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[editar] Características
Las papilas gustativas son unos órganos sensoriales existentes en la lengua que permiten
percibir los sabores; éstos se dividen en dulce, salado, ácido, amargo y agrio, también
conocida como glándula gustativa pomarus. Se pueden observar a simple vista las
papilas, son una especie de bulbos carnosos de varios milímetros, y la mayoría de ellas
contienen unos botones gustativos que tienen unos pelitos microscópicos muy sensibles
denominados cilios, que envían información al cerebro sobre el sabor.
Una persona promedio tiene aproximadamente 10.000 papilas gustativas que se van
regenerando cada 2 semanas más o menos. Pero, a medida que una persona va
envejeciendo, algunas de esas células no se regeneran. Un anciano puede tener sólo
5.000 papilas que funcionan correctamente. Por eso algunos alimentos pueden tener
distinto sabor para un niño que para un adulto o anciano. El fumar también puede
reducir la cantidad de papilas.
Por otro lado, los receptores olfativos contienen también células que complementan el
trabajo de las papilas. Durante la masticación, la comida libera sustancias químicas que
ascienden inmediatamente por la nariz. Dichas sustancias estimulan a los receptores
olfativos. En circunstancias de congestión nasal por alergia, resfriado o similar, puede
parecer que la comida tiene menos sabor. Eso se debe a que la parte superior de la nariz
no está lo bastante despejada como para captar estas sustancias químicas que estimulan
a los receptores olfativos (encargados de informar al cerebro para que éste cree la
sensación del sabor).
[editar] Tipos
Hay tres tipos de papilas gustativas:
Son las papilas menos numerosas, pero son las más voluminosas, y las importantes; son
las receptoras del sabor amargo. Están dispuestas cerca de la base de la lengua, en dos
lineas que se reúnen en la parte media y posterior, formando un ángulo agudo, llamado
V lingual. El número de estas papilas es de once, y la mayor está situada en el vértice.
Cada una tiene la forma de un tronco de cono invertido, y está colocada en una
depresión semejante a una cáliz, de donde viene el nombre caliciformes. Entre la papila
y el borde del cáliz se observa un surco anular, en cuyos bordes sobresalen las
extremidades de los corpúsculos gustativos en forma de filamentos. Cada corpúsculo
gustativo tiene la forma de una oliva y comprende dos clases de células:
Tiene forma cónica, cilíndrica y terminan por una corona de filamentos puntiagudos,
estas variadas formas hace que se preste confusión a la hora de clasificar las papilas.
Son receptoras del sabor ácido y salado; además tienen función térmica y táctil. Este
tipo de papila se estimula más comúnmente en el periodo adulto. Están repartidas en
toda la superficie de la lengua dispuestas en series paralelas que van oblicuamente del
surco del medio de la lengua hasta los bordes. Están inervadas por el nervio lingual que
se desprende de la rama inferior del trigémino y cuyas ramificaciones penetran en los
corpúsculos de Krause visibles en los filamentos de las papilas.
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Indice
1. Introducción
2. Sentido del gusto
3. Sentido del olfato
4. Bibliografía
1. Introducción
Los sentidos se han desarrollado en los seres vivos como los instrumentos que les sirven
para podertener una relación o una interacción con el resto del Universo que los rodea. El
propósito fundamental de los órganos de los sentidos es recabar información acerca del
medio circundante para poder sobrevivir. Por ejemplo, para evitar cualquier peligro.
Los sentidos del olfato y del gusto –que son aquellos sobre los cuales nos ha tocado
investigar - han ayudado a los seres a catalogar los elementos que le pueden servir de
alimento. Un objeto que está en putrefacción emite ciertas sustancias químicas que
tenemos la capacidad de detectar y sabemos, sea por herencia genética o por aprendizaje,
que nos pueden dañar, por lo cual nos abstenemos de comerlo.
Sin la existencia de los sentidos no podríamos desarrollar nuestra vida como hasta ahora.
Apreciamos la necesidad de los órganos de los sentidos cuando, por desgracia, llega a faltar
alguno. Intentamos entonces sustituirlo, pero como se sabe esta sustitución es, en general,
incompleta.
Evolución
El desarrollo de los sentidos que ha experimentado el hombre ha sido controlado por el
fenómeno evolutivo y ha estado íntimamente relacionado con las condiciones físicas y
químicas del ambiente que nos ha rodeado en el transcurso de los tiempos. De hecho, la
forma de funcionar de nuestros sentidos es una consecuencia de la adaptación al medio.
Los sentidos del gusto y del olfato también se han desarrollado para poder adaptarse a
evitar peligros en la ingestión de alimentosque ya están descompuestos y que presentan un
peligro al ingerirlos, así como alimentos venenosos que, en general, desprenden cierto
número de sustancias químicas que al llegar a la nariz las detectamos; de esta forma se ha
aprendido, en el transcurso de la evolución de la vida a rechazarlas. Existen también
sustancias venenosas o podridas que no huelen. Sin embargo, al probarlas con la lengua se
ha aprendido a saber que no nos convienen porque nos causan daño.
Hecha esta pequeña introducción, ahora analizaremos los sentidos que son motivo del
presente trabajo.
2. Sentido Del Gusto
Esta facultad de los humanos, entre otros animales, actúa por contacto de sustancias
solubles con la lengua. El ser humano es capaz de percibir un abanico amplio de sabores
como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura, temperatura, olor
y gusto. Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo percibe cuatro sabores
básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial
de papilas gustativas.
La lengua posee casi 10.000 papilas gustativas que están distribuidas de forma desigual en
la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases determinadas de
compuestos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general, las papilas sensibles a los
sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las sensibles al ácido ocupan
los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior.
Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y
penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde
entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las
sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten
los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede
registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo.
Captación del gusto
El sabor puede ser: dulce, salado, amargo y ácido.
¿Dónde se encuentran los receptores de los distintos sabores?
Dulce: en la punta de la lengua.
Amargo: en las papilas calciformes.
Salado y ácido: en la punta y parte anterior de los bordes de la lengua. También hay
receptores sensibles a los sabores ácidos en la mucosa de los labios, y sensibles a todos los
sabores en el velo del paladar.
No hay captación gustativa en la región sublingual y en la cara inferior de la lengua.
La Lengua
La lengua es un órgano musculoso de la boca y es el asiento principal del gusto y parte
importante en la fonación y en la masticación y deglución de los alimentos. La lengua está
cubierta por una membrana mucosa, y se extiende desde el hueso hioides en la parte
posterior de la boca hacia los labios. La cara superior, los lados y la parte anterior de la cara
inferior son libres, solo el resto está unido a la cavidad bucal, lo que permite muchos y
diversos movimientos.
Los principales músculos que la forman son: el lingual superior, que levanta la punta; el
lingual superior, que baja la punta de la lengua, y el lingual transverso, que al contraerse la
dobla en forma de canaleta. Toda su superficie está recubierta por una piel en la que se
encuentran formaciones especiales llamadas papilas. Estos son los verdaderos órganos
sensitivos. Según la función que desempeñen las papilas pueden ser: gustativas o táctiles.
Dentro de las gustativas están las caliciformes y las fungiformes. Son papilas táctiles las
filiformes, que se distribuyen por toda la superficie de la lengua.
La textura rugosa de la cara superior está dada por las papilas gustativas, captadoras del
gusto. El colorde la lengua suele ser rosado, lo que indica un buen estado de salud; cuando
pierde color es síntoma de algún trastorno.
La lengua posee diferentes y muy importantes funciones. La principal, que ya nombramos
anteriormente es la contención de los receptores gustativos, quienes nos permiten degustar
los alimentos; en la masticación, la lengua empuja los alimentos contra los dientes; y en la
deglución, lleva los alimentos hacia la faringe y más tarde hacia el esófago, cuando la
presión que ejerce la lengua provoca el cierre de la tráquea. También contribuye, junto con
los labios, los dientes y el paladar duro, a la articulación de palabras y sonidos.
El sentido del gusto está localizado en la lengua.
Este órgano esta situado dentro de la cavidad bucal, y es un órgano esencialmente
musculoso, impar y simétrico.
Tiene la forma de un cono aplanado, base fija y vértice libre. Esta compuesta por:
a. Dos caras, superior e inferior.
b. Dos bordes laterales.
c. Una base posterior.
d.Un vértice anterior.
Cara superior
Está revestida por una mucosa gruesa de color rosado, la mucosa lingual. En ella se
observan unas eminencias grandes; son las papilas calciformes.
Estas papilas se disponen a la manera de una V.
La V lingual divide la superficie de la cara superior de la lengua en dos zonas: una posterior
y otra anterior.
La superficie de la lengua es irregular.
En las partes laterales se implantan los implantes anteriores del velo del paladar. Este, los
pillares la lengua limitan el istmo de la fauces, orificio que comunica la boca con la faringe.
Cara inferior:
Presenta un surco medio. De él arranca un repliegue de la mucusa, el frenillo de la lengua.
La mucosa que reviste la lengua es delgada.
Bordes, base y vértice:
Los borden son redondeados y gruesos.
La base, fija, corresponde a la región del istmo de las fauces.
Con ella se relaciona los pilares anteriores del velo del paladar, las amígdalas y la epiglotis,
que cierra el orificio glótico de la laringe.
El vértice o punta de la lengua es romo.
Estructura de la lengua
La lengua es un órgano esencialmente muscular.
En su constitución intervienen:
a. Una formación osteofibrosa, que le sirve de esqueleto.
b. La formación esquelética osteofibrosa esta formada por un hueso, el hioides, y por
dos membranas, la membrana hioglosa y el septum medio.
Los músculos son: Uno impar, el lingual superior, y 8 pares.
c. 17 músculos que se implantan en el esqueleto.
d.Una mucosa que recubre los músculos.
Están distribuidas por toda la cara superior de la lengua. Se disponen en hileras paralelas a
los brazos de la V lingual.
Son filamentosas, cilíndricas, y como hilos (de ahí su nombre).
Corpúsculos del gusto
Los impulsos nerviosos gustativos se originan en los corpúsculos del gusto o bulbos del
gusto.
Estos corpúsculos tienen el aspecto de pequeños botellones cuya boca se abre en la
superficie del epitelio, de la boca y de la garganta.
Su mayor numero se encuentra en la cara superior de la lengua, en las papilas calciformes y
fungiformes.
Cada corpúsculo esta formado por células de sostén que se disponen como los gajos de una
naranja.
Estas células encierren y protegen a las células gustativas. Las células de sostén y gustativas
son células epiteliales modificadas.
Deterioro Del Sentido Del Gusto
El deterioro del sentido gustativo varía desde su distorsión hasta su pérdida completa.
Puede manifestarse como disminución del sentido del gusto y el olfato; disgeusia; deterioro
del gusto; pérdida del gusto; sabor metálico.
La lengua puede solamente "percibir el sabor" dulce, salado, agrio y amargo.
Los trastornos del gusto pueden ser causados por cualquier condición que interfiera con la
transmisión de los estímulos de sabor hacia el cerebro o por condiciones que afecten la
forma en que este órgano interpreta tales estímulos.
Existen dos clases de desordenes del gusto, y son:
• La "Hipogeusia": que consiste en la pérdida de la habilidad de saborear o distinguir
entre lo dulce, lo salado, lo agrio, etc.
• La "Ageusia", que es la pérdida casi total de detectar sabores.
Causas comunes:
• En algunos casos ésta condición se presenta desde el nacimiento, pero en la mayoría
de los casos se desarrolla después de una lesión o enfermedad.
• resfriado común
• infección nasal debido a una infección (como las infecciones de las gladulas
salivales), pólipos, etc.
• gripe
• faringitis viral
• sequedad de la boca
• envejecimiento (el número de papilas gustativas disminuye con la edad)
• fumar en exceso (en especial el fumar con pipa) dado que genera la sequedad de la
boca
• deficiencia de vitaminas (vitamina B12) o de minerales (zinc en la dieta)
• lesiones en la boca, la nariz o la cabeza
• gingivitis
• efectos colaterales de los medicamentos como las drogas antitiroideas, captopril,
griseofulvina, litio, penicilamina, procarbazina, rifampicina, vinblastina o vincristina
• parálisis de Bell
• síndrome de Sjogren
• faringitis estreptocócica (infección de la garganta por estreptococos)
Puede haber otras causas para el deterioro del sentido del gusto, además de las
mencionadas. La posibilidad de incidencia de las mismas no está determinada por el orden
en que éstas se presentan. Entre las causas de este síntoma se pueden citar enfermedades y
medicamentos poco comunes. Además, las causas pueden variar según la edad y el sexo de
la persona y las características específicas del síntoma, tales como localización exacta,
calidad, duración, factores agravantes, factores atenuantes y enfermedades asociadas.
Las adicciones (cigarillo, alcohol y drogas ilegales) alteran el normal funcionamiento del
sentido del gusto.
Tabaco
En primer lugar fumar hace daño a nuestra salud y a la de los demás. Además tiene
innumerables consecuencias nocivas (aumenta la presión arterial, produce cáncer,
enfisema, etc). Pero lo que muchos fumadores no se dan cuenta es que pierden el sentido
del gusto (además de poder sufrir ulceras gástricas, cáncer de lengua, labios, garganta, etc)
y que un tomate tiene el mismo gusto que la lechuga.
Obviamente como consecuencia del dejar de fumar mejorará nuestro sentido del gusto y el
olfato, lo que nos permitirá disfrutar más de los placeres de la cocina y del aire libre.
Drogas
La drogadicción, como sabemos, es una enfermedad que consiste en la dependencia de
sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo
alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de
las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que
se consume, pero además de las alucinaciones y graves deterioros en la salud física y
psíquica de quien la consume, también puede intensificar o entorpecer los sentidos,
provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la
locura o la muerte.
Es valido mencionar que la disgeusia (deterioro de la capacidad de apreciar los sabores), es
un síntoma común de la quimioterapia y la radioterapia a la cabeza y el cuello. Los
pacientes pueden sentir un sabor desagradable relacionado con la diseminación del
fármaco a través del tejido oral. Este síntoma suele resolverse varios meses después del
tratamiento. La radioterapia puede alterar los sabores dulces, ácidos, amargos y salados y,
por lo general, el problema se resuelve 2 ó 3 meses después de la terapia. La disgeusia
puede conducir a la pérdida del apetito y afectar así la calidad de vida y las necesidades
nutricionales. Modificar la textura y consistencia del régimen alimentario y agregar
bocadillos entre comidas puede ayudar a satisfacer las necesidades nutritivas. Puede ser
necesario ofrecer orientación nutricional durante el tratamiento y después de él.
3. Sentido Del Olfato
Es el sentido que nos permite oler. Este fenómeno ocurre cuando ciertas sustancias se
introducen en la nariz y tenemos la sensación de oler.
Antes de que podamos oler cualquier cosa, las sustancias que se desprenden de ésta deben
llegar a nuestra nariz. En general, las moléculas olorosas experimentan dos procesos antes
de llegar a nuestra nariz. El primero de ellos ocurre cuando las moléculas se desprenden de
la sustancia en que se encuentran y el segundo al transportarse estas moléculas hasta
nuestra nariz.
¿Cómo llegan las sustancias olorosas a nuestra nariz?
Cuando estamos en un extremo de una habitación y alguien abre un perfume en el otro
extremo oleremos el perfume aun con los ojos cerrados y sin que se nos avise de su
presencia. Los fenómenos que ocurren para que esto suceda son los siguientes: en general,
a cierta altura sobre el nivel del mar, o sea para cierto valor de la presión atmosférica, las
temperaturas ambientes son un poco más altas que la temperatura de evaporación del
perfume. Por tanto, al dejar abierta la botella el perfume se evapora. Cuando la botella está
cerrada, al evaporarse el perfume y no poder escapar el gas, la presión que experimenta el
perfume aumenta por lo que su temperatura de evaporación también aumenta. Este
aumento rebasa el valor de la temperatura ambiente y en consecuencia deja de ocurrir la
evaporación.
Mientras más alta sea la temperatura de la localidad, mayor será la cantidad de perfume
que se evapore. Asimismo, mientras menor sea la presión atmosférica, o sea mientras más
alto estemos sobre el nivel del mar, mayor será la cantidad de perfume que se evapore.
Una vez que se empieza a evaporar el perfume, su concentración aumenta en la cercanía del
lugar en que se encuentra la botella, generándose una diferencia de concentración. Así
empieza a operar otro mecanismo, el de la difusión. El perfume se empieza a difundir a
todo el volumen de la habitación hasta que algunas de sus moléculas llegan a nuestra nariz.
Si en la habitación hubiese viento, entonces además de la difusión, las moléculas del
perfume serían arrastradas por el viento.
También podemos oler algunas sustancias que son sólidas. En estos casos lo que ocurre es
que el valor de la presión atmosférica es menor que el valor del punto triple del sólido y por
tanto, a una temperatura suficientemente alta el sólido se sublima, es decir, pasa
directamente de sólido a gas, sin hacerlo por la fase líquida. De nuevo una vez que hay gas
de la sustancia, empieza a operar el mecanismo de difusión.
Al entrar en una cocina olemos la comida que se está cocinando. En este caso, como es fácil
convencerse, de las ollas sale gas o vapor con moléculas de la comida; que por medio de la
difusión llegan a nuestra nariz.
¿Cómo percibimos los olores?
Cuando un objeto, emite un olor y nos llega a la nariz esto quiere decir que moléculas de
dicho objeto se han desprendido de él y llegado, por difusión o arrastre, a nuestra nariz.
Estas moléculas entran en la nariz debido a la aspiración que realizamos cuando
respiramos. En este proceso, el aire que inhalamos arrastra a las moléculas que están en la
vecindad de la nariz. La corriente de aire que entra da lugar a una corriente secundaria que
pasa por el epitelio sensitivo. La cantidad de aire y por tanto la fracción de moléculas del
objeto oloroso que se deposita en el epitelio es muy pequeña.
También llegan corrientes de aire desde la boca. La comida que tenemos en la boca también
despide moléculas que son arrastradas hasta el epitelio sensitivo. Este hecho tiene como
consecuencia que la sensación predominante al comer provenga no del gusto que se inicia
en la lengua sino del olfato.
La sensación de oler se experimenta cuando las moléculas aromáticas llegan a la mucosa
nasal, en donde se disuelven. Así, estas moléculas entran en contacto con los cilios.
Hasta hoy en día no se ha podido determinar con certeza el mecanismo por medio del cual
se inicia el proceso a través de los receptores nerviosos que nos dan la sensación de oler.
Mencionaremos algunas ideas que se han expuesto y que parecen tener algunos elementos
que pueden ser verdaderos. }
En primer lugar, en general, somos muy sensibles a una cantidad extraordinariamente
grande de olores distintos. A primera vista podríamos pensar que hay un nervio olfatorio
sensible a cada olor posible. Sin embargo, hasta hoy en día no se han encontrado estas
diferencias en los cilios nasales.
En muchos casos resulta que la presencia de un átomo particular en la molécula de la
sustancia olorosa es la que le da su olor peculiar. Por ejemplo, está el caso del agua, cuya
molécula tiene un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, H2O. Si se sustituye el átomo de
oxígeno por uno de azufre se obtiene el sulfito de hidrógeno, H2S. Esta última sustancia
despide el olor de huevos podridos. Vemos que la sustitución de un átomo de oxígeno por
uno de azufre lleva a cambios notablemente desagradables en el olor de las sustancias.
Por otro lado, existen algunas evidencias de que no es nada más la composición química
específica de las moléculas olorosas, sino también su forma la que hace que reaccionemos a
su olor. En efecto, existen sustancias cuyas moléculas tienen composiciones químicas
diferentes pero con formas muy parecidas, y sentimos que tienen olores muy parecidos.
Sin embargo, la explicación desde el punto de vista molecular de cómo olemos sigue sin
respuesta definitiva.
La nariz humana
La nariz tiene varias funciones primordiales: por una parte constituye el órgano del sentido
del olfato, pues el hombre es capaz de discriminar entre dos mil y cuatro mil olores.
Además, forma parte de la vía respiratoria filtrando, calentando, humedeciendo el aire y
expulsando materiales extraños recogidos por el aire.
Por nariz se entiende la pirámide nasal visible en la cara o nariz propiamente tal y su
cavidad, la cavidad nasal, que se extiende desde los orificios nasales externos por delante
hasta las coanas u orificios nasales posteriores que comunican la cavidad nasal con la
nasofaringe. La cavidad nasal está dividida en dos mitades por el tabique nasal; a cada
mitad se le conoce como fosa nasal; de su pared externa ósea se originan dos láminas óseas
perpendiculares llamadas cornetes superior y medio, que dividen parcialmente a cada fosa
en cavidades más pequeñas llamadas meatos: bajo el cornete superior está el meato
superior; bajo el cornete medio está el meato medio; una tercera lámina ósea
independiente, llamada cornete inferior, origina el meato inferior, cavidad cuyo techo es el
cornete inferior, y cuyo piso es el piso de (a fosa nasal; en el meato inferior termina el
conducto lacrimonasal, que comunica el ángulo interno del ojo con la nariz. Cada fosa nasal
se une por medio de orificios en su pared ósea externa con los llamados senos paranasales,
cavidades que se encuentran en el interior de los huesos maxilares, frontal, esfenoides y
etmoides.
La cavidad nasal presenta tres zonas:
- el vestíbulo: es la parte más anterior e inferior de la nariz, y está tapizada por piel;
- la llamada "región respiratoria": que se continúa con el vestíbulo y se comunica con la
nasofaringe, y está tapizada por una membrana mucosa de tipo respiratorio;
- la región olfatoria: ubicada en el cornete superior y tercio superior del tabique nasal,
donde llegan filetes nerviosos que atraviesan los orificios de un hueso llamado etmoides,
cuyo conjunto origina el nervio olfatorio, que alcanza el llamado bulbo olfatorio, que se
continúa con las llamadas cintillas olfatorias, cuyas fibras llevan los estímulos al cerebro y
cerebelo.
Sentido del olfato
El olfato se localiza en el epitelio nasal. El epitelio olfatorio está ubicado en el techo de la
cavidad nasal, el epitelio contiene cerca de 20 millones de células olfatorias especializadas,
con axones que se extienden hacia arriba, como fibras de los nervios olfatorios. Esas fibras
penetran la delgadísima placa cribada del hueso etmoides, situado en el piso del cráneo, a
través de los poros de aquél hueso. El extremo de cada célulaolfatoria de la superficie
epitelial ostenta varios vellos olfatorios que, al parecer, reaccionan a los olores (sustancias
químicas) presentes en el aire.
A diferencia de los bulbos gustativos, que sólo son sensibles a unas cuantas categorías de
sabores, el epitelio olfatorio reacciona según se cree a unas 50 sustancias. Las mezclasde
esas sensaciones olfatorias primarias generan el amplio espectro de olores que el humano
es capaz de percibir. Los órganos olfatorios reaccionan a cantidades notablemente
pequeñas de sustancias. Por ejemplo la ionona, que es el sustituto artificial del aroma de las
violetas, puede detectarse por casi todas las personas cuando su concentración en el aire es
de apenas una parte por más de 30 000 millones de partes de aire.
A pesar de su sensibilidad, el olfato es quizás el sentido que se adapta con mayor rapidez.
Los receptores olfatorios se adaptan en un 50% durante el primer segundo de estímulo, de
modo que hasta los más desagradables olores presentes en el aire dejan de ser percibidos
después de unos cuantos minutos. Parte de la adaptación ocurre, según se piensa, en el
SNC.
Los senos paranasales
Son prolongaciones neumatizadas o llenas aire de la porción respiratoria de la cavidad
nasal localizan en los siguientes huesos craneales: frontal, etmoides, esfenoides y maxilar.
Los senos se denominan de acuerdo con los huesos, en los que encuentran, de la siguiente
manera: Frontal, etmoidal, esfenoidal y maxilar.
Relación entre los senos paranasales y la órbita
El seno frontal es superior, el seno maxilar, inferior; el seno etmoidal, medial; y el seno
esfenoidal posterior a la órbita. Estos senos están tapizados por una membrana mucosa que
se continúa con la de las cavidades nasales. Sin embargo, la mucosa sinusal es más fina,
menos vascularizada y no se adhiere tanto a las paredes óseas como la mucosa nasal. El
moco segregado por las glándulas de la mucosa sinusal pasa a las cavidades nasales a través
de los orificios (ocultos por los cornetes) de las paredes laterales.
Los senos paranasales se desarrollan como evaginaciones de las cavidades nasales,
fundamentalmente después del nacimiento. Las aperturas originales de estas evaginaciones
persisten como orificios en la cavidad nasal. Por consiguiente, todos los senos paranasales
drenan directa o indirectamente a la cavidad nasal. Las secreciones de la mucosa sinusal
acaban drenando por estos orificios hasta la cavidad nasal. La capa mucosa de los senos se
continúa, además, con la mucosa de la nariz como consecuencia del origen sinusal como
una evaginación de las cavidades nasales
Los senos paranasales varían considerablemente de tamaño y forma en las distintas
personas y razas (por ejemplo los senos frontales suelen ser de pequeño tamaño en los
orientales). La mayoría de los senos se encuentran en estado rudimentario o ausente en los
recién nacidos. Al nacer, no se observa ningún seno frontal ni esfenoidal, pero
habitualmente existen algunas celdas etmoidales y diminutos senos maxilares. Estos senos
se expanden durante la infancia. Los senos frontal y esfenoidal se desarrollan durante la
infancia y adolescencia. El desarrollo de los senos paranasales es esencial para que ocurra el
cambio del tamaño y la configuración de la cara durante la infancia y para añadir
resonancia a la voz durante la adolescencia.
Los senos frontales
Estas cámaras de aire se encuentran entre las tablas externa e interna del hueso frontal,
detrás de los arcos superciliares y la raíz nasal. El tamaño de los arcos superciliares varía
según el desarrollo; sin embargo, la prominencia de los arcos superciliares no se
corresponde necesariamente con el tamaño de los senos frontales subyacentes. En general,
los senos frontales se detectan en la radiografía a partir de los 7 años de edad.
Los senos frontales derecho e izquierdo raramente tienen el mismo tamaño y el tabique que
los separa casi nunca se encuentran totalmente en el plano medio. En general, el seno
frontal consta de dos porciones:
1. Una porción vertical en la porción escamosa del hueso frontal y
2. Una porción horizontal en la porción orbitaria del hueso frontal. Una o ambas porciones
pueden adoptar un tamaño grande o reducido.
Si la porción supraorbitaria aumenta, el techo forma el suelo de la fosa craneal anterior y el
suelo, el techo de la órbita. Los senos frontales varían de tamaño desde aproximadamente 5
mm (tamaño de un guisante) hasta ocupar grandes espacios que se extienden lateralmente
en las alas mayores del esfenoides.
En principio, puede haber varios senos frontales al mismo lado, cada uno de ellos con un
conducto frontonasal independiente . En general, el seno frontal drena a cada lado por un
conducto frontonasal. Los senos frontales están inervados por ramos de los nervios
supraorbitarios (, que proceden de la división oftálmica del nervio trigémino).
Los senos etmoidales
Estos senos contienen varias cavidades de pequeño tamaño, denominadas celdas
etmoidales, situadas dentro del laberinto etmoidal de la masa lateral del etmoides. Las
celdas etmoidales forman el laberinto del hueso etmoides, que se encuentra entre la cavidad
nasal y la órbita. El número de celdas varían entre 3 y 18 y su tamaño aumenta conforme se
reduce su número.
Los tabiques extraordinariamente finos de hueso, cubiertos de mucosa, forman un número
variable de compartimientos o celdas etmoidales, conectadas entre sí, que terminan
drenando a la pared lateral de la cavidad nasal.
En general, los senos etmoidales no se visualizan en la radiografía simple antes de los dos
años de edad. Si se produce una obstrucción al drenaje nasal, las celdas etmoidales pueden
perforar la frágil pared medial de la órbita. Las infecciones graves de la órbita, que se
originan por esta vía de diseminación, pueden provocar ceguera porque algunas celdas
etmoidales posteriores se encuentran próximas al conducto óptico. La diseminación de la
infección a partir de estas celdas puede también afectar a la vaina de duramadre del nervio
óptico y causar una neuritis óptica.
Los senos esfenoidales
Estas áreas neumatizadas se localizan en el cuerpo del esfenoides y ocupan una cantidad
variable del hueso, extendiéndose a veces por sus alas. Los dos senos están separados por
un tabique óseo que normalmente no se encuentra en el plano medio. El cuerpo del
esfenoides es una estructura hueca y frágil debido a la presencia de los senos esfenoidales.
Estos senos se separan únicamente por finas láminas de hueso de otras estructurasmuy
importantes: los nervios ópticos y el quiasma óptico, la hipófisis del cerebro (glándula
pituitaria), las arterias carótidas internas y los senos cavernosos e intercavernosos. El
nervio etmoidal posterior y la arteria etmoidal posterior se distribuyen por los senos
esfenoidales.
Aunque a veces se afirma que los senos esfenoidales se hallan presentes al nacer (de manera
diminuta). este hecho no suele aceptarse porque, en general no se visualizan los senos
esfenoidales en las radiografías de cráneo de los recién nacidos. La opinión actual es que los
senos esfenoidales proceden de una celda etmoidal posterior que comienza a invadir el seno
esfenoidal aproximadamente a los dos años de edad.
Los senos maxilares
Constituyen la pareja de senos paranasales más voluminosos. Se trata de cavidades
piramidales que ocupan todo el cuerpo de los maxilares. El techo del seno maxilar está
formado por el suelo de la órbita. Las raíces de los dientes maxilares, sobre todo de los dos
primeros molares, suelen producir una elevación cónica en el suelo del seno maxilar.
El seno maxilar drena al meato medio de la cavidad nasal por una apertura en la porción
superior de su base. Debido a la situación de esta apertura, resulta imposible que el líquido
drene del seno maxilar, con la cabeza erecta, hasta que el seno se halla prácticamente
repleto.
Los senos maxilares son muy pequeños al nacer y se desarrollan lentamente hasta la
pubertad. El desarrollo no termina hasta que no erupcionan todos los dientes definitivos
(hasta los 25 años de edad). El seno maxilar es uno de los senos que se infectan con más
frecuencia, probablemente porque su apertura se encuentra por encima del suelo sinusal,
una localización inadecuada para el drenaje fisiológico. Además, cuando la membrana
mucosa de este seno se congestiona, se puede obstruir el orificio maxilar. Para que se
produzca el drenaje gravitatorio óptimo del seno maxilar, conviene tumbarse sobre el lado
contrario al seno infectado. La proximidad de los dientes molares superiores al suelo del
suelo maxilar plantea problemas potencialmente graves. Al extraer un diente molar
superior, se puede fracturar alguna de sus raíces. Sí no se utilizan métodos de recuperación
adecuados, el fragmento fracturado de la raíz puede ser impulsado hacia arriba dentro del
seno maxilar. En consecuencia, se establece una comunicación oral entre la cavidad oral y el
seno maxilar, La infección también se puede diseminar al seno maxilar a partir de un
absceso originado en un molar superior.
Como cada uno de los senos paranasales se comunica con la cavidad nasal a través de una
apertura que se abre al meato de la cavidad nasal, las infecciones de las cavidades nasales
pueden extenderse los senos, causando inflamación y tumefacción de la mucosa sinusal
(sinusitis) con dolor local. A veces, s inflaman varios senos (pansinusitis) y el edema de la
mucosa produce un bloqueo de uno o varios orificios sinusales de drenaje a la cavidad
nasal. La inflamación de la mucosa sinusal suele acompañarse de una sensación de dolor en
el diente, sobre todo en las personas con un hueso muy fino en la porción inferior de la
pared sinusal.
Los pacientes con fracturas de los huesos frontal, etmoides, maxilar o nasal deben saber
que no es aconsejable que se suenen la nariz por la posibilidad que el aire de las cavidades
nasales o de los senos paranasales se introduzca en el tejido subcutáneo, cráneo u órbita.
Deterioro Del Sentido Del Olfato
Todos los sentidos son importantes para llevar una vida sana y plena, y el sentido del olfato
es una llave para nuestra seguridad, nos avisa cuando hay algún tipo de fuga, algún
derramamiento, algún incendio, cuando el alimento está en malas condiciones, etc. así
como nos permite gozar de olores como el perfume de una flor, el olor de los alimentos y
mucho más.
El padecer pérdida en el sentido del olfato puede además ser señal de otras serias
condiciones de salud.
Los desordenes del olfato
Personas que experimentan desordenes del olfato pierden la habilidad de oler o perciben
los olores de diferente forma.
Como una pérdida del sentido del olfato algunas personas tienen hiposmia, es cuando el
sentido del olfato se ve disminuido. Y la anosmia, es cuando no se pueden percibir olores en
lo más mínimo.
Como resultado de la percepción de los olores, algunas personas notan que olores
familiares están distorsionados, u olores que normalmente eran agradables se han vuelto
desagradables y en algunos casos las personas perciben olores que no están presentes.
Causas
• Los desórdenes del olfato pueden tener muchas causas. La mayoría de las personas
que desarrollan está condición han tenido alguna enfermedad o lesión, que son los
desencadenantes de infecciones respiratorias superiores y daños en la cabeza.
• Algunas causas pueden ser pólipos en las cavidades nasales, sinusitis, desórdenes
hormonales, o problemas dentales.
• Exposición a ciertos químicos como insecticidas y solventes, y algunos
medicamentos.
• Personas con cáncer de cuello o en la cabeza, que reciben tratamientos de radiación
también pueden experimentar problemas con el sentido del olfato.
Lengua (anatomía)
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Lengua humana.
Contenido
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• 1 Conformación exterior
• 2 Constitución de la lengua
• 3 Desarrollo y formación de la lengua
• 4 Irrigación e inervación de la lengua
• 5 La lengua en la sociedad humana
• 6 Notas
• Mucosa de la lengua: La mucosa que reviste el dorso del cuerpo es una mucosa
especializada. La mucosa que está detrás de la V lingual constituye la amígdala
lingual. La mucosa del dorso lingual presenta seis tipos de papilas (tal y como se
observan en la lengua de arriba hacia abajo):
o Papilas caliciformes.
o Papilas foliadas.
o Papilas filiformes.
o Papilas fungiformes.
o Papilas circunvaladas.
o Papilas tiaraformes.
• Los corpúsculos gustatorios presenta cuatro tipos de células:
1. Células oscuras
2. Células claras
3. Células intermedias
4. Células de sostén.
La sensación del gusto del cuerpo lingual ( o los dos tercios anteriores) es conducida por
la rama del nervio facial y la de la raíz,(o el tercio posterior), por los nervios
glosofaríngeo y vago.