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Tres Cambios Soberanos de 

Dios
Sunday, April 4, 2010 at 07:47PM

Al cambiar el pacto, Dios cambia de nombre; cambia sus relaciones y


cambia su geografía y su idioma.

En el antiguo pacto con Israel, el Señor se hizo llamar con el nombre


de JEHOVA. (Heb. 7:12) Luego, en su transición del viejo pacto al
nuevo, el Señor entra en este mundo identificándose con  otro
nombre: JESÚS DE NAZARET.

Después de su muerte y resurrección, al cambiar su velo humano


judío, con el cual se identificó temporalmente ante un pueblo
terrenal e incrédulo, Dios entra a habitar en luz inaccesible durante
2.000 años; y al cesar en sus tratos con el hombre durante este
periodo de tiempo, Pablo lo identifica anónimamente en su
evangelio de gracia como el Otro; o como el Resucitado.

 (Rom. 7:4) cuando vuelve a vivir en la persona de un nuevo velo


humano y regresa por segunda y última vez a la Tierra, el Señor hoy
se hace llamar con un nuevo nombre:

                  José Luis De Jesús M.

Ese nuevo nombre estuvo escondido en “la piedrecita blanca” de las


cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni subieron en corazón de hombre
en ninguna generación pasada. (Ap.2:17; 1ª Cor. 2:9).

Pero también, al cambiar su pacto, el Señor cambia de geografía y


pasa a centrar sus actividades divinas de Oriente a Occidente; y su
lengua es cambiada del Hebreo o Arameo, al Hispano.
Curiosamente, en los días de su carne cuando vino a los Judíos, el
señor profetizó sus últimos dos advenimientos a la tierra en forma
conjunta y cifrada.

Jesús dijo:
                “Porque como el relámpago que SALE del Oriente
y se MUESTRA hasta el Occidente, así será también la
venida del Hijo del Hombre”. (Mateo. 24: 27)

Dos advenimientos del Señor a la Tierra profetizados


codificadamente como si fuera UNO y el mismo evento.

Así lo interpretó la teología humana por 2.000 años.

Sin embargo, el Señor primero vino a los judíos en un velo humano


de nacionalidad judía y su ministerio público que durante tres años
cumplió como Mesías entre su pueblo, se circunscribió dentro de un
estrecho perímetro geográfico allá en las tierras de Oriente y su
alcance estuvo limitado exclusivamente para los Judíos.

                 ¡Este es Cristo en su primera venida como el


relámpago que SALE!

Luego, transcurren dos mil años y hoy viene a los gentiles en un velo
humano de nacionalidad gentil y su ministerio público que viene a
cumplir nuevamente en la tierra trayendo sobre su hombro el
principado, se extiende a todas las naciones gentiles de Occidente.
(Isa. 9:6-7).

Entonces, ciertamente el Señor hoy NO SALE como el relámpago en


Oriente; pues, eso se cumplió hace 20 siglos con su primera venida.

              Hoy es Cristo como el relámpago que se MUESTRA en todas


las naciones de Occidente donde está el mayor número de sus
primogénitos escogidos.

En su segunda y última venida a la Tierra hoy se muestra a cara


descubierta entre los gentiles para cumplir la profecía que dice:

¡“Y todo ojo le verá”! (Ap. 1:7)

¡”Todas las naciones verán su gloria”! (Is. 66:18)

¡“Los gentiles alabarán su nombre”! (Rom. 15:10-13)

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