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El olfato funciona como el gusto: Es también un sentido de ³llave y cerradura´. Esta vez, es una cuestión de aire
húmedo que pasa por una membrana mucosa especializada del tamaño de una moneda en la parte superior de la
cavidad nasal.

Con el olfato, parece que respondemos a la presencia de cierta combinación de siete moléculas básicas:


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c(cómo especias)
c (como las bolas de naftalina)
 (como los fluidos de limpieza en seco)
Pútrido (como huevos podridos)
Pero estamos lejos de saber que estos son los aromas fundamentales ± algunos investigadores piensan que hay
muchos más.
Los sentidos químicos son extremadamente sensitivos, y esto es así especialmente con el olfato. Podemos detectar
el ácido acético (el olor del vinagre) en una concentración de 500.000.000.000 moléculas por litro de aire. Pero los
perro nos ganan en esto:!Ellos pueden detectarlo en una concentración de 200.000 moléculas por litro de aire!
Ha habido un considerable debate durante muchos años sobre la existencia de un sentido similar al olfato que
pueda detector la presencia de moléculas llamadas feromonas. Muchos animales claramente pueden oler la
presencia de una pareja potencial a largas distancias. La gente puede ciertamente oler a otras personas ± pero,
¿hay un olor especial que no es realmente un aroma particular, sino que nos lleva a sentir, bien, esos sentimientos
especiales de ³Te quiero´? . Creo que no, pero hay muchos que están en desacuerdo conmigo.
OLFATO
A lo que nosotros le llamamos sabor, es en realidad una sensación global e incluye también el olfato. El
sentido del olfato y del gusto se hallan muy estrechamente relacionados.
Los olores entran en el cuerpo como moléculas en el aire o a través de las ventanas de la nariz, o desde el
fondo de la boca hasta los receptores del olfato en la cavidad nasal. Ésta recubierta de mucosa olfatoria, una
membrana mucosa donde están localizados los receptores del olfato, que tienen ramificaciones parecidas a los
pelos ( cilios); éstos recogen las moléculas y mandan una señal eléctrica a través de las fibras nerviosas hasta
el bulbo olfatorio. El bulbo olfatorio se parece a la retina en que es en él donde las señales mandadas por los
receptores son procesadas y enviadas después al cerebro.
Según la teoría estereoquímica, existen siete olores básicos. La teoría cromatográfica sugiere que percibimos
distintos olores porque estos recorren distinta distancia dentro de la cavidad nasal, y el lugar donde se posan
en la mucosa de la nariz determina su olor.
Exteroceptores:
‡ Gusto: Sentido de carácter químico, nos permite percibir muy pocos sabores. Básicamente son sólo
cuatro (dulce, salado, ácido y amargo). La riqueza de gustos se consigue combinando estos cuatro.
‡ Olfato: Sentido químico. El estímulo son las sustancias volatilizadas, que excitan los receptores
presentes en la parte superior de las fosas nasales.
‡ Visión: La mayor parte de información exterior que se obtiene es visual. La vista es considerada el
sentido por preferencia en los seres humanos. Los ojos son, el órgano más importante y trabajan
juntos para transmitir imágenes al cerebro a través del nervio óptico.
‡ Audición: Es fundamental para la comunicación por medio del lenguaje. Somos muy sensibles a las
diferencias de sonido y podemos detectar las diferencias entre millares de voces humanas.
‡ Tacto: Nuestra sociedad inhibe el tacto porque lo asocia al interés sexual, aunque el afecto no es lo
mismo que el sexo.
Sentidos químicos

Nuestro sentido gustativo y nuestro sentido olfativo son considerados sentidos químicos, porque ambos reaccionan
a las sustancias químicas de diferentes estímulos. Además, están estrechamente relacionados.
Olfato: Los olores entran en el cuerpo como moléculas en el aire, o a través de las ventanas de la nariz o desde el
fondo de la boca hasta los receptores del olfato en la cavidad nasal. La cavidad nasal está recubierta de mucosidad,
una membrana mucosa donde están localizados los receptores del olfato, que tienen ramificaciones parecidas a los
pelos (cilios); éstos recogen las moléculas y mandan una señal eléctrica a través de las fibras nerviosas hasta el
bulbo olfativo, el bulbo olfativo se parece a la retina en que es en él donde las señales mandadas por los receptores
son procesadas y enviadas después al cerebro.
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Las sensaciones gustativas y olfativas se manifiestan como consecuencia del estímulo de células quimiorreceptores
(situadas en la lengua y mucosa de la nariz) por substancias químicas específicas. Dispuestos en la mucosa de la
lengua y del paladar blando se hallan unos órganos sensoriales específicos conocidos por papilas gustativas, las
cuales constan de unas células sensitivas conectadas a neuronas y rodeadas de células de sostén. En otros
vertebrados los órganos del gusto no están limitados a la boca; los peces, por ejemplo, presentan quimiorreceptores
en toda la parte externa de su piel. En el hombre las papilas gustativas tienen poros que se abren en la superficie de
la lengua. Se producen cuatro sensaciones básicas del gusto; agrio, amargo, dulce y salado, cada una relacionada
a un tipo especial de papila, las que están distribuidas irregularmente, de modo que algunas regiones linguales son
especialmente sensibles a lo dulce, otras a lo amargo y así sucesivamente. Las papilas gustativas pueden
estimularse eléctricamente, de modo que al paso de la corriente se despiertan sensaciones características. Por otra
parte, el sabor de una sustancia sólo depende en parte de los órganos del gusto; el resto se debe al sentido del
olfato. Resulta que muchos alimentos envían emanaciones a través de las coanas hasta la cavidad nasal, donde
estimulan los receptores de la pituitaria.
Los órganos sensoriales del olfato están incluidos en el epitelio que reviste la porción superior de la cavidad nasal,
la cual no está en general ventilada por el aire respirado; las partículas que penetran en esta cavidad les llegan por
difusión y sucesiva disolución en el moco que cubre las células sensibles. Los elementos olfatorios están aislados;
se distinguen de las células epiteliales ordinarias por los pe los que se proyectan en la capa
Al contrario de lo que ocurre con las sensaciones del gusto, los distintos olores percibidos no pueden clasificarse en
tipos precisos, pues cada sustancia tiene su olor que le es propio. Lo más notable es que los órganos olfatorios
responden a cantidades ínfimas de la sustancia olorosa; el equivalente sintético del olor de violetas, la ionona.
Puede apreciarse por muchos sujetos al estar en el aire en la proporción de uno por treinta mil millones. El sentido
del olfato se fatiga rápidamente, de manera que un ambiente cargado de intensos estímulos olfatorios puede
parecer inodoro después de pocos minutos. Esta fatiga es específica para un determinado estímulo; los receptores
insensibles a un olor reaccionan ante otro con toda normalidad. Esto sugiere que debe de haber varias clases de
células sensoriales, cada una específica para un compuesto químico particular. Algunas personas están por
completo privadas del sentido del olfato, en tanto otras pueden percibir sólo ciertos olores.


En la anatomía de la nariz se observa en primer lugar la cavidad nasal, un espacio vacío que se encuentra por
detrás de cada narina. El aire, que contiene los olores, llega a la cavidad nasal a través de dos vías: proveniente
de la inhalación o de la garganta ±cuando masticamos, bebemos o respiramos por la boca±. En la parte superior de
la cavidad nasal se encuentra el epitelio olfatorio, en cuya superficie se encuentran los receptores que captan el
olores.
En el olfato y el gusto, a diferencia de los otros órganos de los sentidos, los receptores están en contacto directo
con el estímulo. Las células receptoras del olfato son sustituibles (lo que no ocurre en los demás) y cada una
funciona cerca de ocho semanas y luego se le reemplaza.
El estímulo potencial para el sistema olfativo tiene que ser una sustancia volátil ±aunque esta no es una condición
indispensable± o fácilmente vaporizable. Por tanto, los sólidos y los líquidos deben pasar a un estado gaseoso.
Las sustancias potencialmente olorosas tienen que ser potencialmente solubles en el agua y en la grasa (lípidos), a
fin de penetrar en la película acuosa y en la capa lipoide que cubre a los receptores olfatorios.

Los olores y el comportamiento humano. Los investigadores están especialmente interesados en unas sustancias
llamadas feromonas, las cuales actúan como señales químicas en la comunicación con otros miembros de la misma
especie; son excretadas por la orina y diversas glándulas sudoríparas. Aún no está claro si las feromonas existen
en los humanos; se sabe que la sensibilidad a los olores en los hombres es inferior a la de las mujeres y que las
feromonas pueden estar relacionadas con los ciclos menstruales de éstas.
Los efectos de diversas esencias sobre el comportamiento humano pueden no ser tan directos como los
encontrados en animales inferiores, pero algunas investigaciones recientes sugieren que las esencias pueden tener
cierto impacto sobre la percepción de la gente en situaciones sociales (Baron, 1988).
Š - EL OLFATO -
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Š - CINESTESIA Y SENTIDO VESTIBULAR -


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' Ejemplo: pruebe a saltar sobre sí mismo con un solo pie inclinando la cabeza hacia un lado y hacia otro, después
recupere su postura vertical con los dos pies en el suelo, ¿le falta equilibrio?.

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por Gloria Rodriguez-Gil, M.Ed., Especialista en Servicios Educativos a los Sordociegos de California

Reimpreso de ï ï , Primavera 2004, Volumen 11, Número 2 con autorización de California Deaf-Blind
Services <http://www.sfsu.edu/~cadbs>

Resumen: Este artículo estudia la forma en que funciona el sentido del olfato y cómo este poderoso sentido puede
tener impacto en la programación en el área de la sordoceguera.

Palabras Clave: programación, sordociego, olfato, sentidos

Hace varios años, estaba haciendo compras en la tienda Macy¶s de Nueva York cuando de repente olí algo muy
familiar, e inmediatamente pensé en la muñeca de mi niñez, Lucy. La verdad es que no había pensado en Lucy por
años, ni mucho menos en que Lucy había sido mi muñeca favorita cuando era niña y vivía en España. Cuando di la
vuelta me di cuenta que estaba en la sección de juguetería de la tienda y muy cerca de un mostrador con muñecas.
Por curiosidad tomé una de las muñecas y ¡en la caja decía, ³Fabricada en España!´

¡Esta experiencia fue increíble para mí ±que algo tan escondido en mi memoria haya podido venir al presente por
algo tan pasajero como un olor!. Años después recordé este incidente cuando estaba estudiando que la parte del
cerebro responsable de nuestro sentido del olfato ± el sistema límbico ± está relacionado con las emociones y con
la memoria.

Para entender lo que es el olfato y pensar en las maneras en que lo podemos usar en nuestro trabajo, primero
debemos explorar la manera en la cual el sentido del olfato está organizado.

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El sentido del olfato, al igual que el sentido del gusto, es un sentido químico. Se denominan sentidos químicos
porque detectan compuestos químicos en el ambiente, con la diferencia de que el sentido del olfato funciona a
distancias mucho más largas que el sentido del gusto. El proceso del olfato sigue más o menos estos pasos:

1. Las moléculas del olor en forma de vapor (compuestos químicos) que están flotando en el aire llegan a las fosas
nasales y se disuelven en las mucosidades (que se ubican en la parte superior de cada fosa nasal).
2. Debajo de las mucosidades, en el epitelio olfatorio, las células receptoras especializadas, también llamadas
neuronas receptoras del olfato, detectan los olores. Estas neuronas son capaces de detectar miles de olores
diferentes.
3. Las neuronas receptoras del olfato transmiten la información a los bulbos olfatorios, que se encuentran en la parte
de atrás de la nariz.
4. Los bulbos olfatorios tienen receptores sensoriales que en realidad son parte del cerebro que envían mensajes
directamente a:
2 los centros más primitivos del cerebro donde se estimulan las emociones y memorias (estructuras del sistema
límbico) y
2 centros ³avanzados´ donde se modifican los pensamientos concientes (neocorteza).
5. Estos centros cerebrales perciben olores y tienen acceso a recuerdos que nos traen a la memoria personas, lugares
o situaciones relacionadas con estas sensaciones olfativas
Es importante agregar que ³Nuestro sentido del olfato es 10,000 veces más sensible que cualquier otro de nuestros
sentidos y que el reconocimiento del olor es inmediato. Otros sentidos similares, como el tacto y el gusto deben
viajar por el cuerpo a través de las neuronas y la espina dorsal antes de llegar al cerebro, mientras que la respuesta
olfatoria es inmediata y se extiende directamente al cerebro. ³Este es el único lugar donde nuestro sistema nervioso
central está directamente expuesto al ambiente.´ (von Have, Serene Aromatherapy)

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El bulbo olfatorio es una de las estructuras del sistema límbico y es una parte muy antigua del cerebro. Como se
mencionó anteriormente en la descripción del proceso olfativo, la información capturada por el sentido del olfato
pasa del bulbo olfatorio a otras estructuras del sistema límbico.

El sistema límbico es una red de estructuras conectadas entre sí que se encuentra cerca de la parte media del
cerebro y está conectada con el sistema nervioso central. Estas estructuras ³trabajan en conjunto para tener efecto
en un amplio rango de comportamientos que incluyen las emociones, la motivación y la memoria.´ (Athabasca
University, Tutoriales Avanzados de Psicología y Biología). Este sistema maneja las respuestas instintivas o
automáticas y tiene muy poco, o posiblemente nada, que ver con los pensamientos conscientes o la voluntad.

El sistema límbico también está relacionado con la interpretación de los datos sensoriales obtenidos de la
neocorteza (la parte del cerebro donde se elabora el pensamiento) para convertirla en las motivaciones del
comportamiento. El sistema límbico tiene una función central que es la mediación entre el reconocimiento de un
evento por una persona, su percepción como una situación que provoca ansiedad y la reacción fisiológica que
resulta de la misma, todo mediado a través del sistema endocrino: Los estímulos son procesados conceptualmente
en la corteza y pasan al sistema límbico donde son evaluados y se elabora una respuesta motivada.
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En el campo de la sordoceguera, siempre hemos sabido que muchos niños sordociegos tienen un sentido del olfato
muy sensible para compensar su uso limitado de la visión y audición. En consecuencia, siempre hemos dicho que el
sentido del olfato juega un papel muy importante en esta población de niños para identificar a personas, lugares,
objetos y actividades.

Frecuentemente en este campo de estudio se oyen las siguientes recomendaciones: evite usar fragancias fuertes,
ya que éstas pueden provocar ataques de epilepsia en algunos niños; use el sentido del olfato para proporcionar
información adicional al niño (claves olfativas) sobre la experiencia que va a tener el niño, por ejemplo, acercarle
una barra de jabón a la nariz del niño antes de que se bañe para indicarle que muy pronto se va a bañar o usar la
misma esencia suave cada vez que trabaje con un niño en particular para que él pueda reconocer quien es usted
por medio de este olor. Toda esta información es muy valiosa. El sentido del olfato es un sentido muy poderoso para
fines de identificación y puede tener un fuerte impacto en el cerebro, ya que es una parte íntegra de él (al punto de
que algunos olores químicos muy fuertes definitivamente pueden provocar ataques de epilepsia).

Pero ¿qué papel juega el sentido del olfato en relación con los estados de ánimo, niveles de excitación, emociones,
memorias y reacciones físicas? Ahora sabemos que todo esto está relacionado.

Muchas veces estamos con un niño y no podemos entender que está pasando con él y él no nos puede decir en
una forma concreta lo que le pasa. Posiblemente está fastidiado o llora o sonríe y no sabemos por qué lo hace.
¿Por qué tiene estos comportamientos? ¿Podría estar relacionado con algo que está oliendo? No lo sabemos, pero
definitivamente ya sabemos que debemos poner más atención a este factor ambiental para ver si esto le está
afectando al niño y cómo le afecta.
Todavía tengo dudas respecto al impacto del sentido del olfato en un niño sordo-ciego, y si podemos usar este
sentido a nuestro favor, por ejemplo: el uso consistente de claves olfativas que podrían proporcionar información a
un niño para mejorar su comprensión sobre lo que está sucediendo, o el uso de una esencia especifica para
provocar una respuesta especifica al niño.

° ¿Tiene el sentido del olfato más impacto en los niños sordociegos que en los niños que tienen una visión y audición
normal?
° ¿Tiene el sentido del olfato un impacto mayor en los niños sordociegos con lesión en la neocorteza porque
posiblemente ellos dependen más de la información procesada por el sistema límbico?
° ¿Podemos ayudar a que los niños estén más alerta o menos agitados usando una esencia en particular?
° ¿Podemos calmar a un niño usando aceites que tienen un olor calmante o tranquilizante?

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Aun cuando no sabemos exactamente el impacto que tiene el sentido del olfato en los niños sordociegos, sí
sabemos que este sentido es muy poderoso y básico. Cuando interactuamos con un niño sordociego, debemos
estar conscientes de los olores del ambiente que pudieran tener efecto en el comportamiento del niño. Idealmente
debemos asociar un olor con el origen del mismo para que el niño pueda hacer la relación entre lo que está
experimentando y su referente concreto.

Como especialista de educación en el área de la sordoceguera, me interesaría trabajar con un equipo de


profesionales que incluyera a un neurocientífico y a un especialista en aroma-terapia para encontrar la mejor forma
de usar el sentido del olfato en beneficio de los niños sordociegos.

Las asociaciones emocionales y los recuerdos relacionados con los olores parecen ser muy personales; parecen
estar ligados intrínsicamente con la experiencia individual. Estoy segura de que si otra persona hubiera estado
caminando conmigo aquel día en Macy¶s, esta persona no hubiera notado el olor de la muñeca, y si hubiera
percibido el olor, no habría pensado en mi muñeca Lucy, ni hubiera tenido las mismas emociones que yo tuve con
esta experiencia. Pero los recuerdos importantes pueden ser codificados y tener acceso a ellos a través de la
función natural del sentido del olfato. Posiblemente se puedan crear estos enlaces para ayudar a abrir otra forma de
comunicación con los niños sordociegos.


Este sentido permite percibir los olores. La nariz, equipada con nervios olfativos, es el principal órgano del olfato.
Los nervios olfativos son también importantes para diferenciar el gusto de las sustancias que se encuentran dentro
de la boca. Es decir, muchas sensaciones que se perciben como sensaciones gustativas, tienen su origen, en
realidad, en el sentido del olfato.

Las sensaciones olfatorias son difíciles de describir y de clasificar. Sin embargo, se han realizado clasificaciones
fijándose en los elementos químicos asociados a los olores de las sustancias. Ciertas investigaciones indican la
existencia de siete olores primarios: alcanfor, almizcle, flores, menta, éter (líquidos para limpieza en seco, por
ejemplo), acre (avinagrado) y podrido. Estos olores primarios corresponden a siete tipos de receptores existentes en
las células de la mucosa olfatoria. Las investigaciones sobre el olfato señalan que las sustancias con olores
similares tienen moléculas del mismo tipo. Estudios recientes indican que la forma de las moléculas que originan los
olores determina la naturaleza del olor de esas moléculas o sustancias. Se piensa que estas moléculas se
combinan con células específicas de la nariz, o con compuestos químicos que están dentro de esas células. La
captación de los olores es el primer paso de un proceso que continúa con la transmisión del impulso a través del
nervio olfativo y acaba con la percepción del olor por el cerebro.



La nariz es el órgano del sentido del olfato, que también forma parte del aparato respiratorio y vocal. Desde el punto
de vista anatómico, puede dividirse en una región externa, el apéndice nasal, al cual se restringe el término en
lenguaje coloquial, y una región interna, constituida por dos cavidades principales, o fosas nasales, que están
separadas entre sí por un septo o tabique vertical. Las fosas nasales se subdividen por medio de huesos
esponjosos o turbinados, llamados cornetas, que se proyectan desde la pared externa. Entre ésta y cada cornete
queda un espacio llamado meato, por ellos se comunican varios senos de los huesos maxilar superior, frontal,
esfenoides y etmoides, a través de aberturas estrechas.

Por lo general, los bordes de los orificios nasales están recubiertos de pelos fuertes que atraviesan las aberturas y
sirven para impedir el paso de sustancias extrañas, tales como polvo o insectos pequeños, que podrían ser
inhalados con la corriente de aire que se produce durante la respiración. Una parte del esqueleto, o armazón, de la
nariz está constituido por los huesos que forman la parte superior y los laterales del puente, y la otra parte está
constituida por cartílago. En cada lado existe un cartílago lateral superior y un cartílago lateral inferior. A este último
están unidas tres o cuatro placas cartilaginosas pequeñas, que reciben el nombre de cartílagos sesamoides. El
cartílago del septo separa las fosas nasales entre sí y, asociado a la placa perpendicular del etmoides y al vómer,
da lugar a una división completa entre la fosa nasal derecha y la izquierda.

Las cavidades nasales son altas y muy profundas, y constituyen la parte interna de la nariz. Se abren en la parte
frontal por los orificios nasales y, en el fondo, terminan en una abertura en cada lado de la parte superior de la
faringe, por encima del paladar blando, y cerca de los orificios de las trompas de Eustaquio que conducen a la
cavidad timpánica del oído.

En la región olfativa, que es la región de la nariz responsable del sentido del olfato, la membrana mucosa es muy
gruesa y adopta una coloración amarillenta; constituye la llamada pituitaria amarilla. Está formada por células
epiteliales y células nerviosas, cuyos axones atraviesan la lámina cribosa del hueso etmoides para llegar hasta los
bulbos olfativos y establecen conexiones o sinapsis con las neuronas situadas allí. De los bulbos olfativos parten las
vías olfatorias que llegarán a la corteza cerebral, donde se generará una respuesta. Las células nerviosas o
receptores olfatorios sufren un proceso de acomodación: para ser excitados necesitan cantidades muy pequeñas de
una sustancia olorosa, pero pierden esta capacidad muy pronto y dejan de percibirla; cantidades mayores de esta
sustancia o la exposición a otra distinta consiguen estimularlos de nuevo.

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El resfriado es una enfermedad infecciosa aguda del tracto respiratorio superior causada por más de cien tipos de
virus. La infección afecta a las membranas mucosas de la nariz y de la garganta, y provoca síntomas como
congestión, que evita el normal funcionamiento del olfato, y secreción nasal, dolor de garganta y tos.

La rinitis es un trastorno inflamatorio de la membrana mucosa de la nariz. Se caracteriza por secreción nasal acuosa
asociada con congestión y dificultad para respirar por la nariz. Muchos casos se deben al resfriado común (ejemplo
anterior). Otros pueden relacionarse con alergias nasales, irritación por la respiración de irritantes y contaminantes,
empleo de ciertos medicamentos, u otras enfermedades.

Una variante de la rinitis, es la fiebre del heno, que es una forma de rinitis estacional causada por alergia al polen.
Sus síntomas son ataques intensos de estornudo, inflamación de la mucosa nasal y los ojos, y respiración
dificultosa. La fiebre del heno aparece cada año en la misma estación. Es una reacción a la inhalación de los
pólenes transportados en el aire y a los cuales el individuo es sensible.

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El sentido de la propiocepción nos proporciona información sobre el movimiento de las distintas partes del cuerpo y
de su posición en el espacio.

Los receptores sensoriales se localizan en las articulaciones y los músculos. Es el sentido que nos permite cerrar
los ojos y saber, sin embargo, si nuestros brazos están extendidos delante de nosotros o hacia los lados. La gente
también puede tener problemas con este sentido. Si, por ejemplo, alguna vez ha tenido que llevar una escayola
durante mucho tiempo, puede que algunas veces tuviera la sensación de que el miembro enyesado se hallaba en
distinta posición de la que en realidad estaba. Otro caso de "alucinación» propioceptiva es el fenómeno del miembro
fantasma, que a menudo experimentan quienes tienen algún miembro amputado: sienten dolor u otras sensaciones
en la pierna o brazo que les falta.

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