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LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

El camino hacia la guerra

Causas de la Guerra Civil

18 de julio de 1936, un golpe minuciosamente preparado triunfa en


diversos puntos de la España rural. Ante la resistencia mostrada en las
principales ciudades por parte de las organizaciones obreras y sindicales, el
golpe se convierte en guerra civil.

Del 18 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939 tiene lugar el desarrollo de las


operaciones.

¿Cómo se llegó a esta situación? ¿Era inevitable?

La influencia de los acontecimientos internacionales:

España no vivía al margen de los graves sucesos que estaban teniendo


lugar en Europa y en el resto del mundo. La crisis económica de los años
treinta, iniciada con el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929, inundó
Europa – convaleciente aún de la pasada guerra- de paro y miseria. Las
democracias occidentales se volvieron inestables y la II República española
se convirtió en un ensayo democrático fallido en plena época de depresión
mundial.

El ascenso de los sistemas totalitarios en Europa, comunismo estalinista,


fascismo, nazismo... fue algo típico del periodo de entreguerras. En España
apareció un movimiento de extrema derecha, la Falange Española, con una
estética y una escenografía muy parecidas a las de los camisas negras de
Mussolini. También surgió una izquierda revolucionaria que recordaba
mucho a los “espartaquistas” alemanes y a los que asaltaban fincas en el

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“mezzogiorno” italiano, antes de la llegada de Hitler y del Duce
respectivamente. Y como consecuencia de los radicalismos, también en
España, los asustados propietarios tenían miedo de que una convulsión
social pusiera en peligro su status social y económico, demandando “mano
dura” que asegurara el orden: el miedo a la revolución como causa de la
guerra.

La conspiración militar

No era una novedad en España que los cambios de gobierno se hicieran


a golpe de pronunciamiento militar, más bien eso fue lo normal durante
buena parte del siglo anterior, y de nuevo ahora tiene lugar una
conspiración militar, en este caso contra el gobierno legítimo de la
República, por parte de militares, católicos, monárquicos, tradicionalistas,
acostumbrados por la historia pasada a dirimir con las armas que les ha
dado la nación asuntos que son competencia de todos. La UME (Unión
Militar Española) conspira contra el gobierno republicano porque lo
considera rojo, ateo y desvertebrador de España. “España ha dejado de ser
católica” Desafortunadas palabras de Azaña que no ayudaron en nada a
evitar el desastre. De esta manera, militares como Sanjurjo, Mola, Queipo
de Llano, Yagüe, Franco... van trazando planes para derrocar al gobierno
del Frente Popular

Los intereses internacionales:

España se convierte en objetivo preferente y campo de pruebas de las


ideologías totalitarias que estaban asentándose en parte de Europa:
comunismo estalinista, por un lado, fascismo y nazismo, por el otro. En el
solar español se ensaya el prólogo de la guerra general que luego tendrá
lugar en el continente: tácticas de combate, armamento, apoyo logístico y
económico (aviación alemana bombardeando Madrid y el norte industrial,
tropas italianas en Guadalajara, armamento ruso...) Muchos consideran la
Guerra Civil como el primer episodio de la Guerra Mundial.

Las fuerzas nacionales que se oponen a las reformas de la República:

Falangistas, monárquicos, tradicionalistas, Iglesia, terratenientes,


grandes propietarios, en general todos los sectores perjudicados por dichas
reformas. Durante el bienio reformista (1931/1933), el gobierno de Azaña
acomete una serie de reformas necesarias para modernizar España: reforma
militar (Ley Azaña), religiosa, educativa, social, agraria, territorial... Dando
lugar a actuaciones novedosas, atrevidas y revolucionarias: sufragio
universal con voto femenino, matrimonio civil, divorcio, posibilidad de

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realizar expropiaciones si se consideran necesarias para el interés nacional,
etc. Todo ello proporcionará grandes e incondicionales enemigos a la joven
República española.

La polarización de las ideas políticas de los españoles

Ante la escasez de clase media y la estructuración de la sociedad


española en ricos y pobres, las ideas tendieron a polarizarse, a radicalizarse.
Fueron muchos los compatriotas que simpatizaron o se afiliaron a
corrientes revolucionarias (anarquistas, comunistas, socialistas...) o a
movimientos de la extrema derecha (falangistas, monárquicos
tradicionalistas...). La política de reformas propiciada por el primer
gobierno de la República va a soliviantar a unos y va a radicalizar aún más
a otros. La lentitud y el legalismo con que se aplican las medidas
reformistas o se dejan de aplicar (bienio conservador –1933/1935-),
provocan que muchos obreros y campesinos pierdan la paciencia y se
lancen a tomar por la fuerza lo que creen que les pertenece por derecho:
asaltos de fincas, brotes revolucionarios, quema de iglesias, etc. Como
consecuencia de todo ello se crea un clima de crispación y violencia que
nada ayuda a la estabilidad del sistema. Fruto de ese clima enrarecido de
enfrentamientos fue el asesinato del Teniente Castillo, de la Guardia de
Asalto, al parecer por unos pistoleros de Falange, lo que llevó a su vez al
asesinato de Calvo Sotelo, líder de la oposición conservadora, por guardias
compañeros del Teniente asesinado, motivo desencadenante de la Guerra
Civil.

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DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL
- La descomposición política tras el golpe y la represión

El golpe de Estado fue cuidadosamente planeado, entre otros militares, por


los generales José Sanjurjo, Emilio Mola (el Director del alzamiento) y
secundado por Francisco Franco, con el que contaban desde el principio,
pero que no confirmó su participación hasta el asesinato de Calvo Sotelo.
Los planes se establecieron ya en la primavera de 1936, y en la
conspiración participaron mandos militares —la Unión Militar Española,
antirrepublicana, y la Junta de Generales (cuyo coordinador era el mismo
Mola), monárquicos, carlistas y otros sectores de la extrema derecha.

El general José Sanjurjo debería haber sido el futuro Jefe de Estado pero
murió en accidente de aviación al trasladarse a España desde Portugal,
donde estaba exiliado por su intento de golpe de Estado contra la República
en Sevilla el 10 de agosto de 1932.

El golpe y el estallido de la guerra provocaron la destrucción de las


estructuras estatales de la II República.

En el bando nacional el poder quedó en manos de un grupo de generales,


que, siguiendo las propuestas de Mola, establecieron un estado autoritario
y militarizado.

En el bando republicano el gobierno de la República perdió el control


de la situación y el poder real quedó en manos de comités obreros
organizados por partidos y sindicatos que no estaban sometidos a ningún
tipo de poder centralizado.

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En los primeros momentos de la guerra hubo una enorme represión en
ambos bandos. Las ejecuciones y los asesinatos se extendieron como una
pesadilla por todo el país.

La represión en la zona nacional se dirigió esencialmente contra los


militantes obreros y campesinos, aunque algunos intelectuales, como
Federico García Lorca, fueron también víctimas del horror. La represión
estuvo bastante organizada y controlada por las autoridades militares.
Este hecho no impidió que pistoleros falangistas descontrolados
protagonizaran excesos de todo tipo.

En la zona republicana los grupos que sufrieron la violencia fueron


esencialmente los sacerdotes y las clases adineradas. José Antonio Primo
de Rivera, prisionero en Alicante al estallar la guerra, fue juzgado y
ejecutado. Tras el caos inicial en el que se produjeron graves excesos, el
gobierno fue controlando poco a poco la situación y la represión se
atenuó.

- El avance nacional durante los primeros meses de la guerra

Un elemento clave para comprender la victoria final de los nacionales fue


el "puente aéreo" organizado con aviones alemanes e italianos que
permitió el rápido traslado del Ejército de África a la península.

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El golpe militar, que pretendía dominar todo el territorio español no
alcanzó la rápida victoria esperada. Los sindicatos y partidos políticos de
izquierda resistieron, el golpe se convirtió en una guerra civil y la
resistencia en una revolución. También se produjo un acontecimiento
importante. El general Sanjurjo, conspirador de 1932, que debía ponerse al
frente de las tropas sublevadas murió en un accidente aéreo cuando partía
de su exilio de Lisboa. La muerte de Sanjurjo dejó un peligroso vacío en la
dirección militar de los rebeldes. Las personas más destacadas de dicha
dirección pasaron a ser Mola, Franco y Queipo de Llano.

VERANO DE 1936

Los legionarios y regulares, fuerzas profesionales que superaban con


facilidad a las desorganizadas milicias obreras y campesinas, iniciaron un
rápido avance hacia Madrid. En el camino, el general Yagüe, que

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mandaba las columnas decidió desviarse hacia Badajoz. La ciudad cayó y
se inició una brutal represión que escandalizó al mundo y produjo un gran
número de víctimas.

La lucha por Badajoz fue la más dura sostenida por ambos bandos desde el
inicio de la guerra civil. Los regulares lograron finalmente penetrar en la
ciudad y la lucha continuó cuerpo a cuerpo por todas sus calles. Cuando la
ciudad finalmente se rindió llegó la hora de la venganza. Todos aquellos
que hubieran participado en los combates fueron conducidos a la plaza de
toros de la ciudad, también todos aquellos de los que se sospechaba su
pasado izquierdista o contrario a la rebelión. Se cree que más de 2.000
personas fueron ejecutadas sin previo juicio en la plaza de toros de
Badajoz.

Fusilamientos y ejecuciones en plena calle (Llerena- Badajoz)

Un periodista extranjero, consciente de la masacre fue a visitar a Juan


Yagüe y le preguntó por la brutalidad de los fusilamientos. El teniente
coronel se limitó a responder: -“¿Cree usted que iba a tomar 4.000
prisioneros rojos mientras mi columna seguía adelante contrarreloj?,
¡Claro que los fusilamos! ¿Acaso los tenía que haber dejado detrás mío
para permitir que Badajoz fuera roja otra vez?”.

Las tropas continuaron su avance hacia Madrid y antes de alcanzar Madrid,


Franco decidió desviar de nuevo las tropas para liberar a la guarnición
asediada en el Alcázar de Toledo. La "liberación del Alcázar" fue un gran
triunfo propagandístico para Franco.

Mientras, Mola tomó Irún y San Sebastián aislando al País Vasco de la


frontera con Francia.

- La batalla de Madrid

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El 18 de octubre de 1936 las fuerzas nacionales dirigidas por Varela
llegaron a las afueras de Madrid.

En noviembre de 1936 se inició la Batalla de Madrid. El 4 de noviembre


de 1936 ocuparon Alcorcón, Leganés, Getafe y Cuatro Vientos. La caída de
la capital en manos de las tropas rebeldes parecía inminente.

Ante la superioridad militar de las fuerzas nacionales, partidos y sindicatos


obreros alentaron la movilización del pueblo madrileño para defender su
ciudad. El grito de "¡No Pasarán!" se hizo celebre en todo el mundo.

La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos


exteriores. Las Brigadas Internacionales, cuerpo de voluntarios
organizados esencialmente por los comunistas; tanques y aviones rusos, la
columna del anarquista Durruti... llegaron para ayudar en la defensa de la
capital.

La ciudad fue sometida a bombardeos aéreos por aviones Junker


alemanes y se produjeron duros combates en la Casa de Campo, la
Ciudad Universitaria y el Puente de los Franceses. Las tropas
republicanas consiguieron resistir y, finalmente, Franco ordenó el fin del
asalto frontal a la ciudad.

Calle de Toledo (Madrid)

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- Las Batallas del Jarama y Guadalajara. La toma de Málaga

Tras fracasar en su intento de atacar frontalmente a Madrid, Franco intentó


cercar a la capital. Este intento dio lugar a la batalla del Jarama, una de
las más encarnizadas de la guerra, y la batalla de Guadalajara, donde las
tropas italianas enviadas por Mussolini fueron derrotadas.

Mientras las tropas franquistas tomaban Málaga y de nuevo se producía


una dura represión.

El fracaso ante Madrid hizo que Franco optara por una nueva estrategia:
ya no buscó acortar el conflicto, sino que fue atacando las zonas más
débiles de los republicanos.

- La campaña del norte

De la primavera al otoño de 1937, las tropas nacionales conquistaron la


zona norte republicana que había quedado aislada del resto del país. Uno
tras otro, el País Vasco, Cantabria y Asturias fueron cayendo en manos
de Franco.

Durante esta campaña tuvo lugar el célebre bombardeo de Guernica. La


Legión Cóndor, grupo aéreo alemán enviado por Hitler, bombardeó una
ciudad sin interés militar y la arrasó. Este acto, que luego en la segunda

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guerra mundial se convirtió en rutinario, provocó un escándalo mundial e
inspiró a Pablo Picasso en su célebre cuadro.

Durante la campaña vasca, Mola, el único general que podía competir con
Franco en el liderazgo del bando nacional, murió en accidente de avión.

Tratando de distraer fuerzas nacionales de la campaña del norte, los


republicanos organizaron la ofensiva de Belchite en Aragón. El fracaso
fue total y finalmente las tropas franquistas tomaron todo el norte del país.

También para aliviar el frente norte se planteó por parte republicana la


ofensiva de Brunete.

Los nacionales quedaron sorprendidos por la ofensiva republicana. En los


primeros momentos sólo podían oponer a su avance la división 71

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compuesta básicamente de falangistas y unos cuantos tambores de
marroquíes. Los nacionales tuvieron que detener su ofensiva en el norte y
enviar como refuerzo elementos de la Legión Cóndor alemana y grandes
cantidades de artillería pesada. Mientras tanto Brunete había caído en
manos republicanas, pero el avance había encontrado una creciente
resistencia. La ofensiva, librada en el caluroso mes de julio, estaba
convirtiéndose poco a poco en una batalla de desgaste. La batalla se
prolongó bajo unas condiciones climáticas extremas de calor hasta el 22 de
julio. Brunete fue reconquistado y los republicanos conservaron las
localidades de Quijorna, Villanueva de la Cañada y Villanueva del Pardillo,
pagando por ello un precio de 20.000 muertos y 100 aviones. Los
nacionales lamentaron 17.000 muertos y 23 aviones.

La ofensiva había fracasado y Franco pudo por fin continuar su ofensiva


en el norte, que sólo sufrió un retraso de cuatro semanas.

La conquista del norte tuvo graves consecuencias para la República. No


sólo perdieron las minas de carbón y hierro de la zona, sino que, en
adelante, los franquistas pudieron concentrar todas sus tropas en la zona
sur.

Muerte de un miliciano. Foto de Robert Capa.

- De Teruel a la Batalla del Ebro

En diciembre de 1937, tuvo lugar una ofensiva republicana en Teruel.


Las condiciones climáticas marcaron una ofensiva que finalmente fracasó.
Tras asegurar el dominio de Teruel, Franco lanzó un ataque general en

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Aragón. El éxito fue fulgurante y el 15 de abril de 1938 las tropas
nacionales llegaron a Vinaroz en el Mediterráneo. La zona republicana
quedó partida en dos.

La última gran ofensiva republicana dio lugar a la Batalla del Ebro en


julio de 1938. Con más de 100.000 muertos, esta fue la más cruenta de las
batallas de la guerra civil y agotó definitivamente la moral y las reservas
republicanas.

NOVIEMBRE 1938

- El final de la guerra

La antesala del fin de la guerra fue la ofensiva nacional contra Cataluña.


Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa
en febrero de 1939. Antes se había producido un enorme y patético éxodo
de población. Más de 500.000 personas huyeron a Francia, donde
fueron hacinadas en campos de concentración.

Ante la inminente derrota, las divisiones internas se hicieron aún más


profundas en el bando republicano. El gobierno de Negrín, con el apoyo de
los comunistas y parte de los socialistas, proponía la resistencia a
ultranza. El objetivo era que el conflicto español quedara integrado en la
inminente guerra europea y mundial que todo el mundo veía venir. De esa
manera, la República española encontraría aliados que le permitirían
cambiar el signo de la guerra.

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Barrio de Argüelles (Madrid)

Puerta del Sol (Madrid)

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Gran Vía (Madrid)

Calle Preciados (Madrid)

Contra esta posición, y defendiendo la negociación de la derrota con


Franco, el coronel Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín.

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Pese a las propuestas de negociación de Casado, Franco exigió la
rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron
en Madrid y el 1 de Abril de 1939 terminaba la sangrienta guerra. Una
larga dictadura vino a sustituir al ensayo democrático de la segunda
república.

FUENTES PRINCIPALES

- Causas de la guerra: elaboración propia.

- Desarrollo de la guerra:

http://www.historiasiglo20.org/HE/14a-2.htm

http://www.guerracivil1936.galeon.com/guerracivil.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_Civil_Espa%C3%B1ola

Fotos interesantes

http://www.sbhac.net/Republica/Imagenes/ImGCe.htm

http://www.cronicasderetaguardia.es/

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