El Pacto para la Estabilidad, la Competitividad y el Empleo
La competitividad en la producción de bienes de servicios ha sido el tema de mayor
preocupación desde 1986, después de la adhesión de México al GATT, que marcó el inicio de un profundo proceso de liberalización comercial. A pesar de que la apertura del sector financiero fue posterior, ha sido la industria de seguros la que ha experimentado un mayor grado de apertura, con la autorización de la participación de la inversión extranjera minoritaria, en el capital accionario de las empresas. En forma similar, ha sido el sector asegurador el primero del sector financiero y el cuarto de la economía mexicana en suscribir un programa de mejoramiento de la productividad en el marco del Pacto para la Estabilidad, la Competitividad y el Empleo (PECE), identificando dos condiciones indispensables para el logro de las metas deseadas de productividad y competitividad: mayores flujos de inversión y un proceso continuo de innovación tecnológica. Este programa de mejoramiento de la productividad se inició en septiembre de 1992 con un diagnóstico de la problemática del sector, en la que participaron los representantes de las aseguradoras y de las autoridades, para ello se empleó la metodología propuesta por la SHCP en el «Análisis Sectorial de la Productividad en México», identificándose al capital contable y a la reserva de previsión como el «acervo de capital» del sector asegurador. Este análisis permitió clasificar a 9 compañías como empresas de «punta», mismas que en 1991 suscribieron el 30 por ciento de las primas. Dentro de la categoría de empresas en transición quedaron 6 compañías, que emitieron el 9 por ciento de las primas durante ese ejercicio. De este sector, 13 empresas mostraron rezago tecnológico, con una emisión que representó el 32 por ciento de las primas y 9 empresas fueron clasificadas como empresas en contracción. Estas últimas, suscribieron el 29 por ciento restante de las primas. Este estudio sobre la productividad del sector arrojó información sumamente valiosa, contribuyendo a modificar la percepción que existía entre algunos representantes de las autoridades y del público sobre la industria de seguros en México, como una industria atrasada en su conjunto, aclarando que existían distintos niveles de productividad y permitiendo además profundizar en la problemática que enfrentan las compañías de seguros para elevar su eficiencia, la calidad de los servicios que prestan y su competitividad. En efecto, el diagnóstico permitió identificar problemas, tanto por el lado de la oferta, como por el lado de la demanda. Algunos de ellos exógenos a la operación de la industria, otros que suponían la intervención de las autoridades y otros que implicaban tomar medidas que acelerarán el cambio estructural de las compañías de seguros. El 17 de octubre de 1992, representantes del sector asegurador y autoridades gubernamentales suscribieron una matriz de compromisos, que suponía dar respuesta a 40 problemas identificados en el diagnóstico, 18 vinculados a la demanda y 22 asociados con la oferta. Para ello, emisarios de las compañías de seguros, de los sindicatos, de los agentes intermediarios y las autoridades gubernamentales, que en forma directa o indirecta están relacionados con la industria de seguros, se dieron a la tarea de hacer propuestas, integrar grupos de estudio, realizar análisis cuidadosos de las propuestas y emitir respuestas, que en su mayoría resultaron favorables. Estas respuestas positivas, al ser recogidas en modificaciones legales o simplemente instrumentadas, resultarán en cambios sustantivos para las compañías que integran al sector asegurador. De los 40 compromisos concertados al 17 de marzo del año en curso, 24 fueron atendidos, 14 encontraron una respuesta favorable, 8 continúan en estudio y sólo 2 fueron denegados. Entre las propuestas destacan aquéllas que suponen modificaciones al régimen legal y administrativo, otras que son de naturaleza fiscal. Se hicieron además propuestas de orden técnico, planteamientos relativos al control de los costos de siniestralidad y propuestas relacionadas con la organización interna de las compañías, como son los convenios de productividad entre empresa y sindicatos, así como programas de capacitación. Además, la interacción de los representantes de las diferentes instancias, relacionadas con la industria de seguros permitió el surgimiento de planteamientos adicionales que contribuyen al desarrollo del sector asegurador De las propuestas que suponen modificaciones al régimen legal y administrativo, vale la pena destacar que las autoridades respondieron positivamente a la solicitud de autorizar a las instituciones de seguros emitir obligaciones subordinadas convertibles en capital, así como realizar operaciones de tipo fiduciario, relacionadas con los seguros. Además se comprometieron a continuar y profundizar el proceso de simplificación administrativa y de autonomía de gestión del sector asegurador, a través de modificaciones y reformas a la Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de Seguros, iniciadas en 1990, así como de concluir el proceso de reforma a la Ley sobre el Contrato de Seguro. Entre los planteamientos de tipo fiscal, se acordó estudiar la forma de otorgar un tratamiento fiscal claro y equitativo a los seguros basados en planes de pensiones, asimismo, se aceptó la propuesta de simplificación de la comprobación del pago del impuesto del valor agregado (IVA), por parte de los agentes e instituciones reaseguradoras. Se aprobó también la deducibilidad de la reserva de previsión que deben constituir las aseguradoras, con base en las nuevas reglas de carácter técnico que emitirá la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Queda sin embargo, en estudio la forma más adecuada de limitarla para efectos fiscales dentro de cinco años. Dentro de las reformas fiscales propuestas, se acordó la adecuación del régimen relativo a la aplicación del componente inflacionario a las reservas técnicas de las aseguradoras y los esquemas técnicos de constitución y registro contable de los mismos. En el marco de la concertación de compromisos entre el sector asegurador y las autoridades, se fortalecieron los programas de trabajo para mejorar las bases estadísticas en las diferentes operaciones y ramos, adecuándolas a la experiencia siniestral de nuestro país.