2010

Del bosque a las estrellas

Autora: MAYCA PRIETO

REIKISTAS EN LA RED
Esta meditación se ha realizado para su libre distribución. Puerta a la energía universal
La autora solo permite su distribución en el archivo
completo y no de manera parcial.
17.04.2010
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Puerta a la energía universal
“Del bosque a las estrellas”

MEDITACIÓN AUTOGUIADA
Al hacer una meditación, consigues apartar la mente de tus asuntos diarios para relajarla. De esta manera tanto tu mente
como tu cuerpo se relajan a la vez que trabajas la imaginación. Como bien decía Albert Einstein, “La imaginación es más
importante que el conocimiento”. Pues bien, trabajando con esta clase de ejercicios se segregan en nuestro cuerpo las sustancias
químicas necesarias para alcanzar un estado de relajación y salud a la vez que aclararás tu mente para abordar tus problemas o
asuntos de una manera más positiva. Sumérgete en tu “laboratorio interno” trabajando 15 minutos diarios con la meditación.
Aquí tienes un ejemplo de meditación que puedes variar a tu antojo dejando libre tu imaginación.

Para hacer esta meditación autoguiada, escoge una hora del día en la que nadie pueda molestarte. Lo ideal es que hagas este
ejercicio de visualización por la noche antes de dormir.

Tómate tu tiempo para acostarte cómodamente habiendo preparado antes si te apetece, una barrita de tu incienso preferido y
una velita. Puedes también poner de fondo una música suave que te ayude a relajarte. Una vez acomodado, haz tres
respiraciones profundas, sin prisa y como si no existiera el tiempo. Chequea los músculos de tu cuerpo de los pies a la cabeza y
por partes comprobando los músculos que están tensos para relajarlos. Una vez realizados estos pasos previos, comienza con la
meditación que tienes a continuación. Léela dos o tres veces previamente para luego poder realizarla, y si te quedas dormido
antes de finalizar no te preocupes, pues esta meditación se enlazará con un bonito sueño reparador.

DEL BOSQUE A LAS ESTRELLAS

Ya con los ojos cerrados, te percatas de la paz que te rodea. Se consciente de ello. Este momento es solo y
exclusivamente para ti. Ahora visualízate incorporándote en la cama y levantándote hacia la puerta de tu casa.
Sales de tu cuarto y te diriges hacia la puerta que da a la calle. Todo está oscuro y en calma y sales con cuidado
para no despertar a los demás. Abres la puerta para salir y cuál es tu sorpresa al ver que luce un radiante sol
dorado que ilumina allá en lo alto una hermosa pradera llena de césped y flores de mil colores. Los pájaros
cantan en un suave trinar. Tan hermoso te parece lo que ves que decides salir a dar una vuelta.

Al ir descalzo puedes sentir la fresca hierba acariciar la planta de tus pies. Está fresca y húmeda. Puedes notarlo
en tu piel. Mientras caminas, notas la calidez de los rayos de sol sobre tus mejillas, lo cual es inmensamente
reparador para ti. En el cielo azul no hay ni una sola nube. Tan solo un dorado sol ilumina el cielo y la hermosa
pradera. Caminando te percatas de que no muy lejos hay una gran arboleda que parece un verdoso bosque
formado por unos árboles enormes. Te diriges hacia él y pronto te das cuenta de que son secuoyas, esos árboles
gigantes y robustos que parecen tocar el cielo. Te introduces en el bosque con la sensación de que las secuoyas
te llaman cariñosamente. Estos árboles tan grandes, te inspiran una gran admiración.

Alrededor de cada secuoya hay un grueso y mullido musgo de un color verde intenso. Eliges una secuoya
especialmente alta que parece sobrepasar con creces a las demás. Te transmite paz, serenidad y seguridad.
Tanto es así que decides acariciarla y cuál es tu sorpresa cuando ves que tu mano puede introducirse fácilmente
dentro de la corteza del árbol. Poco a poco introduces tu brazo y todo tu cuerpo hasta formar parte de la
secuoya. Te sientes parte de ella y puedes recorrer su gigantesco tronco sintiendo la calidez de su centenaria
madera. Es divertido y a la vez acogedor sentirse parte de un árbol tan increíble. Enraizado fuertemente a la
tierra con sus larguísimas raíces, te hace sentirte fuerte y lleno de vida. Recréate en esa sensación.

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“Del bosque a las estrellas”

Decides deslizarte tronco arriba en dirección a las ramas y al llegar a la primera te diriges hacia una de las
enormes hojas donde te encuentras con una mariposa que te saluda. Sin saber cómo, puedes comunicarte con
ella y te dice que ha venido a saludarte y a desearte un agradable viaje. La mariposa, de un color amarillo
brillante, hace un bonito contraste con el verdor de las hojas de la secuoya.

Continúas tu viaje a lo largo del gran árbol para continuar subiendo y deslizándote a través de sus ramas, en una
de las cuales te encuentras con dos lindos apagornis de color azul que te saludan con un dulce trinar. Los
agapornis son unos dulces y amorosos pajaritos de colores que también pueden comunicarse contigo y
transmitirte sus mensajes.

Sin apenas darte cuenta, has recorrido más de doscientos metros y has llegado a la rama más alta. Desde allí,
vuelves a notar la calidez del sol alimentando el gran árbol del que formas parte ahora. El paisaje desde allí arriba
es más bello de lo que nunca hubieras podido imaginar. Las montañas rodean el espeso bosque de secuoyas que
a su vez está rodeado por un valle verdoso lleno de flores de diferentes colores. El aroma puede llegar a inundar
tus fosas nasales llenándote de paz, de una inmensa paz; De una dulce paz.

Como si te evaporaras, te desprendes de la última hoja del árbol hacia el cielo. Tu cuerpo no pesa y se eleva
como un globo cada vez más y más alto. Te sientes flotar y subir cada vez más y más… Sumido en una agradable
sensación, te ves envuelto en unas nubes que aparecen para saludarte con un suave abrazo.

Continúas tu ascensión y ves como van quedando atrás todas las capas de la atmósfera. Sorprendentemente te
encuentras fenomenal, ya que no necesitas respirar, por lo que para ti no es un problema la ausencia de oxígeno.

Un cometa surca el espacio a gran velocidad, saludándote a su paso. Te sientes parte de las estrellas, como otro
punto de hermosa luz en el espacio. Todos tus problemas quedaron atrás y ahora eres parte del firmamento.
Miras hacia abajo y ves La Tierra iluminada en una parte gracias al sol y ensombrecida por otra. La luna la
salvaguarda con su manto de rayos lunares. Puedes distinguir las luces de las grandes ciudades. Alrededor,
planetas y estrellas bailan acompasados en sus orbitas invitándote a continuar tu viaje.

Sintiéndote estrella de luz, surcas el espacio cual cometa veloz. En este viaje has dejado atrás todos tus
problemas y tensiones diarias. Ahora te limitas a ser feliz y a disfrutar de esta increíble travesía a través de las
estrellas. De repente, te das cuenta de que allá a lo lejos hay una estrella que despide un brillo especial. Es un
brillo que atrae tu atención especialmente por su intensidad, así que decides acelerar tu ritmo y dirigirte hacia
ella. Conforme te acercas, te vas percatando de que es un pequeño planeta similar a La Tierra. Es el planeta
Akásico y puedes observar cómo cada ser humano de La Tierra tiene allí una vida paralela donde están los
secretos para llevar una vida mejor. Observando este planeta, las personas podrían visualizar la solución a todos
sus problemas. De esta manera, decides observar tu vida paralela allí. Ves lo que tienes que hacer para resolver
ese asunto que tan preocupado te tiene; Ves lo fácil que es llegar a su solución. El planeta Akásico te revela el
secreto para solucionar ese asunto que en La Tierra te preocupa. Sonriente y feliz, decides regresar a tu planeta
natal y para ello tan solo tienes que cerrar los ojos. Respiras hondo y te sientes de nuevo materializado en tu
cálida cama y sumido en profundo sueño del que no despertarás hasta el día siguiente a la hora habitual.

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