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ESQUEMAS DE VACUNACION POR EDAD Y SEXO

La aplicación de las vacunas en nuestro País, tiene su fundamento en la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo 4º, en
donde se expresa que todos los mexicanos tenemos derecho a la protección
de la salud.

Ley General de Salud, el Titulo 8vo, Capitulo II, Articulo 144, señala que "Las
vacunaciones contra la tosferina, difteria, tétanos , tuberculosis,
poliomielitis y el sarampión, así como otras enfermedades transmisibles que
en el futuro estimara necesarias la Secretaria de Salud, serán obligatorias
en los términos que fije esta dependencia.

La misma Secretaria de Salud determinará los segmentos de población que


deben ser vacunados y las condiciones en que deberán suministrarse las
vacunas, conforme a los programas que al efecto ésta establezca y las que
serán de observación obligatoria para las instituciones de salud".

Reglamento interior de la Secretaria de Salud, en el Capitulo VII, articulo 19,


fracciones I a IX, se establecen las funciones de la Dirección General de
Epidemiología, en las normas técnicas relativas a la vigilancia
epidemiológica, control de enfermedades y la aplicación de vacunas.

Ante la preocupación de las enfermedades que son evitables por medio de


la vacunación, se creó la Norma Oficial Mexicana NOM-023-SSA2-1994,
PARA EL CONTROL, ELIMINACION Y ERRADICACION DE LAS ENFERMEDADES
EVITABLES POR VACUNACION. - 05/07/1996, donde menciona la importancia
de la cartilla de vacunación: la cartilla nacional de vacunación es un
documento gratuito, único e individual, oficialmente valido para toda la
republica mexicana, que sirve para el registro y control de las acciones de
vacunación. En su distribución participan: las unidades operativas del
sistema nacional de salud y las oficialías o juzgados del registro civil.

La Cartilla Nacional de Vacunación se estableció en México por decreto


presidencial el 25 de septiembre de 1978, publicado en el Diario Oficial de
la Federación el 20 de octubre del mismo año. Fue creada para apoyar el
Sistema Nacional de Salud en el registro de las acciones de vacunación.

¿Qué son las vacunas?

La palabra vacuna proviene del sufijo “vaccine” que significa ´¨preparado


que contiene microorganismos para producir inmunidad frente a una
enfermedad¨¨.

Las vacunas son preparaciones inmunogénicas inocuas obtenidas a partir de


agentes infecciosos o de sus toxinas, que al ser inoculadas a individuos
inmunocompetentes, inducen un estado específico de protección contra
efectos nocivos del agente de donde provienen.

Existen sólo dos tipos básicos de vacunas: vivas atenuadas e inactivadas.


Las características de unas y otras son diferentes, y determinan su forma de
uso. Las vacunas vivas atenuadas se producen por medio de la modificación
en el laboratorio de un virus o de una bacteria patógenos ("silvestres").

El organismo resultante retiene la capacidad de replicarse (crecer) y


producir inmunidad, pero no debe causar la enfermedad. Las vacunas vivas
atenuadas incluyen virus y bacterias.

*Una verdad que se considera como regla general para vacunas es que:**
*Entre más parecida es una vacuna a la enfermedad natural, mejor será la
respuesta inmune que genere.

Vacunas vivas atenuadas

Se derivan de virus o bacterias "silvestres" o patógenas. Estos


microorganismos se atenúan o debilitan en un laboratorio, generalmente
por cultivos repetitivos.

Por ejemplo, la vacuna de sarampión que se usa en la actualidad se aisló de


un niño con sarampión en 1954. Se requirió de casi de diez años de pasos
repetitivos en cultivo de tejidos para transformar al virus silvestre en un
virus atenuado, utilizable en la elaboración de la vacuna del sarampión.

Para generar una respuesta inmune en el hospedero por medio de vacunas


hechas con microorganismos vivos atenuados, éstos deben crecer y
multiplicarse en el propio hospedero.

Se administra una dosis relativamente pequeña de virus o de bacterias, los


cuales se replican en el hospedero, de tal manera que se incrementa el
número de microorganismos a una cantidad suficiente como para estimular
el sistema inmunológico, e inducir una respuesta inmune protectora.

Las vacunas atenuadas pueden causar reacciones graves o fatales como


resultado de su replicación incontrolada. Esto sólo sucede en las personas
con algún tipo de inmunodeficiencia, como son pacientes con leucemia,
tratamiento con fármacos inmunosupresores, o en infección por el virus de
la inmunodeficiencia humana (VIH).

Los anticuerpos de cualquier origen (transplacentarios, por transfusión, de


leche materna), pueden interferir con el crecimiento del microorganismo de
la vacuna e impedir que se genere una respuesta inmune adecuada.

Las vacunas hechas con microorganismos atenuados disponibles en la


actualidad incluyen a las de virus (sarampión, parotiditis, rubéola, polio,
fiebre amarilla, vaccinia y varicela), y a las de bacterias ( BCG y tifoidea
oral).
Vacunas inactivadas

Se producen haciendo crecer a las bacterias o a los virus en los medios de


cultivo adecuados, y posteriormente se inactivan con calor y/o sustancias
químicas (por lo general formalina).

En el caso de vacunas fraccionarias, el organismo se somete a un


tratamiento adicional para purificar únicamente aquellos componentes que
se incluirán en la vacuna (como, polisacárido de cápsula de neumococo).

Los microorganismos que constituyen estas vacunas no están vivos, no


pueden replicarse, por lo tanto no pueden producir la enfermedad en el
hospedero, ni siquiera en personas inmunodeficientes.

En este caso se administra la dosis completa del organismo, o sea la dosis


suficiente para inducir una respuesta inmune protectora.

Normalmente estos microorganismos no se ven afectados por la presencia


de anticuerpos circulantes.

Las vacunas inactivadas siempre requieren de la aplicación de varias dosis


(la respuesta inmune se desarrolla después de la segunda o tercera dosis).

Los títulos de anticuerpos contra los antígenos inactivados, disminuyen con


el tiempo, por lo que se requiere de la aplicación de dosis suplementarias
periódicas para aumentar o "disparar" la respuesta inmune.

Las vacunas inactivadas disponibles hoy en día incluyen a vacunas con virus
completos (influenza, polio, rabia, hepatitis A) y bacterias enteras (tos
ferina, tifoidea, cólera, peste).

Las vacunas "fraccionarias" incluyen subunidades (hepatitis B, influenza, tos


ferina acelular, antígeno Vi de fiebre tifoidea, enfermedad de Lyme),
toxoides (difteria, tétanos, botulismo), polisacáridos puros (de neumococo,
meningococo, Haemophilus influenzae tipo b) y conjugados de polisacárido
(Haemophilus influenzae tipo b y neumococo).

La primera vacuna de polisacárido conjugado fue la de Haemophilus


influenzaetipo b (Hib). Recientemente se certificó una vacuna conjugada
para la enfermedad neumocócica.

Vacunas recombinantes

Los antígenos constituyentes de una vacuna también se pueden obtener por


medio de ingeniería genética. A los productos obtenidos por este método
algunas veces se les denomina vacunas recombinantes. Actualmente hay
dos vacunas obtenidas por ingeniería genética: la vacuna contra la hepatitis
B que se obtiene mediante la inserción de un plásmido que contiene el gen
S del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg) en el hongo
Saccaromyces cereviceae, el cual se encarga de producir el antígeno de
superficie del virus mencionado; y la vacuna viva de Salmonella typhi
(Ty21a) que contiene bacterias vivas modificadas genéticamente (en la
síntesis del lipopolisacárido); esta modificación evita que dicha bacteria
cause la enfermedad.

No todos los componentes activos de las vacunas poseen la misma


capacidad para desencadenar una respuesta protectora y, además, la
respuesta protectora puede variar con la edad (en general es mayor en el
adulto y menor en el niño pequeño) o con las características del individuo
(las personas con algunas deficiencias inmunológicas o en tratamiento con
medicamentos que disminuyen la respuesta inmune, presentan una menor
respuesta).

Por ello, para cada vacuna y para cada edad existe una pauta de
administración con la que se ha demostrado mayor eficacia. Para alcanzar la
eficacia deseada es necesario cumplir la administración de todas las dosis.

Además hay enfermedades frente a las cuales la respuesta protectora


disminuye con el paso de los años lo que hace necesario la administración
de una “dosis de recuerdo” (por ejemplo, en el caso de los adultos es lo que
ocurre con la vacuna frente a la difteria tétanos).

En otros casos como la gripe es necesario vacunarse todos los años ya que
el virus, a partir del cual se fabrica la vacuna, cambia habitualmente todos
los años.

La vacunación en los niños de 0 a 9 años

Todos los niños cuando nacen tienen anticuerpos (defensas) que les ha
pasado su madre, durante el embarazo. Estos se van agotando a la vez que
el niño los va fabricando al entrar en contacto con el medio que le rodea
(virus, bacterias, etc.). A partir del 2º- 3º mes de vida el niño ya tiene muy
pocos anticuerpos maternos y su organismo está empezando a producir los
suyos. Es el momento de iniciar la vacunación, así el estímulo que producen
las vacunas hará que pronto este bien protegido contra algunas
enfermedades infecciosas, que pueden ser graves y son evitables.

Se vacuna varias veces porque para que el niño forme la cantidad suficiente
de anticuerpos para quedar protegido, es necesario en algunos casos, que
este en contacto varias veces con el mismo agente (virus o bacteria).
Cuando no se apliquen las dosis como se encuentra señalado en la Cartilla
Nacional de Vacunación, consulte a su médico para que le indique cuál es el
plan de vacunación a seguir.

La vacunación en los adolescentes

La vacunación se puede iniciar a partir de los 12 años con un refuerzo de


sarampión y paperas así como de la vacuna contra la hepatitis tipo B.
Además esta la vacuna de difteria, tosferina o pertussis acelular y de
tétanos. En Estados Unidos se recomendó la aplicación de la vacuna
cuadrivalente contra el meningococo para adolescentes sobre todo para los
jóvenes universitarios que habitan en residencias dentro de la universidad.
También se recomienda cada año a partir de septiembre la vacuna contra la
influenza. Además la vacuna contra la hepatitis tipo B si no la recibió
durante la infancia.

Esta también la vacuna contra el virus papiloma humano la cual se puede


aplicar a partir de los 9 años.

La vacunación a la mujer adulta

En la mujer está la vacuna adicional contra sarampión y rubéola. Es de


especial importancia por la protección contra la rubéola por la posibilidad de
que cuando este embarazada este protegida ya que este virus puede ser
nocivo para el bebe que está en formación, sobre todo en los primeros 3
meses del embarazo. El sarampión, muy importante también porque
después de haber pasado mucho tiempo desde la vacunación en la infancia,
los niveles de anticuerpos bajan y pueden presentar aunque de una manera
leve la enfermedad. El tétanos y la difteria, no está de más estar protegida
por la posibilidad de heridas contaminadas y la difteria que aunque es rara,
no se debe de bajar la guardia debido a que si se confía uno pensando lo
anterior, se pueden dar brotes. La vacuna contra el neumococo, sobre todo
para las mayores de 50 años debido a que esta bacteria ataca más a los
extremos de la vida. A los bebes y a los adultos mayores. La vacuna contra
la influenza, pues cada año independientemente de la edad toda persona
por arriba de los 6 meses de vida.

La vacunación en el adulto mayor

Básicamente aplica lo mismo mencionado en relación a lo de la mujer en


cuanto a los refuerzos mencionados debido a que la vacunación desde la
infancia conlleva a que los niveles de anticuerpos protectores vayan
disminuyendo al grado de que puede desarrollarse la enfermedad. Es
importante una vacunación intermedia en la adolescencia como menciono
arriba. No está de mas cuando menos una dosis de vacuna contra
neumococo para adulto y la vacuna contra la influenza cada año a partir de
septiembre. Esta vacuna contra la influenza se elabora de manera distinta
cada año dependiendo de los tipos que prevalecen en el ambiente.

Esquema de vacunación en el adulto mayor

De vital importancia la vacunación en los adultos mayores. Las personas en


ésta edad es como si tuvieran el sistema inmune de un bebe dado que
tiende a ser menos efectivo y por lo que es recomendable vacunarse sobre
todo contra el neumococo cada 5 años y la vacuna contra la influenza igual
cada mes de septiembre de todos los años. Sobre todo a esta edad es
común la asociación de la infección de la influenza que da pie o deja un
campo fértil para la infección por neumococo cuyas consecuencias en este
grupo de edad ponen en peligro su vida.
REFERENCIAS

http://www.vacunasparatushijos.com/vacunas-esquema.htm

http://www.salud.gob.mx/unidades/conava/vacun/faqgeneral.htm

http://www.puntoporpunto.com/opinion/salud-y-sistemas-de-vida-david-
contreras-moreno/post_6.php

http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/nrm/1/265/18.htm?s=iste

DICCIONARIO DE MEDICINA
OCEANO MOSBY

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