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POEMAS AMOROSOS PARA SAN VALENTÍN

LÍRICA POPULAR
¿Cuál es la niña
que coge flores
si no tiene amores? Por vida de mis ojos,
Cogía la niña el caballero,
la rosa florida; por vida de mis ojos,
el hortelanito bien os quiero.
prendas le pedía. Por vida de mis ojos
Si no tiene amores. y de mi vida,
que por vuestros amores
[Gil Vicente] ando perdida.
Por vida de mis ojos,
el caballero,
por vida de mis ojos,
bien os quiero.

Gentil caballero,
dédesme hora un beso,
siquiera por el daño
que me habéis hecho. Agora que soy niña
Venía el caballero, quiero alegría,
venía de Sevilla, que no se sirve Dios
en huerta de monjas de mi monjía.
limones cogía, Agora que soy niña,
y la prioresa niña en cabello,
prenda le pedía: ¿me queréis meter monja en el
siquiera por el daño monesterio?
que me habéis hecho. ¡Que no se sirve Dios
de mi monjía!
Agora que soy niña
quiero alegría,
que no se sirve Dios
No me firáis, de mi monjía.
madre, yo os lo diré:
mal de amores he.
Madre, un caballero
de casa del rey siendo
yo muy niña Yendo y viniendo
pidióme la fe; voyme enamorando:
dísela yo, madre, una vez riendo
no lo negaré. y otra vez llorando.
Mal de amores he.
No me firáis, madre,
yo os lo diré:
mal de amores he.
[Juan Vásquez]

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POEMAS AMOROSOS PARA SAN VALENTÍN

POESÍA CANCIONERIL Ya del todo desfallece


con pesar mi triste vida:
(SIGLO XV) desde la negra partida
mi mal no mengua, mas crece.
Porque más sin duda creas No sé qué diga ventura,
mi gran pena dolorida, que m' así quiso apartar
déte Dios tan triste vida de vos, gentil criatura,
que ames y nunca seas a la cual yo he d'amar.
amada ni bien querida. Todo mi placer perece
sin mi razón ser oída,
E con esta vida tal cruel muerte dolorida
pienso bien que creerás veo que se me bastece.
el tormento desigual
que, sin merecer, me das. [Marqués de Santillana]
Pues que muerte me deseas,
sin tenerla merecida,
déte Dios tan triste vida
que ames e siempre seas
desamada y mal querida.

[Juan de Mena]

Quien tanto veras desea,


señora, sin conoceros,
¿qué hará después que os vea
cuando no pudiere veros?
Gran temor tiene mi vida
de mirar nuestra presencia,
pues amor en vuestra ausencia me
hirió de tal herida.
Aunque peligrosa sea
delibro de conoceros,
y si muero porque os vea,
la victoria será veros.

[Jorge Manrique]

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POEMAS AMOROSOS PARA SAN VALENTÍN

Estoy contino en lágrimas bañado,


rompiendo siempre el aire con suspiros,
POESÍA y más me duele el no osar deciros
que he llegado por vos a tal estado;
RENACENTISTA
(SIGLO XVI) que viéndome do estoy y en lo que he
[andado
Quien dice que la ausencia causa olvido por el camino derecho de seguiros,
merece ser de todos olvidado. si me quiero tornar para huiros,
El verdadero y firme enamorado desmayo, viendo atrás lo que he dejado;
está, cuando está ausente, más perdido.
y si quiero subir a la alta cumbre,
a cada paso espántanme la vía
Aviva la memoria su sentido; ejemplos tristes de los que han caído;
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartado Sobre todo, me falta ya la lumbre
hace su desear más encendido. de la esperanza, con que andar solía por
la oscura región de vuestro olvido.
No sanan las heridas en él dadas,
aunque cese el mirar que las causó, si [Garcilaso de la Vega]
quedan en el alma confirmadas.
CONTRA EL AMOR
Que si uno está con muchas cuchilladas,
porque huya de quien lo acuchilló, Amor, cuerpo de Dios con el merdoso,
no por eso serán mejor curadas. cochino, porquezuelo, malmirado,
¿en qué ley halláis vos que un
[Juan Boscán] hombre [honrado
esté sujeto a vos? Decid, lendroso.
Escrito está en mi alma vuestro gesto y
cuanto yo escribir de vos deseo:
vos sola lo escribisteis, yo lo leo ¿Qué fuerza tenéis vos, rapaz mocoso,
tan solo, que aun de vos me guardo hijo de una gran puta, malmirado,
[en esto. de muy bajo solar, malinclinado,
En esto estoy y estaré siempre puesto, chiquito, merdosillo, cegajoso?
que aunque no cabe en mí cuanto en
[vos veo, ¿Por qué os llaman Amor, siendo
de tanto bien lo que no entiendo creo, [tan crudo?
tomando ya la fe por presupuesto. ¿Por qué sois tan cruel, siendo tan
[tierno?
Yo no nací sino para quereros; ¿Por qué desaboráis, siendo Cupido?
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero. ¿Por qué sois tan parlero, siendo mudo?
¿Por qué os hacéis un dios, siendo
Cuanto tengo confieso yo deberos; por [un infierno?
vos nací, por vos tengo la vida, por vos Amor, Cupido sois; sois escupido.
he de morir, y por vos muero.
[Diego Hurtado de Mendoza]
[Garcilaso de la Vega]

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POEMAS AMOROSOS PARA SAN VALENTÍN

Ya no quiero más bien que sólo amaros,


POESÍA BARROCA ni más vida, Lucinda, que ofreceros
la que me dais cuando merezco veros, ni
(SIGLO XVII) ver más luz que vuestros ojos claros.

Cuando imagino de mis breves días Para vivir me basta desearos,


los muchos que el tirano amor me debe para ser venturoso conoceros,
y en mi caballo anticipar la nieve para admirar el mundo engrandeceros y
más que los años las tristezas mías, para ser Eróstrato abrasaros.

la pluma y lengua respondiendo a coros


veo que son sus falsas alegrías quieren al cielo espléndido subiros,
veneno que en cristal la razón bebe, donde están los espíritus más puros:
por quien el apetito se le atreve
vestido de mis dulces fantasías. que entre tales riquezas y tesoros
mis lágrimas, mis versos, mis suspiros
¿Qué hierbas del olvido ha dado el de olvido y tiempo vivirán seguros.
[gusto
a la razón que sin hacer su oficio [Lope de Vega]
quiere contra razón satisfacelle?

Mas consolarse quiere mi disgusto,


que es el deseo del remedio indicio
y e! remedio de amor querer vencelle. Si tu país y patria son los cielos,
¡oh, Amor!, y Venus, diosa de la
[Lope de Vega] [hermosura,
tu madre, y la ambrosía bebes pura
Ir y quedarse y con quedar partirse, y hacen aire al ardor del sol tus vuelos;
partir sin alma e ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena si tu deidad blasona por abuelos
y no poder del árbol desasirse; herida deshonesta, y la blancura
de la espuma del mar, y a tu segura
vista, humildes, gimieron Delfo y Delos,
arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer del cielo y ser demonio en pena
y de serIo jamás arrepentirse; ¿por qué bebes mis venas, fiebre
[ardiente,
hablar entre las mudas soledades, y habitas las medulas de mis huesos?
pedir prestadas sobre fe, paciencia, Ser dios y enfermedad ¿cómo es
y lo que es temporal llamar eterno; [decente?

creer sospechas y negar verdades, Deidad y cárcel de sentidos presos,


es lo que llaman en el mundo ausencia, la dignidad de tu blasón desmiente,
fuego en el alma y en la vida infierno. y tu victoria infaman tus progresos.

[Lope de Vega]
[Francisco de Quevedo]

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POEMAS AMOROSOS PARA SAN VALENTÍN

Si a una parte miraran solamente Suspiros tristes, lágrimas cansadas,


vuestros ojos, ¿cuál parte no abrasaran? que lanza el corazón, los ojos llueven,
y si a diversas partes no miraran, los troncos bailan y las ramas mueven
se helaran el ocaso o el Oriente. de estas plantas, a Alcides consagradas;

El mirar zambo y zurdo es delincuente; mas del viento las fuerzas conjuradas y
vuestras luces izquierdas lo declaran, los suspiros desatan y remueven,
pues con mira engañosa nos disparan y los troncos las lágrimas se beben, mal
facinorosa luz, dulce y ardiente. ellos y peor ellas derramadas.

Hasta en mi tierno rostro aquel tributo


Lo que no miran ven, y son despojos que dan mis ojos, invisible mano
suyos cuantos los ven, y su conquista de sombra o de aire me le deja enjuto,
da a l'alma tantos premios como enojos.
porque aquel ángel fieramente humano
no crea mi dolor, y así es mi fruto llorar
¿Qué ley, pues, mover pudo al mal sin premio y suspirar en vano.
[jurista
a que, siendo monarcas los dos ojos, [Luis de Góngora]
los llamase vizcondes de la vista?

[Francisco de Quevedo]

Aguarda, riguroso pensamiento,


no pierdas el respeto a cuyo eres.
Imagen, sol o sombra, ¿qué me quieres?
Déjame sosegar en mi aposento.

Divina Tirsis, abrasarme siento:


sé blanda como hermosa entre mujeres;
mira que ausente, como estás, me
[hieres;
afloja ya las cuerdas al tormento.

Hablándote a mis solas me anochece:


contigo anda cansada el alma mía;
contigo razonando me amanece.

Tú la noche me ocupas y tú el día: sin ti


todo me aflige y entristece,
y en ti mi mismo mal me da alegría.

[Francisco de Quevedo]

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