano identificar a los
dueños de estas empresas y reconocer sus verdaderos intereses y
compromisos, para poder analizar la información que recibe y poder
comprender el marco a través del cuál le llega dicha información. A pesar de
que Internet ha facilitado el acceso general a la información no parece haber
mejorado las condiciones de pluralidad, ya que la construcción de la agenda
diaria de noticias trascendentes sigue siendo responsabilidad de los grupos de
poder, que por otro lado han aprendido a gestionar y canalizar las emociones
de sus consumidores para poder establecer con más eficacia sus postulados
socioeconómicos. Para que la sociedad de la información se convierta en una
verdadera sociedad del conocimiento uno de los aspectos claves debiera ser el
despertar de la ciudadanía respecto a la información y el tipo de ocio que
consume a través de los medios de comunicación de masas.
20
Anexo: Conglomerado mediático de las principales empresas españolas
de comunicación (Serrano, 2010) (Actualizado a enero de 2001)
21
22
23
24
25
Bibliografía:
26
Anales del V Encontro Latino de Economia Politica da Informaçao,
Comunicaçao e Cultura (Enlepicc). V Encontro Latino de Economia
Politica da Informaçao, Comunicaçao e Cultura (Enlepicc) (5). Num. 5.
Salvador de Bahia (Brasil). Unión Latina de Economía Política de la
Información, la Comunicación y la Cultura. Pag. 112-134
- Hardt, Michael & Negri, Antonio (2002): Imperio. Barcelona: Paidós
- Kruger, Karsten (2006). El concepto de sociedad del conocimiento.
Revista bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Vol XI, nº 683.
- Serrano, Pascual (2008). Desinformación. Cómo los medios ocultan el
mundo. Barcelona: Paidós.
- Serrano, Pascual (2010). Traficantes de información. Madrid: Akal.
Webgrafía:
- http://jmtornero.wordpress.com/tag/concentracion-de-medios/
- http://jmtornero.wordpress.com/2010/05/02/ley-general-de-la-
comunicacion-audiovisual/
- http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article20831
- http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2010112705
- http://www.vertele.com/noticias/paolo-vasile-hemos-comprado-
cuatro-para-quitarnos-a-un-rival/
- http://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_de_Inversi%C3%B3n_de_Capi
tal_Variable
- http://www.herbogeminis.com/El_decurso_y_la_vigencia_del.html
- http://www.expansion.com/2009/12/14/empresas/banca/1260828304.
html
- http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/24/comunicacion/12985371
14.html
- http://www.losgenoveses.net/Opinion/Los%20dossieres/clavespoliti
cascasoalierta.html
27