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La televisión puede enseñar y entretener y está claro que provee la distracción y el escape que
todos necesitamos. Sin embargo, la dificultad surge cuando uno siente fuertemente la necesidad de
ver tanta televisión y aun así, no es capaz de reducirla.
Trastornos oculares: el lugar donde se ve televisión debe estar iluminado y la pantalla nunca a
menos de 3 metros; acercarse más causa fatiga visual y trastornos oculares, además puede
provocarles dolor de cabeza.
Hábitos de consumo perjudiciales: la publicidad mal orientada incita a los niños a pedir todo lo
que ven.
Comportamiento poco social: la adicción a la televisión le quita tiempo al niño para jugar con
otros niños, para relacionarse con otras personas; el pasar horas frente a la pantalla sólo limita a
la escucha, a recibir sin participar.
Perturbación del sueño: ver mucho la televisión afecta a su calidad del sueño, pero si además
el contenido es violento, aumentan los miedos y las fantasías agresivas.
Fomenta la agresividad: El contenido agresivo está inmerso en muchos programas y eso hace
que se perciba como algo natural. El niño es muy susceptible a estos mensajes agresivos,
porque tiene menos capacidad de crítica y da por bueno lo que sale en la televisión,
incorporando la agresividad a su personalidad.
Otros: la teleadicción desafía al intelecto, produce obesidad, signos de depresión, inmadurez,
frustración, pereza y fatiga.
De entrada, la televisión se presenta como nociva para el desarrollo intelectual y afectivo del niño. Sin
embargo, está ahí y no se puede evitar. Además, se ha demostrado que los niños que no tienen
televisión en su casa se sienten desplazados de sus compañeros: todos sus amigos ven la televisión.
Así que la solución no es eliminarla del hogar, sino que su valor depende del uso que hagamos de
ella. Existen programas que son susceptibles de ayudar en el desarrollo de los niños, por lo que es
responsabilidad de los padres o cuidadores del niño seleccionar cuáles y cómo se ven esos programas
y desechar aquellos que les perjudican. Se trata de vigilar y guiar a los niños en su relación diaria con
este medio de comunicación.