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Tres Castillos

Es un sitio que tuvo gran importancia en la historia de Chihuahua porque ahí ocurrió la batalla de
Tres Castillos, que marcó el final de 200 años de Guerra Apache en el estado. El 14 de Octubre de
1880 se enfrentaron a las fuerzas del coronel Joaquín Terrazas con el grupo apache de Victorio,
cuyo lugar teniente era el famoso indio Gerónimo. El enfrentamiento significó la derrota apache
con la muerte de Victorio y la mayoría de los apaches. El sitio es muy impresionante, un árida
llanura en cuyo centro se encuentran tres pequeños cerros graníticos, los tres castillos. Aun se
encuentran intactas las trincheras de los apaches y los restos de sus antiguos campamentos.
Asomarse a este sitio es vislumbrar una de las páginas más dramáticas de la historia de Chihuahua
y del norte de México. Tres Castillos se encuentra a 80 km al norte de Coyame, se le accede por
una buena terracería. Debido a que es una zona de extrema aridez, para visitar este sitio se
recomienda hacerlo e otoño o en invierno.

Un 15 de septiembre llegaron los apaches capturados en esta lucha, entre


ellos niños, mujeres y ancianos

Un día como hoy del 15 de octubre pero del año de 1880 fueron presentados ante los
chihuahuenses los apaches capturados en la Batalla de Tres Castillos, informó Humberto
Hernández del Proyecto Cultural Chihuahua Apache A.C..

La historia aún recuerda como siendo un 14 de octubre los apaches dirigidos por Victorio,
después de haber caminado por un suelo frió y seco, escucharon el viento como si tratase de
advertirles sobre el final que les esperaba, en una llanura que no tenía más cobijo o
protección que tres pequeños cerros los Tres Castillos, en donde la desventaja estaba
declarada.

En este sitio se resguardaron niños, mujeres y ancianos, mientras tanto los jóvenes y adultos
guerreros integrantes de diferentes tribus de apaches como los Chiricahuas, Mescaleros,
Nedhni (de Nuevo México) y Navajos de (Arizona) esperando la llegada de las fuerzas
públicas de Terrazas; mismas que se podían observar a través de las rocas de estos cerros.

Los Apaches provistos con sus arcos y flechas y unos cuantos rifles comenzaron a
improvisar trincheras con rocas en este sitio, con la finalidad de poder repeler las balas de
los rifles de repetición que portaban las fuerzas de Terrazas y Mata Ortiz; sin embargo ante
la desigualdad tanto en el número de hombres y de armas poco a poco fueron cayendo los
guerreros inclusive el Jefe Victorio.

Al termino de la batalla los sobrevivientes en su mayoría niños, mujeres y ancianos fueron


hechos prisioneros y trasladados a la ciudad de Chihuahua, precisamente un 15 de octubre ,
junto con todas las pruebas fehacientes de esta batalla ( las cabelleras de los apaches )
cobrando la recompensa ofrecida por la autoridad.

Por lo que este martes a las 16:00 horas se presentará esta y otras historias de los Apaches
que lucharon por la Paz de sus pueblos, en el Cineclub de la Facultad de Filosofía y Letras.
La Guerra Apache
El fin del dominio colonial significo el rompimiento del frágil equilibrio entre las tribus guerreras de
apaches y comanches. El gobierno colonial había logrado una relativa pacificación de la frontera
presentando una defensa unificada de sus territorios bajo su dominio, los apaches reconocieron
esta superioridad y su incapacidad de mantenerse en estado de guerra constante, esto los llevo a
realizar acuerdos de paz. A cambio de raciones alimenticias y el reconocimiento de su territorio,
los barbaros estuvieron de acuerdo en suspender sus correrías y establecerse pacíficamente.

Pero al caer el dominio español en la guerra de independencia, se debilito dicho equilibrio y los
indígenas aprovecharon para reiniciar sus robos y asaltos.

En Chihuahua las dificultades comenzaron a partir de 1831, cuando el comandante general José
Joaquín Calvo retiro la entrega de raciones alimenticias a los pueblos indios apaches. Comanches y
Apaches empezaron a movilizarse y una partida de comanches dieron muerte a dos capitanes en la
ribera del rio Bravo. El Coronel Calvo el 16 de octubre de 1831 declaro la guerra a los bárbaros,
con ello se dio inicio a una dolorosa y sangrienta etapa que se prolongo por más de 50 años.

Un año más tarde, se sabía de ataques a las poblaciones de la zona noroeste, por lo que el
gobernador Madero obtuvo facultades para hacer frente a los apaches y armar a los habitantes de
la región.

El gobierno de Chihuahua solicito la ayuda del gobierno nacional pero esto no pudo hacer mucho
ya que se encontraba en quiebra financiera, así que las poblaciones y chihuahuenses tuvieron que
hacer frente a las dificultades con sus propios medios. Esta situación causo resentimiento hacia el
gobierno de la republica y se llego a pensar en el anexo del estado a E.U.A.

En septiembre de 1834 se nombro como gobernador del estado al Comandante General José J.
Calvo y bajo el mando de este se tomaron diversas medidas como la prohibición del comercio con
apache bajo pena de muerte, se instalo el derecho de peaje en los puestos militares para fomentar
el fondo de la guerra y se obligo a todas las personas a salir armadas de sus casas.

Así empezaron a vivir los chihuahuenses a partir de 1835, en el año 1836 se llego a tal extremo
que los vecinos de San Buenaventura proclamaron su independencia y en 1839 se tomó la decisión
de contratar un ejército privado para combatir a los apaches. En 1840 el entonces gobernador
Francisco Garcia Conde logro establecer de nuevo los convenios de paz, pero estos convenios no
fueron definitivos y cundo los bárbaros se repusieron, volvieron nuevamente al ataque.

Los estragos de la guerra apache se manifestaban en todos los ámbitos económicos y los que no
habían sido víctimas de los ataques abandonaron sus ranchos y tierras para refugiarse en los
poblados y conservar la vida.
Las infames contratas de sangre
El problema apache fue una constante preocupación paro los gobiernos de Chihuahua y tras ver
fracasar las campañas militares se decidió emprender el combate da los apaches mediante una
funesta estrategia llamada: Contratas de Sangre. Estas consistían en descabellar a los indios
muertos para mostrar sus cabelleras y obtener una recompensa.

En 1849 el congreso estatal elaboro una ley con respecto a las contratas de sangre, el gobernador
Ángel Trias la veto y combatió pues la consideraba inhumana. Sin embargo el congreso la volvió a
presentar y fue aceptada. Esta ley expresaba que la guerra en contra de los apaches era el
principal objetivo del estado, así que el gobierno contrataba mercenarios y pagaba por cada indio
muerto o prisionero ya sea niño, adulto, hombre o mujer, el precio variaba.

Estas prácticas llegaron a convertirse en una forma de vida para muchos Chihuahuenses y este
sistema duro por más de 40 años.

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